de Inuyasha - AmOR giiTaNO (Kag/Inu)

Tema en 'Inuyasha, Ranma y Rinne' iniciado por Cyshara, 16 Diciembre 2007.

  1.  
    KagoRinneSama

    KagoRinneSama Usuario popular

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    Re: AmOR giiTaNO (Kag/Inu)

    :hola: que bien la conty
    muy buena realmente me encanto
    no puedo creer que la abuela de kagome se murio
    el señor myoga es muy amable al hacerle tal favor a kagome de hacerla pasar por su sobrina
    que hara inuyasha cuando se entere de que su "amante-esposa" esta en londres
    :bye:
     
  2.  
    NuriA-7

    NuriA-7 Guest

    Re: AmOR giiTaNO (Kag/Inu)

    hoLaaa!(:

    jajajaja al final Inuyasha acabará
    dandose cuenta de que no puede
    vivir sin Kagomee! x)
    como siempre, me ha encantado
    el capítulo! Lastima de la muerte
    de Kaede!):
    espero el proximo capítulo con
    ansias!
    espero que todo de vaya perfecto!
    un beso!


    Núriiaaa~____
     
  3.  
    Cyshara

    Cyshara Usuario común

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    Re: AmOR giiTaNO (Kag/Inu)

    Si, lo siento mucho pero mi compu me da unos problemones y como ya entro a la universidad, tengo muchas cosas que hacer pero tengo como objetivo terminar el fanfic, y de echo no falta mucho, por que esta hecho corto, pero espero que lo lean hasta el final.
    Chao.

    Pd: Grax,grax por sus posts
     
  4.  
    Tirabuzones

    Tirabuzones Usuario popular

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    Re: AmOR giiTaNO (Kag/Inu)

    Hola -chi-

    Postee pero me gané un castigo por no decir nada del fan fic.
    Me gustó, como siempre. Me nudo hijo de p*** el Onigumo ese ¿no? Mira que atreverse a tocar a una mujer... Soy Kagome y lo dejo sin descendencia con una patada en su pequeña cosita.

    Ahora si, puedo pedirte continuación después de decirte algo sobre la continuación.
    Espeor que esté pronto ^^
     
  5.  
    Hina Frost

    Hina Frost Iniciado

    Aries
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    Re: AmOR giiTaNO (Kag/Inu)

    hola!!! =3

    aqui de paso por tu fic, lo estoi siguiendo muy de cerca XD
    esque esta muy bueno *-*
    espero que puedas poner pronto la conti, muero por saber
    q hara el mensito de inu cuando escuche los rumores de kagome x3

    bueno, me despido, estare pasando por aqui, mucha suerte en todo ^^

    cuidense!!! bye!! ~
     
  6.  
    chidori03

    chidori03 Fanático

    Leo
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    Re: AmOR giiTaNO (Kag/Inu)

    MUY WENA CONTI
    salte de un pie cuando la vi aww!!!
    me encanto pobre kag se le murio la awela
    xDD
    ia
    espero la prox. pronto bye
    atte.chidori03
     
  7.  
    emi

    emi Guest

    Re: AmOR giiTaNO (Kag/Inu)

    woooow!!!!
    me encantooooo!!!
    esta genial la idea de que Kagome vaya a hacerse pasar por la sobrina de Myogaa!!!!
    siiiii!!!! espero qe Inuyasha se de cuenta muuuy prontoooo!!!!
    y se arrepienta por dejarla ir :(
    buenooo
    cuidate muchiiisiiimoooo!!!
    bye

    atte.
    emiiiii :rosa:
     
  8.  
    Nela-chan

    Nela-chan Guest

    Re: AmOR giiTaNO (Kag/Inu)

    Hola!! estaba hace un buen tiempo en este foro, pero me fui y ahora recién he vuelto, para quedarme!
    estuve buscando fics de esta serie tan buena y llegué al tuyo!!
    quede fascinada!
    me he leído todo lo que llevas hasta ahora en un momentito!!
    realmente me ha encantado! y el lemmon que pusiste en tu blog, también muy bueno! ^//^
    La historia es buenísima! totalmente novedosa y original!
    Realmente me alegra mucho que no pusieras a los personajes en sus típicos papeles: como a Sango como amiga joven de Kagome y totalmente enamorada de Miroku...
    eso es algo que se ve en todos los fics (incluso en los mios .///.)
    jajajaj... realmente una historia magnifica... una pena que no te haya seguido desde un principio, pero mejor tarde que nunca, no? ^^
    Estoy anciosa de leer el proximo capi... saber la reacción de ese Inuyasha... creo que algo habrá abierto los ojos en este tiempo, no?
    Hay que hacerle caso a Kaede, quien en paz descanse... que amor de abuela!
    realmente me quede pegada! escribes fabuloso y es muy fácil imaginarse todo lo que sucede!
    mis más grandes felicitaciones!
    te seguire hasta el final, no lo dudes!!
     
  9.  
    Cyshara

    Cyshara Usuario común

    Tauro
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    AmOR giiTaNO (Kag/Inu)
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    Re: AmOR giiTaNO (Kag/Inu)


    Ahora que había vuelto a Londres, Inuyasha se sentía incapaz de reintegrarse a la vida normal. Despachó sus asuntos en Claymore a toda prisa, y después dejó atónito a su administrador cuando lo despidió. Aun así, no había hecho nada para encontrar uno nuevo. En realidad lo único que hacía era contemplar un montón de fuegos encendidos en chimeneas mientras analizaba las cosas que hubiera o no hubiera debido hacer acerca de Kagome Higurashi.

    No podía quitársela de la cabeza. Ya casi habían transcurrido dos semanas desde que la vio por última vez, pero aún podía imaginársela con tanta claridad como si la tuviera delante. Desnuda, furiosa, debajo de él en la cama, aquellas imágenes le acosaban como fantasmas vengativos que se negaban a esfumarse.

    Había vuelto a su campamento. Juró que no lo haría y sabía que volver a verla no serviría de nada dadas las circunstancias, pero dos días después de su separación definitiva, volvió allí. No tenía nada claro qué le hubiese dicho, pero no tuvo ocasión de averiguarlo.

    Los zingaros se habían ido. Inuyasha no se esperaba eso, y al principio no pudo creer que se hubieran marchado... La rabia siguió al asombro, y su furia llegó a tales extremos que durante un rato estuvo firmemente decidido a enviar la ley tras ellos. Después de todo le habían prometido que su propiedad quedaría tal como la encontraron, pero habían dejado tras de sí una tumba, así como un montículo de metal y madera calcinado que indicaba: que uno de sus carros había sido incendiado.

    Mas cuando entró en Havers para ir en busca del sheriff, su rabia ya se había disipado. La responsable de ello fue la súbita comprensión de que la abuela de Kagome podía estar enterrada en aquella tumba. Y de ser así, entonces Kagome debía estar destrozada. Curiosamente, de pronto Inuyasha sólo quiso consolarla. Pero antes tenía que encontrarla.

