One-shot de Pokémon - Aprenderás a comportarte

Hace mucho tiempo que quería publicar una historia acerca de éste personaje tan llamativo, Paul. Escribí miles de borradores, hasta que por fin me llegó la inspiración: Soñé con una pequeña escena, (la escribí en mi blog) y de allí creé la trama.

Es solo un capítulo, espero sea de su agrado :)

Contenido oculto

gracias a Fey/Satis que me ayudó a mejorar mi escritura

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La noche cayó sobre mi mientras caminaba por un sendero del bosque. Habían tantos árboles, que las ramas superiores se mezclaban entre sí y las hojas hacían un techo sobre mi cabeza; solo pude notar que anocheció cuando al soplar el viento y mover a su paso las hojas de los árboles, los rayos del sol no entraron por las hendiduras entre las ramas.

La tarde pasó tranquila para mí; había dedicado mi tiempo a buscar en un mapa de Sinnoh que llevaba conmigo, un atajo que me llevara a las cavernas, para seguir mi búsqueda de un nuevo Pokémon de las profundidades. Mi falta de ubicación no me ayudaba ya que poco sabía de caminos, así que improvisando sobre lo que decía el mapa, fui a parar en aquel oscuro luga, de dónde no saldría fácilmente. No esa noche.

Me hice la idea de que me perdería -más de lo que estaba- si seguia caminando, así que saqué la linterna de mi bolso y comencé a buscar un lugar seguro para acampar. A los pocos minutos encontré un pequeño espacio entre unos árbustos y colcoqué allí mi saco de dormir.

-Al menos se ve seguro -me tranquilicé con voz temblorosa pero decidida. Ése lugar no se me apetecía en lo más mínimo, pero prefería eso a vagar por un bosque desconocido a oscuras.

Los ruidos de mi alrededor me ponían nerviosa, el cantar de los Pokémon y el sonido del viento me daban una sensación de desamparo y no podría dormir así, por lo que metí la mano en mi bolso, buscando una de mis pokébolas, hasta que encontré la que buscaba.

-Sal ya, Buster -susurré mientras mi Growlithe hacía su aparicion frente a mi, para luego saltar a mis brazos y lamerme la cara como siempre hacía cuando jugábamos. -Ya, ya -lo calmaba intentando quitarlo de encima- También me alegro de verte -le dije acariciándole el lomo- Haremos una fogata.

Mi peludo amigo partió a buscar ramas caídas mientras yo hacía lo mismo, ayudándome con la linterna. A los pocos minutos ya tenía apiladas las ramas listas para ser usadas. Ordené a mi Pokémon usar lanzallamas y ya tenía una fogata que me proporcionaría calor y un poco de luz.

El ambiente estaba frío, pero dentro de mi saco podía olvidarme un poco de eso. Me acurruqué de la manera más cómoda posible, intentando relajarme para poder dormir, el pelaje de Growlithe entibiaba mis brazos que lo abrazaban. Así me dormí.

No sé cuanto tiempo habrá pasado antes que un estruendo me despertara -creí que llovería- y Growlithe se irguiera de un salto.

-¿Qué fue eso? -pregunté mientras mi Pokémon olfateaba el aire. Supe que algo no andaba bien así que me levanté y me dirigí hacia el posible alboroto.

Usar la linterna era lógico, pero no me arriesgaría a dejarme ver, así que troté entre los arbustos a trompincones -debo admitir que mi falta de vista perjudicaba mi equilibrio-, mientras Baster me guiaba por las sombras.

No fui conciente de mi paradero hasta que mi falda se enganchó en una rama y, me volteé para liberarme, mientras la luz de la luna iluminaba por completo el paraje que tenía árboles alrededor, formando un circulo amplio. Miré a Buster que estaba delante mío gruñiendole a unos arbustos.

Pensé en mil cosas malas que podrían pasarme en aquel lugar y las probabilideades de ser atacada por un Pokémon salvaje eran muy altas; pero ya estaba allí -perdida-, no me quedó otra opción que descubrir a quien gruñía mi amigo.

