Contenido oculto El bolígrafo rosa se me cayó sobre la mesa precisamente en el instante que la campana sonó. Había estado intentando hacerlo girar entre mis dedos como hacían en las pelis, los basquetbolistas y así, pero la mierda era jodidamente difícil y vaya, daba igual cuánto practicara, no conseguía superar los tres o cuatro giros. Enseguida los dedos se me empezaban a enredar, perdía velocidad y bye, bye. ¿Habría alguna técnica secreta? ¿Debería buscar un tutorial en Youtube? Conocía personas capaces de hacer malabares con seis naranjas al mismo tiempo, ¡esto tenía que ser easy peasy! Bueno, ni modo. Suspiré, guardando mis cosas, y cuando me incorporé lo hice estirando el cuerpo entero. Venga, energía reactivada. Tenía una canción pegada en el cuerpo y salí del aula tarareándola, me desvié hacia la izquierda y fui alternando cualquier movimiento sutil que se me ocurriera con los pasos normales. De la 2-3 ya estaba saliendo gente y tuve que ponerme de puntillas para husmear dentro. Ah, los inconvenientes de ser un tanuki. Me abrí paso entre los alumnos en cuanto confirmé que Emi seguía adentro. ¿Motivos? ¡Ninguno, claro! Sólo había pensado que no la veía desde el festival y se me antojaba, punto. Era un alma libre, tenía derecho. Sonreí de oreja a oreja cuando reparó en mi presencia, empecé a cantar la dichosa canción en voz baja y la falda siguió meneándose suavemente con mis tonterías. —I'm never gonna let you go, I already told you so. —Llegué a su pupitre, lo rodeé con pasos muy livianos y le eché los brazos por los hombros, apretujándola. Bajé la voz a un murmullo, aunque se me coló una risa—. You're sweeter than honey and a heavenly kiss, Bonnie and Clyde would've never done this~ A ver, si no se acordaba de la canción iba a ofenderme gravemente. Apenas terminé de cantar, le estampé un beso en la mejilla y seguí disponiendo como me apetecía. Me le quité de encima, volví al frente y me senté sobre su pupitre, cruzándome de piernas. —Buen, muy bien día, baby~ ¿Cómo va todo? Ah, dime una cosa, dime: ¿trajiste almuercito casero de Emi-chan? Confianzuda, descarada y un poco más. Contenido oculto Amane AL FIN WE *sigue bailando mentalmente*
Las clases fueron exactamente lo mismo de todos los días; ni más ni menos. Si acaso, tenía que admitir que aquel calor, casi más veraniego que primaveral, dificultaba bastante la tarea de concentrarse en las lecciones. Nada que un poquito de esfuerzo extra y algo de fuerza de voluntad no pudiese solucionar, sin embargo. Más o menos conseguí centrarme durante las clases, pero eso no evitó que soltase un suspiro del más puro alivio al escuchar el repiqueteo de la campana anunciando el receso. Como venía siendo costumbre de esos últimos días, no tenía realmente ningún plan por delante para la hora del almuerzo, así que tampoco tenía especial prisa en recoger mis cosas. El aula se fue vaciando y, gracias a ello, no me fue nada difícil distinguir la figura de Anna en la puerta cuando levanté la mirada, por pura casualidad. Decir que se me iluminó el rostro al verla sería decir poco, y no me daba ningún reparo admitirlo. Iba a levantarme para acercarme a ella, pero me di cuenta rápidamente de sus intenciones de acercarse, y decidí esperar como una buena chica a que hiciese lo que quería. Apoyé la mejilla sobre mi mano y me quedé observando sus movimientos con una sonrisa risueña, hasta que finalmente alcanzó mi posición y me echó los brazos por encima. Coloqué los míos sobre los suyos, correspondiéndole el abrazo antes de soltar una risilla por su beso y permitir que se fuese después. Claro que reconocía la canción que estaba cantando, siendo que de la misma había surgido una de nuestras tantas tonterías, pero esperaba que fuese consciente de que no me iba a poner a cantar en mitad del aula. Además de que no planeaba irrumpir en su voz tan bonita~ Le otorgué un aplauso suave, pero animado, en cuanto terminó la canción, y seguí con la mirada en ella mientras se subía en el pupitre, sin perder la alegría de mi rostro en ningún momento. Alcé un poquito las cejas al escuchar su pregunta, quién sabe de dónde la sorpresa si no era ninguna cuestión extraña, y relajé la expresión inmediatamente después. —¡Claro que sí! —exclamé, emocionada, y revolví un segundo entre mis cosas para enseñarle el par de bentos que se habían convertido en costumbre—. ¡Y todo va bien! Pero... ¿harás que sea un día aun más bonito al decirme que quieres que almorcemos juntas~? —pregunté, echando los brazos hacia delante para hacerme con sus manos y darle un leve apretón en las mismas. Contenido oculto im so ready for the girlIES AAAA
La alegría que noté en la expresión de Emi apenas verme sólo sirvió de combustible para seguir marcándome las estupideces, era así de simple. Sentí sus manos encontrando mis brazos y su risilla ante el beso reverberó cerca de mi oído. Sus aplausos eran puro teatro pero tampoco me evitaron la cuota de satisfacción, me eché encima una sonrisa triunfante e incliné la cabeza, pretendiendo agradecerle a mi público. Otra vez, era una chica simple. Su afirmativa me arrojó bastante ilusión al cuerpo, se me coló en la sonrisa y aguardé quietecita en lo que esculcaba su maletín. Esta vez fui yo la que aplaudió apenas ver los bentos, lo acompañó una risa breve y balanceé la pierna que tenía encima de la otra, emocionada. ¿Que si pretendía invitarla a almorzar? Bueno, técnicamente ella me invitaría a mí, pero... —Oui, ma chérie~ ¿Lo había dicho bien? Ni idea, pero lo repetían mucho en una serie que andaba viendo y se me había pegado. Emi se había hecho con mis manos y aproveché para corresponderle el apretón, aunque se me ocurrió una idea malvada a mitad de camino y di un salto fuera del pupitre, arrastrándome a la chica en el proceso. La obligué a pararse y la hice girar sobre su eje, soltando otra risa en lo que seguía moviendo sus brazos en pasos de baile bastante anárquicos. —¿Adónde deberíamos ir, Emi-chan? Hace calor, pero no tanto —sopesé sin detenerme y alcé las cejas junto a un respingo, extendiendo nuestros brazos hacia los lados. La tontería la acercó a mi cuerpo por obvias razones y le guiñé un ojo, bajando la voz—. ¿Y si abusamos de tu autoridad para aprovechar el invernadero~?
