Contenido oculto: nomás porque casi termino shorando Puede que solo hubiese hecho la vista gorda, lo hacía todo el tiempo, y que cuando desconecté los cables eliminé de mi cuerpo parte del miedo real que me daba enfrentarme a algo con lo que no sabía a ciencia cierta cómo lidiar. Lo había deshecho con tal de seguir meciéndome con un viento que no estaba allí en realidad, con lo que sea que Sasha me permitiera. Por eso había aceptado a quedar, me había inventado la tontería de la bienvenida atrasada para Kenneth y no había sacado los ojos de nuestras manos. Fue como si por un instante los papeles se hubiesen invertido y supiera, muy en el fondo, que Sasha se me escaparía entre los dedos. Quizás hubiese preferido que me lo escupiera en la cara, que dijera lo que tenía atorado, porque culpa mía o no era cierto que no había estado allí para ella. Por primera vez en la vida tal vez prefería la contundencia de unas palabras de esa clase que lo que sea que me estaba dando para nivelar la balanza, incluso si parecía ser el menor de los males. La vi regresar la mirada a nuestras manos, comprimir los gestos y asentir. Tenía esta cara de idiota, pero no lo era y los cables regresaron a su lugar, las alarmas se reiniciaron, y con ello todo el cuerpo me anunció que no tenía caso, que iba a levantarse e irse. Que iba a arrebatarme lo que acababa de decirle. Y el nudo en el centro del pecho se enredó tanto que fue genuinamente doloroso. No asentí, no moví un músculo y dejé las manos allí sobre su pupitre, como si me hubiese soltado que hoy se acababa el mundo o quién sabe qué cojones. Creí que se iría sin siquiera tocarme, de hecho cuando se detuvo a mis espaldas y regresó para abrazarme no supe si hubiese preferido que no me pusiera una mano encima, y no era porque no quisiera que me abrazara, fue porque sentí que se estaba arrancando como si fuese un cuerpo extraño y sentí que la detonación de una mina enterrada me destrozó de pies a cabeza. Puede que solo estuviese siendo un jodido dramático, que solo fuese la tensión de Shimizu proyectada en mi cuerpo. No sabía. Reaccioné aún así, levanté las manos por fin, encontré sus brazos e hice lo mejor por regresarle el gesto desde mi posición. Quise pedirle que no se fuera, la intención se me quedó atorada en la garganta cuando me agradeció y se me ocurrió que de alguna forma también era egoísta a cagar, que toda la gente necesitaba tiempo a solas, que era parte de la cuestión. A pesar de todo no pude contenerlo, joder, se me cristalizaron los ojos como si fuese un puto crío y pretendí, no sé, fundirme con ella en esos segundos. Una sola cosa logró abrirse paso por mi garganta a nada de estar cerrada con combinación y salió en un murmuro. —Te quiero, cielo. Lo hago de verdad. Se deslizó, mis manos se afianzaron apenas a sus brazos y eso fue todo, el único desliz que mi cuerpo me permitió, porque no estaba listo para dejarla irse, pero lo hizo y cuando se retiró me di cuenta lo solo que se estaba en esa clase en realidad. Tomé un montón de aire, casi me dolió el pecho y anclé los codos al pupitre para llevarme las manos al rostro. Me enjuagué los ojos con fuerza, cosa de deshacer el cristal, y un frío de mierda me alcanzó el cuerpo cuando volví a enfocar el mundo. Me levanté despacio de la mesa, tomé el bento y lo guardé con cuidado entre sus cosas, ni siquiera husmeé nada, solo lo acomodé para que se lo llevara a casa. Podía aprovecharlo ella, sus hermanos, su papá, quien fuese. Con eso hecho, volví a cargarme los pulmones de aire y me retiré de la clase en dirección a vete a saber dónde, porque una diminuta fracción de mí mismo me lanzó un golpe en la nuca. Fue una advertencia, un recordatorio si se quiere, de que había tenido motivos para no hacer amigos desde que me dejaron perdido en este mundo de concreto y luces de neón que era el corazón de Japón. Pero ahora tenía el impulso estúpido de aferrarme a algo.