    Intentó hacerlo, para lo cual envió mensajeros a los pueblos más próximos. Por mucho que costara creerlo, los mensajeros no encontraron ni rastro de los zíngaros. Se habían esfumado por completo. Y fue entonces cuando empezó a sospechar que quizá nunca volvería a verla.

    Estaba contemplando el fuego en la sala de Claymore cuando lo sospechó por primera vez, y un instante después su puño ya había dejado un agujero en la pared junto al dintel de la chimenea. Miroku y Sota, que estaban allí para presenciarlo, fueron lo bastante prudentes para no decir palabra, aunque intercambiaron una rápida mirada.

    Al día siguiente los tres volvieron a Londres, donde sus amigos se apresuraron a abandonarlo con su mal humor. Inuyasha apenas se dio cuenta de su ausencia, tan poca era la atención que habla prestado a sus atenciones.

    Pero durante el fin de semana tenían la costumbre de recorrer uno o más de los muchos jardines recreativos o espacios al aire libre de Londres, siempre que no tuvieran ningún compromiso específico al que atender, por lo que el primer fin de semana después de que hubieran vuelto a Londres, Miroku y Sota comparecieron en la casa de Inuyasha para- hacer otro intentó de recuperar al «viejo» Inu.

    Algunos de dichos jardines sólo se podía llegar por vía fluvial mediante una embarcación, ya que carecían de acceso terrestre. Los jardines eran tan populares que muchos londinenses disponían de una barca para visitarlos en compañía de sus amistades. Sota encargó de hacer los honores dentro de su grupo, por la sola razón de que tenía una propiedad contigua al río en la que se podía atracar una barca.

    Los jardines eran un excelente centro de entretenimiento, y no sólo para la aristocracia, sino para todo Londres. Algunos, como el New Wells, cerca del Balneario de Londres, incluso alojaban animales exóticos, como serpientes de cascabel o ardillas voladoras importadas, lo cual los convertía en una especie de jardines zoológicos. Algunos contaban con teatros. La mayoría disponían de restaurante, cafeterías o casas de té, arboledas, senderos, vendedores, música y baile, cobertizos y locales para los jugadores.


    Los jardines más antiguos, Cuper’s, Márylebone Gardens, Ranelagh y Vauxhall Gardens, eran famosos por sus conciertos nocturnos, mascaradas y las variadas iluminaciones que tan hermosos los hacían de noche, y la mayoría de los nuevos eran meras imitaciones de aquellos cuatro.

    Para aquella noche, Miroku sugirió la Casa del Entretenimiento de Pacras Wells, en el norte de Londres. Inuyasha se mostró de acuerdo, aunque no hubiera podido decir por qué, ya que sencillamente le daba igual adónde fueran. Al llegar, sin embargo, no se dirigieron a los espectáculos, sino que fueron directamente a la Sala de las Bombas, donde sus amigos insistieron en que probara sus «aguas», que se afirmaba eran un poderoso antídoto contra el mal de los vapores y también resultaban muy efectivas contra las piedras y arenillas, limpiaban el cuerpo y purificaban la sangre.

    Inuyasha casi se echó a reír. Sus amigos estaban obviamente decididos a probar cualquier cosa con tal de sacarlo de la melancolía en que se había sumido. No creía en las aguas, minerales naturales, pero para complacer a sus amigos se bebió una botella y cogió unas cuantas más para llevárselas a casa.

    Al salir de la Sala de las Bombas se tropezaron con un grupo de conocidos, cinco en total, que a diferencia de ellos habían ido allí para disfrutar de las atracciones y espectáculos. Dos de los jóvenes tenían una gran fama de bromistas y chistosos, por lo que Sota sugirió que se unieran al grupo, con la esperanza de que consiguieran arrancarle una sonrisa a Inuyasha, algo en lo que él y Miroku habían fracasado.

    Sota no podía saber que aquello empeoraría las cosas, y eso fue exactamente lo que ocurrió. Todo porque uno de los jóvenes, Koga Sheffield, estaba de bastante mal humor, pero a diferencia de Inuyasha, no se recataba en pregonarlo ruidosamente ante sus amistades. La razón quedó revelada casi de inmediato.

    -¿Cómo se supone que voy a conocerla si no puedo acercarme a ella? Esa vieja cacatúa siempre ha sido muy selectiva en relación a sus acontecimientos, os lo aseguro.

    -Ojalá sólo fueran las fiestas, viejo amigo. Por si no lo sabías, también es muy selectiva a la hora de dejarte entrar en su casa. Con fiesta o sin ella, no puedes limitarte a llamar a la puerta de lady Sango Siddons. Tienes que conocerla, o ir con alguien que la conozca.

    -Como si lady Siddons no conociera a prácticamente todo el mundo.

    -Deberíamos habernos colado en esa estúpida fiesta suya -dijo otro de ellos-. He oído decir que era un baile de disfraces. Nadie se hubiera dado cuenta de que había unos cuantos Panes y Cupidos de más correteando por ahí, ¿verdad?

    -¿Piensas que no lo intenté? -le dijo Koga a su amigo-. ¿Por qué crees que tardé tanto en reunirme contigo? Pero en la puerta había un criado que no sólo contaba a los invitados, sino que además te pedía el nombre.

    -He oído decir que su padre era un famoso torero -dijo otro miembro del grupo, con lo que consiguió que los demás contribuyeran a la discusión.

    -¿Un qué?

    -Ya sabes, esos españoles que se ponen delante de un...

    -No puedes estar más equivocado -se le dijo con una alegre carcajada-. Es hija del rey de Bulgaria.

    -Es la primera vez que lo oigo decir.

    -Como si eso importara...

    -Los dos estáis equivocados. Su padre no es rey, sino príncipe.

    -Da igual quién sea su padre -observó alguien más-. Lo importante es que su madre tuviera sangre inglesa, cosa que sé de buena fuente, dado que era hermana de sir Myoga Thompson.

    -Así que la jovencita es la sobrina de Thompson, ¿eh?

    -Sí.

    -Bueno, entonces eso explica por qué lady Sango Siddons la ha tomado bajo su protección. Sir Myoga es vecino suyo desde hace varios siglos.

    -No son tan viejos, bobo. Y además, ¿cómo ibas a saberlo? Tú no te mueves en esos círculos.

    -No, pero mi madre sí. ¿Quién crees que me dijo que Kagome Higurashi iba a ser la sensación de la temporada? Mi madre prácticamente me ordenó que pujara por ella.

    -¿Cuando nadie la ha conocido aún? ¿Y a qué se debe eso? ¿Por qué la tienen tan escondida?

