Ciencia ficción Anixis

Tema en 'Relatos' iniciado por Manuvalk, 25 Diciembre 2023.

  1.  
    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    14 Diciembre 2013
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    Título:
    Anixis
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    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    1
     
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    4989
    Saludos a todos los presentes, en especial a mi gran amigo Agus estresado quien siempre quiere estar al tanto de las actualizaciones sobre el universo ficticio creado por mi, llamado Los Viajeros y del cual este capítulo es un especial que ahonda en algunos detalles sobre los Anixis y en su principal personaje, Eeron. Toda la información pertinente se encuentra en mi blog, ya sea guía de personajes o explicaciones.

    Sinopsis
    : Este es un capítulo especial sobre la misteriosa especie, con el inicio explicado a modo de documento digital hallado en la información extraída por las diversas misiones de la expedición de la Nolartis. Además, contará con una visión más específica que ahondará en su civilización posterior a los Veerham y en los sucesos previos a lo ocurrido en la parte IX, aportado por el conocido emisario Eeron. La especie que dotó al resto del don de la evolución avanzada, sucumbió ante una forma de vida diferente. Sin embargo, su legado perdurará en las especies aliadas.

    [...]

    La vida de los Anixis y su propósito:

    1. La sociedad Anixis residía en diversos sistemas próximos y repartidos por un sector de la galaxia, habitando varios planetas, algunos conocidos como Aqhom (traducido como Ascensión y bautizado por la humanidad como Paraíso) y su propio mundo natal, Anyxa. Eran tiempos de paz y gloria para la especie dominante de la Vía Lactea, que tras superar épocas oscuras en las que los conflictos eran internos y en forma de guerras, emergieron hacia un estado avanzado de su ser y evolución, llegando a comprender elementos del universo que antes eran incomprensibles. Su estado elevado de consciencia e inteligencia les hizo preparar un proyecto que abarcaba la visita a otros mundos con potencial para albergar vida inteligente. El objetivo era dotar a especies primitivas del don superior.

    2. La Tierra, Neonia, Syleria, Thundia y Rynah recibieron la visita de exploradores espaciales que confirmaron la existencia de vida potencialmente inteligente, por lo que el proyecto de las subespecies dio comienzo en esos mundos. Por otro lado, las expediciones fallidas a Verilia, Ashant y Bildsh (pese a que en este último planeta se halló una forma de vida muy interesante) supusieron un revés en el proyecto, aunque eran mundos que despertaban la curiosidad de los Anixis hasta el punto de tener satélites para controlar sus cambios, convirtiéndose en potenciales colonias a futuro. Sin embargo, estos planetas demostraron ser inestables con el paso del tiempo.

    3. El progreso de los humanos, neonianos, sylerianos y thunianos fue asombroso para aquellos científicos y genetistas que formaban parte del proyecto de las subespecies, con el objetivo de perpetuar la especie Anixis y la diversidad de su genoma. Los rynarokianos fueron la excepción, al demostrar ciertos problemas de compatibilidad con el genoma Anixis, sin embargo, no se desistió en el objetivo de dotarles de más intelecto. La civilización Anixis vivía en la cumbre en todos los ámbitos, no obstante, esto cambiaría con la llegada a un mundo joven, repleto de una biodiversidad virgen que prometía un potencial verdaderamente expectante.

    4. Bautizado posteriormente como Veerhamia (que significa 'mundo infectado'), los exploradores Anixis descubrieron que la vida que se había desarrollado en ese planeta era una simple bacteria con propiedades de hongo, la cual comenzó a causar estragos en la expedición llegada a dicho mundo. Sus propiedades de control mental y motor estaban en el aire, por lo que era sumamente fácil sucumbir ante su contagio. La posterior construcción de una colonia en el planeta fue el mayor error recordado en la historia de la especie, pues sirvió como preludio a la infección exponencial y eventual de sus habitantes, quiénes desarrollaron formas más sofisticadas de infectar al resto de la sociedad Anixis. Acababa de comenzar una cruda batalla por el futuro, pero esta tomó cerca de un siglo para completarse. Pasados esos cien años, los Veerham (los infectados Anixis) ya representaban un problema para el resto de ciudadanos de las demás colonias del imperio.


