Amores que cambian la vida (NaruHina, ShikaTema, SasuSaku)

Re: Amores que cambian la vida (NaruHina, ShikaTema, SasuSaku)

Si amigas, tan increíble como parece, ¡ya termine el siguiente capitulo en menos de cinco horas!
Es que como se viene el final, estaba inspirada :D
Espero les guste, ya falta menos!
rocio

Capitulo 11 – No te dejes vencer….​

--¡No! – gritaba Temari -- ¡No! ¡No puedes! ¡No puedes morir! ¡No puedes dejarme!

Gaara seguía en el suelo blanco, sin moverse, sin respirar. Su hermana mayor cayó sobre él, hecha un mar de lágrimas y llorando con fuerza.

--¡¡Gaara!! ¡¿Quién es el culpable?! ¡Qué salga ahora!

Y ante estas palabras, la habitación se volvió totalmente oscura, como si alguien hubiera apagado todas las luces de repente. Esta oscuridad duró unos segundos, unos segundos en que sólo se oyó la respiración agitada de Temari acompañada por sus sollozos.
Volvió a emerger a luz e iluminó la habitación blanca. O que antes era blanca, porque en cuanto volvió la luz apareció grabado con un rojo sangre en las paredes, el suelo, el techo, mil veces la misma frase: “Fue tu culpa”. Y al ver esto, Temar lo recordó…



Flashback


--Temari-chan – la saludó un niño pelirrojo de unos ocho años.

--Gaara, soy tu hermana, puedes llamarme Temari a secas – le indicó su hermana de diez años. Ella estaba tomando un jugo de naranja sola en la mesa de la cocina, y le ofreció a su hermano. -- ¿Quieres?

--¡Gracias! – sonrió el pequeño niño, tomando un poco de jugo y sentándose al lado de su hermana. – Hermana, ¿cuándo volverán mamá y papá?

--Gaara, mamá y papá están de viaje, en unos días volverán – le explicó Temari

--Pero, ¿y si no vuelven? ¿y si me pasa algo y no están aquí? – se preocupó el niño, mirando hacía abajo con tristeza.

--Si pasa eso, yo estare aquí para ayudarte – le respondió Temari con una sonrisa. Gaara miró a su hermana. – Gaara, yo soy tu hermana mayor y es mi deber protegerte. Y te prometo como tu hermana mayor que nunca, nadie ni nada te hará daño. ¡Es una promesa!

El pequeño Gaara pensó un momento, para luego decir….

--¿Lo prometes, Temari? – preguntó el niño pelirrojo, tendiéndole su pequeña mano a su hermana.

--Lo prometo – le aseguró la niña rubia, tomándo con fuerza la mano de su hermano, y le sonrió una vez más. Más seguro, Gaara le devolvió la sonrisa.


Fin Flashback


--Es…mi culpa – murmuró Temari. Su mirada yacía en suelo junto al cuerpo de su hermano, no podía dejar de mirarlo. Era su culpa por no protegerlo, por no cuidarlo como le prometió. --¡Es mi culpa! ¡AHHHHHHHH! – Y la ira y tristeza de Temari estallaron en forma de una catarata de lágrimas y gritos que no cesaban. El viento a su alrededor comenzó a cambiar, a ponerse violento y agitado, paralelo con las emociones de la Sabaku No. Ella no podía controlarse, la furia ahora era quien la controlaba, y lanzó un último grito de dolor antes de perder la consciencia.






--Sasuke-kun… -- Sakura no podía hacer más que repetir esto.

Las lágrimas de la joven Haruno caían sobre el rostro de su amado Sasuke como una débil llovizna. Débil como Sakura se sentía en ese momento, frágil como una muñeca de porcelana a punto de partirse.

--Sasuke, no puedes morir así, debe haber una manera – murmuraba Sakura con un hilo de voz – Sí tú mueres aquí, ¡entonces yo morire aquí contigo!

Sakura tomó de la mochila de Sasuke y la revisó hasta encontrar un antiguo kunai en ella, que en el mango tenía grabado “Propiedad de Itachi”.

--¿Un amuleto de la suerte? – pensó Sakura en voz alta. Tomó el kunai y lo apuntó hacia su pecho, sosteniéndolo con ambas manos – Si no estamos juntos en vida, ¡estaremos juntos en la muerte! ¡Sasuke-kun!


Gritó el nombre del chico que yacía junto a ella mientras dirigía el kunai a toda veolcidad contra su cuerpo, cerrando sus ojos con fuerza esperando recibir el golpe mortal.

Pero ese golpe nunca llegó. Algo lo detuvo. No. Alguien lo detuvo. Sakura abrió suave y lentamente los ojos para encontrarse con el kunai a tan sólo unos centímetros de su pecho, y dos manos blancas y frías como la nieve lo sujetaban, salvando así la vida de la joven Haruno.
La chica de cabello rosado alzó la mirada para encontrarse cara a cara con un hombre de unos veinte años, probablemente un poco más. De cabello oscuro atado en una pequeña cola de caballo y ojos negros, y la más blanca piel que Sakura hubiera visto jamás, no parecía humana. Y lo que más notó ella fue el innegable parecido entre el hombre y Sasuke, su cara, sus facciones, su rostro, eran como hermanos….

--Eso es, hermanos – tartamudeó Sakura – Tú eres….Itachi.

El hombre no respondió. Se puso de pie tomando el kunai en sus manos, y se acercó a Sasuke. La joven Haruno guardó todas las cosas de Sasuke de regreso en la mochila, y encontró entre ellas una foto donde estaban Sasuke, Naruto, Shikamaru….y este hombre. En el dorso de la fota, decía: “Itachi, Shikamaru, Sasuke y Naruto. Hermanos y amigos para siempre”.

--Pero tú estas muerto – observó la joven Haruno, aunque ya a esta altura nada le sorprendía mucho.

--Es muy complicado de explicar, no lo entenderías – le dijo Itachi con voz cansina. Se sentó junto a Sasuke. – Esos ojos están causando su muerte. Lo único que queda hacer es devolverle su antigua mirada.

--¿Pero co….

Sakura ni pudo hablar más, no porque se quedara sin palabras sino por lo que vio. Itachi pusó sus manos sobre los ojos de Sasuke para luego proceder con su tarea. Quitárle a Sasuke sus ojos….






--¡Shikamaru! – gritaba el joven e hiperactivo rubio

Se reencontró con su hermano mayor en ese tenebroso pasillo rojo, y corrió a abrazarlo con emoción.