    -Puede que esté viviendo en casa de lady Siddons, pero eso no significa que la hayan tenido encerrada bajo llave hasta su lanzamiento de esta noche. Sólo significa que no conocemos a nadie que ya la conociera.

    -Bueno, pues esta noche la mitad de la alta sociedad va a conocerla -se quejó otro-. ¿Por qué creéis que está tan triste Koga? Porque no le han invitado, por eso.

    -¿ La mitad de la alta sociedad? Lo dudo. -Esto fue dicho en un tono muy seco y con cierto resentimiento-. Probablemente sólo los que tienen los bolsillos bien llenos, lo cual nos deja fuera.

    -Habla por ti, muchacho -dijo con satisfacción el mayor miembro del grupo-. Mis bolsillos están tan llenos que van a reventar de un momento a otro, a pesar de lo cual tampoco he sido invitado. Pero te diré una cosa, Koga, si es tan guapa como he oído decir que es, tal vez pida su mano. He estado pensando que ya va siendo hora de sentar cabeza. De hecho, mi padre se ha encargado de hacer todas esas reflexiones por mí y no sé si me explico.

    -¿Cómo sabes que es guapa?

    -¿Crees que todo el mundo estaría hablando de ella si no lo fuera?

    -¿Qué tiene que ver? No se necesita ser una belleza para que todo el mundo hable de ti.

    -Pues da la casualidad de que mi hermana mayor le oyó decir a lady Kaguya Jennings que es muy amiga de lady Sango Siddons, que la jovencita Higurashi es bellísima, una especie de cruce entre una Virgen española y una zíngara descocada. Justo el tipo de mujer que despierta el interés de los hombres, si queréis saber mi opinión.

    La conversación siguió los mismos derroteros entras los jóvenes iban hacia el teatro, pero Inuyasha fue aflojando gradualmente el paso asta acabar deteniéndose. Miroku y Sota tardaron unos momentos en darse cuenta de que lo habían dejado atrás. Cuando volvieron sobre sus pasos, enseguida vieron que unirse a aquel grupo no había sido tan buena idea después de todo. La expresión de Inuyasha rayaba en lo furioso.

    -¿Es por lo que dijeron de que la jovencita de la que hablaban tenía aspecto de zingara? -adivinó Sota con una mueca.

    Pero Miroku intentó razonar con su amigo.

    -Oye, Inu, te has negado a hablarnos de esa zíngara tuya y no has querido contarnos por qué te dejó cuando te ofreciste a darle la gran vida, o por qué te lo has tomado tan mal. ¿Para qué están los amigos, si no es para desahogarse con ellos?

    -Ni siquiera os he dicho cómo se llama, ¿verdad? -repuso Inuyasha.

    -¡Santo Dios! -exclamó Sota, que aquella noche parecía dotado de poderes adivinatorios-. No irás a decirnos que se llama Kagome Higurashi, ¿verdad?

    -Exacto.

    -No pensarás que...

    -No me parece muy probable -resopló Inuyasha.

    -Pues si el que las dos mujeres compartan el mismo nombre no es más que una coincidencia, entonces no deberías perder el tiempo pensando en eso -sugirió Miroku.

    -Es una coincidencia condenadamente extraña -replicó Inuyasha, con su característico fruncimiento de ceño un poco más acentuado-. Especialmente teniendo en cuenta que no es un nombre que sea ni siquiera remotamente común en Inglaterra. Además, no me gustan las coincidencias que da la casualidad de que son tan casuales.

    -No te culpo. Sí, es decididamente extraño. Pero volvamos a tu Kagome -dijo Miroku, haciendo un nuevo intento-. ¿Por qué te dejó?

    Miroku estaba yendo demasiado lejos. Si Inuyasha hubiera querido hablar de su zingara con ellos, a esas alturas ya lo habría hecho. Pero dado el abrasador estallido de celos que acababa de experimentar, cuando sabía que aquellos jóvenes ni Siquiera estaban hablando de su Kagome, estaba muy claro que no le hacía ninguna falta hablar de ellas ni aunque fuese para dejar de pensar en esa otra chica que iba por la vida usando el nombre de Kagome.

    -Porque no le gustó nada que pensase que era mi amante y dijese que lo era -replicó secamente-, por ésa y por otras razones.

    -¿Pensabas que ... ? -dijo Sota, visiblemente intrigado por su manera de hablar-. Ya sé que el día anterior no eras muy consciente de lo que hacías. ¿Te saltaste las formalidades previas y no le preguntaste si estaba dispuesta a ser tu amante?

    -Le hice ciertas preguntas, pero al parecer no las que tenía intención de formular -farfulló Inuyasha-. Parece que en vez de hacerla mi amante, la tomé por esposa.

    La expresión de horror y perplejidad que vio aparecer en los rostros de sus amigos le confirmó que no hubiese debido contarlo. Un hombre de su posición sencillamente no hacía tales disparates.

    Sota fue el primero en recuperarse. Pero no señaló lo obvio, cosa que a Inuyasha no le hubiese gustado nada porque ya se lo había repetido suficientes veces a sí mismo. Todo el mundo sabía que había hecho algo que sencillamente no debía hacerse.

    -Bueno, y por si teníamos alguna duda al respecto, eso demuestra que la sobrina de Thompson no es la misma joven -dijo Miroku, hablando en un tono deliberadamente pausado y juicioso-. A tu esposa nunca se le ocurriría recurrir a los métodos tradicionales de la cacería del esposo, ¿verdad?

    Aquel razonamiento hizo que Sota pusiera los ojos en blanco, pero lo que él quería saber era otra cosa.

    -¿Cómo se puede llegar a estar tan borracho que luego no te acuerdas de que te has casado? -preguntó.

    -Bebiendo demasiado, obviamente -repuso Inuyasha.

    -Supongo que es una manera de conseguirlo -admitió Miroku - Pero ya has rectificado la situación, por supuesto.

    -Todavía no -murmuró Inuyasha, tan quedamente que apenas se oyó a si mismo.

    Walter no le oyó, y en vez de darse por enterado de que Inuyasha no quería responder a la pregunta, solicitó una aclaración.

    -¿Qué has dicho?

    -¡He dicho que todavía no!

    La explosiva respuesta no detuvo su próxima pregunta.

    -¿Y por qué no?

    -Que me cuelguen si lo sé.

    Llegados a ese punto, Sota y Miroku intercambiaron una mirada bastante significativa, pero fue Sota quien expresó sus pensamientos.

    -Entonces quizá deberíamos aferrarnos a la esperanza de que, fuera cual fuese la razón por la que estaba en ese campamento de zíngaros, tu «esposa» y la sobrina de sir Myoga sean la misma persona. Yo de ti, Inu, mañana iría a casa de lady Siddons. Sería magnífico que te llevaras una agradable sorpresa.

    ¿Lo sería? Inuyasha no estaba tan seguro, pero ya había decidido hacer precisamente eso.