Era bastante probable que Reiko Akuma fuese una de las pocas profesoras que disfrutase de seguir teniendo alumnos nuevos cada pocos días; era como si fuese su propio entretenimiento personal. Era difícil discernir si sus elecciones eran intencionales o no, pero lo que era innegable es que ella se divertía tanto o más que los alumnos con ciertas parejas creadas para el tour. —Uhm... —murmuró al llegar junto a su mesa, repasando la lista de nombres con la afilada uña de su dedo índice—. Morgan, querida, ¿por qué no le enseñas la academia a nuestra nueva compañera? Bernard-chan, ¿verdad? Bienvenida~ Por supuesto, hubo una nota de sedosidad añadida a su voz cuando se dirigió a ambas chicas, pero nada realmente salido de lo común para lo que ya se sabía de esta ella.
Suspiré quedo en cuanto sonó el receso, recordando súbitamente el encargo que la profesora me había asignado. Esto de los tours perdía sentido con cada día que pasaba, pero suponía que, en mayor o menor medida, tenía que serle de utilidad a los nuevos. Nada que a mí me interesara, claro. El caso era que no tenía nada mejor en mente, y por ese muy caprichoso designio del universo fue que me incorporé y busqué a Bernard. La repasé brevemente con la vista y apoyé una mano sobre su pupitre. —Bueno, la casa invita, pero el cliente siempre tiene la razón —concedí, en el tono aterciopelado de siempre, y con la misma suavidad le sonreí—. ¿Quieres el tour o no, Bernard? Contenido oculto quem holis, perdón la tardanza unu
Jean Bernard Así que esta era la nueva dichosa academia donde mis padres habían escogido para meterme, sonreí con cierta burla esperaba no encontrarme con nadie en este lugar que colmara mi paciencia, porque era como ese tipo de personas que si le decían algo no hacía nada, pero a la segunda o tercera tenían que atentarse a las consecuencias simple y conciso. Entre sin más me dirigí por los pasillos de los tercero, bueno se parecía a mi antigua escuela no creo que hubiera perdedero en este lugar ante de seguir avanzando me quite los anillos de calavera y los guarde, no quería asustar a nadie por mi aspecto prácticamente tenía un tatuaje en la mano de una estrella sin contar el tatuaje de letras cursivas que tenía en las caderas y uno que no diría donde más estaba, en total serian tres tatuajes. Pase al aula y busque un puesto al último lugar, entro la profesora y me presento como nueva estudiante cosa que solo me levante y dije un simple "mucho gusto" en francés. Si era francesa, ya tenía algunos años viviendo aquí pero eso no quería decir que me olvidaría donde había nacido. Escuche algo sobre un tour a la maestra pero no le tome mucha importancia, hasta que apareció la persona que me lo daría, alce mi mirada al momento que escuche mi apellido uno que debería de estar contenta de llevar, mi ojos sin emoción alguna la repasaron brevemente cuando apoyo su mano sobre mi pupitre y escuche su pregunta. Podía decir no, pero quería ahorrarle un poco su molestia de levantarse a buscarme. ─El tour será, te sigo ─murmure mirando mis uñas, que estaban pintadas de un color negro y a no decir la combinación de mi pelo con el morado, me encantaba esas combinaciones de colores.
