Amor bajo la luna.

XXIX​

Alexis se paseaba por el bosque, haciendo pedazos los árboles para deshacerse de su furia. ¿Por qué no haría caso al lobo más a menudo?
“Eso es lo mismo que me pregunto yo.” replicó el lobo, que se sentía tan furioso como él.
__ Alexis.__ dijo una voz que en ese momento le dolía al oírla.
El joven intentó tranquilizarse respirando profundamente. No deseaba hacerle daño a Sara si perdía el control cerca de ella.
__ No te acerques.__ le pidió a la chica al oír sus pasos acercándose a él.__ No me gustaría que acabases herida.
Sara vaciló un instante pero siguió caminando hacia el licántropo, que se había dejado caer al suelo.
__ ¿Puedo preguntarte algo, Sara?
__ Claro.
__ Cuando viste a Lady Helena sobre mí en la cama, ¿fue así como te sentiste?__ le preguntó Alexis.__ ¿Sentiste que se te encogía el corazón? ¿Deseaste hacer sufrir a esa mujer?
Sara lo meditó un momento y respondió:
__ En parte sí. Por otra parte, también te deseaba algo de mal a ti.
Alexis sonrió y gesticuló para indicarle a Sara que se acercase.
__ Eso no me pasa a mí contigo.__ le susurró cuando la chica se hubo acurrucado a su lado.
__ ¿Ya no estás enfadado conmigo?__ le preguntó Sara.
Alexis frotó su nariz con la de la joven y le susurró:
__ No puedo enfadarme contigo. Con el que estoy enfadado es con ese amigo tuyo.
Sara le miró preocupada.
__ No irás a hacerle daño, ¿verdad?
El licántropo negó con la cabeza y respondió:
__ Eso te haría sufrir y yo no quiero que sufras.
Sara suspiró aliviada y besó a Alexis con pasión en el mismo momento en que Ariel y Lyra aparecían en el claro.
__ ¡Dios santo!__ exclamó Ariel al ver los árboles destrozados.__ No siento envidia por la cama que os soporte en una noche juguetona.
Sara se levantó sonrojada mientras Alexis hacía lo mismo riéndose.
__ ¡Malditas raíces!__ gruñó Lyra tras tropezarse y darle una patada a una de ellas.__ Vosotros dos no tenéis autocontrol, ¿verdad? Hacerlo en medio del bosque como si…
__ Técnicamente no hemos llegado a hacerlo.__ la interrumpió Alexis mientras abrazaba a Sara.
En ese momento, hubo una gran explosión y una columna de humo se alzó hacia el cielo desde el castillo.
__ ¡¿Qué ocurre?!__ exclamó la Inquisidora.
El grupo corrió de vuelta al castillo, donde encontraron a los soldados retorciéndose por el suelo mientras un Señor del Caos tocaba una flauta de artesanía.
__ ¡¿Quién eres tú?!__ le gritó Alexis mientras desenvainaba su espada.
El Señor del Caos dejó de tocar el instrumento, deteniendo la tortura a la que estaba sometiendo a los habitantes del castillo.
__ Mi nombre es Hamelín y vengo a buscar algo que tú posees.__ susurró mientras agitaba su flauta.__ Entrégame la Dragsil o torturaré a tus amigos hasta la muerte.
__ ¿Dragsil? ¿Qué es eso?__ le preguntó Sara a Alexis.
__ No tengo ni idea.__ respondió el licántropo, que se preparó para atacar a Hamelín.__ Pero no pienso permitir que hagas daño a nadie más.
Se abalanzó sobre el hechicero, que se llevó la flauta a los labios y empezó a tocar su melodía. Un dolor horrible se apoderó de todos los que escucharon su canción, impidiendo que pudiesen luchar contra él; Alexis era el que más sufría debido a la agudeza de sus oídos.
__ Entrégame la Dragsil, chico.__ le ordenó Hamelín tras detener la melodía.__ Si lo haces, os ahorraré todo este dolor.
__ No sé qué es eso.__ gruñó el joven, que intentaba incorporarse a pesar de las náuseas.
El Señor del Caos resopló enfadado y volvió a tocar la horrible melodía. Sin embargo, se vio obligado a detenerse cuando una flecha pasó rozando su mejilla izquierda.
__ Brian.__ susurró Sara al ver a su amigo cargando otra flecha y apuntando de nuevo a Hamelín.
__ Como si te fuese a dejar.__ dijo el hechicero, que desapareció y apareció delante de Brian para apuñalarle con fuerza en el vientre.
__ ¡No, Brian!__ gritó Sara mientras corría hacia él y Alexis se arrojaba sobre Hamelín.
El terrible sonido de su melodía les hizo caer al suelo debido al dolor que les causaba.
“Ya son míos.” pensó el Señor del Caos con satisfacción.
De pronto, un ave cuyo cuerpo estaba hecho de llamas rojas y doradas surgió de la nada y le arrebató la flauta de las manos, calcinándola con su calor.
__ ¡Ithuriel, traidor!__ gritó Hamelín apuntando al hechicero, que había aparecido repentinamente en la plaza.
Una de las llamas del fénix le golpeó y deshizo su ropa, revelando el zafiro que colgaba de su cuello mediante una fina cadena de plata.
La daga de Alexis empezó a vibrar ya brillar como ya lo había hecho anteriormente.
__ ¡Te voy a matar, traidor!__ gritó Hamelín mientras corría hacia Ithuriel.__ ¡Te mataré y Death me recompensará!
Alexis se lanzó sobre él con la daga desenvainada y atravesó la joya que llevaba colgada del cuello, que empezó a llamear y a agrietarse cuando el alma del hechicero la abandonó.
__ Lo sabía.__ susurró Hamelín, que observaba la daga con admiración.__ Death me dijo que la tenías tú. La Dragsil…
Su cuerpo se agrietó y desapareció calcinado por las llamas.
__ Menos mal que apareciste.__ le dijo a Ithuriel cuando el hechicero se hubo acercado a él.__ Si no lo hubieses hecho, estaríamos muertos.
__ Un placer.__ replicó el hechicero mientras el fénix desaparecía.__ Imagino que tendrás muchas preguntas que hacerme acerca de la daga.
__ No te lo puedes ni imaginar.__ replicó el licántropo, que guardó el arma en su cinto.

__ ¿Cómo se encuentra?__ le preguntó Sara a Lyra mientras la Inquisidora trataba la herida de su amigo.
__ No es nada que no pueda solucionar.
Brian abrió los ojos y trató de sonreírle a Sara a pesar del dolor.
__ Sara, yo…
__ No hables.__ le recomendó su amiga.
Pero el joven no le hizo caso y continuó.
__ Lamento lo de antes…si te he causado algún problema con tu…novio.
Sara sonrió y negó con la cabeza.

Mientras tanto, Death meditaba sentado en su sillón.
__ La energía de Hamelín ha desaparecido por completo.__ susurró mientras movía un peón del tablero de ajedrez que tenía delante y lo tumbaba.__ De modo que ha sido derrotado al igual que Araxiel; ha fallado en su misión de conseguir la Dragsil.
Sin embargo, no se sentía enfadado. La pérdida de Hamelín no era un daño importante, del mismo modo que no lo había sido la muerte de Araxiel; ellos sólo eran peones en su juego, fichas sin importancia que debían sacrificarse, desecharse, para lograr que los más poderosos lograsen sus objetivos. De hecho, sus muertes le serían más útiles de lo que cualquiera de ellos pudiese haber imaginado.
En cuanto a la Dragsil, no le preocupaba lo más mínimo no poseer la daga; aunque el arma pudiese desbaratar sus planes en manos de sus enemigos, esa misma arma sería la clave para lograr sus objetivos.
__ Pronto asestaré un golpe al rey de este mundo.__ susurró el hechicero, que tomó la pieza del rey del lado opuesto del tablero y lo derribaba.__ Jaque mate.

Al mismo tiempo, en Tribis, el Sumo Sacerdote Gaia convocaba a los Inquisidores más poderosos, que se arrodillaron ante él.
__ El regreso de los Señores del Caos es una afrenta al dios Suxen.__ les comunicó Gaia.__ Esos hechiceros que hacen sufrir a los habitantes de Indron deben ser destruidos a toda costa antes de que su maldad se extienda por el mundo; como Inquisidores, debéis acabar con cualquier amenaza para el dios Suxen y la creación. Marchad y destruid a las fuerzas del mal que asolan las tierras de Lord Rendall.
Los Inquisidores asintieron y abandonaron el templo mientras Gaia observaba la estatua dedicada a Suxen.
__ Hay que hacer todo lo necesario para preservar la paz.

 

XXX​

__ ¿Tú eres el que derrotó a los Señores del Caos hace cientos de años?__ le preguntó Lord Emil a Ithuriel cuando se reunieron en la habitación del señor del castillo.
__ Así es.__ respondió el hechicero, que señaló la daga que Alexis llevaba en el cinto.__ Tuve que recurrir a la magia más poderosa que conozco para crear la Dragsil, un arma capaz de matar a los que han vencido a la muerte; con esa daga logré derrotar a los que habían sido mis compañeros. Sin embargo, no fui capaz de darles el golpe de gracia; tampoco fui capaz de matar a Death.
__ ¿Death? ¿Quién era?__ le preguntó Alexis.
__ Quién es mejor dicho.__ replicó Ithuriel.__ Es el más poderoso de los Señores del Caos y el que dirige las acciones de los demás. Fue un antiguo amigo de mi infancia y juntos formamos a los Señores del Caos pensando que podíamos cambiar el mundo, que en aquella época estaba destrozado por las constantes guerras.
__ ¿Y qué pasó?__ le preguntó Sara.
__ A medida que pasaba el tiempo y las guerras continuaban, Death empezó a pensar que la humanidad era incapaz de progresar y de vivir en paz y se volvió huraño y vengativo; decidió que la fuerza era lo única forma de lograr detener las guerras; por eso decidí traicionarle y luchar para detenerle.
>> Sin embargo, antes de que tuviera la oportunidad de derrotarle, Death huyó y desapareció sin dejar ninguna pista de su paradero. Pero ahora ha regresado junto a sus secuaces para terminar lo que empezó. <<
El hechicero proyectó una imagen de las tierras de Lord Rendall; lo que habían sido tierras fértiles se habían convertido en un campo de batalla, en el escenario de una masacre.
__ ¿Eso lo han hecho los Señores del Caos?__ le preguntó Lyra a Ithuriel mientras observaba los grandes incendios que lo consumían todo.
__ Han ganado mucho poder en poco tiempo y han pasado a la acción.__ dijo el hechicero.__ Si no hacemos algo pronto, la guerra se extenderá hasta el último rincón de Indron.
Lord Emil reflexionó durante un momento y anunció que ayudarían a Lord Rendall a luchar contra los Señores del Caos.