    Inuyasha no esperaba llevarse ninguna sorpresa cuando fue acompañado a la sala dé estar de lady Siddons, en la que su «invitada» presidía la velada. La sobrina de sir Myoga tal vez fuera una belleza impresionante como indicaban los rumores, pero no sería la Kagome que andaba buscando.

    Después de haberlo pensado un poco, no obstante, llego a la conclusión de que no era tan casual que los nombres fueran idénticos. Eso hubiera sido esperar demasiado del azar. Era mucho más probable que su Kagome no le hubiera dado su verdadero nombre, que en algún momento hubiera conocido a la sobrina de Myoga y hubiese decidido apropiarse del nombre para usarlo.

    Pero tenía que asegurarse, y de ahí aquella visita a la casa de lady Siddons a tan temprana hora de la mañana. Y su sorpresa fue enorme cuando vio a Kagome.

    Con su impresionante cabellera enjaulada según los dictados de la moda, Kagome estaba de pie en el centro de un círculo formado por siete hombres babeantes que competían por atraer su atención. Llevaba un traje del que incluso una reina se habría sentido orgullosa, una maravilla de anchas faldas, apretado corsé y numerosos encajes negros y satén azulado que volvían increiblemente vívidos sus ojos azul cobalto.

    Durante el primer momento de perplejidad, Inuyasha llegó a pensar que entre las dos mujeres sólo existía una mera semejanza, hasta tal punto parecía Kagome toda una dama inglesa en vez de la zíngara a la que había conocido. Pero sólo por un momento...

    Sus miradas se encontraron a través de la estancia. Kagome se quedó inmóvil Enseguida. Después se ruborizó y bajó la mirada, como si tuviera algo de lo que sentirse culpable. Pero así era, ¿no? Se hacía pasar por una dama. Se ofrecía a sí misma en el mercado matrimonial cuando ya estaba casada.

    Inuyasha estaba permitiendo que los celos se impusieran al deleite que sintió al haber vuelto a encontrarla. Enseguida fue consciente de ello, pero aun así aquellas desagradables emociones eran demasiado poderosas para ser pasadas por alto y ya empezaban a teñir sus pensamientos. Incluso Koga Sheffield estaba allí, habiendo atravesado sin ninguna dificultad el umbral de la puerta principal aquella mañana, y al parecer fascinado por Kagome. Su amigo, el que había dicho que pujaría por ella, también la contemplaba con ojos llenos de adoración.

    Inuyasha sintió el súbito y salvaje impulso de ir hacia ellos y romperles la crisma. ¿Cómo osaban cortejar a su esposa y albergar pensamientos salaces acerca de ella? No le cabía duda de que ésa era la naturaleza de sus pensamientos.

    Decir que era un cruce entre una virgen y una zíngara descocada, como se había observado anoche, la describía muy adecuadamente. Kagome exudaba sensualidad y aun así parecía intocable, una combinación muy efectiva a la hora de despertar el deseo de un hombre que, al mismo tiempo, haría que no se atreviera a entrar en acción, dejándolo lleno de fantasías y deseos insatisfechos.

    Inuyasha decidió que quienes estaban limitándose a las fantasías sólo recibirían una paliza. Los otros, no obstante, y podía ver que había varios, tendrían que ser despedazados muy despacio y miembro a miembro...

    -Me sorprende verlo aquí, lord Taisho -dijo alguien junto a él.

    Inuyasha no se había dado cuenta de que la anciana condesa venía hacia él. La conocía de vista, pero no recordaba haberle dirigido la palabra anteriormente. Al parecer ella también lo conocía de vista y sabía quién era.

    En cuanto a lo de que la sorprendía su presencia allí, replicó escépticamente:

    -Lo dudo, lady Siddons, teniendo en cuenta quién es su invitada.

    -No, de veras -insistió ella, aunque lo dijo con una sonrisa que no hizo sino confirmar la impresión de Inuyasha - Después de todo, usted tuvo el privilegio de obtener la gema y luego la tiró tontamente.

    -Yo no he tirado nada, señora -dijo él secamente, muy consciente de a qué se refería, y añadió-: Legalmente la gema aún es mía.

    Lady Siddons enarcó las cejas, indicando que esta vez quizá sí la había sorprendido, pero cuando volvió a hablar en su tono sólo había curiosidad.

    -Lo encuentro un poco extraño, teniendo en cuenta que las conexiones de que dispone un marqués deberían acelerar la resolución de cuestiones de esa naturaleza. Quizá ha tenido que ocuparse de otros asuntos y ahora pondrá manos a la obra.

    -Quizá no tenga intención de hacer nada al respecto -repuso él.

    -Bueno, eso plantea un dilema. Tal vez debería informar de ello a la joven, ya que no es ésa la impresión que ella tiene. ¿0 piensa que ha sido lanzada meramente para atraer su atención?

    -A decir verdad, el mero hecho de que haya sido lanzada ya me parece incomprensible -dijo él-. ¿O acaso no sabe quién es en realidad? .

    -¿Quién es? ¿Aparte de ser su esposa, quiere decir? -contraatacó ella-. Me temo que no entiendo a qué se refiere. Es la sobrina de mi querido amigo, por supuesto. Creo que ustedes no se conocen, ¿verdad? Bien, milord, pues entonces venga conmigo y rectificaremos eso.

    Echó a andar, esperando que él la siguiese. Inuyasha así lo hizo, dado que de hecho tenía varias preguntas muy pertinentes que hacerle a sir Myoga Thompson.

    El anciano estaba solo, montando guardia como un centinela junto a una enorme chimenea mientras mantenía una vigilancia «paternal» sobre su joven pariente-. Después de solventar rápidamente las presentaciones, lady Siddons, los dejó a solas.

    Inuyasha no se anduvo con rodeos.

    -¿Por qué dice que Kagome es su sobrina? -Preguntó.

    Myoga no respondió de inmediato. Apartando la mirada para volver a contemplar con expresión pensativa al nutrido grupo que ocupaba el centro de la sala, tomó un sorbo de té de la taza que sostenía.

    Inuyasha no tuvo la impresión de que estuviera buscando una respuesta, y sospechó que se le estaba haciendo esperar deliberadamente. ¿Para acrecentar su impaciencia? ¿Para castigarlo? No, esa posibilidad parecía demasiado remota. Quizá simplemente el anciano no le hubiera oído, algo que parecía bastante posible dado que probablemente tuviera más de setenta años.

    Pero después sir Myoga empezó a hablar en un tono tan pausado y apacible como si estuvieran charlando de cualquier asunto sin importancia, en vez de lo que probablemente eran recuerdos muy dolorosos.