Kou continuó tomándome las medidas mientras seguíamos tonteando sin ninguna clase de vergüenza, sin llegar a definir nunca nada pero sin apetecernos parar en ningún momento tampoco. Mi plan había sido ese desde el inicio, claro, y creía haber conseguido mi objetivo de calentarlo sin ninguna perspectiva de algo más bastante bien; el problema de eso residía en que a mí también me había afectado bastante todo el asunto. Ah, pero era un precio que estaba dispuesta a pagar~ Para esa misma tarde, ya se me había pasado todo posible rastro de molestia hacia el chico, y se me ocurrió que podía tener un detalle con él; algo así como una especie de ofrenda de paz. No sabía si tenía mucho sentido o no, pero tampoco me importaba demasiado, pues no tenía mucho problema en usar de única excusa el simple hecho de que me había apetecido hacerlo sin más. Si es que en el fondo era un cachito de pan~ Mi plan inicial había sido dejárselo en su casillero por la mañana, pero de repente me encontré con un tumulto de personas impropio cerca del mismo y tuve que abortar la misión a último minuto. Así que esperé al receso, saliendo de mi aula un par de minutos después de que la campana sonase, y me asomé por la puerta de la 3-1 de la manera más disimulada posible, teniendo la suerte de encontrarme el pupitre de mi objetivo vacío. Me acerqué al mismo, pues, y dejé un sobre de color rosado sobre la mesa. Por fuera le había dejado la marca de un beso con pintalabios rojo carmín, y dentro había un par de entradas para una representación de Much ado about nothing que iban a traer a Tokio en un par de semanas, acompañadas de una nota que rezaba: "para que tú también te vuelvas un experto en Shakespeare. PD: puedes llevarte a quien quieras o ir solo, no me voy a molestar~"; lo acompañé de un montón de corazones, por supuesto. Me sonreí, satisfecha de haber logrado dejarle el sobre sin mayor inconveniente, y salí del aula inmediatamente después, volviendo a la mía. Contenido oculto Gigi Blanche holis uwu tuve la idea de hacer algo así para kou cuando hubiesen ido a la cena del cumple de riri, pero al final lo tuvimos que posponer y ya para cuando les toque igual se me olvida JAJAAJ so luego quise hacerlo esta mañana, pero nos montamos tremendo mess y apenas pude contestar ahí decentemente, pero de este receso no quería que se me pasase, so here i am u-uwu no me tienes que responder ni nada, dw, solo lo dejo ahí para tu uso y disfrute (?) y espero que no te importe que haya asumido que kouchii no estaba, pero me venía bien para los planes malvados (???
Aquella mañana me encontré con dos noticias: una de ellas muy buena y la otra, bueno, de normal me hubiese resultado algo indiferente, pero el buen humor de la primera logró que viese la segunda con una luz mucho más positiva. Por supuesto, nada más ver la nota de nuestro grupo colgada en el tablón le saqué una foto para enviársela a mis padres; no recordaba a qué ciudad habían decidido ir esa semana ni la diferencia horaria con la misma, pero en algún momento del día lo verían y eso era lo único que me interesaba en ese momento. El del campamento lo dejé estar, pues tampoco creía que se fuesen a entrar si decidía ir o no por mi cuenta. Las clases se me hicieron algo más llevaderas gracias a la buena predisposición que llevaba por ello, aunque también tuvo que influir el hecho de que ya había planeado lo que haría en el receso y la expectación porque llegase el mismo. No era ninguna asunto salido de lo común ni mucho menos, pero por algún motivo que ya no pretendía entender, simplemente disfrutaba pasando el tiempo con Kou. Así pues, me puse en pie prácticamente de un salto al escuchar la campana que anunciaba el receso, y me dirigí a la 3-1 casi, casi dando saltitos. Entré como si fuese aquella mi casa y me acerqué al pupitre de mi objetivo con una sonrisa plantada en el rostro, arrastrando una silla para sentarme enfrente de él y poder mirarlo, con el rostro apoyado sobre mis manos. —Kouchii, ¿viste~? ¡Sacamos un diez en el proyecto! —anuncié, como si fuese la gran noticia del año, y di un par de palmadas suaves antes de recuperar la posición—. ¿Quieres celebrarlo conmigo? ¡Te invito a algún postre de la cafetería! Contenido oculto hacer doble post is my passion (??? ANYHOO, Gigi Blanche, heyo preciosa uwu
