Mini-rol Arcadia Nova | Pokémon Rol Championship

Tema en 'Salas de rol' iniciado por Andysaster, 4 Septiembre 2025.

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    Andysaster

    Andysaster Game Master

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    ˙✦『Liza White』✦˙

    Ai me devolvió la pregunta con maestría y elevé las cejas, entretenida con el nuevo cauce por el que se dirigía la conversación. No sabía de qué me sorprendía, en realidad. Mamiya parecía ser experta en el arte de las respuestas ambiguas desde nuestro primer encuentro en el Parque Batalla.

    Busqué sus ojos y repasé sus facciones sin prisa, como si quisiese encontrar en ellas la respuesta que buscaba. Lejos de reprocharle su falta de claridad, su actitud juguetona despertó en mí cierto interés. Me gustaban los retos y las personas dificiles como ella, era esa clase de masoquista después de todo.

    ¿Palabras que la describieran, decía?

    Tenía algunas en mente, pero esas no iba a decirlas en voz alta.

    —Dado que has usado dos preguntas —inicié, esbozando una sonrisa confiada, segura de lo que decía—, voy a permitirme el atrevimiento de usar ese vacío legal y responder por separado.

    >>Mi elección sería Uxie. ¿Mi justificación? —solté una risa nasal, desenfadada—. Me das la impresión de ser una persona sabia. De esas que han aprendido muchas cosas de la vida. Tal vez sea por la actitud con la que te desenvuelves o la forma en la que hablas, quién sabe —Pude haberme acogido a la diferencia de edad, pero no era una persona tan simple—. Ahora bien, si tuviese que ponerte un único adjetivo que te defina, ese sería... ¿Sofisticada? ¿Misteriosa, tal vez? Mierda, eso son dos adjetivos...

    El grupo compartió una risa ligera, y sentí cómo la fuerza que aprisionaba mi corazón aflojaba lentamente su agarre, permitiéndome cierta libertad. A pesar de que era incapaz de hacer desaparecer la tensión de mis músculos por completo, la presencia de mis amigas fue suficiente para permitirme regresar a mi eje.

    —¿Y tú? —Le devolví la misma pregunta, perspicaz. Por la sonrisa que le dirigí, estaba claro que no iba a darle tregua. Le tocaba a ella pagar prenda—. ¿Cómo responderías tú a esa pregunta?

    —Uxie gana de momento —Miki hizo la señal de la victoria, inmutable desde su asiento. Oh... Me cuadraba ese Pokémon para ella. Sentía que sabía mucho más de lo que aparentaba a simple vista, por mucho que pareciese estar en la inopia la mayor parte del tiempo.

    —Nu-huh~ Mesprit lo empata, ¡cruack! —Poly, orgulloso, se llevó el ala al pecho, imitando la pose de Mimi de manera exagerada—. La vida no sería lo mismo sin la presencia de las emociones. Falta la señorita agente por desempatar.

    >>¡Vente al team Mesprit, tenemos galletitas!



    ☆゜・。。・゜゜・。。・゜★​



    ✵『Miki Chigusa』✵

    ¿La... galaxia Poly?

    Aika trataba claramente de animarnos, y con Poly lo logró al instante de soltar algo de semejante envergadura. El ave se irguió en su asiento, comenzando a tener sueños de grandeza.

    —¿Una galaxia entera con mi nombre? Jo, jo, jo~ Tendrá forma de Chatot. Os permitiré ponerle vuestros nombres a algunos planetas... por la módica cantidad de mil Pokédolares.

    —Eso es poco, Poly —Le susurré al oído—. Mejor pide comida a cambio.

    —¡...Por una cena completa en el MimeDonalds!

    Eso... era aún más barato si cabía. Bueno, el caso es que se veía feliz. No dejaba de ser un Pokémon, por mucho que se hubiese criado entre humanos. Si Poly encontraba una galaxia algún día, más me valía ser su gerente para ese entonces. Tal vez pueda darme a mí el dinero si le llevo a menudo a cenar fuera.

    Las proyecciones continuaron, y mientras Poly y yo charlábamos acerca de lo que nos compraríamos cuando tuviésemos ese dinero, se produjo un silencio extraño en el grupo. Todas miraban a Aika de distintas formas; Ai se reía, Mimi la fulminaba con la mirada y Liza se rascaba las raíces del cabello, sin saber dónde meterse.

    —Y-Ya sabéis... Miedo... Mewdo...

    —Lo hemos entendido, Aika.


    Ladeé la cabeza sin comprender.

    —Yo no —comenté entonces. Me incliné hacia la albina, intrigada. Nunca entendía los chistes, pero en algún momento debería pillar alguno. Era una batalla personal que llevaba diecisiete años librando—. ¿Se supone que Mewdo y miedo tienen alguna similitud? Mew se pronuncia Miu... ¿Miudo? ¿La gracia se encuentra en que Mew tiene miedo y está mudo?

