Apenas terminó la vuelta fue rompiendo la unión de sus manos con lentitud, ocultándolas en sus bolsillos manteniendo una sonrisa amable —Prometo que me veré los pasos para que sea algo más fluido~ —Investigar lo básico, tan siquiera para poder refrescar su memoria y no ser tan torpe a la hora de siquiera intentar algo teniendo en cuenta lo buena que ella debía ser en eso —. Igualmente, mucha suerte. Se despidió de ella moviendo su mano de lado a lado antes de que se diera vuelta y fuera a su salón, permitiéndose caminar hacia el suyo, cerrando la puerta tras él y sentarse finalmente en su asiento soltando un largo suspiro. Estaba confundido, sí, pero quizás sí estaba dispuesto a ignorar aquel conflicto del club porque... no le parecía mala persona en realidad. Quizás...todo había sido un posible malentendido, ¿no? Quizás...no había sido apropósito ni nada así. Podía ignorarlo, restarle importancia y seguir como si nada hubiera pasado si se lo proponía.
Skit llegó cuatro minutos tarde. Llevaba las manos en los bolsillos de los vaqueros y la bata de laboratorio suelta ondeaba a sus espaldas. Ingresó al aula con zancadas amplias y espaciadas, todo él era largirucho y escuálido, bastante encorvado. Llegó junto al escritorio, dejó sus cosas, hizo no sé qué entre los papeles y sorbió la nariz. Sus gafas tornasoladas impedían por completo verle los ojos, la cuestión es que se volvió hacia el grupo. —Yo —murmuró, dubitativo, y se irguió un poco—. Yo —repitió, más seguro de sí mismo, y le dedicó una sonrisa de dientes descubiertos al grupo; su acento daba hasta gracia—. Mi name es Skit pero díganme Ratatouille, me gusta que me digan Ratatouille. ¿Sabían que es una comida francesa? Bastante disgusting, eh, ¿fea? Pero la palabra está cool. Sí, cool. Se quedó asintiendo en silencio, como reafirmando su idea, y le echó un vistazo a la pizarra. —Hay un proyecto de Geografía, no me miren a mí, diríjanse a las autoridades responsables. Cualquier cosa me buscan en el receso. —¿Y los grupos de trabajo, sensei? —preguntó uno de los estudiantes, con el brazo alzado. Skit chasqueó los dedos y lo apuntó con un extraño movimiento que parecía... ¿un paso de baile? —Yo —dijo de vuelta, regresando el brazo a su espacio para recargarse en el escritorio—. En el tablón de anuncios, yeah. Ahí los van a encontrar. Como sea, good luck, kiddos.
Catherine Whitman Preocuparse sobre a que hora despertar o cuando salir de su casa realmente no le preocupaban siempre gracias a la gente que se interesaba en cuidar de ella gracias al tiempo que sus padres habían trabajado allí en japón, haciéndose bastante amigos de la gente que trabajaba para ellos en ese momento, haciendo que cuando justo quería poder dormir algo más de la cuenta, con un mensaje fuera suficiente para tener a alguien en dirección a su casa mientras ella se arreglaba tan tranquilamente. Quizás era abusar un poco de la amabilidad pero, valía la pena tener esa ventaja. Se arregló con tranquilidad y su uniforme se mantuvo en el largo adecuado por ese día que parecía ser más fresco, y una vez tomando sus cosas, solo esperó frente a su edificio a esperar a que justo su transporte llegara, recibiendo con bastante emoción al hombre en cuestión, platicando durante todo el trayecto sobre las cosas que habían hecho del tiempo sin verse y finalmente hablando sobre que no tendría problema en retomar su trabajo si sus padres así lo requerían. Y definitivamente vería eso con ellos luego. Con la misma emoción se despidió y fue a su casillero asignado para cambiar sus zapatos y en el mood tranquila que seguía inclusive mejor optó por usar el elevador para llegar al pasillo del segundo piso, pasando de largo la animada conversación que había allí para adentrarse a su aula y esperar al inicio de las clases. No pudo evitar reír al leer el mensaje en cuestión. Buenos días a ti también, Zel~ Para nada, alguien podía venir a dejarme hoy así que...aproveché para dormir un poco más. ¿Tu mañana ha ido bien?~
Las gafas de Skit ese día eran moradas, pero de un morado tan intenso que parecían fabricadas de rayos ultravioleta condensados o algo así. Los ojos del profesor de la 2-3 seguían siendo un auténtico misterio, incluso a día de hoy. Vaya. —Yo —saludó a sus estudiantes, su bata de laboratorio parecía que llevaba unas inscripciones en el dobladillo pero no se alcanzaban a leer—. Hoy tenemos un nuevo amigo entre nosotros. Graham, boy! Welcome! Había dicho amigo en español, por cierto. Señaló a Aleck como si fuera un rapero o algo y luego hundió las manos en los bolsillos de su bata, regresando a la pose de profesor decente. —A ver, a ver, let's see. Miss Hodges, ¿ayudarías al chico a acostumbrarse a la escuela? Oye, thanks. —Y el oye también fue en español—. Por cierto, aquí en el escritorio me dejan apiladitos los proyectos, cuando acabe el día me los llevo a casa. Oh, yes, so much fun, yes, yes.