Mientras observaban a los soldados enviar mensajes a las fuerzas aliadas, Alexis le tendió la Dragsil a Ithuriel.
__ Creo que esto es tuyo.
El hechicero observó la daga sin hacer ninguna señal de que fuera a cogerla y negó con la cabeza.
__ Yo ya no puedo emplear esa arma, joven lobo. Renuncié a empuñarla hace mucho tiempo; ahora es tuya.

Además de Lord Emil, Lord Asriel también había escuchado las noticias del ataque de los Señores del Caos y estaba reuniendo su flota para partir.
__ Espero no haber exagerado al reunir toda mi flota.__ le dijo Asriel a Emil cuando la flota llegó a las costas de las tierras del segundo lord.
__ Si nos vamos a enfrentar a los Señores del Caos, mejor que sobren hombres a que falten.__ replicó Lord Emil.
__ Eso es cierto.
Mientras los dos lores conversaban, Alexis trataba de convencer a Sara de que se quedara en el castillo. Sin embargo, la joven, que ya había tenido una fuerte discusión con su tía al respecto, no quiso oír ni una palabra.
__ Insisto en que deberías quedarte en el castillo.__ gruñó el licántropo.
__ ¡Yo quiero ayudar!__ replicó Sara cruzándose de brazos.
Alexis miró a los demás, pidiéndoles su ayuda para convencerla de que se quedara; sólo ganó una profunda decepción.
__ Pienso que si ella desea ayudar, puede hacerlo.__ dijo Lyra mientras Brian asentía.
__ De todos modos, ya te encargarás tú de protegerla.__ añadió Ariel con una sonrisa.__ ¿O me equivoco, lobito?
Alexis suspiró resignado al verse solo mientras Sara les agradecía a los demás su ayuda con una sonrisa.

Tras varios días de preparación, las flotas de los nobles partieron rumbo a las tierras de Lord Rendall a través del intenso y violento oleaje del mar.
__ Es extraño.__ dijo Alexis mientras las olas zarandeaban las embarcaciones.__ Estas aguas nunca han sido tan violentas.
__ Todo esto lo están causando los poderes de los Señores del Caos.__ explicó Ithuriel.__ Toda la naturaleza está alterándose debido a la existencia de esos hechiceros.
Lyra se apoyó al lado de Sara con el rostro pálido.
__ No…me gusta…ir en barco.__ declaró la Inquisidora llevándose las manos a la boca.
Ithuriel se apartó y le preguntó a Alexis:
__ ¿Cómo piensas derrotar a esos hechiceros, muchacho?
__ Si tengo la Dragsil, no será ningún problema.__ replicó el joven.
__ No seas ingenuo.__ le reprochó Ithuriel.__ Aunque poseas la Dragsil, los Señores del Caos no te permitirán que la uses contra ellos; no te imaginas el gran poder que tienen.
__ Pero ya han muerto dos de ellos.__ indicó Sara.
__ Por simple suerte.__ declaró el hechicero.__ No estáis preparados para enfrentaros a los poderes combinados de los Señores del Caos.
Alexis miró al hombre con dureza.
__ ¿Y qué propones que hagamos?
__ Un entrenamiento intensivo en lo que dure este viaje.__ respondió Ithuriel.
Antes de que ninguno de los jóvenes pudiese preguntar siquiera a qué se refería, fueron engullidos por un portal que el hechicero abrió con su magia.
__ ¡¿Qué has hecho con ellos?!__ exclamaron Ariel y Brian.
__ Les he enviado a una dimensión paralela.__ respondió el hechicero.__ Allí adquirirán más poder para lograr alcanzar el nivel de los Señores del Caos.

