— Ah, bien chiquita. ¿Y encima se escapaba? ¿Y arrastraba a otros? Me cae demasiado bien esa chica. Debería conocerla. La puedo volver mi pupila y todo. Imagínate. Una mini Sanji en tu casa, todos los días. Nunca te aburrirías, así. Le dediqué una sonrisa encantadora en cuanto volvió a abrir la boca para que le diera de comer, con una clara molestia en los ojos. Yo la estaba pasando de perlas. Estuve bastante tiempo caminando descalzo alrededor de vidrios con Sasha. Antes debía estar pasando por un mal momento, porque parecía que cualquier desliz la iba a hacer explotar. Ahora al menos soportaba un poco de bromas ligeras. No había forma de que pudiera ocultar su vergüenza de mí, eso sí. Respondí a su sonrisa forzada con la lengua afuera, y dispuse a que me siguiera atendiendo. Esto se podía volver costumbre, la verdad. — ¿Deberíamos de verdad saber? O sea, sí, estamos en el último año, pero creo que no me pienso morir a los 30. No llegué ni al cuarto de mi esperanza de vida. Imagínate tener que planear toda tu vida, todos esos años venideros, cuando ni siquiera viviste tanto. No tenemos ni idea de la vida y ya quieren que la planeemos. Ya veré que irá surgiendo en mi vida, mientras —apoyé mi cabeza en una mano, mirando hacia cualquier otro lado, algo aburrido, y me encogí de hombros.— No sé la verdad, creo que soy un genio oculto en la cocina, pero nadie parece entender mi intelecto. El planeta se lo pierde, supongo. Sasha terminó con mis uñas, por lo que me dediqué a admirarlas, y en pensar lo exquisitamente delicioso que me veía con ellas. Puta madre, si todo lo que me agregaba sumaba, nunca restaba. Difícil hacerlo cuando uno era tan perfecto que cualquier cosa le quedaba bien, ¿no? Igual, había que dar crédito cuando era merecido. Si bien la tenía fácil, porque el lienzo era yo, obviamente, también había que tener cierta habilidad para que yo no hiciera todo el trabajo. Ya había quedado en claro cuan reacio era a la idea de trabajar. Iba a responderle, contándole sobre mis desventuras en el panorama culinario, cuando, con una sonrisa pícara, intentó devolverme la broma. Yo le dediqué una sonrisa, y abrí la boca, entontando un "aaaa" completamente afinado, como si estuviera preparando mi garganta para cantar. Me zampé de un bocado la comida que me ofrecía, y me dispuse a masticarla, contento. Me recliné en la silla, soltando un suspiro cuando hube terminado, y entrelacé los dedos sobre mi barriga. Le guiñé un ojo, mientras me hurgaba los dientes con la lengua. — La verdad que me podría acostumbrar a esto. Me preparan la comida, me pintan las uñas, me dan de comer en la boca. Y no tuve que hacer absolutamente nada para ganármelo. Soy un triunfador en la vida —solté una carcajada, y luego mi mirada se puso ensoñadora.— A ver... una vez casi quemo toda la cocina. Y la casa. Estaba haciendo papas fritas. Encima ni las había cortado yo, eran las congeladas. Las dejé en el aceite, y me fui, y me olvidé. Volví al rato, y había fuego sobre la sartén. Y lo primero que se me ocurrió fue lanzarle agua. Te digo, fue un espectáculo increíble, y es un truco que tengo que volver a replicar. Pero a mi abuela no le gustó para nada. Salí corriendo de allí, y no me volvieron a ver en dos días, cuando la vieja se hubiera calmado. No me quería enfrentar a la ira de una anciana colombiana. El enojo se pasó, pero la mancha negra sigue allí, impertérrita. Me estiré en el lugar, para luego restregarme los ojos. Vaya, me había bajado algo de sueño. Contenido oculto Lo podemos frenar acá si querés :D Van a seguir conversando idioteces, y Sanji va a seguir pidiendo que lo atiendan.
¿Debí haber visto venir que Sanji no iba a dejar el tema estar? Quizá, aunque una vez ocurridas las cosas siempre lucían más obvias que antes. Sus preguntas lograron arrancarme una risa breve, ligeramente avergonzada, que no cargaba molestia real. Estaba orgulloso de Fanny, ¿eh? Eso también debería haberlo predicho. Ahora que lo pensaba, miedo me daba la dupla que esos dos serían capaces de crear. —¿Debería tener miedo? Porque lo tengo —me carcajeé, más liviana que antes, y lo apunté con los palillos—. Escucha bien, Allende, mantente alejado de ese potencial retoño del mal. No necesito más mala influencia de la que ya ella se retroalimenta a sí misma. Claro que no pensaba así de Fanny, pero podía bromear al respecto y me di cuenta que... que sí, efectivamente podía bromear al respecto. Ya no era un asunto que me pesara en el corazón, al menos no demasiado. Tampoco le quitaba mérito a Sanji. Habíamos tenido nuestros pequeños roces, pero ¿acaso no se encargaba siempre de lo mismo desde que lo conocí en la fiesta? Decir payasadas sin parar, molestarme y hacerme reír. En especial hacerme reír. Y estaba agradecida, ¿verdad? También imaginé que mi reacción le gustaría más que ninguna otra cosa, pero ni modo. Vi su sonrisa de príncipe que, a mí no me engañaba, era de villano disfrazado, lo vi sacarme la lengua y dejé el asunto correr. Vale, vale, ya le había permitido molestarme, ya le había concedido el placer, ahora a otro asunto. Su reflexión sobre el futuro no era del todo errada, digamos, viniendo de un alma rebelde como parecía ser la suya. Pero qué sé yo, el sistema tenía otra opinión y muchas veces era difícil llevarle la contraria cuando las consecuencias, la reprimenda, incluso, podía convertirse en un precio demasiado caro a pagar. ¿Era cobardía? Quizá, no me importaba demasiado. El caso fue que no lo interrumpí, le sonreí cuando adiviné que iría acabando y preferí no darle más vueltas al asunto. Ni siquiera era un tema de conversación que me apeteciera discutir. Mis intenciones, ya de paso, nunca fueron redoblar la apuesta. Que Sanji hubiera tenido una reacción mínimamente similar a la mía habría sido un delirio de fiebre, así que me contenté con verlo masticar con la boca bien llena. Me reí, casi como si quisiera contener mi reacción. —¿Está rico? —lo molesté, aún divertida. Entre toda la tontería prácticamente nos habíamos acabado el bento, de modo que pillé el arroz que quedaba y dejé los palillos en el recipiente mientras lo escuchaba. La lista de comodidades que le había facilitado me dio gracia y le dediqué una sonrisa coqueta, aunque a modo de broma. —Ya ves, ¿una señorita atendiéndote tan bien? Lucky you~ Me enfoqué de lleno en su anécdota; con todo y su extravagancia, Sanji realmente se las ingeniaba para captar mi atención durante sus monólogos. Cuando dijo que casi quemaba la casa alcé las cejas, sorprendida, y mi sonrisa se fue ampliando hasta llegar al culmen de la historia: agua sobre aceite caliente. Solté la risa, fue inevitable, así me tapara la boca con la mano casi de inmediato. —Diría yo que te salvaste de una muerte segura —comenté, animada, y me dio por echarle un vistazo al reloj encima de la pizarra—. Aunque no mientas, yo creo que viniste aquí buscando escapar de la ira de la señora. Dudo que el enfado promedio de una abuela colombiana dure dos días. —Alcé