Entré sin mayores escándalos al salón, tampoco tenía intenciones de llamar demasiado la atención el primer día. Aun pese a mi actitud algo más ligera y desinhibida no quería que estos chicos se llevará un impresión equivocada sobre mí. Sí bien era un tornado andante y la imprudencia personificada, quería al menos mostrar que en un salón de clases podía ser un persona simple y normal. Aunque claro, la normalidad estaba apunto de salir por esa puerta, para, en esta ocasión, tal vez no volver nunca más. Tomé uno de los bancos libres junto a la ventana. Casi que lo tomé por pura inercia sin realmente fijarme quien se sentaba en mi alrededores, lo único que quería era tener algún sitio por el cual mirar cuando la cosa se pusiera muy aburrida entre clases hasta la hora del almuerzo, además, se tenía una linda vista de la academia y del cielo desde aquel lugar, seguro que los atardeceres se veían preciosos ahí. Antes de que pudiera perderme completamente entre mis pensamientos y aquella ventana un hombre con una bata blanca y unas gafas oscuras en un tonalidad violeta entró al aula. Vaya casi parecían tan oscuras como la noche ¿Realmente podía ver con esas cosas? ¿Ese era nuestro profesor? Definitivamente se veía diferente a lo que yo esperaba. Su primera reacción fue saludarnos con un carismático "Yo" para posteriormente informar a la clase que yo era el chico nuevo. Para ser un profesor de preparatoria parecía bastante relajado tranquilo. —Thanks for the welcome, amigo! —contesté en un tono similar me puse de pie para dirigirme a toda la clase. Nadie me había pedido una presentación, pero que sé yo — . Bueno, ¿Qué tal? Soy Aleck Graham, tengo poco de haber arribado a la ciudad, ahora mismo vivo solo aquí en Tokio. Vengo de Irlanda, la parte que no es el norte. Disfruto mucho del té y tal...¿Qué más puedo decir? ¡Ah! No tengo mascotas, pero sí antecedentes penales. Creo que eso sería todo. Volví a sentarme, aun con un sonrisa amplia en mi rostro. Era claro que lo de los antecedentes era una exageración, si bien había tenido mis encontronazos con ciertas autoridades, no era nada demasiado grave, y esperaba que el resto de la clase no se lo tomará muy en serio, o ya me tocaría explicar que había sido una broma...A medias. Contesté el gesto de pseudo rapero del profesor de igual manera. Era extraño, pero me sentía increíblemente aliviado y feliz, mi suerte con los profesores no solía ser mucha, parecía que siempre me tocaban los más estrictos y anticuados, pero parecía que esta vez había caído con uno bastante amigable y espontaneo, ya solo el tiempo diría que tan duro o indulgente era con sus clases. Antes de empezar con la clase, el profesor le pidió a una de las compañeras si me podría ayudar a adaptarme a la escuela. Ya conocía a Cay, pero la verdad, algo más de guía no me vendría mal, después de todo, aun me faltaban muchas zonas de la academia por recorrer, y seguiría siendo una oportunidad de hacer más amigos ¿No? Menciono una tal señorita Hodges ¿Era la misma chica que acompañaba a la niña de los cereales? Ni siquiera había podido girarme a decir 'Hola' a la chica cuando ya estaba escuchando nuevamente al profesor decir unas palabras que me helaron la sangre. —¿Cómo que proyecto? ¿Qué proyecto? —murmuré— .Viejo, es mi primer ¿y ya voy a reprobar? ¡maldición! El resto de la clase avanzó con bastante normalidad, aunque me había ensimismado en mis pensamientos, tratando de buscar una manera de salir de este predicamento. No sabía que hoy se tenía que entregar un proyecto ¿Se suponía que yo también debía hacerlo? Y toda la tensión aumento cuando la campana sonó indicando que ya era hora del almuerzo. Ya lo había dicho, tenía un don para acabar metido en problemas. Contenido oculto: Holo owo Wueno, ya que no he podido conocer a Emily en el canon de Pokémon ¿Te apetece rolear un poquillo? Podemos aprovechar para meter al niño al club de jardinería uwu