    Una batalla interestelar: Anixis vs Veerham:

    1. Las siguientes generaciones de infectados Anixis provocaron el golpe definitivo a la sociedad. Hijos nacidos de padres Veerham que mantenían su tapadera oculta bajo la influencia de la Mente Colmena como si de una orquesta se tratase, provocaron el cambio en los gobiernos Anixis y por consiguiente, empezaron a producir el declive de la especie. Cuando se quiso reaccionar, los Veerham ya eran un número más significativo que los propios Anixis, quiénes iniciaron un conflicto a gran escala dirigido por el Gran General, una figura militar muy autoritaria a la que se le delegó el poder del imperio. La lucha comenzó en todas las colonias conocidas, pero antes, se cerró el proyecto de las subespecies para evitar que estas terminasen salpicadas por la batalla interestelar que se estaba llevando a cabo.

    2. Una nueva época oscura en la historia de los Anixis comenzó. Constaba de varias décadas de guerra sin cuartel en la cual los Veerham fueron hundiendo a la especie que atacaba y que a su vez dominaba, mientras estos se vieron obligados a una forzada retirada de su imperio y de sus colonias más pobladas, buscando la supervivencia y evitando la extinción total. Sin embargo, con prácticamente todo el control del sector habitado por los Anixis, los Veerham entraron en una persecución por el espacio profundo para evitar que el resto de Anixis escapase de su destino. Mente Colmena se aseguró de que sus enemigos no lograsen esconderse bajo el manto volcánico de Verilia, ni en el camuflaje tormentoso que proporcionaba Ashant, ni siquiera en el laboratorio de Bildsh (uno de los últimos sitios en aguantar operativo). Los últimos Anixis tuvieron que replegarse en su principal mundo y planeta natal: Anyxa.

    3. En Anyxa, el Consejo Superior decidió lanzar su última bala antes del inminente regreso de los Veerham. Un proyecto secreto (para que ningún infectado pudiese descubrirlo) que ya había sido concluido, tras haber sido formalizado en plena guerra, se llevó a cabo. Un arca que transportaría a las mentes más brillantes y al futuro que representaban los jóvenes de aquel entonces hacia un mundo lejano y próspero que se pretendía colonizar justo antes del inicio de la guerra contra los Veerham. El último plan para salvar a la estirpe de los Anixis, que de lo contrario, solo dejarían su legado en manos de las subespecies que se estaban desarrollando en sus respectivos planetas. Dicha arca partió de Anyxa en el momento justo, antes de que el enemigo llegase y completase su infección en lo que creía que era toda la sociedad Anixis, sin saber que realmente, había supervivientes en otro lugar que se habían librado de su intento de control genético y mental.

    [...]

    En algún lugar de la galaxia, hace cincuenta años...


    — Estira el brazo hacia arriba y bloquearás con el antebrazo la patada — Decía el maestro a su discípulo, mirando a este con aprecio — Estás progresando muy rápido, joven.

    — Gracias, maestro — Indicó el aprendiz, enorgulleciéndose de sí mismo.

    El alumno seguía practicando los movimientos indicados por su maestro con verdadero tesón, mientras éste lo observaba con el orgullo que un padre siente por su hijo.

    Ubicados en el centro de un amplio jardín florecido y lleno de color, el cual estaba rodeado por árboles que acababan en punta —similares a los cipreses del planeta Tierra— y olores propios de la primavera, la lección llegaba a su fin con el resonar de un gong.

    El sonido cada vez más leve pero duradero en el oído daba una auténtica sensación de paz con uno mismo, y al momento, mentor y discípulo se sentaron en la fina hierba que tenían bajo sus pies para realizar una meditación de varios minutos.

    — Muy bien, hemos concluido por hoy — El maestro se incorporó con los dedos de las manos entrecruzados — Estás ya preparado para partir al viejo imperio, Eeron.

    — ¿Usted cree? — El joven, que se estaba preparando para ser un emisario de su especie, parecía albergar dudas al respecto — No sé yo, me gustaría sentirme plenamente seguro antes de ir a...

    — Escucha, hijo, es normal no estar seguro. De hecho, es imposible estarlo — Apoyando sus manos en los hombros del discípulo, el mentor quiso darle una muestra de su sabiduría — Los anteriores emisarios tampoco estaban seguros de estar preparados, pero están ahí fuera, cumpliendo sus diferentes misiones.

    — Entiendo, maestro — Musitó Eeron, aún un tanto dubitativo — ¿Le ha dicho el Consejo Superior cuál será mi misión en el viejo imperio?

    — La desconozco aún, joven. Pero estoy seguro de que pronto lo sabrás — Le indicó el maestro, sonriente — Partirás en cuestión de días, eso es una obviedad.

