de Inuyasha - Amor condenado.

Tema en 'Inuyasha, Ranma y Rinne' iniciado por FiraLili, 11 Octubre 2011.

  1.  
    FiraLili

    FiraLili Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    15 Febrero 2011
    Mensajes:
    350
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Amor condenado.
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    2046
    ¡Crack! ¡Crack! Pareja mega crack. Yo soy una fiel seguidora del MirokuxSango pero una amiga me retó a escribir sobre esta pareja. MirokuxKikio. Siendo sincera me fue difícil puesto que no sabía cómo manejarlos pero quede satisfecha con el resultado.

    Disclaimer: Inuyasha no me pertenece como ninguno de sus personajes.

    Advertencia: AU, OcC

    Dedicatoria: MaryFer.

    Amor condenado

    —Por Dios —murmuró un azabache mientras apretaba ligeramente la herida que tenía en su brazo derecho.

    Odiaba el hecho de que haya salido lastimado de esa estúpida pelea callejera, si Sango lo viera en esas condiciones…

    —Sango…

    Apartó a la castaña de sus pensamientos, comenzaba a pensar que su insistencia no iba a tener resultados con ella. Suspiró agotado y se dejó caer dentro de un callejón, la pérdida de sangre era mucha pues su visión comenzaba a hacerse borrosa.

    —Maldición… —fue lo último que alcanzó a decir antes de caer inconsciente mientras que en sus oídos resonaban el sonido de unos ¿pasos?

    0-0-0-0-0

    —Hmm… —al momento de abrir sus ojos con pesadez, supo que no estaba en el callejón ni en un lugar conocido, al querer reincorporarse una punzada se adueño de su brazo—. ¡Hug!

    —Será mejor que no te muevas, esa herida es profunda y al parecer tenía rastro de veneno— él miró a la persona que le hablaba y quedó prácticamente sin habla.

    La mujer que se alzaba enfrente de él tenía un enorme parecido a la mejor amiga de Sango, se parecía mucho a Kagome la prometida de Inuyasha, su mejor amiga y casi hermano.

    —Ka… ¿Kagome? — ella le dirigió una mirada de profunda frialdad.

    —No. Mi nombre es Kikio. Yamasaki Kikio —respondió mientras se inclinaba y revisaba el vendaje de su brazo—, al parecer va bien, no lo muevas o podría abrir de nuevo la herida.

    Se reincorporó dispuesta a salir.

    —Espere —la pelinegra se volvió a él—, ¿Por qué me ayudo? No es que no aprecie el gesto pero…

    —Soy doctora, si veo una herida la curo. Y no iba a dejar a uno de los amigos de Inuyasha que muera enfrente de mi casa.

    —¿Conoces a Inuyasha?

    —Miroku —éste se sorprendió que ella supiera su nombre—, ese es tú nombre.

    —¿Cómo…?

    —Fui la novia de Inuyasha, él me presentó pero tú te estabas comiendo con la mirada a… Sango, sí, así se llamaba la castaña para que me prestaras atención —dada esa como su contestación salió de la habitación dejándole solo.

    —Yamasaki Kikio… —se acomodó entre las sabanas y procedió a dormir, deberían ser pasada la media noche.

    0-0-0-0-0

    —¿Cómo se encuentra nuestro invitado? —Kikio frunció el ceño al oír la voz de un hombre susurrarle al oído.

    —Apártate, Naraku.

    —¡Hey, hey! —le sujetó del antebrazo—. Tranquila muñeca no querrás que a tu invitado le pasara algo malo, ¿verdad?

    —Púdrete…

    Trató de zafarse pero desgraciadamente Naraku tenía más fuerza y la sometió, pero su mirada siguió glacial e indiferente, no le daría el placer de escucharla suplicar ni llorar.

    0-0-0-0-0

    Miroku volvió a abrir sus parpados al parecer ya era de mañana por los pequeños rayos del sol que se adentraban entre las cortinas. Se desperezó y por fin reparó en una figura menuda que se encontraba placidamente durmiendo junto a la cama. Al recorrerla con la mirada se dio cuenta de unos hematomas que ayer no estaban en sus brazos ni en cara…

    —¿Qué demonios?

    Kikio se sobresaltó al sentir una presencia cerca, se puso en guardia ante cualquier clase de amenaza pero tan sólo vio unos ojos celestes preocupados. Se regañó mentalmente por haber permitido dormirse y dejar que vieran sus moretones.

    —¿Quién te hizo esas marcas?

    —Eso es algo que te incumbe, es mejor que te vayas tu novia debe estar preocupada.

    Sango fue lo que pasó al momento en su mente pero negó rápidamente, ella no era su novia y nuca lo sería. Sango no lo veía más que como un amigo y eso le daba rabia. Aunque ahora le preocupaba más esos golpes que su amor no correspondido.

    —No tengo novia. Y… ¿quién fue?

    Kikio entrecerró sus parpados molesta, ¿quién se creía para cuestionarle eso?

    —Ya te dije que no te incumbe. Vete, tu herida ya debe estar mejor y no te dará problemas para poder llegar a tu casa.

    Lo hecha. Así como así lo echaba pero no se hizo rogar si no quería ayuda que más daba. De todas formas a penas la conocía.

    Sí, apenas la conocía.

    Volteó por última vez a la casa en donde dejaba a Kikio, algo en su interior se removió pero no dio marcha atrás.

    0-0-0-0-0

    —Miroku… ¡Miroku!

    Ese grito logro sacar al azabache de su mutismo. Observó como una castaña estaba delante de él con los brazos cruzados y al parecer muy molesta.

    —¿Sango?

    —Al fin me prestas atención —replicó enojada.

