No era la más avispada, pero también había comenzado a entender que mi paciencia, sumisión y complacencia eran, en manos incorrectas, una cosa de lo más peligrosa. De alguna manera era como si viviera poniéndome en bandeja, esperando que no me saliera mal y ya, pero es que tampoco sabía hacer algo diferente. Eso de poner límites nunca se me había dado muy bien y cuando alcanzaba puntos de sobrecargar la verdad era que no me reconocía. ¿Qué hacía en vez de poner límites? Sentarme a esperar que las personas que me regresaran así fuese un tercio de lo que yo hacía y eso, obviamenete, no siempre ocurría. Por lo general tampoco lo decía en ese caso, lo dejaba correr y seguí cargándome como un generador estropeado. Luego de decirle lo que había en el almuerzo la vi apoyar el codo en la mesa y la mejilla en su nudillo, se quedó con la vista en el bento un rato, antes de volver la mirad a mí, así que la noté alzar la ceja. Sostuve su mirada, nadie iba a negar que tenía unos ojos azules de lo más bonitos y bueno, en realidad toda ella era muy linda. Dejé las manos en mi regazo luego de que me soltara la pregunta y el resto de su respuesta me hizo sonreír. Fue una sonrisa de las de siempre, cálida, aunque quizás cargó algo de resignación consigo. —¿Y qué? —resolví como si fuese lo más normal del mundo, pero fue una respuesta a varias cosas a la vez, desde lo de que apenas nos conocíamos, lo de dudaba que fuese a caerme bien y lo del masoquismo, quizás—. Nadie se ha muerto por compartir un almuerzo a los cuatro vientos, que yo sepa. Mientras hablaba volví a tapar el bento, aproveché también para guardar el libro y cuando regresé a la posición inicial me quité el cabello de los hombros con las manos. La repasé con la vista unos segundos, no supe por qué en particular, pero tampoco importaba mucho y no le di muchas vueltas a lo que terminé por soltar después. —Además eres la persona que mejor se lleva con Joey. —Era una manera de decirlo, claro, pero tampoco consideraba que fuese mentira. Parecía tonta, pero no significaba que ignorara las cosas relativamente básicas de las personas, aunque sí pasara de otras bastante más importantes—. No veo por qué hacerte el feo así tan de gratis.
Que me perdonase quien tuviese que hacerlo por lo que iba a pensar a continuación, pero es que definitivamente la chiquilla era tonta. Después de soltarle que por qué me iría a invitar a comer sin conocerme de nada, fue y me sonrió como si nada, incluso con cierto aire cálido que me hizo fruncir ligeramente el ceño. Suponía que su respuesta me valía, ni idea, tampoco había pretendido nada más allá de picarla un poco porque sí, por lo que simplemente me encogí de hombros suavizando de nuevo mi expresión. No añadí nada más de primeras, aunque en ningún momento se me habría ocurrido rechazar algo de comida casera por la cara, pero tras un par de segundos en silencio, la niña volvió a abrir la boca, y lo que dijo me hizo sonreír con tanto gusto que casi parecía que se me había declarado o algo. No sabría decir por qué, si posiblemente cualquier persona de la academia pensase exactamente lo mismo, pero el comentario me hizo bastante gracia viniendo de ella en específico. —Ah~ Así que te quieres ganar mi favor para que le hable bien a Joey de ti, I see~ —canturreé, sin perder la sonrisa divertida en ningún momento, y después de un rato me levanté, indicándole que hiciese lo mismo para poder echarle el brazo por encima de los hombros y arrastrarla al exterior del aula—. ¿Quieres que te cuente sobre él? Tú pregunta, que tita Ali tiene todas las respuestas que buscas, bunny~
Era posible que si me soltaba en toda la cara que era tonta no hiciera más que cederle razón, porque lo había confirmado en más de una ocasión y por lo mismo a veces terminaba metida en unas películas que, con lo tranquila que era, no venían ni al caso. La verdad era que en ese punto yo misma tenía bastante aceptado el hecho de que, aunque me la pasara pegada a libros, no tenía muchas luces. Qué va, lo único para lo que parecía buena era en eso de quedarme con las personas y cuidarlas. Lo que no era muy inteligente tampoco con cierta gente. Mi comentario, el que había soltado sin siquiera pasarlo por un filtro, la hizo sonreír con unas ganas que no anticipé y me quedé esperando la respuesta bastante estática. Ya estaba visto que me tocabas cualquier cable y la vergüenza me caía encima, así cuando comenzó a hablar eso fue lo que pasó. La sangre se me agalopó hacia el rostro, puede que alguno que otro cable se me chasparreara y me levanté en automático cuando me lo indicó, aunque tomé el bento antes. —No fue lo que dije —corregí en voz baja un segundo antes de que me echara el brazo sobre los hombros, aunque se me agudizó un poco el tono cuando seguí hablando—. ¿Qué pregunte? No no no, que luego quedo como una loca, ¿te parece normal? Me desinflé los pulmones con algo de prisa, buscando regular la vergüenza que me había caído encima tan de golpe, pero me dejé arrastrar por ella en resumidas cuentas. Sujeté el bento con cierta fuerza añadida, pegándolo contra mi estómago, y la miré de reojo. —Estoy bien así. Tampoco es que hablemos tanto. Aunque el otro idiota se ponía a besarme a mitad del pasillo de tercero. Contenido oculto me descojono pls te la puedes arrastrar uwu