    Eeron asintió, decidido a asumir que el comienzo de la misión para la que llevaba años preparándose, estaba por llegar. Despidiéndose cordialmente de su mentor y preparador personal, el joven anixis emprendió el camino de salida de aquel hermoso jardín bien cuidado.

    Por el camino, se encontró con un niño pequeño de apenas doce años de vida, el cuál irradiaba un entusiasmo y una ilusión por pertenecer al clero de emisarios bastante contagioso. A diferencia de Eeron, al pequeño anixis le quedaban muchos años por delante antes de convertirse en un emisario con una misión.

    — ¡Eeron, hoy he aprendido a controlar mis emociones! — El joven estaba muy feliz por ese logro — ¡Me ha dicho mi maestro que he sido de los más rápidos en conseguirlo!

    — Enhorabuena, Relic — Musitó el adulto, acariciando la cabeza del menor — Serás un gran emisario en el futuro.

    — ¿Qué hay de ti? ¿Ya te vas a ir?

    — En unos días, probablemente.

    — Eso significa que... ¿no nos volveremos a ver?

    El joven llamado Relic dejó de caminar junto a Eeron al preguntarle aquello, evidenciando una tristeza considerable por no volver a verlo. El adulto anixis decidió volver tras sus pasos y darle un cálido abrazo que fue rápidamente correspondido por el niño.

    No tenían ningún tipo de vinculación familiar, pero ambos forjaron una clara relación de hermandad con el tiempo que compartían entre clases, en aquel recinto específico para la formación de exploradores —a quiénes los Anixis preferían llamar 'emisarios'—.

    Eeron quiso asegurarle a Relic que volvería eventualmente, ya que otros emisarios lo hicieron, una vez completaron la misión para la cual fueron destinados.

    — Nos volveremos a ver.

    — Es que... he oído que no todos regresan — El pequeño anixis se estremeció un poco — Y tengo miedo.

    — Piensa que hacemos esta labor por el bien de nuestra especie y por un futuro en el que sigamos estando a salvo aquí — El nuevo emisario tenía claros sus ideales — Pase lo que pase, nos estamos preparando para decir adiós en el momento más inesperado.

    — ¿Qué quieres decir con eso?

    — Que somos héroes, Relic. Yo lo seré y tú lo serás, como otros lo han sido. Nos volveremos a ver.

    El pequeño anixis esbozó una tierna sonrisa que no pasó desapercibida para el propio Eeron, quién volvió a abrazar al niño justo antes de proseguir con su camino. Sentía lástima por no volver a verlo, al menos en mucho tiempo, pero estaba convencido de que haría todo lo posible por regresar al que ya no era un nuevo hogar para los Anixis, sino su casa desde hacía muchísimos años.

    El próximo emisario se marchó a su vivienda mientras debía esperar pacientemente al llamado del Consejo Superior, quiénes serían los encargados de informarle sobre su primera y única misión.

    [...]

    Tan solo dos días después de la última lección con su mentor, el joven emisario Eeron fue citado en el emblemático edificio del Consejo Superior, en el que recibiría todos los detalles de su misión.

    El lugar era un edificio realmente extenso y con una cúpula que filtraba los rayos del sol que acariciaban la superficie de su mundo, dándole un aspecto interior realmente especial y acogedor para cualquier visitante. El edificio no solo servía como hábitat del propio gobierno anixis, sino también como lugar de cumbres importantes para el futuro de la especie o incluso para juicios públicos a los que podía acudir toda la ciudadanía de la colonia.

    Eeron estaba siendo guiado por uno de los guardias que custodiaban la entrada principal para el encuentro tan esperado con los miembros del Consejo Superior, compuesto por cuatro gobernantes y el voto del pueblo, lo que hacían de ello algo verdaderamente democrático. Sus pasos y los del guía resonaban en el precioso mármol adornado que tenían por suelo, mientras el joven emisario observaba la lujuria y la belleza arquitectónica del edificio, que además de su cúpula, contaba también con varios pilares en forma de espiral, decorados con extrañas formas.

    Los colores blanco y marrón claro eran los encargados de darle una preciosa tonalidad al lugar.

    — Ya hemos llegado — Indicó el guardia y guía, una vez habían llegado al gran salón — El Consejo Superior saldrá en pocos minutos, permanezca a la espera.

    — Vale — Asintió Eeron, con una mezcla de intriga y nerviosismo en su interior.

    La espera apenas fue de dos minutos, pues los cuatro miembros del gobierno que tomaba las decisiones de esa única colonia Anixis, se personó en sus asientos.

