Amour: un mot, cinq lettres et une signification

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por AnaIz16, 5 Noviembre 2007.

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    AnaIz16

    AnaIz16 Guest

    Título:
    Amour: un mot, cinq lettres et une signification
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    6
     
    Palabras:
    3771
    Amour: un mot, cinq lettres et une signification

    Amour : un mot, cinq lettres et une signification

    Amor Una palabra, cuatro letras, un significado
    Celui qui est le ? Je le haïr (¿Quién es él? Lo odio)

    –Fue un placer hacer negocios con usted… señorita Tendo – dijo él mientras la miraba con una cínica sonrisa en su rostro.

    “Maldito bastardo” fue en lo único que pudo pensar cuando apretó sus puños sobre la mesa, aquella mesa en donde había vendido su alma al mismo demonio, pudo ver como tomaba sus cosas y se disponía a salir de la oficina, antes de que lo hiciera lo llamó.
    –¡Espere! –exclamó como si su vida se fuera en ella, él se detuvo y se giro para mirarla de nuevo, aquella sonrisa mezclada ahora con victoria seguía más pasmada en su rostro.
    –¿Qué desea? –preguntó con un deje de ironía en su voz.
    –Prométame que no le pasara nada a mi padre –dijo angustiada, era lo único que le importaba, lo único que valía la pena.
    Sonrió de nuevo, demostrando aquella sonrisa que la incomodaba, que la inquietaba, que la molestaba e intimidaba.
    –Ya se lo dije… no pasara nada, solo lo que hemos acordado en el contrato. La empresa “Passerelle” será mía desde ahora, usted y su padre estarán bien, no les pasara nada mientras estén bajo mis órdenes y mi tutela –dijo tranquilo, satisfecho con lo que estaba haciendo, Akane no tuvo más remedio que aceptar lo que estaba pasando, si no lo hacía las acciones de la empresa terminarían en la basura y todo el esfuerzo en años de su padre se iría a la basura, a la misma mierda.
    –Qué pase una bella tarde –dijo aquel hombre y salió de la oficina de la menor de las Tendo.
    –Maldito… ¡Te maldigo Ranma Saotome! –gritó Akane dándole un puñetazo al escritorio mientras sentía un ligero dolor en sus nudillos y veía como perturbada las cosas y el silencio que reinaba en aquella oficina.

    –¿Qué ganaras con todo esto? –preguntó Ryoga cuando llegó a la nueva oficina de Ranma en la empresa de la que ahora era dueño, no entendía aún lo que estaba pasando pero sabía que su amigo de la infancia estaba más enojado que nunca, sus ojos azules-grisáceos estaban fríos y vacíos como nunca antes los había visto.
    –Mucho y tu lo sabes Ryoga –le cortó Ranma sin mirarlo, se giro dándole la espalda.
    La oficina era amplia, pero no era la que quería, de un espacio considerable, sin muchos muebles y poco arreglada ya que era del viejo administrador que el mismo se había encargado de quitar esa misma tarde.
    –Quiero la de Akane, tiene mejor vista que esta –dijo y sonrió de nuevo mirando esta vez a Ryoga que suspiro pesadamente.
    –¿Por qué? –preguntó.
    -Ya te lo dije, tiene mejor vista que esta, así que mañana mismo le diré que salga de ella, así podre acomodarme en ella y ella en esta. [/font]
    –Pero Akane no tiene nada que ver en los que…
    –¡Claro que sí! –exclamó Ranma algo molesto, pero nuevamente sonrió cuando Ryoga no dijo más mirándolo fijamente. –Todos los Tendo tienen que ver en esto, todos...

    –¡Maldición! –gritó de nuevo Akane, conteniendo las lágrimas que peleaban por salir de sus hermosos ojos marrones, tenía rabia, quería salir y golpear a Ranma Saotome.
    ¿Cómo se había atrevido a quitarle su empresa de las manos de esa forma? ¿Quién era además? Tenía más o menos una semana de conocerlo, nunca antes había escuchado de él, pero los hombres que habían llegado con él constaban que era uno de los mejores inversionistas y empresarios del mundo pero nunca antes había escuchado de él, nunca antes lo había visto. Lo que más la inquietaba era la forma con que había llegado a la empresa, no lo olvidaría.
    Flash Back-------------------------------------------------------------à
    –¡Señorita Akane! –exclamó Haposai, el viejo anciano que era uno de los mejores inversionistas que tenía Japón. Cuando Akane entro de inmediato pudo ver los grandes paneles en donde se anunciaban que las acciones de la empresa estaban bajando en la bolsa.
    –¡¿Qué pasa Haposai?! –preguntó Akane alarmada mirándolo con horror, apenas pudo verlo noto que todo estaba perdido, que ya no había nada que hacer.
    –Akane… no hay nada que hacer, las acciones se devalúan terriblemente cada minuto, tenemos que hacer algo si queremos salvar la empresa –dijo y Akane supo que lo peor no había llegado.
    Dos semanas atrás su padre había sufrido un infarto, tenía mucha presión y su salud no era la mejor, pocos días antes de la desgracia su vida amorosa se había visto destruida, su prima Shampoo se había casado con Kuno, quien hasta hace dos meses estaba comprometido con ella.
    -¡Esto no puede estar pasando! ¡No puede! –exclamó frustrada.
    Dos horas después… un adinerado empresario residente en Inglaterra llegó interesado en la empresa.
    –¿De quién se trata? –preguntó Akane tratando de calmar un poco sus nervios con un té que le acababan de preparar.
    –Su nombre es Ranma Saotome –dijo Nabiki que trabaja con ella administrando las finanzas de la empresa, no entendía porque las acciones habían decaído si todo lo tenía bien y en orden. Tenía que a ver pasado algo con los contadores, pero lo encontraría y acabaría con el problema, no tenían tiempo así que tendrían que vender la empresa y después vería la forma en recuperarla.
    –Es nativo de aquí, pero parece que vivió mucho tiempo en Europa –Nabiki estaba tan frustrada como Akane y una mueca de desconsuelo se coloco en su rostro. –Sé que es duro, pero si no es él nadie lo hará, con los pocos amigos de papá, que pensé que no ayudarían dicen que es demasiado dinero. Ese tal Saotome es el único que nos ofrece lo que estamos pidiendo y un poco más para liberarnos de las viejas cuentas y una hipoteca que tenía papá sobre unas tierras de las cuales no teníamos ni idea –dijo Nabiki y Akane cayó sobre su escritorio a punto de sollozar, pero se contuvo sintiendo la cálida mano de su hermana que se poso sobre su hombro.
    –Buenas tardes –fue una voz masculina que logro erizar os vellos de la espalda de Akane, levantó de inmediato la mirada y se encontró con un hermoso y cruel rostro que la sorprendió, una sonrisa confiada y unos ojos únicos y fríos.
    –Mi nombre es Ranma Saotome.
    Fin del Flash Back ------------------------------------------------à

    Unos leves golpes en la puerta de la oficina de Akane sonaron, salió de golpe de sus pensamientos y miró hacia la puerta.
    –Soy yo.
    Era Nabiki, Akane la hizo pasar y ella entró, con una carpeta de color amarilla que dejo sobre el escritorio mientras se sentaba y miraba a su hermana que estaba terrible. Más delgada, ojerosa y desarreglada, no llevaba las ropas de sastre como siempre, si no una ropa de hacer deporte que no la hacía ver nada ejecutiva.
    -Sé que esto es una mierda –dijo Nabiki tomando un cigarrillo de la caja que tenía encima Akane en donde quedaban solo dos o tres –pero trata de aparentar un poco más, no dejes que el desgraciado de Saotome se dé cuenta de que estás mal.
    –No es tan fácil, no tengo ni ganas de estar aquí, lo hago únicamente por nuestro padre, para no quedarnos tan en la calle –replicó Akane tomando también un cigarrillo para acompañar a Nabiki, sabía que sus pulmones estaban peor que nunca, había fumado como no había hecho antes, uno tras otro, sabía que le afectaría pero ya no le importaba realmente.
    –Necesitamos saber quién es –dijo Akane intrigada y Nabiki se limitó a mirarla –tenemos que saber que quiere, cómo supo de la empresa, quienes son sus fuentes. Todo –agregó y Nabiki asintió positivamente.

    –¡Esto sí es vida! –exclamó Shampoo mientras estiraba su hermoso cuerpo sobre la arena sintiendo el contacto levemente rasposo y los rayos del sol encima de ella. –No hay nada como esto.
    –Qué bueno que te guste, amor –dijo Kuno mientras le daba un beso en los labios que ella acortó riendo, simulando que disfrutaba del sol, pero esa era mentira. Shampoo no soportaba a su marido, no le gustaba si quiera que la tocara, no soportaba su olor y mucho menos sus besos y caricias ¡lo odiaba! Cuando Kuno se tuvo que ir a revisar unos papeles para un viaje que iban a hacer esa tarde Shampoo respiro aliviada.
    –Solo te salva tu maldito dinero, solo eso –dijo suspirando con pesadez mientras miraba con tristeza el océano, pensando en otro, deseando los besos y caricias de otro, extrañándolo.

    –Aún no la he visto, pero siento mucha pena por ella –dijo Ryoga mientras hablaba con Moose al llegar al departamento que los tres amigos compartían.
    –Qué mal con eso. Pero Ranma está peor que un denomino, la chica se llevara la peor parte cuando es inocente.
    Ranma apareció en la habitación y ambos se callaron, sabían cuando tenían que hacerlo, no quería causar problemas o encender la furia de Ranma, no dirían nada de las Tendo, si trataban de defender a alguna sería peor, porque las atacaría con más fuerza.
    –¿Ya esta lista la cena? –preguntó seco y Moose negó con la cabeza.
    –Ya esta lista –dijo Ryoga tranquilo y Ranma asintió para abandonar la habitación e irse a su recamara.
    Ryoga suspiro cansadamente al ver la actitud de su amigo, él no era así
    –También la odio –dijo Moose y Ryoga lo miró de inmediato.
    –Esa mujer no solo acabo con lo bueno de Ranma, sino que también acabo con lo poco bueno que tenía yo –agregó Moose.

    A la mañana siguiente Akane tampoco tuvo muchas ganas de arreglarse, esta vez se puso unos pantalones vaqueros y una camisa de manga larga debido al clima de color gris, se ató su cabello largo en una cola de caballo alta y no se mequillo ni un poco.
    Cuando Nabiki la vio arrugo la cara en signo de desaprobación pero Akane no le intereso mucho.
    –¿Cómo esta papá? –preguntó de inmediato tomando la taza de café que le estaba ofreciendo, cuando lo hizo su hermana se encogió de hombros y le miró resignada.
    –Igual que siempre, no ha cambiado en nada.
    –¿Kasumi? ¿Ya llegó? –preguntó y Nabiki asintió positivamente .
    Kasumi se había casado con un doctor muy reconocido que estaba atendiendo a su padre, se llamaba Tofu y amaba con locura a Kasumi, además de que le tenía mucho respeto a todos los Tendo, respeto y admiración.
    –Bien, entonces vámonos –dijo Akane mirando su reloj mientras tomaba su bolsa y se encaminaba a el garaje para sacar su auto.
    –¡Pero falta una hora para que los empleados entren! –exclamó Nabiki mirando el reloj de su muñeca.
    –¡No quiero que él maldito de Saotome llegue primero! –gritó Akane ya en el garaje.
    –Dios, se está empezando a desquiciar –susurró Nabiki resignada mientras empezaba a correr haciendo que sus tacones resonaran en toda la estancia.

    Cuando llegaron a la empresa, Akane dejó el coche a menos estacionar, el mozo se encargaría de ello y salió corriendo al ver el auto de Ranma Saotome ya ahí.
    –¡Maldición! –gritó y corrió lo más que pudo a la puerta principal tomando el ascensor.
    –¡Akane espera! –gritó Nabiki detrás suyo que estaba muy lejos de alcanzarla, era casi imposible hacerlo primero no tenía la condición física para hacerlo y segundo llevaba tacones a diferencia de su hermana que llevaba zapatos deportivos.
    –Bien, ahí está mejor, creo que comprare un nuevo escritorio ese no me gusta. Dejen que la señorita Akane se quede con el –dijo Ranma mientras le daba unas cuantas indicaciones a los empleados para que siguieran sacando la oficina de Akane. Ranma había decidido que no iba a conservar ninguno de os muebles que estaban ahí, los iría a comprar el mismo.
    -¡¡Que cree que está haciendo!! –gritó Akane al llegar al piso principal al ver que su oficina estaba siendo saqueada por Ranma que la miró entre divertido y travieso. –¡Akane! Pero qué gusto, creo que legó tres minutos tarde de acuerdo a mi reloj –dijo mostrándole un Rolex de color plata que la dejo pasmada, era el de la colección más nueva y más cara. –Tenga por seguro que eso aparecerá en su expediente.
    Akane apretó los labios con fuerza, sentía como su piel interna se rozaba causándole un ligero dolor, todo había estado bien, solo el pequeño incidente que tuvo al equivocarse de calle a la velocidad que iba.
    –Se permite que los empleados lleguen cinco minutos tarde –replicó Akane arrugando el ceño.
    Ranma sonrió aun más y se acercó a ella hasta estar unos escasos centímetros de ella.
    –Antes. Mis políticas son diferentes y como esta es mi empresa ahora, todo cambiara –dijo y se separo de ella mientras caminaba dándole la espalda.
    Si Akane hubiera tenido un cuchillo se lo clavaría en ese momento en la espalda.
    –¡Quién diablos se cree! –escupió Akane sin poder contener más esas palabras en su garganta y se arrepintió inmediatamente al hacerlo, la iba a humillar lo sabía al ver sus ojos tan fríos y crueles.
    –¿Qué me creó? Muy fácil señorita Tendo –dijo levantando la voz y Akane pudo ver que los empleados estaban más atentos a la discusión que a sus labores. Esto sería sumamente vergonzoso para ella. –Soy el nuevo dueño de la diseñadora “Passerelle” yo soy el accionista mayoritario y tengo el derecho de hacer lo que me plazca con esta maldita empresa –escupió Ranma victorioso, seguro y altanero.
    –¿Por qué está haciendo esto? –preguntó Akane haciendo su mayor esfuerzo para permanecer erguida y no bajar la cabeza ante ese maldito bastardo.
    –También es una pregunta muy fácil, señorita Tendo –dijo Ranma y se acercó a ella para tomarla por los hombro pero ella se resistió y la tomó fuertemente del brazo arrastrándola fuera de la oficina, Akane forcejaba con él pero obviamente el gano, hizo tanta presión en su brazo que Akane pudo sentir como su musculo se tensaba.
    –Me gusta esta oficina, la quiero para mí.
    –Pero es mía –dijo Akane como una niña que peleaba por sus muñecas, Ranma sonrió de nuevo y se acercó a ella incomodándola más, estaba muy cerca de su rostro y esto inquieto a Akane quien trato de alejarse pero él no se lo permitió.
    –Quiero dejarle un par de cosas claras, señorita –dijo Ranma sonriendo de una forma maliciosa que hizo sentir algo extraño en Akane.
    –Lo primero, es que todo lo que yo deseo en esta vida lo consigo, no me riendo ante nadie y mucho menos renunció a un ideal. Lo segundo, es que esa oficina no es lo único que deseo, pero después se lo haré saber –dijo mirándola de arriba abajo para después soltarla y regresar a la oficina mientras Akane temblaba de la cólera.

