Aula 3-1

La emoción que bañó a Riamu ya la conocía bastante bien, pero eso no le quitaba el encanto. Era prácticamente una lección de vida, ¿no? O podía serla, al menos. La idea de alegrarse tanto por cosas tan pequeñas. Me cazó las mejillas, me estampó un beso y le respondí un "nos vemos, Ri-chan" que se perdió bajo su propio barullo. Estaba sacando mi móvil cuando su cabeza volvió a aparecer en la abertura del cubículo, la miré con las cejas alzadas y la tontería que soltó me ensanchó la sonrisa. ¿Agente especial Shino-kun?

—Como la dama ordene —respondí, por la gracia.

Abandoné el cubículo al tiempo que ella salía del baño, me observé en el espejo, comprobé que todo estuviera en su lugar y me distraje con el móvil en lo que alcanzaba el pasillo. Si acaso alcé la vista un segundo para no chocarme a nadie. Tenía unos mensajes de Akira.

Kou-chan
Mira esto

Había un link a un periódico local. Tuve que detenerme un segundo al leer el título de la noticia, sentí cómo los hilos a mi alrededor se tensaron y chirriaron, incesantes. Era, si se quiere, el cumplimiento de una profecía. Me sonreí, fue amargo y meneé la cabeza, regresando al chat de Akira.

Demasiada coincidencia para ser verdad, no?​

Y no termina ahí
Sabes qué me dijo Shin-chan hace un rato?
Adivina a qué escuela se transfieren los críos el lunes

Había llegado a mi asiento ya. Me senté, aún incrédulo, y solté el aire en una suerte de bufido.

Dios los crea y el viento los amontona, se ve​

Salúdalos de mi parte, Kou-chan
Y dales las apropiadas condolencias, quieres?

Averigua el paradero de Shimizu​

Vale~

Si la información se alineaba, si las piezas encajaban como esperaba, la imagen revelaría un escenario... sorprendente, por decir algo. No era ningún santo, ni yo ni los demás lobos, pero ¿arremeter contra la propia sangre? Inhalé hondo y bloqueé el móvil, arrugando el ceño. Apestaba.

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dont mind me, sólo quería hacer algo de foreshadowing CUZ ITS FUN

nada que agradecer, bebi, ya sabes que me lo pasé pipa y fue muy wholesome, so gracias a ti por traer la idea <333

 

Joey se tomó su papel de carroza muy en serio, tal y como había esperado de su parte, e inmediatamente después de darle la orden de volver a palacio, el chico nos encaminó de vuelta al interior del edificio. Claro que, siendo Joey de quién hablábamos, la travesía no fue para nada pacífica, y en más de una ocasión tuve que agarrarme con un extra de fuerza a su cuerpo al ver la inminente posibilidad de caernos de boca al suelo; igual no estaba especialmente preocupada, si con cada tontería peligrosa que Joey hacía, yo me iba riendo con más fuerza.

Después de un bueeeen rato dando vueltas, el chico finalmente paró delante de nuestro aula y tuve que hacer un esfuerzo enorme para no soltar ninguna broma sobre su respiración agitada, porque el pobre acabó atacado después de tanto hacer el tonto. Pero no me arrepentía de nada, ¿eh? Así mejoraba su resistencia, y seguro luego me lo agradecería~

—Get me to the throne! —volví a exclamar con el brazo extendido, aunque inmediatamente después me incliné para hablarle en voz bajita cerca del oído—. Eso es mi pupitre, by the way.

Así lo hizo, pues, y finalmente le permití liberarse de mi peso al pedirle que me dejase sentada sobre el pupitre en cuestión. Aproveché que había estado enganchada de él para deslizar los brazos hasta apoyarle las manos sobre los hombros y lo insté a girarse, todavía entre mis piernas. No había que ser ningún genio para saber que lo siguiente que hice fue lanzarme a su boca, besándolo con ganas durante un rato importante.

>>Good boy~ —murmuré al separarme, hablando prácticamente sobre sus labios con una sonrisa sedosa en los míos.

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and we come to full circle uwu

also, HELLO AGAIN KOU-CHAN (?)

