Shibuya Apartamento Miller [Casa]

Contenido oculto: glass animals le musicaliza la vida a esta criatura? absolutely, yes

it is the shape of HER SOUL

La música que había elegido no era ninguna locura, tenía varias playlists armadas y sólo había pillado una de mis favoritas que, en mi opinión, era chill enough para no absorber demasiada atención y aún así groovy enough para mantener el mood fresco, animado y... smooth? Dunno, something like that. No le daba tanta neurona, la verdad; si me gustaba, me gustaba y ya.

Me volví hacia Riri y la vi bastante distraída, girando sobre sí misma y todo el rollo. No iba a mentir, me resultó imposible no aprovechar el bug para recorrerla brevemente con la mirada antes de regresar junto a ella. No que fuera tan salida, no andaba por la vida obsesionada con tirarme gente, pero era muy débil a los estímulos y siempre disfrutaba de unas buenas vistas.

Y esas no se le niegan a nadie, right~?

Tampoco le había acariciado el cabello con ninguna intención secreta super premeditada, pero cacé al vuelo el tinte de su sonrisa y, la verdad, bajo las luces de colores lucía even better. La vi ladear el rostro, lo suficiente para alcanzar mi mano, y me pregunté si el jugo ya le habría hecho efecto. A ver, no lo pensé tan en serio, pero tampoco fue tan mentira. Siempre existía la posibilidad de que fuera un poquito débil con el alcohol, ¿cierto? Y llevábamos mucho sin vernos, ¡esas cosas yo no las sabía!

Lo que me quedaba claro era que no habíamos crecido por caminos muy diferentes.

Su mano recorrió mi rostro, alcanzó apenas el borde de mis labios y un breve chispazo de expectación (frustrado, claro) me recorrió la espalda. Recuperé la sonrisa, le di otro trago a mi vaso, que me lo había traído conmigo, y lo acerqué a sus labios por si le apetecía beber. Comencé a mecerme suavemente al ritmo de la canción y busqué su muñeca con movimientos pausados. La conduje hacia los sillones que había dispuestos junto a la ventana y saqué otro vodka, este saborizado de melón, para dejarlo sobre la mesa. ¿Tenía alcohol repartido por toda la casa? Pues sí.

—Se me ocurren un par de cosas, la verdad —dije, acomodándome en uno de los sillones; lo hice de costado, con las piernas colgando a un lado—. La savage option es una mierda de prendas.

Una sonrisa bastante jodida se extendió por mi rostro y me distraje en el movimiento de mi pierna, la cual se estiró hacia arriba y luego volvió a bajar. De por sí era una alternativa spicy, y eso que no había especificado los... requerimientos implicados~

—La otra, pues podemos seguir bebiendo para ir a la disco ya viendo doble. —Suspiré, bien fresca pese a todo lo que había dicho, y me mordisqueé una uña sin aplicar presión real al mirarla—. ¿Qué dices, linda~? Tienes derecho de invitada para elegir.

 

Si supiese que Abby estaba sopesando la posibilidad de que yo fuese débil al alcohol seguramente me sentiría muy ofendida, incluso si, en el fondo, sabía perfectamente que quizás tenía algo de razón. Ella no podía saberlo, claro, pero Hitoshi tendía a evitar que bebiese mucho cuando salíamos juntos porque, según él, todo me sentaba bastante mal. Por supuesto, yo me oponía como nadie a sus intentos... ¿cómo iba a tener aguante con el alcohol si no me dejaba beber? ¡Era contraproducente!

Pero esa noche no había nadie que me controlase, así que planeaba pasármelo realmente bien~

Me quedé observando sus movimientos con la mirada entornada, tampoco era como si tuviese nada mejor en lo que fijarme, y recibí su copa con la sonrisa sedosa aun revoloteando en mis labios. Claro que le di un trago a la bebida, qué menos cuando me la estaba ofreciendo de aquella manera, y después me dejé llevar por ella sin oponer ninguna resistencia. Solté una risa liviana al dejarme caer en el sillón, una risa que se alargó en cuanto vi que sacaba una nueva botella de vodka de algún lado para dejarlo sobre la mesa.

Apoyé el codo sobre el brazo del asiento y dejé caer la mejilla sobre mi palma después, enredando un par de mechones entre mis dedos en consecuencia por el movimiento. Hice un ligero movimiento de cabeza cuando terminó de hablar, a modo de agradecimiento por tal honor, y luego deslicé la vista hacia las ventanas mientras sopesaba las opciones. En realidad me estaba haciendo de rogar, una vez más, porque había que conocerme solo un poquito para saber que ya sabía lo que quería responder.

—Qué ofensa, cielo, ¿me crees tan aburrida~? —murmuré, al final, volviendo la vista hacia ella, y la repasé con la mirada un par de segundos largos antes de volver a sus ojos—. Claro que elijo lo de las prendas. Aunque, a ver, sorpréndeme desarrollando la idea~

Porque había más pasando por esa cabecita suya, ¿verdad~?

 

Riri se acopló a mis mierdas, aguardé en silencio a que eligiera su opción predilecta y, venga, de repente sentía que me estaba malcriando eligiendo la opción divertida. Bueno, yo podría ser una loca de mierda pero en cuanto a entretenimiento ella no se quedaba atrás, ¿verdad? Se lo había olido desde que nos reencontramos. Mantuve la sonrisa pegada a mi rostro y me incorporé con movimientos livianos, suspirando. Eché un vistazo a las ventanas, brazos en jarra. A ver, las cortinas estaban corridas pero eso tampoco me importaba.

Siendo honestos, ¿qué lo hacía?

—Bueno, seguir las reglas es aburrido, ¿no? Y de cualquier forma tenemos que vestirnos, no desvestirnos. —Con eso dicho, busqué los bordes de mi camiseta y jalé hacia arriba, el cabello cayó con cierto peso y me quedé en sujetador, lanzando la prenda a la cama—. Podemos jugar, pero no quitándonos la ropa, sino vistiendo a la otra con el outfit para la disco~

Y los pantalones de aguacates siguieron el mismo camino. Volví a echarme en el sofá, de costado, en ropa interior, con toda la liviandad del mundo. La miré.

—Te toca~ Y mientras tanto podemos decidir: ¿qué coño jugamos?

 

Por supuesto que a la loca de Abby no le molestó que fuese a por la opción más entretenida —a pesar de que le iba a dar algo de trabajo extra a nuestras neuronas—, si no más bien todo lo contrario: era obvio que estaba encantada con que le siguiese tanto el rollo. Lo bueno de todo era que lo hacía porque me apetecía, porque ya había quedado más que claro que no habíamos crecido por caminos nada diferentes, y disfrutaba tanto como ella con aquellas estupideces.

Así y todo, no pude negar que verla quitándose la ropa tan ancha delante de mis ojos me pilló completamente desprevenida, echándome una repentina oleada de pudor encima que no pude disimular y que me lanzó algo de sangre a las mejillas. Aparté la mirada, lo más discretamente que me fue posible, y tragué saliva mientras intentaba controlarme las hormonas, que habían decidido ponerse bastante rebeldes de repente.

Cogí una bocanada de aire, siendo perfectamente consciente de que no me iba a poder librar de seguir sus pasos, y me puse en pie de un saltito. Tuve que hacer una pausa de necesidad para darle un buen trago a mi bebida, me armé de valor y me deshice de las prendas que llevaba encima, lanzándolas también a la cama de la chica. Lo hice bastante más apresurada que ella, y sin exponerme tanto delante de los ventanales, pero lo hice al fin y al cabo.

No pasó nada malo, claro, y solté de nuevo el aire en un suspiro algo más contenido antes de acercarme de nuevo a los sillones y coger la botella de vodka que ella había sacado antes, recuperando la sonrisilla divertida a la vez que desenroscaba el tapón.

—Fácil~ Jugamos al yo nunca, solo que cuando sí lo has hecho bebes y cuando no, prenda. ¿Te parece~? —propuse, aunque no esperé a que respondiese propiamente antes de asumir que sí que haríamos eso—. ¡Empiezo yo! Yo nunca... me he acostado con más de una persona a la vez —solté finalmente, extendiendo la botella hacia ella con la cabeza ligeramente ladeada.

 

Vaya, vaya, al parecer había rozado uno de los límites de our lil' Riri, right? Había que verla nada más, completamente avergonzada por mi pequeño e inocente strip tease, ¡como si nunca hubiera visto a una chica en ropa interior! Unless... she hadn't? A ver, y yo que seguía siendo virgen y casta no se lo creía ni con un kilo de hierba encima, así que ¿opciones restantes? No muchas, no, no, y si reducíamos... uhm... Oh. Espera, ¿acaso...?

¿No sería la primera chica con la que Riri hacía cosas... así~?

La idea me arrojó una satisfacción absurda encima, incluso me calentó los motores y me dio aún más ganas de mess with her a little bit. ¿Malvado? No, qué va, ¡sólo quería ayudarla a conocer el mundo! Y qué mejor que hacerlo de mi mano, ¿no? The absolutely reliable Abby-chan!

Permanecí en el sofá a mis anchas y me comí sin ninguna clase de pudor el mini espectáculo que Riri me concedió, aún mordisqueando mi uña. La pobre chica no estaba tan cómoda como yo con la idea, me daba cuenta, pero al mismo tiempo ella solita se había subido al bote; además, siendo honestos, me daba a mí que sólo necesitaba un poco de alcohol extra para olvidarse de esos límites tontos. ¡Y qué mejor para emborracharse que la super reserva distribuida de las Miller!

No emití comentario y la dejé hablar a ella, siguiendo sus movimientos con la misma sonrisa satisfecha de antes. ¿Estaba en mi putísima salsa y no reparaba en demostrarlo? Por supuesto. Sus reglas me resultaron más que apropiadas, asentí suavemente y no me dio tiempo a nada para soltar la primera consigna. La sonrisa me cruzó el rostro entero, solté una carcajada floja y dejé caer la cabeza sobre el brazo del sofá, clavando la vista en el techo. El cabello alcanzó a deslizarse y caer hacia el suelo.

—A ver, ¿quieres emborracharme o ponerme mano encima? —solté, aún divertida, y de un movimiento bastante repentino me erguí lo suficiente para cazar la botella que me extendía—. Porque arrancar por todo lo alto, I mean c'mon.

Meneé la cabeza un par de veces y me empiné el vodka, dándole un buen trago. El alcohol me quemó en la garganta, siguió bajando y regresé la botella a la mesa intermedia.

—Let's see... —murmuré, jugueteando con un mechón de mi cabello, hasta que alcé las cejas y la miré. Este juego llevaba mucho tiempo siéndome bastante complicado—. Yo nunca... follé en la cama de mi madre. O padre. O madre y padre, madre y madre, padre y padre, ¡da igual!

 

Si Abby me hubiese preguntado al respecto, suponía que no hubiese tenido más remedio que ser sincera y admitir que, efectivamente y tal y como sospechaba, no tenía ninguna clase de experiencia con chicas en este tipo de cosas; era demasiado obvio para cualquiera que me viese y no tenía ningún sentido negarlo. No era que tuviese algún problema con probar —el beso que le di a aquella chica en la mascarada me gustó bastante, de hecho—, simplemente no había tenido muchas oportunidades de hacerlo.

Aun si seguramente se percató de ello, la muchacha no comentó nada, y en realidad agradecía que no me pusiese aun más en evidencia de lo que ya me sentía. No era ninguna santa, eso era completamente cierto, ¡pero tampoco era tan desvergonzada! Y quizás tuviese que ver con el hecho de que Abby era, de alguna manera, una vieja conocida, pero parecía que muchas de mis inseguridades estaban saliendo a flote más que nunca en su presencia.

Nada que un poco más de alcohol no arreglase, esperaba~

Se ve que mi primera pregunta le hizo bastante gracia, algo de lo que ni siquiera podía culparla realmente, y seguí el movimiento de su cabeza con una sonrisa divertida revoloteándome en los labios. Le dio un trago a la botella tras erguirse, haciéndome soltar una carcajada suave, y me encogí de hombros mientras me acomodaba en el sillón para mirarla mejor.

—Eh~ Es que, bueno, no pensé que esto fuese arrancar por lo alto teniendo en cuenta que hablamos de ti~ —me quejé, con un ligero brillo malicioso en la mirada que desapareció tan pronto como la botella se interpuso de nuevo entre nosotras.

Solté una risilla nasal en cuanto escuché su propuesta y estiré el brazo, cogiendo la botella para darle un buen trago. Hitoshi a veces tenía ideas muy raras para asegurarse de que no me aburría con él en la cama... ¿o quizás había sido idea mía, que era la más salida de los dos? Qué cosa, no lograba recordarlo bien~

>>Tú tampoco te quedas atrás, Milly~ —me quejé con cierto tono infantil, y jugueteé con el líquido de la botella al mover la misma en círculos mientras pensaba mi siguiente afirmación—. Yo nunca... me he arrepentido de un polvo a la mañana siguiente.

 

Su comentario me hizo verla con una ceja enarcada, no porque la tontería fuera a ofenderme sino porque me iba dando cuenta que el alcohol, little by little, mellaba en su... bueno, en ella. Mi sonrisa se torció en lo que regresaba al espaldar de mi sofá con movimientos lentos, sin quitarle la mirada de encima. A ver, ¿asumiendo cosas de mí tan rápido? ¿Un trío no era empezar por todo lo alto? Me ofendía y halagaba a partes iguales, seriously.

Ah, baby, what kind of girl do you think I am?

Fingí una buena cuota de indignación cuando tuvo que pillar la botella y darle un trago. Abrí bien grande la boca, de hecho, y le lancé un... un calcetín que tenía a mano.

—You filthy, little shit! —la regañé, aunque luego me resultó inevitable reírme y me tapé la cara con ambas manos, agitando las piernas de la impresión—. Ah, fuck, so gross!

Ni siquiera quería imaginarme profanando la cama de mamá, que para mí era sagrada y me encerraba en un convento antes de usarla para... para... ugh, c'mon!

Me destapé la cara de golpe, sacudiendo el cuerpo para quitarme la sensación de encima, y en la movida me incorporé. Fue todo bastante rápido, suspiré y relajé la postura, deslizando la mirada hacia abajo. Apenas di con los ojos rosados de Riri, una sonrisa curvó mis labios y me giré despacio para dirigirme a la cama. Que nunca me había arrepentido de un polvo, decía, a la mañana siguiente.

No contaba si no los recordaba, ¿verdad~?

—Well, baby, I think we got a situation here —exclamé con marcada indiferencia, pillando una de mis prendas en el aire para volver a dejarla caer. Me quité el cabello de encima con un movimiento seco y me senté al borde de la cama, cruzando las piernas—. ¿Y ahora qué hacemos~?

Se suponía que me vistiera, pero mi outfit era, básicamente, ropa interior fancy. Mantuve mi atención sobre ella, dispuesta a absorber hasta el más mínimo cambio en su semblante; y sin ocultar, por supuesto, la diversión casi malvada que sentía. Era casi... Ah, shoot, sólo de pensarlo me corría una electricidad extraña por el cuerpo.

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está tan loca, your honor

tuve que irme a buscar la imagen a la página anterior, así que ya que estoy dejo acá la fotito de su outfit

 

Imaginaba que a Abby le sorprendería el hecho de que acabase dándole un trago a la botella ante su pregunta, pero tenía que admitir que no había esperado que fuese para tanto. Solté una risa fresca cuando recibí el calcetín que había usado como munición, jugueteando con él entre mis manos mientras me comía su reacción como si fuese un espectáculo de comedia, y volví a reírme al tirarle la prenda de vuelta.

—Uy, perdona, señorita "preguntar por un trío es empezar por todo lo alto", no sabía que estaba tratando con una puritana —me burlé, hundiéndome un poco más en el sillón con la sonrisa traviesa persistiendo en mis labios.

La verdad es que nunca me había planteado lo extraño que podía ser aquella estupidez para alguien más, pero es que para ser completamente honesta, el asunto ni siquiera había tenido todo el morbo que hubiese podido esperar. Mis padres apenas pasaban tiempo en casa por separado, aun más raro era que coincidiesen ambos y pasasen la noche juntos, así que en realidad lo único que habíamos conseguido era cambiar un poco la decoración; ni siquiera tenían una cama más grande que la mía.

Abby se levantó del sillón tras haber escuchado mi frase, consiguiendo que hiciese su camino hacia la cama con la mirada, y ladeé ligeramente la cabeza ante su duda. El tinte de su sonrisa fue demasiado revelador, y puede que aun no tuviese el alcohol necesario en el cuerpo como para perder completamente la vergüenza, pero sí que tenía un orgullo que pretendía defender, especialmente cuando podía olerme que la chica parecía estar retándome de alguna manera.

Suavicé la sonrisa, pues, y me levanté del sillón para seguirla hasta el borde de la cama. Me incliné sobre la misma, repasando el panorama con la mirada, y cogí... ¿el top? de su conjunto, dejándome caer sobre el colchón con suavidad. Más bien parecía un sujetador, era plenamente consciente de ello, pero a aquellas alturas no pensaba echarme para atrás con lo que habíamos decidido.

>>¿Cómo que qué hacemos? Pues te toca prenda. ¿O acaso ya te has arrepentido de tu idea~?

Estábamos en confianza, además, ¿o no~?

 

Su comentario me arrancó otra buena serie de risas y, apenas me regresó el calcetín, pues se lo tiré otra vez. Coincidió con mi respuesta, así que eso genuinamente se había convertido en un ping-pong de acusaciones.

—¡Más te vale echarle agua bendita a la cama de tus papis cuando vuelvas, súcubo oscuro! Te la consigo yo, si hace falta, ¡pero lo haces!

Y la estupidez no hizo más que activarme las neuronas, porque agua bendita... bueno, eso también podía robarse, ¿verdad? Y a los imbéciles de mis amigos seguro les gustaba la idea. ¿Riri tendría los cojones para sumarse a la operación? No estaba segura, pero quizá me sorprendía~

Apenas me giré para mirarla desde la cama noté que tenía su atención puesta en mí, of course, y esta vez fui yo la que siguió sus movimientos en silencio. Me quedé quieta y en lo que ella elegía una prenda de las que había desparramadas en la cama me sonreí, viendo hacia adelante. Luego se sentó a mi lado, señal que aproveché para deslizar la mirada de regreso a su rostro, y sus palabras me estiraron la sonrisa en los labios.

Look at her, so bold.

—Of course not —susurré, divertida, y me puse de pie para ubicarme frente a ella, entre sus piernas. Me corrí el cabello sobre un hombro y estiré los brazos hacia ambos lados, repasando su silueta con la vista antes de volver a sus ojos—. Alright, proceed~

 

Abby me devolvió el calcetín entre risas, añadiendo un nuevo comentario que logró su cometido de hacerme reír de nuevo; tanto que hasta decidí que lo mejor sería dejar morir el asunto ahí. ¿Conseguir agua bendita para echársela a la cama de mis padres? La veía más que capaz de hacerlo, a decir verdad, y no estaba completamente convencida de que fuese una buena idea animarla a seguir ese plan.

Sea como fuere, la conversación acabó desembocando en el asunto de la prenda y, a mí parecer, aquello era bastante más interesante que seguir dándole bombo a una de mis aventuras sexuales. Seguíamos solas, así que no fue muy difícil darme cuenta de que me siguió con la mirada en prácticamente casi todo momento, e inmediatamente después fui yo la que se quedó prendada de sus movimientos.

Solo la estaba provocando por la pura gracia, porque era obvio que no iba a echarse para atrás de su propia idea, pero me sirvió para conseguir mi propósito, así que me di por más que satisfecha. La seguí hasta que se colocó entre mis piernas, sonriendo con liviandad en todo momento, y abrí un poco más el espacio en cuestión para permitir que se acomodase mejor, sin perder de vista el movimiento de su cabello, y su mirada cayendo sobre la mía inmediatamente después.

Debería haberme dado mucha más vergüenza la idea de todo lo que iba a hacer a continuación, y en buena medida el sentimiento seguía ahí, pero el alcohol estaba empezando a nublarme los sentidos, y el ambiente de intimidad que se había creado al estar únicamente nosotras dos en su habitación tampoco estaba ayudando mucho a que discerniese bien entre todo lo que estaba sintiendo en esos momentos.

Dejé la prenda en la cama, a un lado de mi cuerpo, y levanté las manos para apoyarlas con suavidad en su cintura, instándola a que se diese la vuelta en un movimiento igualmente delicado. Podía haber hecho que se agachase, o podía haberme levantado yo, pero al final decidí hacer algo a medio camino y me coloqué de rodillas sobre el colchón de la cama. No separé las manos de su cuerpo en ningún momento, y fue una vez acomodada que deslicé las yemas de los dedos por su piel hasta alcanzar el broche de su sujetador. Se lo quité, manteniendo en todo momento la sedosidad de mis movimientos y arrastrando los dedos por su piel mucho más de lo necesario, y me dediqué después a colocarle el bendito top con el mismo cuidado.

—Te toca preguntar, cielo~ —susurré, echándome hacia delante para decírselo cerca del oído mientras terminaba de anudarle los hilos a la prenda.

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uf this was steamy 7u7

but este spoiler no es para eso (? es para decirte que si hay algo que ves que no es accurate o lo que sea me dices y lo edito, cuz estaba dudando un poco con unas cuantas cosas antes de hacer el post y no sé si lo he hecho bien (?)

 

La tontería podría haber sido relativamente normalita, al menos dentro de mis parámetros, de no ser porque a muchas cosas les encontraba el encanto particular, la razón suficiente para incentivarlas, desarrollarlas o instigarlas, básicamente porque sí. Porque me aburría con extrema facilidad o quizá porque no sabía vivir sin estímulos. Daba igual. En definitiva, la tontería podría haber sido normalita pero llevaba ya algo de alcohol encima, y entre las luces de colores y el small tiny detail de que ambas íbamos simplemente en ropa interior, well.

Mea culpa, right?