las cejas, lo había recordado de repente y lo dije, quizá, con un tono gracioso—. ¡La chancla! Volví a reírme, esta vez de mí misma. Era la "chancla", ¿no? Bah, quizá lo había dicho mal, pero qué más daba. Seguimos un ratito más charlando de tonterías, hasta que quedaron cinco minutos de receso y, como buena maniática que era, empecé a guardar y ordenar mis cosas. Regresó todo a mi bolso, esmalte incluido, y me incorporé para ¿acompañar a Sanji a la salida? Creía que sí, hombre, siquiera lo pensé. La idea me hizo gracia y meneé la cabeza, alcanzando sus hombros para instarlo a caminar entre palmaditas. —C'mon, my Lord, let me walk you outside. En el breve recorrido hasta la puerta me cayeron unos poquitos nervios encima, cosa de nada. Me di cuenta, quizá muy de repente, que las cosas habían salido bien. Que me había arriesgado volviendo a hablarle y había salido bien. Estaba contenta, ¿no? Agradecida, también. Era divertido pasar tiempo con él y, lo que más, agradecía que hubiera decidido no juzgarme. —Me la pasé muy bien, oye —le dije, deteniéndome bajo el umbral, y decidí inclinarme hacia adelante para presionar los labios en su mejilla. Apenas volví a encontrar sus ojos, le sonreí—. Gracias, cielo. Nos vemos. Y así se hubiera alejado ya un par de metros, se me ocurrió una tontería y prácticamente la grité hacia el pasillo: —¡Y aléjate de la cocina! ¡En serio! Contenido oculto en efecto, no pude postear durante el día, pero ahora me siento mejorcito and im glad cuz tenía ganas de cerrar esta interacción de forma más bonita uwu gracias por haberte hecho el tiempito de rolear conmigo, Tomtom <3 me la pasé muy bonico
El flujo de transferidos parecía haberse reiniciado últimamente, ¿cierto? Y por alguna razón, a Akuma-sensei eso le sentaba de maravilla. Esa mañana se había presentado con una puntualidad absoluta, impecable como siempre. Su cabello de fuego se meció tras los pasos firmes que rebotaron por toda el aula, dejando una estela ligeramente... ¿a qué olía? No era floral, sino más bien terroso. Dulce, pero no demasiado. ¿Sería, acaso, su perfume mezclado con los resquicios de algún cigarro? Le dedicó una sonrisa a sus estudiantes y golpeteó el escritorio con sus uñas una única vez. Recogió la lista de clase. —Supongo ya lo notaron, pero tenemos un nuevo compañero~ Hart-kun, bienvenido a Japón. —Su voz, suave y madura, se deslizó con una tranquilidad pasmosa. Posó su mirada ambarina en el recién llegado, lo hizo con una intensidad extraña hasta desviar su atención hacia alguien más, alguien concreto—. Morgan, cariño, ¿serías tan amable de mostrarle la escuela? Morgan observó a Lyon de soslayo y se sonrió, asintiendo sin prisa. Esa fue toda la respuesta, Reiko se dio por satisfecha y, volteando hacia la pizarra, se dispuso a iniciar la mañana. Contenido oculto Santygrass bienvenido a Gakkou <3 Esta mecánica la hago siempre con los personajes nuevos para facilitarles una primera interacción. Morgan justo es un personaje mío JASJSJSA así que ehe. Cuando empiece el receso (en quince minutos(?) podés postear acá, si querés, poniendo que te acercás a Morgan and stuff. También, claro, podés hacer lo que te salga del culo, esto es opcional.
Lyon Hart Despertarme por las mañanas nunca me había costado en demasía , pero haberme quedado chateado con Asra ayer hasta tarde parecía pasarme algo de factura. Mi madre ya me había dicho que me vaya acostar que debía ser tarde para mí a eso de las 12AM, pero creo que Asra se olvidó de la diferencia horaria y siguió hablando. Tampoco es que me haya importunado, ya que ahora que estamos lejos hay que aprovechar las oportunidades que tengamos para hablar. Sobre todo con las 8 horas de diferencia que hay entre Birmingham y Tokyo. Igual llegué a levantarme, desayunar y hasta ducharme antes de salir, para quitarme un poco la forma de la almohada de la cara. Después de todo era mi primer día en esta escuela y no quería dejar una mala primera impresión. Igual terminé llegando a la escuela medio justo de tiempo, y si me hubiera perdido llegando al aula sí que hubiera llegado tarde, pero supongo que la suerte estaba de mi lado. Una vez entré al aula, busque algún asiento libre entre los del fondo, para que momentos después llegue la profesora. Ella dió una dio introducción breve presentandome al resto de la clase, con una intensidad que asumí sería normal en la profesora. — Un gusto conocerlos, soy Lyon Hart. Será un honor compartir lo que resta del año con ustedes. — Así como me paré de mi asiento, me volví a sentar. Me salió una introducción lo más formal, generica y carente de emoción, y es que después de todo no es como si estuviera con intenciones de hacer amiguitos en la escuela, mi estancia aquí era un mero trámite, algo necesario para poder ir a las prácticas. Ayer Asra me había dicho varias de sus ideas sobre como presentarme y demostrar que era el que mandaba y que sepan que no tenían que meterse conmigo, pero me parecía innecesario así que pasé olímpicamente. Luego, sensei miró a una chica y le inquirió si podía mostrarme la escuela. Busqué con la mirada para ver a quién se estaba refiriendo, y por unos segundos mi mirada se cruzó con la de la tal Morgan, la chica esbozó una sonrisa, y yo me limite a asentirle sin más. Se notaba que para esta escuela alumnos nuevos y de transferencia eran pan de cada día, ya que en el mismo aula se podía notar que había gente de lo más variopinta, y nadie se sorprendió mucho ante un nuevo alumno, parecía que era un proceso que ya tenían aceitado. Tenía sentido también, siendo que eran de tercero y la mayoría habría estado un buen tiempo en esta escuela. ... Las clases pasaron sin pena ni gloria, había algunos temas que me eran nuevos, pero parecía debido a que me atrasé algunas clases con el viaje más que otra cosa. Sin embargo, nada parecía muy complicado como para que no pudiera entender, quizás luego en casa repasaría algunas cosas para ponerme al día.... Si es que aguantaba despierto, claro. Al terminar, me acerqué hacia Morgan, después de todo no podía confiar en que tuviera siempre la misma suerte que tuve al encontrar el aula, esta escuela no era particularmente pequeña por lo que un tour de los alrededores no me iba a venir mal. — Entonces, ¿Estas libre ahora para hacer un recorrido por la escuela? — Se acercó hacia donde estaba sentada ella con ambos manos dentro de sus bolsillos. Contenido oculto I did it mom jdksvssk. Creo que hay mucho rambling innecesario al principio sobre todo pero wenu, no sabía bien por donde empezar, si lo mejor era aventarlo en el salón sin más o ke. Y bueno, ignoren tambien la mencion a pjs que nada que ver con Gakkou, pero que tiene conocidos que se quedaron en Inglaterra che uwu. Ahora si me disculpan, procedo a irme a la cama que en poco más de 5 horas me suena la alarma. Buen tiempo que debería haber pasado con cosas de la uni gastado roleando, si cñor Anyways hypeeeee. Si ven que faileo o la cagó rn algo bonkeenme sin miedo (?)
