Aula 2-2

A Anna le sorprendió mi propuesta, lo que no me resultó del todo extraño teniendo en cuenta que había sido bastante repentina, e incluso un poco fuera de lugar viniendo de mí. Sin embargo, ya habíamos decidido enfocar parte del trabajo hacia la relación de la música con el baile y era la única que tenía una mínima noción de ello, así que lo mínimo era asegurarme de que podía aportar y sentirse cómoda con los dos géneros que habíamos elegido.

—No hace falta que te compliques mucho, solo sería algo muy básico para ilustrar las diferencias —añadí, tras haber asentido con la cabeza por su aclaración.

En ese mismo instante, y como si los hubiésemos invocado de alguna manera, tanto Dante como Catherine aparecieron en el aula y se acercaron a nuestra posición para también hablar del proyecto. Anna les dio la bienvenida y yo me quedé observando cómo se acomodaban alrededor de mi pupitre, así como repasé con la mirada las partituras que el chico dejó sobre la misma mesa.

La morena extendió su lista de canciones, pero era Catherine la otra que más parecía saber de aquel género y lo más seguro era tomar en cuenta la opinión de ambas en cuanto a qué elegir de aquellas opciones. Aproveché el momento para rescatar mi cuaderno de entre las nuevas cosas que había repartidas sobre el pupitre y se lo mostré a todos los miembros, señalando los títulos que yo misma había elegido.

>>Ya que son canciones de autores más modernos, no tenemos un ballet pre-existente que podamos aprendernos —comenté, bajando la vista para repasar una vez más los nombres que había escrito, e intercalé miradas entre todos inmediatamente después, acabando en Anna cuando volví a hablar—. Pero, volviendo al tema de antes, no me importaría intentar aprender algo básico de ballet para participar en la parte de baile y que no recaiga todo sobre ti. Si quisieras enseñarme, por supuesto.

Contenido oculto

dejo por aquí la listita de canciones de ka-chan:
—Longing - Invadable Harmony
—And We Walk After - Trevor Kowalski
—Enemies to Lovers - Joshua Kyan Aalampour
—Spring Waltz - Sung Eun Choi

Contenido oculto

Kashya: 1.5 puntos
Anna: 0.5 puntos
Catherine: 3 puntos
Dante: 1.5 puntos
TOTAL: 6.5 puntos

 

Estaba un poco tonta, eso lo sabían Dios y el diablo, así que luego de proponerle a Cathy que bailara conmigo fue que reparé en que no tenía forma de haberlo sabido. No habíamos hablado nada concreto al respecto la última vez, ¿verdad? Kashya básicamente se lo había sacado de la manga. Le sonreí con ganas y asentí.

—Sip~ Bueno, Kashya acababa de sugerirmelo justo antes de que vinieran. Podríamos grabar un minuto de cada canción para sumar al informe, ¡y sería más divertido si bailamos juntas! —Parpadeé y volví el rostro hacia Thornton y Dante—. Podríamos bailar todos, la verdad, pero medio asumí que ustedes no querrían.

Mi sonrisa en cierta forma pretendía disculparse por no haberles preguntado primero, aunque dudaba que la idea les entusiasmara. Después, sin embargo, Kashya nos mostró su lista de canciones y decidí ir buscándolas en mi móvil para que todos las escucháramos; la voz de la chica detuvo mis movimientos un poco de golpe y la miré, ilusionada.

—¿De veras? ¡Me encantaría enseñarte! —accedí de inmediato y, ahora sí, el pobre Dante no tuvo escapatoria. Deslicé la mirada hacia él y básicamente le hice ojitos, inclinándome en su dirección con clara (¡pero sutil!) insistencia—. Oiga, mi Señor, no me diga que va a quedarse de brazos cruzados viéndonos bailar, ¿o sí?

Contenido oculto

toy escuchando las canciones de ka-chan y asumí que eso también están haciendo ahorita los pendejos, so para mi próximo post decido una (??

 

Al parecer, a Catherine le entusiasmaba toda la idea general tanto como a mí y eso era bueno. Quizá no correspondiera mucho con mi personalidad o con la Anna que recordaba de mis épocas con el circo, pero ahora mismo, luego de tanto desastre, me daba un empujoncito extra no ser la única montada al bote. Asentí un par de veces a sus palabras y, mientras las canciones de Kashya sonaban, le tiré la piedra a Dante. ¿Lo estaba presionando? Quizá, tampoco le concedí demasiado pensamiento. Siendo que ya en el pasado me había rechazado sin mayor problema no pensé que fuera ningún pecado insistirle un poquito.