Colocarme frente a ella me arrojó un chispazo a la espalda apenas sentí la piel de sus muslos contra los míos; diría que había sido inevitable, pero tampoco me esforcé por aplacarlo. La sensación, aunque atenuada, se mantuvo allí cuando Riri llevó sus manos a mi cintura, cuando me di la vuelta muy obediente, y acabó intensificándose después. ¿Qué podía hacer? I was a sucker for those shits y las cosquillas en la espalda, o cualquier mierda ahí, me presionaba demasiados botones correctos al mismo tiempo.

Me quedé muy quietecita, aunque aproveché que ella no pudiera verme para sonreír amplio y cerrar los ojos, alzando ligeramente el rostro. Sus dedos se encargaron del sujetador y moví ligeramente los brazos para que cayera al suelo por su propio peso. ¿Intenté, al menos por un segundo, taparme de alguna forma? Hell, no. El aire de la habitación me erizó suavemente la piel y solté el aire por la nariz, en una risa floja.

Los movimientos de Riri los seguí valiéndome de mi oído, aunque la música se entremezclara. Bajé la vista en cuanto se inclinó para acomodar el top adelante y así podía anudarlo, un poco la ayudé en la parte de los hombros y fui consciente, imaginé su idea al escuchar el quejido del colchón. Un segundo después tenía su voz sobre mi oreja.

Oh, well.

—¿Hmm? —murmuré, fue casi un ronroneo y dramaticé un suspiro que me desinfló el pecho. A ver, tenía que poner las neuronas a trabajar—. Alright, yo nunca... follé con un compañero de clase.

Increíble pero cierto, la desgracia me perseguía y los tíos interesantes siempre habían estado en otras aulas. Claro, no hablaba de chicas, eso era un tema aparte. De esas había donde mirara~

 

Era posible que Abby y yo nos estuviésemos metiendo en un terreno algo difícil de definir, uno del que probablemente también sería muy complicado salir, pero empezaba a dudar de que a alguna de las dos nos importase demasiado; ni siquiera estaba segura de que alguna vez quisiésemos salir, o si en algún momento siquiera existió la posibilidad de evitar acabar en esta situación. No quería decir que necesariamente acabásemos liadas de alguna manera, claro, pero la tensión era demasiado palpable como para ignorarla.

Yo tampoco estaba pensando con mucha claridad, toqueteándola tanto como lo estaba haciendo para algo que no requería ni la mitad del tiempo que estaba empleando para ello, pero ella tampoco estaba haciendo mucho para evitarlo —no estaba haciendo nada para evitarlo, si quería ser más concreta—, así que tampoco le presté mucho pensamiento al asunto. Me dejé llevar, pues, y aproveché para repasarla con la mirada de manera bastante desvergonzada mientras cumplía con el cometido.

Me sonreí con cierta satisfacción al escuchar el suspiro que dejó salir tras mi recordatorio y me separé de ella no mucho después, terminando de anudarle los hilos del top mientras la chica formulaba su frase. Solté algo de aire por la nariz, dejándome caer de nuevo sobre la cama, y fruncí ligeramente el ceño mientras hacía un mueca pensativa con los labios. Suponía que, dentro de mis ligues, Arata era técnicamente el único que entraría en aquella categoría, y claro...

—Está bien, me has pillado~ —murmuré con cierto aire de derrota, suspirando ligeramente y encogiéndome de hombros—. Han caído de la tuya y de la otra, pero no de la mía... todavía. Así que... —dediqué una mirada rápida a mi alrededor, a las prendas que había aun repartidas por la cama, y levanté la vista para dirigirle una mirada inocentona—. La prenda que tú prefieras~

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dejo yo también su outfit here once again para tenerlo a mano uwu7

 

Me giré lentamente hacia ella cuando me quitó las manos de encima y venció su peso sobre las piernas, regresando al colchón. Lo pensó, se lo pensó con las ganas suficientes para ya darme la respuesta que más me interesaba, y aguardé como buena niña a que acabara y abriera la boca. Me daba un poco igual, mi respuesta ya estaba repiqueteando en mi mente, ansiosa, como había sido toda la vida: un puto culo inquieto.

Si acaso había aprendido a disimularlo, no mucho más.

—¿Eh~? —solté al aire, claramente divertida, y me incliné un poco sobre la cama para elegir una prenda—. Holy shit, sis, ¿debo recordarte que las clases empezaron hace un mes?

Decía la que literalmente había sido expulsada por hacer eso, y con un profesor, de todas las posibilidades, pero hasta que no preguntara no tenía sentido arruinar la sorpresa, ¿verdad? De la forma que fuera era obvio que iba de coña; eso no quitaba, claro, que me interesara seguir indagando. Me hice con la pollera sin reflexionarlo demasiado, le lancé una mirada de soslayo y, con un dedo, le indiqué que se pusiera de pie.

—Ahora debo preguntar, lo siento~ —canturreé, arrodillándome frente a ella, y puede que también haya deslizado los dedos por sus piernas, en descenso, más de lo necesario. La miré desde allí abajo, instándola a despegar un pie del suelo—. ¿Con quiénes te estuviste divirtiendo, Riri? ¿Tienes fotos? Quizá pueda ubicarlos.

Al menos al de mi clase seguro, si me echaba las lecciones enteras haciendo paneos mentales de mis compañeros. De la forma que fuera, una vez colé sus piernas dentro de la falda, pillé la prenda por el borde superior y la deslicé suavemente hacia arriba. Las vistas eran una puta maravilla, para qué mentirnos, y tiré con un poquito más de ganas hasta que calzó en su cintura. La tontería dibujó una sonrisa en mis labios y le ajusté la cremallera, anclando ambas manos a los costados de su torso para mirarla desde allí abajo.