Haber sacado calificación perfecta en el proyecto me significaba poco más que una muy sutil y efímera satisfacción, verdaderamente. No era un terreno donde me interesara destacar ni que presentara dificultades para ello; toda la puta vida había sido un tragalibros, lo suficiente para que llegaran a molestarme mucho por ello. Ahora era cosa del pasado. Y si me daba igual el diez, era porque jamás había dudado que lo conseguiríamos. Riamu se había desempeñado bien, tenía carisma y talento sobre el escenario. ¿Se lo había mencionado? No. El vestuario le había quedado pintado y la edición final, por lo que había llegado a ver, también cumplía. De pura casualidad habíamos dado con un grupo que, increíblemente, supo trabajar bien. Pese a todo, quería decir. El pelirrojo asustadizo era amigo de Ishikawa, ¿cierto? Podía haber otras razones pero dudaba que pesaran tanto. ¿Acaso significaba que... Kohaku había abierto la boca? Eso sería un problema, ¿cierto? Quizá tocara indagar un poco. Con todo, las notas habían sido publicadas ayer y para hoy ya no ocupaban ni un segundo de mis pensamientos. La campana del receso había tocado y me encontraba acomodando mis cosas cuando, ya a pocos metros de distancia, distinguí la melena rosada de Riamu. Venía tan radiante como de costumbre, aunque me atrevería a decir que un poquito más también. Dos más dos, ¿cierto? Arrastró una silla frente a mí, ignoré el ruido y parpadeé despacio, enfocando mi atención en ella ya con una pequeña sonrisa plantada en el rostro. No era tan deslumbrante como la suya pero era trabajo honesto. —Sí, lo- —Pretendí completar mi respuesta tan simple, pero me callé ante sus aplausos y solté el aire por la nariz, mi sonrisa estirándose un poco—. ¿Celebras así todos tus diez, Ri-chan? ¿Es porque son muchos o muy pocos? Contenido oculto a MY BBYS ARE BACK Heyo, gorgeous uwu
A pesar de toda la emoción que podía llevar encima, y contrario a lo que pudiera parecer, mantuve mi atención en Kou desde el mismo instante en el que puse el pie dentro del aula. No me pasó desapercibida ninguna de sus reacciones y, para qué mentir, ver la sonrisa con la que me recibió hizo que la mía se ensanchase incluso más, si es que aquello era posible. Se veía lindo, especialmente porque aquella sonrisa era especial para mí, ¿a que sí? Claro que sí~ Sea como fuere, mi entusiasmo por la situación fue tan grande que ni siquiera dejé al pobre chico acabar su primer intento de frase, interrumpiéndolo sin querer con las palmadas que acabé dando. La tontería me sacó una risilla divertida que no pretendí disimular, pero después me obligué a relajar un poco el culo para poder escucharlo cómo era debido, incluso ladeando un poco la cabeza para hacerlo mejor. —¡Las buenas noticias hay que celebrarlas! —me quejé, inflando las mejillas mientras enderezaba el cuello—. ¿Acaso tú no te alegras? Y yo que pensaba ser especialmente amable contigo hoy como recompensa por tu buen trabajo... —añadí, tardando aproximadamente medio segundo en suavizar la expresión aposta para decirlo, y extendí un brazo perfilar el contorno de su nariz con el dedo índice, apenas rozándole la piel con la yema del mismo. Si decidí ignorar su última pregunta a propósito o no era una cuestión que, de momento, no pensaba especificar~ Contenido oculto the pretty pretty babys uwuwuuwwu <3
Su primer argumento tenía mucho sentido, así que curvé las comisuras de la boca hacia abajo y asentí, cediéndole razón. Fue la pregunta, sin embargo, la que me hizo parpadear y fruncir ligeramente el ceño. A ver, ¿y todo ese teatro? ¿Andaría inspirado, acaso? Estuve por fabricar alguna respuesta cuando noté sus intenciones y aguardé, quietecito. Su mano se estiró en mi dirección, trazó el puente de mi nariz y permanecí tranquilo, deslizando la mirada a sus ojos. Había pasado de ser una cría a suavizarse así en medio segundo. —¿Seguimos hablando de comida? —indagué, tragándome la gracia, y solté el aire por la nariz sin prisa—. No me alegra particularmente, pero te veo tan contenta que quizás algo de tu entusiasmo se me pegue~ No le regresé la jugada ni nada parecido y fue adrede, ya que aún me interesaba ver el abanico de... posibilidades. Riamu era una niña creativa, ¿cierto? Seguramente no me decepcionaría.