 

La salida del viernes con Jackie-chan estuvo bastante entretenida, aunque tenía que admitir que los recuerdos a partir de cierto punto de la noche estaban bastante borrosos; aquello no era nada que se saliese de lo común, en realidad, así que tampoco le di mayor importancia. El sábado tuve que salir de nuevo, pues sabía que la parte molesta con Joey seguía bastante presente a pesar de no haber actuado en ello, y también sabía que si tenía demasiado tiempo libre para darle vueltas al asunto, iba a acabar haciendo alguna tontería de la que me arrepentiría.

Así pues, el domingo acabé tan agotada que ni siquiera tuve fuerzas para salir de la cama en todo el día y el lunes, aunque algo mejor, fue un poco más de lo mismo. Claro que tuve que hacer el esfuerzo para plantarme en la escuela, pero a jaqueca que llevaba me hizo huir de los casilleros en cuanto puse un pie dentro, por lo que prácticamente salir corriendo hacia el aula con la esperanza de que ahí el ambiente estuviese más tranquilo. Lo fue, tal y como había esperado, y eso me permitió relajarme de manera considerable; lo suficiente como para recibir a Edam-chan con una sonrisa sedosa completamente natural, por ejemplo.

—No me digas, ¿me traes un regalo por haberme portado bien? —murmuré, deslizando la vista por su rostro hasta el rollo de papel que llevaba entre la manos—. ¿Y qué es~? —cuestioné, haciendo el camino de vuelta con la mirada e impostándome el tono inocente de una niña que genuinamente no sabía qué le podían haber regalado sus padres.

Claro que sabía de lo que se trataba, pero un poco de teatro nunca le había hecho daño a nadie, ¿cierto?

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super random pero estaba convencidísima de que el queso era edamme en inglés, pero acabo de descubrir que se escribe edam tanto en inglés como en español, qué cosas (?) ANYWAY, i'm also excited uwu7

 

—¿Tú qué crees, bonita? —solté, sin pretender esconder ni una pizca de la gracia que me hizo su pregunta—. Supongo que podría haberme portado mejor... pero también podría haberme portado bastante peor~ —sentencié finalmente, con voz cantarina, y me encogí de hombros, como si el asunto no tuviera demasiada importancia.

La chica me extendió el rollo entonces, pero lo apartó de mi alcance en cuanto el papel rozó mis dedos; le permití la tontería, a pesar de haber sido bastante obvio de que haría algo así, y la miré con las manos rodeándome ambas mejillas mientras tenía los codos apoyados sobre el pupitre. Escuché su petición con atención, sonriendo con aire risueño ante su propio teatro, y no pude evitar la risa nasal que se me escapó cuando terminó de hablar.

>>¿Otro mérito? Eres un señorita muy exigente, ¿sabías? —recriminé, alzando una ceja inquisitiva, aunque mi tono siguió siendo liviano en todo momento—. Pues no sé, no sé... ¿qué más podría ofrecerte yo a ti? Ilumíname, pretty please, quizás pueda ser complaciente~

 

La muchachita desde luego que se lo estaba pasando de lujo, nada más había que ver sus reacciones con cada tontería que decidía soltar, y esas mismas reacciones eran las que me hacían, a su vez, disfrutar de manera considerable toda la estupidez. Así pues, mantuve la sonrisa divertida en todo momento, con cada una de las respuestas que la chica me iba dando, y no comenté absolutamente nada en ningún instante; si acaso, no pude evitar que una chispa de satisfacción se me colara en la sonrisa cuando me dijo que era una persona capaz de todo.

Después de mi pequeña provocación, la chiquilla invadió mi espacio para seguir hablándome, y yo no me inmuté ni un poquito, manteniendo la postura relajada en todo momento y solo llegando a gesticular cuando ladeé apenas la cabeza y pestañeé un par de veces, con aire inocente, tras recibir sus preguntas. No se hizo demasiado de rogar, de todos modos, y finalmente me cedió el rollo de papel en cuestión; lo acepté sin dudar, por supuesto, y aunque no me importaba demasiado abrirlo en medio del aula, decidí que realmente merecía la pena disfrutarlo en un lugar más privado.