—There, all done~ —susurré, algo juguetona, y estiré una mano en su dirección para que me ayudara a incorporarme.

 

—¿Uhm? ¿Solo un mes? ¿De verdad~? —repliqué a su pseudo-regaño, impostándome un tono de duda e inocencia que no podía ser más falso, y solté una risilla ligera mientras me encogía de hombros—. Supongo que no he perdido el tiempo, aunque también supongo que podía haberlo aprovechado más... —bajé un poco el tono de voz al decir aquello, imprimiéndole un tinte más travieso a mi sonrisa a medida que extendía el brazo para picarle la mejilla, todo aprovechando que se había inclinado para mirar la ropa—. Y sé que en el fondo estás orgullosa de mí~

Sabía que solo estaba bromeando conmigo, al fin y al cabo, porque a pesar de llevar un buen tiempo sin verla y apenas estar retomando de verdad el contacto ahora, tenía la completa certeza de que Abby nunca me juzgaría —ni a mí ni a nadie—, por lo que decidía hacer con mi cuerpo... ni cómo lo hacía o con cuantos, así como yo tampoco la juzgaría alguna vez a ella por lo mismo.

Dejé escapar una nueva carcajada risueña mientras seguía sus indicaciones, poniéndome de pie para permitirle que me colocase la prenda en cuestión que había escogido: la falda. Seguía teniendo la cabeza bastante liviana por culpa del alcohol, y que Abby decidiese arrodillarse delante de mí para toda la tontería definitivamente no estaba ayudando en nada a que la cosa dejase de escalar en esa habitación.

Solté el aire en suspiro que pretendió ser ligero, aunque a medio camino se volvió algo tembloroso, y dejé salir otra risa algo nerviosa mientras apartaba la mirada de su posición, dirigiéndola a algún punto medio del cuarto. Eso no lograría disimular cómo se me había erizado la piel al paso de sus dedos ni de coña, pero al menos tenía que hacer el intento por conservar un poco de mi dignidad, ¿o no?

>>Aun si siquiera, te recuerdo que me has confiscado el móvil —comenté, bajando la vista un par de segundos para verla apenas de soslayo mientras levantaba un pie y luego el otro, y me mordisqueé el labio inferior antes de seguir—. Pues... ¿te acuerdas del castaño del ascensor del que te hablé un poco, Kou? Ese sería uno. Y también con el chico del club de fotografía, Joey, que van a la misma clase... Y de la tuya con Zeldryck, es un tipo con un montón de tatuajes que tiene un gemelo. Y, ah, es que técnicamente nunca hemos llegado a nada, pero digamos que también ando tonteando con el rubio de mi clase, Arata...

Bueno, dicho todo así en retahíla sonaba un poco peor de lo que me había imaginado. ¿Acaso no estaba jugando un poco a cuatro bandas? Cinco, si contaba a Hitoshi. Era cierto que no le había prometido nada a nadie, pero quizás muy buena imagen no tenía que estar dando...

Ugh.

Negué ligeramente con la cabeza, desechando aquellas ideas en el proceso; aquella noche era para salir con mi amiga y pasármelo bien, no comerme la cabeza con asuntos que no tenían nada que ver. Renové, pues, la sonrisa sedosa en cuanto noté que me cerró la cremallera de la falda, y extendí el brazo para ayudarla a levantarse. A medio camino, sin embargo, se me ocurrió una idea medio malvada, y una vez estuvo más o menos de pie, me eché hacia atrás en la cama, sin soltar su mano y arrastrándola conmigo en el proceso. Se me escaparon más risas por la estupidez, pero las mismas fueron bajando de volumen en cuanto me di cuenta de nuestra posición, y bajé la vista hasta sus labios, ladeando ligeramente la cabeza.

>>Me toca... —murmuré, antes de tragar algo de saliva—. Yo nunca he besado a alguien que fuese mi amiga.

 

Solté una risa floja, sin molestarme en responder luego de que me picara la mejilla. ¿Yo? ¿Orgullosa de ella por haber hecho uso tan eficiente de su tiempo en la escuela? Por favor, ¿de dónde se suponía que sacaba esas ideas? Ridiculous, utterly ridiculous!

Luego de arrodillarme para ayudarla con la falda me mantuve estúpidamente atenta a sus reacciones; de esa forma, por supuesto, me fue imposible omitir aquel suspiro tan bonito que brotó de sus labios. Me di por satisfecha, qué va, si adoraba provocar a la gente, y la escuché enfocada en realizar mi tarea de la forma más suave e... interesante posible. Su primera mención no me encendió ninguna luz en el cerebro, siendo que al amigo de Cory lo conocía por su apellido a secas, el segundo tampoco y... ah, now we're talking.

—¿El tío de los tatuajes? —repetí, con una mezcla de diversión y sorpresa, y reí a la par que meneaba la cabeza—. Shit, baby, sí te marcaste un buen pleno.

No lo conocía de nada más que las apariencias, pero me había bastado verlo aquí y allá para hacerme a la idea de que, vaya, de angelito no tenía ni un pelo. Estaba en el uniforme desalineado, la actitud y, por supuesto, los tatuajes. Había algo en su sonrisa, también, y los ojos ni hablar. A decir verdad, un poco sí me había sorprendido imaginar a Riamu con un tipo así.

Pero la vida se hacía de sorpresas, ¿no?

Y hablando de sorpresas, su próxima movida me pilló más que desprevenida. La muy tonta se dejó caer sobre la cama, arrastrándome en el proceso y haciéndome soltar un gritito leve. Me había soltado de su mano a medio camino, así que acabé sosteniendo mi peso a ambos costados de su cabeza y la vi reírse, algo se me contagió. Había estado a punto de recordarle el juego, también, pero ella se encargó solita del asunto y aguardé en silencio. Nada me pasó desapercibido, vaya. Ni sus piernas enredadas entre mis rodillas ni cómo sus ojos bajaron a mis labios.