    -Mi hermana desapareció hace cuarenta y dos años, lord Taisho -dijo-. Nunca me he perdonado a mi mismo, o al menos no lo he hecho hasta hace muy poco tiempo, el papel que, desempeñé en esos acontecimientos y el no haberla apoyado cuando se enfrentó a mis padres porque quería decidir con qué hombre iba a casarse. Mi hermana optó por huir en vez de aceptar al hombre que habían escogido para ella, y nunca volvimos a verla ni supimos nada más de ella. Tenía una magnífica cabellera negra, ¿sabe? El que Kagome pudiera ser su hija no tiene nada de inconcebible y, de hecho, no me costaría nada creerlo.

    -Pero no lo es, ¿verdad?

    Myoga volvió a mirarlo.

    -¿Acaso importa? -dijo con expresión un tanto divertida-. ¿Realmente importa eso cuando esa sociedad a la que usted le permite que dicte sus acciones cree que lo es? ¿Quiere oír la verdad, milord?

    -Me sería de enorme ayuda -repuso Inuyasha secamente.

    Su tono hizo sonreír a sir William.

    -Muy bien. Pues la verdad es que yo viajaba con esos zíngaros. La razón carece de importancia, pero yo estaba en ese campamento cuándo usted acudió para ordenarles que se marcharan. Claro que usted no se fijó en mí. A decir verdad, desde que vio a la muchacha ya no tuvo ojos para nada ni para nadie.

    El rubor llegó rápidamente. Por muy innegable que fuese, la verdad que encerraban aquellas palabras resultaba muy embarazoso.

    -Es inusitadamente atractiva -dijo Inuyasha en defensa suya.

    -Oh, desde luego que sí. Pero ¿qué tiene que ver eso con lo que realmente importa, milord? Ciertos amores tardan mucho tiempo en crecer, y en cambio otros son inmediatos. Nunca tuve necesidad de preguntarme por qué le interesaba tanto aquella muchacha. Sus motivos no podían estar más claros.

    ¿La amaba? Inuyasha abrió la boca para soltar un bufido, y un instante después se sintió tan avergonzado de sí mismo que casi se atragantó. Santo Dios, ¿por qué no se le había ocurrido pensar en eso? Había creído estar obsesionado con ella. Había creído estar perdiendo el control de sus propias emociones. Había creído estar dejándose arrastrar por el deseo. Pero al pensar en ello, enseguida se acordó de lo increíblemente feliz que se había sentido al despertar aquella mañana y encontrar a Kagome en su cama. No se le había ocurrido pensar que pudiera tratarse de amor.

    -La pregunta, lord Taisho, es qué va a hacer usted al respecto.

     
  10.  
    ~Sunzure Russo~

    ~Sunzure Russo~ Fanático

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    Re: AmOR giiTaNO (Kag/Inu)

    :wii::wii::wii::wii::wii::wii::wii:
    :wii:
    :wii:
    :wii:
    lord taisho!!!l......conteste!!....caramba!!!
    jijiji..pobre de inu esta atormentadito!!!
    espero que se decida ya!!!!¬¬....
    contestale a sir mioga!!!......
    CYSHARA........................:jwndjkn:
    te felicito por tu fic!!!!!...
    pero andas cayendo malita!..por que te tardas mucho!!!....
    espero te encunetres bien de salud!!!...fisicanente..
    y mentalmente (por los estudio claro esta¬¬)
    cuidate!!!!

    :bye:
     
  11.  
    KagoRinneSama

    KagoRinneSama Usuario popular

    Cáncer
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    Re: AmOR giiTaNO (Kag/Inu)

    nooooooooooooooooo porque lo dejaste hay :lloro:
    que hara ahora inuaysha?
    realmente se dara cuenta que lo que siente por kagome es amor?
    kagome si que tiene pretendientes
    sir myoga haga entrar en razon a inuaysha
    me facino la conty
    espero la proxima con ansias
    :bye:
     
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  12.  
    chidori03

    chidori03 Fanático

    Leo
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    Re: AmOR giiTaNO (Kag/Inu)

    CUIDARLA, PROTEGERLAAA TONTOOOO ASDFF!!!
    aahhahaa ame tu conti
    quiero saber que pasa luegoo espero que la continues pronto
    byeee
    atte.chidori03
     
  13.  
    JigokuShoujo

    JigokuShoujo Iniciado

    Leo
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    Re: AmOR giiTaNO (Kag/Inu)

    Que lindo esta el fic!!!

    pobre inu, pero el tiene la culpa

    el, y las tontas reglas de sociedad

    XDD

    Suerte en con la escuela

    y espero la continuacion pronto

    Atte:

    Jigoku Shoujo
     
  14.  
    ana paulina

    ana paulina Entusiasta

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    Re: AmOR giiTaNO (Kag/Inu)

    wow profundo..muuuy profundo...muy buena trama has hecho en este ultimo cpaitulo...deveras que cada vez que leo este fic me gusta mas y mas....

    estare esperando el sig cap...

    waaa inu y kag se reencontraron
    ^^
     
  15.  
    mariiChelo

    mariiChelo Usuario común

    Acuario
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    Re: AmOR giiTaNO (Kag/Inu)

    hOla..! que bien te queDó la conti ^_^
    sOy nueVa en tu fiC pOr cierTo
    exCelente trama y climaX entre los perSonajes
    que bieN, que maRavilla :P
    esPEro y conTinues pROntO tu hisToria
    biE
     
  16.  
    Vanii

    Vanii Guest

    Re: AmOR giiTaNO (Kag/Inu)

    Hola Mosha *-*

    preciosa, este fic esta igual que tú. ;)
    Me reencanta, y perdón que no me pasaba antes
    pero estaba tan ocupadita que no tenia tiempo :o.

    Tienes mi apoyo, continúalo. :miniojis:

    :byes!:
     
  17.  
    Sandritah

    Sandritah Usuario popular

    Piscis
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    Re: AmOR giiTaNO (Kag/Inu)

    Ahora, Inuyasha, lo que te queda es luchar con ella antes de que decida irse con otro por tu falta de atención ¬¬
    En fin, a veces no se puede entender a los hombres xD
    Me gustó el capítulo, destacando la forma en que Inuyasha descubrió a Kagome. Ahora deberá sufrir un poco, espero que ella se lo ponga un poquito difícil... pero sólo un poquito :D
     
  18.  
    MasheliTAT

    MasheliTAT Entusiasta

    Leo
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    Re: AmOR giiTaNO (Kag/Inu)

    Holaa!!!
    Soy nueva en tu fic....le habia echado una ojeada hace tiempo al primer capi pero muy por encima y no me llamo la atencion, ayer lo volvi a leer pero bien y pues simplemente no pude despegar los ojos de el y ya me lo lei todo y dejame decirte que me ha encantado y fascinado!
    Escribes de una forma sorprendente la verdad, la forma en la que narras los hechos, la trama nada comun, todo me ha encantado de verdad y lamento mucho el no haberlo leido antes pero bueno ya estoy aqui y no me perdere hasta que lo acabes muchas felicitaciones y coloca conti pronto! ;)
    Cuidate mucho y nos estamos leyendo jeje
     
  19.  
    Mononoke

    Mononoke Usuario común

    Cáncer
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    Re: AmOR giiTaNO (Kag/Inu)

    Hola Cyshara ^_^!!

