Aula 3-2

Misato Aoyama

Habían transcurrido unos días desde que el festival de la Golden week permitiera una oportunidad para demostrar la riqueza de nuestra nación a Clementine y a su hermano, mi esfuerzo por elaborar kimonos y Haoris para ambos dio sus frutos y entonces conservarian un recuerdo de mi parte más un par de Temaris junto a una caja bento con onigiris hechos con sumo cariño de mi parte.

Aoyama-san...

—¿Si?—la profesora había llamado mi atención con su acostumbrada y risueña expresión—me ocuparé con gusto señorita—acepte amable la petición de la profesora, en la entrada una nueva estudiante se integraría a nuestro grupo y me correspondía dar un recorrido; nunca es molestia dar la bienvenida a nuevos amigos.

Me incliné frente a la profesora y luego frente a nuestra nueva compañera.

—Bienvenida a Sakura Fiore-san mi nombre es Aoyama Misato, es un gusto recibirte en nuestra clase—me presente ante la chica de rasgos occidentales, por su apellido figure que provenía de Italia, un estudiante de intercambio era mayor razón para esforzarme en recibirlo como en casa.

—Cuando quieras podemos iniciar el recorrido, prometo que no perderás el rumbo a mi lado—declare juntando las palmas de mis manos con sonrisa calida y maternal, solo esperaba la respuesta de la chica de sedoso cabello violeta quien seguro guardaba mil cuestiones a la espera de ser respondidas.

>>Si me permites una sugerencia el invernadero es una maravilla en la academia, allí podrás decirme tu flor favorita apenas la veas.

 

Contenido oculto: The Empty Doll

Se recomienda escuchar el vieo con velocidad x2, el propio autor lo dice, jeje

Gianna Fiore
Casilleros -> Salón 3-2

Decir que era poco expresiva sería una mentira, porque sí que lo era. Incapaz de controlar las reacciones en mi cara, sí algo de daba asco, rabia o simple y llanamente me desagradaba se notaría a leguas, independiente de sí el efecto durara mucho o qué tan intenso era realmente ese sentimiento. Porque el real problema radicaba en que sí, era expresiva, pero reaccionaba siempre igual a diversidad de pocas y quería creer que eran contadas las cosas, situaciones y personas que me podían sorprender al punto de quitarme reacciones que ni yo misma sabía que era capaz de hacer.

Para concluir, alguna cosa, tendía a mostrarme muy seria, dura y el desagrado o rechazo eran las siguientes reacciones más comunes y de relevante exageración al gestualizarlas en mi rostro. El resto... pocas veces me mostraba triste o avergonzada, eso era reemplazo la mayor parte del tiempo por el desagrado, la frustración y rabia. Luego estaban las sonrisas, era capaz de sonreír y habían una pocas que eran realmente genuinas, sonrisas nacidas de sentir algo, ahora...

¿Sería realmente ese algo una cosa positiva?
​

Claro que no. En fin, no demoré en llegar a mi salón, antes de preguntarle a cualquier otro dónde se encontraba, yo misma fui trazando mi camino hacia a el guiándome por cosas como el descarte y las posibilidades. Iba reconociendo mi entorno, lo comparaba a la única y pequeña, por no decir mediocre en varios aspectos, escuela que había tenido. No llegaban a ser en esencia algo demasiado diferente... pero vaya que los matices y resonantes colores junto a la forma me hacían sentir fuera de lugar. De por sí nunca sentí que encajara en algún lado, pero el universo volvía a demostrarme que siempre podía ser peor. Era... sorprendente, aun siendo algo fuera de lugar había logrado encontrar mi centro, encajar en un complejo y destartalado rompecabezas. Ahora el de Japón era otro muy distinto, con bordes diferentes, reglas parecidas, pero de distintos matices y nuestras piezas conformaban otro tipo de paisajes y escenarios.

Y aún así, yo no quería ser una pieza más del rompecabezas que encajara y ya está. No me mal entiendan, esto no nacería de querer ser diferente y disfrutarlo, es que lo era, de por sí lo era y lo notaba, por lo que no buscaba desencajar ni me creía superior por llevarles la contraria a todos: Tan solo era que no podía concordar con la gran mayoría de personas, eso entorpecía mis relaciones con ellos y prefería estar en solitario antes de que alguien impusiera sus normas, anhelos y formas de ser sobre mí...