__ Maldito hechicero.__ gruñó Alexis al despertar en un bosque de árboles muertos.__ ¿Dónde estoy?
Dio vueltas sobre sí mismo para explorar los alrededores pero lo único que había eran árboles podridos, sin hojas y delgados.
__ ¡Hechicero, ¿qué es lo que quieres que haga?!__ gritó el licántropo.
__ Lamentarás saber la respuesta a esa pregunta.__ dijo una voz cruel y fría tras él.
Al volverse, Alexis se sorprendió al ver a un gran lobo antropomórfico negro, de gran musculatura, acercándose a él con una sonrisa de colmillos brillantes y afilados.
__ ¿Quién eres tú?__ le preguntó el joven lord.
La criatura se detuvo y se rió.
__ ¿No me reconoces?__ le preguntó al chico.__ No, espera, que reformulo la pregunta. ¿No te reconoces, Alexis?
Alexis abrió los ojos de la sorpresa al verse a sí mismo en su estado transformado.
__ No es posible.
__ En esta dimensión, sí lo es.__ replicó el lobo mientras flexionaba sus garras y sus extremidades.__ No tienes ni idea de lo aliviado que me siento al estar, aunque sea por un tiempo limitado, separado de ti. Claro que tú también debes de estar contento por no escuchar mi voz en tu cabeza.
Dicho aquello, el lobo se arrojó sobre Alexis con una velocidad que el lord no pudo seguir y le dio un fuerte puñetazo que le mandó volando contra un árbol.
__ No…no lo entiendo.__ susurró el joven mientras escupía sangre.__ No te he visto moverte. ¿Es que te has hecho más rápido?
__ No, Alexis; eres tú el que se ha vuelto lento.__ replicó el lobo al tiempo que aparecía a su lado y le daba una patada con tanta fuerza que los huesos del joven crujieron.
Con una cruel risa, la bestia cogió a Alexis del cuello y lo alzó para darle un fuerte mordisco en el brazo derecho.
__ Si te preguntas el porqué de que no poseas las facultades físicas de siempre, se debe a que yo ya no estoy unido a ti.__ le susurró al oído, echándole el olor de la sangre en el rostro.__ Aunque no te guste admitirlo, tú dependes de mí.
Arrojó al joven al suelo y le abrió cinco profundas heridas en el pecho con sus garras mientras se tumbaba sobre él.
__ Grita para mí, Alexis.__ le susurró al oído.__ Dame ese placer, vamos.
El lobo comenzó a cortar la piel de su víctima trazando finas líneas sangrientas con sus garras desde las cinco heridas que le había causado, convirtiendo el pecho del joven en una telaraña de ríos de sangre. Mientras se deleitaba con los gritos de agonía de Alexis, deslizó su lengua sobre el pecho, desprendiendo los fragmentos de piel del cuerpo del chico y masticándolos.
“Me…está…devorando.” comprendió Alexis, cuyo pecho había quedado despellejado.
Trató de apartar a la bestia de él pero la pérdida de sangre le había debilitado demasiado como para poder apartarla.
“¡No pienso permitirlo!” pensó con rabia mientras el lobo profundizaba en la herida. “¡No voy a dejar que esta bestia me domine!
Ocupado como estaba devorando a Alexis, el lobo no vio la mirada de furia y poder del joven.

Mientras tanto, Sara corría por toda la pradera en la que había despertado para esquivar las bolas de fuego que el fénix le lanzaba sin cesar.
__ ¡Correr no te servirá de nada contra los Señores del Caos, muchacha!__ le gritó el ave.__ ¡Debes afrontar la amenaza por muy extenuada y herida que te encuentres!
Sara se ocultó tras una roca, jadeando tras estar corriendo durante horas, y se examinó las leves quemaduras que los ataques del fénix.
“No sé cuánto podré aguantar a este ritmo.” pensó desesperada. “Me pregunto cómo le irá a Alexis.

Ithuriel observaba la agitación del mar mientras los dos jóvenes se enfrentaban al complicado entrenamiento que les había impuesto.
“Debéis llevar vuestros cuerpos y vuestras mentes.” les dijo mentalmente. “Si no lográis soportar el entrenamiento, no tendréis ninguna posibilidad contra los Señores del Caos.”
El capitán del barco le había informado de que tardarían aproximadamente diez días en llegar a su destino. Como el tiempo fluía más rápidamente en la otra dimensión, un día en el mundo real equivalía a diez días en el allí, Sara y Alexis tendrían que sobrevivir aproximadamente cien días de entrenamiento.

 

XXXI​

Tras diez días luchando contra las olas, la flota llegó a las costas de las tierras de Lord Rendall.
__ ¿Cómo han podido causar tantos daños en tan poco tiempo?__ se preguntó Lord Asriel mientras las tropas desembarcaban.
Lord Emil no respondió; sólo permaneció en silencio y observó toda la destrucción con expresión solemne.
Ithuriel murmuró un hechizo y el vórtice que se había llevado a Alexis y Sara se abrió de nuevo, trayendo de vuelta a los dos jóvenes.
__ ¡¿Qué os ha pasado?!__ exclamó Lyra al acercarse a ellos para saludarles.
Tanto Sara como Alexis habían sufrido cambios más que notables como consecuencia del rápido flujo del tiempo de la otra dimensión. Sus cabellos habían crecido sin control y algunos de sus mechones se habían vuelto blancos; además, los dos jóvenes presentaban numerosas cicatrices, recuerdo de las dificultades por las que habían pasado durante los cien días de entrenamiento.
__ Estáis muy cambiados.__ observó Ariel.__ Juraría que ahora sois más altos que hace diez días.
__ ¿Qué os ha ocurrido?__ les preguntó Brian.
Sara miró a su amigo y le sonrió mientras decía:
__ Mejor que no lo sepas.
Alexis, cuyos ojos parecían mostrar más ferocidad de la que nunca habían mostrado, señaló a Ithuriel y le gruñó:
__ Tú y yo tenemos que mantener una “charla”, hechicero.
Ithuriel simplemente se encogió de hombros y empezó a caminar al lado de las tropas de los lores mientras el licántropo le observaba furioso.
__ Os juro que le haré papilla.
Sara se abrazó a él para calmarle.
__ Déjale. Al fin y al cabo, hemos salido vivos de esa dimensión y volvemos a estar juntos.
Alexis inspiró profundamente y expiró para tranquilizarse mientras correspondía al abrazo de la chica.
__ Vale, dejad los arrumacos para cuando logremos superar esta crisis.__ les reprochó Ariel, obligándoles a separarse y a caminar con los demás.
__ Eso si sobrevivimos.__ matizó Lyra.
__ Eso es optimismo y lo demás son tonterías, Inquisidora.__ dijo Brian con sarcasmo.