    De repente y sin venir a cuento Liza abrió mucho los ojos, pasmada, y comenzó a reír sin poder evitarlo. Fruncí ligeramente el ceño cuando Poly se cubrió el pico con las alas, aguantándose la risa a duras penas.

    —¿Qué?

    —Miki... —dijo, con voz temblorosa—. Los chistes simplemente no son lo tuyo...

    —¡Pfffjajajaja!

    —¡Shhhh!
     
    Última edición: 21 Noviembre 2025 a las 1:00 PM
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    Yugen

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    ❀『Ai Mamiya』❀

    Cuando buscó mis ojos le sostuve la mirada sin titubear, tan entretenida con la conversación como ella aparentaba estarlo. De hecho entrecerré apenas los ojos en un gesto complaciente cuando respondió que del Trío del Lago yo era Uxie.

    —Me halagas, cariño—le respondí—. Me han llamado experimentada, pero eres la primera persona que clasifica esa experiencia como sabiduría.

    Entre la sabiduría, la emoción y la voluntad, probablemente la primera no fuese la elección que tomaría para describirme a mí misma. A sus ojos podía aparentar mayor experiencia pero aunque lograba mantener la calma la mayoría del tiempo haciendo gala de una paciencia casi pasmosa, las emociones tendían a controlarme con bastante facilidad.

    Por eso había guardado mi corazón en lo más profundo de un bosque llamado lascivia.

    Esa era sin embargo una emoción bastante fácil de controlar para mí. Porque era paciente y atenta, quizás incluso servicial y jamás me dejaba llevar por mis propios impulsos. Mis sentimientos, quizás, eran un tema a parte.

    Se me escapó una pequeña, breve risa.

    >>Sofisticada—repetí como si paladeara la palabra en la lengua—. Si consideras que tomar té, regentar una floristería y amar los vestidos de época es sofisticado, entonces sí, puedes llamarme tal. En cuanto a lo de misteriosa... arruinaría el misterio confirmar si estás o no en lo cierto, ¿verdad?

    Clavé en el azul de sus ojos mi mirada y repasé sus facciones como quien observa una hermosa pintura expuesta en un museo o un paisaje de atardecer ansiando ser enmarcado en una postal.

    Llamó mi atención desde el primer momento, como la única rosa roja en un rosal, y no podía pretender ni tenía intención alguna de ocultarlo. Aunque jugaba con las situaciones y disfrutaba de las reacciones de los demás ante mi compartimiento, no ocultaba mis intenciones.

    En ese sentido, era transparente como el Lago Veraz.

    —La primera palabra que me viene a la mente cuando te miro es libertad. Quizás por qué el azul de tus ojos me recuerda al mar y hay pocos lugares donde pueda experimentarse tanta libertad como en la plenitud del océano. Audaz, pero no insolente. Curiosa... me pregunto si quizás demasiado para tu propio bien.

    Acerqué mi mano y en un ademán travieso, le di un pequeño toque con el índice en la punta de la nariz.

    >>Mesprit, ¿tal vez?

    —Estaría de acuerdo con vosotros y diría que Liz es absolutamente Mesprit, pero me niego a ser la única con Azelf—Paeonia la miró de soslayo con tan solo uno de sus ojos abiertos—. Liz es emocional, pero también está cargada de determinación. Y es más tozuda que un Mudsdale.

    Desde el extremo opuesto de la fila de butacas, Bellis negó con la cabeza.

    —No, no, no—cerró los ojos y movió el índice de lado a lado en un gesto de negación—. Estás equivocada, Mii-chan. Lizachi es Mesprit. Mírala, es bondad pura. ¿Quién le diría que no a esa carita?

    Apoyé una mano sobre mi mejilla y entretenida asistí a tan interesante desenlace de acontecimientos. Nunca hubiera pensado que aceptar la propuesta del señor Anderson y asistir a la presentación con Prímula, me permitiese estos cálidos momentos. Lo agradecía. Y especialmente, agradecía profundamente haber conocido a Clematis en el Parque Batalla.

    Hah—Paeonia soltó una risa jactanciosa antes de cruzarse de brazos, inamovible—. Yo misma. Echarle seis cucharadas de azúcar al té es un no rotundo.

    Aika soltó un jadeo dramático.

    —¿Cómo tienes tan mala sangre? ¿Sabes lo amargo que está eso?

    Me incliné hacia la butaca a mi lado.

    —Mi amor—le dije cerca del oído, cómplice—, creo que es hora de responder tan interesante pregunta.