--Vaya viejo, por fin encuentro a alguien – suspiró Shikamaru

--¿Quieres decir que no hay rastro de los demás? – preguntó un confundido Naruto

--Así es, es problemático pero creo que caímos en una trampa de Orochimaru. Ahora debemos mantenernos juntos. – le contó el joven con cabello en forma de piña.

--¡AH! – se escuchó un gritito agudo, un grito familiar para Naruto….

--¡Hinata! – reconoció la voz de inmediato y salió disparado tras su novia.

--Espera viejo, puede ser otra trampa – le advirtió Shikamaru, pero el otro ya no estaba, fue tras Hinata – Pero que fastidio – Y salió tras su hermano menor.

Eventualmente lo alcanzó, al final del pasillo. El pasillo terminaba en un corredor que se dividía en dos, un camino hacia la derecha y otro por la izquierda.

--¡Shikamaru, ve a la izquierda! ¡Yo buscaré por la derecha! – decidió el rubio antes de salir corriendo.

--¡Debemos permanecer juntos! – gritó Shikamaru, pero al verse solo no tuvo otra opción más que ir hacia la izquierda….




--¿Va a estar bien? – preguntó Sakura al fantasma. Itachi se tomó su tiempo para responder, pero finalmente lo hizo.

--Sí. – Itachi dejó escapar una mínima y leve sonrisa que los ojos jade de Sakura no detectaron. El hombre golpeó la frente de Sasuke con sus dedos índice y medio y luego se puso de pie. La joven Haruno lo imitó.

--Cuídalo mucho, tiene sus errores y sus horrores pero tiene un buen corazón. Algo que yo no se si tenía – suspiró Itachi. El aire se volvió densó y el hombre se volvió cada vez menos visible, hasta desaparecer por completo.

Sakura salió de su estupor al ver que Sasuke volvía a respirar.

--¡Sasuke-kun! – gritó Sakura.

--No grites tanto – susurró débilmente el joven.

--Si tú no te esfuerzas. No hables – le dijo una sonriente Sakura.

--Pero si yo me siento bien – replicó Sasuke. Y no era mentira, se sentó y se frotó la frente. – Sentí como si Itachi me hubiera protegido ¿sabes? Pero sólo fuiste tú Sakura, que tonto soy….

--No, te equivocas – le sonrió la joven de cabellos rosados – Itachi fue quien te salvó la vida, yo no hice nada. Pero estoy feliz de que sigas con vida, Sasuke-kun.

Sakura lo examinó. Parecía estar normal ya, pero había en él algo diferente. Sus ojos ya no eran rojos carmesí, sino de un negro oscuro muy parecido a los de Itachi. No. Eran los de Itachi.

--Todo estará bien – le aseguró Sakura, abrazándolo con fuerza.

--No si me ahorcas – dijo Sasuke intentando respirar pero la chica se lo impedía.

--¡Lo siento! – se disculpó ella. Él rió y besó por fin los tiernos labios de la joven Haruno, a lo que ella respondió y siguió besándolo hasta que tuvieron que soltarse por falta de oxígeno y se abrazaron con ternura. Todo estaba bien ahora, por lo menos para ellos….





Shikamaru corrió y corrió hasta llegar a una sala circular enorme. Las paredes eran completamente blancas, no había ni una mancha en ellas. Y a lo lejos, identificó una silueta en el suelo.

--Debe ser Hinata-chan – supusó Shikamaru y corrió hacia ella. -- ¡Hinata!

Y cuando llegó a ella, resultó ser que no era Hinata sino….


--¡Temari! -- Shikamaru se arrodilló frente a su inconsciente novia. Le tomó el pulso. Seguía con vida. --Temari, despierta, vamos – rogaba el moreno.

La chica enconces se puso de pie, sin abrir sus párpados. Sihikamaru la miró confundido, ella caminó para atrás un par de pasos. Y finalmente abrió los ojos. Estaban rojos de tanto llorar, y mostraban furia e incontenible cólera.

La rubia alzó sus manos y señaló a Shikamaru. Una especie de abanico gigante apareció de la nada, como si lo hubiera traido el viento. (A/N: Ya saben como es, es el que usa en el anime) Tenía tres lunas rosas en su interior, y Temari lo abrió con facilidad. “¿Cómo tiene tanta fuerza” se preguntó Shikamaru.

--¡Muere! ¡Kaze! – gritó la Sabaku No mayor con todas sus fuerzas, cerrando el abanico, ahora parecía una barra negra gigante, y la arrojó a su novio, guiándo su arma con su poder del viento.

--¡¿Qué te sucede, mujer?! – gritó el joven con preocupación. Y el abanico cerrado gigante se acercaba más y más a Shikamaru, hasta que finalmente llegó contra el chico.

--¡Suna! – gritó una voz ronca.






--¡Hinata! ¡Hinata! – los gritos de Naruto retumbaban por todo el oscuro pasillo, haciendo eco al final.

Finalmente, Naruto divisó una figura a lo lejos. A medida que se acercaba, se dio cuenta que era una hermosa joven, y cuando estuvo frente a ella la identificó como su Hinata.

--¡Aquí estabas, Hinata! – exclamó Naruto, frenando para mirar bien a Hinata -- ¿Estás bien? Te oí gritar.

--Estoy bien, Naruto-kun – dijo Hinata con su timidez característica. Naruto vio que tenía los ojos rojos, había estado llorando.

--Todo va a estar bien – le aseguró Naruto, abrazándola. – Ya verás que encontraremos a todos, de veras.

--Naruto-kun…. --- susurró Hinata débilmente.

Pero detrás de Naruto, se levantaba una daga, una pequeña espada de plata con la empuñadura en forma de serpiente, elevada por la temblorosa mano de la joven Hyuuga y a punto de descender a dar el golpe final…


Continuara…..

 

Re: Amores que cambian la vida (NaruHina, ShikaTema, SasuSaku)

Perdón por las demoras chicas, pero aquí esta el nuevo capitulo. Me deben quedar unos tres como máximo. Se acerca el final!!! Quien ganara??
Les mando un beso a todas y todos los quiero!
Bye!

Capitulo 12 – Morir por amor​

--No necesito ayuda – se quejaba el joven de cabello azabache, mientras avanzaban por el pasillo color rojo sangre.

--No seas terco, que estas vivo de milagro – le recordaba la chica de cabello rosado. Ella cargaba al chico, poniendo la mano de él sobre su hombro y ayudándole a caminar.

--Da igual, puedo hacerlo solo – dijo Sasuke , testarudo

--No, no y no – decidió Sakura, y ahora se dedicó amirar alrededor – Me pregunto que tipo de lugar es este.