    –Bueno… no esta tan mal –dijo Nabiki entrando a la nueva oficina de su hermana que antes había sido del viejo administrador y después de Ranma. Akane estaba peor que un león enjaulado, así que lo mejor era no meterse mucho con ella.
    –¡Es un desgraciado! –gritó colérica mientas golpeaba la mesa con fuerza, Nabiki prefirió no decir nada más, antes de salir entró Haposai corriendo y sonrió al ver que las dos estaban ahí.
    –¡Qué bueno que las veo! –exclamó y ambas lo miraron con atención, estaba bastante feliz, Akane suponía que era algo bueno, de lo contrario no estaría sonriendo tan sinceramente.
    –¿Qué pasa? –preguntó Nabiki.
    –Acabo de conocer al nuevo dueño de la empresa, con tantas cosas que hemos hecho no me había percatado de que se trataba de él –dijo y Akane arrugó el ceño al ver que su sonrisa seguía ahí.
    –¿Lo conoces? –preguntó.
    –¡Por supuesto que sí, yo mismo lo instruí! –exclamó orgulloso Haposai mientras miraba las caras incrédulas de las hermanas Tendo y el enojo que empezaba a aparecer en el rostro de la bella Akane.
    –¡¿Cómo dice?! –preguntó Akane levantándose bruscamente de la silla.
    –Que es mi viejo alumno, es encantador ese muchacho, definitivamente estamos en buenas manos –dijo tranquilamente mientras miraba como Akane se acercaba a él de una forma furiosa. Lo tomo del cuello de la camisa y lo zarandeo con violencia.
    –¡¡Cómo puede ser que se alegre cuando es nuestro peor enemigo!! –gritó Akane y golpearon su puesta levemente, Akane se giro y se encontró con un hombre que no había visto antes, parecía ser de su edad, su tez era algo broceada y sus ojos eran tan marrones como los suyos, llevaba una graciosa pañoleta en la frente y la miraba con sorpresa.
    –¿Quién es usted? –preguntó Akane secamente sin soltar al anciano.
    –M… mi nombre es Ryoga Hibiki...
    –¡¿Qué hace en mi empresa?! –espetó Akane mirándolo retadoramente, Ryoga se perdió en sus hermosos ojos a pesar de que estaban hirviendo en la rabia.
    –Baje el tono de voz que nadie le esta gritando –ese era Ranma que acababa de llegar a la oficina en donde todos estaban atentos a las reacciones de Akane que le falto poco vomitar al escuchar su voz y peor fue aún cuando lo miró.
    –El no es cualquier persona, será mi mano derecha, así que le pido que tenga respeto al igual que ellos lo tienen por usted –dijo mirándola con su común sonrisa que siempre irritaba a Akane.
    –Bien ¿me pueden dejar sola? Quiero organizar MI OFICINA –dijo recalcando las últimas palabras, Ranma sonrió un poco más y asintió positivamente indicándole a Ryoga y a Haposai que se retirarán y así lo hicieron seguidos de Nabiki que lo hizo voluntariamente, no quería ser testigo de la furia de su hermana después de que terminara de hablar con Ranma.
    –¿No escuchó lo que dije? –preguntó Akane molesta.
    –Claro que sí, quería decirle que en la sala de juntas están los inversionistas chinos, si usted quiere venir para ajustar los nuevos términos con ellos –dijo cínicamente saliendo de la oficina, mientras Akane sentía que quería volverse una asesina sin control y acabar con él.
    -Te odio… ¡TE ODIO RANMA SAOTOME! –gritó sin importarle que él pudiera escucharla.
     
  2.  
    :_maritza_:

    :_maritza_: Guest

    Título:
    Amour: un mot, cinq lettres et une signification
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Fantasía
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    Palabras:
    120
    Re: Amour: un mot, cinq lettres et une signification

    hola hacia un tiempo me habia interesado el fic y hasta ahora lo he leido, me parese que esta muy bien, aunque no entiendo del todo el porque de la venganza de ranma con akane, espero saber que es lo que pasara, bueno, antes que nada tienes algunos fallos ortograficos y en agunas partes no see entendio del todo (esas son mis unicas y pequeñas criticas si las quieres aceptar) de resto me parese que tienes un fic muy interesante estare apollandolo y sigiendole la pista para saber como se desarollara mucha suerte y sigue mejorando que creo que lo haces muy bien

    atte y dandote su apollo: yo
     
  3.  
    AnaIz16

    AnaIz16 Guest

    Título:
    Amour: un mot, cinq lettres et une signification
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    Fantasía
    Total de capítulos:
    6
     
    Palabras:
    5387
    Re: Amour: un mot, cinq lettres et une signification

    Amour : un mot, cinq lettres et une signification
    Amor Una palabra, cuatro letras, un significado
    En découvrant un peu de… Saotome Ranma (Descubriendo un poco de Saotome Ranma)

    Segundo Capitulo
    Los inversionistas chinos estaban consternados, Ranma dijo que no sabía hablar chino, pero le había dicho al traductor que les dijera que no quería hacer ningún trato con ellos, Akane alarmada trató de detenerlo pero como era obvio fue inútil porque el traductor solo obedecía a Ranma, cuando el traductor le dijo eso a los inversionistas Akane intervino llamando a Takú, el inversionista chino más viejo y mayoritario de las acciones.
    –Señor Takú, no le haga caso, no sabe lo que dice. Acaba de tomar el mando de la empresa y aún no entiende muy bien los términos que hemos firmado en el contrato –dijo Akane apresuradamente mientras el traductor se lo decía a Ranma en japonés, pero antes de que terminara de decírselo Ranma ya sabía lo que Akane había dicho.
    –Dígales que soy el nuevo dueño y que como dije antes, no quiero ningún trato con los chinos –dijo Ranma molesto mirando a Akane con impaciencia.
    El traductor se lo dijo de la manera más diplomática que pudo y Akane nuevamente trato de solucionar el nuevo problema que estaba surgiendo pero antes de que pudiera terminar de hablar con el chino, Ranma la tomó del brazo y la obligó a mirarlo.
    –Dejé ya de intervenir, no quiero ningún trato con los chinos –dijo Ranma cortante y Akane arrugó el ceño.
    –¡Es estúpido o qué! –espetó Akane fuera de sí mientras lo miraba con desconcierto y preocupación, Ranma solo sonrió irónicamente y negó con la cabeza.
    –No quiero tratos con los chinos –repitió tranquilo e imperturbable, Akane con la boca abierta miró a los chinos que hablaban entre sí, igual que ella no entendían nada, agradecía que no supieran japonés y miró de nuevo a Ranma.
    –Mire, Saotome, esos chinos son unos clientes muy importantes, si usted pone atención a los ingresos se dará cuenta que son el aporte más importante en la empresa y…
    –Eso simplemente es porque ustedes están cerrados ante el mundo –le cortó Ranma mirándola fijamente –solo les importa simpatizar con los chinos y americanos ¿Qué hay de los coreanos, europeos o los árabes? Y lo latinos ¿Dónde quedan? –preguntó Ranma y Akane le miró sorprendida, ella tenía la idea de expandir el mercado, pero su padre y hermana siempre se lo habían negado.
    –Sería una gran pérdida, estamos muy bien instaurados en esas dos zonas –dijo Akane bajando la cabeza, Ranma sonrió, no sabía porque pero sentía que esas palabras e ideas no eran de ella.
    –¿Tiene miedo entonces? –preguntó Ranma y Akane le miró de inmediato mordiéndose los labios, quería decirle que no, que ella también tenías esas ideas y los deseos de que se expandieran, pero recordó las palabras de su padre.
    “Para que buscar más, ahora estamos bien, si nos arriesgamos corremos el riesgo de perder todo”
    –No, pero quiero guardar las bases –dijo Akane desviando la mirada y ladeando un poco el rostro para no verlo. Ranma sonrió satisfecho, entendió que ella deseaba lo mismo, solo que no lo hacía seguramente por su familia, miró a los chinos y después al traductor.
    –Dígales que desde este momento queda disuelto el contrato y que busquen otra casa productora porque esta no tiene contrato con los chinos –dijo Ranma y Akane le miró con los ojos llenos de sorpresa. –Y que no traten de insistir, porque siempre encontraran esa respuesta –agregó, retomando su lugar en la mesa directiva.
    Akane tembló de cólera, como se atrevía a hacerle algo así después de lo que ella le había dicho.
    –¡Pero la campaña con ellos es una de las mejores que hemos tenido! Además tenemos que terminar el último contrato que teníamos.
    –Usted no me dijo nada de ningún contrato –dijo Ranma algo serio, eso era un cambio para sus planes.
    Akane sonrió esta vez, estaba confiada, sabía que por más prepotente que fuera no podía romper ese contrato –Se lo estoy diciendo ahora. Tenemos un contrato con ellos, es de la colección de verano.
    –Entonces lo terminaremos mañana y romperemos todos los lazos con ellos –dijo Ranma serio, Akane sonrió de nuevo y negó con la cabeza.
    –Eso no será posible, porque el señor Takú y esta compañía designaron una modelo para el comercial.
    -No veo el problema.
    Los inversionistas estaban al tanto de la pelea gracias al traductor que se encargaba de decirle los que pasaba y también gracias a uno de los chinos más jóvenes que entendía algo de japonés.
    –Solo quieren a una, y ella ahora no se encuentra aquí –dijo y Ranma negó con la cabeza.
    –Aquí hay más de mil modelos, cualquiera de ellas puede hacerlo.
    –Me temo que no –intervino Akane victoriosa, sintiendo ganas de gritar al ver que esta vez le estaba ganando a Ranma.
    –Señor Takú puede prestarme el contrato –dijo Akane en chino mirando al viejo inversionista que se apresuro a darle los documentos para que ella se los pudiera enseñar a Ranma.
    –Se los puedo leer, o dígale a su traductor si no confía en mí –dijo Akane cruzada de brazos mientras Ranma estudiaba los papeles que estaban escritos en chino.
    Ranma leyó rápidamente y arrugó el ceño cerrando la carpeta de inmediato.
    –¿Cómo se llama la modelo? –exigió mirando a Akane severamente, Akane sintió un extraño escalofrió dentro de ella al ver aquella mirada. Era completamente dura, fuerte y llena de odio.
    –Sha… Shampoo –balbució, las negras cejas de Ranma se juntaron un poco más y sus ojos se llenaron más de odio, el sentimiento de Akane se afianzo.
    –Llámela entonces, tiene un trabajo por hacer.
    –E… eso no será posible –dijo Akane intimidada por la mirada de Ranma, tomó aire y se regaño a si misma por estar así, no tenía porque ser así, no podía tenerle miedo, no le iba a demostrar que lograba intimidarla con una sola mirada.
    –¿Por qué no? –dijo entre dientes, conteniendo apenas su rabia.
    –Porque está en su vieja de bodas.
    Si los ojos de ese hombre hubieran sido espadas Akane estaría en ese momento destazada, su mirada era tan intensa que no podía describirla, solo la embargaba un feo y extraño sentimiento que lograba congelar todos sus sentidos y despertaban el pánico en ella.
    –¿Hace cuanto se casó? –preguntó Ranma y Akane arqueó una de sus delgadas cejas.
    –¿Cómo dice?
    –¡Responda! –exigió Ranma.
    –No creo que eso le deba de import...
    –¡Respóndame! –exclamó Ranma dándole un golpe seco a la mesa que hizo saltar a los inversionistas que entendían poco de lo que pasaba ahí.
    –Más o menos dos semanas –dijo Akane nerviosa.
    –¿Tatewaki Kuno? –preguntó Ranma con la mirada fija en la pared.
    –¿Cómo? –preguntó Akane desconcertada.
    –¡¿Se casó con Tatewaki Kuno?!
    -Usted como sabe… –vaciló Akane congelándose cuando Ranma la miró a los ojos.
    –Ese hombre es muy conocido en la ciudad al igual que su prima.
    Ahora sí que Akane estaba impactada, como ese hombre sabía que era su prima, se imagino que lo pudiera saber de las revistas y noticieros, pero él no era la persona que diera la impresión de estar atento a los chismes de la farándula.
    –Llaméela, dígale que tiene que presentarse aquí más tardar el miércoles –dijo Ranma poniéndose de pie, mientras iba a la puerta para irse.
    Akane se atraganto levemente y también se levanto llamándolo, Ranma se giro levemente y la miró con impaciencia.
    –¡Pero hoy es lunes! –dijo Akane, Ranma sonrió de medio lado y se giró de nuevo tomando el pomo de la puerta.
    –Con dos días es suficiente, dígale a los inversionistas que nuestro contrato termina el miércoles, buenas tardes –dijo y salió de la oficina dejando a Akane pasmada y temblando nuevamente de rabia.

    –¡Eso es imposible Nabiki! –exclamó Shampoo por el teléfono cuando ella le informo que se tenía que presentar el miércoles para terminar de firmar el comercial y modelar la nueva colección de verano de los chinos.
    –Lo siento, prima –dijo Nabiki con desagrado –tienes que hacerlo, son ordenes del nuevo dueño.
    –¿Nuevo dueño? –preguntó y Nabiki asintió.
    –Cuando llegues te lo contaremos todo, lo único que te digo es que es un hombre que está acostumbrado a dar órdenes, así que lo mejor es que no nos compliques las cosas –dijo Nabiki y Shampoo rió sarcásticamente.
    –¡No pienso ir!
    Nabiki puso los ojos en blancos y hizo una mueca de cansancio –Tienes que hacerlo, como te dije el da órdenes, así que mejor aparécete por aquí si no quieres que tengamos problemas con él.
    –Te dije que no pienso ir, estoy en mi luna de miel y jamás las interrumpiré para ir a trabajar.
    Akane se desesperó y fue directo a su hermana para arrebatarle el teléfono de mala gana y escuchar la voz desagradable de su primita.
    –Mira Shampoo, no te estoy preguntando, te estoy informando.
    Shampoo al escuchar la voz de Akane sonrió de forma maliciosa.
    –¡Akane! Prima ¿cómo estás? –preguntó y Akane arrugó el ceño.
    –No te llamo para charlar, solo te digo lo que Nabiki ya te explicó.
    –Pero no me parece justo, yo estoy de luna de miel con mi esposo, Kuno y yo estamos pasando los mejores momentos –Akane sintió una puñalada al escuchar aquello, era un golpe para su corazón y su orgullo. –No te he contado, no sabes que apasionado que es, es de los hombres que ya no hay, cuando estoy en sus brazos...
    –Ya sabes, en dos días tienes que estar aquí –le cortó Akane y Nabiki negó con la cabeza suponiendo por la expresión de su hermana que no era nada bueno.
    –¡No quiero trabajar!
    -¡Cómo si tuvieras que hacer mucho! Solo tienes que ponerte un maldito traje de baño tomarte fotos y después caminar con el por una Pasarella –espetó Akane molesta, cuando Shampoo iba a decir algo Akane le cortó rápidamente. –Ya lo sabes, el miércoles –dijo y aventó el teléfono para no escuchar más su molesta voz.
    Nabiki la miró y pudo ver que estaba conteniendo las lágrimas que siempre amenazaban en salir de sus ojos al saber noticias de su antiguo prometido y su prima.
    –Es una estúpida, no debes de demostrarle nada, sabe que estas sufriendo –dijo Nabiki y Akane solo levanto los hombros.
    –Qué más da, solo espero que recuerde su lugar y no trate de hacerle una treta a Kuno –dijo Akane apretando el puño con fuerza.
    –¿Lo dices por la llamada que escuchamos antes de que ella se casara con él? –preguntó Nabiki y Akane asintió.
    –Espero que solo haya sido un mal entendido, porque si es verdad que Shampoo estaba con otro hombre mientras me quitaba a Kuno lo va a pagar caro –dijo Akane y Nabiki le miró con interés.
    –Si eso fuera cierto… ¿le dirías a Kuno?
    –No lo sé –dijo Akane algo dudosa. –Kuno es un hombre muy celoso y sumamente orgulloso, su orgullo esta primero que nada, a pesar de todo Shampoo es mi prima y no quiero que le hagan nada. –A veces eres muy tonta Akane –dijo Nabiki cruzando sus piernas mientras Akane dejaba reposar su espalda en el respaldar de la silla. –Shampoo te quitó lo que más querías y no quieres que Kuno le haga daño.
    –No es eso, no quisiera ver como Kuno se ensucia las manos, además ya sabes cómo es Shampoo, seguro que su relación termino cuando se casó con Kuno.
    –Esa es la esperanza –dijo Nabiki mirando a su hermana resignada.
    –Espero que sí –dijo Akane.
    –Ya lo veremos, cuando estén aquí será más fácil tener a Shampoo bajo la mira. Nunca me ha caído bien lo sabes y mucho menos después de lo que te hizo, quitarte a Kuno.
    Akane solo bajo la mirada y se encogió de hombros.

    Ranma estaba en su oficina, a pesar de los tantos olores que había pedido a las conserjes que pusieran no podía sacar el aroma de Akane, su fragancia se mezclaba con todas las demás y eso lograba irritarlo.
    –¿Entonces era cierto? –preguntó Ryoga entrando a su oficina, Ranma lo miró, estaba serio, distante, el odio seguía presente en su mirada y la rabia se había acentuado con más fuerza.
    –Sí, era cierto, todo lo que nos dijo esa anciana era cierto, todo –dijo Ranma mirando a Ryoga de forma frustrada.
    –Lo siento –dijo Ryoga y Ranma rió amargamente.
    –No hay nada que sentir, no quiero inspirar pena y lastima, así que no me vuelvas a decir eso si no quieres que te mate –dijo Ranma sin gritar, pero logrando que Ryoga sintiera un escalofrío en su espina dorsal.
    –¿Entonces que pasara? –preguntó y Ranma solo sonrió con amargura.
    –Ya lo veremos… el miércoles lo veremos.

    Nabiki ya se había ido, hace una hora que todos los empleados podían irse, pero Akane quería adelantar unas cuantas cosas que tenía que hacer y entregarle el siguiente día a Ranma, tenía que llevara un chofer, porque Nabiki se había llevado el auto. Pasaron rápidamente las horas sin que se diera cuenta y se alarmó cuando miró en su reloj que ya eran las doce de la noche.
    –¡Maldición! –exclamó recordando que la hora de salida había sido a las ocho y que seguramente el chofer ya no estaba, se apresuró a marcar el número del chofer donde no le contesto, el teléfono de choferes se encontraba en la plata baja en el estacionamiento, pero nadie le contestó.
    –¡No puede ser que no haya nadie! –exclamó frustrada, habían catorce choferes en toda la empresa y ya todos se había ido.
    –Eso resulta algo obvio –dijo Ranma que se apareció en la oficina de Akane haciendo que esta diera un respingo al escuchar su voz.
    –¡¿Qué hace usted aquí?! –preguntó algo alarmada, pero respiró hondo para calmarse.
    –Eso mismo le iba a preguntar yo, ya me iba cuando escuche su grito –dijo Ranma entrando a la oficina, Akane se apenó un poco por eso y empezó a ordenar sus cosas distraídamente, para evitar ver aquellos ojos que la lograban intimidar.
    –Estaba adelantando unos informes que tengo que entregarle mañana ¿quiere verlos de una vez?
    –No, solo quiero irme ya. Supongo que usted no tiene como irse.
    –No se preocupe, llamaré un taxi –dijo Akane y el rió.
    –Bien, hasta mañana entonces –dijo Ranma despidiéndose de un ademán mientras se giraba para salir de la oficina, Akane no pudo evitar abrir su boca con sorpresa al saber que Ranma no pensaba acercarla a su casa ¿Qué clase de tipo era? No tenía educación definitivamente, era un patán con ropa de caballero.
    –Hasta mañana –dijo Akane entre dientes, no iba a decirle nada, no iba dejar que se burlara de ella y aunque le diera terror irse sola en taxi a esa hora lo iba a hacer.

    –¡¡Esto no puede ser posible!! –exclamó Akane al ver que no había ningún taxi disponible, ya estaba en la parte baja del edificio y cada vez que le decían que esperara cinco minutos para que el taxi llegara no llegaba ninguno.
    –¡Maldición, maldición! –gritó mirando su reloj, ya habían pasado dos horas desde que se despidió de Ranma, intentó llamar a Nabiki un par de veces pero no había respuesta, llamó a su casa y tampoco le contestaban, definitivamente la suerte estaba en contra de ella.
    –Señorita Tendo –fue una voz que sonó detrás de ella, Akane dio un respingo por la sorpresa y se giró de inmediato encontrándose con un hombre que le resultaba familiar.
    –¡¿Quién es usted?! –preguntó algo alarmada, la empresa ya estaba vacía y solo se encontraba ella con un hombre, definitivamente eso no era bueno.
    –Soy Ryoga Hibiki –dijo él algo nervioso –no sé si me recuerde, entre a su oficina cuando...
    –Sí, ya recuerdo –dijo Akane aliviada y sonrió al abiertamente. –¿Pero que hace aquí a esta hora? –preguntó y Ryoga sonrió tímidamente, le gustaba mucho aquella sonrisa de Akane en donde se perdía el tiempo y las preocupaciones.
    –Bueno… yo solo estaba ordenando unas cuantas cosas que el señor Saotome me dijo, escuché que había alguien más así que la vi a usted.
    –Vaya, Ranma no me dijo nada.
    –Si usted quiere la puedo llevar a su casa, ya me voy y…
    –¡Gracias! –dijo Akane alegre, agradeciéndole a Kami que pasara algo bueno en su día.
    Como Ryoga se lo prometió la llevó a su casa, se bajo apresuradamente del auto y se despidió de él con un ademán ya estando en el marco de la puerta principal, Ryoga esperó hasta que entrara para irse, cuando se fue Akane corrió a la cocina para prepararse algo de cenar, se moría de hambre y a pesar de la hora se tomó un poco de leche y un par de galletas que Kasumi hizo esa noche, cuando entró a su habitación se puso rápidamente la ropa de dormir para dejarse caer pesadamente en la cama. Recordó lo que había pasado hoy y pensó con desagrado que en menos de dos días vería de nuevo a su prima y al hombre que había roto su corazón.

    Llegó el miércoles, Akane se despertó más temprano que de costumbre, Nabiki le dijo que no dejara que ninguno de los dos la vieran desarreglada por primera vez le hizo caso. Se vistió como antes lo hacía, cuando estaba comprometida con Kuno.
    Llevaba un traje de sastre de color negro y una camisa de color blanca de fondo, toda una ejecutiva, se daba cuenta que había perdido algo de peso, porque ante le quedaban más talladas, ahora estaban mucho más holgadas, se colocó sus medias semitransparentes que hacían que su piel pálida se bronceara considerablemente y se colocó unos tacones bajos para cambiar unos cuantos centímetros su estatura, se maquillo muy poco y ató su largo cabello con una cinta de color blanca.
    Cuando Nabiki la miró suspiro resignada.
    –Pensé que te ibas a arreglar.
    –Y lo hice –replicó Akane tomando un poco de jugo de naranja.
    –Me refería a que te vistieras diferente, eres la vicepresidente de la empresa, es de moda, deberías de vestiste más...
    –Tú te vistes igual –replicó Akane frunciendo el ceño.
    –Pero soy administradora y no tengo que impresionar a nadie, además soy una mujer comprometida no debó de andar provocando a nadie –rió y Akane se sonrojo levemente.
    –Yo no quiero provocar a nadie.
    –Algunas veces me desesperas sabes –dijo Nabiki resignada –yo que tu vería la forma en quitarle a Shampoo a Kuno y borrar de una vez por todas esa sonrisita de estúpida que tiene.
    –Kuno es un hombre casado ahora y no voy a meterme en su matrimonio. Está decidido.

    –¿Cómo se llama el hombre que compro la empresa de tu familia? –preguntó Kuno algo molesto, Shampoo lo miró con desagrado pero él no lo notó ya que ella llevaba gafas de sol.
    –No lo sé, no pregunte, pensé que no era importante –dijo Shampoo despectiva y Kuno se cruzó de brazos, tenía el ceño fruncido y miraba por la ventana del auto mientras el chofer manejaba apresuradamente con dirección a la empresa.
    –¿Por qué no me llamarón a mi? –preguntó y Shampoo sonrió al descubrir porque había estado molesto desde que le dijo que tenían que regresar para terminar el contrato con los chinos.
    –No lo sé, seguramente porque estábamos de viaje de bodas –dijo Shampoo mirando del otro lado de la ventana.
    “Pobre idiota, siempre queriendo ser el centro de atracción, no soportas que no estés siempre de primero en la lista de todos” pensó sonriendo amargamente “Y pensar que tengo que aguantarte como esposo, si las cosas hubieras sido diferentes” pensó ahora algo triste, perdiendo su vista en el sol que tenía una imagen sepia por el cristal oscuro de sus gafas de sol.

    –¿No ha llegado? –preguntó Akane desconcertada al encontrarse a Haposai en la oficina de Ranma. –No querida Akane, y tampoco sé la hora en que llegara.
    –¿Usted sabe algo? –preguntó mirando ahora a Ryoga quien negó con la cabeza.
    Akane frunció levemente el entrecejo y salió de la oficina, dejando a Ryoga y a Haposai dentro.
    –No te hagas ilusiones muchacho –dijo Haposai mirando a Ryoga que se sonrojaba.
    –¿De qué habla? –preguntó desviando la mirada, queriendo ocultar lo que era más que obvio.
    Haposai rió levemente y negó con la cabeza –La señorita Tendo no es para ti.
    –¿Quién ha dicho eso? –preguntó más sonrojado que nunca, Haposai rió, también conocía a Ryoga desde hace mucho y sabía de sus reacciones cuando quería ocultar algo.
    –Tu boca no, pero tus ojos hablan más que tu lengua –rió y Ryoga miró el lugar vacío que Akane había dejado en el marco de la puerta ya cerrada.
    –No sé de lo que hablas anciano –negó Ryoga a pesar de su explicación.
    –Bueno… eso no importa ahora ¿Qué piensa hacer Ranma? –preguntó Haposai ahora serio mirando a Ryoga que se encogió de hombros. –¡¿Habla muchacho?! –ordenó Haposai impaciente.
    –No lo sé, pero lo que sí le puedo decir es que ahora se lo está llevando el demonio –dijo Ryoga.
    –Me cuesta creer todo lo que me han contado ustedes, me cuesta demasiado, pero tenemos que estar atentos para que Ranma no cometa ninguna estupidez de la que pueda arrepentirse.

    Shampoo tenía ya puesto el traje de baño que pensaba modelar frente a los inversionistas chinos y si ellos estaban de acuerdo desfilaría esa noche en la Pasarella de la nueva línea de verano que pensaban hacer. Esa noche el señor Takú estaba muy interesado en hablar con Ranma, “Le Paserelle” era una de las empresas más importantes en la moda y no estaba dispuesto a perderla, pensaba ofrecerle cielo y tierra a Ranma para que no los ignorara, pero Akane sabía que estaban perdidos, por lo poco que sabía de Ranma era un hombre muy terco y no echaba para atrás sus ideas.
    –¿Dónde está el monigote ese? –preguntó Shampoo con molestia mientras la maquillaban.
    Nabiki y Akane estaban ahí con ella, organizando todos los detalles, habían más modelos que presentarían las otras prendas, pero Shampoo se encargaba de las principales. Además de ser una gran modelo era una belleza que pocas igualaban, su cuerpo era perfecto, sus senos eran erguidos e insinuantes y su trasero era redondo con caderas anchas, toda una delicia de mujer para los hombres. Desde niñas había sido así, Shampoo siempre había sido la más exótica, pero Nabiki se acercaba mucho a ella, Akane no, ella era más delgada y no tenía mucho busto ni trasero a su gusto. –¿De quién hablas? –preguntó Nabiki.
    –De quien más va a ser, el dichoso dueño.
    –No lo sé –contestó Akane mirando su reloj, estaba tan impaciente como Nabiki, la usencia de Ranma se sentía en la empresa, los inversionistas preguntaban cada cinco minutos por él y ni siquiera se dignaba a llamar.
    –Vaya pero que tipo más nefasto, ni lo conozco y ya lo aborrezco –dijo Shampoo con molestia.
    –Se llama Ra…
    –¡No lo quiero saber! –exclamó Shampoo cortando a su prima Akane quien levanto los hombros. –No sabe todas las molestias por las que me ha hecho pasar, interrumpir mi luna de miel –dijo y la molestia se borró para dejar entrar una sonrisa traviesa, miró a su prima y se dio cuenta de que había desviado la mirada al escucha r “luna de miel” –No saben cómo se ha puesto Kuno, cuando se lo he dicho se puso como un verdadero demonio, estábamos tan bien los dos solos aman…
    –¡Bien! –exclamó Nabiki bostezando –será mejor que tomemos nuestros lugares Akane, se está haciendo tarde y no queremos distraer más a Shampoo –se apresuró a decir y antes de que Shampoo pudiera decir algo más que dañara a su hermana arrastró a Akane fuera del set de Shampoo.
    –Estúpida, estúpida –vociferó Akane mientras Nabiki se encargaba de llegar a donde todos esperaban a Shampoo.
    –¿Cuánto falta para empezar? –preguntó uno de los socios minoristas.
    Nabiki miró su reloj y contó rápidamente en la mente.
    –Menos de cinco minutos –dijo.
    –Muero por ver a Shampoo –dijo Kuno que se acercó a ellas.
    Akane le miró con dolor.
    –Lo único que me pudre es que todos estos hombres la miren en traje de baño –agregó, causándole otra puñalada certera e su corazón.
    Estaba celoso, la amaba, no podía hacer nada. Cuando la vio la saludó como si no le hubiera impacto verla, se sentía peor que un trapo viejo y sucio, sus intentos por arreglarse había sido en vano, nada había servido, Kuno ni se había dado cuenta de ello. Lo miró y solo veía sus labios moverse no le escuchaba, no escuchaba a nadie, sintió de nuevo ese extraño nudo en la garganta mientras las lágrimas se abarrotaban en sus ojos marrones. Tenía que salir de ahí, no quería que nadie la viera llorar, ni ella misma se quería ver llorar, se lo había prometido ya, no iba a llorar nunca más por Kuno, él ya no era suyo, nunca lo sería.
    –Iré a buscar al señor Saotome, debe de estar ya en su oficina –dijo Akane apresurándose para irse.
    -Pero ya va a empezar! –gritó Ukyo que era otra accionista y amiga de Akane.

    Akane corrió, agradecía haber elegido unos tacones bajos que no le incomodaran tanto, aunque echaba de menos a sus zapatos deportivos en esos momentos, lo único que quería era un punch bag para pegarle hasta que sus brazos se arratonaran y le doliera si quiera moverlos.
    –¡Maldición –gritó al sentir que una lágrima salía de sus ojos, pero la limpio en el acto. Su primera intención era correr hacía el baño, pero si lo hacía sabía que lloraría y eso era lo que no quería.
    –¡Saotome! –recordó, ¡SI! Era el único que la iba a ayudar a no llorar, ese hombre lo único que le inspiraba era rabia, enojo y molestia, si se encontraba con él sus sentimientos cambiarían, cambio de dirección y fue directamente a la oficina de Ranma, se alegro al escuchar su voz de lejos y cuando estuvo de frente a la puerta antes de entrar escuchó que se encontraba discutiendo con alguien más, así que la curiosidad la venció y se acercó a la puerta apoyando su cabeza y su oreja en la madera, en donde no reconoció la otra voz, nunca antes la había escuchado.
    –¡¡Estás loco!! –gritó una voz madura y varonil desesperado, Akane trató de agudizar su oído y pudo escuchar unos pasos impacientes dentro, de seguro se trataba de Ranma caminando por la alfombra.
    –¡Loco estaba cuando acepte todo este maldito juego! –replicó Ranma exasperado, pero no gritaba, solo hablaba con fuerza y autoridad. –¡Loco estaba cuando compre esta empresa!
    Akane arruó el ceño al escuchar aquello ¿Por qué decía todo eso si hacía lo que le daba la gana con la empresa?
    –Dime has que has venido –dijo Ranma cansado.
    –A evitar que hagas una locura –dijo de nuevo la voz.
    –¿No crees que es un poco tarde para preocuparte por mí, todos estos años me las he arreglado yo solo, además no haré nada ¡solo reclamare lo que es mío! -objetó Ranma energéticamente
    –¡Pero ahora ella está casada!
    –¡Eso a mí no me importa! –exclamó Ranma golpeando la pared con fuerza, Akane abrió los ojos con sorpresa ¡¿Dé quién estaban hablando?! Tenía una idea pero se negaba en aceptarla. –¡Ella me prometió casarse con migo!
    –¡Pero se caso con Tatewaki Kuno!
    –¡Dios! –exclamó Akane ahogando su grito entre sus manos, Shampoo se había liado con Ranma, por esa razón Ranma estaba ahí, por esa razón había comprado con tanto interés la empresa y por esa razón había adelantado el contrato ese miércoles.
    –Señorita Tendo –dijo Ranma abriendo la puerta de golpe y haciendo que gritara por al susto repentino que le había dado, la había descubierto ¡Mierda!
     
  4.  
    AnaIz16

    AnaIz16 Guest

    Título:
    Amour: un mot, cinq lettres et une signification
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    6
     
    Palabras:
    18
    Re: Amour: un mot, cinq lettres et une signification

    Gracias, espero que les este gustando, un beso!
     
  5.  
    AnaIz16

    AnaIz16 Guest

    Título:
    Amour: un mot, cinq lettres et une signification
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    6
     
    Palabras:
    4940
    Re: Amour: un mot, cinq lettres et une signification

    Amor: Una palabra, cuatro letras, un significado
    Shampoo y Ranma ceci est certain? (¿Shampoo y Ranma esto es cierto?)

    –Señorita Tendo –dijo Ranma abriendo la puerta de golpe y haciendo que gritara por el susto repentino que le había dado.
    –Pero que sorpresa, no me imagine que fuera una fisgona que se esconde detrás de las puertas para escuchar conversaciones ajenas –dijo Ranma con una sonrisa descarada en su rostro, Akane tembló al ver sus ojos, había un odio más intenso que el del otro día y sabía muy bien cuál era la razón.
    –E… eso no es cierto –dijo Akane pero Ranma la arrastró dentro de su oficina y la arrojo contra una de las paredes de esta.
    –¡Ranma! –recriminó aquel hombre acercándose apresuradamente a Akane, quien lo miró con desconcierto, era un hombre corpulento, un poco más bajo que Ranma y llevaba una bandana en la cabeza ocultando su calvicie, tenía anteojos y su edad oscilaba entre los cuarenta y cuarenta y cinco años. –¿Señorita Tendo, se encuentra bien?
    –¿Quién es usted? –preguntó alejándose instintivamente de él.
    –Que le importa señorita Tendo –le cortó Ranma impaciente.
    –Soy Saotome Genma, padre de Ranma, para servirle a usted –dijo con una pequeña reverencia mostrando su caballerosidad.
    –Muchos gusto, Tendo Akane –dijo ella también presentándose.
    Ranma rió despectivamente y ambos lo miraron, Genma con reproche y Akane con miedo.
    –Ustedes sigan presentándose y con sus juegos de cortesía y buenos modales que no había visto antes en ti padre, yo tengo que encargarme de un asunto –dijo y salió de dos zancadas de la oficina.
    –¡Ranma! –le llamó Genma desesperado, Akane corrió detrás de él y se arrojó a su brazo tratando de detenerlo.
    –¡Saotome que piensa hacer! –exclamó Akane deteniéndolo.
    –¿No escuchó? –preguntó Ranma con sarcasmo y se soltó bruscamente del agarre de Akane quien lo tomó nuevamente del brazo.
    –¡Esta loco, que piensa hacer!
    –¡No es obvio! –gritó perdiendo la paciencia y la delicadeza con Akane, nuevamente se soltó de su brazo, pero Akane no desistió y lo tomó nuevamente con fuerza.
    –¡Suélteme de una maldita vez! No va a conseguir nada, estuve esperando ver a esa estúpida por meses y no perderé mi oportunidad después de matar a ese Tatewaki!
    A Akane se le cayó el cielo encima cuando escuchó aquello, no conocía lo suficiente a Ranma pero en sus ojos no había nada de duda ni de vacilación, estaba decidido a hacer lo que estaba pensando y Akane tenía que detenerlo a como diera lugar, recordó la mirada enamorada de Kuno, su sonrisa embobada y todas las señas que daba de estar perdidamente enamorado de Shampoo.
    –¡Usted no puede hacer eso! –exclamó Akane con un chillido, Ranma la miró con una sonrisa irónica.
    –¿Por qué no? ¿Usted me lo va a impedir? –preguntó con una risotada que hizo que Akane se estremeciera.
    –¡Usted es cruel! Pero no puede hacerlo. Haya están los inversionistas chinos viendo el trabajo que hemos hecho y también esta Kuno…
    –¡Vaya me conmueve el afecto que le tiene a su prima!
    –¡No es por ella es por él que hago esto, esa zorra no me interesa en nada! –gritó Akane desesperada y la ironía y sarcasmo se borraron del rostro de Ranma.
    –¿Cómo dice? –preguntó interesado.
    Akane tragó fuete, no podía repetir lo que había dicho, era obvio que Ranma se había dado cuenta que no era por Shampoo que trataba de detenerlo, que no temía por ella si no por él como ya se lo había dicho en su desespero. –¡Usted no puede hacer eso, tenga corazón!
    –¡No lo tengo y usted no me dice que hacer! –gritó soltándose con más violencia que antes y Akane tuvo que agradecer que Genma estuviera detrás de ella para impedir que callera contra el suelo, pero apenas se vio equilibrada salió detrás de Ranma a pesar de que le llevaba mucha ventaja gracias a sus grandes zancadas que no se comparaban con las de ella.

    Los inversionistas chinos estaban impactados con las prendas que habían confeccionado los diseñadores, unas cuantas las había diseñado Akane y la mayoría eran de Ukyo. Nabiki y Akane nunca había ejercido el titulo de diseñadoras, y mucho menos Kasumi que también había estudiado lo mismo, Nabiki se quedo con su primera carrera y pasión que eran los números y el dinero, por eso era la administradora y contadora, Kasumi también estaba con su pasión que era el hogar y Akane no le quedo más remedio que encargarse de representar a la empresa y ser administradora y vicepresidenta cuando estaba su padre.
    Shampoo por su parte se había quedado también con su pasión que era la de modelar y tener la atención de todos en ella y su cuerpo, los chinos estaban atontados al igual que Kuno y los otros hombres que estaban ahí, el lascivo de Haposai tenía la baba afuera y Ryoga estaba cerca de tener una secreción nasal.
    –Shampoo se esta luciendo –dijo Ukyo satisfecha con su trabajo.
    –Sí, como siempre –dijo Nabiki aburrida de tantas luces y cámaras dirigidas a Shampoo, no la envidiaba en nada, pero no la soportaba y ver aquella sonrisa tan hipócrita en su egoísta rostro le revolvía el estomago.
    –¡Saotome! –exclamó Akane yendo detrás de Ranma, pero nadie le prestó mucha atención porque la música se encargaba de apagar su voz. Nabiki miró con desconcierto a su hermana, nunca se la había imaginado persiguiendo a Ranma y después pudo ver a un hombre que no conocía detrás de su hermana y de Ranma.
    –¿Pero qué demonios pasa? –preguntó con el ceño fruncido, Ranma se detuvo enfrente de la Passarella, se cruzó de brazos y sonrió de una forma extraña que Nabiki nunca había visto, pero lo más extraño que le resulto fue que Akane se abalanzó contra el tomando su brazo, él no hizo nada para quitársela y clavó su mirada azulada en Shampoo como dos puñales, cuando Shampoo terminó de dar se vuelta y quedó enfrente de los inversionistas chinos, finalizando el desfile hubo una mirada que le llamó la atención.
    Sintió un golpe en su estomago al ver esas dos chispas de odio en aquella mirada que la hacía desfallecer, sus piernas flaquearon y no la pudieron sostener más haciendo que se desplomara inconsciente en la Passarella.
    –¡Shampoo amor! –exclamó Kuno arrojándose a la Passarella para auxiliarla mientras todos los encargados de producción y empleados se acercaban a ella y los inversionistas chinos se miraban confundidos y asustados.
    Akane miró a Ranma rápidamente y este solo sonrió negando con la cabeza mientras miraba con un gran odio a su prima y después a Kuno.

    –No puedo creer lo que me estás diciendo –dijo Nabiki mirando con sorpresa a Akane que acababa de contarle todo lo que sabía con respecto a Ranma, todo lo que había escuchado antes de que él la sorprendiera escuchando detrás de la puerta.
    –Lo que oyes ¡así fue! –exclamó Akane.
    Unos golpes en la puerta sonaron en la oficina de Akane, y entró Ryoga.
    –Disculpe señorita Tendo, el señor Saotome la quiere ver en su oficina.
    –Dígale que ya voy –dijo Akane y cuando Ryoga salió Nabiki la tomó del brazo.
    –¿Vas a ir? –preguntó y Akane asintió.
    –Que más me queda, por mi no hizo nada, además quiero saber cómo fue todo y además que piensa hacer, porque lo poco que conozco de él es un terco y sé que no se dará por vencido tan pronto –dijo Akane saliendo de su oficina para ir a la de Ranma, estaba nerviosa, sus piernas flaqueaban y sentía que le faltaba el aliento, Ranma la incomodaba y la ponía nerviosa, ambas cosas no eran buenas, porque ahora le tenía algo de miedo, esa mirada llena de odia lograba intimidarla y sabía que su carácter era difícil y duro por la forma en que la había tratando cuando intentó detenerlo.
    Respiró hondo, cuando se encontraba enfrente de la puerta de Ranma, temía por su respuesta, por la forma en que pudiera tratarla.
    –Adelante –escuchó la voz de Ranma seria y tranquila después de que tocó la puerta suavemente, se abrió y al primero que vio fue a Ryoga que apenas entró abandono la oficina dejándola sola con Ranma.
    –¿Q… quería hablar conmigo Saotome? –preguntó Akane vacilante y Ranma asintió con la cabeza para indicarle después que tomara asiento en una de las sillas vacías que estaban enfrente de su escritorio y así lo hizo.
    –¿Quiere algo de tomar? –preguntó y Akane negó con la cabeza, pero Ranma ignorando su respuesta se encargo de servirle en vaso de Ron, en las rocas, sin nada de coca-cola como algunas veces se acostumbraba a tomar, no era una mujer que estuviera acostumbrada al alcohol.
    –Supongo que quiere saber lo que escuchó esta tarde –dijo Ranma tranquilo tomando asiento y sirviéndose el mismo trago sin nada, tal y como se lo había servido a ella.
    –Claro que si, pensé que era obvio –dijo Akane molesta.
    Ranma sonrió y asintió con la cabeza. –Si me lo imagine –dijo y tomó un largo trago de su vaso de Ron, casi terminándose lo que había adentro. –Lo único que le diré, señorita Tendo… es que se meta en su vida y me deje a mí en la mía –dijo despectivo mientras Akane le miraba con incredulidad, se levantó de golpe y golpeó la mesa fuertemente.
    –¡Es usted un imbécil! Me trata como su fuera yo la culpable de todos sus problemas y ahora me quiere tomar el pelo.
    –Yo no he hecho ni una cosa ni la otra –dijo Ranma mirándola fijamente pero con una sonrisa divertida en su rostro –lo único que le estoy aclarando es que no voy a dejar que ni usted ni nadie se meta en mi vida.
    –¡¿Qué piensa hacerle a Kuno?! –preguntó Akane desesperadamente como si la vida se le fuera en ello, la sonrisa de Ranma se afianzó y se volvió de burlona a cruel.
    –¿Por qué le interesa tanto ese hombre? –preguntó Ranma interesado y Akane desvió la mirada, pero después lo miró fijamente.
    –Eso es algo que a usted tampoco le importa, solo manténganse lejos de mi prima y de su esposo –dijo Akane resaltando las últimas palabras para después irse apresuradamente de la oficina, Ranma la vio irse y se percató de que ese día estaba diferente, cuando la había descubierto detrás de su puerta no se había percatado que llevaba ropas de ejecutiva, la había conocido con ropa deportiva y con el cabello atado en colas de caballo, nunca la había visto vestida de esa forma ni tampoco se había detenido a observar las delicadas curvas de su cuerpo, ni de cómo se contorneaban sus caderas al caminar, pero ahora no era momento para pararse y observarla, tenía que hablar con Shampoo, tenía que hacer que le rindiera cuentas y si era posible que le devolviera la vida que le había robado. Se estiró y tomó el vaso que Akane ni se había molestado en tocar.
    –A la salud de las Tendo –dijo Ranma brindando solo para después tomarse el trago hasta el fondo sin dejar una sola gota dentro.

    –Amor, amor ¿estás bien? –Shampoo estaba regresando en sí y lo primero que escuchó fue la voz empalagosa de su esposo, cuando despertó totalmente se dio cuenta que estaba en la enfermería de la empresa en donde se habían encargado de atenderla.
    –¿Kuno? –preguntó Shampoo algo confusa, Kuno sonrió y se apresuró a abrazarla.
    –Estás en la enfermería amor, tuviste un bajón de azúcar y te desmayaste –explicó Kuno mientras Shampoo sentía punzadas en su cabeza y recordaba rápidamente los ojos de Ranma en aquella Passarella.
    –¡¿Dónde está?! –exclamó confusa aún por la ensoñación y el dolor de cabeza, Kuno le miró algo confuso y arrugó levemente el ceño no comprendiendo lo que pasaba.
    –¿De quién hablas? –preguntó Kuno.
    Shampoo recobró por fin sus cincos sentidos y se percató de que estuvo a punto de decir una locura.
    –Mis primas ¿dónde están? –preguntó.
    Kuno sonrió y acarició su mejilla dándole un leve pellizco.
    –Tan linda, preocupándote por el trabajo de tus primas, todo está bien –dijo acariciando su mano para después darle un beso en ella –a pesar del altercado los inversionistas chinos se han ido muy satisfechos con el trabajo, si no fuera por el nuevo dueño el desfile se retrasaría y así podrías descan…
    –¡El nuevo dueño! –exclamó Shampoo. –¿Cómo se llama? –preguntó con impaciencia.
    Kuno arrugó levemente el entrecejo recordando su nombre, ya se lo habían presentando, después de que Akane y él fueran a ver como se encontraba Shampoo.
    –Es joven, tiene un nombre raro… ¡Ranma! Se llama Ranma Saotome –dijo Kuno.
    Shampoo tuvo que hacer un esfuerzo para no desmayarse de nuevo, le resultaba casi imposible creer que se trataba de Ranma, ¡Ranma estaba ahí! A salvo y vivo.
    –Tengo que hablar con él, pedirle perdón por lo que paso –se apresuró a decir Shampoo tratando de levantarse de la cama pero Kuno se lo impidió.
    –De ninguna manera acabas de despertar, además él comprenderá, después de que te desmayaste te vino a ver, se notaba algo preocupado –dijo Kuno y Shampoo sintió que la vida regresaba a ella.
    –Tengo que hablar con él, por favor tengo que explicarle que he estado algo casada que por esa razón…
    –No temas amor –dijo Kuno posando uno de sus dedos sobre su boca para callarla –ya le he explicado nuestra situación, le he dicho que estábamos de viaje de bodas y que…
    Shampoo no siguió escuchando, ese estúpido le había contando a Ranma que estaba casada con él, ahora sí que iba a tener problemas, sabía cómo era Ranma y sabía todo lo que ella le había prometido antes de que se separaran.
    El celular de Kuno empezó a sonar, habían complicaciones en su negocio y como ahora él se encontraba ahí era una razón muy fuerte para ir. Tenía otro negocio mucho más importante en Nerima, el pueblo natal de las Tendo, que se habían trasladado a la ciudad por la empresa de Soun. –¿Quién era? –preguntó Shampoo cuando Kuno terminó la llamada, se notaba molesto.
    –Del trabajo, tengo que ir pero no quisiera dejarte sola.
    –¡De ninguna manera! El trabajo es primero que todo –dijo Shampoo apresuradamente.
    –A mí me importas más tú –dijo Kuno besándola rápidamente en los labios porque Shampoo se apresuró a romper el beso.
    –Ve, no quiero causarte problemas yo ya estoy bien, además no estaré sola, están mis primas ¡hay tanto que quiero contarles! –exclamó Shampoo sonriente, Kuno también sonrió y le dio otro pequeño beso.
    –Espero que sean cosas buenas –dijo y Shampoo asintió dándolo otro beso.
    Kuno se fue, dejándola sola, Shampoo se apresuró a vestirse y regresó a donde estaban los maquillistas para darse unos cuantos toques coquetos que sabía que le gustaban a Ranma, tenía que verse linda, impactante y deseable para calmar a la fiera que seguramente había poseído a Ranma.

    Akane juagaba inquietamente con sus dedos sobre el escritorio, estaba completamente impaciente, angustiada y asustada asimilando la información que acababa de recibir. Un sonido que provino de su estomago le recordó que tenía hambre, se reprochó por tener apetito en un momento así en donde seguramente la comida le iba a hacer mal, pero tenía que calmar aquella sensación incomoda.
    –Iré a la cafetería –dijo buscando entre sus gavetas unos cuantos yenes para comprar algún sándwich o un pastel salado que le quitara aquel vació.
    Cuando salió y se encamino a la cafetería vio una sombra que se reflejo en los cristales que iban a la oficina de Ranma, obviamente no era él porque la sombra que había visto era más pequeña y él nunca entraría de esa forma a su oficina.
    –¡No puede ser, esa zorra! –exclamó suavemente yendo detrás de la sombra.
    Cómo lo sospecho, pudo ver unos cabellos purpuras desapareciendo detrás de la puerta de Ranma.
    –Esto sí no lo voy a permitir –dijo Akane decidida acercándose de nuevo a la puerta para escuchar lo que iban a hablar, aunque no soportara a su prima temía por ella. Había escuchado que Shampoo le había prometido casarse con él, pero pensó que no había llegado muy lejos, esperaba que así fuera.

    –¿Qué haces aquí? –preguntó Ranma cortante cuando la vio entrar.
    Shampoo le miró, llevaba un abrigo que ocultaba sus ropas y su cabello purpura estaba suelto y lacio cayendo sobre su espalda.
    –Necesitaba hablar contigo –dijo y se quitó el abrigo dejando ver una minifalda y una camisa escotada que resaltaban sus curvas, pero las expresiones del rostro duro de Ranma no cambiaron ni un poco al verla así, ni siquiera se molesto en mirarla porque tenía sus ojos clavados en los purpuras de ella, siempre le habían llamado la atención, eran tan diferentes, tan únicos, pero ahora solo os odiaba y los aborrecía.
    –Yo no, así que mejor sal –dijo Ranma sin levantar la voz pero hablando del mismo tono autoritario e intimidante.
    –Sé que debes de estar molesto y te entiendo.
    –¡Por supuesto que estoy molesto! –exclamó Ranma poniéndose bruscamente de pie mientras caminaba acechante hacía Shampoo que lo miraba con atención y con algo de miedo –cómo puede ser que te atrevas si quiera a dudarlo.
    –Todo tiene una explicación Ranma, todo lo tiene.
    –Supongo que sí, pero yo ya no quiero escucharla. Mañana matare al maldito de tu marido.
    –¡No puedes! –Akane apretó sus puños sobre la puerta conteniéndose para no entrar, para seguir escuchando detrás de la puerta, pero se alegró al saber que Shampoo tenía un poco de cordura y le decía que no.
    –¿No puedo? –repitió Ranma sarcástico. –No me tientes Shampoo porque no me conoces.
    –No es por él, él no me importa, mátalo si quieres, pero no quiero que lo hagas por ti.
    Ahora si Akane se sorprendió, como era posible que lo incitará a matarlo ¿no tenía corazón acaso?
    –¿Por mi? ¡A qué diablos estás jugando Shampoo!
    –No quiero que lleves otra muerte encima de ti.
    Akane abrió los ojos con gran sorpresa ¡Ranma era un asesino! Y lo peor, Shampoo se había involucrado con un tipo como ese, definitivamente tenía que estar loca.
    Ranma rió burlescamente y de una forma que hizo que Akane se erizara, no se explicaba con Shampoo podía seguir hablando con él cuando le debería de dar miedo en esos momentos.
    –Que linda eres Shampoo, definitivamente te ganas el premio de la mejor actriz del año –dijo Ranma aplaudiendo mientras la rondaba y la miraba de reojo, viendo como bajaba la cabeza.
    –Tú sabes que te amo, con todas mis fuerzas…
    –¡Cállate si no quieres que te mate! –exclamó Ranma tomándola del cuello para pegarla contra una pared sin hacerla daño, Akane tuvo que resistirse también para no entrar, no quería que le hiciera daño a su prima y mucho menos si se trataba de un asesino, pero quería seguir escuchando.
    –¡Te lo juro Ranma y tú lo sabes, si no nunca me hubiera entregado a ti con la pasión que lo hice!
    Akane se horrorizó, Shampoo y Ranma habían tenido amoríos, esto se ponía cada vez peor.
    –¡Si no te amara no te hubiera dado mi cuerpo, mis besos, mis caricias! ¡No hubiera estallado de pasión y amor todas la veces que alcance el cielo entre tus brazos…
    Ranma al principio desvió la mirada pero al escuchar lo último la miró con rabia.
    –¡Cállate, cállate!
    –¡Te amo de la misma forma que tú me amas a mí!
    –¡Eso no es cierto! ¡Lo que sentía por ti lo mataste, lo aniquilaste! Por meses te busque, preguntando por ti, queriendo encontrarte, no tenía los medios pero luchaba contra todo por encontrarte.
    –¡Ranma! –sollozó Shampoo tratando de arrojarse entre sus brazos pero él no se lo permitía, sabía que si lo hacía iba a ser un juego peligroso para ambos.
    –¡Eres una zorra!
    Akane sintió un sentimiento de victoria que no había sentido antes, un sentimiento que la hacía sentirse mejor que Shampoo.
    –¡Tú dices esas cosas porque estas enojado! Y yo te entiendo, pero tú mejor que nadie sabes que no puedes odiarme y mucho menos despreciarme cuando tuvimos aquellas noches de pasión ¡Te amo Ranma! –dijo Shampoo arrojándose de lleno a sus brazos mientras devoraba sus labios con hambre, Ranma no era de piedra y la estrechó con fuerza mientras le contestaba todos sus besos.
    Akane abrió con sorpresa los ojos al escuchar los besos y sus piernas se congelaron al escuchar como el pomo de la puerta se giraba encontrándose nuevamente con el rostro de Ranma que se contuvo para no abofetearla.
    –¡Akane! –exclamó Shampoo sorprendida al verla ahí.
    –¿De nuevo espiando señorita Tendo? –preguntó Ranma, pero esta vez no se encontraba con aquella sonrisa burlona, sino con un gesto de impaciencia y molestia al haber sido interrumpido.
     
  6.  
    Aome_0793

    Aome_0793 Guest

    Re: Amour: un mot, cinq lettres et une signification

    Ana, la verdad tu ic me encantó.
    Casi nunca leo Fan Fics sobre Ranma 1 1/2, pero me encantó este =).
    ¡Nunca me cayó bien Shampoo jaja!.
    Bueno señorita, contás con odo mi apoyo para este fic =).
    Un beso enorme.
    Atte,
    {♥Aome_0793♥}
     
  7.  
    AnaIz16

    AnaIz16 Guest

    Título:
    Amour: un mot, cinq lettres et une signification
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    6
     
    Palabras:
    5061
    Re: Amour: un mot, cinq lettres et une signification

    GRACIAS Q BUENO QUE LES ESTE GUSTANDO UN BESO A TODAS BYE

    –¡Ranma detenla! –exclamó Shampoo al ver que Akane salía corriendo del lugar, Ranma no hizo nada se limito a verla escapar de ahí. –¡Ranma!
    –¡¿Qué?!
    –¡Porque no la detuviste! –reclamó Shampoo desesperada.
    –Porque estoy hablando contigo, no con ella.
    –¡Le va a decir a Kuno! –dijo impaciente.
    –¿Te importa tanto? –preguntó Ranma celoso, mirando con odio a Shampoo.
    –No es por mí, es por mi tío, él está enfermo nosotras no tenemos dinero, si te das cuenta la empresa está en quiebra, seguro que cuando tú la tomaste la salvaste de la ruina –se apresuro a decir Shampoo al recordar la historia que Nabiki les contó esa mañana a Kuno y a ella sobre todo lo que había pasado, Ranma le miró algo más tranquilo sabiendo que todo eso era cierto y Shampoo sonrió a sus adentros al ver que su mentira estaba siendo creída –Si Kuno se entera… es un hombre sumamente celoso y orgulloso, a mí me repudiaría y nos quitaría todo su apoyo económico, eso terminaría de matar a mi tío.
    –Eso a mí no me importa.
    –¡Por favor Ranma no seas tan cruel! Acaso crees que prefiero a Kuno.
    –Por algo te casaste con él –dijo Ranma enojado.
    –¡Claro que no! Estábamos en la ruina mi tío últimamente hizo malos negocios, tu mejor que nadie lo debe de saber y más si llevas la contabilidad de la empresa, tenía que hacerlo no tenía de otra, si no nunca hubiera ayudado a mi tío.
    –¿Por qué no compro él la empresa entonces? –preguntó Ranma interesado.
    –Porque no queríamos deberle nada más, mis primas coincidieron en que si yo me sacrificaba era suficiente –dijo Shampoo sabiendo que Akane se encargaría de hacer que se creyera el cuento de que Shampoo se había sacrificado por su tío y su familia, era tan idiota y estaba tan enamorada de Kuno que por él daba la vida.
    –¿Por qué no se caso ninguna de ellas con él? ¿Por qué tú y no tu prima Akane?
    –¿A qué viene a Akane?
    –Ella lo quiere, se nota demasiado –replicó Ranma.
    –Porque él me quiso a mi no a ella, es cierto que a ella le gusta, pero él quiso casarse conmigo, por esa razón m case con él, para salvar la vida de mi tío ¡trata de entenderme Ranma! –dijo de nuevo arrojándose a los brazos de Ranma pero nuevamente fue rechazada.
    –¡Basta ya, Shampoo!
    –¡¿No me crees?!
    –Tengo que ir a buscar a tu prima, decirle que se calle, por el bien de tu tío –dijo Ranma y salió de su oficina en busca de Akane, Shampoo sonrió se había creído el cuento y estaba confiada sabía que Akane no la iba a desmentir por el simple motivo de que la vida y bienestar de Kuno estaba en juego, Akane lo conocía mejor que ella habían sido prometidos por más de tres años y era obvio que la iba a ayudar, el próximo paso era que Ranma se volviera su amante y su vida sería mucho más cómoda.

    –¡Akane! –le llamó Ranma que la alcanzó en el estacionamiento. Ella intentó no detenerse pero Ranma la tomó del brazo.
    –¡Suélteme! –gritó Akane zarandeándose sin mucho éxito.
    –Cálmese si no quiere que todos los choferes vengan a ver qué sucede con usted –dijo Ranma y Akane no tuvo más remedio que hacer lo que él decía y calmarse.
    –¿Qué quiere? –preguntó molesta.
    –¿No cree que él que debería de estar molesto soy yo? En todo caso usted era la que se encontraba escuchando detrás de la puerta –dijo Ranma y Akane le miró desafiante.
    –Y que va a hacer ¿Me va a matar por eso? –preguntó logrando que Ranma se irritara, había escuchado esa parte seguramente, bien la iba a dejar con la duda de la verdad.
    –Créame que ganas no me faltan –dijo provocando un estremecimiento en Akane que ella no le demostró.
    –Déjeme me siento mal –dijo Akane queriendo ir a su auto.
    –Antes de que vaya dígame una cosa ¿su padre está enfermo? –preguntó y Akane le miró recelosa. –Se lo dijimos el día que vino a comprar la empresa, señor Saotome –dijo cansada y Ranma la soltó. –Bien, nos vemos mañana –dijo Ranma y dejó que se fuera.

    Shampoo corrió hacía Ranma cuando este entró a la oficina pero él la rechazo en el acto.
    –Déjame Shampoo, será mejor que salgas, en esta oficina no faltan los chismoso y lo último que quiero son cuentos.
    –Tienes razón, será mejor que me vaya… lo único que no quiero que olvides es que te amo –dijo robándole un beso fugaz de los labios y saliendo apresuradamente de su oficina.

    –¡Es un asesino! –exclamó Akane aterrada mientras conducía aprisa a su casa, agradecía que esa mañana Nabiki había llevado su auto, confiaba plenamente en ella pero no estaba segura de querer que se enterara de que le nuevo duelo de le empresa era un asesino. Cuando llegó encontró su casa agitada, Kasumi corría de un lado a otro al igual que el doctor Tofú.
    –¡Hola Akane! –exclamó el doctor corriendo a la cocina.
    –¡Neechan! –exclamó Kasumi al verla para darle un leve beso en la mejilla.
    Akane miró la escena confusa, ambos esposos corrían por toda la casa, definitivamente algo había pasado, esperaba que fuera bueno.
    –¿Qué paso? –preguntó Akane y Kasumi se detuvo enfrente de ella respirando agitadamente.
    –¡Papá despertó! –exclamó dándole un fuerte abrazó que Akane tardó en responder por la sorpresa que le había dado escuchar esa noticia.
    –Quiere verte Akane –dijo Tofú llegando a donde estaban ellas –pero antes, quiero decirte unas cuantas cosas que no puedes hacer, por su estado de salud, tú me comprendes ¿verdad?

    Cuando Akane entró a la habitación de su padre notó que habían corrido las cortinas para que entrara la luz del día, su padre estaba tendido en la cama como había estado un par de semanas atrás, tenía los ojos cerrados y en su rostro se dibujaba una pequeña sonrisa.
    –¿Papá? –dudó Akane al verlo tan quieto, Soun abrió lentamente los ojos hasta encontrarse con el hermoso rostro de su hija menor.
    –¡Akane! –exclamó con la voz ronco mientras trataba de abrazarla pero Akane se arrojo a sus brazos sollozando alegremente al saber que ya se encontraba bien, sabía que su padre no podía recibir emociones fuertes así que se contuvo.
    –¿Cómo estás? ¿Qué ha pasado con la empresa? –preguntó ansioso mientras miraba como Akane limpiaba las lágrimas de sus ojos.
    –Bien papá, ya todo está bien –dijo Akane sonriendo forzadamente, pero Soun no se dio cuenta de eso.
    –¿Kuno al final compró la empresa? –preguntó y Akane negó con la cabeza.
    –Recuerda que estaba de viaje de bodas, no lo podíamos localizar, por esa razón nos vimos en la obligación y en el apuro de buscar otra persona.
    –¿Sigues triste por lo de Kuno? –preguntó Soun muy preocupado y Akane negó con la cabeza, lo último que quería era causarle una pena a su padre.
    –Sabes que no, estoy muy aliviada porque se haya roto el compromiso, de eso no te apures. Mejor te cuento todo lo que paso con la empresa.
    –¿Es hombre o mujer? –preguntó y Akane entendió de inmediato.
    –Hombre, es joven, inteligente…
    –¿Es buena persona?
    –¿Cómo? –preguntó Akane queriendo evadir la respuesta, en esos momentos Ranma era todo menos una buena persona para ella.
    –El hombre, ¿es buena persona? ¿es de fiar? –insistió, Akane apretó fuertemente sus labios y asintió positivamente.
    –Muy buena –dijo apretando sus dedos.
    –Quiero conocerlo.
    –No puedes levantarte papá, a lo sumo podrás ir a la cocina o al comedor –dijo Akane con la mirada baja.
    –Entonces dile que mañana lo espero a comer
    Akane le miró con los ojos como platos y negó con la cabeza.
    –No creo que se pueda papá, es un hombre muy ocupado y…
    –Te puedo apostar que tiene interés en conocerme, soy el antiguo dueño, definitivamente tengo que conocerlo, si no viene iré yo –replicó Soun regresando a su terquedad de siempre, Akane sonrió al ver que ya se encontraba en buen estado.
    Sonrió débilmente y asintió con la cabeza.
    –Bien… mañana le diré que venga a comer.
    –También a Shampoo y a su esposo, quiero verla y saber cómo se encuentra –dijo Soun y Akane le falto poco para atragantarse.


    Ranma estaba más frustrado que nunca, no sabía qué hacer, tenía unas ganas intensas de matar a Kuno y escapar con Shampoo, esa mujer lograba trastornarlo, segar sus sentidos, no soportaba la idea de que esa misma noche Kuno la hiciera suya cuando solo tenía que pertenecerle a él.
    –¡Maldición! –exclamó Ranma golpeando la mesa en seco, no sabía que iba a hacer, pero tenía que hacer algo pronto, en la noche sería el desfile y tenía que saber que iba a hacer.

    Akane llegó apresuradamente a la empresa y paso recto del saludo de algunos empleados que se extrañaron al verla regresar, presiono el botón del elevador y faltaba mucho para que llegara a la planta baja, no tuvo más remedio que tomar las escaleras quitándose los tacones para poder ir más rápido.
    Ranma se encontraba esperando el ascensor para ir a la planta baja, maldecía que el edificio fuera tan grande cuando él tenía prisa por irse.
    –Hola Ranma –dijo Ukyo de forma coqueta acercándose a él para esperar también el ascensor.
    –Hola Ukyo ¿cómo estás? –saludó Ranma con la misma cordialidad.

    –¡Tengo que llegar, tengo que llegar! –se decía a si misma Akane para darse ánimos, pensaba que estaba llegando al límite de sus fuerzas, llevaba más de treinta pisos y sentía que s corazón se iba a salir del pecho, más de mil escaleras en menos de dos minutos, eso era todo un reto para ella.

    –¿Te gustaron las prendas? –preguntó Ukyo ilusionada y Ranma asintió positivamente.
    –La última en especial, antes que la modelo se desmayara ¿está embarazada acaso? –preguntó Ranma con curiosidad camuflada, esa duda lo quemaba desde la tarde, pero no estaba dispuesto a preguntarle eso a Shampoo y mucho menos bajar hasta la enfermería a preguntar ahí.
    –¡No que va! Si se acaba de casar, se dé muy buenas fuentes que no sostenían ese tipo de relación antes, y a que no adivinas, la última prenda que Shampoo modelo fue un diseño de Akane.
    –¿Akane es diseñadora? –preguntó Ranma incrédulo y algo sorprendido, no se podía imaginar a Akane diseñando algo.
    –Claro que si, tenemos la misma edad, nos conocimos en la universidad y cuando nos graduamos ella me ayudo a conseguir trabajo aquí.
    –Pero supongo que cuando tuvo poder dejo de ser diseñadora –dijo Ranma y Ukyo negó con la cabeza.
    –Su pasión es diseñar, si algún día la puedes ver diseñar te darás cuenta que como ella ninguna. Todas sus hermanas estudiaron lo mismo, pero Kasumi la mayor se caso muy joven y Nabiki no le interesaba, fue su segunda carrera en cambio la pobre de Akane, ella sí que le gusta, pero su padre la ocupa en otras cosas, dice que el diseño no es para ella, que tiene que ver más arriba y tener el poder y el mando de todo lo suyo.
    –Que hombre más obstinado –dijo Ranma y Ukyo asintió.
    Unas pequeñas campanitas anunciaron que el ascensor había llegado, cuando las puertas se abrieron Ranma le indicó caballerosamente que entrara primero al ascensor y Ukyo lo hizo encantada para después el hacerlo.
    –¡¡Ranma!! –gritó Akane desde lo más profundo de su garganta cuando escuchó que las puertas del ascensor se cerraban pero después se abrían con brusquedad.
    –¿Tendo? –preguntó Ranma saliendo del ascensor y encontrándose con Akane tirada en el suelo a punto de tener un infarto, Ukyo no pudo salir, por más interés que tuviera en su amiga tenía que ir a ordenar todo para el desfile de esa noche, tenía que dar indicaciones a Shampoo y a las otras modelos así que no le quedo más remedio que irse por ordenes de Ranma.
    –Saotome –dijo Akane muy agitada, respirando bruscamente, trataba de llenar sus pulmones con grandes bocanadas de aire pero parecía imposible.
    –¿Qué le ha pasado? –preguntó Ranma algo preocupado poniéndola de pie mientras la sentía temblar en sus brazos y el sudor caía por su frente.
    –No puede… no puedo dañar así la vida de Kuno –dijo al fin, Ranma tuvo que contenerse para no arrojarla por las escaleras ¿cómo le podía pedir eso? Si lo único que quería era terminar con la vida de ese imbécil.
    –Le dije que no metiera en mi vida –dijo Ranma algo molesto mientras ella se soltaba de él, para tratar de sostenerse sobre sus piernas que temblaban por el ejercicio tan forzado que había hecho, Ranma se apresuro a alcanzarle un poco de agua que había en un jarrón de la oficina, Akane se apresuro a tomarlo para refrescar un poco su garganta.
    –Créame que no lo hago por usted, sino por mi familia…
    –Paré ya ese maldito cuento –le cortó Ranma subiendo un poco el tono de su voz –sé muy bien que lo quiere, así que no se esconda más detrás de esa cara de mártir, usted hace eso porque no quiere que ese hombre se dé cuenta de lo que tiene por esposa.
    –¡Claro que no! Me interesa porque es el esposo de mi prima, tanto como me interesa el bien estar de ella.
    –Y que paso con “no me importa esa maldita zorra” –recordó Ranma intentando remedar su voz sin nada de éxito, Akane desvió la mirada y después lo encaro de nuevo.
    –Fue un arranque de locura, desesperación por lo que usted iba a hacer –dijo Akane y Ranma rió irónicamente acercándose a ella.
    –Claro, y yo soy el rey de Roma –se alejó y apretó de nuevo el botón del ascensor.
    –¡¿Adónde va?! –preguntó Akane alarmada.
    Ranma sonrió de medio lado haciendo su gesto varonil seductor, logrando que Akane sintiera un nudo en su estomago ¿Qué era eso? Se preguntó de inmediato.
    –Está por empezar el desfile y aún tengo que llegar al auditorio nacional –dijo Ranma y Akane sintió que el cielo caía a sus pies.
    –¡Esta loco! ¿Qué va a hacer haya? ¿Qué ganara? –preguntó alarmada.
    –Usted mejor que nadie lo sabe, solo voy a reclamar lo que es mío.
    –¡¡No!! ¡Ya está casada que caso tiene!
    –¿Acaso usted nunca ha visto a una viuda? –preguntó de forma cruel mientras se divertía torturando a Akane que le miró con espanto.
    –¡¿Qué piensa hacer?!
    –Nada que le interese –dijo Ranma despectivo, mirando con impaciencia el ascensor que tardaba en llegar. –¡Vaya mierda, mañana diré que lo cambien y que instalen dos ascensores más! Sin nada más que decir, espero verla en el desfile señorita Tendo –dijo Ranma bajando rápidamente por las escaleras mientras Akane bajaba detrás de él con el poco aliento que tenía.

    –¡Saotome deténgase! –gritó Akane cuando llegaron al estacionamiento ya vacío, Ranma la ignoraba mientras caminaba lo más rápido a su auto y Akane corría detrás de él, no sabía porque pero quería provocarla, quería ver que era capaz de hacer por ese hombre, al verla tan desesperada sentía rabia de que Akane lo amara de tal forma de humillarse para perseguirlo por toda la empresa. –¡En el nombre de Kami deténgase!
    Ranma subió a su auto y Akane hizo lo mismo con el suyo, no iba a permitir que llegará el desfile y le hiciera daño al hombre que amaba más que a nada en el mundo.

    Cuando entraron a la pista Ranma llevaba la ventaja por el simple hecho de que se auto era un Audi TT y el de Akane era un simple Citroën que era rápido pero jamás se podía comparar con la velocidad de un Audi. Akane pisó el acelerador hasta el fondo tratando de alcanzarlo aunque sus esfuerzos parecían inútiles, pero en un cambio de suerte que tuvo Ranma se vio retrasado por un camión que se salto el alto, cuando acelero de nuevo perdió mucha potencia y por esa razón Akane pudo alcanzarlo mientras golpeaba la carrocería trasera del auto, Ranma lo ignoró y se enojo muchísimo al ver que ella era capaz de no solo dañar su auto sino el de él también para salvar a ese tal Kuno. Ranma aceleró olvidando el pequeño golpe que seguro tenía su auto y continuo pero nuevamente Akane lo golpeó con más fuerza quedando los dos pegados, Ranma no tuvo más remedio que parar y bajar del auto acercándose hecho una fiera al de ella.
    –¡Salga del auto! –ordenó Ranma pero Akane negó con la cabeza, abrió la puerta antes de que Akane pudiera poner el cerrojo y desato el cinturón de seguridad para sacarla con violencia del auto mientras Akane chilló como un niña para después encararlo con valentía.
    –¡Esta usted loca o que! –espetó Ranma incrédulo, Akane le miró fijamente a los ojos, podía notar que él tenía tanta adrenalina como ella ya que respiraba algo más agitado de lo normal.
    –¡No permitiré que le haga nada a Kuno!
    –¡Cállese si no quiere que ahora si lo mate y después a usted!
    –¡No permitiré que le haga daño a él!
    Ranma tuvo que girarse para contener su enojo, nunca antes le había hecho daño físico a una mujer y sabía que jamás podría hacerlo por muy enojado que estuviera, pero no estaba molesto por su auto, tenía mucho dinero para arreglarlo con facilidad, lo que le molestaba era la forma en que Akane defendía su amor ¿Por qué Shampoo no había hecho lo mismo con el suyo?
    –¿Qué va a hacer para impedirlo? –preguntó Ranma acercándose a ella, violando todas las reglas de espacio personal, Akane sintió su respiración caliente y su aroma varonil, tembló ante tal acto y sintió como su pulso se aceleraba.
    –Yo… yo
    Ranma no le dio tiempo de contestar le hizo señas a un taxi que se detuvo inmediatamente con la ilusión de tener un pasaje para esa noche.
    –¡Espere! –exclamó Akane pero ya era muy tarde, Ranma subió al auto y le indicó a donde tenía que ir y rápidamente acelero ignorando los gritos y las quejas de Akane.
    –¡No dejare que logres tu objetivo Saotome! –exclamó Akane subiendo a su auto pero esta ya no arrancaba, no tuvo más remedio que subir al de Ranma que no estaba muy bien, pero por lo menos andaba.

    Todas las cámaras y las luces estaban dirigidas a la Passarella, Shampoo estaba más radiante que nunca, sus curvas se alineaban y complementaban perfectamente con los diseños de Ukyo y Akane, la primera presentaba con orgullo y dedicación su colección diciendo que los diseños de Akane eran también suyos como tenía que hacerlo. Kasumi y su esposo también estaban ahí, su hijo se había quedado en compañía de una niñera que se encargaba de él cuando su madre no podía hacerlo y Nabiki estaba con Kyo su prometido con el cual llevaba saliendo cerca de dos años. Soun también estaba ahí, había insistido mucho por ir y Tofú había accedido con la condición de que fue en silla de ruedas y no expusiera sus emociones.
    –¿Akane dónde estás? –preguntó Nabiki cuando por fin la llamada le entro al celular de su hermana. –¡Ya casi llegó! –exclamó Akane acelerando para llegar antes que Ranma que sabía que iba a ser imposible.
    –Menos mal, papá no deja de preguntar por ti.
    –¡Papá! ¡¿Él está ahí?! –preguntó alarmada.
    –Sí, insistió mucho, Tofú le dijo que podía hacerlo si no excedía de sus fuerzas y aparecía en una silla de ruedas.
    –¡Tengo que impedirlo! –exclamó Akane terminando la llamada.
    –¿Akane? –preguntó Nabiki desconcertada al escuchar lo último, pero miró rápidamente el salón y se dio cuenta de que Ranma tampoco estaba ahí.

    Ranma ya estaba dentro y Akane lo vio bajar del taxi, daba gracias a Kami de que le había dado tiempo llegar. Bajó rápidamente del auto de Ranma y corrió hacía él, tenía que alcanzarlo a como diera lugar, ahora no solo la vida de Kuno estaba en juego sino también la de su padre y eso si no lo iba a permitir.
    Ranma pudo ver a Shampoo desfilando las prendas de verano, se veía como una diosa y ese día la deseaba más que antes, no soportaba la idea de que estuviera casada con ese mentecato, pudo verlo disfrutando de la imagen de Shampoo y sintió celos, ella era de él, no de Kuno, Ranma era su dueño y se lo demostraría, ese día le propondría a Shampoo algo que tenía en mente, pero antes de que se pudiera acercar más Akane le tomó del brazo.
    –¡Saotome!
    –Señorita Tendo, estoy empezando a perder la paciencia con usted ¡deje de seguirme! –exclamó Ranma molesto mirando a Akane con cara de pocos amigos pero a Akane no le importo.
    –¡¿Qué piensa hacer?! ¡Dígamelo! –gritó desesperada pero nadie que no fuera Ranma la escuchó gracias a la música que resonaba en el salón, se trataba de una pieza de Alice Deejay - Better Off Alone que pegaba con el evento.
    –Lo voy a matar ¿satisfecha? –preguntó de forma seria, era mentira, Ranma no era capaz de matar a alguien, era cierto que muchos lo creían así pero pocos sabían la verdad y él no era ningún asesino. –¡No se lo permitiré! ¡Primero tendrá que matarme a mí! –exclamó y Ranma quiso abofetearla por defender tanto la vida de Kuno.
    –Será todo un placer entonces –restregó mirándola fieramente, cuando la iba a apartar de si Akane tuvo miedo y se le fue encima buscando sus labios con desesperación, fue la única forma que encontró para detenerlo y así fue porque Ranma al sentir sus labios paró en seco y respondió el beso de una forma hambrienta mientras algunas cámaras los captaban sorprendidos y entusiasmados con la fotografía que daría mucho de qué hablar.
     
  8.  
    AnaIz16

    AnaIz16 Guest

    Re: Amour: un mot, cinq lettres et une signification

    Nouveaux sentiments ? (¿Nuevos sentimientos?)
    Cap 5

    Akane se estremeció al recordar el beso, ya estaba en su casa, en su cama, todos dormían menos ella, había sido un éxito su plan, Ranma no había hecho nada y después del beso se había marchado del evento sin decir ni una palabra y sin mirar a Shampoo ni a ella.
    Nunca antes la habían besado con esa fiereza, ni con esa violencia tierna.
    Cerró los ojos y paso sus dedos por sus delicados y finos labios.

    ---------Flash Back--------------------
    Cuando Akane se le fue encima a Ranma él paró en seco, la tomó de la estrecha cintura y el ahondo el beso introduciendo su lengua en la boca de Akane que dio un respingo al sentirlo saboreando su boca, Ranma la apretó con fuerza y pudo sentir la agilidad de sus labios y la textura de su lengua contra la suya. Convirtiendo el beso desesperado en uno apasionado.
    --------Fin del Flash Back -------------------

    Akane se asustó de sus pensamientos, le había gustado el beso, y de gran manera que moría por probar sus labios de nuevo, pero no podía, no debía. Ranma estaba hecho una furia y era un asesino, no podía involucrarse con él.


    Ranma estaba muy concentrado leyendo unos papeles que había recibido del evento de ayer, eran todos los considerables ingresos que tenían, los chinos eran los mejores clientes pero él no los soportaba por el simple motivo de que Shampoo tenía sangre china, temía que los demás Tendo también pero se dio cuenta que no era así, el chino era padre de Shampoo, la madre había sido japonesa, extrañamente se sintió aliviado de que Akane no lo fuera y recordó el beso de la otra noche, sintió rabia al saber que solo lo había besado con intensiones de detenerlo cuando en realidad no iba a hacer nada malo, solo iba a incomodar a Shampoo, no pensaba dañar a Kuno en un lugar público y mucho menos de esa forma tan cobarde de atacar por la espalda, era cierto que él lo había hondado pero Akane había respondido con la misma pasión o más que él. Le inquietaba aquello porque jamás una mujer había despertado sus instintos de esa forma y no se refería al beso simplemente sino que su mirada marrón, aquella mirada fiera, decidida y tímida había logrado cautivarlo.
    ¿Qué estaba pasando con él?
    –¡Ranma! –gritó Shampoo sacándolo de sus pensamientos abruptamente, Ranma miró a Shampoo con desconcierto al verla parada enfrente de su escritorio más molesta que nunca.
    –¿Qué pasa? –preguntó Ranma intranquilo y serio por sus pensamientos, sabía que la secretaria no había prestado nada de atención a las visitas, por eso Shampoo estaba ahí, empezaba a ser molesto aquello, todos podían entrar a su oficina cuando se les placiera, eso de verdad no debía de estar pasando.
    –¡Explícame esto ya! –exigió Shampoo arrojando una de las revistas populares más leídas en donde la portaba era de Akane y él besándose con la pasión de anoche.
    Ranma tomó la revista y le hecho una ojeada sintiendo una sensación extraña en su interior como nunca había sentido, era como si tuviera nauseas de repente, pero no eran nauseas era algo que se abarrotaba en su estomago produciéndole un extraño nudo ¿nervios? ¿emoción? La verdad era que no lo sabía ni tampoco lo entendía, recordó los labios suaves y delicados de Akane, su estrecha cintura y su lengua enrollada con la de él bailando inquietamente en su boca.
    –Pensé que eras más inteligente, está claro que es un beso –dijo Ranma usando su nato sarcasmo.
    Shampoo sintió que iba a morir de rabia en esos momentos y rió con el mismo sarcasmo.
    –¡No me había dado cuenta! ¡Explícamelo ya!
    –¡Tú eres la última persona que puede exigirme una explicación de mis actos! –exclamó Ranma subiendo el tono de su voz.
    Shampoo le miró de forma retadora y salió de su oficina, dejando la revista encima de la mesa mientras Ranma la miraba algo frustrado al recordar que ese beso no había sido para él sino para Kuno.


    Akane llegó a la oficina, llevaba ahora ropas deportivas como siempre y el cabello atado en una coleta, su padre se entusiasmo con la noticia de que ella estaba saliendo con Ranma, eso era lo que decían algunas revistas y periódicos de la ciudad, se alegró al ver quien había comprado la empresa, le parecía un buen hombre y un preparado muchacho. Akane negó tener alguna relación con él, le dijo que había sido el momento, la emoción de que todo estuviera saliendo tan bien, su padre no tuvo más remedio que creerle pero le dijo que ahora estaba más emocionado que nunca para conocerlo.
    Akane no lo había dicho nada aún, pensaba hacerlo esa mañana, un hombre tan ocupado como él seguramente no tendría espacio y le diría a su padre que no pudo por alguna razón, era el plan perfecto, pero no pudo llegar muy temprano porque Nabiki se resistió a salir más temprano de lo normal y como ahora el auto de Akane estaba abandonado en alguna parte de la ciudad no tenía más remedio que esperar a que el taller la llamaría y le dijera que ya lo tenían, intentó arrancar el auto de Ranma pero no pudo, murió en la noche cuando llego a su casa y la manguera del aceita se rompió probando una fuga interna en el auto, tendría que decirle a Ranma que fuera por él con una grúa o algo así.
    –Soy Akane –dijo cuando estaba enfrente de la puerta de Ranma, este le dijo que pasara y no pudo evitar sentir una sensación extraña pero la ignoro de inmediato.
    –Buenos días señorita Tendo –dijo con una ligera sonrisa irónica en su rostro saludándola con un ademán, Akane se sintió verdaderamente incomoda cuando lo vio ahí, llegaron de nuevo los escalofríos al recordar el beso y sus manso sobre su cintura, aquel contacto cálido que la hizo desfallecer.
    –Yo… quería pedirle una disculpa por lo de anoche –dijo Akane y Ranma le miró seria.
    –No fue nada, solo un insignificante beso, por mí ya está olvidado –eso fue un golpe para el orgullo de Akane que le miró con el ceño fruncido.
    –No hablaba de eso –dijo algo sonrojada pero dolida por lo que acababa de decir, se imaginaba que después de besar a Shampoo ella no era nada para él. –Hablaba de su auto, está en mi casa, pero me temó que no funciona –Ranma sonrió, tenía la mirada gacha y sabía que pedir disculpas le molestaba a ella como a él, pero no la iba a interrumpir, quería verla enojar.
    –¿Cuándo me lo pagara? –preguntó Ranma y Akane le miró de inmediato.
    Era cierto, ella tenía que pagar, pero no tenía ni siquiera dinero para pagar el de ella.
    –Yo… este… miré, no crea que no le quiero pagar, lo que pasa es que últimamente mi economía no marcha bien y…
    –No es mi problema, hubiera pensado otra cosa para detenerme, como lo hizo al final –dijo y Akane se sonrojo desviando la mirada.
    –Sí, entiendo. Si usted me espera un mes.
    –Tres semanas –dijo Ranma cortante y Akane le miró sorprendida ante su indelicadeza. –no más que eso –agregó Ranma divertido al ver la expresión de Akane.
    –Bien, en tres semanas tendrá su auto como nuevo –dijo Akane orgullosa, saliendo de la oficina de Ranma sin verle la cara si no sería capaz de abofetearlo con fuerza.
    El celular de Akane empezó a sonar y lo contestó de inmediato.
    –Hola Kasumi, no, el señor Saotome no puede ir, es un hombre muy ocupado tiene que hacer muchas cosas hoy…
    Ranma le quitó el celular con agilidad y Akane le miró con odio mientras trataba de recuperarlo como una niña pequeña.
    –Buenos días ¿cómo está, señorita Tendo? Claro que sí, será todo un placer y honor para mí acompañarlos a cenar, claro que sí, a las nueve entonces, que tenga buen día –dijo Ranma y colgó después de que termino la llamada.
    –¡¿Qué se ha creído?! –exclamó Akane en un grito mientras recibía su celular.
    –Usted no me ha dicho nada de la invitación, no tengo nada que hacer, por eso se lo quise hacer saber a su hermana.
    –Usted no puede venir esta noche –dijo Akane y Ranma sonrió acercándose a ella, aspirando su suave fragancia, Akane intentó separarse pero estaba contra una pared y él.
    –¿Por qué no? –preguntó jugando al gato y al ratón.
    –Porque… Shampoo y Kuno también irán –vacilo Akane y el gesto divertido de Ranma desapareció pero no se separo de ella.
    –No ponga esa cara, no está enfrente de un demonio. Sé que usted ha intentado por todos los medios que no me acerque a ese imbécil, pero no lo podrá hacer eternamente, algún día hablaremos y que mejor que este.
    –¡No! –replicó Akane como una niña pequeña.
    –Ni siquiera sé cómo se atrevió a besarme anoche, a humillarse a rebajarse –dijo Ranma poniendo sus dos manos contra la pared y encorvando su espalda para que su rostro quedara a la misma altura que el rostro de Akane.
    –Por mi familia sería capaz de todo –dijo Akane ladeando el rostro para no tenerlo tan cerca, pero solo consiguió que Ranma violara más las reglas de espacio personas y aspirara la fragancia de su perfume que había echado en su cuello esa mañana.
    Ranma moría por besarla ahí, pero no lo haría, quería probar su piel pero no ahora, se contendría, pero lo conseguiría después.
    –Lo sé… es capaz de bajar al mismo infierno y besar al demonio para salvarlo a él. Pero como le dije no podrá hacerlo eternamente, porque el demonio puede cansarse.
    Cuando hablaba del demonio se refería a él y Akane lo sabía.
    –Lo haría mil veces, no me importa nada.
    –Mida sus palabras señorita Tendo, vea que pueden ser utilizadas en su contra. Pero no se afane mucho señorita Tendo, que ayer yo no iba a hacer nada en contra de ese monigote, me considero bastante hombre para atacar a alguien por la espalda y desarmado así que no se hubiera rebajado a besarme, no era necesario –dijo y entró de nuevo a su oficina, Akane respiró aliviada pero extraño su calor corporal.
    ¡¿Qué le estaba pasando?!

    –¿Me mandaste a llamar Ranma? –preguntó Haposai entrando a la oficina de Ranma sin tocar para después sentarse en la silla que estaba enfrente del escritorio de Ranma.
    –Sí, necesitaba que vieras estos documentos y me digas que es mejor romper relaciones con los chinos o no ya conoces mis razones del porque quiero terminar los lazos con esa gente –dijo Ranma y Haposai tomó los papeles y empezó a ojearlos.
    –Maestro –dijo Ranma llamando la atención del anciano, tenía una duda que quería despejar cuanto antes y sabía que él único que podía sacársela sería el viejo.
    –¿Dime? –preguntó aún con los ojos de llenos en los documentos.
    –¿Desde hace cuando conoces a la familia Tendo? –preguntó Ranma y Haposai le miró con un resplandor en sus ojos.
    –Desde el tiempo que llevo de conocer a la tuya, Tendo Soun también fue mi alumno como tu padre y conozco a las hermanas Tendo desde que son unas bebes, cuando empezaron a crecer se hicieron tan lindas, todas pero Nabiki está hecho un man…
    –¡Pare! –exclamó sabiendo que el maestro era un pervertido y que seguramente había tenido malos pensamientos hasta con las paredes. –Lo que me interesa saber es… ¿Por qué a Akane le interesa tanto Kuno? –preguntó fingiendo desinterés y Haposai rió a carcajadas.
    –Vaya Ranma, se ve que tu no pierdes el tiempo.
    –No diga estupideces, solo tengo es duda –dijo Ranma algo apenado quitando la mirada y Haposai rió de nuevo.
    –No te hagas el loco conmigo y mucho menos después de lo que dicen las revistas –dijo Haposai mostrándole un ejemplar en donde salían besando de otro ángulo.
    –¿Me va a decir sí o no? –preguntó Ranma ya algo impaciente, Haposai rió y después intento ponerse serio pero aun tenía aquella sonrisa que le incomodaba a Ranma.
    –Kuno y Akane estaban comprometidos –Ranma le miró con un poco de sorpresa, era obvio que Akane sentía algo muy intenso por Kuno.
    –¿Por qué te sorprende tanto? –preguntó Haposai, Ranma le miró y habló.
    –Sabía que Akane sentía algo muy fuerte por Kuno, pero jamás me hubiera imaginado que estaban comprometidos, pensé que era el amor imposible de Akane.
    Haposai negó con la cabeza mientras se cruzaba de brazos. –Akane le amaba, todo mundo lo sabía, yo pensaba que él también.
    –¿Cuánto tiempo fueron prometidos?
    –No recuerdo bien, pero creo que llevaban más de dos años.
    –¿Dos años? ¿Por qué terminaron? –preguntó Ranma y Haposai se encogió de hombros.
    –Por lo que escuché, Kuno quedó tan impresionado con Shampoo que le dijo que no podía seguir adelante con los planes de boda –dijo Haposai y Ranma lo escuchó hasta el final.