Medsa y Laurent observaban las llamas consumiendo el pueblo que habían atacado hacía pocas horas.
__ Ya no tenemos nada que hacer aquí.__ declaró la joven Señora del Caos mientras se cubría el ojo derecho con su parche y empezaba a alejarse de la destrozada villa.
Laurent, tras permanecer quieto mirando fijamente el incendio durante unos minutos, empezaba a caminar tras su compañera cuando percibió un olor que ya había percibido en una ocasión anterior.
__ ¿Sucede algo?__ le preguntó Medsa al ver que Laurent se había detenido.
__ ¡Nada, nada!__ mintió el joven, repentinamente alegre.__ ¡Volvamos con los demás!
Y empezó a caminar con pasos livianos mientras Medsa le seguía poniendo el ojo en blanco por el extraño cambio en la actitud de su compañero.

Cinco días después de desembarcar, las tropas de Lord Emil y Lord Asriel llegaron al castillo de Lord Rendall, situado en el corazón de aquellas tierras muertas.
__ ¿Cómo es posible que hayan causado tanta destrucción en tan poco tiempo?__ le preguntó Asriel al señor del castillo.
__ No os lo podéis ni imaginar.__ replicó Rendall.__ Tormentas de arena, tempestades, incendios, bestias demoníacas…Es como si hubiesen desatado el infierno sobre mis tierras.
__ Sí que podemos imaginarlo.__ dijo Alexis.__ Ya nos hemos enfrentado a tres Señores del Caos, cuatro si contamos a Karen, y han demostrado tener poderes inimaginables.
__ No como los que han desatado contra nosotros.__ dijo Lord Farraway.__ Y me parece que no os han atacado en grupo.
En ese momento, la puerta de la sala se abrió y un grupo de hombres vestidos con túnicas blancas y con el emblema del dios Suxen colgando de sus cuellos.
__ Oh, no.__ susurró Lyra, que retrocedió un poco como si quisiera ser invisible.
__ ¿Qué ocurre?__ le preguntó Ariel.
Antes de que la Inquisidora pudiese contestar, el joven que iba al frente se acercó a ellos y miró a la chica con una sonrisa burlona.
__ No esperaba encontrarte aquí, Lyra.
__ Yo a ti tampoco, Leo.__ replicó Lyra sonriendo forzosamente. Cuando el hombre se hubo alejado, les explicó a los demás: __ Él es el que más se opuso a la idea de que yo me convirtiera en Inquisidora.
Mientras tanto, Lord Emil discutía acaloradamente con Lord Rendall.
__ ¿Sabes el peligro que pueden suponer los Inquisidores para mi hijo? ¿Cómo se te ha ocurrido llamarles?
__ Te aseguro que no tengo nada que ver con la presencia de los Inquisidores, Emil.__ le dijo Rendall.__ Jamás pondría a tu hijo en semejante peligro.
Lord Asriel apoyó una mano en el hombro de Lord Emil para que soltase a Rendall.
__ Lo más probable es que Gaia les haya enviado por iniciativa propia; sería extraño que se mantuviera al margen mucho más tiempo con los Señores del Caos amenazando el reino.__ le dijo para hacerle entrar en razón.
Lord Emil soltó a Lord Rendall y suspiró.
__ Lo lamento, amigo.__ dijo teniéndole la mano, que la aceptó sin tardar.
__ No pasa nada. Supongo que todos estamos un poco nerviosos en estos tiempos.
De pronto, todo el castillo se sacudió y uno de los guardias entró corriendo en el salón.
__ ¡Señor, nos atacan!__ informó el soldado unos instantes antes de que una gran bola de fuego atravesara el techo y le aplastara.
Todos los presentes corrieron hasta salir al exterior, donde las tropas estaban siendo sometidas por una lluvia de bolas de fuego y el ataque de unas extrañas bestias gigantescas.
__ Puedo sentirlos.__ dijo Sara.__ Los Señores del Caos están muy cerca.
La chica realizó un movimiento de despeje con las manos y las llamas que se abalanzaban sobre el grupo se dispersaron.
__ ¿Cómo has hecho eso?__ le preguntó un impresionado Brian.
__ Entrenamiento.
Los Inquisidores liderados por Leo se adelantaron y emplearon su poder celestial para acabar con las bestias.
__ Presuntuosos.__ gruñó Lyra, celosa de la diferencia de poder ofensivo entre ellos y ella.
Una bola de fuego chocó contra el castillo, provocando un derrumbamiento de rocas que cayó sobre los compañeros. Sin embargo, la Inquisidora logró desviarlas creando un escudo con su poder.
Alexis se arrojó contra un escorpión gigante que se había acercado peligrosamente a ellos y le dio un fuerte puñetazo. Mientras el cuerpo del animal reventaba, el licántropo escuchó unos silbidos acercándose por su espalda y saltó a un lado para esquivar la lluvia de afilados cristales.
__ Laurent.__ susurró al ver al sonriente Señor del Caos volando sobre el campo de batalla.
__ Me alegro de volver a verte, Alexis.__ dijo Laurent mientras le saludaba con entusiasmo.
__ No puedo decir lo mismo.__ replicó el joven lord con desprecio.
El Señor del Caos pareció entristecerse un poco por esa actitud pero se recuperó enseguida y lanzó una segunda lluvia de cristales, que el licántropo esquivó fácilmente.
__ ¡Vas a pagar por todo lo que habéis hecho!__ gritó Alexis mientras daba un gran salto.
Laurent se sorprendió al perder de vista a su adversario por un momento y verlo aparecer ante él.
__ ¡Te has vuelto más rápido!__ gritó cubriéndose con las alas antes de que Alexis le diera un puñetazo y le hiciese chocar contra el suelo.__ Y más fuerte…ay.
__ Me he estado entrenando para enfrentarme a vosotros.__ dijo Alexis mientras se posaba con suavidad en el suelo.
Laurent se incorporó mientras Medsa le miraba desde el aire furiosa.
__ ¡No pierdas el tiempo, Laurent!__ le gritó la joven, que se quitó el parche y liberó una gran cantidad de bestias aladas.
Las criaturas invocadas se abalanzaron sobre los soldados pero fueron destruidas por el fénix de Ithuriel.
__ Ha pasado mucho tiempo, Medsa.__ dijo el hechicero.
Medsa le miró fríamente e invocó una nueva horda de monstruos, que también fue destruida por las llamas del ave.
__ No lograrás nada, Medsa; no eres más poderosa que yo.
__ Tú pareces olvidar que puedo invocar un ejército de monstruos las veces que quiera.__ replicó la Señora del Caos.
Y un nuevo ejército de bestias apareció para luchar contra el fénix de Ithuriel.