    Bueno, yo he leído tu fic, está muy interesante….ésta historia está muy genial e intrigante… xD

    Me encanta la forma de ser de Kagome, no teme expresarse…e Inuyasha, increíblemente metido en su mundo de “eso no hace” como pones xD
    Jajaja Me encanta este fic, como me gustaron los otros que escribías que por cierto no continuaste :( Pero sé que tenías tus razones…

    En fin, espero no tardes muchos en poner la continuación…… la espero con ansias……quiero saber qué hará Inuyasha!!!! :cool:
     
  20.  
    Cyshara

    Cyshara Usuario común

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    Título:
    AmOR giiTaNO (Kag/Inu)
    Total de capítulos:
    22
     
    Palabras:
    5440
    Re: AmOR giiTaNO (Kag/Inu)




    Él había venido a ella. Kagome no había tenido que salir para ser vista en sitios que Inuyasha pudiera frecuentar, con la esperanza de tropezarse con él. No harían falta semanas, como había sospechado en un principio. Él había venido a ella, y al día siguiente de su «lanzamiento» oficial.

    Kagome no hubiese debido atribuir ningún significado especial a ese hecho, aparte de la obvia confirmación de que los rumores esparcidos por Kaguya habían surtido efecto, pero aun así no pudo evitarlo. Él estaba allí, y tan pronto. Y el que estuviera fulminándola con la mirada no tenía ninguna importancia, por supuesto. Kagome ya se esperaba que él desaprobaría seriamente lo que había hecho, teniendo en cuenta lo que pensaba acerca de que los nobles y la clase baja se relacionaran socialmente.

    Ella estaba haciendo algo más que eso, porque estaba fingiendo ser algo que no era. La idea no había sido suya, pero ella la había aceptado sin vacilar. Dada la rigidez de sus creencias, el que la acusara públicamente de impostora era justo el o de reacción que podía esperarse de Inuyasha. Pero no lo hizo, o al menos no inmediatamente. Había hablado con Sango. Ahora estaba hablando con Myoga. Y mientras tanto ella seguía en tensión, esperando ver qué haría.

    No podía seguir conversando con sus admiradores cuando el corazón le palpitaba, cuando todos sus pensamientos estaban centrados en aquel hombre tan alto y apuesto del otro extremo del ala, no en lo que le estaban diciendo. Suponiendo que hubiera dicho una sola palabra desde que Inuyasha entró en la sala, nunca conseguiría recordarla.

    Se disponía a excusarse para ir hacia él, incapaz de esperar un momento más cuando su felicidad futura estaba en juego. Pero no tuvo que hacerlo. Él fue hacia ella, y su expresión apenas había cambiado. Era decididamente resuelta e implacable, y un tanto amenazadora, una combinación que no presagiaba nada bueno para Kagome.

    Contuvo la respiración. No había que esforzarse mucho para ver que su atención estaba concentrada en él lo cual hizo que los hombres que la rodeaban también volvieran la mirada hacia Inuyasha.

    Kagome se esperaba una escena bastante embarazosa. Lo que no se esperaba era que él estuviera muy tranquilo.

    -Tendrán que disculpar a Kagome, caballeros -dijo Inuyasha - He de hablarle de un asunto que requiere privacidad.

    Sus palabras no fueron muy bien acogidas, naturalmente, dado que los hombres que la rodeaban habían estado compitiendo por su atención. Fue Koga Sheffield quien resumió la reacción general, o intentó resumirla, diciendo:

    -Hombre, Taisho, no puedes aparecer de pronto y..

    Inuyasha lo hizo callar rápidamente.

    -¿Que no puedo? Permíteme discrepar, viejo amigo. Un esposo tiene derechos obviamenente pertinentes, algunos de los cuales pueden resultar bastante útiles.

    -¿Esposo?

    La palabra resonó dos veces más en el silencio lleno de perplejidad que Inuyasha dejó tras de sí. No se detuvo a dar más aclaraciones, ya que no tenía ninguna intención de explicarse. Cogiendo de la mano a Kagome, se limitó a sacarla del salón.

    Ella estaba demasiado sorprendida para protestar, aunque en realidad no sentía ningún deseo de hacerlo. Deteniéndose en el vestíbulo, Inuyasha se limitó a decir:

    -Tu habitación servirá. Llévame a ella.

    Kagome así lo hizo, subiendo la escalera y yendo por un pasillo, otro y luego otro más. Era una casa muy grande. Él no volvió a abrir la boca durante el trayecto. Ella estaba demasiado nerviosa para hablar.

    Su habitación estaba muy desordenada. Las criadas que se encargaban de la limpieza no llegaban allí hasta la tarde. La cama estaba deshecha. El traje para danzar que había llevado la noche anterior colgaba del respaldo de una silla. Varios trajes nuevos cubrían otra silla: como no estaba acostumbrada a poder escoger entre tantas posibilidades, aquella mañana le había costado mucho decidir qué iba a ponerse.

    Tras cerrar la puerta, él dedicó un instante a recorrer la habitación con la mirada. Sus ojos se posaron en la falda dorada de lentejuelas. Cuando volvió la cabeza hacia Kagome, fue para interrogarla con la mirada.

    -La llevé anoche en el baile de disfraces de Sango -le explicó ella.

    -¿De veras? Qué... adecuado.

    Sus nervios no pudieron soportar la sequedad de su réplica, y eso la hizo adoptar el mismo tono.

    -Sí, ¿verdad? No hay nada como presentar la verdad y que nadie la crea. Pero aunque casi nadie nace sabiendo hacer el ridículo, hay muchas maneras de aprender a hacerlo.

    Él se rió.

    -Muy cierto, y acabo de descubrir que es algo que se me da bastante bien.

    -¿Enseñar a hacer el ridículo?

    -No.

    Esa simple respuesta bastó para derribar la fachada de rígida compostura detrás de la que intentaba ocultarse Kagome, dejando únicamente el nerviosismo. Y no iba a preguntarle de qué manera creía haber hecho el ridículo. Hubiera podido mencionar varias ocasiones en las que a ella le parecía, que lo había hecho, pero prefirió guardar silencio.

    -¿Hablamos de por qué estás aquí? -preguntó afablemente.

    -¿Quieres decir que no me esperabas, después de haberte lanzado dentro de los círculos en que suelo moverme? -Inuyasha aceptó su rubor como respuesta, pero aun así pasó a explicarse-. Oí decir que la sobrina de un noble se hacía llamar por tu nombre. Vine aqui para averiguar por qué. Imagínate mi sorpresa al ver..