Ya no le daba demasiadas vueltas al asunto porque lo había tomado como algo completamente natural, pero en realidad era bastante curioso lo rápido que Anna y yo habíamos encajado de aquella manera. Era cierto que ambas éramos personas muy sociables, cada una a su manera, pero la conexión que habíamos tenido desde el primer momento nada tenía que ver con eso. Qué va, iba mucho más allá, y la genuina felicidad que sentí al verla aparecer por la puerta era comparable a la que sentía por muy poquitas personas de mi círculo. La tontería de mi aplauso se extendió hacia ella, pues imitó mi gesto en cuanto saqué los bentos y no pude evitar ensanchar bastante la sonrisa en consecuencia. También me correspondió al apretón de manos que le di, aunque a medio camino le dio por bajarse del pupitre sin solarme y acabó arrastrándome con ella por ello. Casi me tropiezo con la silla al hacerlo, pero por fortuna no tuvimos que presenciar ningún accidente y me permití soltar una risilla suave mientras dejaba que me diese vueltas y lo que sea que le ocurriese hacer. Escuché su pregunta más o menos con atención, toda la que pude prestarle en mitad de aquel baile improvisado al menos, y dejé salir un pequeño sonido de sorpresa en cuanto me acercó a su cuerpo algo de golpe, dejando salir el aire en una nueva carcajada leve, aunque aquella vez sonó algo más nerviosa. Pestañeé un par de veces para centrarme y noté como algo de sangre me subía a las mejillas por su comentario. —¿Qué autoridad? —me quejé, algo infantil, y le soplé contra el flequillo antes de reírme y separarme de su cuerpo, manteniéndome aún unida a una de sus manos—. Pero... creo que Ko sigue ocupado con sus tareas atrasadas, así que seguramente estemos solas~ Aproveché la mano que había liberado para recoger lo que hiciese falta —los bentos con la comida y poco más, para ser sincera—, y le dediqué una sonrisa de ojos cerrados al girarme para volver a encararla, apretando ligeramente la mano que no le había soltado en ningún momento y a la que había acabado entrelazándole mis dedos. >>¿Vamos, cariño? Contenido oculto Te la puedes ir arrastrando ya, si quieres <3
Decir que no había prestado una puta mierda de atención a las clases durante la mañana era... acertado, cuanto menos. Entre los actos delictivos que el chico zanahoria me había arrastrado a hacer y el super plan bueno-malvado que tenía para el receso, era imposible que le dedicara neuronas a este profesor con más ganas de morir que de, no sé, comerse una buena hamburguesa con doble cheddar. Huh, qué hambre. Mi super plan bueno-malvado podría haber sido mejor de lo que salió, pero había tenido ciertas complicaciones en la cocina y hubo que improvisar. Me había traído las sobras de la cena para almorzar, cosa que hice en mi pupitre y a velocidad de Rayo McQueen. No acostumbraba en absoluto comer sola y tampoco me gustaba, pero teniendo un objetivo tan noble en mente pude soportarlo. Eso y la música de los cascos, claro. Había días mejores que otros, y hoy, por alguna razón, me había despertado un poco... nerviosa. Nada grave, por supuesto, sólo que almorzar sola no contribuyó. A quitarme las dianas del cuerpo. Toda la vida me había sentido observada, si lo analizaba con detenimiento; la diferencia recaía en si era una atención que consideraba deseada o no, una que hubiera buscado o que me impusieran. Una era la atención de los aplausos y otra la atención de los ojos en la espalda, así fueran de humo. Y había pocas cosas tan desagradables como la atención indeseada, ¿verdad? De la forma que fuera me llené la boca como ardilla hasta terminarme el bento, ya con ese asunto en la bolsa busqué el otro tupper que tenía en la mochila y me incorporé de un saltito. Me bajé los cascos al cuello, noté que el chico zanahoria nunca me había regresado los aretes y asomé la cabeza dentro de la 2-3. Apenas la identifiqué, sonreí y entré. ¡Hora de poner mi super plan bueno-malvado en acción! —Emi-chan~ —canturreé, dejándome caer en la silla libre frente a ella, y dejé el tupper en mi regazo. Le sonreí, cruzándome de piernas—. ¿Cómo estás, cielo? Y con eso concluido, agarré el famoso tupper y lo dejé caer sobre su mesa. Pocas cosas me salían bien en la cocina, en especial las que implicaran el horno; por ende, me sentía más cómoda con aquello que lo excluyera. De ahí que ayer hubiera hecho una de las famosas chocotortas de Argentina. —Te traje el postre~ Y me la quedé mirando, muy expectante. A ver, a ver, iba a salirme bien, ¿verdad? Contenido oculto Amane SURPRISE SURPRISE ayer mientras acababa mi proyecto me empezó a sonar una de las canciones de las novias y tuve mUCHAS ganas de hacer esto, but as i said, estaba acabando el proyecto. So now here i am uwu7 Sé que kinda te estoy obligando a responderme pero tampoco sientas la presión, esencialmente sólo me apetecía que Anna le lleve un postrecito a Emi u-uwu Ah, y la chocotorta es esto, basically está hecha con capas de galletitas de chocolate remojadas en café intercaladas con dulce de leche mezclado con queso crema. It is very tasty uwu
