Inside Job Atrapada en su Tacto (Inside Job) (Breagan)

Tema en 'Fanfics sobre TV, Cine y Comics' iniciado por Headless Angel, 8 Junio 2023.

  1.  
    Headless Angel

    Headless Angel La chica que ama a The Beatles

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    Escritora
    Título:
    Atrapada en su Tacto (Inside Job) (Breagan)
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Comedia Romántica
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1514
    Summary: Reagan lucha contra su creciente apego a Brett mientras lidia con la incomodidad al ser tocada por cualquier persona que no sea él

    Los personajes pertenecen a Shion Takeuchi


    Palabras: 1440








    La oficina estaba bastante agitada hoy; las cosas estaban así desde que Rand había tomado el control. En medio de todo ese alboroto, Reagan se encontraba parada en una de las salas de descanso. No tenía tiempo para perderlo, pero necesitaba otra taza de café o iba a colapsar.


    Mientras hacía funcionar la cafetera pensó en el mierdero de cosas que tenía que hacer. Reparaciones, más que nada. Su padre parecía tener un especial talento para romper lo que ella creaba. Ojalá su berrinche pasara pronto.


    Se quedó allí, esperando frente a la máquina, casi vigilándola. Llevaba tantas horas sentada que no tenía ganas de volver a hacerlo. Estaba a punto de sacar su celular para revisar Facebook cuando sintió una mano fuerte posarse en su cintura.


    No pudo evitar tensarse un momento. Odiaba que cualquier hombre se sintiera con derecho a tocarla. Sería fácil pensar que una mujer tan poco atractiva como ella no pasaba por esas cosas, pero no. Levantó la mirada para enfrentarse al acosador solo para toparse con los ojos azules de Brett. Él lucía bastante fresco a pesar de todo.


    —Disculpa, Reagan. Solo quiero pasar —dijo Brett con voz suave, sin soltarla.


    Bueno... Siendo Brett las cosas cambiaban. No había sido fácil acostumbrarse a sus muestras de afecto. Incluso golpeó al pobre hombre un par de veces. Ahora empezaba a disfrutar de esos toques casuales que él tenía con ella.


    —Está bien, puedes pasar —Soltó, permitiéndose disfrutar de la calidez de su contacto.


    —Necesito despejarme un poco, Rand tiene este lugar más caótico de lo normal.


    Mientras hablaba, Brett comenzó a trazar suaves círculos con su pulgar. Reagan podía sentir su piel erizada bajo las capas de ropa.


    —Lo sé. Siempre tengo que arreglar sus cagadas.


    —Bueno, al menos así no tienes que preocuparte por qué este gritando fuera de La Casa Blanca.


    El buen Brett, tratando de encontrar algo positivo dentro de esa mierda.


    —Ahora tengo que preocuparme por qué no inicie una tercer guerra mundial. Casi lo logra al inicio del 2020.


    —Tranquila, las Túnicas lo mantendrán bajo control.


    —Aun creo que deberíamos destronarlo—dijo Reagan con amargura.


    —No hay mucho que hacer, pero al menos aún podemos tener estos momentos juntos.


    —Si, ya es algo.


    Brett se acomodó junto a ella, la soltó, y sacó lo necesario para prepararse un té. La sala estaba silenciosa salvo por los ruidos de agua hirviendo. Reagan no pudo evitar sentirse un poco decepcionada. Era extraño para ella añorar el tacto de otra persona.


    —¿Te asusté? Quiero decir, cuando entré a la sala—dijo Brett mientras servía agua caliente en una taza.


    —No ¿Por qué la pregunta?


    Brett se encogió de hombros.


    —Te pusiste tensa, más de lo que estás normalmente


    —Ah, eso... Sabes que no me gusta que me toquen sin permiso, pero contigo es diferente.


    La cafetera emitió el pitido que indicaba que el café estaba listo. Se sirvió una taza, sin endulzarlo. Antes que ella pudiera hacerlo, Brett tomó las dos tazas y las llevó a una mesa. Los dos se sentaron, él quedando muy cerca de ella. Normalmente, las áreas de descanso están siempre llenas de trabajadores entrando y saliendo; con las estrictas políticas de vigilancia de Rand, las cosas habían cambiado.


    El suave aroma de ambas bebidas flotaba en el aire. Mientras le daban tragos a sus bebidas, la mente de Reagan divagó hacia lo que debía hacer.


    —¿Oh? ¿Qué es diferente, Reags?—dijo Brett sonriendo.


    Reagan parpadeo un par de veces, regresando al momento presente.


    Él se inclinó hacia ella y colocó su mano derecha en su muslo. Reagan pudo oler el agradable aroma a loción que desprendía. Se le formó un nudo en el estómago. La miraba con expectativa, pero también con cariño. Ella levantó las cejas mientras pensaba en una respuesta.


    —Siento como si nos conociéramos de toda la vida. Estoy segura contigo.—admitió


    Entonces recordó que, considerando que él la había llevado a su baile de graduación, si se conocían de toda la vida. Ese era uno de los pocos recuerdos agradables de sus años infantiles. Brett también pareció pensarlo, y apretó suavemente su muslo. Un estremecimiento recorrió la espalda de Reagan.