Let's see.

—That's boring, sugar —murmuré, en un tono de voz bajo, y recogí la mano para trazar el contorno de su rostro, su cuello, con la punta de los dedos—. Pero lamentablemente... tendré que ir a buscar la botella~

Habiendo dicho eso, me incorporé de un movimiento relativamente limpio y fui hasta la mesa, para darle un trago a la botella. Detrás de ella disimulé una sonrisa. ¿La habría dejado con las ganas~?

—A ver, yo nunca... —solté al aire, paseándome por la habitación con la botella en la mano, y sólo me detuve para mirarla en cuanto se me ocurrió algo—, le dije a alguien que lo quería sin sentirlo.

 

Imaginaba que de toda la lista que le había presentado solo se centraría en el chico de su clase, al que reconocería más fácilmente y el que también, si tenía que ser completamente honesta, destacaba por encima de los demás. No podía culpar a Abby por su reacción, qué va, si era consciente de que Zeldryck se salía de todos mis estándares... y eso que tendía a juntarme con mucha chusma pandillera.

—En mi defensa, estaba un poco colocada, algo borracha, y bastante caliente —contesté, levantando las manos en un gesto de inocencia, mientras soltaba una risa totalmente culpable.

Bueno, no me arrepentía del polvo en sí, pero no podía negar que las circunstancias habían sido las que habían sido. Y había preferido obviar la parte de que aquella vez casi había acabado haciendo un trío, aunque no sabría definir muy bien por qué decidí saltármelo.

Luego me la arrastré a la cama y su reacción solo sirvió para hacerme reír con más ganas, contagiándole el buen humor a ella en el proceso. Eso hasta que me percaté de su extrema cercanía, claro, y las neuronas se me chamuscaron un poco más por el tacto de sus dedos en mi piel. Apenas fui consciente de lo que dijo hasta que se levantó y tuve algo de espacio para acomodar mis ideas, soltando un suspiro pesado antes de finalmente erguirme también.

>>¿Nos vamos a poner profundas ahora? —cuestioné, soltando una risilla ligera que pretendía aliviar mi tensión más que otra cosa, y cogí la camiseta de mi conjunto para lanzársela.

Inmediatamente después me puse de pie y me acerqué a ella de nuevo, extendiendo los brazos hacia los lados para imitar lo que había hecho apenas unos minutos antes.

>>Yo nunca... he tenido una relación estable.

 

Se me escapó una genuina carcajada que no pude disimular a tiempo, así no cargara burla ni malicia. ¿En su defensa, decía, y luego enumeraba semejantes cosas? A ver, a ver, si yo antes de juzgarla acabaría felicitándola, pero eso no obviaba el hecho de que esa combinación seguía siendo un jodido desastre. En fin, qué más daba. Toda era información que servía.

Y me seguía confirmado que elegía muy bien mis amistades~

Me encogí de hombros ante su pregunta y, vaya con mis reflejos, cacé la camiseta negra al vuelo. Aguardé hasta que estuvo lo suficientemente cerca y le sonreí, deslizando la mirada por su torso para encargarme de la prenda. Se la pasé por la cabeza, le pedí ayuda con los brazos y luego me encargué de estirarla hacia abajo, asegurándome que calzara bien con sus pechos. Si entre toda la tontería acabé tocándola un poquito más de la cuenta, pues mea culpa~

—Eso ni voy a responderlo, ¿sabes? —le repliqué, guiñándole un ojo, y deslicé los dedos por su brazo hasta hacerme con su muñeca—. So, duty calls.

Regresé junto a la cama, le alcancé la parte inferior de mi conjunto y le sonreí con suavidad.

—You're really pretty, Riri~

Se suponía que siguiera con el juego, ¿verdad? Bah, ya tenía la neurona bastante achicharrada, así que honestamente podía irse a dar por culo. Total no nos quedaba mucha ropa y si no nos apurábamos, nos íbamos a perder el resto de la diversión.

 

Tan rápido como el asunto había escalado de manera exponencial, así también había acabado desescalando; tanto que hasta no parecía que hubiésemos desdibujado ninguna línea así cómo había hecho en aquella habitación. No tenía ya claro si seguía siendo obra del alcohol, si era cosa de la extraña comodidad que sentía a pesar del tiempo que llevábamos sin vernos, o si era algo completamente ajeno a todas las opciones posibles.

A aquellas alturas tampoco importaba ya demasiado.

Dejé que me colocase la camiseta sin mayor problema, siguiendo sus indicaciones y reaccionando un poquito menos a su mano suelta, y solté el aire por la nariz antes de dedicarle una sonrisa liviana. Quise darme una vuelta para preguntarle qué tal me quedaba, por la pura gracia nada más, pero sentí su tacto en mi brazo antes de que pudiese hacerlo y, bueno, no era tan importante, así que la dejé hacer sin mucha queja.

Un poco había jugado asumiendo cuál iba a ser la respuesta por su parte, pues también creía que habíamos conseguido de entrar en calor bastante de sobra y que podíamos ir acabando con el asunto, así que simplemente asentí satisfecha y algo divertida mientras aceptaba la prenda en cuestión. Le indiqué que se sentase sobre la cama con un ligero apretón en su hombro y me agaché para ir metiendo sus piernas en el... digamos que short, sujetándole los tobillos con cuidado para ayudar en la tarea.