Siendo Anna el torbellino que ya se sabía que era, apenas me dio tiempo a seguir todos sus movimientos antes de tener que despedirme porque había entrado en su aula. A duras penas me pude despedir de Haru antes de que la chiquilla me arrastrase hacia el pasillo y luego solo lo vi saludando a Cayden que, por algún motivo estaba en nuestra planta, y a un chico que parecía estar con él. Al final solo me dio tiempo a despedirme de ella con una sonrisa antes de entrar a mi clase, de todas formas solo me interesaba saber que seguía en pie lo del almuerzo, y cual fue mi sorpresa al ver que el chico al que Anna había saludado entraba al mismo aula. Lo observé con un deje de curiosidad, aunque intenté no ser muy descarada para no intimidarle, y mira cómo de caprichoso era el destino que me había tocado darle el famoso tour al chico. Justamente hoy, encima, qué mala pata. Nada que hacerle, sin embargo, a ver cómo me las apañaba para salir del paso. Por el momento tocaba entregar el proyecto, cosa que hicimos sin mayor problema, y atender a las clases hasta la hora del receso, objetivo que también logré sin mayor complicación. Recibí los mensajes de Anna justo a tiempo, a decir verdad, porque había acabado de recoger mis cosas y me estaba dirigiendo hacia el pupitre del tal Graham para presentarme y todo el rollo cuando el móvil me vibró en el bolsillo de la falda. Por el momento solo los leí y no respondí nada, ya le avisaría cuando viese que tal salía el asunto, y me acerqué finalmente junto al castaño tras guardarme el teléfono de vuelta en su lugar. —¿Graham-san? —pregunté, con voz suave y una sonrisa educada en el rostro, como venía siendo costumbre—. Emily Hodges, encantada~ Esto... tengo ya planes con alguien para el almuerzo, así que no puedo enseñarte toda la academia hoy, lo siento mucho. Pero mientras te puedo enseñar dónde están algunos sitios que quizás necesites de urgencia, ¿como la cafetería quizás? O responder cualquier pregunta que tengas por el momento, ¡claro! Contenido oculto En teoría sí se conocieron en pokémon (???) Pero claro, roleemos uwu no es como si emi no fuese a ayudar la pendeja (?
La campana de almuerzo finalmente cesó tras un par de segundos sonando, no es como si le hubiera prestado demasiada atención de todos modos. Había colocado mis manos sobre mi frente, con mi codos recargados sobre el pupitre. La mayoría de chicos comenzaron a salir del salón dejando sus proyectos sobre el escritorio. Crucé miradas por un segundo con el profesor, o al menos eso creí, era difícil saber con esas tremendas gafas de solo, pero sí lo hicimos, el señor no me dijo nada. Tal vez se apiadaba de mí por ser el nuevo o tal vez sencillamente no le daba importancia o no lo había notado. Sea como fuese, ya me partiría el lomo haciendo una trabajo de recuperación a ultimo minuto. Mientras guardaba mis cosas para salir escuché una voz llamarme por mi apellido, lo cual al principio me desconcertó un poco, pues generalmente prefería que me llamaran por mi nombre. Siempre pensé que cuando me llamaban 'Graham' era demasiado formal, demasiado distante. Pero siendo que era el recién llegado supongo que era algo normal. —¿Uh? ¡Oh, hola! Tú debes ser la señorita Hodges ¿cierto?— saludé con mi habitual sonrisa mientras la chica repetía su nombre completo— ¡Mucho gusto, Emi! —contesté con total tranquilidad, tomándome hasta el atrevimientos de usar un apodo para referirme a ella, no procuraba ser impertinente ni nada, sencillamente era mi forma de interactuar a final de cuentas. Además, parecía ser un chica bastante tranquila y gentil, con una sonrisa bastante confiable. Aun que esas sonrisa poco a se difuminó cuando continuó hablando. — ¡Oh, no, no, no, no te preocupes! Llegué justo cuando esta por concluir la semana, es muy sorpresivo, lo entiendo— respondí con con una sonrisa amplia y haciendo un gesto de mano restándole importancia al asunto— , no tienes porqué disculparte ¿Esta bien? Otro día será~. Pero...De pura casualidad ¿Tus planes de almuerzo involucran a la chica de ojos rosa que te acompañaba esta mañana? —negué con la cabeza algo avergonzado— ¡Pero que modales los míos! Disculpa, no es de mi incumbencia. Aunque aceptando la fugaz oferta: ¿No sabrás cómo puedo llegar al invernadero desde aquí? O quizás puedas decir con quien tengo que ir para unirme al club de jardinera. Me levanté de mi asiento y ambos caminos hasta la entrada del salón, no quería hacerle perder demasiado el tiempo Emi si ya tenía un compromiso que cumplir, después de todo, yo tenía que hacer lo propio esperando a Cay para ir a almorzar también. Contenido oculto Damn es verdad, se me olvida que se habían conocido durante toda la movida de Zach (? Pero al menos estas son circunstancias más amigables uwu