    —Así que ¿Te gusta que te toque?


    —Si, me gusta. Es reconfortante.


    Brett soltó una risa.


    —Me alegra hacerte sentir así, como tu red de seguridad personal.


    Pensó en sus palabras, su relación era un poco así. Él estaba allí para darle apoyo cuando nadie más lo hacía, Reagan iba a agradecerle siempre por eso. Al principio Brett había sido una molestia, alguien a quien quería eliminar de su camino. Ahora no podía imaginar su vida sin él.


    —Eres especial Brett, déjame demostrártelo.


    Levantó ambas manos y acarició con cuidado el rostro de Brett, y él cerró los ojos. Sus rasgos, aunque algo genéricos por separado, juntos eran una obra de arte. Notó como la respiración de él se aceleraba. Reagan trazó la línea de su mentón con un dedo. Se quedó mirando sus labios, sintiendo una urgencia repentina.


    —¿Puedo besarte?


    Sabía que a Brett también solían tocarlo bastante sin que él lo pidiera, y no quería ser parte de ese grupo.


    —Por favor, Reagan...


    Algo en la forma en que Brett dijo su nombre hizo que sus rodillas temblaran. Que bueno que ambos estaban sentados. Reagan lo miro a los ojos una vez más solo para confirmar que él también lo quisiera.


    Capturó los labios de Brett en un beso tierno, tomándose su tiempo para explorarlos. Brett sabía a su té de menta extremadamente dulce, lo que contrastaba con su propia boca amarga. Justo como ellos mismos.


    Reagan colocó sus manos en las mejillas de Brett. Su piel estaba un poco áspera por haberse rasurado, lo que causaba un agradable cosquilleo en sus palmas. Succionó entre los suyos el labio inferior de Brett, tratando de profundizar el beso.


    Brett le respondía de forma casi dócil, pero reflejando el deseo que sentía por ella. Su lengua respondía a las provocaciones de la de Reagan. Y sus manos le acariciaron el cabello, dando un suave jalón, provocando un escalofrío en ella.


    Antes de separarse, Reagan mordió juguetonamente la lengua de Brett. A los dos les faltaba el aliento y las mejillas de él estaban un poco teñidas de rojo. Reagan quería guardar esa imagen para siempre en su memoria.


    No podía creer lo que acababa de pasar. ¡Había besado a su mejor amigo! Reagan comenzó a sentir que el pánico la invadía. Muchos pensamientos sobre lo que se debe y no se debe hacer en una relación amistosa le vinieron de golpe. Su corazón, ya acelerado por el beso, se desbocó. Brett tomó su mano, entrelazando sus dedos.


    El contacto leve le ayudó a relajarse. Estaba jodida ¿Cierto? Se calmaba en cuanto Brett le ponía una mano encima.


    —Esa mordida dejó claro lo especial que me consideras.—dijo él.


    Reagan se rio, no estaba segura de cómo seguir adelante ahora.


    —Lo siento, soy un poco torpe cuando se trata de mostrar afecto. No todos los días beso a alguien como tú.


    —Me gustas así, Reagan.—tomó su mano y la besó—Y quiero besarte todos los días


    —Brett, eso fue demasiado cursi.


    —Ya te acostumbrarás.


    Sin soltarse las manos, ambos siguieron disfrutando estar juntos mientras se acababan sus bebidas. En el fondo, Reagan sabía que tenían mucho que discutir después del paso que acaban de dar. Habría tiempo para hacerlo después.


    La quietud del momento se vio interrumpida por el sonido del teléfono de Reagan. No necesitaba revisarlo para saber de quién se trataba.


    —Parece que Rand no quiere que tengamos momentos tranquilos—comentó Reagan con una sonrisa irónica.


    Brett asintió, compartiendo su frustración. Su padre estando a cargo era un verdadero dolor en el culo.


    —Pero no vamos a permitir que arruine nuestra conexión, ¿verdad?


    Se levantaron y dejaron sus tasas remojando para lavarlas después. Ya iban de camino a la salida cuando Brett se acercó con intención de besarla de nuevo. Sin embargo, el teléfono de Reagan sonó otra vez.


    —Tengo que irme —dijo Reagan, sintiéndose un poco frustrada por la interrupción.


    —También yo—Se rasco el cuello, incómodo—pero ¿Puedo acompañarte a tu laboratorio?


    La dulzura de sus palabras hizo que Reagan se derritiera por dentro. Le sorprendía como esas pequeñas cosas la llenaban de tanta emoción.


    —Seguro, ¿Por qué no?


    Así, ambos caminaron juntos con dirección al laboratorio. No era la primera vez que lo hacían, pero está vez las cosas eran diferentes. Brett puso una mano en su espalda baja y Reagan sintió un agradable calorcito expandiéndose por todo su ser.


    Los toques de Brett eran los únicos que Reagan disfrutaba. Y los estaba empezando a amar.




    ¡Hola!

    Iba a publicar esto antes, pero me dio gripa. Equis

    No sé si las personalidades me quedaron bien, pero me gusta cómo quedó este One Shot <3

    ¡Muchas gracias por leer!

    Ciao!
     
    Última edición: 8 Junio 2023

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