--No estoy muy seguro, pero Kabuto me dio a entender a su manera que es la guarida de Orochimaru – contó Sasuke

--En ese caso, supongo que él habría causado esa tormenta que nos dejó inconscientes – supuso la chica

--Tal vez hasta dejo su guarida al descubierto para que Pein la encontrara, de esa forma sabía que nosotros vendríamos – opinó Sasuke con rabia. -- ¡Rayos! Nos tiene exactamente donde nos quería

--Pero, ¿para qué nos quiere aquí? – preguntó la joven de cabellos rosáceos. Él se encogió de brazos, incapaz de dar una respuesta.



--Naruto-kun…. --- susurró Hinata débilmente.

--Ya Hinata, todo esta bien, no llores – la calmaba Naruto.

--A-ale-alejate d-de m-m-mí – tartamudeó Hinata con dificultad. El rubio la miró confundido.

--¿Qué quieres decir con eso? – Naruto no entendía nada.

--¡Naruto-kun! – gritó la joven Hyuuga, y la daga cortó el aire para caer sobre su amado…





Shikamaru abrió los ojos. Los había cerrado, fue una reacción instintiva al sentir que el abanico de Temari le iba a golpear. Pero no fue así.
Sus ojos le mostraron una barrera de arena sólida que había atrapado el abanico gigante, deteniéndo el ataque de la rubia. Esta arena desapareció tan rápido como había aparecido. Y ahora Shikamaru podía ver a un chico de cabello color fuego, con una mirada penetrante y de tez blanca. Sin duda, lo había salvado.

--¿Te encuentras bien? – le preguntó su salvador.

--Sí, ¿pero quién eres tú? – preguntó el joven moreno, poniéndose de pie.

--Mi nombre es Gaara Sabaku No, ¿tú quién eres? – repusó el pelirrojo secamente.

--Mi nombre es Shikamaru, espera, ¡¿tú eres el hermano de Temari?! ¡Te hemos venido a buscar y tú estás sano y salvo!

--Orochimaru sólo me usó para atraer a Temari aquí, pero gracias a mi tiempo aquí aprendí de mis poderes – le contó Gaara

--Aguarda viejo, explicame todo esto del plan de Orochimaru desde el principio – le pidió el vago.

--¡Kaze! – gritó la rubia de las cuatro coletas, para reordarles que aún seguía ahí. Gaara detuvo el viento con su arena.

--La verdadera razón por la que Orochimaru me secuestró fue para que Temari pensara que yo estaría aquí, y de esa forma ella cayera en su ilusión -- explicó el pelirrojo con su característica serenidad

--¿A qué ilusión te refieres? – preguntó el joven castaño.

--Temari quedó atrapada en una ilusión ni bien despertó, y la furia la selló dentro de esa trampa.

--¿Y qué gana Orochimaru de todo esto? – preguntó Shikamaru, aún confundido.

--Eso aún no lo he descifrado – admitió el Sabaku No menor

--Bueno, realmente no entiendo mucho de esto, y me aprece problemático, pero haré todo por salvar a Temari – dijo el joven con cabello de piña. -- ¿Qué debo hacer?

--¿Manipulas las sombras?

--¿Cómo lo sabes? -- se sorprendió Shikamaru

--Mis poderes me permiten percibir también el poder de los demás – confesó Gaara. – Intenta atraparla en tu sombra, mi arena te protegerá de sus ataques.

--Si tú lo dices, confiaré en ti – le dijo el castaño. Y la batalla contra el amor de su vida comenzó.




--He – sonrió Naruto

Hianta abrió los ojos. Unas gotas de sangre cayeron al suelo de la herida en el hombro del rubio, que era bastante profunda.

--Hinata – dijo el joven hiperactivo – No se que te sucede, pero no me mataste, quiere decir que sigues consciente. ¡Vamos Hinata, despierta!

Pero era tarde. Hinata dio todas sus fuerzas para desviar la daga. Y ahora perdió la consciencia de sus actos, sus ojos perlados desaparecieron para volverse totalmente negros, además de finos y delgados. Eran los ojos de una serpiente.

--Orochimaru, ¿qué le has hecho a mí Hinata? – tronó Naruto con furia, mientras la joven Hyuuga se apartaba de él con un gran salto hacia atrás.

Ella puso sus manos en posición de batalla, lista para atacar sin piedad. Naruto se quitó la daga y la arrojó lo más lejos que pudo. De la herida brotó un río de sangre que eventualmente se secó, pero el joven rubio sufrió cada gota que caía fuera de su cuerpo como una quemadura.

--Perdí mucha sangre, si lucho cuerpo a cuerpo moriré – analizó Naruto. – Mi única esperanza es que Hinata despierte, pero no creo poder lograrlo tan facilmente....

--¡Tsuki! – invocó la joven de cabello azulino.

--¡Hinata! – gritó una voz femenina, proveniente de una chica que avanzaba por el pasillo. Pero fue tarde. El poder de la luna de Hinata dio en su blanco, el frágil corazón de Naruto.

El rubio voló unos metros y cayó de espalda al suelo, causando que la herida de la daga volviera a sangrar, y tanbién brotó de la boca del joven de ojos claros.

--Tal vez, sea el final – murmuró Naruto y sonrió – Supongo que no soy tan fuerte. Pero no me molesta, morir por amor, Hinata...

--¡Naruto! – gritó una voz masculina. Le pertenecía a Sasuke, que corrió hacia su malherido hermano menor ignorando sus propias heridas. Sakura corrió junto a su amado y Naruto.

--¿Por qué has hecho esto, Hinata? – exclamó una incrédula Sakura. Sabía que su amiga era incapaz de lastimar a alguien, y menos a Naruto.

--Esa…esa no es…no es Hinata – dijo el rubio con dificultad – Orochimaru…él la controla

--No puede ser – dijo la chica de ojos jade, horrorizada. ¿Controlar a Hinata y hacerla luchar contra su voluntad? Este sujeto era de lo peor.

“Hinata….” Siseó una voz en la cabeza de la Hyuuga. “Te dejaré ver lo que haz causado con tus propias manos” Y la chica volvió a tener control de su cuerpo, sus ojos regresaron a su estado normal.

--¡Naruto, resiste! – gritó el joven de cabello oscuro, desesperado

--¡No mueras, Naruto-kun! ¡Por favor! – Sakura podría comenzar a llorar en cualquier momento.

Hinata contempló a su amado con horror. ¿Realmente ela le había hecho eso? Sí, no había duda. ¿Cómo podía haber hecho eso?

