Antonia y Ramiro se conocían hace tiempo. Fue un proceso paulatino a través de los años, luego de verse por primera vez en la clase de cálculo en la universidad. Conocerse fue sencillo, pues tenían puntos de vista en común, vivían cerca el uno del otro y la rutina los fue acercando hasta que desearon conocer más del otro. Cómo se enamoraron no fue un misterio, puesto que ambos tenían su corazón libre y, al cabo de unos meses de conocerse un poco, lo único que querían era pasar tiempo juntos. Cayeron en los brazos del otro sin remedio, hundidos en amor como pocos tienen el privilegio de decir que han estado y, como tantos otros, al cabo de unos años se casaron y formaron una familia. Sus dos hijos crecieron y de a poco fueron abandonando el nido. Habían puesto tanto empeño en sus retoños que cuando se dieron cuenta y se volvieron a ver de frente, no se reconocieron. Desgraciadamente con los años, se pierden las ganas de querer conocer cosas nuevas y así, ambos, poco a poco comenzaron a desconocerse. Se miraban todas las mañanas al despertar y se asombraban cada día de lo mucho que se desconocían. A ella le parecían raros sus hábitos a la hora de leer el periódico, mientras que a él le parecía muy peculiar la manera en que mordía las manzanas cada mañana al desayuno. Así iban apareciendo cosas nuevas a diario que, lejos de querer hacerlos conocer más al respecto, los asustaba de solo pensar que no lo habían notado antes. Se fueron desconociendo tan paulatinamente como se fueron conociendo, hasta que un día, una fatídica mañana, ambos se vieron cara a cara en la cama. Se levantaron asustados y dejaron la casa. No volvieron nunca más, puesto que ninguno de los dos soportaba la idea de haber despertado con un completo desconocido metido en su propia cama.
A esto me refería con lo del guantazo. Mi abuela siempre dice que uno nunca termina de conocer a las personas, por eso yo creo que se debe ir atento en todo momento, sin descuidar, aprendiendo mientras se vive a equilibrar cada peso y alegría de la vida, porque de lo contrario, un día te levantarás como Ramiro y no sabrás en qué momento dejaste de pesar las alegrías de Antonia, o como Antonia, sin saber cuándo dejó de equilibrar las penurias de Ramiro. Por alguna razón he quedado divertida, me gusta. En fin.
Me ha puesto la piel de gallina, me gusta pero al mismo tiempo me causa una tristeza profunda e incluso miedo. El miedo a que algún día me pase eso, claro. Me parece bastante interesante el concepto que has presentado y no sé, ha quedado perfecto. Muy original. Muy creativo. Un 10. ¡Un saludo! :)
Esto siempre va a ser una constante: Me gustan la ideas que plasmas en tus textos :D y está en especial hizo que se me enchinara la piel. El sentimiento lo transmitiste bien pues describiste la situación que muchas veces, muchas parejas experimentan. Yo en lo personal creo que nos enamoramos de un ideal y metemos a nuestra pareja en este y cuando lo o la vemos realmente, nuestra estructura emocional se viene abajo. En el cuento eso es lo que me falto, no sentí del todo ese rompimieto estructural de esta pareja. No hay, o por lo menos yo no alcancé a percibir, la tensión necesaria. Olvidandonos un poco de las categorías del foro, y viendolo desde el sentido narrativo, creo que encasillar al texto como microficción lo hace sentir (desde el punto de vista del lector, o por lo menos del mío) forzado. Me hubiera gustado que el texto se enriqueciera más con una situación que mostrará el problema en todo su esplendor. Cuando tu dices: "...hasta que un día, una fatídica mañana, ambos se vieron cara a cara en la cama. Se levantaron asustados y dejaron la casa." me da la sensación de que existe un hueco. Se vieron cara a cara, ¿y?, se levantaron asustados, ¿por? Mi primera pregunta sería, ¿qué fue lo que vieron? Una explicación daría fuerza a la imagen que nos quieres transmitir. En cuestión al vocabulario utilizado, creo que mencionaste mucho "desconocieron" y sus respecivas variantes, en ese sentido también me gustaría ver más sinónimos. No sé si el comentario sea un poco duro, si lo fue, sabes que no es mi intención. Yo creo que tienes talento, ahora se una de tus metas y me gustaría ayudarte por lo que creo que con un poco de exigencia, serás un muy buen escritor. Si no te molesta, seré exigente porque se que puedes :D Mis comentarios son para ayudarte a llegar a eso :D Un abrazo :D
Pensaré que ambos se desconocieron no porque no se conocían, sino porque perdieron el interés mutuo. A ninguno le gustó los cambios operados en ellos y ese "amor" fue el olvidado. Por las circunstancias que vivieron a través de los años, los bellos momentos al inicio de su romance no se convirtieron en los recuerdos que pudieron ayudarlos a continuar juntos y así apoyarse al quedar como comenzaron: solos. Así prefirieron poner distancia de por medio. Saludos.
Cuánto me ha desconcertado esto. No digo que eso sea malo. No siempre puedo o tengo que enamorarme irremediablemente de lo que leo. Pero cuánto me he desconcertado. Sí me esperaba una historia sencillamente real, y me lo pareció, pero no sé. No creo en lo más mínimo que le falte algo, pero me siento tan incompleta al leerlo. Es un nuevo nivel de asombro y no puedo dejar de admirar eso: el asombro. Siempre el asombro. Estoy tan desconcertada que este comentario no tiene mucho sentido y lo siento por eso. De cualquier modo no fue en lo absoluto desagradable leerlo. Quedarme pensando tanto y tanto en ello demuestra mi asombro. Buen trabajo.