Siempre fui desagradable, borde, dura y egoísta a mi manera; sí en estos últimos tres años de mi vida no había podido cambiar eso, asumiría que era algo natural, inevitable y... bueno, a fin de cuentos no quería problemas. ¿Era desagradable? Evita hablarme. ¿Te molesta lo que digo? Has oídos sordos. ¿Te enerva mi presencia? Bueno, cariño, sí resultamos ser compañeros de curso, lamento decirte que no seré yo que de buenas a primeras decida cambiarme de lugar, puesto o incluso escuela.

Aparte, un viaje al extranjero podía conseguirse sin tener que gastar un ojo de la cara, ahorrar por años o desvivirte, pero no dejaba de ser complejo y una gran oportunidad. No podía permitirme desperdiciar lo que ya tenía entre manos, no importa qué tanto me decepcionara el lugar, sería perseverante y cumpliría cualquier objetivo, meta o labor que me trazaran mis padres o, sobre todo, yo misma.

Gianna Fiore
Salón 3-2

Me quedé en mitad del pasillo, estática y sosteniendo con firmeza el aza de esa mochila que llevaba, se notaba que no era escolar, era más bien practica y un poco especializada, negra por completo, aunque con sus matices. Se notaba valía dinero, osea, me refería a que sí fue un poco de inversión y no comprar solo lo necesario, así que esperaba que eso no implicara que otros codiciaran lo que era mío y bien me lo robaran o destruyeran, que me maltrataran de alguna forma o se aprovecharan de mi personas solo por eso: Por lo que tenía y dejaba de tener. Pero en fin, que tampoco le daba muchas vueltas a uno que otro pensamiento fatalista y de exagerada fantasía. Tras haber analizado por un par de segundos el aula por fuera entré con pasos firmes y que apenas dejaban ruido, sí lo hacían era cuanto menos agradable, aunque, claro, era fácil perder esa sensación cuando los alumnos iban de allá para acá, haciendo resonar sus presencias.

Se me entrecerró el ojo derecho al hacer una mueca, me había quedado cerca de la entrada del aula y observé la situación... juzgué, más bien, cada cara que puede procesar y almacenar en mi más reciente memoria. No los recordaría a todos, claro, pero desde un principio se notaba quiénes resaltaban más. Primero por apariencias, había un mechero metido por ahí tanto por sus ojos como por su cabello, luego un albina que me sorprendió en verdad, pero evité exteriorizar cualquier sorpresa y ni la miré demasiado, porque seguro eso hacían todos: Sorprenderse, mirar y, de darse el caso, tener acosada a la pobre con preguntas o mera presencia. Ya debería estar harta, era un pensamiento nacido de bases más seguras que otra cosa.

Era prejuiciosa, claro, pero todo eso al menos intentaba formarlo desde hechos y realidades, no desde mis miedos o desagrados. Era... complejo cuanto menos, pero acostumbrarme a hacerlo de la manera correcta le quitaba dificultad con el tiempo, lo volvía un actuar natural y no una presión por actuar bajo mi propia imposición... Okey, si me dejó para adentro que hubiera más de un albino y como tres colorines, miré extrañada el panorama, sobria aun, pero con una ceja bien enmarcada. Era cuanto menos curioso, ver todo mezclado con los arquetipicos japoneses...

La sonrisa suave, sonbría y de ojos poco expresivos, pero en paz adornó mis facciones. Era... era adrenalinico, cuanto menos, esto era todo un mundo nuevo y a pesar de las desagradables desventajas que me implicaba Japón, pero en especifico Tokyo, parecían ser recompensadas de repente por este universos de probabilidades extendido ante mí.

Me había aburrido de mi pueblo, de su gente y sus problemas, aunque jamás de su naturaleza, hermosa e incontenible. Maltratada y menospreciada varias veces, incluso, sí es que no eramos más que unos desgraciados. Ahora estaba en un lugar diferente, selvas de concreto y luces artificiales, pero.... pero era fresco en personalidades e individuos.

¿Encontraría acá lo que realmente... podría encontrar? ¿Alegría, placer, tristeza? No lo creía, en verdad era como que imposible...

pero siempre se podía intentar.