--Naruto-kun… -- murmuró la joven Hyuuga, y los otros dos la miraron. Hinata cayó sobre sus rodillas al suelo, todo su cuerpo temblaba como una hoja en una tormenta – Yo…fue mi….¡Naruto-kun!






-¡Kaze! – gritó Temari, creando una ráfaga al mover su abanico.

--Maldición, el viento no nos deja avanzar – murmuró Gaara

--Tenemos que hacer algo – dijo Shikamaru, mirando a Temari. – Pero no quiero lastimarla…

En eso, la ráfaga se intensificó, rasgando la ropa y piel de Shikamaru (Gaara estaba protegido por su arena). El joven de cabello en forma de piña decidió pensar una solución que no hiriera a la rubia, puso sus manos juntas y se colocó en su posición especial, la cual lo ayudaba a pensar siempre en resolver problemas. Y con su intelecto superior, al vago no le tardó mucho en llegar la respuesta.

--Bien, aquí va – suspiró el castaño, a punto de cometer una locura. Una locura por amor.

Se lanzó a la carrera directo hacia la Sabaku No. Ella no tardó en atacarlo, pero él ya sabía que hacer. Se frenó en seco y gritó:

--¡Gaara! -- El joven pelirrojo captó la idea al instante.

--¡Suna! – tronó el menor de los Sabaku No.

La arena de Gaara envolvió a Shikamaru, protegiéndolo de los peligrosos ataques de la violenta rubia. Dentro de la protección otorgada por el pelirrojo, el joven con cabello de piña invocó sus poderes para extender su sombra por debajo de la capa de arena. Temari ignoró esto, ya que sus concentrados ataques incrementaban en fuerza por segundo, y amenazaba con destruir la fortaleza de arena.

--¡Es ahora o nunca! ¡Kage! – gritó Shikamaru con todas sus fuerzas

Y los movimientos de la rubia de cuatro coletas se paralizaron. Estaba atrapada por la sombra de su novio. Gaara deshizo la barrera de arena y Shikamaru sonrió victorioso, mirando como la Sabaku No mayor imitaba sus acciones, estaba bajo su control.




“¿Qué sucede?” cruzó los pensamientos de Temari como un relámpago. Ella se encontraba sola, sola en la oscuridad, en una eterna oscuridad de la que no saldría jamás. Y no podía moverse, intentó levantarse pero no podía, estaba paralizada. Tal vez al verse paralizada, su consciencia había despertado.

“No sucede nada, no debes salir de aquí” siseó una voz en su mente “Si sales otra vez, te volverán a lastimar. Déjame tomar el control, yo te protegeré”

La rubia aceptó la oferta y volvió a dirigir su mirada vacía al oscuro infinito. Se sentía vacía, ¿pero que le faltaba? Su mente estaba en blanco.




--Su mente aún esta invadida por la oscuridad de Orochimaru, no la ayudaremos mucho desde aquí – le dijo el Sabaku No menor al joven de cabello en forma de piña.

--¿Entonces como la ayudamos? – preguntó el castaño.

--Sólo hay una forma – reveló Gaara, y el pelirrojo procedió a explicarle que debía hacer.





“¿Por qué me siento vacía?” se preguntaba Temari, sola y perdida en la oscuridad de sus pensamientos. “¿Qué es esta soledad que siento?”

“No es soledad, es dolor. Por eso debes quedarte aquí, en tu mente, donde nadie te puede lastimar” le explicó la voz sisiante de serpiente. "Déjame ocuparme de todo..."

“Tal vez tenga razón. Debo dejarlo tener el control” la rubia estaba por rendirse, cuando oyó que alguien la llamaba

--¡Temari!

“¿Quién? ¿Quién me llama?” Levantó un poco su cabeza, y su mirada se posó en una pequeña, diminuta luz sobre su cabeza. “¿Qué es esto?”
Y dentro de esa luz, la rubia pudo ver perfectamente una figura masculina, alta, con un extraño cabello en forma de piña. “No puedo reconocerlo…¿Quién es?”

--Vamos, Temari – le dijo la sombra, tendiéndole una mano.

“No lo escuches” esa voz sigilosa y sisiante regresó “Él sólo quiere hacerte daño. Va a hacerte daño, es mejor que no vayas con él.”

¿Quién eres? Si tan sólo la chica pudiera responder esa pregunta….

--Temari, nunca estarás sola, tienes amigos, tienes familia, me tienes a mí – decía la figura.

“¡No es cierto! ¡Esta mintiendo!” chillaba la voz, y la cabeza de la rubia estaba por explotar. ¿En quién debía confiar? Su confusión iba en aumento. La figura extendió su mano.

--Sí que eres problemática – suspiró la sombra misteriosa.

Y entonces recordó algo. La rubia conocía a alguien que hablaba así, ¿pero quién? ¿Por qué su mente estaba vacía, llena de tanta oscuridad? Necesita explicaciones. Ahora la duda la invadía, y debía tomar una decisión.
Con lenta delicadeza, elevó su brazo derecho y extendió la mano para tomar la de la enigmática figura.

“¡No! ¡No seas tonta! ¡Te arrepentirás!” siseaba la voz, nerviosa. Pero Temari la ignoró esta vez, y su mano se aferró firmemente al hombre misterioso. En cuanto lo tomó de la mano, la oscuridad desapareció, la voz desapareció, todo desapareció, esto se debió a que Temari se desmayó.





--Creo que lo lograste – suspiró Gaara, mirando al joven castaño.

--Bueno, parece que Orochimaru la estaba controlando después de todo – dijo Shikamaru, sosteniéndo en sus brazos a la inconsciente rubia – Pero viejo, todo fue tan extraño, apenas si entendí las cosas que sucedían.

--Eso no importa, lo único importante es que Temari se libró del control de nuestro enemigo – comentó el pelirrojo. Su hermana comenzó a toser y a abrir sus ojos con lentitud.

--Temari… -- susurró Shikamaru al verla despertar

--Shikamaru, así que eras tú – murmuró la rubia, observándolo. Luego dirigió su mirada hacia el resto de la habitación y finalmente – Gaara……..¡Gaara!

La rubia se abalanzó sobre su hermano menor, abrazándolo con tanta fuerza que parecería que lo fuera a partir.

--¡Pensé que habías muerto! – gritó la Sabaku No, que parecía que volvería a llorar en cualquier momento

--Cálmate Temari, yo estoy bien – le dijo Gaara con serenidad.