    Parecían encontrarse en una especie de trono o de corte, algo que evidenciaba su autoridad y que más de una vez lograba imponer a quién se encontrase en el gran salón. Eeron tuvo que alzar un poco la vista, pues el Consejo Superior se hallaba sentado un par de metros por encima del nivel del suelo.

    En cuanto vieron al emisario, los líderes anixis realizaron una reverencia que fue imitada por el propio Eeron, mostrándose respeto mutuo. Solo ellos cinco se encontraban en una sala que perfectamente podía acoger a doscientos seres en ella.

    — Bienvenido a la Casa Superior — Dijo uno de los cuatro, actuando como portavoz del Consejo — Para nosotros siempre es un privilegio tener a un nuevo emisario listo para emprender un viaje que beneficie al futuro de la especie.

    — Es un honor, señor — Indicó Eeron, mostrándose muy educado — Estaré encantado de comenzar mi misión en cuanto me revelen la información necesaria.

    — En efecto, joven Eeron. Antes que nada, deberás saber que yo seré tu enlace directo — Reveló dicho portavoz, sorprendiendo un poco al emisario — Con ello quiero decir que tendrás un comunicador que conectará directamente conmigo para que me informes sobre el desarrollo de su expedición. Mi nombre es Akkor.

    — Entendido, Akkor — El joven emisario asintió sin problema, consciente de que tenía sentido estar en comunicación con alguien de la colonia — Estaré feliz de comentarle mi avance en el transcurso de la misión.

    — Y nosotros estaremos felices de conocerlo, aunque también debes saber que habrá momentos en los que no puedas comunicarte conmigo, dada la distancia que hay entre nosotros y los resquicios del viejo imperio. En otras circunstancias, nuestra tecnología punta no tendría ese problema, pero ya sabes que hemos tenido complicaciones en el desarrollo de comunicadores eficientes.

    — Estaba enterado del asunto, señor... Akkor.

    — Bien, en ese caso, pasaré a informarte de cuál es tu verdadera misión en el viejo imperio — El miembro del Consejo Superior, llamado Akkor, se dispuso a revelar los detalles — Tu objetivo es adentrarte en el viejo imperio, ahora territorio Veerham, para conocer de primera mano que están haciendo y qué planean. Creemos que siguen buscándonos desde la última vez que partimos, aunque no sabemos a ciencia cierta si siquiera saben que escapamos. Pero por la seguridad de este planeta y la nuestra propia, conocer que hace nuestro eterno enemigo sería sin duda una ventaja considerable.

    — Entonces, ¿me adentro en Anyxa y los vigilo durante un tiempo?

    — Exactamente, pero no solo tendrás que hacer eso. Queremos que también investigues en el viejo territorio; nos gustaría conocer que ha sido de las subespecies olvidadas en el viejo imperio. Humanos, neonianos, sylerianos, thunianos y rynarokianos... podrían encontrarse con el eterno enemigo y sufrir el mismo destino que nosotros. Nuestros antepasados se quisieron hacer responsables de ellos y aunque ahora no consideremos serlo, creemos que merece el esfuerzo saber que es de ellos y porqué no, entablar contacto, pues podríamos ser potenciales aliados. Sin embargo, deberás ir con cautela; si la bacteria Veerham les ha encontrado, podrían tener a las subespecies sometidas. Temo que eso sea algo probable en estos momentos, pero deberás sacarnos de dudas, Eeron. Ese será tu propósito en el viejo imperio.

    — Comprendo, así lo haré, Consejo Superior — Eeron estaba absolutamente comprometido con la causa — ¿Cuándo partiré a mi expedición?

    — De inmediato, emisario — Confirmó Akkor, serio — No hay tiempo que perder.

    [...]

    Días antes de la llegada de la expedición Nolartis al planeta Anyxa:


    La cápsula de criogenia se abrió tras más de cincuenta años de viaje, saliendo de esta Eeron.

    El emisario se había pasado todo el trayecto en letargo, ya que la distancia entre su nuevo mundo y el viejo imperio era lo suficientemente considerable como para asegurarse de que los Veerham no les encontrara con facilidad. La nave, de un tamaño reducido dado que solo se encontraba él a bordo, constaba de un pequeño puente de mando con un único asiento, un camarote en el descansar, una cápsula criogénica y finalmente el núcleo que mantenía todos los sistemas del aparato en funcionamiento.

    Además, contaba con una IA rudimentaria que informaba de las cosas más básicas.

    Bienvenido de vuelta, emisario Eeron.