El almuerzo con Anna no había sido un completo desastre, contrario a lo que pudiera parecer. Era cierto que quizás el aire se había quedado ligeramente pesado después de la conversación con la que habíamos empezado el receso, pero no sentía que hubiese estropeado el ambiente general de la comida. Quizás era yo, ni idea, que dejaba pasar rápidamente estas cosas con tal de asegurar un buen rato con la otra persona; aun así, no me atreví a preguntarle directamente a Anna y prefería quedarme con la idea de que había estado bien por simples impresiones. Mientras volvíamos a clase, la chica se desvió para comprar algo de la máquina expendedora, y si bien tuve algo de curiosidad, prefería no inmiscuirme demasiado en el asunto. Si tenía que ser sincera, una parte de mí se imaginaba por donde iban los tiros, y dudaba estar equivocada, así que no merecía la pena ser metiche. Por mi parte, entré al aula tras despedirme de ella y me preparé para la siguiente clase. El resto del día transcurrió con tranquilidad, así como la mañana siguiente, y antes de poder darme cuenta, ya nos habíamos plantado de nuevo en el receso. Afuera hacía un viento endemoniado, así que era obvio que me iba a quedar dentro del edificio, y por regla general buscaría a alguien para hacerme compañía, pero... ni idea. Era viernes, seguramente todo el mundo tendría ya algo que hacer o no tendría muchas ganas de estar con alguien más, y acabé por desistir de la idea. Comí tranquilamente en mi asiento, pues, aprovechando el rato libre para leer un poco. No era ninguna apasionada como Kashya ni me encerraba en las bibliotecas siempre que tenía oportunidad, pero me gustaba tener alguna lectura de ocio siempre preparada por si se me presentaba la oportunidad. Y, a decir verdad, estaba tan enfrascada en la misma que si no hubiese sido porque tuve el ligero presentimiento de que Anna había aparecido por la puerta, no me hubiese dado cuenta de ello hasta tenerla delante. Cerré el libro con un movimiento suave, dejando el marcapáginas ahí donde me había quedado, y le dediqué una sonrisa animada cuando se sentó delante de mi pupitre. Me fue imposible no notar el tupper que llevaba con ella, pero no me gustaba asumir algunas cosas y tampoco quería ser indiscreta, así que me contuve de indagar al respecto o tan siquiera mirarlo demasiado, centrándome mejor en ella. —Buenas tardes, cariño~ Muy bien por aquí, ¿y tú? —pregunté, con genuino interés a pesar de imaginar que quizás ella simplemente había usado una saludo neutro sin más. No mucho después, la chica dejó el tupper sobre mi pupitre, y observé el movimiento ya sin poder esconder mi curiosidad. Al final resultó que sí era para mí, y era posible que la manera en la que mi rostro se había iluminado ante la noticia me estuviese delatando demasiado. >>¿Es para mí? —pregunté, sin esconder la ilusión de mi voz, e intercalé un par de miradas entre ella y el tupper antes de abrirlo con cuidado—. ¿Y lo has hecho tú? ¡Tiene muy buena pinta! ¿Qué es? ¡No me suena de nada! Dios, parecía una niña pequeña en Navidad. Contenido oculto ay, no sé si me ha hecho más ilusión a mí tu etiqueta o a Emi que Anna le trajese un postre casero JAJAJAJ aaaa pero omg, ya te dije por privado, que me hizo muchísima ilusión ver la alerta istg y of course iba a responderte encantada, nada de obligación, im actually excited uwuwuwwu <3
Emi estaba leyendo un libro cuando me aparecí en su clase, cosa que me cohibió un poquito pero no lo suficiente. Vale, estaba interrumpiendo su lectura, claramente, y claramente era el tipo de persona que dejaría el libro a un lado si cualquiera la solicitaba, pero... ¡pero tenía un super plan! Ya lo había dicho, ¿no? Sí, bueno, daba igual. Su saludo no distaba de lo usual, pero tratándose de ella, sonó tan dulce como siempre y ya esa simple tontería me entibió el pecho. A veces era una muchachita simple. Asentí, convencida, y solté una risilla. —Sip, todo muy bien, por suerte. Y si su respuesta a mi saludo había conseguido entibiarme el pecho, su reacción apenas saber que el tupper era para ella estuvo a punto de... no sé, hacerme explotar de ternura o algo. Todo el rostro se le iluminó como a una chiquilla, no pude evitar reír y asentir, y asentir de nuevo cuando me preguntó si lo había hecho yo. —Se llama chocotorta, es un postre de