Pero, en pocas palabras, a veces no pensaba nada las cosas.

—Oh, no, no, no hace falta que bailes k-pop —me apresuré por aclarar, riendo un poco—, son coreografías muy girly y así. Bueno, en realidad es lo mismo en ambos ritmos, como hombre puedes más bien acompañar o ayudar a las chicas a hacer algún movimiento.

A grandes rasgos había aceptado, de la forma que fuera, y la tontería me dio tanta alegría que casi di un saltito en mi asiento, aún riendo. Al cabo de unos pocos minutos, tanto él como Catherine dieron sus opiniones sobre las canciones y yo sonreí, quizá con una cuota de ¿complicidad? ¡Esta chica y yo nos parecíamos bastante!

—Bueno, va a ser gracioso, pero opino como Cathy. —¿Acababa de llamarle así por la cara? Pues sí—. Quizá Spring Waltz no sea tan tranquila, pero creo que es la más bailable. Podemos coreografiar algo bonito.

Y como seguía enchufada, me removí un poco y repasé a los tres con la vista.

—Tenemos un rato aún, ¿les gustaría ir al salón de actos y empezar a verlo?

Contenido oculto

pues eso, mis muchachas, si les parece bien y tal, podemos movernos al salón de actos uwu No sé si les entusiasme, pero podríamos montarnos un mini juego o actividad con dados y así, para medir el progreso de Ka-chan y Dante + alguna otra cosita

 

No era yo de andarme durmiendo en los laureles, pero allí estaba de todas formas y cuando revisé las fechas me di cuenta que había pasado demasiados días haciendo el imbécil, no sé mirando moscas o algo. La ventaja era que había tiempo todavía, así que seguía siendo posible entregar algo bueno, quizás solo habría que ponerle algo de prisa y esfuerzo, pero nada nuevo bajo el sol.

En la mañana había vuelto a revisar los grupos y como era cotilla, había revisado todos en los que hubiese una persona que conociera así fuese de vista. Ya de paso me memoricé de una vez los otros dos nombres que no eran de mi salón y subí a clase como si nada, sin saber los desastres que había entre un montón de gente, como siempre en esta escuela.

Cuando sonó la campana estiré la espalda todavía en la silla antes de levantarme, busqué a Middel con la vista y al ubicarla me acerqué a su lugar con la aparente calma de toda la vida. Saludé con una reverencia ligera, el cabello siguió el movimiento y encontré sus ojos cuando enderecé el cuerpo.

—Hola, Middel-san —dije dedicándole una sonrisa suave—. Vengo a fastidiar por el proyecto. Podemos buscar a nuestros otros dos compañeros, supongo.

Contenido oculto

la de los shitty posts me dicen Gigi Blanche pa no perder la costumbre de balancear tu etiqueta con otra, prometo que a blee te la robo poquito, nomás para esto actually JAJSJA

IM SPEED memuero tbh. Mi five está destruido, que no tengo todas las cintas asjvdhe todavía

 

La mañana transcurrió con calma, aunque más o menos a mitad de ella comencé a sentir una molestia insistente cerca de la nuca. No les daba mucha cabeza, la verdad, tragaba una pastilla y ya; aunque poco a poco se estuvieran tornando más recurrentes.

Era consciente de la existencia del proyecto y no estaba muy segura por qué aún no había puesto manos a la obra, así que cuando Shiori se presentó frente a mí lo agradecí. Estaba aún sentada cuando seguí su reverencia, para luego encontrar sus ojos y corresponderle la sonrisa con otra cordial, de igual magnitud. Me había pillado a medio camino de organizar mis cosas.

—Kurosawa-san —murmuré, a modo de saludo, y me incorporé de la silla. Mantuve una mano apoyada en la mesa, apenas con la punta de los dedos—. Sí, perdona que no te busqué antes. Nuestros compañeros... van a la 2-1, creo.

Habiendo dicho eso, recogí un cuaderno de apuntes y una pluma para volver a sonreírle.

—Después de ti.

 

El almuerzo con Kohaku y Haru acabó siendo realmente entretenido, lo que provocó que siguiese estando de buen humor durante el resto del día; de por sí, tampoco tenía motivo real para no estar contenta, ¿cierto? Con esa misma actitud fue que me presenté al día siguiente en la Academia, también, y casi podía jurar que las clases de la mañana se me habían pasado volando por ese mismo motivo. Aunque, para ser completamente honesta, quizás también influyó el hecho de que tenías ganas de que llegase aquel receso.

