One-shot de Naruto - Anata no ainotameni! [Itachi-Temari-Shikamaru]

Tema en 'Fanfics Terminados de Naruto' iniciado por Reyka Akira, 21 Abril 2012.

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    Reyka Akira

    Reyka Akira Usuario popular

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    Título:
    Anata no ainotameni! [Itachi-Temari-Shikamaru]
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Amistad
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    2524
    Bien, acabo de escribir esto sin inspiración, sólo fue una idea que vino de momento a mi cabeza loca. Debo confesar que comencé escribiéndolo sin tener siquiera pensado en los personajes que serían los protagonistas, los nombres los decidí al final mientras checaba la “ortografía”. Aunque me salió con algo de Ooc. en los personajes, quise dejarlo así, pues me agrado imaginármelos un poco más sensibles.

    Bueno, espero que quien se tome la molestia de leer mi “demencia” me brinde su opinión ^.^

    Protagonistas: Itachi, Temari y Shikamaru. Ademas de dos Oc. Seiren y Shikai.

    Advertencias: Posibles Ooc. en Itachi y Temari.

    Aclaraciones: Relatado en primera persona por Temari.

    Titulo: Anata no ainotameni!
    ~¡Por amor a ti!~

    El cielo en esa tarde, estaba nublado -cargado de lluvia- como mis ojos al aceptar que no le vería más y sin darme cuenta llegue ahí –a ese parque- donde lo “nuestro” había comenzado.

    No podía creer la realidad que me golpeaba tan abruptamente en esa ocasión. Pensar que durante todo ese tiempo que duró lo nuestro luche por mantener a flote nuestra relación, por demostrarle que en verdad le amaba -¡Por dios!- Cumplía hasta el más mínimo de sus caprichos…
    ¡Que estúpida fui! ¿Por qué?

    Bueno, porque un día sin decirme nada se marcho, desapareció de mi vida y durante mucho tiempo me sentí morir.

    Y hoy después de casi siete años de vivir sin él -años en los que mis amigos me enseñaron y aprendí a ser feliz otra vez- aparece frente a mi puerta como si nada…
    ¡Vuelve diciendo que me ama!

    No puedo mentir, sus palabras sacudieron mi interior -removiendo el pasado- abriendo viejas cicatrices que creí sanadas, olvidadas.

    Le miro –tristemente debo decir que, no a cambiado nada- sigue tan apuesto como antaño, sus orbes azabaches, su rostro perfecto... mi revisión óptica es cortada al sentir su mano en mi mejilla derecha -se siente fría- ni siquiera su tacto a cambiado.

    —¿Me dejarás pasar o piensas tenerme aquí parado bajo la nieve por más tiempo? —me susurra cerca de mi rostro.
    ¡Por dios, reacciona!

    Me grita mi consciencia ante sus palabras y tacto.

    —No. —respondo segura. Veo que no esperaba que esas palabras salieran de mi boca, me observa preguntando con su mirada el por qué— Itachi han sido casi siete años, ¿no pensaras que las cosas siguen igual?

    —¿Por qué no? Jurabas amarme, no creo que ese sentimiento que me profesabas haya desaparecido en tan poco tiempo. —No puedo creer lo que dice ¿Cómo puede ser tan cínico? Siento la ira sucumbirme ante su altanería.

    —Los años no pasan en vano, Itachi. Muchas cosas aquí han cambiado, por qué mis sentimientos deberían seguir igual —no puedo evitar que la molestia se cuele en cada una de mis palabras. Él lo nota y desvía su mirada a un costado, como queriendo restarles importancia.— ¡Mírame! —le ordeno. Por primera vez desde que nos conocemos elevo mi voz sobre la suya, por primera vez desde que se marcho siento que mi corazón ya no duele.

    Muchas veces me pregunte qué sentiría si llegaba el día en que le viera de nuevo. Si los sentimientos de antaño volverían, si al tenerlo frente a mi le perdonaría…

    —Desde que te fuiste, siempre quise saber sólo una cosa —con su mirada en la mía, al fin podré saber la respuesta a lo que por mucho tiempo me atormentó—. ¿Al caso, no merecía siquiera que me dijeras a la cara -mirándome a los ojos- que lo nuestro se terminaba? ¡Ni siquiera dejaste una nota; simplemente desapareciste y muchas veces pensé que tal vez ni siquiera me amaste!

    Sus ojos me muestran algo que no alcanzo a descifrar, su mirada es más intensa, siento como si tratará de ver más haya de mis ojos, como si pretendiera llegar a mi corazón y ver lo que guardo ahí…

    —No hice ni lo uno, ni lo otro; porque no estábamos terminado. Simplemente necesitaba tiempo, organizarme, hacer algunas cosas que desafortunadamente me llevaron años, y así dar el siguiente paso contigo.