    — Vaya, muchas gracias — Contestó el joven, teniendo que tomarse un minuto para recomponerse del despertar — ¿Ya hemos llegado?

    En efecto, así es. Estamos en las proximidades de Anyxa — Reveló la inteligencia artificial — No hay rastro de satélites ni defensas planetarias.

    — Asumo que tendrán radares en la superficie que apunten al espacio — Eeron no quería confiarse en absoluto — Realiza un barrido de la zona de aterrizaje con nuestro sensor, para asegurarnos de que no hay nada que pueda detectarnos.

    Como ordene, emisario.

    La IA de la nave de exploración comenzó a realizar su trabajo mientras Eeron se preparaba en todos los sentidos: el traje espacial, suministros de todo tipo, un Flasher y finalmente una comida rápida que le ayudase a recuperar algo de energía. Esto en todo el tiempo que el sensor se tomó para asegurarse de encontrar una zona de descenso al planeta sin ser detectados.

    He encontrado un lugar para aterrizar, alejado de todos los núcleos de civilización.

    — Perfecto, pon rumbo hacia ahí.

    El piloto automático de la nave —en su defecto, la propia IA— estableció una ruta segura y marcó la trayectoria más óptima para el aterrizaje en Anyxa. El emisario se sentó en su asiento de piloto y simplemente se quedó divisando el precioso horizonte que se dibujaba en la entrada a la atmósfera del mundo. Podías ver el espacio profundo en la lejanía y la curvatura del planeta, hasta que una vez superada la primera barrera natural, la imagen cambiaba.

    El mundo de origen Anixis se veía en un buen estado pese a la ingente cantidad de años que habían transcurrido desde el fin de la guerra contra los Veerham, quiénes con toda probabilidad, seguían habitando el planeta. De pronto, lo que había comenzado como una misión calmada, se iba convirtiendo en un auténtico peligro cuando la IA informó de nuevo.

    Detecto objetos aproximándose a nuestra posición.

    — ¡¿Cómo es posible?! — El emisario observó en una pantalla la posición de esos objetos, siendo un total de tres — ¡Se supone que debías encontrar un lugar para aterrizar en el que no nos detectasen!

    Disculpe, emisario. Probablemente los Veerham estaban alerta en todo momento.

    — ¡Maldición! — Exclamó el anixis, tomando el control del pilotaje — ¡Encárgate de encontrar una zona para aterrizar mientras hago maniobras evasivas!

    Tras la nave del emisario Anixis se encontraban tres cazas de combate en persecución.

    Estos comenzaron a disparar con sus pequeños cañones plasma en un claro intento de derribar el aparato intruso que acababa de entrar en el planeta, mientras este esquivaba con ciertas dificultades esos disparos. Sin embargo, antes de que pudiese maniobrar más, fue alcanzado en uno de los propulsores del ala izquierda, lo que le hizo perder altura poco a poco.

    Muy nervioso pero preparado para situaciones desfavorables durante toda su vida, Eeron decidió que lo mejor sería aterrizar cuanto antes y perder de vista al enemigo en la superficie.

    Pronto sobrevolaremos un complejo — Indicó la IA — ¿Desea aterrizar ahí?

    — ¿Aterrizar? Voy a saltar — El emisario comprobó que el jet pack de su traje estuviese operativo — Autodestrúyete para evitar que puedan extraer información de la ubicación de la colonia.

    Entendido, emisario Eeron.

    Mientras la IA preparaba una cuenta atrás de un minuto para la autodestrucción total de la nave, el emisario Anixis abrió la compuerta de salida y se lanzó inmediatamente, logrando que su nave siguiese alejando a los tres cazas que la perseguían.

    Antes de alcanzar una velocidad de caída considerable, Eeron activó los pequeños propulsores de su traje para frenar y amortiguar el descenso, siendo todo un éxito. Apenas tocó tierra, la explosión de su nave en pleno aire confirmó la autodestrucción del aparato que le había llevado hasta el viejo imperio.

    Ahora no tenía forma de regresar a casa en al menos un periodo corto de tiempo y mucho menos sin una nave de tecnología similar.

    — Akkor, ¿me recibes? Aquí el emisario Eeron, me han... — El Anixis se encontraba en mitad de un bosque, cercano a un complejo — ¡Maldita sea, no tengo el comunicador! ¡Esto no puede haber empezado peor!

    Sin el aparato con el cuál debía reportarse al líder Akkor del Consejo Superior para informarle de su situación, la misión del emisario se había complicado en exceso. Para colmo, se comenzaban a escuchar sonidos de drones sobrevolando la zona, probablemente porque lo vieron saltar de la nave antes de su autodestrucción.