Incluso aunque se había dicho que no había que pensar demasiado todo lo sucedido en el receso porque hasta en cierta forma todo había resultado bastante bien o eso quería creer, no podía evitar repetir en bucle aquel último cuestionamiento de Morgan que le comía la cabeza un poco mucho como si fuera una pequeña espina que se hubiera quedado allí por no poder localizarla para sacarla. De igual forma, ocuparse con las clases fue suficiente para distraerla, más por la ausencia de su tercer compañero del equipo que parecía que ni siquiera iba a llegar tarde a las primeras horas de clase e incluso si hacía memoria, tampoco recordaba haberlo visto en los casilleros cuando ella llegó, perdiéndose lamentablemente la introducción tan curiosa del chico nuevo donde esperaba en serio que no tuviera ninguna clase de antecedente grave al verse tan carismático y lleno de energía. Al llegar al receso, sacó su comida con bastante tranquilidad, probablemente ya había planeado irse al patio a comer o un destino similar así que, recibir el mensaje de Zeld le resultó una sorpresa bastante agradable. Buenos días Zeld~ Suena muy bien, ¿nos vemos en la planta baja y vamos juntos? Con aquel mensaje mandado y con su celular seguro en uno de los bolsillos de su uniforme, salió del aula para encaminarse al punto de encuentro con Zeldryck.
Acababa de terminar de hablarle a Aleck cuando el culo inquieto por excelencia de Hiradaira apareció en el pasillo junto con Emily, ya lo había dicho, la niña te chupaba la energía del cuerpo como si te robara el alma, pero en sí no me caía mal ni nada. A ver, le había vendido hierba y habíamos hablado de gatos, digamos que estaba en el camino de ser más que una simple conocida. En fin, que me las arreglé para corresponder su saludo con una sonrisa que solo se me falseó cuando vi que reconocía a Aleck de vete a saber dónde mierdas y quedé más confundido que pagado a hacer. Igual no tuve tiempo de hacer preguntas de ninguna clase, la campana sonó y cada uno se zambulló a su salón de clase, ni siquiera pude decirle a Galletas que la chica que le cayó bien sin siquiera saber su nombre era Emily y la cría parecía, no sé, un ángel caído del cielo que iba por ahí compartiendo su almuerzo y toda la cosa. Me había detenido para agradecerle a Vólkov los apuntes, me había soltado lo de que me tomara un día de la escuela y mira, ya ni sabía, igual tenía que hacerlo pero era posible que no sucediera. Total que me había quedado en la clase algo más de lo planeado, respondiéndole unos mensajes a Yuzu y tal, pero al final me dispuse a salir para no ir a dejar a Aleck esperando más de la cuenta, aunque extrovertido como era seguro ya estaba hablando con alguien. Digamos que me valí de ese pensamiento para colarme en los baños de tercero un momento, pegarle por fin un par de jalonazos a un porro y salir como si nada, porque a ver, ya mucho me lo había aguantado en la mañana y tampoco tenía un máster en autocontrol últimamente. Había sentido ojos encima al salir de la clase, claro, pero esta vez no les presté especial atención y de hecho no me puse a pensarlo hasta que ya iba llegando al segundo piso, luego de haber salido del baño. Seguí con mi vida, ni modo, al caer en el pasillo no ubiqué al castaño afuera así que asumí que estaba en su clase y como aquí todos se metían donde les daba la gana y era de tercero, pues solo entré al salón. Aleck iba de salida, así que casi me lo llevo en banda y retrocedí un par de pasos al ver que Emily lo acompañaba. —Hola, Em. —Le había acortado el nombre sin venir a cuento, quizás porque tenía las neuronas bastante inútiles—. Veo que ya conoces a Akkun. Contenido oculto impaciencia es mi segundo nombre also not me buscando una excusa para que este pendejo le diga Em a la niña iba a postear en el pasillo para solo esperar al Galletas pero posteé ayer así que efesota (?