Seguí sin pronunciar palabra alguna mientras guardaba el dibujo en mi cartera, abría una de mis libretas y comenzaba a garabatear en la esquina de una de las páginas. Arranqué el trocito de papel escrito con cuidado, lo doblé sobre sí mismo y me incliné sobre la muchacha, nuevamente con la sonrisa inocentona que no avecinaba nada bueno pegada en el rostro; le metí el papelito entre los botones de la camisa, con cuidado de que no se fuera a colar demasiado dentro de la misma, y aproveché el movimiento para plantarle un beso sobre los labios, simple y llanamente porque me dio la real gana. Fue una cosa superficial, tan fugaz que ni siquiera debería calificar de beso, pero eso no evitó que me pasase la lengua por los labios antes de dedicarle una sonrisa mucho más sedosa.

—Llámame si alguna vez quieres saber de todo lo que soy capaz~ —le susurré, aprovechando la cercanía, y finalmente le guiñé el ojo antes de volver a mi asiento como si nada.

Igual las clases estaban a punto de empezar, ¿no~?

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yyyy... lo mismo por aquí, ha sido un placer también, quemcita uwu <3

pd: por si no queda muy claro, la niña le escribió su número de teléfono JAJAJ

 

Me reí con ligereza a la respuesta del chico. A ciencia cierta era imposible que le hiciera competencia al negocio de Ko, al menos no sin un nuevo socio. Mamá, Hanabi y yo ocupábamos un piso en medio de Chiyoda y, bueno, no se podía cultivar mucho en un balcón, ¿cierto? De todos modos mi rol en la empresa era prácticamente fantasma, a duras penas rascaría el título de autora intelectual. Ko era bastante generoso conmigo.

Si este chico me había mencionado a Asimov fue prácticamente un hecho que también le gustaría Dick. Sus ojos se abrieron y empezó a hablar y hablar de una forma que me resultó hasta tierna. Seguí la sinopsis del libro con atención, incluso si no lo demostraba demasiado. La pausa dramática me instó a deslizar la mirada a él y alcé apenas las cejas. ¿Romance? Vaya. No sabía si era un elemento de peso en la historia o un mero plot device, pero el detalle en sí mismo me resultó curioso.

—Viajes en el tiempo y personajes motivados por amor romántico —puntualicé, ingresando al aula, y me hizo gracia que las características valieran tanto para su libro como para los míos—. Una combinación que no falla, right, lad?

Habíamos seguido caminando hasta alcanzar mi pupitre. Deposité el maletín en la silla y apoyé la mano sobre la mesa, girando el rostro hacia él. Parecía un muchachito bastante sociable y sencillo, ¿transparente? Quizá. Le sonreí, serena.

—Si algún día encuentras pistas misteriosas desperdigadas por ahí, ya sabrás que no fui yo —bromeé, y ladeé apenas la cabeza—. Nos vemos, Yuu. Procura no perder la vista.

Lo seguí con la mirada un par de segundos tras voltearse y luego procedí, sentándome en mi silla. Estaba haciendo bastantes sociales estos días, ¿a que sí? Mamá estaría orgullosa.

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Nada que agradecer, disfruté mucho la interacción de los niños <3

 

Reiko ingresó a la clase con su actitud usual, lanzó la melena de fuego tras su espalda y sonrió, sumamente sedosa, al reparar en el estudiante nuevo. Sus cejas, sin embargo, se juntaron por un instante con un dejo de... ¿lástima? Fuera como fuera, no dijo nada.

—Hattori-san, bienvenido al Sakura~ Espero que te adaptes bien. —Escaneó a los demás con la vista hasta detenerse en un muchacho puntual—. Sakai-san, ya te habituaste a la escuela, ¿cierto? ¿Te importaría mostrarle los espacios a Hattori-san?

. . .
​

Al tocar la campana del receso, sin embargo, Yuta revisó su móvil y algo que pareció leer allí lo activó. Se levantó de su asiento y estuvo por abandonar el aula cuando recordó el asunto del tour de repente. Se detuvo, buscó al supuesto Sakai con la mirada, y alzó la mano junto a una sonrisa afable.

—No te preocupes, te libero del compromiso —avisó, con cierta jocosidad, y se fue. Debía ser una ladilla hacerle de niñera al nuevo, ¿verdad?