mi país —le expliqué, con una cuota de su emoción contagiada—. Son galletas de chocolate con, uhm, ¿alguna vez probaste el dulce de leche? ¡Es de mi país, también! Mis papás y yo lo empezamos a buscar como locos apenas nos mudamos aquí y por suerte dimos con una tienda pequeñita de productos importados que lo tenía. Caro que te cagas, pero nos da igual, ¡es dulce de leche! Es como la yerba. Y ahí entraba toooda una nueva rama de conversación, porque imagina explicarle desde cero a una japonesa qué rayos era el mate. La había hecho ayer y con mamá habíamos comido luego de la cena, así que ya sabía que estaba buena. La única lástima era que hubiera perdido bastante frío debido a estar dentro del tupper desde hoy temprano. Le pinché el brazo varias veces, animada, y me quedé mirándola con la barbilla recostada sobre ambas manos. —Venga, venga, pruébalo~ Quiero la opinión de nuestra chef certificada. Contenido oculto tú y Emi son las novias más lindas del mundo, hostia puta u///u
No me di mucha cuenta de si a Anna podría intimidarle de alguna manera haberme pillado leyendo, porque en lo que a mí respectaba no tenía gran importancia; la manera en la que mi expresión se animó al verla aparecer en mi campo visual debería ser prueba suficiente de ello, de lo mucho que prefería pasar un cuarto de hora con ella a hacer cualquier otra cosa sola. No me di cuenta, ciertamente, pero sí que noté lo animada que me contestó a la pregunta, y eso fue más que suficiente. Quizás mi emoción al recibir su tupper había sido algo exagerada, no lo sabía, pero si tenía que ser completamente sincera, no tendía a recibir cosas de ese estilo de los demás. Nunca había pretendido que nadie sintiese la necesidad de devolverme el favor cuando cocinaba para alguien más, pero tampoco podía mentir y decir que no se sentía bien, que era cálido y me hacía sentido querida; aun más si se trataba de alguien como Anna, a quien apreciaba tanto. Escuché su explicación con toda la atención del mundo, asintiendo un par de veces con la cabeza e intercalando miradas entre ella y el postre, para ir encontrando los elementos que la chica iba mencionando. El dulce de leche no me era completamente ajeno, a veces lo había leído en alguna que otra receta occidental, pero no podía decir lo mismo cuando nombro la yerba. No tenía ni idea de a lo que se refería, pero decidí dejarlo pasar por el momento y simplemente sonreírle con emoción, demasiado centrada en la idea de que había pensado en mí al preparar el dulce. —No me llames así, no es cierto~ —solté, en un tono quejumbroso que, desgraciadamente, perdió todo su poder por mi incapacidad de esconder la felicidad que sentía. No me hice de rogar, pues, y busqué entre mis cosas una cucharilla que siempre traía por si acaso para darle el primer bocado al postre. Tenía plena confianza en Anna, así que no dudé en ningún momento de que estaría realmente bueno, pero aun así me hice un poco de rogar y le di un par de bocados más mientras hacía muecas pensativas, hasta que finalmente suavicé la expresión y le hice un gesto de aprobado con el pulgar, sonriendo. >>Está muy rico, Annie, gracias por pensar en mí y traérmelo —le dije, con un sentimiento de agradecimiento sincero, y le extendí la cucharita por si ella también quería comer un poco conmigo—. Un día podemos quedar para que me enseñes a hacerlo, ¿qué te parece~? Contenido oculto Solo después de ti y de Anna uwu
Me hizo un poquito de gracia que se dedicara a observar el postre con semejante ahínco a medida que le enumeraba los ingredientes, como si pretendiera ubicarlos visualmente y ponerlos, no lo sé, en un mapa mental o algo así. ¿Sería una cosa de chefs? Claramente, de eso yo no tendría idea alguna. Permanecí en silencio, aunque con mucha expectativa, en lo que buscaba una cucharita y por fin lo probaba. Alcé mucho las cejas, incluso me incliné sobre la mesa, pero la muy malvada decidió jugar conmigo y se hizo de rogar. Uno, dos, tres bocados. Y di que justo habló, ¡porque estuve a punto de quejarme! Le había gustado, cosa que me alegró mucho, pero la clave de todo el asunto y de mi super plan bueno-malvado no estaba ahí. Eso sí, me distraje cuando propuso que quedáramos para que le enseñara a hacerlo. ¿Yo? ¿Enseñándole a Emily Hodges de cocina? ¡Imposible! —Claro, podemos ir a casa un fin de semana. Si está mamá nos puede ayudar, que yo capaz me olvido algo. ¡Y te puedes quedar a dormir! ¡Hacemos una pijamada y lo comemos! Venga, en cero coma ya tenía todo el plan armado en mi mente. De la forma que fuera, regresé al carril inicial y acepté la cucharilla para comer un poco. Fue luego de tragar y regresarle el utensilio que me removí, ligeramente inquieta. —¿Y bien? —Busqué captar su atención, y sólo cuando recibí el morado de sus ojos suavicé todo mi semblante, la voz también, para sonreírle. Estiré la mano, dedicándole una caricia liviana en la mejilla—. Dime, ¿en algún momento sentiste que te estaba obligando a pasar tiempo conmigo? Regresé el brazo a mi espacio, sin borrar la sonrisa, y solté el aire por la nariz. —No, ¿verdad? Contenido oculto she fell into my TRAP