    Visiblemente frustrado y en peligro, Eeron comenzó a correr sin pausa por el bosque, encontrándose con un acantilado que le cortaba el paso. Para su suerte, una diminuta entrada a lo que parecía ser una cueva bajo tierra le sirvió para esconderse de los drones RECO, que ya estaban patrullando la zona en su busca.

    — Pasaré aquí unos días para que se calme el asunto y me dirigiré a ese complejo en busca de una nave operativa — Pensó para sí mismo el emisario — Esos Veerham deben tener suministros en regla, no creo que sean tan estúpidos.

    Utilizando los suministros y víveres básicos que portaba incorporados en distintos compartimentos de su traje, Eeron se preparó una fogata en aquella cueva para tener algo de luz, descubriendo pinturas rupestres que con total probabilidad, databan de miles de años atrás.

    Él no había nacido en Anyxa como sí hicieron generaciones pasadas, por lo que ver su planeta natal y algunos de sus secretos desde el primer día le hicieron sentir en una mezcla entre afortunado y deprimido. El eterno enemigo de su especie seguía dominando el territorio que antaño fue un nexo de civilización que apuntaba a serlo entre ellos y las subespecies, justo antes de que la bacteria Veerham ejecutase la parte final de un plan que le tomó generaciones.

    Pasaron hasta tres días allí dentro de la cueva, en los que Eeron no se veía muy preparado para salir debido a que los drones RECO seguían estando por la superficie, buscándole sin descanso. No obstante, los caprichos del destino quisieron que su estancia en soledad y el mal comienzo de su misión de exploración no fuesen a ser así para siempre, ya que al cuarto día empezó a escuchar un movimiento extraño sobre su cabeza.

    El emisario se asomó por el agujero por el cuál logró escabullirse al interior de la cueva subterránea, sorprendiéndose al encontrarse con una forma de vida idéntica a la suya, pero con claras evidencias de ser diferente.

    Supo que los Veerham le estaban persiguiendo y dándole caza al escucharles llegar, por lo que aprovechó su proximidad al agujero para agarrarla por las piernas y arrastrar a ese ser hacia el interior de la cueva, evitando así que fuese encontrado por el enemigo.

    Eeron se apartó bruscamente tras haber salvado a ese alienígena, mientras este se volteaba hacia él y se posicionaba a la defensiva tras haber gritado debido al susto de ser engullido por la tierra. El emisario permaneció quieto durante unos segundos en la oscuridad de la cueva hasta que decidió revelar su aspecto a ese ser, que por el suyo, parecía ser femenino.

    Sus ojos se clavaron en los de ella y la situación era un tanto tensa, pero las intenciones de Eeron no eran para nada hostiles. Y confiaba en que esa mujer no tuviese unas intenciones diferentes. Sin embargo, al verla más de cerca, reconoció automáticamente su forma y su aspecto, estudiadas durante su infancia y especialmente para el desarrollo de la misión que tenía en el viejo imperio.

    Se encontraba ante la viva imagen de una de las subespecies creadas por sus ancestros: un ser humano.

    Verla desconfiada le hizo querer demostrar que él era un ser pacífico y con templanza, a diferencia de sus homónimos infectados por la bacteria Veerham.

    — Aquí estarás a salvo, humana — Le dijo, mostrándose ante ella con convicción — Yo no te haré daño.

    [...]

    Una semana después del fin de la guerra entre la Alianza y los Veerham:


    Los ingenieros de la Alianza ayudaron a crear y reconstruir, bajo las indicaciones de Eeron y el apoyo de los líderes, un comunicador de enlace cuántico como el que tenía en su llegada al viejo imperio.

    La batalla definitiva contra la nave nodriza de Mente Colmena en Neonia ya había transcurrido, por lo que era el momento de elaborar cuál sería el paso futuro que dar. Sabiendo que los representantes de las especies aliadas estaban reunidos en la base militar de Ciudad Anixis, el emisario decidió probar ese comunicador que le habían entregado para que así se comunicase con su gente.

    — Aquí el emisario Eeron, iniciando una comunicación. Akkor, ¿me recibes? ¿Hay alguien ahí?

    ¡¿Eeron?! — La voz era la del portavoz del Consejo Superior, mostrándose verdaderamente sorprendido al oír al emisario — ¡Pensé que los Veerham te habían matado o que te había ocurrido algo durante el trayecto!