Menos mal que decidí hacerlo así, eso sí, porque el comentario de Abby me tomó completamente desprevenida y no me hubiera gustado que hubiese notado tan de lleno el sonrojo que me asoló las mejillas. Lo entendí a la perfección, ¿cómo no iba a hacerlo? Y bajé el ritmo de mis manos a consciencia, para aprovechar el trayecto de subida de la prenda en intentar calmarme.

—G-gracias... —murmuré, incapaz de disimular el ligero tono de vergüenza en mi voz aun así, y levanté la vista para mirarla a los ojos cuando terminé de ponerle los pantalones, sin mucho más remedio que hacerlo al haberse tenido ella que levantar para acabar con la tarea—. Tú también eres muy linda —admití, y era un comentario sincero.

Me quedé un par de segundos parada y en silencio, con las manos aun apoyadas en su cintura, y di un pequeño respingo cuando me di cuenta de ello, separándome de manera algo apresurada para ir en busca del maquillaje que ella había traído antes.

>>¿Empezamos a maquillarnos? —cuestioné, alzando la voz quizás un poquito más de lo necesario sin querer.

 

Obedecí como una buena niña, sentándome en la cama y alzando los pies para ayudar a Riri con la tarea de ponerme la prenda. Me sentía sumamente liviana y contenta, como si no hubiera un solo problema en el mundo, y aunque mi actitud no distaba mucho de eso en ningún momento, ¡pues tampoco iba a quitarle crédito! La música siguió rebotando dentro de la habitación y yo la seguí en murmullos bajos, sin quitarle la vista de encima a Riri. Mi cumplido la había pillado desprevenida, estaba segura, y pensarlo extendió una sonrisa suave en mis labios.

Tras incorporarme y todo el rollo, sus manos permanecieron en mi cintura y aguardé pacientemente a que buscara mis ojos. Ah, había que verla nada más, tan avergonzada por un par de palabras bonitas. So, so, so cute~

Maybe too much.

Su respuesta fue, otra vez, la de una buena niña. Me tragué las ganas de reír, entorné la mirada y me relamí, inclinándome hacia su rostro. Pretendí hacerle creer que le besaría la mejilla, pero apenas la rocé y, en su lugar, descendí hasta presionar los labios húmedos en la curvatura de su cuello.

—Thanks, love —susurré sobre su oído, en tono bajo.

Me quedé allí, de alguna forma plenamente satisfecha con toda la situación general, y aguardé hasta que Riri regresó con el maquillaje encima. Me senté al borde de la cama, tranquila, y palmeé el colchón a mi lado para invitarla a hacer lo mismo. El maquillaje fluorescente eran como lipsticks retráctiles que tenía en varios colores, muy fáciles de aplicar y hasta con sacapuntas en el extremo opuesto para emprolijar la punta del lápiz. Le eché un vistazo concienzudo a Riri, frunciendo los labios en un gesto pensativo, y al final le sonreí.

—Close your eyes, baby —pedí en un susurro, inclinándome para pintarle los ojos con un delineado en rosa—. We're gonna have tons of fun~ Plus, I have a lil' surprise for you.

Me regresé, comparando sus ojos hasta que quedaran iguales, y luego le dibujé un corazón pequeñito con el mismo lápiz sobre el pómulo derecho. A la izquierda, presioné un par de puntitos en forma de medialuna en su sien. Deslicé la vista por su silueta, sonriendo poco a poco.

—¿Te gustaría algo más de color, sweetie?

 

Ciertamente, a aquellas alturas estaba empezando a preguntarme si las movidas que estaba haciendo seguían siendo en cierta medida inocentes o si era plenamente consciente de las implicaciones que estaban teniendo en mí. Más o menos podía entender las manos ligeras o las palabras bonitas, especialmente con la generosa cantidad de alcohol que llevábamos ya encima para el poco rato que habíamos estado juntas, pero el beso que me dejó en el cuello me dejó completamente fuera de lugar.

¿No era demasiado incluso para un simple tonteo entre amigas o era yo la que le estaba dando demasiadas vueltas innecesarias a todo?

Por supuesto que el beso en cuestión no me había resultado indiferente, en absoluto, y a pesar de que intenté reprimir el escalofrío que me recorrió la espalda, probablemente me fue imposible esconder del todo la ligera expectación que sentí en la parte baja del vientre y que se acumuló con la vergüenza que ya de por sí sentí con su halago. Utilicé el tiempo del trayecto que hice hasta el maquillaje y de vuelta para tranquilizarme, recordándome que Abby solo era mi amiga y seguramente solo se estaba burlando de mí, y así poder sentarme a su lado en la cama sin dejar ver mi nerviosismo.

Dejé todas las barras fluorescentes sobre el colchón, en el espacio que había entre nosotras, y esperé pacientemente a que ella hiciese su diagnóstico de mi rostro, cerrando los ojos el instante en el que me lo pidió. Sinceramente, el hecho de no tener que verla directamente mientras me maquillaba también estaba ayudando al asunto de calmarme, y como tal, me permití sonreírle al escucharla hablar.

—¿Una sorpresa para mí? —pregunté en un murmullo, intentando no dejar que la emoción se me colase demasiado en la voz.

Abrí los ojos cuando la chica finalmente terminó con el delineado, ensanchando apenas la sonrisa tras notar sus intenciones de decorarme un poco más el rostro, y me mantuve quieta hasta que pareció acabar con esa parte también. Sopesé su pregunta un par de segundos, repasando el resto de barras con la mirada, y le dediqué una nueva sonrisa algo tímida cuando volví a alzar la vista.

>>Quizás algo más de color en los labios estaría bien, ¿no...? —propuse, a media voz.