Las reacciones de Kou a medida que yo iba hablando estaban siendo una verdadera delicia, honestamente, y no pude evitar que una sonrisa de genuina diversión por ello se me plantase en los labios en mitad del discurso. ¿Siempre había sido tan teatral, o acaso estaba empezando a recibir demasiado influencia de mis constantes actuaciones en toda clase de situación? No estaba segura, porque hasta donde recordaba a mí siempre me había seguido los juegos sin mayor problema, pero de igual manera ya había decidido llevarme parte del mérito un poco porque sí. La cuestión es que puso su atención en escucharme atentamente, así fuese por simplemente seguirme el rollo, y después supo mantenerse en silencio para dejarme hacer la tontería que se me hubiese ocurrido en el momento. Era consciente de que había pegado un cambio de actitud de 180 grados de la nada, ¿pero acaso era la primera vez que hacía algo por el estilo con él? En absoluto~ —Claro, ¿a qué otra cosa me puedo estar refiriendo, Kouchii? —cuestioné de vuelta, imponiéndome un aire de inocencia para ello, y no me molesté en disimular cómo la sonrisa volvía a mis labios tras escuchar su siguiente afirmación. Le di un golpecito de nada en la punta de la nariz, en una actitud claramente juguetona, y no mucho después dejé caer el brazo de vuelta sobre el pupitre. Por supuesto, eso no significó que planease quedarme quieta, pues inmediatamente después me levanté de la silla y me incliné hacia delante, hasta prácticamente alcanzar a rozar sus labios con los míos. >>Eso significa que aceptas venir a pasar el receso conmigo, ¿cierto~?
Obviamente iba a hacerse la tonta ante mi pregunta, y obviamente yo iba a fingir demencia; era un guión de lo más predecible que no perdía el encanto, vete a saber gracias a qué artimaña del universo. Su réplica tan inocente me hizo encogerme de hombros, sin interesarme ahondar al respecto, y de todos modos acabó sonriendo encantada ante mi siguiente... confesión, si se quiere. ¿Me pesaba obsequiársela? En absoluto. Acaparar todo el poder era aburrido, al fin y al cabo. Me dio un golpecito en la nariz, parpadeé y aguardé a su próxima movida tras verle las intenciones. Se incorporó, inclinándose en mi dirección, y alcanzó a rozar mis labios. Había permanecido quieto, la tontería me ensanchó la sonrisa y descendí la mirada a su boca de bastante inercia. Había que ver, haciendo semejantes cosas a estas horas. —¿Alguna vez te he dicho que no? —murmuré, suave, y retrocedí ligeramente para buscar sus ojos—. Además siempre andas abusando de mi billetera, ya es hora de que me regreses el favor, ¿no crees?
La segunda tanda del pago me la habían dado el domingo previo al campamento, luego de haberme mandado a dejar unas cosas bastante cuestionables a Bunkyō. Me liberaron pasadas las dos de la mañana, eso sí, pero el empleado veterano de turno me dijo que lo acompañara a cerrar el local y ya. No puse pegas, era lo que correspondía. El clima luego del campamento era una mierda, la llovizna, aunque ligera, se había mantenido desde que salí de Shinjuku así que para cuando llegué a la academia llevaba el uniforme, al menos el pantalón, y el cabello bastante húmedo. Me tuve que secar al aire en las horas de clase y ni siquiera pude buscar a Sasha antes porque había llegado al borde del campanazo de entrada. Imaginaba que esperaba que se me olvidara. Aunque para eso debería meterme un tiro posiblemente. La chaqueta roja me había quedado húmeda también, así que no tuve más opción que zambullirla en el casillero y conformarme con el saco, blazer, como mierdas se llamara del uniforme este de niños pijos. Lo mismo de siempre, apenas me ponía algo medio formal encima parecía que la yakuza me había escupido a ojos del público. Cuando la campana anunció el receso me estiré en el pupitre porque llevaba horas al borde de dormirme, pero luego de echarle un vistazo general a la clase me levanté y salí sin ninguna prisa. Observé la clase de Cayden de refilón sin ninguna intención particular y seguí hacia la de Sasha para apostarme en el marco de la puerta, apoyando allí el hombro derecho. —Pierce —la llamé sin importarme quiénes estuvieran en la clase o no—. ¿Sales un momento? Llevaba desde la mañana con un sobre metido en el bolsillo con los veintisiete mil quinientos yenes, porque su puta madre volvería a cometer el error que había iniciado la mierda, así que me la había pasado todo el rato con la cuestión bien presente en la mente. Es decir, más de lo usual porque por mucho que ella hubiese quemado la puta foto las marcas del rotulador me seguían apareciendo en las retinas. Era posible que la imagen nunca desapareciera en realidad y si así era para mí, prefería no pensar en cómo era para ella o volvería a caer en el torbellino de furia que me había hecho lanzarme sobre Wickham. Contenido oculto Gigi Blanche here i come