Hubo un punto de la conversación donde noté que Génesis se había ruborizado un poquito. No fue difícil, considerando cuán pálida era; para lo que no me dio la neurona fue definir cuál era la causa. ¿Era algo que había dicho yo? Pero no había soltado nada extraño, ¿verdad? Aún así lo repasé mentalmente, a sabiendas de que muchas veces la lengua me trabajaba más rápido que el cerebro. También eché un vistazo ligero alrededor, pero tampoco identifiqué nada. Al final acepté la derrota. Nunca había sido muy avispada en esto de descifrar a las personas, anyway. —Hmm... Lo primero sería buscarlo, ¿no? —definí, ampliando mi sonrisa y moviendo la mano para indicarle que me siguiera—. Come, come! Regresé a la 3-2, donde no quedaba mucha gente, y me hundí en mis cosas hasta dar con lo que buscaba. Era un folio donde había guardados varios collages. Además de reunir información, el sábado en casa habíamos dejado la impresora prácticamente sin tinta. Imprimir fotos de outfits y armarlos como si fueran una especie de journal fue mejor idea de lo que habíamos estimado, y al final me divertí un montón. —¡Aquí está! —Me erguí triunfante, mostrando el proyecto de... proyecto—. ¿Quieres que lo veamos aquí? ¿O prefieres ir a otra parte?
La seguí con genuino interés por ver el resultado de lo que habíamos venido trabajando en las reuniones, aunque no lo expresara abiertamente. Me guió entonces hasta el aula de Zeld, y por razones obvias no pude evitar echar un repaso visual, sin embargo no estaba a lo que volví a centrarme en Abby. Estuvo buscando en sus cosas hasta que sacó el proyecto, pensando entonces sobre su pregunta. Era cierto que el día estaba por demás agradable, sin embargo opté por hacerlo allí. —Aqui está bien.
Realmente me dolía todo el cuerpo, ayer no había podido dormir gracias a mi padre, ya que, se le ocurrió la grandísima idea de ponerme hacer calculo después de haber convivido casi todo el día con la jodida migraña, si no parecía mas muerta que viva era por puro milagro. Prácticamente ayer había invadido a todo el mundo así que, el ultimo mensaje que vi por encima fue el de Fiorella, no le conteste ni nada y si se preguntaba si estaba enojada con ella pues, podía hacerse la idea de que era así. Aun no superaba el hecho que se había ido sin mi a la cafetería, y básicamente me había encontrado con alguien peor; Arata Shimizu pero que podía pedir, ahora me preguntaba si Fiorella alguna vez hablo con el ¿como lo soporto?, conociéndola, tal vez solo quiso alegarse de el lo mas rápido posible mas bien por que sabia con certeza cierta, que ella no soportaba a la gente así. Así que siempre me preguntaba en como me convertí en su mejor amiga. Saque mi móvil del bolsillo de mi falda para poder responderle el mensaje que me había enviado. A ver así quisiera estar enojada con ella no podía, había un lazo entre nosotras que superaba al de mejor amigas ni yo misma lograba entender en como nos convertimos en eso que nunca pensé tener. Todo comenzó cuando la conocí en el cementerio. No te preocupes roja Todo tranquilo Pero me debes el almuerzo de hoy en tu casa. Deje el móvil en la mesa antes de sacar lo que traje para comer, aunque en si, no era algo como para comer a esta hora pero, era mi problema y yo comía lo que quisiera y ahora que tal vez lo pensaba bien podría comerme las galletas y las fresas con Jez. No se por que pero ya me había acostumbrado a pasar algo de tiempo con ella, así que guarde el móvil pero por encima note que Fiorella me había contestado. Que confianzuda me saliste Pero te lo debo después de todo por lo de ayer. Deje el mensaje sin contestar en lo que me dirigía al asiento de Jez, al llegar solo me senté en el asiento que quedaba adelante, puse las galletas, las fresas y el jugo en mi regazo, antes de alzar mi vista hacia ella, alce una ceja cuando me di cuenta quien estaba con ella. ¿Altan?. ¿Era enserio?.¿Debería saludarlo? o ¿hacer como que no estuviera aquí?. La primera opción era mas favorable, no tenia ganas de lidiar con alguien con el mismo carácter que el mio o peor. —Hola Jez —una sonrisa algo suave apareció en mis labios al saludarla, pero la borre cuando me dirigí al chico—. Altan —hice una leve de inclinación de cabeza en modo de saludo. Contenido oculto Zireael holis por aquí te dejo a la niña