Clevert White Giro el pomo de la puerta entrando sin mayor dilación al aula repleta de sus futuros compañeros, al igual que su hermana ladeó la cabeza intrigado por los rostros nuevos; muy pronto las miradas de todos estarían centradas en el...como en un escenario, algo que le resultaba cómodo como buen amante del teatro. —Buenos días señor ¿Me molestaría recibirme? Según esta forma soy el nuevo transferido y esta es mi aula—se presentó con discreción al docente, en una conversación casi privada, algunos ya habían reparado en la presencia del joven. —si me disculpa...iniciaré. Seriamente se acercó al resto de la clase, desde su posición estudio la mirada de cada uno, Clevert solo sonreia, no de una forma tan radiante como el sol pero si lo bastante relajante, el lado amable de la llovizna de aquella mañana. —Buenos días, mi nombre es Clevert White Crimson, nuevo estudiante transferido desde Gran Bretaña y gran aficionado a la actuación espero podamos ser un grupo cordial capaz de afrontar nuestras pruebas, podéis llamarme Clevert, de hecho les ruego que sea asi. Es un honor ser aceptado por tan prestigiosa academia— Culminó con una reverencia, el saludo por excelencia en tierras niponas a pesar de saber las numerosas nacionalidades matriculadas en la academia.
El fin de semana había sido mucho mejor de lo que habría creído, Sean y él habían hecho muchas cosas que lo mantuvieron entretenido dentro de lo vacío de su casa y sorprendentemente había dormido de maravilla si lo comparaba a los días donde sentía que solo podía estar en piloto automático y no descansaba en sí. Así que, si realmente la presencia de su invitado había sido el causante para que se sintiera lo suficientemente cansado para descansar, ya no le iba a molestar la decisión de su padre de traerlo. Como siempre, se había dirigido directamente a su salón de clases, incluso tuvo la suerte de captar parte de la presentación de un chico nuevo, ya sabía que podía ser difícil cuando te transferían de una escuela a otra con cierto atraso pero allí se le juntaba el hecho de que era hasta otro país. Se levantó del asiento donde estaba para sentarse temporalmente a su lado con una sonrisa amable —Bienvenido a la academia Clevert, me llamo Dante, un placer conocerte
La bata de laboratorio ondeó a la espalda de Skit como si trajera un mini ventilador o algo. Muy dramático, eso seguro. Ese día, sus gafas eran anaranjadas y tenían forma de... ¿eran patitos? ¿Como patitos de hule? —Yo, hoy tenemos dos nuevos friends. Mattsson, Crimson, buenos apellidos. Yeah, very cool. —Se quedó un rato asintiendo y bastante de repente señaló a dos alumnos en direcciones dispares, como si les hubiera disparado—. Hodges, Graham, more cool surnames. Encárguense de los muchachos, en ese orden. Dismiss! Bueno, y ni tanto, que aún debía dictar las clases. Pero era un hombre simple, le apeteció decirlo y simplemente lo hizo. Respiró pausado, ajustándose las gafas en el puente de la nariz, y sacó una tiza azul de su bata para empezar la lección. Contenido oculto Emi con Hubert y Aleck con Clevert, por si no quedó claro porque Skit habla raro uwu
Las clases fueron un coñazo pero vaya, lo usual. La toalla ayudó pero tampoco hizo milagros, el resto de la humedad se fue secando con el transcurso de la mañana y fue jodidamente incómodo y frío andar con el uniforme así tanto tiempo, de milagro no iría a enfermarme luego. Pero bueno, en definitiva quien más afectado quedó fue mi cabello. De por sí era wavy, nunca había contado con el profuso milagro de serme concedido cabello lacio, y cuando acababa secándose como Dios lo trajo al mundo se convertía en, no sé, una chapa ondulada. Las ondas estaban super marcadas y cuando tocó la campana del receso me eché un vistazo con la cámara frontal, intentando acomodarlo un poco con los dedos que, total, peinarlo así sólo iba a agregarle frizz, iba a quedar como una electrocutada y mira, paso. También pensé en atarmelo pero no quedaba bien y acabé por resignarme, dejándolo ser libre, libre como el viento. En sí no era feo como tal, sólo que no estaba acostumbrada a verme así. En lo que guardaba mis cosas topé con lo que había preparado en casa junto a papá. Mamá había insistido en que a computadora se vería más bonito, pero papá y yo creíamos en el poder de lo hecho a mano y no le prestamos ni un gramo de atención. Bueno, igual de repente dudaba con respecto a todo y seguro era culpa de mi pelo, así que cerré la carpeta de un movimiento rápido y seguí guardando. Ya me decidiría en otro momento. Eché un vistazo al pasillo y me desvié a la 2-3, entrando como pancha por mi casa. De repente tenía un montón de amigos ahí y ¡no me había dado cuenta hasta ahora! Saludé con la mano tanto a Emi como a Aleck y seguí buscando hasta dar con Dante. Sonreí amplio, me acerqué y me quedé de pie frente a él, ejecutando un saludo militar bien firme antes de relajar la postura y acuclillarme junto a su pupitre, con ambos antebrazos apoyados en el mismo y la barbilla encima. —Hola~ —Me quedé balanceando el cuerpo suavemente, cabeza incluída, y le concedí una sonrisa contenta—. ¿Qué tal el fin de semana, Sir Dante? Contenido oculto ya fuera acá o en el pasillo, tenía que hacer doble post y en el pasillo eRA DOBLE POST DE ANNA así que ni modo, me jodo por rolearla tanto Nekita aquí está la niña, señorita uwu