A veces Anna realmente podía ser un libro abierto, y creía de una manera genuina que ese era, de hecho, su mayor encanto. Su cara estaba siendo un poema y parecía obvio que en cualquier momento saltaría a quejarse por el tiempo que me estaba tomando para darle mi veredicto, así que estiré la tontería lo justo y necesario para molestarla un poquito, sin pasarme ni crearle demasiada ansiedad innecesaria. No tenía ni idea de sus intenciones iniciales así como tampoco me imaginaba que la había distraído de las mismas con mi propuesta, así que simplemente esperé su respuesta como si nada tras haberle lanzado la pregunta. A aquellas alturas creía poder presumir de conocer bastante a la chica, así que en realidad no me tomó completamente desprevenida cuando aceptó de tan buena gana. Asentí con la cabeza a medida que iba hablando, emocionándose a su vez con el plan improvisado que se había montado en un par de segundos, y no pude evitar sonreír ampliamente con el último movimiento que hice. —Tenemos plan, entonces~ —sentencié, finalmente, sin perder el tono alegre de mi tono de voz. Ella aceptó la cucharilla que le ofrecí, y yo aproveché el momento para apoyar la barbilla sobre mis dos manos, observándola con una expresión algo más suavizada, pero en esencia igual de contenta que hasta el momento. Fue cuando me di cuenta que se parecía algo inquieta que fruncí ligeramente el ceño, dispuesta a preguntarle si había pasado algo, pero ella reaccionó antes de que yo lo hiciese, provocando que la aun más confusión se extendiese por mi rostro. Sentí el tacto cálido de sus dedos en mi mejilla justo antes de escuchar sus siguientes palabras y entender, finalmente, de qué iba todo aquello. Me costó procesarlo, claro, y pestañeé un par de veces mientras seguía el recorrido de su mano separándose de mi piel. No estaba molesta porque me hubiese tendido una trampa —dudaba poder enfadarme con ella alguna vez—, pero sí que estaba confundida y... ¿quizás un poco agradecida? Se había preocupado lo suficiente por mí y mis inseguridades como para intentar paliarlas incluso un día después de habérselas confesado. >>Tonta... —murmuré, cerrando ligeramente los ojos y dejando salir un suspiro que rápidamente abrió paso a una nueva sonrisa, en aquella ocasión algo más pequeña pero mucho más cálida que nunca—. Estaba demasiado emocionada por el detalle y ni siquiera lo pensé... así que supongo que tienes razón. Era obvio que aquello no solventaría todos mis problemas con aquel asunto, que en cualquier otro momento mi mente encontraría mil y un motivos para hacerme creer que sí estaba atando a la gente en contra de su voluntad, pero en aquel momento no importaba en absoluto. El gesto me había hecho dudar al respecto, de todos modos, y quería quedarme con la idea de que quizás los demás sí apreciaban mi compañía por fuera de la obligación. >>¿Debería coger esta chocotorta y simplemente irme a otro lado, entonces~? —canturreé al final, apoyando una mejilla sobre la palma de mi mano, y sonreí con cierto aire malicioso mientras atraía el tupper hacia mí con un movimiento suave. Bueno, nada me impedía bromear y aligerar un poco el ambiente, ¿verdad? Al fin y al cabo, esperaba que se hubiese dado cuenta ya de lo sumamente agradecida que estaba por su gesto e intenciones. Contenido oculto YOU BISH
Me quedé como un crío con su regalo de Navidad frente a la idea de tener planes con Emi. Técnicamente ya teníamos planes desde antes y nunca lo habíamos concretado, ¡pero daba igual! ¡Mientras más planes, mejor! Ya me había hecho la película entera en mi cabeza. Podíamos cocinar a la tarde, incluso hacer juntas la cena para ayudar a mamá, entonces podíamos ver una peli mientras comíamos el postre ¡o dos! ¡O una serie! La otra vez habíamos visto Orgullo y prejuicio, uhm... —¡Ah! ¿Ves Bridgerton, Em? Hace poco salió la segunda temporada y yo aún no me la he visto, ¡podríamos hacer maratón! A decir verdad, no había temido que mi pequeña trampa enfadara a Emi, quizá sí que le incomodara un poco, pero creía firmemente que no sería nada tan malo para que no pasara con un montón de achuches. Aún así aguardé a su reacción. Primero me dijo que era tonta, lo cual no era mentira, pero luego su sonrisa habló por sí misma y pude relajarme por