    — Los Veerham me atacaron, pero las subespecies llegaron justo a tiempo para ayudarme — Explicó el anixis, consciente de que la ayuda de la Alianza fue crucial en su misión — Akkor, las subespecies están unidas y han enfrentado a los Veerham bajo el nombre de la Alianza. Hemos vencido, al menos por el momento.

    Eso es... increíble de escuchar, emisario — Akkor no podía estar más impactado — ¿Están todas las especies unidas?

    — Excepto los rynarok, según he escuchado, siguen estando en desarrollo pero a salvo por el momento en Rynah.

    Entonces... ¿humanos, sylerianos, neonianos y thunianos?

    — Así es, señor. Pese a sus discrepancias, que las tienen, trabajan juntas por un futuro mejor.

    Créeme, Eeron, estos descubrimientos que has hecho demandarán más explicaciones de tu parte de las que puedas darme por aquí, pero sin duda, cuando cuente esto al resto del Consejo Superior, las cosas van a cambiar.

    — ¿En qué sentido, Akkor? — El emisario no quería traer problemas a la Alianza.

    Son las subespecies que ayudaron a formar nuestros ancestros. Lo digo en el sentido de que nos enorgullece ver que uno de los proyectos pasados surtió efecto. Nosotros no pudimos con los Veerham, pero ellos parece que sí podrán.

    — No está todo hecho aún, los Veerham se han retirado, pero volverán. O al menos, seguirán con vida en Anyxa.

    Confío en que la Alianza que me has mencionado será capaz de acabar con ellos. Pero si no se da el caso, quiero que les propongas algo.

    — ¿De qué trata?

    Tendrán asilo en nuestra colonia, hagan lo que hagan — Las palabras de Akkor dejaron perplejo a Eeron, que no supo como reaccionar en un principio — Han sufrido lo mismo que nosotros y opino que debemos ser aliados. La última palabra la tendrá el Consejo Superior, pero mi voto es más que evidente.

    — ¿Quieres que les transmita tu deseo?

    Exacto, os estaremos esperando. Especialmente a ti, tienes mucho que explicar en tu ausencia.

    — Haré lo que me has pedido, pero yo aún tardaré en regresar, Akkor.

    ¿Por qué? Ya has cumplido con tu objetivo.

    — Quiero ayudarles a reconstruir, aprender más sobre las subespecies... y enseñarles mis conocimientos.

    Entiendo, hijo — Akkor se dirigió a él en un tono más parental — En ese caso, me haces orgulloso. Y a tu maestro también.

    — Gracias de corazón, Akkor. Volveré, a ser posible con amigos.

    Te estaremos esperando, emisario. Cuídate y no pierdas el comunicador que tienes ahora.

    — Intentaré no hacerlo. Corto y cierro.

    Corto y cierro.

    La rápida y breve conversación entre el emisario anixis y el portavoz del Consejo Superior de su especie fue lo suficientemente esclarecedora como para que Eeron supiese cuál iba a ser su siguiente paso.

    Consciente de que los principales líderes de la Alianza se encontraban en plena reunión y siendo él como un representante de los Anixis, decidió personarse en la base militar de la ciudad para informar a los líderes de las subespecies.

    Su presencia interrumpió el debate que se estaba llevando a cabo respecto a qué decisiones tomar de cara al futuro.

    — ¿Qué te trae por aquí, Eeron? — Preguntó Cyprus, intrigado al ver al amigo Anixis.

    — He oído que os ibais a reunir hoy y he decidido pasarme para informaros de algo que creo que podría ser de importancia para vosotros y vuestras especies — Indicó el emisario de la raza 'creadora' de las especies de la Alianza — El comunicador que me dejasteis ha funcionado y he podido comunicarme con mi colonia. He hablado con el Consejo Superior y me han dado su beneplácito para deciros que la Alianza tiene asilo en el planeta en el que nos alojamos. Sería un largo viaje, pero creo que es bueno que lo tengáis en cuenta.
     
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    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Saludos, amigo. Paso a comentar el capítulo especial previo a la parte X que llegará el próximo año.