    Sus ónices, me gritan que cada una de sus palabras es verdadera. ¡Dios! Siempre fue tan idiota para hacer las cosas –en cuanto a sentimientos se tratará- ¡demonios! Como saber esto si no lo dijo, si me lo hubiera dicho yo…

    —¡Temari! —me llaman desde el interior de la casa— Seiren, Shikai y yo te estamos esperando para continuar viendo la película — esa voz tras de mí -que me devolvió la paz y felicidad en esos años de dolor y soledad- abre la puerta dejando a la vista la pared del recibidor en donde esta nuestra galería familiar— ¡Tks, mendokusai! —masculla al ver a la persona que se encuentra frente a mi.

    —También me da gusto verte, Shikamaru —increpa con altanería— ¡Al final lo conseguiste! Nunca fue un secreto para mi que siempre la amaste —puedo sentir que hay cierto dolor en sus palabras.

    —Bienvenido Itachi. —Las palabras de mi esposo me descoloca— Jamás pretendí ocultarlo, ¿A qué se debe tu regreso, amigo? —Sí, ellos eran los mejores amigos en la universidad...

    —Hmp, volví por lo que me pertenece, pero veo que supiste aprovechar muy bien mi ausencia… —mi corazón dio un vuelco ante sus palabras, realmente me sorprendieron. Siento una pequeña mano tomar la mía…

    —¡Otô-chan, Kâ-chan vamos a seguir viendo Tarzan! —reclama atención nuestra hija mayor, mi corazón salta al ver la mirada de Itachi fija en ella.
    ¡Dios, es qué, cómo no darse cuenta!

    —¿Cómo te llamas, pequeña? —vemos a Itachi ponerse en cuclillas frente a la niña, veo temerosa a Shikamaru, él esta igual que yo… con el corazón en la boca.

    —Mi nombre es Seiren Nara y voy a cumplir seis años en agosto, ¿señor, usted cómo se llama?—responde mi niña con una enorme sonrisa en sus labios. Vemos como el rostro de Itachi se sorprende, ¡Dios, no es tonto! Ha sacado cuentas y se ha percatado de la verdad, además es innegable tratar de mentir -el mismo color de cabello, de ojos, las facciones de sus rostros, el color de piel-…

    —Bonito nombre, Seiren-chan —dice al momento en que acaricia la mejilla de mi niña—. El mío es Itachi Uchiha —le sonríe con cariño –puedo notarlo en su forma de mirarla- mi cuerpo se tensa al chocar mis ojos con los suyos.

    —¡Kâ-chan! —dice mi pequeño de cuatro años al instante en que se abraza a mi. Lo levante en brazos ante la atenta mirada de Itachi que se ha incorporado.

    —Ven Shikai, tu kâ-chan debe hablar un momento con Itachi-san —le dice mi esposo al pequeño, al instante en que lo toma en sus brazos— vamos Seiren —toma a la niña de la mano— preparemos unas palomitas, golosinas y refrescos en lo que esperamos a kâ-chan para continuar con la película.

    —Entra, debemos hablar —lo tomo de la mano, halándolo al recibidor.

    —Aquí esta bien —me detiene, posando sus orbes azabaches en las fotografías.— Ella es mí…

    —Sí —le interrumpí antes de que termine la frase— cuando te fuiste me entere un mes después que tenía casi tres meses de embarazo. El saberlo fue duro porque me llenaba de tristeza que no conocería a su padre —mientras le cuento, veo que Itachi tiene entre sus manos la foto donde las chicas me hicieron el Baby shower a los ocho meses, la observa con ¿melancolía?— durante todo el embarazo Shikamaru permaneció a mi lado, apoyándome. —La deja y toma otra en la que aparezco sola con mi pansa de casi nueve meses, la recorre con su dedo índice—. Me confeso abiertamente sus sentimientos, me dijo que también amaba a mi niña, que él sería feliz si le permitía ser su padre —ahora tiene entre sus manos la foto donde aparecemos Shikamaru y yo con Seiren de recién nacida— me demostró el amor que me profesaba, sin percatarme comencé a corresponder sus sentimientos y casi un año después no casamos. Eso es todo lo que tienes que saber.

    No dice nada, sólo continua viendo las fotografías, en especial las de la niña. La mira anhelante, con amor y eso me llena de miedo. Su silencio me pone nerviosa y gracias a eso podemos escuchar –porque estoy segura que él también les escucha- a Shikamaru y los niños…

    —¡No Otô-chan, quiero palomitas normales, panditas y chocolate! —Grita –al parecer irritada- mi pequeña. Veo que una sonrisa se curva en los labios de Itachi.

    —¡Pero yo no! Yo quiero palomitas acarameladas, chocolate y galletas —contradice mi niño.

    -

    Veo como deja la fotografía que le tomamos en su quinto cumpleaños a Seiren cuando apagaba las velas, rodeado de sus amigos, primos y tíos –ella sonreía-

    —Hasta en eso es igual a mi —al fin habla, llamando mi atención…— quiero que me permitas verla. —Sus palabras me causan escalofríos.