​

—Fiore Gianna —expresé mi nombre con una voz tranquila, monótona y fría, faltó un poco de volumen para que todos pudieran escucharme con claridad. Aun sí, al menos mis palabras no salieron duras y ariscas, a deferencia de cuando me erguí tras la inclinación con la que me había presentado, manos por delante de mi regazo la seriedad cayó sobre quién estuviera dispuesto a recibirla. Seguí hablando en un tono similar, pero ahora con mi rostro expuesto quedaba claro que era cuanto menos arisca, para no tacharme a mí misma de desagradable. Eso sería el colmo de los colmos, desastroso, sí alguien tenía que apreciarse para seguir adelante tendría que ser yo, no podía confiarle el trabajo a otro, porque... era complejo, cuanto menos, lo sabía—. De Europa, el norte de Francia. Espero nos llevemos bien —tranquilidad, calma y, claro, desapego que se podía vincular a lor nervios o extrema formalidad.

A mí educación o alguna supuesta timidez... Nunca sería necesario aclarar mis problemas con las expresiones emocionales, el apego y qué ocurría con las muestras de afecto.

Lo aborrecía,
me desagradaba,
era artante
solo quería alejarme.
​

Que nadie me molestara.

Contenido oculto: It's called: Freefall

—Estoy a su cuidado —finalicé con un volumen incluso más bajo que antes, no me importaba en realidad sí le prestaban o no atención, de cualquier modo. La cosa es que aun con todo, siempre sonó firme y tuve un hablar de suave tranquilidad.

Tras eso me dirigí al puesto que me indicó la docente y procedí a centrarme en mis clases. Una vez acabadas las primeras horas de estudios, la profesora me encargó una estudiante asignada para que me mostrara el establecimiento. Otra vez miré a alguien con la ceja bien levantada, demostrando mi extrañeza silenciosa, porque nunca antes en mí vida había visto una mecánica así, igual y solo fue la escuelita de mi pueblo donde estuve la mayor parte del tiempo, sí no la conocías ni siquiera debías ser residente del lugar, y para terminar en un pueblo como ese... bastante mediocre sería tu vida o la de tus padres, como para pensar que un pueblo más aislado que perdido, olvidado y en que la mayoría eran parientes y poco había para prosperar, fuera la mejor opción para juventudes nacientes.

Como fuera, la cosa es que tenía un guía para esta escuela y la chiquilla asignada para la labor no demoró en acudir a mí apenas pudo.
—Gracias, profesora —fue lo único que dije, cordial y sin ninguna necesidad de alzar la voz, acompañada toda mi seria expresión con un ligero asentimiento de cabeza. Mi voz, aunque tranquila, no expresaba mucha más emoción de la que podía expresar mi duro rostro.

Cuando la chica se inclinó antes mi la observé en silencio y supuse que era hora de ordenar mis cosas. Lo hice con precisión y rapidez, carente de nerviosismo, para no descuidar la atención que me ofrecía... Aoyama Misato... con que Aoyama sería el apellido... ¿Misato el nombre? De acuerdo. Le asentí con la cabeza, cordial, sosteniendo la mochila sobre mi propio asiento, para que no se llegara a deslizar y caer al suelo en caso de cualquier inconveniente.

—Un placer conocerte, Aoyama-san —dije con seriedad una vez volví a sostener su mirada tras erguir la espalda. A pesar de toda mi aura de pesadumbre, me permite una sonrisa suave con ojos sosegados, cordial y sin dejar de pecar por sobriedad. Era lo más gentil que podría obtener de momento por mi parte, de cualquier forma—. En verdad agradezco tu ayuda —hablaba calmado y demoraba un poco en formular las frases, porque me detenía a pensarlas en silencio, sí lo decía bien o sí no tenía algún mal entendido.

Lo dicho, había estudiado para comprender lo más esencial, pero eso no me excusaba de tener aun poco vocabulario y mucho menos me facilitaba tener una expresión verbal genuina en mis palabras. Por fortuna... y nunca fui muy fan de las conversaciones largas, pero era consciente que podía monologar bastante, pero no venía al caso sí la chiquilla esta desconocía el inglés, porque ni de broma iba a esperar o exigir que supieran francés.

"... prometo que no perderás el rumbo a mi lado" A pesar de que mi seriedad llegó tan pronto como mi sonrisa apareció, esas palabras lograron robarme una sonrisa inclinada más al lado izquierdo, más genuina que la anteriores, porque era una sonrisa zorruna. Me agradaba lo que escuchaba, en verdad satisfactorio.