Esa mañana había llegado a la escuela con Ko, como siempre, y mientras el niño me hablaba de no sé qué mierda acabé por prestarle un cero de atención al advertir que dentro de mi casillero había algo. Un papel doblado, siendo exactos. Lo descubrí con cuidado y alcé las cejas, genuinamente sorprendida, al notar que se trataba de un retrato mío. Estaba muy bien hecho, el trazo era pulcro y exudaba confianza, también un ligero... ¿desenfado? Tenía la manía de buscar las palabras exactas en mi mente para describir ciertas cosas, aquellas que me interesaran, y cuando el resultado me complacía buscaba algún rincón de mis cuadernos o el móvil para escribirlo. Como fuera, junto a mi rostro había un montón de tulipanes oscuros y ese detalle fue el que me permitió arriesgar casi sin margen de duda. Una sonrisa bastante amplia estiró mis labios, y en lo que le daba la vuelta al papel alcé la mirada para corroborar que Kenneth no anduviera cerca, espiando mi reacción o algo. ¿A que era emocionante? Recibir dibujos secretos de regalo. Casi romántico~ Al dorso había algo escrito. Lo leí con su voz sonando en mi cabeza, la tontería sólo mantuvo la sonrisa en mi rostro y suspiré quedo, volviendo a doblar la hoja precisamente como estaba antes. Tenía razón, me había olvidado por completo de buscar los dichosos tulipanes en casa. Sólo había sido, en definitiva, un desconocido asemejándome a una flor. Pero la tontería había escalado, había adquirido una forma especial y, meneando suavemente la cabeza, guardé el dibujo en mi bolso. Lo hice con bastante cuidado. Vale, vale. Debía reconocérselo. Se había ganado mi atención. Subí a mi clase y acepté darle el tour al chico nuevo tras echarle un vistazo medio concienzudo, de lo más diligente. ¿Qué podía decir? De repente estaba de muy buen ánimo, como si me pedían asistir a la Cruz Roja seguro iba y lo hacía. Me eché el resto de la mañana mechando mi atención entre las clases y mi recuerdo del dibujo, porque me negaba a sacarlo del bolso pero también insistía en pensar en ello. Algo así como... ¿como un juego? Escribí en una esquina del cuaderno la breve descripción que había ido tomando forma en mi mente, esa del retrato, y no me molesté en darle vueltas al asunto. Sabía que no me hacía ilusión de quinceañera ni que me había alegrado el día sentirme reconocida por un muchacho. Era... otra cosa. Era, por fin, alguien interesante en ese montón de mierda aburrida. La campana del receso apareció sin más, recordé medio de repente el tour al chico nuevo y estuve por levantarme de mi asiento cuando lo noté aparecer por el rabillo del ojo. Eh, qué obediente~ ¿Cómo había dicho que se llamaba? Mierda, no recordaba. —Claro —concedí, en el tono suave y tranquilo de toda la vida, y acomodé las últimas cosas antes de incorporarme y pararme frente a él. No era mucho más alto que yo—. No es la primera vez que me toca este tour, creo que Akuma-sensei me ha visto la cara~ Aproveché la ocasión y, por qué no, la cercanía también para repasar sus facciones, los colores tan curiosos de su cabello y todo lo demás. Y sin demasiado disimulo, claro. Tenía bastante cara de poker y supuse que podría salir huyendo en cualquier momento, pero ¿eso alguna vez me había detenido? Ladeé ligeramente la cabeza y el cabello corto me hizo cosquillas en la mejilla. —Por cierto, lad, ¿cómo era que te llamabas? Contenido oculto a HOLA BBY Pls no te preocupes por nada, no tienes idea la cantidad de npcs de los que hablo yo en mis posts JASJASJ ENCIMA aquí metí unas cosas de las que debía respuesta as well so perdona, tuviste que comerte medio tocho de weas que ni al caso unu La moraleja de este spoiler es que nO TE PREOCUPES, VOS A TOPE THIS IS A FREE COUNTRY OKAY??? OKAY a im so excited de rolear juntos *rueda*
No esperaba realmente que Kou reaccionase de manera muy visible a mi pique —si gran parte de que lo dejase ser era justamente por eso, porque no era nada divertido molestarle—, pero al parecer estaba lo suficientemente craving for something mildly exciting que me valió con eso. Solté una risa nasal, irguiéndome por completo, y deslicé la vista hacia el punto donde él la estaba dirigiendo, que casualmente fue la figura de Anna. Si esos dos se conocían o no, no era algo que llegué a descubrir por esa mirada, aunque honestamente, tampoco era algo que me interesase lo más mínimo. Me encogí de hombros, pouting mientras lo seguía con la mirada hacia el interior del aula, y me quedé parada en el sitio sin ningún motivo aparente. Giré la cabeza cuando noté el toque en el hombro, dando de nuevo con la enana, y le devolví el saludo con un gesto de cabeza, recuperando la sonrisa al escuchar su comentario final. No me quedaba mucho más por hacer en el pasillo, y estaba segura que la campana estaba a punto de tocar, así que acabé por seguir los pasos del castaño hacia el interior del aula. Fue un buen timing, a decir verdad, porque no sabría decir con certeza si estaba lo suficientemente colocada aún como para presenciar el beso y no volver a comerme la cabeza con estupideces. No tenía nada que ver con celos, ni mucho menos, pero sabía que no estaba racionalizando lo suficiente como para que no lo pareciese. Por otro lado, sí que parecía estar lo suficientemente high como para tardar en reaccionar a las cosas, pues mientras entraba a la clase completamente a mi ritmo, noté repentinamente algo de peso sobre mis hombros, un especie de beso sobre mi cabello y me quedé quieta en el lugar, pestañeando un par de veces mientras procesaba que el que estaba pasando delante de mí no era otro más que Joey. Fue una estupidez enorme, no tenía que tener ningún significado, y aun así me hizo pensar que quizás estaba siendo una completa idiota. No era un gesto lo suficientemente fuerte como para que se fuesen todas las dudas, pero sí para hacer que me diese cuenta de que era Aiden el que me había metido esas ideas en la cabeza; el gilipollas de Aiden que siempre sabía como meterse en mi mente con sus mierdas. —¿Te puedes apartar? Me giré de manera algo brusca al escuchar aquella voz, dándome cuenta de que me había quedado estaqueada en mitad de la entrada y que un alumno no podía pasar por mi culpa. La cuestión fue que no tuvo que haber notado que era yo la que estaba ahí hasta verme la cara, y su reacción fue un completo poema. >>P-perdón... —murmuró, antes de darme la vuelta a duras penas para entrar. Definitivamente no era nada bueno que aquello me hubiese puesto de tan buen humor, pero no había mucho que pudiese hacer al respecto, ¿verdad~? * * * Cuando la campana anunciando el receso sonó, fue como si prácticamente me hubiese despertado. No me había quedado del todo dormida, pero tenía tal estado de somnolencia encima que se sintió como algo bastante parecido. Me estiré en toda mi extensión cuando conecté un par de neuronas y eché un vistazo alrededor antes de girarme hacia atrás, hacia el pupitre de Joey, ignorando por completo al resto de alumnos. —Let's have fun~ —murmuré, guiñándole el ojo, antes de ponerme de pie y dirigirme hacia la salida. Quizás Aiden había conseguido su objetivo mejor de lo que hubiese llegado a imaginar, y quizás seguía teniendo demasiado dudas para ser bueno, pero al menos podía estar orgullosa de una cosa: podía seguir disimulando que todo estaba bien. Y, de todas formas, tenía ganas de andar jodiendo. Contenido oculto holy shit Gigi Blanche como te dije, tenía que reaccionar a mil cosas so here it goes, all for you uwu (? y AAAA muchas gracias por haberme caído con Annita y haberla animado un poquito, really, le ha sentado muy bien la charla con ella <3