Armada con mi típico almuerzo listo para alimentar a cinco personas, salía de mi aula para dirigirme con rapidez a la inmediatamente contigua, asomando apenas la cabeza por la apertura de la puerta hasta que distinguí las llamativas mechas de Anna. Me sonreí con orgullo, como si hubiese conseguido un gran logro por ello, y no tardé en introducirme en el interior de la sala para dirigirme a la chica en cuestión.

—Buenos días, Annita~ —la saludé, sin perder la sonrisa en ningún momento, y aproveché el impulso para sentarme en la silla libre que había justo delante de su pupitre—. ¿Sabes? En el campamento conocí a una chica de la otra clase que es nueva y había pensado en presentaros, porque no parecía que hubiese conocido a mucha gente todavía en la academia. ¿Te apetecería que almorcemos todas juntas?

Contenido oculto

Gigi Blanche heyoo, eres la primera a la que cazo uwu

 

La acotación a lo de ser buena estudiante siguió haciéndome la misma gracia que la escena en general, ya de por sí sabía que no había nada más que hacer de forma que fui cerrando las respuestas. Al parecer captó la señal o ya lo había pensado él mismo de antes, porque se levantó, envió un mensaje, se arregló la corbata y finalmente tomó la lata vacía de la mesa.

—Nos vemos~

Ni siquiera reaccioné al apodo, el mismo Shimizu lo había usado una vez y yo acababa de estarme echando flores encima con la tontería, así que solo lo dejé suceder. Si acaso se me estiró la sonrisa y despegué la mano del rostro para replicar el gesto de despedida, pero no mucho más. Apenas desapareció de la cafetería me desinflé los pulmones, regresé a una expresión más neutra y levanté mis cosas sin prisa.

Al pasar cerca del tacho de basura tiré el jugo ya vacío y eché a andar en dirección a la clase sin mucho más que hacer. Subí por las escaleras, pasé al baño un momento y solo allí me di cuenta que me había olvidado la estupidez del lazo, así que dejé el bento vacío y la botella de agua sobre el lavamanos para volver a anudarlo apropiadamente.

Con eso listo entonces sí entré a la clase, fue cosa de poner los ojos en mi escritorio y notar la caja encima. Me acerqué, noté que eran unos chocolates y suspiré con algo de pesadez, dejando mis cosas al lado antes de tomar la caja y revisarla con calma. Tampoco había que ser demasiado listo para asumir quién la había dejado, ¿cierto?

Mientras yo estaba haciendo contratos con Mr. Indiferente.

Algo parecido a la culpa me punzó el pecho por primera vez en semanas, fue más o menos el equivalente de recordar qué había puesto a Cayden al alcance de Alisha por una apuesta de mierda cuando él le había jurado a mi hermano velar por mí si era necesario. Había algo de nobleza o por lo menos suavidad en las acciones de los otros, una que yo no estaba correspondiendo, y la idea me atenazó el corazón con la fuerza suficiente para provocarme cierta furia, no con Zoldryck, sino conmigo misma.

Pasados unos segundos destrabé las articulaciones, me senté en la silla y abrí el empaque con cuidado para probar los chocolates. Encima le había dicho que me gustaban los dulces, ¿o no? Creía recordar que sí. El chocolate estaba rico, pero la culpa siguió presionándome el pecho y bufé mientras sentía el dulce deshacerse en mi boca.

En mi defensa yo no le había dicho que tuviera que andar regalándome cosas.

Unos minutos y varios trozos de chocolate después saqué el móvil del bolsillo, lo desbloqueé y busqué el chat de Kasun. Miré la pantalla un buen rato, tratando de decir qué hacer y al final opté por ser mínimamente normal y decente así que le escribí unos mensajes.

Gracias por lo que me dejaste en clase, digo, no pudo ser otra persona
Están ricos
Nos vemos el sábado, Zold

Qué poca vergüenza tenía, de verdad, pero ahora no me quedaba más que seguir con el espectáculo. Era el embrollo en el que yo misma me había metido.

Contenido oculto

tu post estaba en el pasillo, pero me sonó más lógico reaccionar dentro de la clase (? Insane

englobé el cierre de la interacción con Orn y la reacción en el mismo post para efecto dramático okno oksi

 

Estaba organizando mis cosas cuando noté que alguien se detenía frente a mí. Alcé la mirada con calma, reconocí al muchacho que había protagonizado el evento de la semana pasada y me pregunté cómo había sido capaz de memorizar mi rostro entre tantas personas y tanto caos. Esbocé una pequeña sonrisa, de todos modos, y asentí. El gesto pretendió tanto saludarlo como responder a su pregunta. ¿Sabía su nombre? Tenía que haberlo dicho, pero no lo recordaba.