Estaba guardando mis cosas tras el sonido de la campana cuando oí mi apellido a cierta distancia. Alcé la mirada, dando con la figura de Arata en el umbral de la puerta, y terminé de zambullir los cuadernos dentro del maletín para disimular el suspiro. A ver, sabía que era un capricho molestarme por eso, pero en verdad había esperado que se hubiera olvidado del asunto del dinero considerando que no me había escrito en ningún momento ni lo había visto en la mañana. Nada que hacerle, suponía. Me incorporé, dejando el maletín sobre mi silla, y me reuní junto a él como si nada. Crucé los brazos bajo mi pecho y le eché un vistazo panorámico antes de detenerme, con una sonrisa entre divertida y que pretendía regañarlo. —Shimizu —puntualicé en contraataque, y ladeé apenas la cabeza—. Mírate nada más, hecho un muñequito de torta. Such a handsome boy. ¿Qué ocurre? ¿Haciéndome la tonta hasta el último segundo? Hombre, uno vive de esperanzas. Aunque hubiera aceptado dividir la deuda lo hice a regañadientes, y si existía la chance de salirme con la mía y pagarla sola, obviamente lo iba a intentar. Contenido oculto casi pongo [Clase 3-1] abajo de la cinta ASJASJA el campamento me dejó daño colateral
Todas las personas se molestaban cuando decidía dejar de ser un estúpido por una vez, eso lo tenía claro, así que incluso si disimuló el suspiro la verdad era que lo comprendía. Había aceptado a dividir la deuda porque no le había dejado opción, era consciente, pero por eso mismo no iba a olvidarlo. Habría pagado todo de no ser porque era una jodida terca. Total que luego de dejar el maletín se acercó, brazos cruzados bajo el pecho, y noté los extremos por los que se paseó su sonrisa al recorrerme con la vista. Me permití una risa nasal bastante sutil y me encogí de hombros a como me lo permitía estar anclado en la puerta. —Disfruta las vistas lo que duren —dije sin alzar mucho la voz, entretenido con mi propia tontería—. ¿Y si pasas el receso conmigo? Me di cuenta que la cosa sonaba a proposición, ni modo, pero lo dejé suspendido en el aire y la sonrisa me estiró apenas las comisuras de los labios. Con todo en general me sentía tranquilo, tanto como me era posible a mí al menos, así que aunque estuviera siendo el estúpido de siempre digamos que se notaba que le había bajado dos rayitas a mi tontería. Podíamos culpar de eso al clima o al estar hablando con Sasha, daba igual. —Te espero a que traigas tus cosas —completé antes de darle tiempo real de decirme que sí o que no—. Aunque con este clima de mierda no sé a dónde podríamos ir. Afuera todo debe estar medio mojado. Contenido oculto Para acompañarte en tu dolor llamado efecto colateral del campamento admito que en el primer post estuve por poner Zona de acampada *c muere*
Por supuesto iba a aprovecharse de la broma para inflarse un poquito el ego, si no lo habría soltado precisamente para eso. Su pregunta sonó a invitación en mis oídos, aunque como tal no me sorprendió y la tomé con naturalidad. Asentí, ampliando la sonrisa, y giré sobre mis talones con cierta ¿alegría? subyacente para buscar el bento. Las invitaciones a comer siempre me ponían de buen humor, ni modo. En el trayecto de ida y de regreso, le di a la cuestión un par de vueltas. Los espacios afuera estarían mojados y, si todo esto era por lo que creía que era, prefería que no hubiera cámaras grabando la cuestión. Quizá pecara de paranoica, pero más valía prevenir que curar. Los espacios sin vigilancia de la Academia eran bastante... bueno, extraños para almorzar. Entonces se me prendió la lamparita. No estaba segura, pero había probabilidades de que aún no hubieran instalado cámaras ahí, ¿cierto? —Aún no fui a conocer el observatorio —apunté, rodeándolo para salir al pasillo y esperarlo—. Escuché que está bonito, ¿quieres probar suerte ahí?