    ☆゜・。。・゜゜・。。・゜★

    ★『Mimi Honda』★

    Los dedos de Liz rozaron los míos y lentamente los entrelazó, buscando apoyo y contención en ese gesto. Le devolví el ligero apretón mirándola de soslayo para asegurarme de que estaba bien —o de que al menos no estaba al borde de otro colapso nervioso—, antes de centrar mi mirada en la proyección.

    Siempre me habían gustado las estrellas.

    Yo misma quería convertirme en una: una real, alcanzable y resplandeciente. Para mí contemplar el cielo nocturno era igual que mirar el océano. Ante la inmensidad de ambos, mis problemas parecían minucias en comparación.

    Y lo cierto es que contra todo pronóstico estaba disfrutando ese día en el parque de atracciones. Por muy reacia que hubiera sido en un inicio, quizás no... no estaba tan mal, ¿de acuerdo? Si ignorábamos ciertos detalles puntuales y el susto que aún me pesaba en el cuerpo, estaría siendo un día bastante agradable.

    Había poco en ese pseudo-documental que no conociera ya, pero la tridimensionalidad de la proyección y su interactividad me resultaba tan amena que le presté toda la atención posible. Además, traía a mi mente algunas preguntas. Como por ejemplo, el paradero de Mew.

    En determinado momento Aika hizo el peor chiste posible de una larga lista de chistes malos y Miki no lo entendió. Lo ridículo del momento hizo reír a Liz y a Poly, a Ai, y hasta a Aika, que se había derretido en el asiento.

    No era solo la gracia de la situación, era... la prueba de que nos sentíamos cómodas y a gusto. No teníamos por qué reírnos, yo no le veía la gracia por ninguna parte, y aún así...

    —I-idiotas. ¿Qué es tan gracioso...? Nos van a echar de la sala...—inquirí pero se me escapó una risa entre dientes que no pude contener, mi cuerpo se estremeció en el inicio de una carcajada y me apresuré a cubrirme los labios con el dorso de la mano—. Pftt...

    —No te preocupes, Michin. Era una tontería—Aika cruzó las manos detrás de la cabeza—. En realidad es un juego de palabras entre el nombre de Mew y miedo.

    >>Es como este otro chiste—le dirigió una sonrisa conciliadora y la señaló con dos dedos al guiñarle un ojo, bromista, emulando una pistola—. Hey Caterpie, ¿qué haces cuando tienes frío? ¡Metapod!

    Vale, ese fue aún peor que el anterior. ¿Por qué me estaba riendo?
     
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  3.  
    Andysaster

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    No supe si mis elecciones estuvieron o no bien encaminadas, pero me satisfizo mantener la respuesta bajo el enigmático velo que cubría su persona. Suponía que era parte de su encanto, ¿verdad? Por mucho que quisiera atisbar algo más allá de lo que dejaba ver a simple vista, el espesor del bosque en sus ojos fungía de barrera, impidiendo el paso a través de sus hojas de cualquier haz de luz.

    Tal vez llamaba poderosamente mi atención precisamente porque yo era todo lo opuesto a ella. Honesta, transparente, predecible hasta cierto punto. En el mar de aguas cristalinas en el que posó su mirada había poco que pudiese ocultar aunque quisiese.

    Libertad... Me pregunté si, de haberme conocido un poco antes, hubiese sentido lo mismo al mirarme a los ojos. La marca de las cadenas que alguna vez me detuvieron aún se encontraban grabadas a fuego en mi piel, pero desaparecían lentamente con el transcurrir de los dias. Era un recordatorio silente, si se quiere, de a dónde no deseaba regresar jamás.

    Mi vida era mía y de nadie más.

    El toque en mi nariz me hizo entrecerrar los ojos e inició entonces, esparciéndose como la pólvora sin previo aviso, una batalla campal entre facciones. Escuché los alegatos a favor y en contra con la diversión tiñendo mis gestos, y me volví hacia Mimi con una expresión juguetona cuando Aika señaló que no había malicia alguna en mí. Le puse mi expresión más inocentona, de esas donde parecía que no había roto un plato en mi vida.

    Oh, por supuesto que iba a aprovecharme de la situación.

    —¿Has oído eso, Mims? Dice que soy bondad pura —repetí, disfrutando de aquella conversación como la que más. Ella misma sabía lo pícara y desvergonzada que podía llegar a ser en ocasiones. Me gustaba salirme con la mía, y a veces eso implicaba también aprovecharme un poco de los demás. Pero solo un poquito—. ¿Qué tal si me consigues un peluche gigante también a mí? ¿Cómo le vas a decir que no a esta carita?