Contenido oculto: MOMMA IM A ROCKSTAR Ah, ah, gente aguafiestas sí que había en esta Academia, ¿eh? De por sí no venía con la mejor... racha de todas, para encima tener que soportar interrupciones innecesarias. Bueno, ni modo. Eso sí, me dio bastante gracia reconocer a la enana de segundo, la que me miraba mal desde que le dirigí la palabra a Jez, porque imbéciles del estilo eran los que mejor aceitaban mis motores y ni siquiera parecían darse cuenta. De que mientras más desprecio me mostraran, más me alentaban a ser an absolute piece of shit. Era casi una ley escrita, se cumplía el noventa y nueve por ciento de los casos. Pasé por el baño antes de subir, me adecenté un poco mejor y ya llegué a la clase hecho un señorito inglés. Las clases transcurrieron, noté un par de cosas y la campana sonó. Si la memoria no me fallaba Ali tenía algo que compartir conmigo, ¿verdad? Pero vaya, no era la única prioridad por el momento. Volteé para buscar a la rubia con la mirada, le dediqué una sonrisa muy amplia y me incorporé, aire liviano, como si no tuviera ya a mi objetivo marcado a hierro y fuego. Básicamente acababa de extenderle una invitación para el pequeño desastre, porque me habían jodido el puto polvo del día y era experto en cargarle los platos rotos a quienes no correspondía. Algo así como mi viejo. Sasha se había quedado en su pupitre, encima de unos apuntes, pese a la mascarilla que llevaba y a las veces que la había oído toser durante la mañana. Ni siquiera había sacado uno de esos almuerzos tan bonitos y homemade que siempre traía. ¿Iba a despreciar la comida de mami con tanta liviandad? Eh, eh, qué feo~ —Sash~ —Mi voz fue suave, me dejé caer en el asiento delante del suyo, de costado, y apoyé el antebrazo en el caño de la silla. Ella no me miró, sólo suspiró y siguió escribiendo—. ¿Hmm? No me digas, ¿tarea atrasada? —Sí, ¿te importa? Su voz, claro, salió amortiguada por la mascarilla, pero sonó tan directa y filosa como siempre. Una sonrisa burlona danzó en mis labios y recargué el rostro en mi mano. Miré lo que hacía, busqué otra vez a Ali y mis ojos, sin palabras, se encargaron del resto. Want to join us, darling~? —Por favor —fingí indignación y estiré la mano para tocar su rostro, lo hice lento y con la pura intención de que me apartara. Y eso hizo—. Nuestra niña del siglo está enferma y haciendo tarea a contrarreloj, ¿no suena super mal? Of course I'm worried, sweetie. Contenido oculto heyo Amane WANNA BE GAY AND DO CRIMES
Tal y como había previsto, acabé por encerrarme en mi cubículo favorito de los baños de tercero para fumarme un cigarro antes de tener que entrar a clases. ¿Había algún motivo en específico para hacerlo ahí? No realmente, salvo que me apetecía y ya. Si me paraba a pensarlo, era bastante curiosa la manera en la que casi siempre buscaba estar sola en cuanto se me presentaba la oportunidad, incluso cuando era obvio a ojos de todo el mundo lo mucho que adoraba la atención y estar rodeada de gente. Quizás no lo adoraba tanto como pudiese parecer, qué sabía yo. Seguí fumando, bastante hundida en mis pensamientos, y no me di cuenta de las nuevas presencias del baño hasta que fue algo completamente inevitable ya. No tenía motivo alguno para prestarles atención, en realidad, porque aquello no dejaba de ser un baño público y podía ser cualquier tipa random que quisiese usarlo; sin embargo, cuando mis sentidos se quisieron agudizar un poco más, distinguí una voz masculina que nada pintaba ahí y una verborrea de palabras que se iba parando cada tanto antes de acercarse un poco más. Fruncí ligeramente el ceño, repentinamente curiosa al respecto, y le di una última calada al cigarro antes de tirarlo por el váter. Solté el humo mientras me subía a la tapa del mismo, asomando la cabeza por encima del cubículo, y mantuve el ceño prácticamente unido hasta que distinguí la melena bubblegumm-y de Anna y una carrot-y que no reconocí en absoluto, soltando el aire por la nariz en una especie de risa floja. —Hi there~ —canturreé, apoyando la mejilla sobre la madera, y los repasé con la mirada un par de segundos antes de decidir bajarme de un salto. Salí del cubículo sin decir nada más, me lavé las manos en silencio y les dediqué una última sonrisa divertida antes de hacerles un gesto con la mano a modo de despedida, saliendo de los baños inmediatamente después. ¿Qué mierdas estaban haciendo? ¿Trabar las puertas? No entendía en absoluto la motivación, pero mira si iba a ser yo la que se chivase al respecto, con lo que me gustaba un poco de caos porque sí. La estupidez me animó un poco, lo suficiente para aguantar unos... cinco minutos concentrada en la clase. Después mi atención se fue aquí y allá, como siempre, mi cuerpo amenazando con dormirse a medida que las horas pasaban y mi aburrimiento aumentaba. Conseguí mantenerme despierta sin embargo, aunque seguía sin saber muy bien cómo, y la primera mirada de Joey me encontró con la vista distraída por la ventana y un boli balanceándose entre mis dedos. Estaba con la mejilla apoyada en la mano, y deslicé la mirada hacia el chico justo para recibir su sonrisa animada. Se la correspondí, aunque con algo más de pereza, y ese mismo aire vago es el que mantuve mientras lo seguía con la vista. A aquellas alturas de nuestra... relación, había cosas que no podía esconderme por mucho que quisiese, como el hecho de que su humor estaba claramente jodido por algo que le había pasado o que tenía un objetivo claro a pesar de su aire liviano. Un objetivo al que claramente quería que me uniese. Se acercó a Sasha, claro, y alcé una ceja mientras observaba el intercambio de ambos con obvio interés. Había sido inevitable no notar la mascarilla de la chica, o los tosidos que llenaron el aula más de una vez a lo largo de la mañana, y ¿honestamente? Sabía que era una puta mierda joderla en ese estado cuando, irónicamente, nuestra "posible amistad" había empezado cuando ella se preocupó por mí al estar en un estado parecido. Pero yo era una hija de puta en comparación, ¿verdad? Y si tanto me quería odiar, no me importaba darle motivos para que siguiese siendo el caso. Dejé el bolígrafo sobre la mesa, pues, tras haber recibido la nueva invitación visual de Joey para unirme, y me levanté de la silla con un objetivo claro: aceptar dicha invitación. Total, mi libido andaba en números negativos desde el día anterior, así que no veía otra opción para aquel receso que entretenerme con otra de mis actividades favoritas: joderle el día a alguien. Me acerqué al pupitre de la muchacha lo más silenciosa que pude, rodeándolo hasta quedar en el lado que daba a la puerta, y me incliné hacia un lado mientras repasaba de manera vaga el cuaderno que tenía abierto. Lo cierto era que solo me interesaba crear una especie de cortina con mi melena, que por supuesto cayó en cascada hacia el lado en el que me incliné, pero al final acabé prestándole más atención de la que pretendía a lo que estaba escribiendo. —¿Uhm~? —murmuré, acercándome tanto que amenacé con invadir su espacio personal, y le dediqué una mirada de reojo mientras sonreía divertida antes de erguirme de nuevo—. You look so fevery, ginger. Joey, ¿no tienes por ahí un termómetro for our poor lil' reddie~? Contenido oculto LET'S BE CHAOTIC EVIL