Buen inicio, señorita Aoyama... Oh... un invernadero. La sorpresa calma en mi rostro fue clara, para luego volver pronto a la seriedad estoica, había dado en la diana y no había algo que amara más que la naturaleza misma, mientras más se alejaran de los seres pensantes y personas, pero que no llegara a ser devastador o un peligro para mí, simple y llanamente me brindaba una comodidad que siempre atesoraría.

Ah... si sonreí con más emoción cuando la chica mencionó sobre preguntarme por mi flor favorita, aunque me mantuve sobria aun sonriendo con un poco más de amplitud. Era una verdadera lástima para la pobre de Aoyama, no conseguiría con facilidad que le devolviera sus amorosos y gentiles expresiones y palabras...

porque para empezar, no me importaba hacerlo.​

No quería calentarme la cabeza siendo generosa.
​

Y de frentón no podía darle algo de lo que carecía, por más que quisiera retribuirle todo lo bueno que me entregaba.
Podía conformarse con mis sobrias sonrisas y actitud tranquila, claro. Sí le era suficiente con eso, no pensaba entregar más por voluntad propia.

—Me parece una muy buena idea, Aoyama-san —alagué con esa voz monocorde, sin pizca de agresividad y por primera vez era más fresca que fría, grave, pero no dura. Relajada, más allá de calmada. Empecé a caminar y antes de alejarme de ella, agregué—. Tendremos que pasar a comprar mi almuerzo, en cualquier caso.

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Hola, hola Kuno Vizard uwu Voy a postear con Kenta y Momoka en el comedor, así que sí prefieres me la arrastras de inmediato al invernadero <3 Así no tengo tres generatochos en un solo lugar XD

Puedes sumar a otros de tus personajes sí quieres y piensas que encaja con la situación, ya que sé que Misato tiene amigos/as que son tus niños de otros cursos uwu
Así que, sí les nace, no te reprimas de querer sumarlos <3

​

 

Estire la mano para ayudarla a levantar, abriendo entonces la puerta para salir por la azotea con las manos ya enterradas en los bolsillos. Era tedioso el calor que estaba haciendo, sin embargo dentro del edificio se conservaba algo de frescura. Continué por el pasillo hasta frenar en la 3-2.

—Casualmente Zeld y yo estamos en la misma clase —comenté adentrándome al salón. Aún no había subido nadie, y buenos realmente me era irrelevante.

Me encaminé hasta mi pupitre y arrastré la silla del puesto del lado, para invitarla a sentarse en lo que sujetaba la mochila, deslizaba el cierre y daba paso a un empaquetado azul oscuro.

—A ver qué piensas, Catherine.

De apariencia no sentía que se veía mal, pero de sabor no estaba confiado, para nada.

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Nekita

 

—¿En serio? Qué casualidad~—Suspiró de alivio ante el cambio de temperatura del salón en comparación a la azotea, incluso aunque hubiera brisa, un salón vacío que iba acumulando el aire condicionado era mil veces mejor, así sin más lo siguió hasta su lugar y tomó asiento donde le indicaba con una sonrisa con cierta emoción.

Vio el almuerzo que se le presentaba, a simple vista se le parecían unas especie de ravioles con una forma un poco más distinta a lo usual, pero aun así tomó el tenedor para tomar uno de ellos y probarlo finalmente.

No hizo muecas ni nada por el estilo cuando mordió y finalmente pudo probar el sabor, tan solo continuó hasta que pudo tragarlo con algo más de normalidad antes de verlo. —¿De dónde es el platillo? —Preguntó por mera curiosidad, tratando de justificar a su cabeza que quizás era algo a lo cual no estaba costumbrada del todo.

—No es...algo a lo que este muy acostumbrada en realidad pero...con unos pocos cambios puede ser algo más ameno, no esta mal~

 

Suiren Craig

Seguí el movimiento de su mano hasta que terminó en sus labios, entornados apenas los orbes al pensar que quizá haría algún tipo de mueca, sin embargo ella permaneció tranquila, lo suficiente para no mostrar de forma expresiva el sabor.

—Rusia.

Un poco si que afloje una risa, recostando el mentón en el dorso de mi mano.