Me acerqué al arbusto y me agaché hasta quedar del tamaño adecuado y alli pude ver unas chispas.
-Golpe Trueno -la voz que oí la podría reconocer en cualquier lugar.
-¿Paul? ¿Qué hace aquí? -susurré, sorprendida al ver su silueta pocos metros adelante, en esa posición que adoptaba, con las manos en los bolsillos, que le daba un aire de pocos amigos.

Pude distinguir a Electabbuzz -inconfundible para mis ojos- que preparaba el su brazo izquierdo el poder necesario para ejecutar el ataque; unas chispas rodearon su antebrazo, en ese momento lanzó un golpe feroz en dirección a unas rocas -pude deducir que me encontraba cerca de las montañas-, que se desplomaron como si fueran de un material liviano.

-Otra vez- ordenó Paul con tono apagado. No sé porqué tuve la impresión que no le prestó atención.

El Pokémon repitió el esquema anterior, esta vez unas rocas rodaron de lo alto gracias al impacto, que lo aplastaron antes que pudiera reaccionar.

-¡Ah! -se me escapó un grito que silencie cubriendome la boca con ambas manos.
-Qué patético, así no me sirves de mucho -le dijo a su Pokémon, que lo miró mientras se levantaba del suelo.

Electabbuzz comenzó a golpear la pared de rocas repetidamente; tanto alboroto causó que varias rocas cayeran desde la altura, las cuales interceptó con Golpe Trueno. Los Electabbuzz no me gustaban, pero tve que admitir que ése era un Pokémon valioso. Su ataque no era muy rápido pero las rocas que logró destruir fueron pulverizadas al instante, demostrando que su fuerza era más impresionante que su velocidad.

-No mejoraste nada. Eres un inútil -No podía estar hablando en serio.

Su Electabbuzz fué aplastado por una de las rocas, y lo dejó tumbado en el suelo, por lo que hacía intentos de incorporarse, mientras que Paul estaba allí parado. Éso no lo pude tolerar.

-¿¡Qué estás haciendo!?-le grité mientras me levantaba de un salto y avanzaba hacia él.
-¿Uhmm?
Apuré mi paso para quedar frente a él.
-¡Lo explotas! Mira las heridas que tiene -le señale a su Pokémon que acababa de incorporarse a duras penas.
-No te entrometas. Mejor vete a jugar con tus patéticos Pokémon.
-¿Qué? Mis Pokémon vencieron a los tuyos, por si te falla la memoria -le recordé para intimidarlo, pero no parecía dar resultado.
-Espero que lo hayas disfrutado porque no lo vovlerás a vivir -me dijo con tono burlón.
-Eso lo dices porque te da vergüenza haber perdido contra mi-
-Ja, tú no me ganarás otra vez. No sabes usar la cabeza, pero ¿qué importa? Eres tonta y no llegárás ni a los talones de tu padre.

Mi corazón latía tan fuerte, mientras él se burlaba de mi parado en frente, no lo pude soportar y lo abofeteé. No tenía derecho a tratarme así, por la expresión de su rostro, pude ver que no se esperaba mi reacción.

-Que decepción, creí que eras un entrenador admirable, pero me equivoqué... ¡idiota! -le grité mientras le daba la espalda. La furia me habcía temblar y a casua de esto, mis ojos se llenaron de lágrimas. Comencé a avanzar a pasa rápido pero sus palabras me detuvieron.
-Tienes razón -susurró, probablemente sin mirarme.

Me volteé para verle la cara, pero él comenzó a caminar en dirección a su Pokémon, sacó una pokéballde su cinturón, estiró la mano para guardar a Electabbuzz y luego desapareció entre los árboles.

En ese momento deseé saber que pensaban, mientras me quedé allí inmóvil y Growlithe a mi lado no paraba de gruñirle.

-Vamonos Buster -ordené a mi amigo, mientras caminaba en dirección contraria a la del entrenador- Paul, ya no veremos -prometí mientras secaba las lágrimas que rodaban por mis mejillas.

Mi viaje continuaría; aunque esa noche no pude dormir ya que no me quitaba de la cabeza mis posibles batallas contra Paul. No acabaría así. Lo volvería a ver y lo vencería, y le enseñaría a tratar mejor a sus Pokémon. Era una de mis motivaciones más fuertes, mientras me encontraba en Sinoh.

Navaja.