    Ella había esperado su sorpresa, y su ira. Había visto la ira, pero en aquel momento no estaba presente. Lo que la preocupaba era por qué no estaba presente.

    -¿Por qué no estás enfadado? -preguntó ella, yendo al grano.

    -¿Qué te hace pensar que no lo estoy?

    -Lo disimulas muy bien, gajo. De acuerdo, ¿qué vas a reprocharme? ¿El que me haya presentado en sociedad como una dama cuando tú piensas que no tengo derecho a ello?

    -En realidad, lo que me gustaría saber es por qué has asumido una identidad que no te pertenece.

    -La idea no fue mía, Inu. Me sentía lo bastante ofendida y furiosa para seguir mi camino y no volver a verte nunca. Pero mi abuela...

    -Tu abuela -la interrumpió él-. Vi la tumba, Kag. ¿Era suya?

    -Sí.

    -Lo siento.

    -No tienes por qué. Le había llegado el momento de irse, y le gustaba la idea de descansar en ese precioso claro tuyo desde el que se puede divisar el sendero, que para un zíngaro es el símbolo de la existencia. Verás, ya hace mucho tiempo que sufría grandes dolores y por eso acogió la muerte con los brazos abiertos... y yo no podía negarle eso.

    -Pondré una lápida

    -No -dijo Kagome -porque ella deseaba guardar su nombre para sí misma, y no quería dejar tras de sí ninguna evidencia de él. Pero como te estaba diciendo, Inu, aun así insistió en que tú y yo estábamos destinados a vivir juntos. Y Myoga, que viajaba con nosotros y la oyó, pensó que quizá necesitabas que alguien te hiciera ver que las apariencias y los orígenes no significan tanto después de todo y que hay cosas más... más importantes.

    -¿Como cuáles?

    No era algo que pudiera explicarse con palabras, por lo que Kagome se limitó a encogerse de hombros.

    -Depende de la persona. Algunos piensan que lo único que importa en la vida es el poder, otros creen que sólo importa la riqueza, algunos te dirían que lo que realmente importa es la felicidad y otros quizá dirían que... Bueno, ya te he dicho que eso depende de la persona.

    -Ibas a decir el amor, ¿no? -preguntó él sin inmutarse-. Tú piensas que en la vida no puede haber nada más importante que el amor, ¿verdad?

    Kagome lo miró fijamente. Podía estar burlándose de ella, pero no lo creía.

    -No, por sí solo el amor no es suficiente. Puedes amar y ser muy desgraciado. -Siempre había estado segura de que tendría ocasión de comprobarlo por experiencia propia, pero se abstuvo de mencionarlo y se limitó a añadir-: Lo que realmente importa es el amor y la felicidad. Si van cogidos de la mano, no hace falta pedir nada más. Pero para tener las dos cosas, el amor debe ser correspondido.

    -Estoy de acuerdo.

    Esas palabras bastaron para que Kagome sintiera que el corazón volvía a palpitarle desenfrenadamente. Y sin embargo estaba viendo demasiado en ellas. Inuyasha la había reclamado delante de los hombres reunidos en la sala y había dado la impresión de que era su esposo, pero después de todo sólo se trataba de una impresión. No les había dicho que era su esposo, y se había limitado a mencionar los «derechos de un esposo». Había obrado muy astutamente y no le costaría nada echarse atrás... a menos que realmente hubiera tenido intención de reclamarla de la forma tan pública en que lo había hecho.

    Sabiendo que se exponía a ser destruida, Kagome pidió aquella aclaración que tan desesperadamente quería y necesitaba oír.

    -¿Con qué... estás de acuerdo?

    -Estoy de acuerdo en que para que haya felicidad, el amor debe darse y recibirse.

    -Pero eso no es lo que tú, personalmente, consideras más importante, ¿verdad?

    -Cuando mi vida estaba vacía o cuando, como dijiste tan acertadamente, «había una seria carencia en ella», ni tú ni yo sabíamos en qué podía consistir ese algo.

    -Yo lo sabía -murmuró ella.

    -¿De veras? Sí, supongo que lo sabías. Y probablemente también sabías que si en ese momento me hubieras dicho qué le faltaba a mi vida, nunca te hubiese creído.

    -¿En ese momento?

    Él sonrió.

    -Con un poco de suerte, Kag, incluso el hombre más tonto del mundo acaba dejando de serlo. Finalmente llega un momento en el que ve qué ha de hacer para redimiese a sí mismo y lo hace... si no es demasiado tarde. Yo temía que fuese demasiado tarde, y por eso le estoy tan agradecido a sir Myoga.

    -¿Por qué? -preguntó ella con un hilo de voz.

    Él se acercó y le levantó la barbilla.

    -Por la misma razón por la que no tengo intención de divorciarme de ti. Te quiero en mi vida, Kag, de cualquier manera en que pueda tenerte. Ahora lo sé. He necesitado varios días para comprender que el matrimonio, con su permanencia, es ciertamente preferible. En comparación el escándalo es muy insignificante.

    Ella le rodeó el cuello con los brazos, y atrajo los labios de Inuyasha hacia los suyos. En el beso que le dio no había pasión alguna, sólo un inmenso tesoro de amor y ternura que selló su destino más firmemente de lo que hubiera podido hacerlo cualquier palabra.





    Inuyasha llevó a Kagome directamente a su casa de Londres, pero no permanecieron allí mucho tiempo. Esa misma semana Inuyasha ordenó a sus sirvientes que recogieran todas sus pertenencias personales para trasladarlas a Claymore. Por mucho que prefiriese la vida de la ciudad, no tardó en darse cuenta de que a su esposa no le gustaba, y en aquellos momentos le importaba mucho más compensar el que se hubiera comportado como el más completo idiota en lo referente a su matrimonio que sus preferencias.

    La hubiese llevado a Ryding, que al menos era una casa mucho más alegre. Pero Kagome expresó el deseo de estar cerca de su abuela, así que fueron a Claymore. Él ya le había dicho lo lúgubre que era, a lo que ella rió y le dijo que eso podía corregirse fácilmente.

    -Contrataré a un ejército de trabajadores -le prometió él-. Supongo que no hará falta mucho tiempo para convertir ese mausoleo en un lugar habitable.

    -No harás nada de eso -replicó ella-. Haremos las mejoras nosotros mismos, porque de esa manera, cuando hayamos terminado, Claymore será nuestro hogar.

    ¿Empuñar un martillo? ¿Sostener un pincel? Inuyasha ya estaba empezando a comprender lo mucho que su zíngara iba a cambiarle la vida, y ardía en deseos de pasar por ese proceso.



    Era su primera Navidad en Claymore. Inuyasha siempre había pasado las fiestas en Londres; después de todo, la Navidad era una estación social de primera categoría. Pero aquel año no deseaba hacerlo. De hecho, no había ninguna razón por la que quisiera volver a Londres. Todo lo que necesitaba y amaba se encontraba en Claymore.