 

Las clases de la mañana habían sido especialmente aburridas aquel día, entre que el dolor de cabeza había vuelto a atacarme más o menos a media mañana y que, bueno, realmente las mismas habían acabado siendo relleno entre el evento con Eda y lo que tenía planeado para el receso. No las tenía todas conmigo con aquello último, a decir verdad, pero al menos suponía que iba a ser una interacción... curiosa, cuanto menos; solo por eso ya hacía que mereciese la pena, honestamente.

El niño nuevo no me pasó desapercibido tampoco, cabía destacar, y la tontería de que se me estuviesen acumulando los chicos guapos a los que darle la bienvenida me hizo su gracia, para qué mentir. Ese sería un asunto a tratar por la Ali del futuro, anyway, y en lo que a la Ali del presente respectaba... bueno, no me hice de rogar. Una vez la campana anunciando el receso sonó, esperé solo un ratillo de nada a que algunos alumnos se fuesen y, después, me dirigí hacia el pupitre de Morgan.

—Hello there, you sneaky little minx~ —saludé, echando los brazos sobre su mesa como si fuera mi casa—. Can I talk to your for a sec?

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Gigi Blanche heyooo, baby girl <3

 

El clima me había mantenido particularmente adormilada durante las clases de la mañana. Perdí la cuenta de la cantidad de bostezos que tapé con la mano y las veces que me sequé las lagrimillas de los ojos con el puño del blazer. Era aburrido, tremendamente, y en cierto punto me resigné a prestar atención a las lecciones. Daba igual, luego le pediría sus apuntes a Ko. No que él fuera un alumno ejemplar, pero era más inmune que yo a vivir tan temprano.

Era un bicho nocturno, ni modo.

Para cuando sonó la campana sólo quería acurrucarme sobre la mesa y echarme una siesta. Tenía el almuerzo que mamá me había empaquetado entre los pies y estaba debatiéndome qué hacer con mi vida cuando una silueta se cernió frente a mí, bloqueando la luz artificial del aula. Alcé la mirada, dando con el cabello dorado de Alisha, y mi sonrisa se suavizó al instante. Primero Joey, ahora ella. No se daban por vencidos, ¿eh?

Mejor para mí, volvían más fructuosos mis esfuerzos.

—Aye —accedí, casi en un ronroneo, y le indiqué la silla libre frente a mí con ademanes principescos pese a estar echada sobre la mesa—. Have a seat, bonnie.

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juju c viene

 

A la cabrona se le suavizó la expresión nada más verme, lo que inevitablemente provocó que se me escapase una risa nasal mientras entornaba los ojos. Sabía que, como mínimo, estaba disfrutando de toda la situación, y también era probable que el hecho de que nosotros estuviésemos detrás de ella no nos jugaba demasiado a favor; era todo lo que teníamos a mano, sin embargo, y quizás tenerla contenta tampoco era una estrategia tan terrible.

Me ofreció tomar asiento frente a ella y así lo hice, sonriendo con suavidad mientras giraba la silla y me acomodaba lo mejor posible sobre ella. Repasé a la morena con la mirada en cuanto terminé de colocarme, echándome hacia atrás en el proceso, y comencé a juguetear con un mechón de pelo de manera distraída antes de finalmente dignarme a hablar.

—I think we both know what's the deal so... —empecé, sin sentir la necesidad de alzar la voz demasiado, y no pude evitar entrecerrar ligeramente los ojos mientras ladeaba un poco la cabeza—. I'm just curious why, honestly. Si querías hacerle vudú a Sashie, me lo podías haber dicho. Te hubiese conseguido cinco fotos y hasta hubiese participado, vaya.

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*prepara las palomitas*

 

En lo que Alisha se sentaba, al menos tuve la decencia de incorporarme... un poco. Alcé un brazo, dejando el codo en la mesa, y recargué la mejilla contra el dorso de mi mano. Seguí sus movimientos al no tener nada mejor que hacer, parpadeé con cierta pereza y aguardé hasta que se dignara a hablar. Era ella quien tenía cosas que decir, al fin y al cabo. Cuando por fin lo hizo fue directamente al grano. ¿Por qué? ¿La misma pregunta de Joey? C'mon.