—¿Hmm? ¿Pero qué ven mis ojos? ¿Estudiantes nuevos~? La reacción de Akuma-sensei había sido genuina tras ingresar a la clase y reparar en las dos caritas hasta ahora desconocidas. ¿Acaso nadie le había avisado de las transferencias o cómo era? Sedosa, alzó la lista de clases y la repasó hasta alzar las cejas, asintiendo en silencio. Lucía encantada con el hecho, aunque muchas cosas divertían a esta mujer. —Ikari-kun y Sakai-kun, ¿cierto? Bienvenidos~ —Su mirada, felina, paseó entre los demás alumnos hasta detenerse al frente—. Ethans-chan, ¿serías tan amable de ayudarlos en el receso? Cuento contigo, linda~
El campamento escolar había sido toda una nueva experiencia para mí, pero para bien o para mal, el mismo ya había acabado hacía un par de días y nosotros habíamos tenido que volver a la rutina sin más. Estaba siendo algo difícil acomodarse nuevamente a aquel ritmo, incluso para alguien como yo que normalmente no tenía mucho problema en ello, pero poco a poco fui recuperando la rutina de antes; solo habían sido dos días fuera, tampoco podía ser tan difícil. No me había dado cuenta de las caras nuevas en nuestra clase, aunque para ser completamente honesta, no era algo a lo que normalmente le prestase mucha atención de todos modos. Por eso mismo me acabé sorprendiendo un poco cuando la profesora, tras haber entrado al aula, me encargó darles el tour a los dos chicos que al parecer habían llegado nuevos. Me recobré rápidamente y giré la cabeza para buscarlos, dedicándoles una sonrisa suave y un gesto de mano a modo de saludo al dar con los correspondientes rostros. Las clases de la mañana pasaron sin más y, una vez la campana anunciando el receso sonó, recogí tranquilamente mis cosas antes de levantarme para acercarme a los dos chicos nuevos. Ikari y Sakai había dicho la profesora, ¿cierto? De todas formas, prefería esperar a que ellos mismos se presentasen, para no tener ningún problema al respecto. —¡Buenos días! Soy Ethans Alethea, encantada. ¡Y bienvenidos al Sakura! Como veis, es como una especie de costumbre aquí que un alumno les de un tour de bienvenida a los que llegan nuevos, para que vayan conociendo el lugar. ¿Habéis visto algo de la Academia ya? Si tenéis alguna pregunta o preferencia, me lo podéis decir sin problema. Contenido oculto Zireael heyo, here i am as promised uwu
Habíamos llegado a clase al filo de la hora, nos habíamos comido algunos minutos extra por esperar a que Tora terminara de prepararse por haberse levantado tarde y eso pesó en el cálculo de tiempo inicial que había hecho la noche anterior. No fue nada demasiado dramático, la verdad, y ambos nos metimos a la clase que nos habían asignado sin demasiado problema luego de habernos detenido en los casilleros para el cambio de zapatos. —¿Escuchaste? —preguntó Sakai mientras cruzábamos la puerta—. Nos perdimos un campamento. —El timing no estuvo muy bien, pero bueno será para la próxima. Mi respuesta lo hizo encogerse de hombros, no añadió la mayor cosa y con eso murió el intercambio. Cada uno se sentó en el lugar vacío correspondiente, para cuando entró la, ¿era la tutora? Madre de Dios, qué pasaba con eso; en fin cuando entró pareció encantada con tener nuevos en la lista, nos dio la bienvenida y su mirada fue a dar a otra persona, una muchacha de cabello azul a la que le encomendó ayudarnos en el receso. La chica en cuestión nos buscó con la vista, dedicándonos una sonrisa y un saludo con la mano, yo le regresé el gesto en ese instante y Tora si acaso tardó un segundo más antes de reaccionar, haciendo lo mismo. Imaginé que la iniciativa esta era buena y mala, dependiendo de la personalidad de cada estudiante, pero a mí me parecía un lindo detalle. Cuando la campana anunció el receso, la chica recogió sus cosas y se acercó a nosotros, que ya estábamos haciendo más o menos lo mismo. Se presentó de nuevas cuentas, atendí