--Parece que vencimos – comentó Shikamaru

--Shikamaru, tú me salvaste – murmuró Temari -- ¡Gracias! – Y apra horror de Gaara, los otros dos se besaron.

--En caso de que no lo hayan notado, tenemos que salir de aquí – les interrumpió el pelirrojo

--Tienes razón, me explican todo en el camino – resolvió Temari, poniéndose de pie.


--La batalla aún no terminó – agregó Gaara mientras se ponían de pie.

--¿Qué quieres decir? – preguntó su hermana

--Quiero decir que en este momento, puedo presentir la batalla de la luz y la oscuridad dentro de una guerrera de la luna…



Continuara….

 

Re: Amores que cambian la vida (NaruHina, ShikaTema, SasuSaku)

Lamento muchisimo la demora, no tenia internet :(
Pero les anuncio, ya termine los dos últimos capitulos y estoy escribiendo el epilogo, les dejo el anteultimo y no olviden comentar :)
Bye!!!
Ah, y una ultima aclaracion, lo que se encuentra en Italic hacia el final del capi, son recuerdos de Hinata, extractos de otros capis...

Capitulo 13 – Luz y oscuridad​

El pasillo color rojo sangre parecía que vibrara, como si se moviera, como si respirara. Temari no le dio importancia, supuso que se trataba simplemente de su cansancio y comenzaba a imaginar cosas. Pero todo era tan extraño ahora para ella…

La joven rubia corría por este pasillo rojizo, mientras su hermano con el cabello del mismo color que las paredes y su amado vago con cabello de piña le explicaban todo lo que sabían.

--Entonces esta es la guarida de Orochimaru – resumió la Sabaku No mayor.

--Podría decirse – dijo Gaara.

--¿Qué quieres decir con eso? – preguntó su hermana, confundida.

--Verán, este es el escondite de Orochimaru, pero no realmente su guarida. El lugar a donde me llevaron luego de secuestrarme era muy distinto a este – explicó el Sabaku No menor.

--Entonces, ¿qué lugar es este? – preguntó Shikamaru

--Eso no importa, debemos encontrar a los demás – interrumpió Temari sin detenerse. Tenía que asegurarse que sus amigas estuvieran bien.

--Gaara, ¿hay posibilidad de qué Hinata o Sakura cayeran bajo los poderes de Orochimaru también? – le preguntó el joven castaño.

--Es lo más probable. Orochimaru obligó a Temari a luchar contra sus seres queridos contra su voluntad, tal vez le hizo lo mismo a las demás – comentó el pelirrojo.

El sólo pensar ello horrorizaba a Temari. No podría jamás luchar contra sus amigas. Apuró el paso. Debía hallarlas, encontrarlas antes que su enemigo. Pero era tarde….





--¡Hinata! – gritó Sakura, mirando a su amiga.

Una especie de aura negra rodeaba a la joven Hyuuga, y en ella, podía verse la sombra de un hombre de tez pálida, cabello negro y grasoso y ojos finos y oscuros. Orochimaru….

--¡¿Qué le has hecho a mi amiga, Orochi-feo?! – tronó la Haruno, ya de pie.

--Calma Sakurita, todo se explicará a su momento – decía Hinata, pero no con su voz usual, sino con la voz sisiante, enferma, malévola de Orochimaru. Alzó la mirada para mostrar sus ojos, que volvían a ser los de una serpiente.

--¿Qué esta sucediendo? – preguntó Sasuke, aún arrodillado junto a Naruto.

--Sucede que he encontrado la oscuridad en el corazón de Hinata – siseó la poseída Hyuuga – Y así, no tuve que hacer nada más que encerrarla en esa oscuridad. Ahora yo controlo su cuerpo y sus poderes.

--No es posible, Hinata no tiene oscuridad, ella es una chica buena, pura, sincera – la defendió la joven de cabellos rosados

--Hin-Hinata…ella – intentó decir Naruto

--Naruto, no te esfuerzes mucho – sugirió Sasuke, para luego ponerse de pie y enfrentar a Hinata. – Escuchame Orochimaru, quiero saber que quieres de ellas.

-¿Sabes algo, Sasuke-kun? – decía Orochimaru con irritable serenidad – La vida no es eterna, los humanos son mortales y un día eventualmente mueren. Pero existe una salida, una solución casi mágica a la que yo llamo inmortalidad.

--Con que eso deseas – adivinó la Haruno de inmediato.

--Correcto. Vaya que aprendes rápido. – le dio la razón “Hinata” – Y para alcanzar la inmortalidad, he aprendido una técnica que me permite controlar a quienes posean oscuridad en su corazón. Verán, mis poderes localizan esa oscuridad, luego la hacen crecer hasta que la luz queda completamente encerrada, y con esa luz queda sellada el auténtico dueño de este cuerpo, en este caso, Hinata.

--Primero intentaste atrapar a Sakura – recordó Sasuke

--Así es, pero parece que no era la indicada – reconoció Orochimaru – Creí que al asustarla con la rosa y la muerte, la oscuridad en ella surgiría. Pero para mi desgracia, ella no le tuvo temor a la muerte al sentirse protegida por ti, Sasuke-kun. Aunque debo admitir que si ella no te hubiera perdonado antes de llegar aquí, habría sido Sakura quien estuviera bajo mi control ahora.

--¿Cómo es que tú sabes eso? – tronó Sakura

--Sencillo. Juliet fue enviada por mí para causar oscuridad en tí, Sakura, haciendo que te pelearas con tu amado. Pero lograste perdonarlo a tiempo. Y opté por Temari Sabaku No, decidí que en cuanto viera a alguien muy cercano a ella sin vida, entonces podría controlarla. Y por poco lo logro. – explicó el enemigo

--¿Entonces Temari esta bien? – preguntó la chica de ojos jade.

--¡Por supuesto! – gritó una voz al final del corredor. Todos se volvieron para encontrarse con la Sabaku No parada a la izquierda de su hermano, y a su derecha estaba un malherido Shikamaru, pero no parecía tener heridas muy graves, aún se mantenía de pie.

--Tus juegos mentales se acabaron, Orochimaru – le dijo Gaara – Hemos descubierto tu punto débil.

--Te manejas mediante ilusiones – explicó Shikamaru, fulminando al enemigo con la mirada – Este lugar entero es una ilusión.

--¡¿Qué?! – exclamaron Sakura y Sasuke al unísono.

--Cuando caminaba estos pasillos, creí ver como estas paredes se movían – recordó Temari, mirando los muros – Y no lo creí, fue una realidad. Esta ilusión se esta debilitando. La tormenta que nos atrapó fue una ilusión que nos dejó inconscientes, sólo eso.