La pobre chica realmente tenía que estar perdida, llevando solo un año en Tokio como había dicho. Es decir, yo llevaba toda mi vida viviendo ahí y aun así no había recorrido la mitad de los sitios que había en la ciudad, ¡incluso me había perdido alguna que otra vez! Principalmente por culpa de Fred, pero eso era otra historia a contar. La cuestión es que aceptó mi ayuda por eso mismo y le sonreí, satisfecha al conocer su respuesta, antes de despedirme para entrar al aula ya que la campana anunciando el inicio de las clases estaba a punto de sonar. Cuando el profesor entró al aula y dijo que teníamos otros dos nuevos alumnos, de verdad que lo último que esperaba era que me tocase otra vez tener que darle el tour a uno de los mismos... y que iba a tener que rechazarlo, también. Me sentía bastante mal por ello, era bastante obvio, pero si tenía que ser completamente sincera... no me apetecía para nada aplazar los planes que tenía para ese almuerzo, así me costase sentirme culpable. Podía haberlo dejado pasar la vez con Anna, porque era un almuerzo común y corriente que seguramente podríamos tener en cualquier momento, pero en aquella ocasión no se sentía como tal. Hablando de Anna, la vi entrar al aula justo a los segundos de que tocase la campana del receso y le correspondí el saludo con la mano y una sonrisa alegre, porque la verdad siempre me alegraba mucho verla y sobre todo de tan buen humor como parecía estar en ese instante. Se acercó a Dante y, una vez más, me alivio mucho saber que ellos dos habían acabado siendo amigos. —¿Mattsson-san? —murmuré algo tímida, tras acercarme al pupitre del chico que el profesor había señalado por la mañana—. Soy Hodges Emily, la persona que se supone que tiene que enseñarte hoy las instalaciones. Esto... normalmente lo haría encantada, de verdad, pero tengo un asunto importante que atender así que voy a tener que aplazarlo. Lo siento mucho, de verdad, pero si estás de acuerdo podríamos quedar para almorzar mañana y me encargo de enseñarte lo que necesites, ¿sí? Quizás pudiese reunir a Aleck también en el asunto y así lo recompensaba por haberlo dejado tirado también, incluso si él tuvo la suerte de conocer a Cayden y no tener que pasar el receso solo. Sea como fuere, quizás podría unirse al otro chico nuevo y al castaño mismo, no creía que le fuese a importar mucho tener más compañía y, de todas formas, ¿no era un poco triste no poder enseñarle las instalaciones de fuera por culpa de la lluvia? ¡En realidad le estaba haciendo un favor! En fin, tras disculparme de nuevas cuentas y autoconvenciéndome que no estaba siendo un total monstruo por rechazar a dos personas seguidas ya, me dirigí finalmente al exterior del aula con un objetivo en mente. ¡Todo eso lo estaba haciendo por algo, al fin y al cabo! Contenido oculto Bruno TDF sowwy, los dados claramente no me aprecian mucho (?) pero te lo recompensaré, i swear, es que esto lo quería hacer desde la mañana y no pude ajbdsa
Volvió a su lugar una vez que llegó el maestro sin recibir alguna clase de respuesta por parte del chico pero tan siquiera se quedaba con el hecho de que le había dado la bienvenida y esperaba que tan siquiera pudiera sentir que podía hablarle si así le apetecía en algún momento. Luego de eso transcurrieron las clases con bastante normalidad para él, si prestaba la atención suficiente no tenía ninguna clase de complicación aunque fuese algo tedioso u aburrido, tenía tan siquiera esa fortuna de que no se le dificultara en lo absoluto. Cuando llegó el momento de ver quién se iba a encargar de ayudar a los nuevos, se sorprendió de que nuevamente tenía aquella habilidad, porque no lo consideraba fortuna ni nada similar, de evitar ser quien diera los tours cosa que le parecía algo bastante curioso pero tampoco se quejaba. Vio a Anna entrar al salón mientras estaba guardando sus cosas pero no esperó en ningún momento que pasara de largo de Emily para ir directamente hacia él y estaba seguro que ni siquiera pudo ocultar la sorpresa de su gesto cuando lo saludó de esa forma, tardando en responderle el saludo de vuelta. —Buenas, buenas...—Sonrió cerrando su maletín finalmente ahora que ya había puesto sus libretas y útiles dentro —. Fue...realmente un buen fin de semana, no pensé que fuera a ser así a decir verdad así que espero que esta nueva semana se mantenga allí aunque no iniciamos de una buena forma.—Añadió mirando hacia la ventana observando toda la lluvia que caía y los truenos que llegaban a caer. —¿Qué tal fue el tuyo? ¿Todo bien?