completo. Sabía, por supuesto, que esta pequeña tontería no era la solución mágica a nada, pero si la próxima vez que estuviera a punto de hacerse cacao mental recordaba este momento, si le ayudaba al menos un poquitito para ordenar sus ideas, entonces me daba por satisfecha. Sus ánimos se renovaron de inmediato y, no sé, me dieron unas ganas absurdas de saltarle encima y abrazarla, pero me contuve ¡porque estaba jugando conmigo! ¡Cómo se atrevía! Secuestró a la pobre señora chocotorta y puse cara de indignación, incorporándome para señalarla con el dedo. —¡No te dejaré escapar con el rehén, malvada! ¡Ahora sí te secuestraré, de ser necesario! Y al final no me contuve una mierda, porque se me aflojó el gesto en una risa cristalina y me apresuré hasta estar detrás suyo para rodearle el cuello con los brazos. La apretujé, pegando mi mejilla a la suya, y le estampé un beso justo ahí. —Te quiero mucho, mucho, Emi —murmuré, cerrando brevemente los ojos—. Que no se te olvide, ¿sí? Contenido oculto EHE
No hacía falta ser ningún genio para darse cuenta de que la mente de Anna ya debía estar planeando todo un posible día lleno de cosas que hacer si realmente iba a su casa para aprender la receta del postre en cuestión. A mi también me hacía mucha ilusión la idea, no iría a negarlo, y cuando escuché su nueva pregunta, asentí con la cabeza dejando ver aquella misma emoción. —¡Sí! Yo tampoco he podido ponerme al día, así que suena a un plan maravilloso~ —acepté, sin perder la alegría en ningún momento. También me di cuenta de que había seguido algo tensa hasta recibir por completo mi reacción, cuando finalmente pudo relajarse, y eso de por sí decía ya lo mucho que se había preocupado por ese asunto. Un poquito sí me sentía mal por haberle causado tantas molestias, no me gustaba pensar que había estado preocupándose innecesariamente por algo que no le concernía directamente, pero por suerte era una parte tan ínfima que apenas pude darle demasiado pensamiento. Mi pequeña broma la había hecho reaccionar, quizás un poco más de lo que hubiese esperado, y no pude soportar mucho más sin soltar la carcajada fresca que había estado revoloteándome en los labios desde el principio. Por suerte o por desgracia, no me dio tiempo a nada más antes de sentir como se acercaba rápidamente a mi posición y me rodeaba con los brazos, apretándome con tanta fuerza que me fue imposible tan siquiera recordar el acto que había montado apenas unos segundos antes. Solté otra risa renovada, aceptando su beso de buena gana, y levanté mis manos para apoyarlas sobre sus brazos en un gesto de cariño. El rostro se me suavizó hasta la absurdidad al escuchar sus palabras y asentí con la cabeza, justo antes de buscar girarme y levantarme de la silla para corresponderle el abrazo como Dios mandaba. >>No se me olvidará —sentencié, en un murmullo audible solo para ella al estar tan cerca de su oído, y la apreté con algo más de fuerza entre mis brazos sin apartar la barbilla de la curvatura de su cuello—. Porque yo también te quiero mucho, Annie. Un montón, de hecho. Y, en ese mismo instante, genuinamente creía que no había verdad más pura que aquella. Contenido oculto aksjdakjda como ya te he dicho, me ha hecho muchísima ilusión esta sorpresita y solo hay que ver los posts de emi para darse cuenta de lo mucho que a ella le ha gustado también, so thank you once again for that, precious uwu os quiero un mogollón, a ti y a annie <3
Anna me recibió con la energía que había estimado, aunque tenía que admitir que no habría esperado que se mostrase tan emocionada por un proyecto escolar; supuse que la premisa de estar con alguien conocido le facilitaba de alguna manera el asunto, o al menos eso pude imaginar cuando mencionó que sí sabía quien era Dante. Asentí con la cabeza cuando me dio esa información, y la seguí con la mirada mientras se levantaba para volver a hacer un gesto afirmativo con su siguiente pregunta. —Claro, vamos. Y así es como nos encaminamos a la 2-3, en silencio por mi parte. El camino era corto, de todos modos, y nada más poner un pie dentro nos cruzamos con Emily, por lo que podía considerarme salvada por la campana. No me molestaban ni me preocupaban demasiado los silencios, pero digamos que tampoco quería incomodar a una de las amigas más cercana de Emi. No lo sabía, claro, pero era curioso que las dos estuviésemos en una situación tan parecida. —¡Hey, hola! —nos saludó, con su alegría usual—. ¿Estáis aquí por lo del proyecto? —cuestionó, y yo asentí con la cabeza a modo de respuesta—. ¡Mucho ánimo, entonces! Yo estaré fuera, si acabáis antes de tiempo. Nos vemos~ Se inclinó para dejarle un beso en la mejilla a Anna y a mí me dio un apretón ligero en el brazo antes de irse, momento que aproveché para repasar el aula con la mirada. No había mucha gente, así que no podía ser demasiado difícil dar con los otros miembros del grupo, ¿verdad? —¿Hablas tú con Dante y yo busco a Catherine? —le pregunté a Anna, después de un par de segundos. Contenido oculto Nekita heyo, aquí venimos para el proyecto uwu7