Cuando sonó la campana tuve intenciones de salir de clase, bajar a comprarme una soda y lo que saliera después de eso, pero apenas pasé por el asiento de Jez que me quedaba de camino ella me sujetó del brazo y me arrastró, de forma que atendí al bento que tenía en su pupitre y el par de jugos. Se veía que la emboscada estaba bien planeada. No dije nada, pero renuncié de inmediato a mi idea de abandonar la clase y moví una silla para poder sentarme en el lado angosto de la mesa mientras observaba cómo ella desenvolvía el almuerzo con delicadez, liberando un par de tenedores que venía sujetos con el trozo de tela que cubría la caja del almuerzo. Cuando lo destapó no me pasaron desapercibidas las gyozas fritas que seguro su tía habría enviado si ella le dijo que pretendía compartir la comida conmigo. Eso y que en sí parecía que era comida para un pelotón de soldados, Dios mío. Me preguntó cosas protocolarias, bueno, desde fuera parecían así pero yo sabía que ella todo lo preguntaba porque le interesaba así que le contesté cada cosa y todo siguió como siempre. Hubo un hueco de silencio ínfimo, me estaba llevando una gyoza a la boca y apenas escuché a Jez cancelé todos los movimientos. —Te vi con Anna en el campamento —soltó de la puta nada y yo la miré como si estuviese diciéndome que tenía delirios de persecución o algo—. Se ven lindos juntos. ¿Te gusta? La contundencia de la pregunta me recordó el incidente Kurosawa, solo que esta vez me puse genuinamente nervioso y agradecí no estar masticando porque me hubiese atragantado con la comida. Escaneé el espacio por si había algún chismoso, pero ella había hablado bajo y el resto medio que habían desaparecido, solo quedaba Adara que parecía estar mandando unos mensajes. —Me gusta —contesté en un murmuro, alcanzando el jugo para abrirlo y darle un trago. Jez sonrió con calidez y alegría, fue menos efusiva que aquella vez, tampoco hizo las mismas preguntas pero le noté que estaba contenta. Algo en el fondo dolió, fue un pinchazo en el brazo como los de las vacunas, pero desapareció pronto y me sentí más liviano luego de haberlo admitido sin más. Como si una parte de mi cuerpo hubiese entendido por fin que podía dejar de aferrarme al montón de algas en el fondo del agua. Noté una silueta acercarse, ella la percibió también y entonces no dijo nada más, en su lugar estiró la mano en mi dirección para posarla en mi brazo, fue una caricia liviana que dio la conversación por concluida. La persona que se acercó resultó ser Adara, para sorpresa de nadie, se sentó en la silla de enfrente y sonrió al saludar a Jez, pero el gesto se borró apenas me miró. No podía importarme menos, la verdad. —Adara —dije al regresarle el saludo, escueto, y volví a tomar la gyoza que no me había comido antes por la entrevista inesperada. —¿Almorzarás con nosotros? —le preguntó Jez, ilusionada—. Creo que alcanza para los tres incluso, a mi tía se le fue un poco la mano con las porciones. Contenido oculto holi uwu alto relleno al principio pero tenía esto entre Jez y Altan pensado hace un rato so, matando dos pájaros de un tiro (??
A decir verdad no espere que Altan estuviera aquí cuando me acerque, y tampoco podía decir si realmente me molestaba, después de todo, el era amigo de Jez y como lo había pensando anteriormente no había venido con humor para nada, ni siquiera para molestarme en pensar que tal vez había interrumpido alguna conversación de ellos dos. No lo mire cuando me respondió el saludo y tampoco le di mucha importancia a la forma que había sonado su voz, ya que prácticamente mi atención estuvo en Jez todo el tiempo. Lo que ella dijo después no lo vi venir, y tampoco lo espere, alce una ceja entre sorprendida y no podía decir con certeza cierta que mas había en mi rostro, intercale miradas entre ellos, antes de posar mi ojos en lo que había traído. —Hum —incline un poco mi cabeza, pensando si debía aceptar o no—. Ya que no soy muy buena diciendo no, por mi no hay problema almorzar con ustedes —mire a Altan—. Claro espero no haber interrumpido nada, no se me da muy bien. Con eso ultimo baje mi vista a mi regazo, podría guardar las fresas en mi mochila y comernos las galletas —Después de comer lo que trajiste pues —alce las galletas con chispa de chocolate —. Podemos comer esto como postre —murmure antes de ponerlas aun lado del asiento antes de acomodarlo mejor entre ellos dos, agarre la liga que tenia al rededor de mi muñeca, y me cogí el cabello en un moño algo mal arreglado ya que algunos hebras se soltaron, no me gustaba comer con el pelo suelto. Le di una ultima mirada a las galletas y ahora que las miraba bien, me hacían recordar a mis abuelos, todos los días antes de irme a la escuela pasaba comiendo y llevando el resto para poder llevarle a Fiorella, parpadee un poco antes de posar mi mano libre en mi cuello para poder tocar el collar que me había dado mi abuela y para mi sorpresa no lo tenia, mi cuerpo se tenso levemente. Respira Adara. ¿Donde diablos estaba mi collar?. Respire un poco antes de meter mi mano al bolsillo de mi falda, tantee un poco, pero no había rastro del objeto solo toque el sobre donde tenia las fotos del campamento. Lo saque y lo puse encima del asiento, incline un poco mi cuerpo para poder sacarlas antes verlas. Se miraban muy bien pero, se que esto no quitaba mi concentración de que tal vez había perdido el collar de mi abuela. Respira. Respira Adara. Talvez solo se te quedo en la cama. —Por cierto aquí tienen las fotos del campamento —me obligue a forjar mi voz para que sonara tranquila, pero se que no lo logre ya que, la sentí distante—. Esta es para ti Jez —se la extendí y mire a Altan—. Y esta para ti Altan —mire la de Cayden y puse en el asiento de Jez trate de sonreír para disminuir la tención de mi cuerpo —. Esa es para Cayden pueden dársela de mi parte. Joder, solo esperaba encontrar mi collar pronto.
