Se miró al espejo y no le gustó lo que vio. Aquella cara triste, con aquellos ojos apesadumbrados, enmarcados por unas terribles ojeras. Aquella boca que aunque lo quisiese, no podría erguirse para formar una sonrisa. Empezó a arrancarse la carne de la cara a tiras. Al principio dolió un poco, pero llegó un punto en el que no sentía exactamente nada. Sacó de aquella cajita la mejor de ellas y empezó a pegársela poco a poco en la cara. Con una buena cola, para que no se despegase fácilmente y devolvió un rostro a aquella cara. Y por fin le gustaba lo que veía, estaba sonriendo, su cara denotaba felicidad. Aunque los ojos... algún día encontraría solución para aquellos ojos.
Ah sido un escrito curioso, algo así como lo que todos hacemos, ponernos una máscara que, en el fondo, no es capaz de cubrir por completo quien somos realmente, después de todo, los ojos siempre muestran quienes somos realmente, eso fue lo que sentí al leer tu texto. Debo decir que me gustó bastante ichii.
Los ojos, la ventana del alma. La verdad, al principio me pareció un poco extraño haber leído esta parte: Seguro que pelé unos ojos enromes y con una expresión de what? Sin embargo, al final, al comprender y leer todo el relato, supe de lo que iba y debo decir que me gustó mucho lo que leí y pues, siempre he sido fan de esos relatos en los que hasta el final te das cuenta lo que hablaba el relato. Pero es triste meditar que muchos hemos hecho eso, ponernos una mascara para aparentar estar bien, o no preocupar a la familia o, mentirnos a nosotros mismos de que estamos bien. Personalmente, me quedo con esta parte: Porque es cierto, al principio duele fingir estar bien, mostrar una sonrisa a los demás, contestar un "Estoy bien" cuando se nos pregunta, "¿Cómo estas?" Al final, de tanto fingir ya no sentimos nada y quizás actuamos ya por costumbre que por otra cosa. Nos encerramos en nuestra propia mentira. Eso fue lo que pensé al leer. Mi mera interpretación. Excelente relato.
Está bonito, Ichi, muy simbólico. El toque especial fue el final con el asunto de la mirada, que no se puede disfrazar. Por ahí un "erguerse" en vez de "erguirse". Un saludo, nos seguiremos leyendo.