--Ese es el poder de Orochimaru – descifró el pelirrojo – La ilusión. Ese poder heredó de Altaica.

--Pero tus poderes no sirven para atacar, así que deseabas los nuestros para librar tu batalla contra Akatsuki – dedujo la rubia.

--¡Bravo! – les aplaudió Orochimaru, como un maestro orgulloso de sus alumnos – Realmente me impresionan. Excelente deducción, pero inútil ya que no sobrevivirán en cuanto los acabe.

--Eso esta por verse – murmuró Naruto, poniéndose de pie lentamente.

--¡Naruto! ¡No te esfuerzes! – exclamó la Haruno.

--No voy a pelear, y aún tengo mis fuerzas – comentó el rubio, y se dirigió a la poseída joven de ojos perlados. – Hinata, yo te amo. Por favor, tú eres más fuerte que él, despierta. ¡Hinata, despierta!

--Ella no puede oírte – le recordó “Hinata”, con una sonrisa burlona en su rostro.

--No es cierto – dijo Temari – Ella esta encerrada dentro de su mente. Sucedió lo mismo conmigo, me encontraba atrapada en al oscuridad pero Shikamaru me salvó – Gaara fingió toser y su hermana se corrigió – Shikamaru y Gaara me salvaron. Podemos salvar a Hinata, aún hay esperanza.

--Hinata es nuestra amiga – agregó Sakura – Ella jamás nos abandonará.

--Pero por favor – dijo Orochimaru. Obviamente se veía acorralado, pero sabía algo que los demás no. Y es que él tenía acceso directo a los pensamientos de Hinata. – Ustedes no tienen ni idea de lo que siente Hinata. Ella es y se siente débil. Su falta de confianza y autoestima ha generado oscuridad en su corazón…

--¡Hinata no es débil! – interrumpió Naruto -- ¡Hinata es fuerte! ¡Mucho más fuerte de lo que todos piensan!







--¿Dónde estoy? – preguntaba al vacío una aturdida chica de cabello azulino.

La adolescente abrió sus ojos perlados para que vieran la enorme nada negra en la que se encontraba flotando. “Oscuridad” la reconoció de inmediato la Hyuuga. ¿Pero en donde rayos estaba? Entonces recordó que había visto a Orochimaru en aquel extraño lugar, y que en cuanto sus miradas entraron en contacto perdió la consciencia.

“Perdiste fácilmente” Hinata por poco se desmaya al ver que quien decía esto era una serpiente blanca a sus pies.

--¿Hablas? – se sorprendió la Hyuuga.

“Eso es algo obvio ya que me estás oyendo” siseó la serpiente con tono burlón. Se arrastró hasta la chica. “¿Sabes por qué estás aquí?”. La chica negó con la cabeza. “Tú no tienes confianza. Eres débil y frágil. Por eso, mi deber es protegerte, he sido enviado para eso. Sólo debes dejarme encargarme de todo.”

--Yo…yo no soy débil – le aseguró la insegura joven

“¿Estás segura?” le preguntó la serpiente. Una luz apareció en la oscuridad. Hinata no pudo distinguir la silueta, pero al cabo de unos segundos distinguió a cinco personas allí paradas.

--¡Naruto-kun! ¡Sakura, Temari! ¡Sasuke-kun, Shikamaru-kun! ¡Están a salvo! – la Hyuuga suspiró aliviada.

--Shikamaru, vámonos de aquí – dijo seca y repentinamente Temari, dándose la vuelta.

--No quiero a esa debilucha y muda chica como amiga – agregó Sakura –Larguémonos, Sasuke-kun, Naruto-kun.

--Tienes razón, ¿quién quiere una novia tan patética? – añadió Naruto, alejándose con los demás.

--No e-es pos-posible, es men-mentira, ell-ellos jamás – tartamudeó Hinata, viendo como las sombras de sus amigos se alejaban más y más hasta desaparecer por completo.

“Es verdad” le decía la serpiente al oído. “Todo esto es verdad. No quería ser tan realista, pero no puedo dejar que te hagan daño. Por eso, debes quedarte aquí.”

--¿Soy….débil? ¿Eso dices? – preguntó la Hyuuga, aún en estado de shock.

“Así es” contestó el reptil. “¿O acaso ves que alguien sigue junto a ti?”


“Todo estará bien mientras todos estemos juntos, Hinata. Porque somos amigas, tú, Temari y yo, y estaremos juntas hasta el final. Y nuestra amistad es más fuerte que nada.”


--Sakura….


“¡Hinata, eres una gran amiga!”


--Temari…


“No eres un estorbo, Hinata. Al menos, no lo eres para mí….”


--Naruto-kun….


“Tu fuerza interior esta en ti, solo tienes que dejarla salir. La confianza no es algo que venga sólo, como en un paquete que tienes que comprar, es algo que debes conseguir tu misma, dependiendo de ti, nadie te dice: “Tú no tienes confianza en ti misma ni nunca la tendrás”, y si alguien lo dice, esta equivocado. Yo creo que la gente puede cambiar, tu puedes ser quien quieras ser, y yo te ayudare en todo lo que pueda, así no tendrás que llorar nunca más”




--Yo no…..no estoy sola….

“¿De qué hablas?” siseó la serpiente.

--Ellos son….ellos son….. – Hinata recordó a Sakura, a Temari, a su amado Naruto, a Sasuke-kun, a Shikamaru-kun -- ¡Ellos son mis amigos! ¡Y ellos nunca me abandonaran!

“No seas ingenua” chilló la serpiente, alejándose poco a poco de la Hyuuga.

--¡Yo no soy débil! ¡Y te lo demostraré! – corrió hacia el reptil de color claro, que se arrastraba tan rápido como podía para huir de Hinata. -- ¡Tsuki!

“¡AH!” la serpiente dio un gritó de dolor cuando el ataque de Hinata dio en el blanco, eliminándola.




--Ahora, ¿quién quiere morir primero? – sonrió el malvado Orochimaru.

Pero en ese momento, su expresión cambió. Miedo, terror se mostraba en la cara de “Hinata”, se llevó una mano a la boca y tosió sangre. Algo, evidentemente, andaba mal.

--¡No es posible! – gritó Orochimaru.

--Te lo dije, Hinata es más fuerte de lo que crees – sonrió Naruto.


El aura negra alrededor de Hinata comenzó a cambiar. Poco a poco fue desapareciendo. Orochimaru maldecía mientras los ojos de la Hyuuga se cerraban y esta caía al suelo, desmayada. Por fortuna, Sakura la atajó antes de que su cabeza impactara contra el suelo.