—Y yo que pensé que eran tan unidos —murmuré al aire y mi sonrisa se ensanchó, ligeramente oscura, por lo demás que dijo—. Hmm, a mí no me parece que se merezca tanto... ¿o sí?

Me erguí un poco más y la miré, encantada. ¿No se daban cuenta, acaso? La insistencia revelaba. Cada palabra que dijeran podía acabar vuelta contra ellos, y de hecho lo haría. Recogí los antebrazos al borde de la mesa y me incliné hacia ella, sin correrme de sus ojos. ¿Quién poseía la ventaja?

—Tell me, why you hate her so much?

Such fools.

 

Realmente no esperaba que Morgan cediese a ninguna de mis preguntas o reclamos, ya le había dicho a Joey el otro día que no creía que sirviese de mucho que yo hablase con ella y seguía opinando lo mismo. No era una persona que conociese demasiado el significado de la palabra 'rendirse', sin embargo, así que ahí estaba, intentando sacarle algún resquicio de información a pesar de lo que el chico ya me había dicho.

Me encogí de hombros, pues, tanto por el comentario sobre nuestra relación como por la pregunta de si Sasha se merecía hacerle vudú o no. Hombre, yo qué sabía, no me anteponía ante una maldición así pequeñita, pero tampoco nada demasiado loco, que en el fondo me daba un poco de lástima. Sabía que no lo decía en serio, de todos modos, así que no le vi mucho sentido a comentar nada al respecto.

Ella no apartó la mirada de la mía en ningún momento, irguiéndose algo más para después inclinarse en mi dirección, y yo no tuve problema alguno en mantenérsela, atenta a sus movimientos a pesar de no pretender cortar el contacto visual en ningún momento. Volví a soltar una risa baja, apenas sonora, y dejé de juguetear con el mechón de pelo para poder echarlo a mi espalda, justo antes de cruzarme de piernas e inclinarme también en su dirección.

—Why do you even care? —murmuré, alzando levemente las cejas.

 

Recorrí su rostro con la vista mientras ella reía, sin perder mi sonrisa. Que no se enfadara como el otro imbécil lo volvía más entretenido, eso debía reconocérselo. Aguardé, se acercó, preguntó por qué me importaba y respondí al instante.

—I don't. —Mi sonrisa se amplió, descubriéndome la dentadura—. I don't have to. Estaba aburrida, eso es todo, y acabé escuchando una conversación muy interesante.

Había llevado la mano a mi bolsillo entre tanto, deposité mi móvil sobre la mesa con movimientos sutiles y tracé la pantalla con la yema de los dedos, alzando la mirada a sus ojos. El mensaje estaba claro, ¿verdad?

—Tu turno, bonita.

 

Para mi sorpresa, la chica realmente no se hizo nada de rogar y contestó inmediatamente después de soltarle la pregunta. En sí, la sorpresa realmente me duró bastante poco, pues su respuesta fue que no le importaba y que solo lo había hecho porque se aburría, algo que tampoco tenía mucho sentido esconder siendo que era bastante predecible (y lo que Joey ya me había dicho, ya de paso). Lo único que logró llamar un poco más mi atención fue la aclaración de que había acabado escuchando una conversación muy interesante, pero procuré que nada de eso se me notase demasiado en el rostro, solo por si acaso.

En lo que me contestaba, la chica sacó el móvil de su falda y lo dejó sobre el pupitre, transmitiéndome un mensaje más que claro al volver a buscar mi mirada. Dejé escapar un suspiro pesado, porque no gustaba nada estar en aquella situación de desventaja... aunque también tenía que admitir que Morgan había cedido un poco al responderme y lo justo (aunque aquello estaba siendo de todo menos justo, en general) era hacer lo mismo.

—Honestly? Un día se le cruzó un cable porque me escuchó diciéndole a Maze una cosa de su ex noviecito y, no sé, la respuesta lógica fue ponerme a la defensiva. De ahí la cosa fue escalando, I guess. Además, ya te dije, me robó el móvil y eso me ha creado unos cuantos inconvenientes.