Mantuve mi atención en Sasha lo más posible, de por sí ella siquiera me miraba así que dudaba fuera capaz de advertir a Ali, pero mejor prevenir. Noté a la rubia acercarse de reojo, mi sonrisa se ensanchó inevitablemente y pestañeé con cierta lentitud. Pierce estaba dispuesta a ignorarme hasta la eternidad, suponía que era el mejor método contra idiotas como nosotros, aunque eso implicara soportar nuestros culos, absorber esa energía y tragarse también la propia. Lo sabía, ¿no? Éramos fábricas de bombas a presión. Vivíamos de reacciones. Adiviné las intenciones de Alisha al vuelo, fue bastante automático y como la neurona sólo se me encendía para hacer este tipo de mierdas, solté un suspiro audible y comencé a incorporarme de la silla. Sasha no reaccionó, pero estaba seguro de que aquello le habría relajado el cuerpo al creer que me había aburrido y estaba por retirarme. Qué cosa, ¿no? Que dos segundos después, la cascada dorada de Ali apareciera en todo su campo de visión y prácticamente diera un respingo. En serio, para mearse. Solté una risilla casi insonora, que me sacudió apenas el pecho y relajé las caderas al costado del pupitre que había a su izquierda. Ali estaba del otro lado y hundí las manos en los bolsillos, repasando el resto del aula con la vista. Alcé las cejas en cuanto Ali me llamó, con una expresión de lo más liviana en mi rostro, y seguí comportándome como si no la hubiéramos puto rodeado cuando la pobre imbécil posiblemente sólo quisiera acabar su tarea e irse a casa. —¿Termómetro? ¿Me ves cara de enfermero? —repliqué, irónico, y me encogí de hombros—. Pero bueno, igual alguien debería acompañar a our beloved ginger hasta la enfermería, ¿no crees? Esforzarte tanto enferma no te hará nada bien, Sashie~ Deja, anda, nosotros le explicamos a la profesora. Eh... Fingí pensar el asunto, alzando la vista al techo, y luego regresé a Alisha. —¿Qué deberíamos decirle, Ali-chan~?
A pesar de todas las dudas que repentinamente podría tener con respecto a Joey, había algo que ni siquiera yo podía negar: nos conocíamos el uno al otro como las palmas de nuestras manos. Sabía perfectamente que el chico se había olido mis intenciones desde que me vio levantándome de la silla, y para mí fue bastante obvio que todo el teatrito que se montó después fue para dejarme espacio a conseguir mi objetivo. Y vaya que lo conseguí, porque la pobre desgraciada pegó tal respingo que me fue prácticamente imposible controlar la carcajada divertida que se me escapó de los labios. Tampoco pretendí controlarla demasiado, para ser completamente honesta, pero para que se entendiese el punto: había sido una imagen realmente divertida. Después me erguí, le hablé a Joey, recibiendo su respuesta aún con la diversión pegada al rostro, y lo repasé brevemente con la mirada tras su pregunta. —Pues no sé, pero el uniforme no te quedaría mal~ En lo que él seguía hablando, proponiendo que avisemos a la profesora de su estado, yo decidí dar un par de pasos hacia atrás y subirme en el pupitre que había a mi espaldas. Seguía viendo a Joey prácticamente de frente, lo que significaba que seguíamos rodeando a la pobre chiquilla de alguna manera, y cuando el chico terminó de hablar, balanceé las piernas en el aire un par de segundos. >>Uhm... tendremos que decirle que Sashie está malita, ¿quizás ha cogido algo de frío? Aunque es un poco raro, ¿no? Haber cogido frío con el calor que ha hecho estos días, digo. ¿Será que nuestra querida Sashie ha estado saliendo de noche sin mucha ropa encima? —hablé sin apartar la mirada de Joey, pero tras un momento bajé la vista hacia la pelirroja, ladeando la cabeza y con un brillo difícil de definir en los ojos—. O quizás... ¿quizás ha estado con malas compañías que no la cuidan ni un poquito~?
La reacción de Ali fue bastante menos... disimulada que la mía en cuanto Sasha se sobresaltó, y en parte se desprendió de allí la razón para repasar el aula con la vista. Era imbécil pero seguía conservando cierto sentido de la supervivencia, y aunque no creyera que esta niña contara con un auténtico ejército de defensa, sabía que había estado cosechando un par de amistades. Más valía prevenir a curar, ¿verdad? De la forma que fuera, menuda suerte teníamos. Tantas veces la molestábamos a ojos de todo Dios y nunca nadie aparecía a salvarle el culo~ Eh, ginger, you sure about those friends? Me limité a menear la cabeza, no creía que el uniforme de enfermero tuviera tanto encanto como el de enfermera, pero si Ali lo decía tampoco iba a desestimarlo, ¿cierto? Acabamos ambos subidos a bancos opuestos, podíamos pasar de bullies o torres de vigilancia, ni idea. La sonrisa divertida revoloteó en mis labios mientras Alisha hablaba, sopesando las posibilidades para que Sasha hubiera pillado su resfriado. Al final me quitó los ojos de encima, sentí un chispazo extraño en la columna, premonitorio quizá, y aguardé en silencio. Funny, habíamos pensado algo parecido, ¿cierto? La tontería, al parecer, consiguió presionar por fin los botones correctos. Sasha dejó caer su bolígrafo sobre el cuaderno, la mierda rodó un par de centímetros en lo que clavaba su mirada en Alisha. El ángulo me impedía verlo, pero no necesitaba hacerlo para adivinar que la estaría fulminando. —Repite eso. —Sasha se incorporó, enfrentando a Alisha, y me bajé lentamente de mi pupitre con cierta precaución—. ¿Intentas decirme algo, Welsh? Contenido oculto oh fuck, pensé que Sasha iba a irse bUT THIS HAPPENED *c persigna*
Podía ser que Sasha tuviese una paciencia absurda, o por lo menos que tuviese la suficiente como para aguantarnos hasta que nos aburriésemos y la dejásemos en paz, pero yo mejor que nadie sabía que su paciencia también tenía un límite. ¿Iba a echarme flores por conseguir pasar ese límite como si fuese algo extremadamente bueno? Of course I would. Lo sabía, pero aun así me sorprendió ver su reacción, y clara muestra de ello fueron las cejas que alcé ante la misma. Me controlé con bastante rapidez, eso sí, y seguí el movimiento que hizo su bolígrafo al dejarlo caer con un gesto vago, casi de pereza, como si me importase una mierda el aire de amenaza que se había instaurado repentinamente alrededor de la chica. Al alzar la vista, cuando ella se levantó de la silla y me encaró, también noté a Joey bajándose de su pupitre con cierto aire... ¿preocupado? Cute. But I dealt with much worse back in Chicago, to be honest. —¿Qué parte quieres que repita, Sashie? ¿Lo de salir sin ropa o lo de las mala compañías? —murmuré, ladeando la cabeza con cierta diversión, e inmediatamente después extendí el brazo para buscar pasarle un mechón de pelo por detrás de la oreja (aun cuando seguramente se apartaría antes de lo consiguiese)—. ¿Yo? No intento decirte nada, linda, solo que tengas cuidado con quién te juntas. I mean, ¿Arata? C'mon, you must be joking. Me quedé un rato en silencio, repasándola de nuevo con la mirada mientras apoyaba las manos a mi espalda, y me mordisqueé el labio inferior antes de volver a hablar, en un murmullo. >>Aunque no te podría culpar si te lo intentas follar, es un buen polvo~