Su rutina no se había visto muy perturbada en ese inicio de clases, una vez que sonó la campana anunciando el receso, había tomado su almuerzo para moverse a una esquina del salón para almorzar aparentemente con Catherine, la idea era intentar almorzar rápido para así solo buscar a sus miembros faltantes y centrarse en el trabajo. O esa había sido la intención inicial hasta que la chica pareció tomar algo más de emoción en contarle algo que había hecho el fin de semana, todo por haber admitido que si conocía al chico con el que había tenido aquella cita en cuestión y tampoco tenía mucho corazón para frenarla y recordarle que en teoría tenían planeado solo comer y no atrasarse mucho. Iba a preservar un poco esa ilusión, incluso aunque sintiera que eso podía comerles cierta parte importante del receso. —Creo que escuché nuestros nombres...—murmuró Catherine interrumpiendo parte de su anécdota, luego se elevó un poco del suelo para ver sobre los bancos, notando a los nuevos rostros, no mucho después Dante la imitó y al reconocer a Anna no tardó mucho en levantarse y así ayudar a su compañera a hacer lo mismo. —Escuchaste bien —dijo de manera tranquila, guardando intacto su bento antes de saludar con su mano a las presentes mientras se aproximaba a ellas —, espero que no sea una mala primera impresión, nos distrajimos un poco...lo lamento. Soy Dante, ella es Catherine... —Un placer, espero que no tuvieran mucho tiempo buscándonos. —Añadió Cathy, haciendo una pequeña reverencia de disculpas a las chicas.
Sabía que Kashya era una chica de pocas palabras, no por nada compartía clase todas las mañanas con ella, así que no me hice demasiado cacao con respecto a su silencio en el trayecto hasta la 2-3. Yo tampoco intenté establecer ningún tipo de charla trivial, me limité a sonreírle si de casualidad cruzábamos miradas y no mucho más. Ya en nuestro destino, la primera persona que nos encontramos fue Emi. —Hola, Em~ Kashya se encargó de responder su duda, así que me limité a asentir cuando dijo que la buscáramos si acabábamos temprano. No había esperado que me dejara un beso de despedida, al menos no con otras personas ahí, pero por supuesto no me molestó. La tontería, de hecho, me dibujó una sonrisa suave en el rostro, y alcancé a tocar su brazo en el proceso antes de que se alejara. Luego de eso le eché un vistazo a Kashya, no estaba muy segura si para comprobar que hubiera en ella algún tipo de reacción o por ninguna razón en absoluto. De la forma que fuera, llevaba la misma expresión de siempre. Ella repasó el aula, me habló y estuve a punto de responderle cuando noté de soslayo que un par de personas se asomaban por detrás de los bancos. —Supongo que no hará falta buscarlos —le dije a Kashya, antes de acercarme un par de pasos a su encuentro. A la chica la recordaba del partido de quemados, no sabía muy bien por qué, pero era consciente de que había presenciado mi incidente con Clevert. La idea me echó algo de nervios encima, pero intenté controlarlos y, sobre todo, disimularlos. Como fuera, también estaba Dante ahí. Debía enfocarme en eso. —¿Hmm? —Alcé las cejas, alternando la mirada entre ambos, y le resté importancia al asunto con un manotazo al aire—. Ah, no, para nada. Apenas hablamos al respecto y vinimos a buscarlos. ¡Y estaban juntos! Un 2x1. Yo soy Anna, por cierto, y ella es Kashya. Nos señalé y luego entrelacé las manos a la espalda, balanceándome suavemente sobre los talones. A ver, lo estaba haciendo bien, ¿no? Creía que sí. —¿Dónde les gustaría que hablemos? Podemos quedarnos aquí, si prefieren. A mí me da igual~
Suspiró con alivio cuando recibió la noticia, entonces realmente no había quitado un tiempo significante del proyecto en cuestión —Menos mal, lo secuestré un poquito para platicarle de unas cosas, creí que ya había robado más tiempo del necesario. —Confesó entre un par de risas a lo cual Dante simplemente se alzó de hombros para que tampoco se preocupara demasiado por eso. —Podríamos quedarnos aquí, sí, quizás ya los demás estudiantes hayan acaparado la biblioteca... —Sin preocuparse demasiado tomó asiento en su lugar luego de dejar su bento sobre la mesa —, ¿alguno de ustedes tiene algún hobby relacionado con la música? Pregunto porque quizás... pudiera servirnos un poco para tener un punto de inicio para el trabajo, ¿no creen?