Apenas noté la sorpresa de Dante se me cruzó por la cabeza la idea de que el chico ya tuviera planes y, claro, le estuviera interrumpiendo o molestando. Cosa que hasta el momento no se me había ocurrido, por cierto, y de ahí que me preocupara. Mi sonrisa no flaqueó, sin embargo, y atendí a su respuesta. Volví la vista hacia la ventana en cuanto él lo hizo y, bueno, me alegró que hubiera tenido un fin de semana agradable ya que el anterior se le había echado a perder entre estar enfermo y no haber ido a la fiesta. Asentí al regresarme la pregunta, claramente emocionada, pero antes de encender la radio que tenía de boca arrugué apenas el ceño y recosté la mejilla en mis antebrazos, viéndolo desde ahí. —¿Tenías planes para el almuerzo? —tanteé, se me coló un poco de queja en la preocupación sin darme cuenta del todo—. Digo, te caí de repente y todo eso.
Apoyó uno de sus codos en la mesa de su pupitre para luego descansar su mentón en la palma de su mano, mirándola de una forma más cómoda y así no sentirse tan extraño de que estuviera acuclillada allí un poco más baja que él por la misma posición y de nuevo, la sorpresa volvió a su rostro aunque rápidamente fue reemplazada por una sonrisa amable. No había venido por Emily y ya planeaba cumplir lo que se habían dicho más rápido de lo que hubiera pensado. Pero eso era su culpa por pensar que se iba a proponer cuando probablemente ella no tuviera mejores planes al estar rodeada de tanta gente a la cual parecía muy unida. —No realmente, normalmente suelo almorzar aquí —Confesó dando un par de golpecitos al pupitre con su dedo índice como si estuviera marcando específicamente el lugar de su pupitre donde solía colocar su bento para comer —, y quizás si fue algo repentino pero creí que ibas a hablar con Emily, por eso me sorprendí un poco. —Agregó soltando una risa avergonzada por confesar aquello pero sentía que debía esa explicación por su reacción. —Pero claro que me gustaría almorzar contigo, gracias por la invitación~
Seguí sus movimientos por bastante inercia, cómo anclaba el codo y tal, y ya me hizo gracia que volviera a lucir sorprendido, aunque recibí su sonrisa amable y automáticamente me quedé tranquilita. Luego miré el pupitre en cuanto lo señaló y me explicó la verdadera razón de su sorpresa. Bueno, sonaba razonable, la verdad, si solía pegarme a Emi como una lapa, ¡pero nada de eso! ¡No, señor! Total que al final aceptó mi invitación implícita y ya eso me alcanzó y sobró para relajarme por completo, concediéndole una sonrisa amplia. —Paciencia no es mi segundo nombre —anoté, en tono bastante tranquilo pese a todo, suponía porque lo tenía cerca y no hacía falta gritar—. Además ¡hice la tarea! Vi Totoro el sábado y tenía ganas de charlarlo contigo. Me erguí, recogiendo el bento que había dejado en el suelo, y le señalé a Dante literalmente una esquina del aula, de las del fondo, contra la pared que daba al pasillo. —Y mira, tu mesa debe estar cansada de tener que hacerte de, bueno, mesa, así que propongo cambiar ligeramente los planes. ¿Qué te parece si nos sentamos ahí? Una estupidez, claro está, pero me valía. Contenido oculto Annita hizo la tarea y yo también, que me vi Totoro ayer JAJAJA
A decir verdad ni siquiera parecía fuera de lugar que Anna mencionara que no tenía mucha paciencia de por sí, se notaba bastante en toda la energía que le recorría el cuerpo y quizás era en lo que más contrastaban si tenía que compararse, porque a él algo que le sobraba era la paciencia al grado de que en vez de considerarlo una especie de virtud, podía llegar a ser hasta malo por seguir esperando y esperando o soportando las situaciones en las que estaba. —Lo bueno es que en esta situación realmente no necesitas de la paciencia~ —Cuando vio que ella ya estaba buscando su bento la imitó, sacándolo de aquel espacio que había debajo del pupitre, atento a la futura indicación de donde se le fuera apetecer comer —. ¿En serio? Me alegra que no fuera el único que la cumplió, y si la viste el sábado...¿entonces disfrutaste también tu fin de semana? No se le había pasado el hecho de que esa pregunta no había sido respondida. Se levantó entonces, sin poder detener la risa que salió de sus labios por aquel comentario sobre su mesa, era una forma muy peculiar para librar a su mesa de un día más de comer en ella —Me parece que tienes razón, debería de darle un respiro a mi pobre mesa —Caminó con ella hacia la esquina y prácticamente se deslizó hacia al suelo apoyando su espalda en la pared —, y si me permites iniciar con la review de la tarea por la mía ser algo más corta, te diré que la canción realmente me gustó y venía con una pregunta en mente... >> ¿Tú cómo contestarías a su pregunta?