--¡Hinata! – todos fueron hacia la chica para comprobar su estado. La joven de ojos perlados abrió sus ojos tan lentamente como un bebé. Sus orbes eran nuevamente de su color perla usual.

--¿Dónde? – miró a su derecha para ver a su amado rubio de ojos celestes – Naruto-kun… -- observó su herida. -- ¡Naruto-kun!

--No te preocupes, estoy bien – dijo él, tapándose la herida de la daga – Ahora, debemos salir de aquí.

--Por aquí – indicó Gaara. Los siete huyeron a toda velocidad (Sasuke cargaba a Naruto y Sakura a Hinata) por el corredor.

--Sí estamos en una ilusión, ¿cómo se supone que huiremos? – preguntó Temari, sin detenerse.

--La única forma que se me ocurre es derrotando a Orochimaru – opinó Sasuke.

--Ahora que lo pienso, cuando derroté a la serpiente, pude escapar de su control – recordó Hinata.

--Si Orochimaru crea esta ilusión, destruirlo lógicamente debe desactivar la ilusión – explicó el Sabaku No menor.

--¿Pero dónde lo encontramos? – preguntó Shikamaru. Entonces calló al contemplar donde se encontraban, el final del pasillo rojo, una puerta negra…





Orochimaru se aferró a la baranda y escupió sangre al suelo. Se limpió con su mano y sus ojos, que estaban por salirse de sus órbitas, contemplaron su propia sangre por un momento.

--No puede ser, yo no puedo perder contra esos mocosos, yo soy mucho más poderoso… – el hombre respiraba pesadamente, como si cada vez le costara más hacerlo. -- ¿Qué falló?

--Tú fallaste – le respondio la voz de un joven rubio a sus espaldas….



Continuara….

 

Re: Amores que cambian la vida (NaruHina, ShikaTema, SasuSaku)

Aqui el capi final!! para el martes tengo listo el epilogo, iba a subirlos juntos pero ya me conocen, me gusta el suspenso
adios y disfruten!

Capitulo 14​

Destino​

Orochimaru se aferró a la baranda y escupió sangre al suelo. Se limpió con su mano y sus ojos, que estaban por salirse de sus órbitas, contemplaron su propia sangre por un momento.

--No puede ser, yo no puedo perder contra esos mocosos, yo soy mucho más poderoso… – el hombre respiraba pesadamente, como si cada vez le costara más hacerlo. -- ¿Qué falló?

--Tú fallaste – le respondio la voz de un joven rubio a sus espaldas.


El malvado dio media vuelta para encontrarse con los siete jovenes que estaban creándole dolor de cabeza. Orochimaru los miró a todos y cada uno de ellos con su mirada, llena de odio y resentimiento.


--No me digas – sonrió el hombre, mirando a Naruto. – Pero si esto aún no se acabó. De hecho, está por comenzar.

--¿Qué quieres decir? – preguntó Hinata, confundida.

--Que ahora voy a mostrarles porque Akatsuki no puede conmigo. – dijo, arrastrando las palabras – Creo que ya es hora de mostrarles mis poderes.

--¡Pues no me asustas! – gritó Sasuke, dando un paso al frente. -- ¡Te demostraré lo que puedo hacer! ¡Kat…


Le tomó un segundo. No, una milésima de segundo. Veloz como un rayo, Orochimaru desapareció y reapareció detrás del joven de cabello negro azabache. El chico no tuvo tiempo para reaccionar, y el enemigo tomó algo de su mochila antes de regresar a su posición original con la misma rapidez.


--Yo les demostraré que soy capaz de hacer, Sasuke-kun – sonrió el hombre, enseñándoles el objeto robado. El kunai de Itachi… -- Este lugar fue la tumba de Itachi. Antes de morir, selló sus poderes en el primer objeto que encontró. Eso le permitió mantener su espíritu con vida, y de no haber sido por ello, tal vez Sasuke y Sakura no estarían aquí presentes.

--Entonces realmente fue un espíritu – dijo la Haruno con un hilo de voz. Decirlo la asustaba más que cuando lo vivió.

--Pues miren morir lo que queda de su hermano – Orochimaru arrojó el kunai al aire y cerró su puño -- ¡Shi!


El arma de Itachi fue entonces envuelta por la oscuridad, como si fuera un halo negro, que lo cubrió por completo y se deshizo en el aire, arrastrado por el viento.


--El poder de la muerte – explicó Orochimaru con su sonrisa macabra usual. – Pobres tontos, creen que pueden enfrentarme. No tienen idea de los poderes que enfrentan.

Hinata miró lo que había sucedido con horror. ¿Podía hacer eso con todo? ¿Incluso con personas? Sakura temblaba, Hinata podía sentirla aunque quisiera controlarse. Debía protegerla. Debía protegerlos a todos…

--Tal vez seas más poderoso – reconoció la Hyuuga, separándose de Sakura. – Tal vez seas demasiado para mí. – Dio un paso al frente – Tal vez vayas a matarme – Dio un paso más y se puso en su posición de batalla – Pero no voy a rendirme. Porque no me importa dar la vida por aquellos que me importan.

--Que noble – rió Orochimaru. Su enferma risa retumbó en la oscura habitación.

--¡Tsuki!


La chica de ojos perlados corrió hacia el enemigo, dispuesta a lanzar su ataque. Pero no llegó…

--Esto te enseñará – Orochimaru movió su mano derecha y señaló a Hinata.

La joven de cabello azulino se detuvó bruscamente. Sus pies y piernas fueron rodeados por una neblina negra, tinieblas que subían por su cuerpo como una enredadera amenazadora tan rápidamente que en sólo segundos la mitad del cuerpo de Hinata no estaba más a la vista.

--¡Hinata! – gritó Naruto, lanzándose al rescate.

El rubio atrapó los brazos de su amada Hinata y tiró de ellos, intentando salvarla. Temari, Sasuke, Shikamaru y Gaara, naturalmente, fueron a ayudar, pero no hubo caso, Hinata era succionada y no podían evitarlo. Por suerte, Sakura usó su fuerza sobrehumana para salvar con éxito a su amiga.

--Ahora los tengo justo donde los quiero – tronó Orochimaru, cerrando su puño -- ¡Shi!

Temari, Shikamaru, Gaara, Naruto y Sasuke se levantaron rápidamente. Pero Hinata aún estaba en el suelo, intentando mantenerse consciente pero su cuerpo entero le dolía terriblemente. Sakura intentaba ayudarla, pero pronto ambas se vieron rodeadas de la tenebrosa y amenazante oscuridad del enemigo.