Contenido oculto: no pensé que esto iba a ponerse tan darks bUT HERE WE ARE Había días o semanas que parecían lisa y llanamente diseñadas para drenarte toda la energía del cuerpo, y nadie iba a convencerme de lo contrario. Quizá viniera aparejado de las piedras que arrastraba desde hacía años, del calor que se ausentaba y las lágrimas que jamás derramaba. Qué iba a saber yo. Al menos había intentado enfocarme, hacer las cosas bien y cumplir con, sorpresa, las obligaciones que no me daban descanso ni un puto día. Lo había intentado. Pero ¿meter en el paquete a los dos imbéciles que parecían dedicados a envenenarme la sangre? No, gracias. Ni siquiera sabía muy bien cómo o desde dónde había comenzado a escalar la mierda, sólo tenía muy en claro que, Dios, no los soportaba. Me arrojaban una energía espantosa en el cuerpo y cada día que pasaba sólo se acumulaba. Más, y más, y más. Primero Joey persiguiéndome como una puta mosca, luego metiéndose conmigo por no llevarle el apunte, y a la fiesta se sumó su amiguita del alma. La misma que, cabía destacar, no contenta con hurgar en mi vida había seguido jalando de las cuerdas. Jalaban, jalaban y jalaban. Los cables chirriaban en torno a mi torre y amenazaban su estabilidad. Y no eran sólo ellos, ¿cierto? Era el hijo de puta de mi jefe, ese que al parecer jamás perdonaría que hubiera salido con el hijo del pez gordo y me cargaba horas extra, me daba tareas que no me correspondían, prendía el puto AC y me dejaba plantada en la caja registradora por cuatro horas bajo la cortina de aire helado. Y necesitaba un puto reemplazo para no comerme una suspensión pero no me atendía las llamadas, no me respondía los mensajes, y ayer por la noche había acabado hecha mierda, y si reprobaba Física pasaría a la lista de revisión de becas. Y estaba harta. Y estaban también estos hijos de puta. ¿Qué parte quieres que repita, Sashie? Ni siquiera me sentía bien, sabía que tenía fiebre pero había antepuesto la tarea de Física a mi salud, y era consciente de ello y la estupidez también me daba rabia. Ahora ni siquiera podía estudiar en paz, por mucho que hubiera intentado ignorarlos se me agotó la paciencia. Los cables quebraron la piedra. El manotazo que le di para quitármela de encima me dolió incluso a mí, y de una forma extraña fue satisfactorio. No podía hacer nada en la escuela por, otra vez, la puta beca, pero las resistencias comenzaban a tambalearse y ya no sabía muy bien cómo proceder. Podía sentir los cortocircuitos aquí y allá, propagándose por todo el sistema, en un flujo de energía constante e indeseado. Sumamente indeseado. Era oscuro y me repugnaba. Como ellos. Me bajé la mascarilla, que me preguntaran si me importaba contagiar a la jodida imbécil, y noté que Joey aparecía en mi campo de visión desde un costado. Me dio igual. —¿Tan interesante te resulta mi vida, gringa, que sabes hasta con quienes me junto? —murmuré, ácida, y solté una risa nasal antes de inclinarme cerca de su rostro. Fue un susurro, fue pura energía errática concentrada en la punta de mi lengua—: Eres patética, Alisha. Ya no por no madurar ni follarte a cualquiera, eres patética como ser humano. Me das muchísima lástima. Tú y tu amiguito. Volteé hacia Joey apenas un segundo, su expresión se había ensombrecido y regresé a los ojos de Welsh, una sonrisa revoloteó en mis labios. —Bah, 'amigo' en tanto te sigas abriendo de piernas, claro. No sé cuánto puedas interesarle a nadie más allá de eso.
Había momento de inflexión en la vida de todo el mundo, situaciones que te hacían replantear si todo lo que sabías o habías hecho hasta ese momento era lo correcto o lo que realmente te definía; momentos en los que descubrías que algo que quizás no eran tan bonito en tu interior. En mi caso fue Aiden, con su deslumbrante sonrisa que nunca auguraba nada bueno y su indiferencia a la hora de meterme en problemas que me hacían sentir tan viva; en el caso de Sasha, fuimos nosotros. ¿Acaso me estaba convirtiendo en la persona que tanto había detestado desde que creía haber encontrado mi lugar en Japón? The fucking irony, seriously. Me había esperado que Sasha se apartase de mi intento de tocarla, era el movimiento más predecible que ella podía hacer, y sin embargo logró sorprenderme al no cumplir con las expectativas. En su lugar me dio un manotazo, uno que fue lo suficientemente fuerte como para hacer que me escociese la palma de la mano, y tuve que moverla un poco para quitarme la sensación, en un movimiento lento y sin apartar la mirada de ella. Era interesante; el brillo oscurecido de su rostro, quería decir. ¿Qué tanto le jodería saber que en ese mismo instante me recordaba a la mierda que Joey y yo compartíamos cuando nos comportábamos justo como lo estábamos haciendo ahí? Seguí su movimiento con los ojos entornados, sin inmutarme en absoluto por su cercanía y con ninguna pretensión de alejarme de ella, y la escuché sin reaccionar. Me daba bastante igual que me llamase patética o saber que le daba lástima; su opinión me era sinceramente indiferente y no me estaba diciendo nada que no supiese o pensase ya. Por eso mismo, no me fue demasiado difícil echarme una sonrisa divertida encima después, como si quisiese tocarle aun más los huevos al hacerle saber que sus palabras no me movían lo más mínimo. Pero todos teníamos un punto débil, ¿verdad? Y la jodida imbécil tuvo que dar con el mío. La sonrisa me flaqueó durante un par de segundos, los suficientes como para que fuese obvio y no tuviese sentido pretender disimular. Mi expresión se ensombreció, mucho más de lo que alguna vez pudo haber pasado, y no aparté la mirada de la chica en ningún momento, en lo que finalmente soltaba el aire por la nariz en una especie de risa irónica que acompañó el gesto de mis labios después. —Al menos yo les intereso por algo. Tú ni siquiera follándotelos consigues que se queden contigo, ¿verdad? —prácticamente escupí, antes de bajarme de la mesa y empujarla a ella en el proceso para abrirme paso—. So go and fuck yourself, quizás así aprendas a enganchar de verdad al próximo niño de papá. No me atreví a mirar a Joey en ningún momento, me daba verdadero pánico hacerlo. Dar con sus ojos y leer en ellos que era verdad, que aquella semilla que Aiden había plantado en mi cabeza tenía razón de ser y que hasta Sasha se había dado cuenta de algo que quizás yo había pasado demasiado tiempo intentando ignorarlo deliberadamente. No pude hacerlo, de verdad que no, y era posible que aquella vez fuese la única que alguien pudiese ver cómo todos mis cimientos se tambaleaban mientras me dirigía hacia la salida del aula cabizbaja. Necesitaba salir de ahí. Urgentemente.