—No supo muy bien, ¿cierto? Está mañana que lo preparé quedé con la sensación de que no los adobé como debería —estiré entonces la mano libre para hacerme con el tenedor de ella, retirándoselo con suavidad para ser yo el que probará ahora.

Mastiqué sintiendo la ausencia de sabor, pese a la carne que traía la preparación. En cuanto tragué, hablé de nuevo.

—Se llama Pelmeni, es algo muy típico de madres en mi país.

 

Después de despedirme de Emily, subí algunas escaleras para poder girar y llegar a mi aula sonreí el momento que vi 3-2, ella tenía razón pues realmente no había ningún perdedero. Así que solo entre, al poner mi mochila en un puesto vacío suspire un poco sabía muy bien lo que venía ¿presentarme?, lo que más destetaba y lo que más menos me gustaba hacer.

Así que solo me pare en mi mismo puesto y musite mi nombre a secas: ─Adara Makris espero llevarme bien con todos ─Volví asentarme, para ser sincera no me importo si prestaron atención, y pensando en lo último que dije pues me valía si no le caía bien a nadie, saque lo que necesitaría en el momento no escuche nada de lo que decía la profesora, esta tan perdida garabateando y dibujando en mi cuaderno que solo alce la cabeza cuando escuche mi apellido, solo asentí ante la bienvenida escuche algo de un tour cosa que sabía muy qué significaba, alcance a escuchar el nombre de una tal ¿Eris? ¿Quién era?, ni la menor idea.

Tan solo escuche la campana así que me dispuse a pararme para guardar todo, cosa que no alcance hacer porque escuche mi apellido solo gire a la voz dónde provenía y la repase con cierta curiosidad, ¿talvez era la persona que me haría el tour?.~

Alce la ceja con incredulidad, al escuchar su pregunta tan directa ¿Qué si mi apellido era adorno decía?, tenía una terrible ganas de reí más bien cosa que hice y la sonrisa solo murió en mi boca, primera vez que escuchaba esa pregunta tan absurda, pero saben decir por allí, que hay primera una vez para todo ¿no?.

─ Si soy Griega, y como vez no el apellido no es ningún adorno ─Inquirí al virarme para guardar todo en mi mochila, ¿Qué si mi noto de voz no había sido tan calmado? pues me importaba muy poco, lleve mi pelo a mis hombros al girarme hacia ella incline un poco mi cabeza para mirarla con desdén, así que ella era Eris. Para ser sincera ahora tenía la descara y jodida ganas de sentarme en mi puesto y, no hacer ningún tour, pero por otro lado el yo de mi interior quería conocer ahora la academia así que, le daría ese gusto solo por esta vez y aprovecharía esta oportunidad ¿no?, solo esperaba no aburrirme ─. Elijo el tour, tú conoces la academia más que yo así que te sigo. ¿A dónde iremos primero?~.

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Juniper Holiwis, sorry por recién postear se puede decir que estaba en la cárcel, llamada instituto con profesores algunos estresantes <3. Y tranquila sobre el post no importa uwu
PD: Solo dijo que el carácter de esta niña, es de a thousand demons.

 

Me había zafado un poco porque no quería trabajar a las carreras, así que prefería por mucho adelantar así fuese un parte hoy, y más porque aunque conocía poco a Suiren, las probabilidades de que me buscara para hacer el proyecto las creía minímas. Me adentré en el salón de clase, recorriendo con la vista el espacio hasta ubicarlo, saltando un par de estudiantes más que estaban por ahí regados.

Suiren estaba de pie, mirando por la ventana con el celular en la oreja. Hablaba por celular como tal por lo que esperé hasta que colgó, dando con sus lentes de sol a lo que elevé la mano a la altura de mi cabeza para saludarlo.

—Ey, ya pensaba que habías salido a la azotea —comenté risueño, de por sí—. ¿Viste que estamos en el misml grupo y eso? Quería saber si tienes alguna idea sobre qué hacer el proyecto, porque la verdad lo único que se me ocurre es algo alguna pintura o algo.

Lo noté relajar las facciones ligeramente, soltandols hombros con relajo en lo que se guardaba el celular en el bolsillo.

—No suena mal.

Bueno, no me esperaba el que nos fuéramos por lo primero que fuese a mencionar, aunque bueno, faltaban más integrantes y eso, así que no estaría mal escuchar la opinión del resto, por lo que agregue.