Mientras tanto, los Inquisidores de Leo, apoyados por Lyra, utilizaban sus poderes para bloquear los potentes azotes de arena de Sun.
__ ¡¿Por qué nos ayudas?!__ le gritó Leo a la chica, tratando de mantener sus defensas para resistir la tormenta.
__ ¡Porque, aunque nos llevemos mal, ambos somos Inquisidores y debemos ayudar a la gente!__ respondió Lyra, que empleó más energía para fortalecer su escudo frente al ataque del Señor del Caos.
__ ¡Un momento muy emotivo pero no lograréis soportar mis poderes por mucho que os ayudéis los unos a los otros!__ gritó Sun, fortaleciendo la tempestad de arena.

Sara también tenía problemas debido a la aparición de Ignis, que estaba arrojando contra ella una intensa corriente de fuego, que la chica bloqueaba con una fuerte corriente de viento.
__ Eres buena.__ comentó Ignis mientras dejaba de arrojar su ataque.__ A ver si puedes parar esto.
Sus alas estallaron en llamas y varias bolas de fuego se arrojaron contra Sara, que las detuvo elevando un fragmento de suelo.
__ ¡Muere!__ gritó Ignis, dando un fuerte pisotón al suelo.
El terreno tembló violentamente y se llenó de grietas, de las que salieron ardientes columnas de fuego que calcinaban todo lo que encontraban indiscriminadamente.
Para ayudar a los soldados que empezaban a ser calcinados por el ataque del Señor del Caos, Sara elevó los brazos al cielo y gritó:
__ ¡Aparece, Undine!
De la nada surgió una gran cantidad de agua que tomó la forma de una criatura mitad pez y mitad sirena completamente hecha de agua.
__ ¡Apaga todas las llamas!__ le pidió Sara.
Undine asintió y creó una gran ola de agua que recorrió el campo de batalla, eliminando cualquier rastro del incendió causado por Ignis. Cuando hubo apagado todo el fuego, la criatura dirigió la masa de agua contra el hechicero y le derribó con gran fuerza.
__ ¡Maldita seas, mocosa!__ gritó el Señor del Caos mientras una gran energía mágica surgía de su cuerpo y una enorme esfera de fuego se formaba sobre él.
De pronto, y para sorpresa de los dos luchadores, la Dragsil apareció en la mano de Sara, que la arrojó con fuerza contra Ignis. La daga giró numerosas veces en el aire y se clavó en la frente del hechicero, donde se encontraba incrustado el zafiro. El hombre gritó y se retorció de dolor mientras las llamas azules consumían su cuerpo. La esfera de fuego que había creado estalló y Sara fue derribada por la onda expansiva, dejándola inmóvil debido al fuerte golpe que recibió en la cabeza.
Al desaparecer el cuerpo de Ignis, la Dragsil permaneció flotando en el aire y apareció en el cinto de Alexis, de donde había desaparecido.

Desde su escondite, Death sintió la muerte de Ignis y sonrió satisfecho. Envió un mensaje telepático a los Señores del Caos que estaban atacando el castillo y les ordenó que se retiraran.

Recibiendo el mensaje de su líder, Sun dejó de luchar contra los Inquisidores y despareció en medio de un tornado de arena.
__ ¡Laurent, ¿no has oído la llamada de nuestro líder?!__ le gritó Medsa al joven, que seguía enzarzado en un combate cuerpo a cuerpo con Alexis.
Al ver que Laurent no le hacía caso, Medsa bufó irritada y desapareció.