Vaya, vaya, las cosas sí que se habían torcido, ¿eh? No fingiría al punto de negar lo evidente, de que Sasha eventualmente se cansaría y reaccionaría de verdad. Lo que no calculé, quizá, fue la cantidad de desprecio que era capaz de escupir, y mucho menos cómo eso afectaría a Alisha. Nos lo merecíamos, eso lo tenía claro, pero no significaba que lo aceptara de brazos abiertos. Era lo que tenía ser un imbécil de mi calaña. Y definitivamente no me hacía gracia lo último que dijo. Podríamos habernos reído de ella y redoblar la apuesta, eso fue lo primero que supuse, pero los planes se me fueron a la mierda apenas reparé en el rostro de Alisha. Era evidente, joder, transparente como el agua, y todo el cuerpo se me volteó en ese segundo, cayó en un montón de alquitrán espeso. Mutó de los colores al negro, del negro al rojo y me dio bastante igual lo que fuera que Alisha le hubiera respondido, pues medio volví a conectarme cuando salió disparada fuera del aula. Parpadeé, me observé las manos brevemente y tragué saliva. Fue amargo que te cagas. Había estado a medio pelo, ¿no? De perder la cabeza. Sasha había retrocedido cuando Alisha la empujó, lo suficiente para chocar con su silla. Me acerqué a ella apenas volvía a estabilizarse, probablemente lo hice con la velocidad o el ímpetu suficiente para asustarla. Lo vi en sus ojos y me heló el cuerpo, pero lo negué. Negué también que Sasha no tenía la puta culpa de nada, que nos lo habíamos buscado y nos lo merecíamos, pero no iba a ser quien comenzara a razonar decentemente. No cuando esto había sido mi idea. —Bad decisions, ginger —mascullé, cerca de su rostro, y empecé a retroceder—. Bad decisions. Me apresuré hacia el pasillo, lo suficiente para alcanzar a Alisha y la detuve por la muñeca apenas tuve la oportunidad. —Hey. —Mi voz ya no cargaba ni una chispa de la ira o el rencor que le había imprimido a Sasha y que, la verdad, siquiera fui del todo consciente—, ¿estás bien? La dejé ir lentamente y esbocé un remedo de sonrisa, señalando el aula. —¿Qué coño pasó ahí adentro? Contenido oculto quizá debería haberlo posteado en el pasillo, pero me sonaba raro y realmente no sé hasta dónde habría llegado Ali ni dónde la detuvo, así que siéntete libre de decidir eso, bebi uwu
El fin de semana me había convertido prácticamente en un animal enjaulado, pero papá se las arregló para mantenerme metida en la cama el mayor tiempo posible y al final, por insistencia y por mi propio cansancio físico, cedí. Cualquier otra opción habría sido una mala idea, claro, el asunto era que últimamente las contenciones me fallaban una y otra vez; y con ellas, la paciencia. En algún momento tendría que disculparme con él, porque estaba segura lo había tratado mal en más de una ocasión. La fiebre desapareció para el sábado, el domingo me sentía mejor y ya el lunes pude decir, en general, que me encontraba bien. Algo cansada, quizá, pero no era nada que me hubiera detenido antes. Además sólo era cuestión de ir a la escuela, considerando que las cosas con el gerente habían salido precisamente como me las temía. Al final tuvo que intervenir papá en la discusión y lo agradecí, aunque el resultado no cambió: una semana de suspensión. No era el mejor momento del mundo para que entrara menos dinero a casa, pero ese día ya no me quedaba energía para nada y con el correr del fin de semana, digamos, lo acepté. Acepté la situación y también que no podía seguir ahí, trabajando para ese infeliz. Y para colmo, los proyectos. Ya sentía el cerebro genuinamente lleno de preocupaciones como para repasar la lista y encontrar el puto nombre de Wickham junto al mío. Me cayó una bolsa de plomo encima del cuerpo, quise cagarme en todo a viva voz y, sin razonarlo demasiado, acabé en la azotea. No recordaba del todo bien en qué momento había decidido guardarme los cigarros que rara vez sacaba de mi gaveta en el bolsillo de la falda, pero allí estábamos y lo agradecí. Al menos me relajó un poco. Mejor me concentraba en lo positivo, ¿no? También estaban Kenneth y... el chico nuevo, Hart. Obviamente había asumido que sería yo la encargada de juntar al ganado y organizar las reuniones, y de hecho lo prefería de esa forma. Así, podría omitir a Joey y, quizá, ahorrarme la desgracia de su presencia. Nunca había sido un estudiante modelo, de todos modos. Si mostraba la cara sería para seguir jodiéndome la existencia, y aunque no sonaba extraño viniendo de él, bueno. Sólo me quedaba esa esperanza. Cuando sonó la campana del receso, descarté buscar a Kenneth en la 3-3 apenas lo vi pasar en dirección a las escaleras. Tenía pinta de llevar un objetivo en mente, ni modo. Me levanté de mi asiento y fui donde Lyon, dedicándole una sonrisa amable de las de siempre. Ni un gramo de la molestia, el cansancio o la preocupación que sentía se filtró en mi semblante. —Hola~ Hart, ¿cierto? ¿Viste ya las listas que colgaron en planta baja? Las del proyecto de Mayo. —Me senté en el pupitre vacío que había delante del suyo, lo hice de costado y apoyé los antebrazos al borde de su mesa—. Y si no, vengo a spoilearte: estamos en el mismo grupo. ¡Ah! Soy Sasha, por cierto. Sasha Pierce. Contenido oculto Santydelasalvación hola perro, no me ghostees de nuevo (???? mientras escribía el post caí en que vos ya conocías a Sasha de su rol original JAJSJA is dis fate
Los días habían pasado sin más, se podría decir que no tuve muchos problemas para adaptar al nuevo lugar donde vivía, el no haberme perdido ni una vez desde mi llegada en sí era toda una proeza. Y poco a poco ya le iba pillando el hábito a la nueva rutina aquí, aunque estaba contando los días restantes para empezar las prácticas con los dedos de la mano ya. Estaba sentado en mi banco con mi cabeza reposando sobre mi mano ya en los últimos minutos de clase, para que no bien toque la campana de la hora del receso, se acerque una pelirroja para ocupar el asiento de delante para hablarme. Mi primer impulso fue poner mi mejor cala de mala hostia para que ella sola pueda tomar pista de que no estaba interesado en relacionarme con ella, pero tomando en cuenta que desde que llegue aquí no he hablado con casi nadie, pues se podría decir que estoy fallando en la tarea de socialización que todo estudiante debería tener minimamente. Si es que se puede decir fallar cuando ni siquiera lo estoy intentando. Anyways, que solo parpadee y la deje hablar al menos. Interactuar con el resto de la clase para ver si había alguien con el que pasar el rato podría ser worth it, aunque en principio me diera tremenda pereza. > -Y si no, vengo a spoilearte: estamos en el mismo grupo. ¡Ah! Soy Sasha, por cierto. Sasha Pierce. - Shit. Nopuedeser, me había olvidado del proyecto escolar, mi memoria de pez atacando de nuevo, damn. Incluso había visto el tablón de anuncios a la mañana y pensado que los trabajos en grupo eran un dolor de huevos, pero recién ahora es que caigo en que me en efecto me tocaría a mi participar . Me debí haber quedado como unos 10 segundos mirando congelado procesando la información o para ver si tenía alguna escapatoria, para luego terminar soltando un bufido aceptando que no me quedaba de otra. — I... See. No vi las listas, así que no me queda de otra que confiar en tu palabra. Se supone que los miembros del grupo se deben reunir para coordinar cosas del proyecto right? - Respondí de forma calmada, tratando de mover y/o terminar la conversación lo antes posible. Mientras antes lidie con este proyecto, mejor. Con suerte el grupo con el que estaría no era muy problemático. No recordaba nada particular de Sasha, pero en primera impresión parecía chill I guess. Contenido oculto: A Nopuedeser me tomo más de lo que quería esto, toy chikito y suckeo escribiendo. Please Have patience, I have Owotism. Al menos ya no es ghosteo es un progreso. Anyways a mover a la bola de violencia antisocial yay.