    —Lo siento —una sonrisa maliciosa se formó en sus labios—, sabía que no podías vivir sin que te prestara atención, Sanguito.

    Lo que consiguió con ese sarcástico comentario y por su mano resbaladiza fue una buena bofetada que lo dejo medio inconsciente por lo cual no reparó en el rubor que se había formado en las mejillas de la mujer.

    —Pervertido —murmuró mientras salía de la cafetería en la que estaban con sus amigos.

    —¡Sanguito espérame! —Dejó lo que debía pagar para ir tras la mujer—. Los dejo, chicos.

    Al salir fue recibido por una brisa fría, algo en él palpitó al recordar una mirada chocolate glacial. Ese accidente había ocurrido hace como un mes, no volvió a saber de Kikio. Alejó esos pensamientos para enfocarse en buscar a Sango con la mirada, segundo a segundo se iba exasperando al no encontrarla.

    Comenzó a caminar sin rumbo intentando buscar una cabellera castaña, fruncía el ceño con cada fiasco. Ya estaba a punto de rendirse cuando sus cuencas celestes captaron como un hombre golpeaba a una mujer, pudo haber seguido de largo pero esa cabellera negra carbón y esa piel tan blanca como la leche, le llamaron.

    —¡Kikio!

    Naraku miró a quien había lanzando semejante grito y recibió un golpe directo al rostro, sintió crujir su nariz y un liquido bajar por está misma.

    —¡Mierda! —exclamó el hombre mientras se sujetaba la nariz—. ¡¿Qué coño haces?!

    Miroku no contestó tan sólo alzó a Naraku por el cuello de su camisa.

    —¡Te crees muy hombre ¿no?! —Golpeó con saña su estomago con la rodilla—. ¡Maldito que golpea a las mujeres para hacerse al machito!

    No tenía conciencia de sus actos, sólo quería matar a ese tipo… se lo debía a Kikio, ella le salvó la vida y él le regresaría la paz a su alma.

    —¡Detente! —Esa voz lo sacó de sus pensamientos turbios—. ¡O lo mataras!

    Con esas palabras dejó caer al hombre que ya había perdido la conciencia ahora se encontraba rabioso sin saber a ciencia cierta el porqué. Poniéndose frente a la mujer la sujetó por los brazos.

    —¿Por qué demonios dejas que te golpee? —Al no obtener contestación alguna ejerció más fuerza en esos delgados brazos—. ¡¿Contéstame?!

    -¿Qué quieres que te diga? —El tono tan calmado con el que preguntó hizo que sus ánimos se calmaran—. ¿Qué me dolió tanto mi rompimiento con Inuyasha que me fui con el primer idiota que se me declaro? ¿Qué no me importaba que me golpeara porque ya no tengo más motivos para seguir adelante? ¡¿Sabes cómo duele un amor no correspondido?!

    —¡Claro que lo sé! —exclamó pero logró controlarse antes de asustar más a la mujer—. Tenemos que atender esos hematomas.

    0-0-0-0-0

    Miroku no lo entendía. No entendía como había terminado en esa situación… no entendía como estaba besando otros labios que no eran de Sango, como acariciaba otra piel que no era la de su amor.

    No lo entendía ni quería hacerlo. Tal vez se arrepentiría después, se sentiría culpable pero… eso ahora no importaba. Lo único que le importaba era la mujer que tenía entre sus brazos, la mujer que lo besaba y le hacía vibrar.

    Esa mujer que no era castaña sino pelinegra. Esa mujer que le salvo al vida en una ocasión… esa mujer que se había adueñado de sus pensamientos desde esa noche casi fatal.

    —Kikio —murmuró entre el placer y éxtasis que vivía.

    Sí, Kikio y no Sango.

    La mujer que a partir de ahora… sería su mujer.

    0-0-0-0-0

    Sango aguantó las ganas de llorar al recibir la noticia de que Miroku estaba comprometido con Kikio, la cual esperaba un hijo.

    Se mordió el labio inferior mientras veía como el azabache rodeaba con protección a esa mujer… esa mujer que no era ella.

    —Miroku ¿puedo hablar contigo? —Éste un poco sorprendido accedió.

    Al encontrarse frente a frente en un lugar apartado, ya lo había perdido lo que diría a continuación ya no le importaba revelarlo.

    —Te amo, Miroku…

    Y él no supo que contestar. Y prefirió no hacerlo porque ahora entendía muchas cosas pero ya nada podía hacer, estaba comprometido y no dejaría a Kikio.

    Al no haber respuesta ella optó por la retirada, dejando a un desdichado hombre.

    —Yo igual, Sango.

    Pero ya no había marcha atrás, volvió a sentarse al lado de su futura esposa… su amor con Sango era el ideal pero al no haber sido sinceros el uno con el otro condenaron ese amor al olvido.

    Y encontró otro… no el ideal pero sí el que comprendía. Ellos sufrieron por amor y se refugiaron entre ellos.

    No era el ideal pero…

    No es un amor condenado…
     
    • Me gusta Me gusta x 2
  2.  
    andi-chan

    andi-chan Entusiasta

    Géminis
    Miembro desde:
    8 Abril 2011
    Mensajes:
    93
    Pluma de
    Escritora
    la primera!!!!!
    me encanto aunque no soy fan de sango y miroku y mucho menos de miroku y kikio pero la verdad me encanto sobre todo al final cuando por fin se le declaro sango
    pero me alegra saber que kikio y miroku se aman
    y que le deja descendencia a miroku lo siempre quiso y sango no le pudo dar
    bueno espero otros fics tuyos

    bye,bessos
     
Cargando...
Similar Threads - condenado
  1. Lexa
    Respuestas:
    151
    Vistas:
    20,799

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso