Aquella noche de abril...

Tema en 'Relatos' iniciado por Fernandha, 21 Julio 2012.

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    Fernandha

    Fernandha Maestre Usuario VIP Comentarista destacado

    Acuario
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    Escritora
    Título:
    Aquella noche de abril...
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1118
    Nick: FernandhO
    Lista 1: 10- Bosque.
    Lista 2: 5-Gorra.
    Lista 3: 8-Un gato.
    Lista 4: 9-Suspenso.
    Lista 5: 4-Segunda persona.
    N° de palabras: 879
    Título: Aquella noche de abril
    Aquella noche de abril…
    Y en cada pincelada se podía observar cierta melancolía, el lienzo era tan vivo cómo amargo. Era una noche de Abril bastante hermosa.
    Ella se encontraba sentada sobre el césped, dejando que la brisa jugara alocadamente con los mechones de cabello que escapaban de su coleta. Era hermosa, simplemente así era, su cabello café luminoso; su piel con un tono bronceado y blanquecino a la vez, llevaba una gorra negra con manchas de pintura sobre su cabeza y un pequeño delantal que cubría buena parte de su blusa morada, llevando un pantalón verdoso que le dejaba ver sus tobillos. Tenía unas sandalias moradas; sí, así eran casi todas las mañanas.
    Talvez su ropa no era la de una princesa, sin embargo, la hermosura se podía apreciar, lo único que no cuadraba en ésta imagen era que en vez de escuchar la alegría en forma de risas, eran llantos sonoros. Era imposible apreciar su rostro pero la tristeza era su aura más visible.
    Me coloqué delante de ella y un sobresalto pude apreciar, hice lo que pude por admirar su rostro pero no lo encontraba, el sol reflejaba demasiado en mis ojos y la gorra con cabello alborotado era una trampa natural. Así que era mejor ya no intentarlo, me postré ante ella y aunque el lienzo tapaba su rostro la observé, me recosté y la sentí analizarme para después moviera los brazos y tomando los pinceles reiniciara su obra.
    —Pero que gato más hermoso. —Le escuché decir.
    Solté un ronroneo.
    Suspiró y soltó los pinceles lentamente, sonreí pero no suavicé mucho los hombros, el sol comenzaba a ocultarse y la luna comenzaba a salir despacio sobre aquel manto estrellado. No lo sé, pero misteriosamente pude sentir que los leves y tenues rayos lunares la hacían sobresalir, como si por alguna extraña circunstancia, sólo brillaran para ella, ignorando todo el panorama en general.
    —Oh pequeño gato —me dijo y yo levanté la cabeza— cómo desearía poder ser una de éstas pinturas. Jamás preocuparme de que anochezca y poder disfrutar a máximo aquella felicidad que es tan mencionada en mi hogar. Quisiera saber, el cómo se siente ser querida; una caricia de amor o una muestra de afecto, sin embargo, soy cómo la noche —tragó saliva y yo me paré, caminando lentamente hacia ella—. No importa cuánto la luna brille, no importa cuánto las estrellas me acompañen, siempre vagaré solitariamente; caminaré sin rumbo fijo por aquellos senderos iluminados por tenuidad y desapareceré en el día, como lo hace la felicidad cuándo la crees ganada.
    Negué levemente, ¿qué le sucedería a aquella mujer?, ¿qué era lo que la atormentaba tanto? Y por una vez, después de que la brisa se apaciguara mostró su rostro; creí ver por un momento a un ángel, sus facciones eran tan suaves y exquisitas, el delineamiento de sus ojos y la forma en que se encontraban esparcidas sus pestañas, la distancia de sus cejas a los ojos avellanas y la hermosura de sus labios lo confirmaban. Pero, ¿por qué estaba tan triste?
    Solté maullidos y me senté delante de ella, justo a la distancia que estaba su lienzo. Me observó y las lágrimas comenzaron a embargarla.
    —¿Sabes? —Sus ojos rojos miraban el cielo nocturno—. Talvez ser una pintura no sea para nada malo, que te admiren pero no te toquen pues eres sagrada —acarició el lienzo delicadamente y con la mano sobrante comenzó a borrar las lágrimas traviesas que salían de sus ojos—, que vivas siempre en ése alegre o tétrico panorama que, sin importar si tienes una razón lógica o no, te hace feliz y tu amigo pintor se molestó en crear, rodeada siempre de otros cuadros que caminan y comparten el mismo destino que tú.
    Moví un poco la cabeza hacia atrás, admiré el cielo, una estrella fugaz estaba cruzando por el campo.
    —¿Seré tonta? —soltó risillas melancólicas lo que hizo que volviera a verle—, hablándole a un gato cómo si me entendiera.
    La luna la iluminó y yo solté un maullido lastimero, cerré los ojos, creo que no más de cinco minutos y al abrirlos no la encontré. En el césped estaba su gorra pero no había rastro de ella, admiré el lienzo, un grupo de infantes corrían por el mismo campo en el que me encontraba con un cielo azulino y una luna que era la mitad también de un sol, tomé la gorra entre mis colmillos y partí del lugar, talvez ésa muchacha se había ido corriendo.


    Y es por eso que cada noche vuelvo a éste mismo lugar, con la esperanza de encontrarla y devolverle su gorra; las primeras noches su lienzo seguía ahí, algo maltratado pero igual de hermoso y una noche de luna llena desapareció al igual que si pintora. Maullé…

    Me paré y corrí de nuevo através del bosque en dirección a mi hogar, no sé porque cada vez que me voy siento cómo si alguien desde algún lugar me observara con la misma intensidad que aquella chiquilla. Pff, talvez sólo sea mi imaginación. Pero: ¿acaso será posible que ésa estrella fugaz cumplió su deseo de aparecer en un mundo creado por ella misma?, ¿qué había ocurrido con la pintura?, ¿regresó por ella?

    Quizás lo pueda descubrir en otra noche de abril cómo aquella…







    _________-

    Well, fue escrito para un concurso que terminó por cancelarse x'D pero recordé que no lo había subido así que... aquí está C:
    Y lo sé, es raro pero me gustó y en realidad casi nada se me ocurría con lo que me tocó :LOL:
     
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    cuki

    cuki Entusiasta

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    Escritor
    Buenas. Lo primero de todo, me ha gustado la idea de tu historia pero sobre todo el final.
    En segundo lugar has tenido algunos fallos, por ejemplo, cuando el gato intenta mirarla por primera vez, dices que el sol le molestaba en los ojos, pero al momento dices que comienza a anochecer, además de que al principio del relato, cuando has acabado de describirla, dices `` así eran casi todas las mañanas ´´ (por cierto ese ``eran´´ es ``era´´ en singular, ya que solo estás hablando de una persona) dando a entender que es por la mañana, por eso he de decirte que en este punto te has contradicho de mala manera ( o el tiempo ha pasado muy rápido)
    Vigila a la hora de utilizar los tiempos verbales.
    En la frase `` ¿Qué le sucedería a aquella mujer? ´´ fíjate que en está frase y la siguiente no has utilizado en mismo tiempo verbal. Para que las frases estuviesen correctas tendrías que haber puesto. `` ¿Qué le sucedía a aquella mujer?´´
    Bueno, creo que no me dejo nada.
    Una lástima que en concurso se suspendiese.
    Nos vemos.
     
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