La verdad era que mis interacciones con Makris parecían haber ido entre lo normal hasta que a la muy lista se le había ocurrido soltar la orden-sugerencia-idea en el campamento al ponerme de líder de un grupo de idiotas, que sí, que al final había resultado bien pero una cosa no quitaba la otra. Desde ahí la tensión que manejábamos no había desaparecido, ¿la culpaba? Más o menos, no había que ser muy listo para ver que Cara de Culo Uno dándole órdenes a Cara de Culo Dos era una mala idea, pero lo había hecho de todas formas. Por otro lado, era preocupante que Jez terminaba haciéndose amiga de gente como nosotros. Su atención estuvo en Jez casi todo el tiempo, así que yo solo comí la gyoza que había tomado antes y la escuché decir que no era buena diciendo que no. Para tener tanta cara de moco o era mentira o dejaba mucho que desear, pero no era quién para juzgar eso y Jez menos, pues solo se permitió una risa baja. —No interrumpiste —dije sin mirar a ninguna de las dos al inicio, aunque luego observé a Adara con el rabillo del ojo—. Además un poco es cierto que necesitamos ayuda con esto. Envió comida como para un ejército. La verdad era que no había reparado en las cosas que cargaba la chica, solo lo hice cuando dijo que podíamos comer no sé qué luego del almuerzo y resultaron ser galletas con chispas de chocolate. Jez asintió, emocionada, a la vez que le dejaba su tenedor a Adara y ella tomaba el mío, pues no era una gran drama que lo compartiéramos. Los movimientos de Adara, aunque pretendieron evitar que pareciera alterada, fueron relativamente notorios y me di cuenta de que parecía haber perdido algo. Estiré la pierna bajo el pupitre, dándole un toque a Jez en el pie haciendo que atendiera a lo que estaba pasado y la vi apretar los labios, preocupada, pero igual no tuvo mucho tiempo de reacción. Makris sacó las fotos del campamento, extendió una hacia Jez y otra hacia mí que me hizo fruncir el ceño apenas la tomé para mirarla mejor. No recordaba eso, la verdad, pero era evidente que Jez se había puesto de graciosa con las flores mientras yo dormitaba y Dunn se había subido al bote, en sí no me molestaba así que pronto relajé los gestos y me permití una sonrisa bastante sutil. —Me gustan mucho —dijo Jez con la alegría bien presente en la voz y estiró el cuello para ver si Cayden estaba en el salón, pero no fue el caso—. Al, ¿le das tú la foto cuando lo veas o se la doy yo? —Dásela tú, al pobre desgraciado lo estreso solo por existir —completé mientras dejaba la foto sobre el escritorio de nuevo, para poder comer un par de bocados de arroz. Cuando me bajé la comida conecté neuronas y miré a Adara—. Gracias por traernos las fotos.
¿No había interrumpido? debería alegrarme por eso, pero no, para ser sincera no me espere que tocarme el cuello y no encontrarme con el collar de abuela en el ocasionaría que mis emociones se descontrolaran. Vamos, sentía tristeza, enojo y unas terribles ganas de llorar y golpear algo, le prometí a mi abuela que nunca me lo quitaría por nada del mundo, si hasta entraba a la ducha con el. Para no mentirme a mi misma, ese objeto y la fotografía era lo únicos recuerdos que poseía de mis abuelos y de mi madre. Mi mente prácticamente seguía pensado en mi collar, por que a decir verdad no escuche nada de lo que dijo Altan solo logre escuchar "ejercito" y alce mi vista para poder verlo y después la fije en lo que estaban comiendo cuando Jez me paso el tenedor. —Gracias —comí un poco en lo que me inclinaba hacia delante antes de cerrar los ojos —. Esta muy rico. Suspire antes de abrirlos devuelta y fijar mi vista en Jez, y después en Altan antes de volver a mi espacio, en lo que notaba la alegría de Jez cuando miro las fotos. —Me alegro que te gusten —sonreí tocándome el cuello, en lo escuchaba lo que hablaban y preguntándome a donde había dejado mi collar, saque mi móvil para escribirle a mi nana, tan solo quería saber si mi collar estaba en la casa. Nana, ¿me puedes hacer favor? Puedes entrar a mi dormitorio y ver si el collar que me dio la abuela esta en la cama O en la repisa donde tengo los libros Con eso deje el móvil encima para volver mis ojos a Altan y encontrándome con los suyos cuando me agradeció por la fotos. —No es nada, después de todo no podía quedármelas —abrí el jugo que había traído con el fin de tomar un poco, para después dejarlo encima a una buena distancia de mi móvil —. ¿Como les ha ido?. ¿Yo queriendo instalar una conversación? eso ya era algo nuevo. Tal vez perder el collar de mi abuela, me estaba poniendo mal.