    -

    —Hagamos esto, cada uno come lo que quiere. No hay porqué pelear por algo tan sencillo —escuchamos la voz de Shikamaru –como siempre- arreglando las cosas de manera pacifica en cuanto a las diferencias de mis hijos.

    —¡Gracias Otô-chan!

    -

    —No temas, Temari —me dice viéndome a los ojos— no voy a reclamar la paternidad de Seiren, aunque es lo que más deseo, pero… —agacha la mirada, veo como unas lágrimas resbalan por sus mejillas— no tengo derecho a irrumpir en su vida, dándome cuenta que realmente es feliz. Además debo reconocer que Shikamaru ha sabido ser un buen padre para ella, mejor de lo que yo podría haber sido —sus palabras me llenan de alegría y tristeza al mismo tiempo, tanto que no sé si llorar o reír, termino haciendo ambas— por estúpido te perdí a ti, no me obligues renunciar a ella también. Déjame velar por ella y también por el pequeño Shikai, es lo menos que puedo hacer para agradecerle a Shikamaru por el amor con el que a criado a mi hija.

    Con mis manos levanto su rostro para que me miré, seco con cariño sus mejillas –por primera vez me esta mostrando que en verdad me amó- lo abrazo, él se aferra a mí, puedo sentir como su cuerpo se estremece –esta llorando- puedo sentir sus lágrimas mojando mi cuello.

    —Aún no la hemos bautizado —le susurro, siento que despega su barbilla de mi cuello— si tú quieres, podrías convertirte en su segundo padre al convertirte en su padrino —le aclaro, ¿su respuesta? Me abrazo con más fuerza.

    —¡Sí, sí quiero! —me responde, puedo percibir la felicidad en sus palabras.

    —Entonces, contrólate. Tenemos que terminar de ver una película con tu ahijada —lo invite, él limpio su rostro. Vi a los niños; y a mi esposo salir con dos charolas llenas de -comida chatarra y refrescos- de la cocina, Seiren y Shikai se acercan a mi llamado— niños lleven al tío Itachi a la sala, va a ver la película con nosotros —Shikamaru me mira, le sonrió y le hago un guiño.

    —¿Tío? —indagan mis pequeños al mismo tiempo.

    —Hagan caso a su Kâ-chan, luego les contamos. Lleven a su tío mientras ella y yo iremos a preparar la cena —les pide con una gran sonrisa en el rostro su padre.

    —Sí Otô-chan —responden al unisonó, obedientes ante el pedido de mi amado Nara.

    —¡Vamos, tío Itachi! —Le dice entusiasmada mi niña, tomándolo de la mano –él como bobo la observa- gira el rostro a su izquierda al sentir otra mano pequeña tomar su mano libre, Shikai le sonríe de forma traviesa y ambos comienzan a guiarlo a la sala.

    —Tío Itachi, Tarzan acaba de conocer a Tantor —le cuenta Shikai, observo como él les mira atento a todo lo que mis pequeños le dicen.

    Me dirijo a la cocina y luego de unos minutos más llega Shikamaru, me abraza estando yo de espalda, posando su barbilla en el contorno de mi cuello –suspira aliviado después de contarle lo que hable con Itachi- al parecer él también temía perder a nuestra hija

    -

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    Los meses que han pasado hemos estrechado los lazos que creíamos perdidos, felizmente veo que no existen resentimientos en ninguno de los tres. Sólo en algunas ocasiones puedo percatarme que un atisbo de melancolía se cuela en los orbes azabaches de Itachi, pero que es remplazado rápidamente por alegría tan sólo al verla.

    —¡Padrino! —grita mi pequeña al verlo acercarse entre las mesas del salón donde estamos celebrando su sexto cumpleaños. Él se pone en cuclillas dejando el enorme regalo en el suelo y esperándola con lo brazos abiertos.

    —Feliz cumpleaños, mi pequeña —veo que la abraza –sonríe- nos mira “agradecido”, Shikamaru y yo le sonreímos. Vemos al pequeño Shikai salir corriendo a su encuentro, arrojando el palo con el que ha roto la piñata –valiéndole que los dulces de la piñata estén en el suelo y siendo levantados por los demás pequeños invitados-

    —¡Tío Ita! —se le avienta, Itachi termina de sentón en el suelo, con cada uno de nuestros hijos ocupando sus brazos –porque somos tres los padres que daríamos lo que fuera por verlos feliz.




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    Hasta la próxima!!

    Kuram@
     
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    Leo
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    OMG me encanto casi lloro T.T no c x q no lo hice xD pero en fin estuvo mas q hermoso, perfecto en cuanto a mis gustos , bueno espearando q no me borren x spam te felicito byee
     
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    Yuriko Fate Granger

    Yuriko Fate Granger Usuario popular

    Cáncer
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    Awwwwwwwwww que ternura! No creo qeue haya sido ooc porque poniendote a pensar, Itachi alguna vez fue así ;) ¿No? De la narración y la oretografía ni preste atención, me entretuve y mucho :D . Lo que sí ¿Tiene continuación? Si la hay, me avisarías?
     
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