Al final todo se reducía a eso, ¿verdad? Orgullo. O quizás simplemente había sido lo inevitable a suceder.

>>Joey no lo sé, ¿eh? Si realmente es algo que te interesa, pregúntale a él —añadí, alzando las manos en un gesto de inocencia.

Ninguna se había cambiado de posición en ningún momento, por lo que seguíamos estúpidamente cerca la una de la otra, y ni siquiera tuve tiempo de procesar del todo el impulso para llegar a reprimirlo; extendí el brazo y le rocé la mejilla que tenía libre con los dedos, arrastrando ligeramente las uñas por la curvatura de su cuello al llegar a la misma.

>>So you were bored and now you are entertained, is that it? —continué, repasando su rostro con la mirada antes de volver a conectar con sus ojos—. ¿No quieres nada más a cambio de la foto?

 

El chisme era un lío adolescente en todas las de la ley, la verdad. Aparecieron algunos nombres extra, recordé súbitamente a aquel moreno de la otra clase que había encontrado con la mano rota y me di cuenta que llevaba muchísimo tiempo sin verlo. El cuadro había ganado algo de claridad, pero no se había vuelto más interesante. Quizá fuera culpa mía por haber esperado más, quién sabe; la premisa del robo había dejado la vara alta.

—Así está bien —concedí con suavidad, y desvié ligeramente la mirada—. Joey es más temperamental y está muy enfadado conmigo, probablemente me mande a la mierda antes de responderme.

Era, además, un hombre, y de los más básicos. Sus razones para guardarle rencor a Pierce estarían relacionadas con Alisha o con su pito, quizás ambas.

En cualquier caso suponía que aún faltaba la petición formal, el intento absurdo de convencerme, así que guardé silencio y esperé. Noté el movimiento de su brazo de reojo, pero permanecí en sus ojos y mi expresión no mutó en absoluto. Sentí la caricia en la mejilla, sutil, y el trazo rasposo de sus uñas por la piel de mi cuello. El contacto me cosquilleó apenas, fue agradable y aguardé hasta recibir sus ojos otra vez. Era hilarante, ridículo, degradante y tentador. Se estaba vendiendo a sí misma y aprovechando el bug como la cabrona que era.

El vudú probablemente nos lo mereciéramos nosotros.

—You flatter me, lass —murmuré, mi sonrisa ensanchándose, y mi mano empezó a juguetear con su lazo sin un objetivo concreto—. Pero ¿cuán efectiva crees que pueda ser tu estrategia? Joey se comió el mismo cuento, ¿lo sabes?

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la verdad es que me había olvidado que Ali ya le había dicho lo del robo del móvil jsjsjs así que toca fingir demencia

 

Posiblemente no iría a admitirlo nunca, pero lo cierto era que estaba un poco tensa con todo ese asunto, pues conocía poco a Morgan, pero sabía lo suficiente como para imaginar que era capaz de salir por cualquier lado si no se quedaba satisfecha con cualquier de mis respuestas; teniendo la foto en su poder, además, la cabrona nos tenía cogidos por los huevos, por mucho que me jodiese admitirlo. Así pues, incluso si pretendí no demostrarlo, lo cierto es que sentí una oleada de alivio cuando aceptó mi explicación como suficiente. Añadió también que probablemente Joey no le respondería y me permití encogerme de hombros, sin pretender darle demasiada importancia al asunto. La verdad era que nunca me había parado a cuestionar por qué Joey odiaba tanto a Sasha, simplemente asumí que le jodía que lo rechazase y luego, bueno, supuse que la cosa fue a peor cuando me vi involucrada.

No rechazó en absoluto mi contacto cuando busqué acariciarle la mejilla, detalle que, incluso en medio de todo aquel mess, me hizo sonreír con bastante satisfacción. La misma acabó siendo todavía más obvia cuando ella volvió a hablar y sentí su mano jugueteando con mi lazo, asunto que también le permití sin ningún problema.

—Soy mejor que Joey —solté, con absoluta convicción al respecto, y aproveché que había mantenido la mano en su cuello para subir de nuevo, en aquella ocasión hasta alcanzarle la barbilla con el dedo índice—. Why don't you try me, pretty?

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fingir demencia es mi actividad favorita :D