Los dos combatientes se separaron jadeantes, mirándose a los ojos en gesto de desafío.
__ Alexis, ¿por qué luchamos?__ le preguntó el Señor del Caos al licántropo.__ ¿No te das cuenta de que no tiene sentido?
__ ¿De qué estás hablando? Tú estás intentando destruir este mundo.
Laurent negó con expresión triste.
__ Eso es un malentendido que toda la gente tiene con nosotros. Los Señores del Caos únicamente estamos tratando de construir un mundo mejor.
__ ¿Esa es la excusa que usáis para justificaros?__ le preguntó Alexis con desprecio.__ ¡Deja de hablar y pelea!
El Señor del Caos suspiró con pesar y le dijo:
__ No quiero pelear contigo, Alexis. ¿Por qué no te unes a nosotros? Podría habla con Death; comentarle tu caso. Estoy seguro de que no le importará aceptarte.
__ ¡No pienso unirme a gente como vosotros!
__ ¿No te das cuenta de que tú y yo somos iguales?
__ ¡No nos parecemos en nada!
Laurent volvió a suspirar y su cuerpo empezó a transformarse ante la asombrada mirada de Alexis y los demás.
__ ¿Comprendes ahora a qué me refiero cuando digo que somos iguales?__ le preguntó el licántropo de pelaje blanco.__ Tú y yo hemos crecido bajo la misma maldición; por esa razón no deseo pelear contra ti.
Alexis permaneció inmóvil, todavía perplejo por la revelación.
__ Piensa bien lo que te ofrezco.__ le dijo Laurent, cuyos ojos de lobo mostraban una mirada triste.__ No quiero que seamos enemigos. Piénsalo y dime tu respuesta en nuestro próximo encuentro.
Y dicho aquello, desapareció.

 

XXXII​

__ Hacía tiempo que no te veía con esa forma, Laurent.__ dijo Cynthia al ver al licántropo blanco regresando junto con los demás Señores del Caos.__ Tengo curiosidad por ese chico que te ha obligado a transformarte. Tal vez merezca la pena luchar contra él.
Los ojos de lobo de Laurent se clavaron en la mujer, brillando de rabia.
__ Ni se te ocurra acercarte a él, Cynthia.__ le gruñó mientras le mostraba sus colmillos.__ Alexis es mío.
Sin embargo, no logró amedrentar a la hechicera, que replicó desafiante:
__ Eso ya lo veremos.
Harto de la discusión de los dos jóvenes, Yami golpeó el suelo con su cayado y exclamó:
__ ¡Dejad de decir tonterías! Laurent, Death desea verte.
Tras dedicarle a Cynthia una mueca burlona, Laurent subió las escaleras para llegar a la sala que Death estaba ocupando.
__ ¿Queríais hablar conmigo, señor?__ preguntó tras llamar a la puerta y entrar haciendo una reverencia.
__ No hace falta que seas tan formal conmigo, Laurent.__ dijo Death mientras se levantaba y se acercaba al licántropo.
__ Pero soy su lugarteniente.__ replicó Laurent.
__ Y por encima de eso somos amigos.
Laurent sonrió al recordar que Death le había salvado de una muerte segura cuando ninguna otra persona lo hubiese hecho.
__ ¿No estás enfadado por haber fallado en el ataque al castillo?__ le preguntó el lobo.
__ No es una derrota importante.__ dijo Death, que volvió a sentarse en su sillón.__ Pero estoy seguro de que el castillo habría caído en muy poco tiempo si hubieses utilizado todo tu poder; al fin y al cabo, tú eres el Señor del Caos más poderoso después de mí. Tengo curiosidad por saber la razón por la que te contuviste.
En ese momento, Laurent sintió el poder de su señor removiendo sus recuerdos y dejó que Death obtuviese la información directamente de su mente.
__ Ya veo.__ dijo el hechicero al examinar el contenido de los recuerdos de su lugarteniente.__ ¿Así que hay otro licántropo? Ahora entiendo porqué no te empleaste a fondo.
__ No me sentía capaz de matar a alguien que había pasado por lo mismo que yo.__ se explicó Laurent con algo de vergüenza.
Death le miró fijamente y declaró:
__ Es comprensible pero no tendrás que preocuparte por eso. ¡Shadow!
Una de las sombras proyectadas por la luz de las velas cobró vida y se acercó a Death, que sacó una joya azul de su ropa y se la entregó mientras le susurraba algo al oído. El Señor del Caos asintió y volvió a desvanecerse entre las sombras,
__ ¿Qué era eso?__ le preguntó Laurent a Death, que sonrió satisfecho.
__ Algo que hará que ese chico venga a nuestro lado.