—Claro —murmuré, indicándole la silla frente a mí con un movimiento ligero de mano—. ¿En qué puedo ayudarte?

 

El muchacho aceptó mi ofrecimiento y giró la silla para ocuparla del revés. Resultó ser que estaba aquí por Hiradaira, para facilitarle apuntes debido a su ausencia. Había notado que la chica no estaba viniendo a clases, pero sólo porque tendía a ser bastante inquieta dentro del aula. Siempre cambiando de posición, o hurgando en su cartuchera, o garabateando mientras los demás atendían a la pizarra. Personalmente me parecía un desperdicio no utilizar las horas de clase para ahorrarse trabajo en casa, pero vaya. Con todo, que Ferrari pretendiera tener este detalle con ella me resultaba bastante dulce de su parte. No acostumbraba prestarle mis apuntes a nadie, aunque tampoco me molestaba hacerlo.

—Middel, Bleke Middel —murmuré, y esbocé una sonrisa cortés tras asentir—. No tengo problema de darte mis apuntes, Ferrari-kun. ¿Querías alguna asignatura en específico?

En apariencia había pasado de su broma pseudo cumplido y en realidad también. Era bastante inmune a esa clase de comentarios, por no decir del todo.

 

¿Todas las asignaturas? Vaya, eso sería un lote. Eran pocos los apuntes de cada materia, pero las tenía divididas en diferentes cuadernos y pensé que sería engorroso cargarlo. Había asentido a su solicitud y estaba disponiendo el maletín sobre mi regazo, para abrirlo y organizar el material, cuando dijo... ¿que esto no acabaría aquí? Lo miré, una sombra de confusión me cruzó el semblante y reanudé mi tarea inicial, apilando los cuadernos entre nosotros.

—No acabará aquí, no —murmuré, y una sonrisa apenas divertida me curvó los labios. Busqué sus ojos—. Iremos a la sala de profesores a fotocopiar lo que necesites para Hiradaira-san.

Era la vía más efectiva para ambos: él se ganaba mi ayuda para cargar las cosas y yo me aseguraba de acabar el receso con el material conmigo. A riesgo de ser prejuiciosa, parecía un muchacho algo descuidado y no confiaba plenamente que tratara el asunto con la velocidad debida. O, al menos, la velocidad que yo le dedicaría.

—Pero si tenías más ideas, soy toda oídos.

Contenido oculto

si querés los podés ir arrastrando, bru <3

 

Nakano-sensei arrastró los pies al ingresar a su clase, como ya era lo usual, y emitió un profundo suspiro apenas alcanzó su escritorio. Se rascó las raíces del cabello, algo enmarañado, y se irguió a velocidad de tortuga. Sus ojos cansados se abrieron ligeramente en un momento dado, pero tan pronto regresaron a su expresión normal que muchos lo consideraron una ilusión óptica.

—Cierto, hoy tenemos... una alumna nueva. Eh... Tú. —Señaló a Melinda, su dedo tembloroso se deslizó por el aire y acabó posado sobre otra de las chicas, sobre Kashya—. Y... tú. ¿Le mostrarías la escuela? A ella.

Había regresado a Frenerich, claro, y siquiera se molestó en buscar aprobación de las implicadas. Relajó el brazo, soltó el aire por la nariz y alzó la vista al techo un segundo antes de girarse a la pizarra. Ah, ese hombre...

 

Mis planes para aquel receso habían sido los mismos de siempre: pasarlo leyendo en el interior de la biblioteca; especialmente ahora, que Anna había vuelto y Emily, con casi toda probabilidad, iba a querer pasar el mayor tiempo posible con ella en la escuela. Por eso mismo, debía admitir que me sorprendió cuando el tutor me adjudicó el tour de la chica nueva (y sí, seguían viniendo alumnos nuevos incluso a aquellas alturas del curso). Aun así, no podía decir que esa nueva responsabilidad irrumpiese demasiado con lo que ya tenía planeado, así que no me quedó más que aceptar (a pesar de que el profesor tampoco mostró demasiado interés en recibir una respuesta de mi parte).

Las clases se sucedieron con tranquilidad y, al sonar la campana del receso, lo que más llamó mi atención fue ver a Anna salir prácticamente corriendo hacia la puerta; tal y como suponía, tenía toda la pinta de que ellas iban a almorzar juntas. Por mi parte, recogí mi material como correspondía y me acerqué al pupitre de la chica nueva, con la tranquilidad de siempre.