—¿Conoces a alguno más del grupo? —saqué el papel mal trecho del bolsillo en el que había escrito sus nombres, a lo que lo noté girar el mentón por el rabillo del ojo, ligeramente hacia uno de los puestos del salón.

Deslicé mis pupilas entonces, denotando la cabellera rojiza en uno de los pupitres.

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Yáahl hola, no sé si David está pero improvisé (?) Cualquier cosa me dices y edito

 

Podría decirse que mis defensas habían estado lo suficientemente altas como para que, a pesar de que, mi familia pasó por el resfriado el fin de semana aquella virosis no me tocase ni un pelo. Así que había asistido a la sesión de fotos con normalidad, y hasta me había dado una vuelta por el parque a practicar algo de deporte. Había sido de sobra, un fin de semana tranquilo, entretenido quizá.

Ya con el lunes encima sabía el que colocarían en el tablón de anuncios los nombres, y en cuanto llegue había demasiado flujo de estudiantes, por lo que no me molesté en hacerme un espacio, tan solo seguí con mi camino al no haber asistido mi hermana conmigo. Ya a la mañana siguiente tendría más probabilidad de ver mi grupo de trabajo sin estar en tanta multitud, aunque cabía la probabilidad de que me buscas en antes de enterarme, y así fue...

Era mejor tener a Zoldryck en el grupo que al hermano de éste, y también estaba Mason, por lo que el grupo parecía quedarse en el espectro de lo calmado.

—Zoldryck me estaba comentando sobre hacerlo referente a alguna pintura —recosté la espalda baja contra el muro de la ventana—. Podríamos investigar algo referente a eso.

Kasun asintió con ligereza, sacando el móvil en lo que habría una página de Google, ensenandomela y luego en dirección de David, hablando:

—Estaba pensando en algún proyecto de colores en los cuadros de pintura o algo así, ¿les suena bien? Podríamos ir al club de arte a ver algunas pinturas y usarlas de referencia —pareció esperar alguna respuesta, continuando con la idea—. Tienen tiempo ahora para ir, ¿o lo dejamos para mañana?

Miré el móvil. Estábamos a mitad de receso y eso.

—No tengo problema, será solo un acercamiento por hoy, me imagino.

 

Después del encuentro que tuve con la tal Alisha, subid a mi curso sin problema para ser sincera me valía mucho si ella no quería trabajar además era nota de todas, y si realmente no quería sacarse baja nota pues le toca buscarnos o qué sé yo, ir a buscarla por mi misma sería algo desastroso. Pero bien desastroso.

Suspire para acomodarme mejor en mi asiento saque una hoja, lápices y marcadores me dispuse a garabatear un boceto algo fácil, esos que había aprendido cuando recién empecé. Aunque antes me salían horribles ahora me quedan mejor, y ya podía atreverme a dibujar otros más difíciles, ya acabado el dibujo alce la cabeza, sonreí un poco al mirar el resultado final.

Mire de reojo el marcador negro y lo cogí, arregle el dibujo poco a poco y lo alce cuando se estuvo acabado. Lo puse en el pupitre y va a acoger algún color para pintarlo, pero una voz interrumpió mis movimientos. Levante mi mirada y la fije en la persona que tenía al frente, alce una ceja con cierta duda y curiosidad la mire atenta sin despegar mi mirada de la suya, y asentí al escuchar mi nombre.

─La misma ─moví un poco mi cerquillo y la mire fijo, aunque me pregunté internamente si era rusa por el nombre, pero esa duda la guardaría para mí sonreí un poco en boca cerrada por fin alguien que sí se interesaba en el proyecto, no sabía quién era la tercera integrante, pero esperaba solo una cosa, que fuera también dedicada ─. Mucho gusto, pensaba que no iba a encontrar a nadie que le interesara el proyecto.

Pero ahora que lo pensaba y si de algo estaba segura, no sabía si la otra chica quería trabajar, además no podía ir asumiendo cosas sin saberlas, revise brevemente el lugar y volví a poner mi vista en ella.

─Aunque tenemos dos opciones, buscar a las dos que faltan, o trabajar por el momento nosotras dos ─propuse.

Podía ser muy diabla y todo lo que quisieran decirme, pero odiaba mucho sacarme baja nota, esa era la segunda cosa que más odiaba en este mundo.

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Yáahl tranquila uwu, igualmente por aqui te dejo a Ada.