    La casa estaba quedando espléndida, aunque distaba mucho de estar terminada, dado que tuvieron que interrumpir los trabajos de remodelación en cuanto Kagome quedó embarazada. Pero las habitaciones principales ya estaban listas, y ahora contenían un acogedor calor que no tenía nada que ver con la estación, y además habían sido magníficamente adornadas para las fiestas.

    Para Kagome aquéllas eran sus primeras Navidades inglesas, lo cual las convirtió en una experiencia tan nueva como intensa. Para su gente, la Navidad siempre había sido el momento de visitar el mayor número de pueblos lo más deprisa posible, porque era una época en la que las personas gastaban dinero en regalos, en vez de meramente en sí mismas, y los zíngaros tenían muchos regalos que ofrecer. Pero eso significaba que nunca estaban en un sitio el tiempo suficiente para darle un aspecto festivo, adornar un árbol o colgar una guirnalda. Eso eran cosas de los gajos. Pero no para Kagome, ya no.

    Ayudada por sus sirvientes, Kagome abrió los muchos baúles que Inuyasha había mandado traer de Ryding, llenos de herencias navideñas que llevaban generaciones en su familia, y juntos esparcieron su contenido por toda la casa. Inuyasha colgó racimos de muérdago en cada habitación, y recurría a las excusas más tontas para atraerla bajo ellos cada vez que se le presentaba la ocasión.

    Kagome hizo o bien compró regalos para todos los sirvientes. Los repartieron la víspera de Navidad, que fue cuando ella tuvo la experiencia de su primer viaje en trineo, dado que al principio de la semana había empezado a nevar y ahora los campos y los caminos ya estaban cubiertos por una gruesa capa de nieve. Fue muy divertido, a pesar del frío, y a su regresó recibieron con alivio el calor del vestíbulo.

    Pasaron el resto del día allí, sentados en el sofá cerca de la chimenea dentro de la que ardía un gran tronco navideño, viendo parpadear las velitas en el árbol que Inuyasha había cortado.

    Kagome se sentía inmensamente satisfecha y llena de paz, a pesar del presentimiento que tenía desde hacía unos días. Aquello era distinto de su «don» normal, su capacidad de ver por dentro, y sin embargo no lo era.

    Estaba embarazada de cuatro meses. Todavia no se le notaba y tampoco sentía nada, aparte de los breves episodios de mareos matinales que había tenido durante un tiempo. Aun así se sentía tan cerca de su futuro bebé como si ya estuviera sosteniéndolo en sus brazos. Y la sensación que se había adueñado de ella estaba relacionada con él.

    Todo sería más fácil si lograba expresarle en palabras que tuvieran algún sentido, y eso fue lo que intentó hacer.

    -Aún nos queda por hacer un regalo más, aunque no seremos nosotros quienes lo entreguemos -le dijo a Inuyasha.

    Su esposo la rodeaba con un brazo y su otra mano había estado acariciándole distraídamente el brazo. Inuyasha se volvió hacia ella para decir algo que no tuvo nada de sorprendente:

    -No te entiendo.

    -La verdad es que yo tampoco lo entiendo -tuvo que admitir ella-. Es una especie de presentimiento que he tenido acerca de nuestro hijo...

    -¿Hijo? -la interrumpió él, sorprendido-. ¿Vamos a tener un hijo? ¿Realmente sabes que va a ser un niño?

    -Bueno, sí, soñé con él. Normalmente mis sueños son bastante certeros. Pero eso no tiene nada que ver con el regalo que debemos hacer.

    -¿Qué regalo?

    Él empezaba a poner cara de frustración y Kagome no podía reprochárselos Ella misma solía interrogarse acerca de sus sentimientos.

    -Debemos poner por escrito, cómo nos conocimos, cómo llegamos a amarnos, y cómo desafiaos a nuestras respectivas gentes para escoger el amor en vez de lo que se esperaba de nosotros. Debemos escribir nuestra historia, Inu.

    -¿Escribirla? -La idea no parecía gustarle demasiado-. Nunca se me ha dado muy bien escribir, Kag.

    Ella le sonrió.

    -Lo harás estupendamente. Lo sé. Él la miró y puso los ojos en blanco.

    -Tengo una sugerencia mejor. ¿Por qué no escribes tú eso que debe ser escrito... y por cierto, por qué tiene que ser escrito? .

    -Debemos escribir nuestra historia no para nuestro hijo, sino para sus hijos y los hijos de sus hijos. Lo que he «presentido» es que nuestra historia beneficiará a uno o más de ellos. No sé cuándo les será de ayuda, o por qué, pero sé que lo será. Quizá sabré más al respecto en algún momento del futuro y puede que tenga otros presentimientos al respecto, pero de momento esto es todo lo que sé.

    -Muy bien, puedo aceptar eso... supongo. Pero sigo sin entender por qué debemos hacerlo entre los dos. Para contar una historia basta con una persona.

    -Cierto… pero yo no puedo escribir acerca de tus sentimientos y pensamientos. Eso es algo que sólo tú puedes añadir, y es la única forma de que nuestra historia esté completa. Pero si tan poco te satisface tu estilo literario, o si temes que pueda hacerte preguntas incómodas o reírme de lo que confieses, entonces prometeré no leer lo que escribas. Esta historia no es para nosotros ni para nuestro hijo, sino para los que vendrán después, aquéllos a los que probablemente nunca conoceremos. Podemos guardarla en un lugar seguro para que nadie que conozcamos llegue a verla jamás.

    Él suspiró y le besó suavemente la mejilla para conferir un poco más de elegancia a su reluctante asentimiento.

    -¿Cuándo quieres empezar?

    El titubeo de Kagome solamente duró un momento.

    -Esta noche, la víspera de Navidad. Tengo un presentimiento...

    -Basta de «presentimientos» por esta noche -la interrumpió él con un gemido.

    Ella se rió.

    -No he dicho que debamos escribir muchas páginas esta noche, sólo un comienzo. Además, esta noche he de dar otro regalo cuya entrega requerirá... un poco de tiempo.

    La mirada llena de sensualidad que le estaba lanzando hizo que él enarcara las cejas.

    -¿Sí? Mucho tiempo, ¿eh? Y supongo que no podrías alterar tus planes y entregar ese regalo antes de que empecemos a escribir, ¿verdad?

    -Se me podría persuadir de que lo hiciera.

    Los labios de él volvieron a rozarle la mejilla y después bajaron a lo largo de su cuello, esparciendo una oleada de escalofríos por su cuerpo.

    -Soy muy bueno persuadiendo -murmuró Inuyasha con la voz ronca por la pasión.

    -Tenía el presentimiento de que dirías eso.










    FIN
     

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