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Nombre: Duncan Einar

Apodo: El Desertor, cuando estaba en el ejército se lo conocía como "Undertaker".

Género: Masculino

Edad: 23

Profesión: Desertor del ejército (Trotamundos)

Apariencia: Debajo de la máscara de gas que siempre suele llevar en el rostro, Duncan posee dos ojos azules, de un color tan intenso que recuerdan a las profundidades del océano. Su cabello es del color de la noche, oscuro; tanto, que cuando la luz refleja en su cabeza, parece tener destellos color berenjena. Es bastante alto, midiendo 1.85 m, de tez pálida y cuerpo atlético, debido a la constante actividad física que recibió por haberse alistado al ejército. Su rostro parece siempre extenuado, como si en todo momento estuviera cargando un peso invisible que no se pudiera quitar, y una profunda cicatriz recorre su cara, desde el pómulo izquierdo hasta el mentón, atravesándole la boca. Su nariz está un poco corrida, debido a una acalorada discusión con uno de sus compañeros, y tiene el cuerpo lleno de cortes y cicatrices, debido a su trabajo y estilo de vida.

Duncan siempre lleva su máscara de gas encima, como un medio de protección, tanto ante los elementos como ante ciertas personas que quisiera evitar. Por encima de su equipo, también siempre viste un sobretodo pesado de cuero, con capucha. Debajo, el joven se conforma con ropa que esté dentro de todo en buen estado y brinde cierta protección. No es muy selectivo con su vestuario, excepto con sus botas. Estas tienen que ser de buena calidad, y usa usualmente botas militares, debido a que pasa gran parte de su tiempo deambulando por el destruido mundo.

Foto:

Contenido oculto: Apariencia

Sé que no son muy parecidos, pero el uniforme de la NCR era demasiado sexy para dejarlo pasar jajaja. Imagínense un mashup de ambas imágenes.
Cuando encuentre una imagen para el rostro sin la máscara, la pondré. Todavía no encontré ninguna jeje.

Personalidad: A pesar del aspecto tenebroso que el joven pueda tener en su atuendo, el joven no es ningún monstruo de los yermos. Si bien su personalidad suele ser seria y sarcástica, y que muchos podrían detectarla como fría y cortante, Duncan tiene un lado bondadoso y servil. Es de carácter bastante práctico, prefiriendo actuar antes que planear, y comúnmente solucionando sus problemas de forma rápida y sencilla (o al menos, lo intenta). Posee una paciencia infinita, y es capaz de mantener la calma en los momentos que otros sufren una gran histeria. Es decidido y testarudo, y cuando suele tener una meta enfrente, es muy difícil sacársela de la cabeza o intentar frenarlo.

A pesar de que no duda en ayudar a otros más débiles que él, Duncan odia la debilidad. ¿Acaso esto no suena como una contradicción? El muchacho no lo ve de ese modo. No tiene problemas en ayudar a gente que lo necesite, pero siempre se asegura que esa gente ya lo intentó todo en su haber antes de acudir a él. Odia a los vagos y a los que no quieren superarse, por lo tanto, si alguien no intentó todavía su máximo, no moverá ni un dedo para socorrerlo. Primero deben ayudarse ellos antes de que yo los ayude.

Al ser medio distante, no le es tan sencillo formar relaciones, siéndole imposible formar relaciones pasajeras. Sin embargo, si alguien es lo suficientemente insistente, puede lograr un vínculo duradero con él, y Duncan se encargará de proteger a ese alguien con su vida. No es muy conversador, y prefiere escuchar a hablar, porque si hay algo que al joven le encanta, es escuchar historias de vida de otras personas. Le fascina.

Duncan no sufre ningún remordimiento en matar, si es que el adversario atacó primero. No suele ser su primera opción, pero no la descarta en ningún momento. Sabe que está en un apocalipsis. Los buenos modales y la moral suelen quedar bastante de lado en estos tiempos. No dudará en matar, sin embargo, a los que amenacen a aquellos que considera seres queridos (que en este momento, el contador llega a 0).

Duncan disfruta mucho del silencio y de la calma, por eso suele dormir fuera de zonas pobladas, y solos se dirige a ellas para buscar suministros y trabajo. Le encanta observar la noche, tirado entre las ruinas. Y aunque no suele admitirlo, le encantan los videojuegos y el metal, recuerdos de su vida pre catástrofe. Siempre que encuentra algo relacionado a ellos, suele atesorarlo.