A veces pasaban cosas en mis narices y no me daba cuenta, era casi una característica de mi personalidad, así que quizás hubiese pasado por alto la búsqueda de Adara de no ser por el toquecito que me había dado Al por debajo de la mesa. Se había tocado el cuello, luego buscó en los bolsillos y me sonó a que intentó distraerse al darnos las fotos, pero la cosa seguía rebotándole en la cabeza así que debía ser importante y comencé a preocuparme por ella. La escuché agradecer, decir que la comida estaba muy rica y sonreí, aflojando algo de la preocupación que me estaba generado, pero seguí poniéndole atención con el rabillo del ojo mientras miraba la foto. Altan me dijo que le diera yo la foto a Cayden, así que saqué un libro del maletín para poder guardar ambas allí y que no se arrugaran. Adara siguió tocándose el cuello y aunque nos hablaba su atención estaba puesta en lo que no aparecía, que tenía toda la pinta de ser un collar. Tomé aire despacio, lo solté y estiré la mano para quitarle a Altan el tenedor para poder comer un par de bocados; él le había agradecido poco antes de que yo hiciera eso y ella dijo que no era nada, para luego pretender hacer conversación. —Ah, bien. He estado pasando tiempo con una chica que conocí en la prueba de valor, va a la otra clase y se llama Verónica —comenté y me permití una sonrisa—. Tal vez podamos almorzar con ella un día de estos. —¿La chica albina del salón de Akaisa? —preguntó Altan abriendo el jugo que había dejado sobre el pupitre y yo asentí con la cabeza—. Ya sabes que no tengo problema en conocer a tus amigas, Jezzie. Y yo, pues me ha ido bien, supongo, lo normal. Su respuesta fue bastante pobre, como era de esperar, pero sí ya Al era de poco compartir cosas, con gente que no conocía demasiado el asunto no mejoraba. Tan siquiera le había contestado algo, en otro momento no habría hecho ni eso. —¿Y a ti, cielo? —pregunté hacia Adara y dudé varios segundos en si meter la cuchara o no, teniendo en cuenta que Altan estaba allí y podía cohibirla o molestarla—. Perdiste algo, ¿no? ¿Quieres que busquemos aquí en el salón o en los casilleros por si se te cayó en la mañana? Altan no dijo nada, de hecho mandó toda su atención al bento y me quitó el tenedor para concentrarse en comer. Sabía que él no diría nada en tanto Adara, bueno, no diera señales de que quería compartir la situación con nosotros, pero era de todo menos tonto y se habría dado cuenta de que lo que sea que no aparecía parecía ser especial para ella. Bajo esa lógica, sabía que incluso si la chica no terminaba de caerle bien o lo que fuese ayudaría a buscar, porque también era esa clase de persona en el fondo. Contenido oculto me daba cosa que Jez preguntara, pero es Jez y sería muy raro que no se ofrezca a ayudar JASBDH
A decir verdad estaba esperando el mensaje de mi Nana con urgencia ya que a cada segundo miraba el móvil, pero no, no respondía, de seguro estaba dormida o en la cocina preparando que se yo, suspire antes de volver a coger el tenedor que me había dado Jez no podía simplemente dejarlos con la comida hay, había aceptado almorzar con ellos y eso haría. Comí un par de bocados aun con mi vista puesta en el móvil, y la volví alzar cuando escuche la respuesta de Jez y Altan a mi pregunta, una a la cual me había sorprendido al escuchar salir de mi boca, ya había terminado de masticar cuando ella me hizo la pregunta a mi, y para no mentir me imaginaba que Jez iba a preguntar si había perdido algo, estaba aprendiendo a conocerla. —Puedo decir mas o menos, supongo, ayer remato ya que pase casi todo el día con la migraña —la mire un poco y mire de reojo a Altan, tratando de tranquilizar mi estado de animo, mis ojos algo distantes para así poder contestar a lo otro sobre si se me había perdido algo, me acomode mejor en el asiento—. Si, un collar, me lo regalo mi abuela antes de fallecer —había tocado mi cuello—. No lo creo, pero si se me callo pues no estoy segura de que todavía siga allí. Mire mi móvil antes de alzarlo. —Ya le pregunte a alguien de mi casa para que revisara si estaba en mi habitación, después de todo es una posibilidad segura ¿no?. Por que no se que haría si se me perdía Contenido oculto No te preocupes uwu, me imaginaba de algo que ella preguntaría, y se ofrecería ayudar.