    La conversación se ánimo en cuestión de minutos, y parecimos olvidar por un instante la proyección y el lugar en el que nos encontrábamos. Me sentía cómoda, acompañada y feliz. Aún a pesar de la extenuación de mi cuerpo y de los resquicios de un susto de semejante envergadura, su sola presencia me hacía olvidarme de mis preocupaciones y de mis miedos hasta reducirlos en cenizas.

    La voz de Ai cerca de mi oído me tensó ligeramente, arrojándome algo de sangre al rostro ante la repentina cercanía. Y encima, si me hablaba con ese tono de voz... Ugh. Arrojé a un lado esos pensamientos y asentí, de acuerdo con su sugerencia. Me volví hacia el resto, dispuesta a resolver la encrucijada.

    —Lo cierto es que, si tuviera que escoger al trío del lago correspondiente...

    —...Ese sería Mesprit. ¡Cruack!

    —Sí, no lo dudo —solté una risa baja ante la jovial celebración de Poly y Aika. Entonces busqué los ojos de Mimi con convencimiento—. ...Pero también me siento vinculada a Azelf. Tanto, que no podría escoger a uno sin el otro.

    >>Me guío enteramente por mis emociones y por lo que me dicta el corazón. Pero, durante mucho tiempo, esas emociones fueron convulsas y erráticas, justamente porque no lograba encontrar un propósito en mi vida. La necesidad de tener algo por lo que luchar, una voluntad fuerte e inquebrantable, es lo que determina quién soy hoy en día.

    —Entonces —Miki ladeó la cabeza, intrigada—, ¿escoges a dos en lugar de a uno?

    —Nadie dijo que no pudiese —Le guiñé un ojo, consciente de mi propia astucia.

    Poly se cruzó de alas, derrotado.

    —La señorita agente siempre va dos pasos por delante... —Hizo cuentas en su cabeza, y entonces su expresión se iluminó—. Pero, si la señorita coordinadora también es team Mesprit... ¡Eso significa que ganamos por goleada!

    Miki pareció dubitativa por un instante, mano en el mentón.

    —¿Aún estoy a tiempo de cambiarme para poder comer galletitas?



    ☆゜・。。・゜゜・。。・゜★​



    ✵『Miki Chigusa』✵

    De repente todos empezaron a reír, y yo me limité a hacer más notorio mi mohín si cabía. No lo entendía. ¿Por qué se me complicaban tanto los chistes?

    Aika soltó otro ejemplo, redoblando la risa de por sí ya floja del grupo. Algunos espectadores se volvían con mala cara hacia las chicas, instándoles a guardar silencio. Pero parecían demasiado entretenidas encadenando chistes como para ser conscientes siquiera de esto.

    —Me toca, me toca —Liza se secó una lagrimilla de los ojos, soltando el siguiente chiste—. ¿Qué le dice un Exeggcute a una sartén?

    >>Me tienes frito.

    Y seguían riéndose. Yo aún intentaba entender el del Metapod y el Caterpie, ¿no podían ir un poco más lentos?

    —¡Muy bueno, señorita agente! Venga: ¿Cual es el colmo de un Oddish? —El Chatot dejó un silencio dramático entre medias, buscando captar su atención—. ¡Que lo dejen plantado!

    A pesar de no entenderlos, me sentía contagiada de alguna forma por su alegría. Todos parecían disfrutar, y a mí, de alguna forma, me hacía sentir cálida por dentro el saberme parte de algo así. Nunca había sido de mi interés hacer amigos... Pero suponía que el ser humano era social por naturaleza.

    No se podía darle la espalda a tu propio código genético.

    —¿Cual es el pokémon más viejo del mundo? —Liz sacó otro chiste de la manga, compartiéndolo nuevamente con el grupo—. Los Pancham, porque están en blanco y negro.

    —...Oh —Me asomé desde mi butaca, sintiendo la bombilla prenderse sobre mi cabeza—. ¿Por las fotografías y televisores antiguos?

    —¡Eso es, Miki! —La castaña lucía orgullosa por mi descubrimiento—. ¡Lo pillaste!

    —Ahh... Cómo crecen —Poly se secó una lagrimilla imaginaria del rostro—. ¡Ya eres toda una adult-!

    —Disculpad —De repente y contra todo pronóstico, un guarda de seguridad se nos acercó, con rostro serio y grave—. Voy a tener que pediros que abandonéis la sala.

    Al parecer, el guarda había recibido varias quejas, pero la situación se había vuelto insostenible como para dejarlo pasar por más tiempo.

    Cuando quise darme cuenta los cinco volvíamos a estar en el exterior, procesando lo que acababa de suceder. Sin estrellas, ni nuevos descubrimientos... Y sin embargo no pude evitar sonreír para mí misma.

    Eso... Había sido más divertido de lo que imaginaba.
     
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  1. Naiki
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