Historia: La infección irrumpió en el mundo cuando Duncan tenía tan solo 15 años. Las noticias le llegaron cuando estaba tranquilo en su habitación, jugando en su PC, con unos amigos. Las alarmas empezaron a sonar en todo el mundo, y el pánico cubrió la faz de la tierra. Se hablaba de un epicentro en Madrid, España, en donde al parecer la invasión había golpeado de una manera especialmente fuerte. Un miedo primario atenazó al joven. Su hermana mayor había ido a España para realizar un post-grado, y en ese momento, se encontraba en Madrid. En ese momento, escuchó por su auricular, que seguía conectado al PC, a uno de sus amigos, haciendo una pequeña broma, para intentar destender la situación: "Al parecer, todas las horas que invertimos jugando ahora nos servirán".

Ese comentario encendió un foco en la cabeza del joven. Sin decir palabra, salió corriendo de su hogar, y se dirigió hacia el aeropuerto. Cómo había predicho, todos los vuelos estaban cancelados. Tan solo el ejército podía moverse. Se ofreció como voluntario, y al ser rechazado sucesivas veces (nadie quería hacerse cargo de un joven de 15 años), se coló entre una guarnición que por esos momentos se dirigía hacia su destino. Al ser descubierto, fue golpeado brutalmente e interrogado, e incluso estuvo a punto de ser fusilado; pero el capitán de esa guarnición vio la determinación en los ojos de Duncan, y decidió incorporarlo como cadete. Al llegar a España, el joven dedicó todos sus esfuerzos en encontrar a su hermana, alistándose en todas las misiones de exploración y reconocimiento que podía.

Pasaron seis meses hasta que pudo encontrarla. Duncan no podía salir de su shock. Allí al frente, estaba su hermana, devorando a otra persona, o lo que quedaba de ella. Esta se dio vuelta, al escuchar al muchacho, y corrió hacia él, con ojos llenos de hambre y sin vida. Duncan solo atinó a volarle los sesos de un disparo. El joven quedó inmóvil durante unos segundos, temblando apenas. Le había volado la cabeza a su propia hermana. Aquella por la cual se había escapado de casa y unido al ejército. En ese preciso instante, un poco de la luz de los ojos del muchacho se apagó. Algo se había roto dentro suyo.

Los años transcurrieron. Ochos, para ser más exactos. En ese tiempo, Duncan se había convertido en una máquina de matar, quitándole la vida tanto a zombies como a infectados, de forma totalmente brutal, insaciable y, en palabras de sus superiores, "eficaz y eficiente". Se ganó el apodo de "Undertaker" o funebrero, por su implacable sed de matanza en contra de sus enemigos. Ya no era un humano, era un ente, un robot cuyo único objetivo era hacer desaparecer a los enemigos que le pusieran al frente. Sin embargo, algo ocurrió, que hizo sacudir su mente y su alma. Se encontraba junto con el resto de sus compañeros, exterminando un brote que había surgido dentro de un hospital para niños, cuando apareció frente suyo una sombra. Sin dudarlo, el joven descerrajó tres tiros a la criatura. Cuando escuchó el grito de dolor de su víctima, algo se despertó dentro suyo, algo que había pasado mucho tiempo dormido. Se acercó, curioso, y su corazón dio un vuelco. Aquella criatura era una niña. Pero eso no le importaba, había matado a muchas niñas ya. El problema, era que aquella niña parecía la versión infantil de la mujer por la cual se había ido de su casa. Esa niña parecía su hermana.

De pronto, como si hubiera tomado consciencia de lo que ocurría alrededor. Sus oídos se llenaron de gritos de terror, de criaturas inocentes, que estaban siendo exterminadas tan solo como una medida de precaución. Sus fosas nasales sufrieron ante el olor de la sangre y la carne quemada, y sus ojos contemplaron el horror como si lo estuviera viendo por primera vez. Asqueado por lo que veía, e inundado por una furia animal, empezó una masacre dentro del hospital, matando a todo lo que encontraba por delante, tanto niños, enfermeros, zombies como soldados. Después de aquella matanza, se escapó del lugar y desertó del ejército. Ahora, anda deambulando por el mundo, intentado calmar su consciencia.

 

¡Hola Reual Nathan Onyrian ! Perdón por tardar tanto en responder. El rol está algo parado, en cuanto acabe la misión en Madrid podrás empezar tu historia. Mientras tanto puedes ir leyendo las reglas y almanaques colocados en "¡Más partidas en curso!". Cualquier duda que tengas te las iré resolviendo por mp. ¡Saludos! ^-^