Al final la preocupación de Adara se me comenzó a proyectar al cuerpo, la mantuve a raya como pude porque era ella la que estaba angustiada y nada ganábamos con que yo le hiciera segunda sin motivo. Igual no quería que se sintiera obligada a comer con nosotros solo porque se lo habíamos ofrecido, si la preocupación era tanta era poco probable que la comida le sentara bien de todas formas. —¿Otra vez? —pregunté con suavidad cuando dijo que la migraña la había atacado ayer—. Me hubieses buscado. Ah, Al el otro día le di una de tus pastillas. Ya de por sí había notado que él medio regresaba la atención a la conversación cuando Adara mencionó la migraña, en su rostro no pasó ninguna emoción en particular y cuando le dije lo de las pastillas sus facciones en vez de tensarse, parecieron suavizarse apenas un poco. Tomó otro bocado de comida, masticó con calma y habló. —Si necesitas medicamento puedes pedirme cuando necesites —le dijo a Adara, seguía relativamente serio pero sonó un poco menos... ¿amargado?—. Puede que no sea lo mejor porque no sé qué tomas, pero al menos para aliviarte la crisis en el momento sirve. También respondió a mi pregunta, dijo que había perdido el collar que le había regalado su abuela antes de fallecer y suspiré, ahora tan siquiera entendía por qué parecía ser tan importante. Asentí con la cabeza, comprensiva, y estiré la mano para dedicarle una caricia liviana en el brazo. —Demos tiempo a que te contesten en casa, esperemos que esté allí, pero en cualquier caso luego podemos dar una ojeada rápida, ¿de acuerdo? No perdemos nada por intentar —añadí mientras regresaba la mano a mi espacio y le sonreí, sabía que no era mucho y que quizás no la calmaría, pero quería que supiera que estaba allí para ella.
Después de decir como había estado y mencionar lo de la migraña, lo que dijo después Jez no me lo esperaba mi vista se quedo en Altan por unos largos segundos, ¿Entonces las pastillas de la otra vez eran de el? No sabia ni que pensar con eso, me imaginaba que mi relación con Altan no iba hacer para convertirnos es mejores amigos, vamos, ¿Donde se había visto que dos amargados se llevaban bien?. —Si —inquirí—. Puedo decir que tuve la fantástica dicha de chocarme con alguien —eso lo había dicho con un poco de sarcasmo—. Y me ayudo a llegar a la enfermería su nombre es Arata Shimizu supongo que lo conocen ¿no? —su nombre lo había dicho sin tantas ganas, como fuese, lo que dijo el señorito que tenia casi al frente me dejo helada, bueno había quedado helada desde que me entere que el también sufría migraña. ¿Había otra cosa aparte de esa que no tuviésemos en común?. —Gracias, lo tomare en cuenta cuando me vuelva a olvidar de mis pastillas —suspire antes de seguir comiendo unos bocados mas, ya había terminado de masticar cuando tome el jugo y le di unos sorbos. Había dicho según una posibilidad segura ¿no?, pues parece que me había equivocado, por que en el momento en el que mi Nana reviso el mensaje y, cuando lo termine de leer, termine de paralizarme. Mi collar no estaba ni en mi habitación, ni en la sala de fotografía, (cuarto oscuro), ni en la biblioteca prácticamente mi Nana había revisado en lugares en los que yo mas pasaba. Y no había absolutamente nada. Lo que me dejo peor fue cuando me pregunto si había perdido el collar. Pero deje de prestarle atención al mensaje en el momento que sentí una mano acariciarme el brazo, alce mis ojos a los de Jez, parpadee un poco antes de mirar de vuelta su mano en el momento que pronuncio esas palabras y después la quito, a decir verdad en poco le devolví la sonrisa. —Ya recibí el mensaje y no, no esta en casa supongo que me queda buscar en los pasillos o en mi casillero y si no esta en esos lugares —sonreí amargamente—. Supongo que tal vez lo perdí, o se me cayo en el momento que baje de la limosina. Inhale y exhale dos veces seguidas. Intercale miradas entre los dos antes de mencionar: —Y lo siento si les arruine el almuerzo, no quise arrastrarlos a esto.
Adara y Altan encontraron miradas, él no reaccionó mucho más, se limitó a sostener el contacto como si nada o al menos fue así hasta que Adara mencionó a Shimizu, haciendo que se le escapara una risa por la nariz. Fue una mezcla de incredulidad y burla, pero no me pareció que lo segundo fuese dirigido a Adara como tal y de por sí luego le ofreció las pastillas, así que el gesto quedó medio perdido en la conversación aunque a él le quedó una sonrisa sutil en el rostro. —No es nada —dijo al agradecimiento de Adara. —Shimizu... Es el amigo tuyo que mencionó Cay, ¿no, Al? Bueno, asumo que es amigo suyo también —pregunté cuando logré hacer dos más dos. —Sí, ese, va la otra clase, el rubito del undercut, ¿lo ubicas de vista siquiera, Jezzie? Como sea, topar con Shimizu es una señal de que ya Dios te abandonó, Cayden y yo podemos confirmar eso —contestó con el tono plano de toda la vida, pero yo comprimí los gestos y estiré la mano para darle un zape en la cabeza—. ¿Qué? Es verdad. El fuckboy de la moto y los tatuajes que está repitiendo tercero no es una buena noticia para nadie. Suspiré, negué con la cabeza y giré el rostro hacia Adara para encogerme de hombros como diciéndole que no había mucho remedio. Con la descripción que me había dado ya había logrado darle cara al apellido, era el que estaba en la mesa con él, Cayden y Anna en el campamento, con eso... Vaya, la verdad era que sí era difícil defenderlo. Cuando la chica nos dijo que ya le habían contestado de casa y que el collar no estaba allí solté otro suspiro, esta vez sonó resignado y aunque jamás se lo diría, comencé a asumir que quizás no lo encontraría. Era algo importante, especial, así que entendía cualquier reacción de su parte ahora o en los días siguientes. —Lo siento, cielo. De verdad esperaba que estuviese en tu casa. Se disculpó con nosotros por la posibilidad de habernos arruinado el almuerzo, yo negué con la cabeza y Al se adelantó a mí para responderle. Su tono monocorde no cambió demasiado, pero percibí en él la misma paciencia con la que me trataba a mí y sonreí ligeramente. —No te preocupes, no nos arruinaste nada. Podemos comprarte algo dulce en la cafetería tal vez, no es muy bueno para la salud y tal, pero comer cosas dulces a veces mejora el humor y ayuda a que uno se sienta mejor. Contenido oculto perdona, te juro que mi cerebro bloqueó este post y pensé que no me habías contestado todavía (?