—Bienvenida. ¿Tienes interés por algún lugar en específico?

Contenido oculto

esto va a ser divertido JAJAJA

 

Guardé el resto de galletas después de haberme comido la única que había cogido, pensando que al menos podía aprovecharlas para compartirlas con alguien durante aquel receso (y, si todo salía bien, ya sabía quién sería ese alguien). Con un poquito de suerte, haber comido algo dulce antes de empezar las clases me ayudaría a que las mismas fueran más pasajeras, porque no dejaba de ser una adolescente más, y aunque hacía lo posible por siempre atender... bueno, los viernes se me complicaban como a cualquiera.

Logré sobrevivir a todas las clases de la mañana, aun si había sido a costa de sacrificar algunos apuntes que tendría que pedirle a Kashya más tarde, y una sensación de ánimo renovado me bañó el cuerpo cuando la campana del receso sonó. Estiré los brazos hacia delante, recogí mis cosas con cuidado y me dirigí hacia el aula contigua a la mía, asomando primero solo la cabeza para asegurarme de Anna estaba ahí, antes de adentrarme por completo para dirigirme a su pupitre.

—Annie~ ¡Buenas tardes! ¿Qué tal tu mañana? —le dije a modo de saludo, sonriéndole con alegría—. Oye, había pensado que, si no tenías otro plan y te apetecía, podíamos almorzar las dos juntas. Solo nosotras dos, digo. ¿Qué me dices? ¡Traigo galletas caseras para sobornarte, así que piénsalo bien!

Contenido oculto

Gigi Blanche h-heyo u///u

 

Hacía un día tan, tan, pero tan bonito, que tenía el cuerpo cargado de energía. Eso había vuelto las clases aún más tediosas, claro, ¡pero todo poder conllevaba una gran responsabilidad! O, bueno, en este caso... ¿todo receso soleado conllevaba una mañana de encierro? ¿Toda recompensa conllevaba un pequeño sacrificio? Si lo ponía así sonaba mejor, sí, era más heroico. Claro que soportar las clases no implicaba prestarles atención, sólo sobrevivir, ¡pero detalles!

La campana del receso me pilló balanceando las piernas al ritmo de una canción que no lograba despegarme de la cabeza. Pobre Nakano-sensei, por eso era que no podía escucharlo. Me desperecé con ganas, de punta a punta, y revisé mi móvil. No tenía nada nuevo y estuve por entrar a Instagram pero me contuve, había que modificar esos hábitos, oye. Seguí murmurando la canción y me metí al chat con Al, donde tipeé con calma. La verdad, era bastante agradable haber superado esa etapa donde los nervios me comían por cada palabra que escribía.

Morning, sunshine!
Bueno, ya es de tarde, pero vamos a hacernos los locos
Cómo estás, Al?
Sólo pasaba a dejarte un saludito
Está suuuper soleado y bonito y me detuve de correr al patio para primero escribirte
Valora tremendo sacrificio!

Cuando terminé de redactar la pequeña biblia alcé la mirada y advertí la presencia de Emi. Mi sonrisa, relajada, se amplió hasta iluminarme el rostro y alcé ambos brazos en el aire, agitándolos y todo, como si la chica no supiera mi ubicación en la clase de memoria... o como si no pudiera tener otros motivos para venir aquí.

—¡Buenos días, Emi-chan! —saludé, incorporándome para encontrarme con ella—. ¡Muy bien! No, digo, ¡no, muy mal! ¡Me aburrí muchísimo! ¿Viste el día que hace afuera? ¿A ti te parece tenernos aquí encerrados mientras el sol brilla y las aves pían? Es un delito federal, y si no lo es, tendría que serlo.

A riesgo de sonar un poquito pretenciosa, verla llegar y buscarme directamente me había anticipado sus motivos. La invitación no me tomó desprevenida, aunque eso no significó que me pusiera menos contenta. Me reí, recogí sus manos y les di un apretón suavecito, rodeándola para comenzar a caminar en reversa hacia la puerta con pasos livianos... arrastrándola, por supuesto.

—Sabes que no puedo negarme a las galletas caseras de Emi-chan, eso sí es un delito federal. ¡Pero! —Me detuve de golpe antes de salir al pasillo y la solté, alzando el índice junto a mi rostro—. Tengo una condición. ¿Podemos almorzar en el patio? ¿Porfis?

¿Le estaba haciendo ojitos? Por supuestísimo.

Contenido oculto

MIS NOVIAS

also Zireael ahí Annita le dejó unos mensajitos al convaleciente-