Era probable que este chico se cayera de culo o algo si hubiera podido compararme con la Anna del año pasado, la verdad. Quizá no tuviera sentido extrapolar con semejante descaro de persona a persona, pero cualquiera habría dicho, sólo de conocerme, que yo también estaba llena de paciencia. Me había quedado quieta hasta que las raíces se enredaron en mis tobillos y ya no supe cómo salir, cómo moverme. Tuve que prenderme fuego, casi ahogarme y ver a la muerte a los ojos para reaccionar y salir corriendo. Ojalá haber sido más astuta, más valiente, pero era lo que había y ahora estábamos ahí. Y no se lo deseaba a nadie. De verdad esperaba que cualquier otro despertara antes. La forma en que cuestionó por mi fin de semana me dio la pauta de que no se le había pasado desapercibido que ignoré su pregunta, y al sentirme descubierta solté una risilla culpable aunque no sentí vergüenza ni nada. —Sip~ —respondí en lo que íbamos a la esquina del aula y yo también me deslizaba hasta el suelo, pegando la falda a mis muslos y estirando las piernas. Dejé el bento sobre mi regazo y permanecí moviendo los pies, golpeteándolos entre sí y tal—. No sé si te había contado, pero papá trabaja viajando y entonces casi nunca está en casa. Pero el viernes volvió de sorpresa e hicimos un montón de cosas. ¡Fue muy divertido! De paso los obligué a ver Totoro conmigo~ Aunque mamá se durmió a la media hora, pero papá sí me hizo el aguante. Sonreí, muy contenta, al oír que él también había hecho su tarea e incluso di unas palmaditas, buscando felicitarlo. La emoción se me coló en los ojos apenas saber que la canción le había gustado, pero entonces cayó con una pregunta que no me esperaba y fue cuestión de formular la frase en mi cabeza y sentir el corazón en el pecho con una claridad estúpida. Would you love me more if I killed someone for you? Parpadeé e incluso tragué saliva, intentando disimular el revoltijo de emociones, y deslicé la mirada de sus ojos al frente con movimientos algo rígidos. No me apetecía ni un poco pensar en algo así, y es que automáticamente regresaba a mi nariz el olor de la sangre, y a mis manos su humedad y a mis ojos su color. El color oxidado, sucio y espeso de la sangre que manchaba los callejones y el pavimento bajo el alambrado público. Era sangre de mierda y la odiaba, y si alguien... si Kakeru o Altan la trajeran en todo su cuerpo como una especie de trofeo, de regalo incluso, ¿qué se suponía que hiciera? Sentí náuseas. Pero ¿no los empujaba a ello, acaso? Cuando no controlaba el puto incendio e instigaba los conflictos. Cuando me enfurecía y no reparaba en consecuencias. —Es una pregunta algo complicada —murmuré, sacando compostura de abajo de las piedras para aún así responder con bastante naturalidad. Regresé la mirada a Dante, me forcé a hacerlo y ladeé la cabeza, frunciendo el ceño—. Además, ¿viste el plot twist de la canción? Que en verdad a quien mató es a él mismo, para adecuarse a las preferencias de ella y así fuera a amarlo. Es como una metáfora de lo que muchas veces la gente hace con tal de agradar. Solté el aire por la nariz y recosté la cabeza en la pared, distrayendo la mirada en nuestros pies. —Nos matamos a nosotros mismos con tal de encajar. Y, otra vez, era exactamente eso lo que había hecho en Shinjuku. Puta mierda.