A decir verdad aparte mi mirada de la de Altan después mencionar el nombre del rubito que me había acompañado a la enfermería, pero al escuchar su risa y al notar una mezcla de incredulidad y burla mi vista fría cayo en el como si de un hielo se tratase, arquee una ceja recose mis brazos en el respaldo de la silla, ladee la cabeza levemente. Ok, solo esperaba que eso no fuera sido dirigido para mi por que ya estaba empezando a creer que tal vez podría llevarme un poquito bien con el. Como tal, deje de pensar tanto con eso cuando escuche la voz de Jez deje que los dos hablaran mientras le respondía el mensaje a mi Nana, para así guardar el móvil de una vez por todas. Volví a mirarlos cuando escuche a Altan terminar de decir lo que fuese de ese chico, en para no mentir había notado mucho que haberme encontrado con el no era buena cosa ni una gran noticia, desde el momento que me había dicho que había errado en la escritura del significado de su nombre. Gran tormenta me había dicho ¿no?. —Supongo que en eso de encontrarse con el no es buena cosa para nadie —lo mire—. Puede que comparta contigo me di cuenta en el momento que pose mi vista en el. Después de terminar de decir eso mire a Jez cuando ella negó con la cabeza, me encontré con su mirada antes de hacer en segundo lo mismo que ella hizo con la escogida de hombros, si ella me estaba diciendo que no había remedio en pocas palabras yo pues que no había el caso de importancia. Lleve mi manos a mi cabello antes de desatarlo en eso escuche la voz de Jez antes de que saliera como cascada me lo peine con los dedos un poco para después mirarla. —Gracias —murmure en un noto algo bajo y distante—. Aunque no quisiera admitirlo algo dentro de mi decía que tal vez no iba estar allá. Una sonrisa algo lenta asomo en mis labios antes de bajar mi cabeza y mis brazos cruzados abajo de ella en la banca, ¿Y ahora que iba hacer? ¿Como iba llegar a mi casa sin que mi papá me preguntara por el collar de la abuela?. Dios. Perdóname abuelita, perdí tu collar, no cumplí la promesa que te hice de cuidarlo. Suspire ante de alzar mi vista cuando escuche la voz de Altan después de haber dicho sobre el almuerzo arruinado, alce mi cabeza lentamente para mirarlo sorprendida ¿El me estaba invitado a comer dulce en la cafetería?. Era difícil de creer pero era lo que estaba escuchando, obviamente no se me escapo el noto con lo que lo había hecho, pero también logre distinguir algo mas. Mire las galletas en la mesa, podría dárselas a Fiorella, por que para decir verdad ahora no tenia ganas de comerlas. —¿Seguros? —los mire pausadamente—. No tienen que sentirse obligados hacerlo pero como amo los dulces pues —intercale mi mirada entrecerrada entre los dos—. ¿Puedo pedir cualquier dulce?. Contenido oculto Oh tranquila uwu, a veces pasa. Adara algo suavecita por ese momento a la vista <3.