El beso que Emily le dejó a Anna sobre la mejilla no me causó ninguna clase de emoción particular, ni siquiera cuando a mí decidió dedicarme otra clase de gesto en su lugar, quizás algo menos cariñoso a vista de cualquier otra persona. Sin embargo, sabía perfectamente que ellas dos coincidían mucho más en aquellas maneras de demostrarse aprecio con relativa constancia mientras que yo no, así que simplemente lo tomé como algo natural a pasar con la aparición de la chica. Después de que se fuese propuse dividirnos para buscar a las personas que justamente habíamos venido a buscar, pero al parecer no fue necesario, pues ambos castaños aparecieron en nuestro campo visual antes de que nos tuviésemos que mover. Asentí con la cabeza hacia Anna, agradeciendo internamente que no tuviésemos que perder mucho tiempo simplemente reuniéndonos, y la seguí de cerca hasta los jóvenes en cuestión. Se presentaron, la morena hizo lo mismo de nuestra parte, y me dispuse a proponer que nos quedásemos aquí porque la biblioteca seguramente estaría llena de personas que habrían tenido la misma idea cuando Caherine dijo exactamente eso mismo. Volví a asentir con la cabeza, pues realmente coincidía al cien por ciento con aquella opinión, y le dirigí una nueva mirada a Anna cuando escuché la pregunta de la joven. —Yo no. Quizás podamos relacionarlo con la danza de alguna manera, no creo que sea un enfoque que mucha gente vaya a proponer —comenté, volviendo la vista hacia los otros dos. Sabía por Emily que la chica tenía cierta afinidad con el baile, y no supe muy bien de donde me salió el impulso, pero pensé que quizás con aquel comentario podía darle un empujón para que aportase su experiencia para el proyecto sin miedo. Además, genuinamente creía que podía ser un enfoque innovador e interesante, así que no lo decía por decir ni mucho menos.
A la chica pareció aliviarle saber que no nos había atrasado y se me ocurrió, de un momento para el otro, que parecía ser bastante transparente. Agradable, además. Me lo dije a mí misma para convencerme de que no tenía sentido rayarme por algo que ella probablemente ni siquiera recordaba, y me enfoqué en la conversación. En lo que definían quedarnos aquí, le eché un vistazo breve a Dante porque... porque sí. Llevábamos un par de días sin hablar y al parecer estaba bien, lo cual me alegraba. Seguí a Catherine hasta el que supuse sería su asiento, y me acomodé en uno de los aledaños tras haberlo girado para que enfrentara al suyo. Su pregunta me pilló un poquito desprevenida y, otra vez, el cacao mental. ¿Con hobbys se referiría a tocar instrumentos? A mí me gustaba bailar, pero ¿y si no tenía mucho que ver? ¿Y si lo soltaba y lo consideraban innecesario? Puede que incluso pretencioso. Ah, ya cálmate, Anna. Kashya fue quien habló, entonces, haciendo referencia precisamente a eso. No sabía si Emi le habría contado algo o si sería mera casualidad, pero me ayudó para encauzarme un poco. Noté que había estado jugueteando con mis dedos sobre la mesa, así que frené el movimiento y... y abrí la boca. —Eso podría ser, sí. —Esbocé una sonrisa pequeña y me corrí algo de cabello tras la oreja bastante a traición—. Uhm, no sé si sirva de algo, pero a mí me gusta bailar. Contenido oculto diría que la reunión ya dio inicio, así que cuando quieran podemos tirar las listitas <3
Asintió con cierta emoción a las palabras de Kashya, le hacía sentido y tenía razón, quizás no muchas personas decidieran enfocarse en la música con la danza pero nada se comparó a la sorpresa cuando escuchó a Anna decir que ella bailaba, eso era más que perfecto entonces, ya tenían a una conocedora con la cual apoyarse un poco en el enfoque del proyecto. —¡Eso es más que perfecto! —Sonrió y miro a Dante quien también asintió para apoyar su comentario —, si te sientes cómoda podríamos enfocarnos a un ¿ritmo? ¿Se dice así? Que bailes... seguro sería entretenido de esa forma.
Mi idea pareció calar bastante bien en el grupo, cuyos integrantes no pusieron mucha queja antes de aceptarla y empezar a sentarse en un pupitre para organizarnos. Decidí imitarlos mientras Anna finalmente respondía a la cuestión de los hobbies, y asentí con la cabeza cuando terminé de acomodarme en el asiento, para confirmar que aquel me parecía un buen punto de partida. Empecé a sacar un cuaderno y un par de libros de mi maletín, así como el estuche donde guardaba todo el material escolar necesario para escribir. Me hice con un lápiz, pues, y me preparé para tomar todos los apuntes que fuesen necesarios y anotar los puntos que fuésemos a sacar en claro después de aquella reunión inicial. —Podemos partir de un estilo para hacer una comparativa entre varios... Cómo la música y el baile tienen que adaptarse el uno al otro, quiero decir. No es lo mismo hacer hip-hop que ballet, por ejemplo —propuse, escribiendo un par de cosas, y levanté la cabeza para mirar a Anna con la misma ligeramente ladeada—. ¿O quizás te parezca mejor otro enfoque? Ya que tú tienes más experiencia en el campo que nosotros, puedes guiarnos en cómo hacerlo. Al fin y al cabo, deberíamos poder aprovechar aquella ventaja que se no estaba dando para hacer un trabajo que todos disfrutasen y que pudiese ser algo diferente para aspirar a mejor nota. Contenido oculto Kashya: 0.5 puntos Anna: - Catherine: - Dante: - TOTAL: 0.5 puntos