a lo que decía y escucharla me estiró una sonrisa en el rostro. —Ikari Rowan —me presenté en el mismo orden que lo había hecho ella y pretendí responder a lo demás—. Ah, vi la escuela en fotos solamente, la que vino a verla fue mi madre así que se aceptan recomendaciones. Tiene espacios bastante bonitos, ¿no? Al menos eso me pareció aunque entramos un poco a las carreras en la mañana. —Es muy amable que aceptes mostrarnos la escuela, gracias. Sakai Torahiko, pero medio mundo me dice Tora —añadió mi amigo después, dedicándole una sonrisa y luego le dio vueltas a alguna cosa que preguntarle—. ¿A ti qué te parece esta Academia? ¿Te gusta? Bueno, ¿y esa encuesta? Qué más daba, el niño a veces era un poco raro. Contenido oculto hellow uwu
Los dos chicos parecían conocerse de antemano, ¿o quizás habían podido confraternizar por haber llegado como alumnos nuevos al mismo tiempo y en la misma clase? No era algo que me incumbiese demasiado, claro, pero suponía que facilitaría mucho la tarea del tour si había buen ambiente de antemano. Les presté la debida atención cuando se presentaron, asegurándome de registrar los apellidos y nombres de cada uno en mi memoria para poder referirme a ellos de manera adecuada por el resto del día, y después escuché sus respectivas preguntas con la calma que me caracterizaba. —Sí, me gusta mucho estudiar aquí —fue lo primero que contesté, ensanchando apenas la sonrisa mientras intercalaba miradas entre ambos—. Me transferí aquí este año, de hecho. Lo hice porque quiero estudiar música y el Sakura es un nombre que se ve bien en el expediente, pero al final... bueno, le he pillado cariño al sitio. Nunca te aburres aquí dentro, os lo puedo asegurar. Casi sin darme cuenta, mi expresión había acabado mutando a una de cierta diversión, pero después de un par de segundos recobré la compostura y me quedé un rato extra en silencio, sopesando las posibles opciones que teníamos para empezar la visita. >>Sí, la academia es bastante grande y tiene un buen número de espacios bonitos. Está la azotea, que a mucha gente le gusta subir durante el almuerzo, y en el patio norte tenemos un cerezo en flor precioso. También tenemos zonas específicas para los clubes, como el observatorio que acaban de abrir o, diría yo el gran favorito de los nuevos, el invernadero. ¿Algo en específico que os haya llamado la atención? Si no, podemos simplemente empezar a bajar y hacerlo más general —propuse, ladeando ligeramente la cabeza y manteniendo la sonrisa suave en todo momento. Contenido oculto si quieres ir arrastrándolos al pasillo, adelante <3
El numerito del día anterior había sido bastante curioso, ¿a que sí? Y la negativa de Joey a profundizar en el asunto sólo había aumentado mi interés. Ni modo, a veces era una metiche. En especial cuando me aburría. En la azotea dejé el asunto estar, me quedé fumando junto a él y tonteamos un buen rato. Joey era buena compañía, liviano, relajado y a prueba de balas. Cuando lo besé, sin embargo, no logré emocionarme demasiado. Ah, qué problemas. Al otro día se me ocurrió probar con la estupidez que ya había pensado antes. Con la campana del receso me incorporé, desperezándome, y repasé el aula con la vista. Joey pasó junto a Alisha revolviéndole el cabello y soltó una risa bastante pueril, preguntándole prácticamente a los gritos si quería algo de la cafetería. Seguí su recorrido un par de segundos, por si acaso, pero no pasó nada interesante. Rebasó a Pierce como si nada, ésta no le llevó el apunte en lo más mínimo y suspiré. Bueno, era un escenario positivo. La ausencia de Joey me servía. Fui hacia el fondo de la clase, donde Alisha se sentaba, y como recordaba haber hecho hace algún tiempo, simplemente di un brinco y me senté sobre su mesa. Crucé las piernas, le sonreí de costado y recargué las manos tras mi espalda. —Hola. ¿Cómo estás~? Contenido oculto Amane uwu7