No creía que Adara fuese una mala persona, en lo absoluto, si acaso ponía en cuestionamiento sus modos aunque yo podía pecar de lo mismo y trataba de mantener todo en una balanza, tratando de evitar que se inclinara demasiado hacia cualquiera de los lados, mío o suyo. Era un trabajo de paciencia, uno que seguro no estaría haciendo de no ser porque esta chica parecía haberse ganado el afecto de Jez, aunque eso en sí no era demasiado difícil. Cuando se me escapó la risa por el asunto de Arata noté que la mocosa me hubiese matado con la mirada de haber podido, pero la verdad era que no me reía de ella, no en todas las de la ley por lo menos. Encontrarse a Shimizu en un día de migraña tenía que ser la definición de ser un desgraciado, eso era todo, e iba muy en serio cuando decía que chocar con él era el equivalente de haber sido abandonado por Dios. Arata era una personalidad abrasiva, aparecía en las vidas ajenas, buscaba los defectos y encajaba el cuchillo justo donde sabía que sería una molestia. ¿Era malo en realidad? No lo tenía muy claro, justo como no sabía si yo estaba más cerca del negro que del gris. A veces parecía que el mismo Satanás se había hartado de él y lo había escupido al mundo, otras tantas solo parecía ridículamente cansado y aparentaba veintipico de años en vez de diecinueve. —Si quieres evitarte un par de migrañas tensionales te recomiendo poner distancia con Shimizu —añadí después de sus comentarios, cerrando con eso el asunto. Al final Jez pareció rendirse también, quizás por el propio bien de Adara para no pretender forzar esperanzas falsas sobre ella, pero hizo lo de siempre y le ofreció, vaya, todo lo demás. Su compañía y su tiempo. La sorpresa con la que me miró me recordó lo extraño de mi ofrecimiento, pero no me retracté y comí un poco más del almuerzo de Jez mientras la morena superaba su momento de shock. Miró las galletas, nos miró y al final cedió a su capricho, algo normal para una adolescente si me lo preguntaban. —Seguros —afirmó Jez junto a una sonrisa—. Puede pedir lo que quiera, ¿verdad, Al? —Sí, esa es la gracia del asunto —concedí, sereno.
A decir verdad aun estaba sorprendida por la propuesta que Altan me había hecho, bueno no sabia ni que mismo pensar, como fuese había escuchado lo ultimo que dijo sobre el rubito, así que solo alce una ceja antes de levantar la cabeza y todo mi cuerpo, en el proceso me aparte algunos pelos del rostro. Mire a Jez por uno leves segundo cuando afirmo a mi pregunta y le pregunto a Altan sobre lo que si podría pedir lo que quiera. Mi ojos se posaron en el chico cuando respondió que si, a decir verdad solo los entrecerré levemente, prácticamente era como que si estuviera dudando de sus palabras. Mire una vez mas las galletas antes de alzarlas un poco, lo tenia pensado se las daría a Fiorella. —Ya que usted lo dijeron, pues no se aceptan devoluciones —mencione antes de mirar a la puerta con la mirada algo fría y perdida, para así volver mi mirada a los dos para después llevarla al almuerzo que Jez había traído—. ¿Seguimos comiendo hasta que terminemos o vamos ahora?
Los tacones negros de Linda repiquetearon con cierto brío dentro del aula. Su ritmo usual solía ser más calmado, así que aquello llamó la atención de los estudiantes más veteranos. Dejó su cartera sobre su silla y algunas cosas más antes de acomodarse las gafas y juntar las manos al frente, sonriéndole a sus alumnos. —Buen día, niños~ —Soltó una risilla, vete a saber por qué, y su mirada se posó repentinamente en el chico nuevo de la clase, el moreno—. Paimon-kun, ¿cierto? Bienvenido al Sakura, cielo. Sus palabras parecían cálidas e inofensivas, pero había algo en su tono de voz que... desentonaba. ¿En qué estaría pensando? Sólo Dios lo sabía. Tras observar a Orn un par de segundos deslizó sus ojos a Anastasia y cruzó los brazos, golpeteándose la mandíbula con la punta del índice. —También tenemos a Ivanova-san. Veamos... Hwang-san, ¿los ayudarías a ubicarse dentro de la escuela, por favor? Gracias~ Contenido oculto como puse en la 3-1, dejo los tours asignados con un poquito de anticipación por si luego se me hace muy tarde. Hope u dont mind <3
La excursión al campamento había sido bastante más divertida de lo que había esperado en un inicio, lo que conllevó a que hubiese tenido una buena experiencia general durante la actividad. Me había servido para despejar un poco la cabeza de toda la situación de casa, que de vez en cuando seguía haciéndome sentir bastante rara para ser honesta, y también para conectar un poquito más con mis compañeros de clase. Ya había pasado algo de tiempo desde que volvimos a la normalidad, sin embargo, y yo me había estado dedicando a lo mismo de siempre: intentar acostumbrarme a mi nueva vida y al idioma; ambas cosas iban mejorando poco a poco, lento pero seguro. Me iba manejando mejor con todo en general, aunque seguía sin sentirme del todo segura con nada y, por eso mismo, lo cierto es que me sorprendió bastante cuando la tutora me encargó el tour de los alumnos nuevos. No estaba completamente convencida de ser la mejor opción, pero... tampoco quedaba otra, ¿no? Me había tocado y no iba a llevarle la contraria a la profesora. Así pues, cuando la campana que anunciaba el inicio del receso sonó, recogí mis cosas con la mayor rapidez que me fue posible y me acerqué a los dos alumnos en cuestión, con una sonrisa amable sobre los labios. —Hola, bienvenidos al Sakura —les dije a modo de saludo—. Ya habéis oído a Patterson-sensei, os voy a enseñar un poco cómo es la Academia. Yo soy relativamente nueva todavía, así que quizás no conozco todo en detalle, pero creo que podemos pasar por los lugares más importantes sin problema. ¿Os parece bien? Contenido oculto quem Insane heyo <3