--¡Sakura! – gritó Sasuke.

--¡Hinata! – exclamó Naruto.

--Son mías… -- sonrió el malvado de cabello negro.

--¡Ka!





Una poderosa explosión tomó lugar a los pies de las dos chicas que estaban en el suelo.

--No es posible… – Temari reconoció esa explosión de inmediato.

La Hyuuga abrió sus ojos, los cuales cerró involuntariamente por la explosión, para encontrarse con que la oscuridad de Orochimaru había desaparecido. En su lugar, parado frente a ella, se encontraba un hombre de cabello largo y dorado, y llevaba una larga capa negra con nubes rojas, las cuales reconoció inmediatamente.

--¡Akatsuki! – dijo Hinata débilmente.

--Mi nombre es Deidara, ¿no me recuerdas? – murmuró el rubio, dándose la vuelta.

--¡Deidara-sensei! – exclamó Temari, corriendo hacia su mentor, acompañada por los demás -- ¿Cómo llegó aquí?

--Ah, Pein-sama es un sujeto peculiar. Detectó el punto exacto donde desaparecieron con sus poderes. – explicó Deidara, mirando a su enemigo – Ahora, todo Akatsuki saben de este lugar, que no es más que una ilusión creada por Orochimaru….a excepción de esta habitación. Este es su verdadero escondite.

--Aquí me trajeron – reconoció el lugar Gaara, mirando el extraño laboratorio.

--¿Todo Akatsuki sabe? – preguntó Orochimaru, intentando disimular el miedo en su voz pero sin éxito.

--Estas acabado, Orochimaru – susurró una voz diferente. Detrás de el hombre de tez pálida, surgió una figura de madera con una espada en sus manos, que se arrojó al impacto contra Orochimaru. Pero el malvado logró esquivarla a tiempo, y la marioneta se estrelló contra el suelo y se partió en mil pedazos.

--Pero si es Sasori de las Arenas Rojas – comentó Orochimaru, mirando al pelirrojo abrirse paso desde las sombras.

--El mismo que va a matarte – admitió Sasori, mirando a su enemigo. Alzó sus manos, que parecían tener unas líneas adheridas a cada dedo.

--Están a punto de presenciar el show de títeres más sangriento del mundo – anunció Deidara, guiñándole su ojo izquierdo a los siete adolescentes.

--¡Ahora! – gritó Sasori.

El pelirrojo levantó sus manos nuevamente, y a la derecha e izquierda de Orochimaru se levantaron dos marionetas más, pero con un aspecto más humano. Cada una portaba dos espadas, y se abalanzaron a clavárselas a su enemigo.

Orochimaru, viéndose en peligro, saltó hacia atrás e invocó sus poderes para hacer desaparecer las marionetas.

--¡Ka! – y el suelo bajo Orochimaru se desmoronó. La explosión le impidió atacar, pero no le quitó la vida. Sasori volvió a mover sus dedos, pero esta vez hacia abajo, provocando que los restos del suelo explotado se adherieran a sus hilos y fueran a impactarse contra Orochimaru, lastimándolo gravemente.

--No voy a perder ante tí – murmuró el hombre de cabello negro, escupiendo un poco de sangre a su lado.

--No, perderás ante todos nosotros – tronó una voz grave desde la lejanía. Sobre el lugar donde se encontraban combatiendo, en lo que parecía ser un segundo piso, se veían dos siluetas. El que había hablado era Kakuzu, el otro era un sangriento religioso con el poder de la inmortalidad, Hidan.

--¡Recibe esto, maldito hijo de p… --- exclamó Hidan, lanzándose sobre su enemigo blandiendo una oz.

--Pues combatiermos con espadas, entonces – sonrió Orochimaru. Comenzó a toser, abrió su boca bien grande, tanto que parecía un sapo, y escupió un objeto pegajoso y brillante. Una espada…

--¡No eres rival para mí! – rió Hidan. Su oz impactó contra la espada de su enemigo, aunque logró enviar al malvado unos metros hacia atrás. Sasori retomó el control de una de sus marionetas, que se lanzó al ataque, pero Orochimaru saltó a un lado para esquivarla.

--¡Ka! – Deidara provocó una explosión más, pero Orochimaru volvió a saltar para evadirla. Kakuzu descendió de un salto, su mano se tornó negra y logró golpear con ella al desprevenido Orochimaru, causándole un gran daño y un vuelo directo contra la pared.

--Malditos – siseó Orochimaru, fulminándolos con su mirada. Se puso de pie. – Jamás me vencerán, no importa cuantos sean.

--Claro que te venceremos – agregó una quinta voz. Un joven de ojos perlados dio un paso al frente para que todos lo vieran.

--¡Neji-san! – le reconoció Hinata, tapándose la boca.

--Orochimaru, es nuestra misión eliminarte. – reveló Neji – Pero no seré yo, ni ninguno de ellos cuatro – señaló a Hidan, Kakuzu, Deidara y Sasori – Quienes lo hagan. Él será el encargado.

Dos sombras más emergieron de las penúmbras. Un hombre y una mujer. Él, de cabello anaranjado y ojos con varias líneas oscuras en ellos, y ella, con cabello azul y una flor de papel entre sus hebras azulinas.

--Orochimaru – murmuró Konan con serenidad – Es hora de destruirte.

--Te enseñaré yo mis poderes. – Pein se acercó más al hombre. -- ¡Rinnegan!

--Maldito Pein, maldita Konan, ¡malditos todos! – tronó Orochimaru. Su mirada entonces se posó en Hinata – Maldita seas, Hinata Hyuuga. ¡Muere!

Y el malvado arrojó su espada hacia la joven de ojos perlados antes de que los poderes de Pein lo alcanzaran y eliminaran. La espada fue veloz como un rayo, pero no más rápida que el valiente y siempre heróico rubio de ojos azules…


--Hin…ata…¿te encu…entr…as…bi…en? -- preguntó con dificultad Naruto.

Naruto estaba frente a la Hyuuga, con la espada de Orochimaru que atravesaba por completó su cuerpo. Le había dado en un punto vital, su corazón. Hinata asintió lentamente, sin dejar de mirar la sangre que brotaba de su amado rubio.

--M…e al…egro – sonrió él, antes de caer al suelo, con sus ojos firmemente cerrados.

--¡Naruto-kun! – gritó Hinata con todas su fuerzas, derramando lágrimas sobre el cuerpo…