    Llegó la cena, Akane se había puesto unos pantalones vaqueros que le moldeaban su figura y una camisa algo pegada que resaltaba sus senos, sabía que algo le faltaba, no se sentía completa, había tomado el consejo de Nabiki, se arreglaría más para ver si podía reconquistar a Kuno, pero ese no era el objetivo de Akane, el de ella era demostrarle a Shampoo que no le afectaba en nada su matrimonio con Kuno aunque no fuera cierto.

    En la sala estaban sentados todos, los dos únicos que faltaban eran Ranma que aun no había llegado y Tofú que estaba de guardia esa noche en el hospital y no iba a poder llegar.
    Akane notó que Kuno la miraba de una forma extraña, estaba molesto e impaciente y no entendía muy bien el porqué y sabía que quería decirle algo, lo notaba en su mirada como cuando eran novios. También se había dado cuenta que Shampoo estaba exageradamente arreglada y con un escote que mostrada parte de sus senos.
    “Maldita zorra, se viste así para Ranma” pensó Akane molesta sin saber muy bien porque su molestia se había más grande que antes, al pensar que los ojos de Ranma estarían perdidos en esa camisa escotada de color roja que insinuaba pensamientos obscenos y desagradables para ella.
    –¿Le habrás pasado algo? –preguntó Soun impaciente mirando su reloj.
    –No creo, es un hombre muy ocupado, pero te aseguro que vendrá –dijo Shampoo sonriendo con fingida ternura para después ver a Akane con desprecio, Akane sonrió a sus adentros, no soportaba la idea de que se hubiera besado con Ranma.
    –El timbre de la casa sonó y Sanosuke que era el pequeño hijo de Kasumi que tenía seis años se levanto corriendo para ir a la puerta, era idéntico al doctor pero tenía los ojos de su madre y Akane decía que tenía su sonrisa y era cierto. Sanosuke era muy importante para Akane y ella era su tía preferida aunque quisiera también mucho a Nabiki y para su mala suerte a Shampoo que fingía ternura al jugar con él, pero la verdad era que no soportaba a los niños.
    Ranma apareció en la sala y Akane se dio cuenta que estaba más guapo que nunca, no llevaba el traje de sastre que estaba acostumbrado a llevar, no vestía formal pero su casual, con unos pantalones oscuros y una camisa de color verde oscura también.
    –Siento llegar tarde, tuve un inconveniente pero lo resolví en el acto –dijo y se Akane se extraño al verlo llevar una botella de sake y unos lirios.
    –¡Señor Saotome es un placer conocerlo! –exclamó Soun tratando de ponerse de pie y fue ayudado inmediatamente por Akane que estaba a su lado.
    –El placer es todo mío, señor Tendo –dijo Ranma colocando la botella debajo de su brazo izquierdo para poder saludar a Soun con un apretón de su mano derecha. Soun le miró detenidamente, ese chico le recordaba algo, pero no lo ubicaba aún.
    –Esta botella de sake es para usted, se que ahora no puede tomar alcohol por el efecto de las medicinas pero cuando pueda hacerlo será todo un placer que lo deguste y me diga que le ha parecido –dijo Ranma ofreciéndole la botella que Soun tomó ansiosamente.
    –¡Es la mejor de Japón! –exclamó mirando a Ranma algo incrédulo. –Es muy difícil conseguirla ahora que la casa ha cerrado sus producciones.
    –Me complace que le haya gustado –dijo Ranma con una carismática sonrisa para después mirar a Akane.
    –Señorita Tendo, que hermosa luce esta noche –dijo tomando su mano y dándole un leve beso en ella, Soun estaba encantado y Akane estaba completamente anonadada, nunca antes se hubiera imagino que aquel hombre mal educado y grosera fuera todo un caballero. –Estas flores son para usted, espero que le gusten –dijo Ranma ofreciéndole las flores, Nabiki lo miró con incredulidad al igual que Akane y Shampoo y Kuno no pudo evitar fruncir su ceño mientras Kasumi y Soun sonreían abiertamente.
    –¿Por qué no son rosas rojas? En las películas siempre son rosas –dijo Sanosuke mirando con inocencia a la pareja en donde Akane estaba estática e incrédula.
    –Pensé en eso… pero me pareció que los lirios eran mejores, además las rosas rojas para mí son muy vacías y frívolas, no me gustan en nada –dijo Ranma mirando fugazmente a Shampoo que echaba humo por las orejas, las rosas rojas eran sus favoritas y Ranma lo sabía, lo que lo dolía era que él nunca le había mandado rosas ni ninguna otra flor a ella.
    –Gracias –dijo Akane tímidamente tomando las flores mientras sentía que sus manos flaqueaban, Ranma al estar libre se giró y se presento con Kasumi y el pequeño Sanosuke.
    –Mi nombre es Tatewaki Kuno –dijo Kuno poniéndose de pie, mientras se acercaba a él le tenía la mano, Ranma le miró con ironía y como si lo estuviera midiendo para después estrechar su mano.
    –Es un placer conocerlo, señor Tatewaki –dijo Ranma mirando a Akane que tembló al ver que estrechaban sus manos.
    –Ella es mi esposa –dijo Kuno extendiendo la mano hacía Shampoo que se apresuro a tomarla y saludar a Ranma con un beso en la mejilla.
    –Ya nos habíamos conocido –dijo Shampoo mirando a Ranma de una forma provocativa y Akane tembló de ira al ver aquello.

    Cuando ya estaban sentados en la mesa Soun le dijo a Ranma que se sentara a su mano derecha mientras Akane estaba sentada a su mano izquierda con Ranma enfrente, estaba más nerviosa que nunca, no quería comer por miedo de derramar algo o que algo se escondiera entre sus dientes. Ranma estaba al lado de Shampoo y de Kuno en el lado derecho y Akane estaba junto a Sanosuke, Nabiki y Kasumi en el lado izquierdo
    Ranma no le quitaba la mirada de encima a Akane y ella no se la quitaba a Shampoo que tenía una sonrisa traviesa en los labios, lo mejor que le había pasado era que la sentaran al lado de Ranma y Ranma lo maldecía, Shampoo no perdía oportunidad en rozar sus piernas y las manos.
    –¿Usted es japonés? –preguntó Soun y Ranma asintió. –Por su apellido es más que obvio, pero hay algo en usted que no se me hace común…
    –Mi madre era francesa.
    Todos se sorprendieron menos Shampoo, Akane le miró con interés, eso explicaba su extraña y diferente mirada, cuando había visto a su padre pudo notar que sus ojos eran muy diferentes.
    –¿Era? –preguntó Sanosuke y Kasumi le llamó la atención pero Ranma le dijo que no lo hiciera que el niño podía preguntar todo lo que quisiera.
    –Ella es, perdón. No está muerta pero desde hace mucho tiempo no tengo contacto con ella.
    –¿No la quiere?
    –¡Sanosuke! –exclamó Akane mirando a su sobrino con severidad mientras Ranma negaba de nuevo y decía que lo dejaran.
    –Es la mujer más importante en mi vida, pero últimamente he estado muy ocupado al igual que ella. –¿Vive aquí? –preguntó el pequeño interesado mientras todos lo miraban incómodos pero Akane sonrió tímidamente al ver que Ranma le dedicaba mucha atención al pequeño.
    –Algunas veces viene, pero ella vive en Francia.
    –¿Y tu papá?
    –El vive aquí. De hecho –dijo mirando a Soun ahora –quería preguntarle si mi padre podría ayudarme en mi trabajo.
    Soun se conmovió y Akane y Nabiki se miraron algo extrañadas al ver que Ranma pedía autorización a hacer algo cuando estaba acostumbrado a arrasar con todo.
    –¡Por supuesto que sí, hijo!
    La cena transcurrió hablando de diversos temas de la economía, Ranma prestaba mucha atención a las observaciones de Akane y de Nabiki, notaba que ellas querían expandirse pero que su padre se resistía a la idea, cuando llegó el postre Sanosuke pidió el pedazo más grande de pastel para él y Ranma puesto que le había caído muy bien, después dijo que el de su tía Akane también tenía que ser muy grande porque ella era capaz de comerse uno entero, todos rieron menos Shampoo y Kuno que estaban bastante serios en la cena y Ranma se divirtió imaginándose a Akane como una golosa y ella se sonrojo al compartir la idea.
    –¿Usted tiene novia? –preguntó Soun mirando a Ranma que comió una porción de su pastel y Akane habló.
    –Creo que deberías dejar que termine su postre y hablar de temas que no tengan que ver con la intimidad del señor Saotome…
    –No tengo, pero si hay una persona que me interesa –dijo Ranma cortando a Akane y mirando a Soun que le miró ilusionado, Shampoo estaba atenta a Ranma y a pesar de estar a su lado y de la búsqueda de tener contacto con sus manos y cuerpo se había dado cuenta que Ranma la rechazaba.
    –Y esa chica se llama Aka...
    –¡Para ya papá! –exclamó Akane alarmada sabiendo que su padre era experto en el campo de la indiscreción y Ranma sonrió de forma traviesa, mirándola de forma retadora.
    –¿Su hija Akane? –preguntó Ranma y Akane se puso de mil colores, también Ranma no se perdió detalle de la forma en que Kuno lo miró a él y a ella.
    –Señor Saotome esto no es necesario mi padre…
    –Akane, deja ya de fingir –dijo Ranma y todos miraron a Akane de diversas formas, su padre, Kasumi y Sanosuke le miraron llenos de ilusión. Nabiki le miró de forma incrédula al igual que Kuno y Shampoo la mató con la mirada, la miró llena de odio y rencor. –Pensé que con la fotografía le dirías a tu familia.
    –¡Lo sabía! –exclamó Soun eufórico dándole una palmada en la espalda a Ranma.

    –¡¿Por qué lo hizo?! –preguntó Akane cuando ya estaban despidiéndose, su familia ya no los miraba, todos estaban en sus cosas y Ranma había dicho que ya se tenía que marchar, tenía que pasar a la oficina. Ranma rió algo divertido al verla sonrojar de esa forma.
    –No tiene nada de malo, solo he gastado una broma, al final le he dicho a su padre que no era cierto ¿no le basto con eso?
    –¡No ha sido nada graciosa!
    –Por lo menos para su padre sí. Nabiki no se la ha creído y Kuno se puso celoso ¿no le ayuda eso? –preguntó Ranma ya serio, Akane le miró sorprendida, no se había dado cuenta de la reacción de Kuno.
    –¿Cómo dice? –preguntó Akane interesada y Ranma sintió rabia al verla ilusionarse con la idea de que Kuno se encelara.
    –Ahora si le interese mi broma verdad –dijo molesto girándose y Akane lo tomó del brazo haciendo que se girara hacía ella.
    –¡Dejé de jugar y repítame lo que dijo!
    –¡Que su ex prometido se puso celoso! –escupió Ranma molesto mientras Akane abría los ojos como plato y le miraba de forma incrédula.
    –¿Cómo lo supo?
    –Me entere, Kuno es un hombre muy conocido, antes de saber que estaba casado con mi amante ya lo conocía.
    –Cállese por favor, no diga eso.
    –¿Qué? No estoy diciendo nada falso, su prima fue mi amante, la ame muchas veces, la hice mía varias noches, no estoy mintiendo.
    –Pero no tiene que repetirlo.
    –¿Ranma? –dijo una voz que venía cerca de su auto, estaba algo oscuro y ambos la reconocieron de inmediato.
    –¡Shampoo! –exclamó Akane incrédula. –¿Qué haces tú aquí? –la encaró poniéndose delante de Ranma mientras miraba retadoramente a su prima.
    –Ranma quiero hablar contigo –dijo de forma decidida mientras ignoraba a Akane.
    Ranma le miró serio y después pudo ver a Akane, lo llenaba de ira que solo quisiera defender al estúpido de Kuno.
    –¿Dónde está Kuno?
    –No te alarmes, tu amado Kuno está dentro hablando por teléfono de sus negocios, ahora vete que quiero hablar con él.
    –¡No lo harás! –exclamó Akane y sintió la mano de Ranma en su brazo.
    –No se preocupe Tendo, su prima quiere hablar conmigo no con usted –dijo y Akane le miró horrorizada.
    –¡Pero qué le pasa! ¡Kuno está…
    –Me tiene muy sin cuidado lo que esté haciendo ese hombre –le cortó Ranma. –Yo voy a hablar con Shampoo, déjenos solos.
    –¡No lo haré!
    –Si no te largas…
    –Vámonos Shampoo –dijo Ranma interrumpiendo a las dos ambas se callaron y le miraron con suspicacia. –Si tu prima no nos dejara hablar aquí sube al auto.
    Sabía que Shampoo no se iba a atrever y que Akane no lo iba a aceptar pero era una forma para que Akane se fuera y los dejara solos, no pensaba regresar con Shampoo pero quería dejar a Akane picada.
    –¡De ninguna manera!
    –¡Entonces váyase! –le cortó Ranma impaciente –si no quiere que me lleve a Shampoo a otro lugar déjenos solos.
    –Usted no se atrevería –dijo Akane nerviosa y Ranma sonrió de forma irónica acercándose a ella hasta hacer que retrocediera.
    –Pruébeme –la retó Akane no tuvo más remedio que marcharse a regañadientes mientras miraba de reojo. Pudo ver como Shampoo se echaba encima de él en un abrazo y él lo correspondía, sintió una punzada en su corazón, él aún la amaba y no sabía porque eso le dolía.
    Cuando Ranma se dio cuenta que Akane ya no los veía se separo de Shampoo inmediatamente.
    –¿Qué pasa amor? Ya estamos solos…
    –Shampoo, quiero dejar las cosas claras –dijo Ranma y Shampoo asintió.
    –Sabes que te amo, que Kuno no es nada para mí, de eso puedes estar seguro.
    –No planeó regresar contigo Shampoo.
    –Pero no viviremos aquí, regresaremos a Nerima, vendré cada semana, así podremos estar juntos sin que nadie nos moleste.
    Ranma rió sarcásticamente y acaricio su mejilla. –Pero que linda eres Shampoo, cuando te canses de la cama de tu marido vendrás rápidamente a meterte a la mía.
    –¡No lo digas así! Sabes que tú eres el único que me vuelve loca.
    –No me interesa eso Shampoo, solo quería decirte eso, entre tú y yo no habrá nada más –dijo y se fue rápidamente para no seguir escuchándola.
    Esa noche ya estaba harto de tratar con las Tendo.
     
  9.  
    Daffy Duck

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    Leo
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    7 Noviembre 2007
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    Pluma de
    Re: Amour: un mot, cinq lettres et une signification

    Hace tiempo no continuas con este precioso fic T.T
    Me encanta como se van atrayendo Ranma y Akane
    porfis, continualo.
    Bye!!
     
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