One-shot Anhelo carmesí [Diabolik Lovers]

Título: Anhelo carmesí

Sumary: Era su juguete. El juguete que con desgano había arrebatado de las garras del maldito Sakamaki. Ella no tendría que repudiarlo pues su uso en ningún momento había cambiado. Sin embargo Yui vivía murmurando su nombre. Estando a su lado, cuando la abandonaba en su cuarto. Ayato. Ayato. No sería de él.

Cantidad de palabras: 592/Cortesía de Magic Word en complot con Microsoft para hacernos creer que de verdad hay esa cantidad de palabras en el capítulo.

Disclaimer: Diabolik Lovers no me pertenece, todo registro legal y de derechos son del diabólico Reject. CofHijosDeCordeliaCof :3

Advertencias: Spoiler. Basado en el Brute Ending de Ayato DL Dark Fate donde éste muere a manos de Carla.

O

O

El rocío de la mañana es tu veneno

flor entre rosas

que bebes de a gotas

implorando las sobras

de su cariño sincero

semejante al dolor.

O​

Con su sonrisa tan inocente, esos labios que se hierven entre la sangre roja, deliciosa, que fluye por culpa de los besos se pronuncian desgarrados ante tus colmillos encajados. Sus protestas se pronuncian tan despacio, con tanto cansancio que prefieres pensar que no despreciará al eclipse eterno que está por engullir con su boca carmesí.

Esa mujer era un medio. Un trapo desgastado que servía para ser desechado y lentamente se rasgaba en pedazos, pero Carla era incapaz de verle un final cercano. Arremetiendo contra su lengua laxa, tomando cada bocado de su respiración, marcando un ritmo de mando, tratando de mostrarle que le pertenecía a él. Solamente a él.

Sus rubios cabellos, que fueron tan dorados como el brillo del Sol en verano, se volvieron desechos de paja descolorados y su piel blanca se ha manchado hasta teñirse de su miseria gris. Era a su tacto, caricias rugosas y lacerante suavidad, porque había calor en el cuerpo entregado, pero había frialdad y resentimientos en el sabor amargo de su sangre.

Era su juguete. El juguete que con desgano había arrebatado de las garras del maldito Sakamaki. Ella no tendría que repudiarlo pues su uso en ningún momento había cambiado. Estaba seguro, (incluso antes, incluso después) que ambos la hubieran usado, desvestido y destrozado con un embarazo las entrañas de su frágil cuerpo de papel.

Pero él era sincero, Sakamaki no.

Él demostraba su desprecio a cada palabra, cada toque y cada acción. Esa escoria detestable la atraía con falsedades, con hábiles artes de seducción. (En realidad ambos la habían engañado, ninguno la quería a ella, sino a su corazón.)

Sin embargo Yui vivía murmurando su nombre. Estando a su lado, cuando la abandonaba en su cuarto. Ayato. Ayato. Había tenido que matado, ante esos ojos que se negaban a mirarlo pero tenían grabados el destello rojizo de su amor.

Gemía con él en su mente, antes de llorar amargamente, sin apartar su sangre carmesí.

Y Carla la observaba, mientras sus ojos desagradables no lo percibían a él. (Y disfrutaba.) De su consciencia perdida, su cuerpo sin vida y el alma de muñeca que le permitía hacer cuánto quisiera, siempre que le viera a él.

Pero también había veces que deseaba que fuera consciente de sus orbes, (que eran claros, de color rosado, pero tan pálidos) que reflejarían mucho más que un cristal empañado y sin embargo estaban vacíos, muy lejos de verse a sí mismo dentro de ellos.

(Como su todo, como su nada, incluso como la persona que más odiaba. Pero que fuera solamente él.)

No sabe cuándo fue que empezó a desear esos segundos en que volvía a la realidad. Los ínfimos momentos en que ella podía pensar en el presente, recordar que su dueño era un Tsukinami, pero terminado el acto volvía a acurrucarse con el recuerdo enterrado entre sus sábanas blancas y se perdía en el abismo, con él. Porque Yui siempre volvía con él.

Le molestaba, pero Karla no estaba enamorado. Solo era su orgullo herido, sus pensamientos bizarros y la extraña sensación agridulce de ser feliz con saber qué al menos lo miró una sola vez.

Y el día siguiente volvería a la rutina, de tomarla entre sus brazos con la figura de aquél que ella tanto anhelaba, desprendiendo su disfraz cuando consiguiera desnudarla, tratando de olvidar que no importaba cuanto la reclamara, la humana no le podría pertenecer.

OoOoOoO

N/Kou: Saludos corazones :3 Esta es mi primera historia en el fandom de DL, espero que no haya quedado tan mal. La historia está inspirada en el final malo de la ruta de Ayato, donde Karla lo asesina y se queda con Yui, pero como ella se niega a aceptar que está muerto Karla se aprovecha y con magia se transforma en Ayato (o es una ilusión, no recuerdo xD) Aunque en el fondo de su mente ella es consciente de no es Ayato quedó tan dañada que se niega a creerlo.