    Primero que nada, decir que he disfrutado tanto de esta como de todas las leídas en simultáneo que hemos tenido durante el 2023. Ojalá el 2024 nos tenga preparadas muchas más jornadas en Discord y muchas más leídas en simultáneo :char:

    El capítulo comienza mostrando y recolectando en un único lugar, toda la información sobre proyectos de los Anixis que han tenido lugar desde siempre. Vemos que ellos han elegido planetas donde la vida tenía chance de desarrollarse y decidieron intervenir para crear a las cinco subespecies. Luego, el momento que causó el final de todo. Cuando se encontraron con la bacteria Mente Colmena y esta se decidió a matarlos a todos desde dentro. Infiltró a los suyos entre los puestos de mayor influencia y poder de los Anixis como si hubiera asistido al colegio de derrocar gobiernos de los Estados Unidos, y cuando ya tuvo la mayoría entre los suyos, dio el golpe y se apoderó de todo. Los Anixis debieron escaparse, e incluso fundar nuevas colonias lejos de un imperio de grandeza que pasó a manos de una bacteria.

    Eeron es entrenado para ser un emisario, y cuando ya todo está listo, parte a su destino en busca de cumplir su misión. Primero se reúne con un Anixis llamado Relic, con quien parece haber establecido un vínculo como de hermanos mayor y menor. Me da gusto eso, ya que quiere decir que Eeron tiene un motivo para regresar a salvo. Tras prometerle que efectivamente lo hará, se marcha a la charla con el consejo, donde Akkor, uno de sus integrantes, le comenta sobre el objetivo de su misión: ir al mundo donde tenían su viejo imperio, y averiguar los planes del enemigo.

    Luego de 50 años en letargo (joder, mucho tiempo, para ese punto, Relic ya podría ser padre de un hijo de su misma edad XDDD) Eeron es despertado por su IA y esta intenta encontrar un sitio seguro para aterrizar. La IA hace lo que puede, pero Mente Colmena envía a sus Veerham a por él. Su nave es alcanzada por proyectiles, y entonces, Eeron debe abandonar el vehículo, que se autodestruye para estar lejos del alcance de los Veerham. Parecía que al joven le iba a ser difícil la misión, pero justo unos días después, el grupo de la Expedición Anixis llega al lugar. Creo que Eeron le debe agradecer bastante a Barbara como también a Lynx, Tyra y Norman. Si Barbara no planea la ruta Anixis, y si no fuera porque los tres ladronzuelos quisieron esparcir esa info para toda la Alianza, podría haberse quedado allí por años e incluso podría no haberse encontrado con nadie que lo ayudara, lo que pudo ser una muerte segura en manos del enemigo, de inanición, o bien, convertirlo en un infectado más. Espero que recuerde que le debe un favor a Lynx y le garantice un puesto en el arca que irá hacia su colonia :kuku:

    Tras encontrarse con Ashley, el resto ya es historia. Eeron escapa, consigue unirse a la Alianza, y es allí cuando, tras el final de la parte IX, consigue que le construyan un comunicador para poder contactar de nuevo con Akkor. Imagino que habrá sido una espera eterna para este, pero al menos la misión fue todo un éxito, y Eeron le comunica que 4 de sus 5 subespecies, pese a sus diferencias, se unieron para prosperar y hacer frente a Mente Colmena. Incluso lo han expulsado de su territorio. Akkor invita a la Alianza a su planeta, dispuestos a darles asilo. Entonces, volvemos a la escena final de la parte IX, donde Eeron les comunica todo.

    Ahora tocará ver como Snow, Yak, Cyprus y Om planean el viaje hacia la colonia Anixis, y más importante, quiénes van a ir y cuanto tiempo va a tardar. Si el planeta está a 50 años de Anyxa, y tomando en cuenta que la expedición hacia allí desde Paraíso les tomó unos 2 años casi, podría ser que tarden bastante en llegar hasta allá. Aunque confío en que habrá criogenia en el medio, y que una cosa es una nave individual como la que tomó Eeron y otra será un Arca como la que fabricará la Alianza con el dinero de Adam (ojalá lo dejen seco con ese proyecto, la verdad :yagami:)

    Pero bueno. Todas esas dudas quedan para la parte X, el final glorioso para LV.

    Con eso me despido esta vez, amigo. Ha sido espectacular tener una última leída en simultáneo en el 2023. Desde que propusimos esta mecánica y le dimos luz verde, se ha convertido en uno de mis momentos favoritos en los fines de semana. Sé que las primeras semanas del 2024 no será para leer nuestra historias gloriosas, sino nuestras otras joyitas enterradas ;) ... pero ya no puedo esperar para ver qué clase de aventuras estaremos leyendo en el 2024 :\*u*/:

    Eso será todo por ahora. Te mando un saludo, y un deseo de que acabes bien el año, y que el próximo lo inicies todavía mejor. Un abrazo para ti y tus seres queridos. Cuídate mucho y nos leemos el año que viene :cynda:
     
    • Adorable Adorable x 1

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