Noté su cara de perro viejo al hilo y me las apañé para mantener mi sonrisa cordial, aunque ganas no me hubieran faltado de maldecir al aire. En condiciones normales probablemente me habría dado igual, incluso me habría esforzado un poco para conseguir, de corazón, que se sintiera cómodo en mi presencia; pero ya no me quedaba mucha energía para nada extraordinario y sólo había deseado dar con gente que no me la hiciera más difícil. ¿Era mucho pedir? Aparentemente sí. Como fuera, y siendo ya lo usual, no exterioricé nada y esperé a su respuesta. Bueno, daba igual, me echaría encima una cortina de hierro y haría lo que debía hacer independientemente de la cara que este chico me pusiera. Era buena con eso. El tío se me quedó mirando como si le hubiera hablado en noruego, hasta que bufó y abrió la boca. Filtré todo lo innecesario para quedarme con aquello que requiriera de una respuesta y asentí, aún sonriendo como si nada. —Sí, claro, por eso te estaba buscando. Tenemos... semana y media para hacerlo, así que no quieres empezarlo ahora mismo está bien, pero pensé que podía aprovechar y ya presentarme contigo. —Ah, ¿estamos en fase de presentaciones~? La sangre se me congeló en el cuerpo, para qué mentir. Era buena disimulando, quizá demasiado, y en definitiva no estaba haciendo nada extravagante así que mi quietud tuvo que haber pasado desapercibida. Pero, joder, fue un único segundo donde el pecho se me comprimió hasta que volteé el rostro y vi a Joey sentándose a nuestro lado. Bueno, ahí se iba mi esperanza. —¡Me toca a mí, entonces! —exclamó, alegre, y se llevó una mano al pecho; estaba mirando a Lyon—. Joey Wickham, un placer~ ¿Cómo te llevas con el arte, Hart? No le creía nada. No le creía una puta mierda aquella simpatía ni las ganas de colaborar en el proyecto, y el hecho de que estuviera allí presente con su máscara puesta sólo contribuía a mantenerme en un estado constante de tensión. Era eso y la cortina de hierro, drenándome la energía como un caudal de agua abierta; pero estaba Lyon y el tío no pintaba una mierda en nuestros conflictos, así que renové la sonrisa y aguardé por su respuesta. Contenido oculto no worries uwu Yo acá te traigo drama encubierto para que no te aburras (??
Redhead contestó manteniendo la sonrisa de buenos amigos, parecía que no había prisa por hacer el proyecto, de primeras al menos, ya luego e los últimos días seguro que a todos le agarran las prisas y los últimos toques se hacen horas antes de entregarlo, ugh. — Hmm ya veo. Suena como que tenemos bastante tiempo para hacerlo, aunque espero que no lleve mucho tiempo hacerlo anyways. — Entonces llegó uno más, otro compañero con el que lidiar lo del proyecto al parecer, se sentó a nuestro lado al tiempo que lo miraba mientras trataba de ver si recordaba algo de él, pero nada. Supongo que en verdad no estuve prestando atención a ninguna de las personas de esta clase huh. > —¡Me toca a mí, entonces! . Joey Wickham, un placer~ ¿Cómo te llevas con el arte, Hart? — — ¿El arte? Pues... Se podría decir que me interesa entre poco y nada. — La pregunta me había tomado algo desprevenido, pero respondí de forma desinteresada, aunque por un momento me había llegado a cuestionar si había tenido la desgracia de que el proyecto sea de arte. —Anyways, ¿Hay algún miembro más del grupo que debería conocer? — Pegué un vistazo rápido al resto de la clase y nadie más parecía acercarse, así que parecía estar safe~ .
Para ser completamente sincera, no me creía la suerte que había tenido con el grupo del proyecto de aquel mes: ¡estaba con Thi y Kou! No había pasado los mejores días desde que mis padres se habían enterado del estrepitoso fracaso en el anterior, a decir verdad, y a pesar de tener una buena reserva de provisiones y alguna que otra tarjeta de emergencia, no me llevaba muy bien con la idea de estar limitada... en prácticamente ningún aspecto. Y mucho menos en cuanto a dinero se refería. ¡Pero la perspectiva de aquel equipo me había renovado por completo los ánimos! Y, además, ambos eran bastante mejor estudiantes de lo que yo pretendería ser, así que quizás conseguiríamos sacar una nota decente y yo podría recuperar todos mis privilegios. ¡Si es que eran todo ventajas! No era ninguna sorpresa, pues, que me hubiese aparecido como un jodido torbellino en el aula de ambos durante aquel receso. Mi primera víctima fue Alethea, claro, que aparte de ser mi amiga, era estúpidamente fácil encontrarla en prácticamente cualquier sitio. De puro milagro no me comí a Joey y aquella pelirroja cuando me los crucé en la entrada, y al chico lo saludé de pasada antes de acabar en el pupitre de Thi. Apenas le di tiempo a la pobre chica para que terminase de recoger sus cosas, la agarré de la muñeca y me la arrastré hasta el asiento de Kou, al que había aprovechado para buscar con la mirada mientras entraba al aula. Me aparecí en su campo de visión por un costado, asumiendo que era imposible que no hubiese notado mi presencia desde que puse un pie dentro, y le planté un beso en la mejilla antes de sentarme en su pupitre como si nada. —Buenas tardes, Shinomiya-san —lo saludó Thi, que había acabado arrastrando hasta quedarse delante de mí y con cuyas manos estaba jugueteando gracias a la posición—. Parece que nos ha vuelto a tocar juntos en el proyecto. —¡Pero esta vez conmigo también! —exclamé, sin pretender esconder mi emoción—. ¿No es genial? ¡Va a ser muy divertido! Bueno, todo lo divertido que un proyecto puede ser, claro... ¡Pero es de arte! Así que se puede salvar~ Contenido oculto Gigi Blanche oh why, HELLO AGAIN