Preocupada al no ver a Alexis en la celebración por la muerte de otro de los Señores del Caos, Sara recorrió el castillo en su busca hasta que le encontró en una de las habitaciones reservadas a los invitados.
__ ¿Qué haces aquí solo?__ le preguntó mientras se acercaba a él, que permanecía de pie frente a la ventana.
__ Quería meditar.__ respondió Alexis apesadumbrado.
__ ¿Sobre Laurent?
__ ¿Tan evidente es?
Sara abrazó al licántropo por detrás y respondió:
__ No pero supongo que es lo más lógico.
__ No logro comprenderlo.__ dijo Alexis, que dejó que la chica deslizase sus manos por su cuerpo.__ No sólo se transformó a plena luz del día, sino que tenía completo control de sí mismo.
Sara sintió la furia de su compañero y trató de imaginarse lo frustrante que debía de resultar toda aquella situación para él.
__ No irás a hacer alguna locura como ir a por él, ¿verdad?__ le preguntó temiéndose lo peor.
Sin embargo, Alexis se volvió y la sorprendió besándola con pasión.
__ Ahora mismo, sólo quiero cometer una locura contigo.__ le susurró al oído tras separar sus labios de los de la chica.
Sara le miró perpleja pero no tardó en aceptar la ferocidad con la que su novio la abrazaba y la besaba. No obstante, Alexis se detuvo repentinamente cuando un horrible dolor recorrió su cuerpo.
__ ¿Qué te ocurre?__ le preguntó Sara, alarmada al ver al lord encogiéndose de dolor.__ ¿Quieres que te traiga el tónico que preparó Galeno?
__ ¡Esto no son mis cicatrices!__ replicó Alexis cuando sus huesos comenzaron a crujir al transformarse.
Sara empezó a retroceder hacia la puerta mientras la imagen de Alexis se transformaba en la de la inmensa bestia, que la observó con sus fieros ojos dorados antes de abalanzarse sobre ella.
La chica salió corriendo por el pasillo, con el lobo, que había hecho pedazos la puerta con su cuerpo, corriendo tras ella.
__ ¡Sara, ¿qué ocurre?!__ le preguntó Lyra, que apareció al final del pasillo con los demás.
La Inquisidora reaccionó instintivamente y creó un escudo alrededor de Sara, protegiéndola de la fiera.
__ ¡¿Cómo es posible?!__ gritó Ariel.__ ¡Hoy no hay luna llena!
El lobo se incorporó y rugió en dirección a los compañeros mientras avanzaba con terribles intenciones. Sin embargo, una esfera de luz azul le golpeó en el pecho y le abrió una inmensa herida.
__ ¡Leo, detente!__ le gritó Lyra al Inquisidor al ver que iba a lanzar otro ataque.
La joven le golpeó en el brazo y logró desviar la trayectoria del ataque, que hizo estallar una de las armaduras que decoraban el pasillo.
__ ¡¿Cómo te atreves a proteger a ese monstruo?!__ gritó Leo.__ ¡¿Esto es una traición declarada por tu parte, Lyra?!
Ariel acudió en defensa de la Inquisidora y replicó:
__ ¡No puedes matarlo! ¡Ese lobo es Alexis!
Leo le miró furioso y declaró:
__ ¡Es un monstruo y debe morir por ello!__ chilló Leo.__ ¡Inquisidores!
Sara observó horrorizada como los ataques de los hombres de Gaia impactaban en el cuerpo de la bestia, que rugió de dolor y furia y cayó malherido al suelo.
__ ¡Alexis!__ gritó mientras corría hacia él esquivando a sus compañeros, que intentaron detenerla.
Pero antes de que pudiese llegar hasta Alexis, un gran lobo blanco resplandeciente se interpuso en su camino y le gruñó a modo de advertencia.

Al mismo tiempo que la pelea tenía lugar en el pasillo, Laurent apareció en la habitación y registró la ropa destrozada de Alexis hasta encontrar lo que buscaba: la Dragsil.
Tras conseguir el arma, el Señor del Caos se teletransportó hasta el bosque, donde Shadow disfrutaba escuchando el escándalo que había provocado.
__ Nuestro señor estará más que satisfecho.__ se rió Shadow al ver que Laurent portaba la Dragsil.
__ ¿Qué es lo que Death te dio?__ le preguntó Laurent.__ ¿Qué es lo que le ha pasado a Alexis?
Shadow se rió con crueldad.
__ Tranquilo, Laurent; tu amor está bien. Death me dio una joya que ha despertado a la bestia que lleva dentro.
__ ¿Y qué pretendía lograr con eso?
__ Al perder el control, ese animal matará a todos los que le rodean, incluyendo a la chica de la que está enamorado. De ese modo, él será todo para ti.
Shadow estaba tan ocupado regodeándose que no vio la mirada furiosa de Laurent ni como éste apretaba con fuerza la empuñadura de la daga.
__ Dime una cosa, Laurent: ¿quién de vosotros va a ser la chica?__ se mofó Shadow.__ Vosotros dos debéis de ser unas fieras en la cama con todo ese asunto de los lobos.
El hechicero a penas tuvo tiempo de soltar una carcajada antes de que Laurent le degollase con la Dragsil, cortando el zafiro que contenía el alma de Shadow, que le miró asombrado.
__ No soporto que se burlen de mi orientación sexual, Shadow.__ le explicó Laurent con frialdad.__ Tampoco me gusta que hablan de ese modo de mi maldición. Y tampoco me gustan los crueles métodos de los Señores del Caos.
Antes de que Shadow pudiese luchar, su cuerpo se convirtió en cenizas, entre las que se encontraba la joya que Death le había entregado. Laurent la aplastó con el pie y la hizo pedazos.
__ Ahora te toca a ti proteger a Alexis, chica.__ susurró antes de desvanecerse.

Sin razón aparente, el lobo blanco se desvaneció al mismo tiempo que Alexis volvía a ser humano.
__ ¡Alexis, ¿estás bien?!__ le preguntó Sara mientras se arrodillaba a su lado.
El joven trató de hablar pero de su boca sólo salió sangre.
__ ¡Lyra!__ gritó la chica.
La Inquisidora se alejó de Leo y se arrodilló junto a Alexis para tratar sus heridas.
__ ¡No puedes curarle!__ exclamó Leo, indignado por su actitud.__ ¡Serás considerada una traidora! ¡Yo mismo le comunicaré a Gaia lo que has hecho!
__ Si es lo que tiene que pasar, que pase.__ declaró Lyra sin apartar la mirada de su trabajo.
Leo se arregló la túnica y se marchó furioso, seguido por sus compañeros.
Sara no pudo hacer más que abrazar a Lyra para agradecerle que estuviese sacrificando aquello por lo que tanto había luchado para ayudarles.

__ No entiendo la razón por la que sigues tan fielmente a es Ithuriel, Laurent.__ dijo la proyección del lobo interior del Señor del Caos.
__ No es que le siga.__ replicó Laurent, que estaba tumbado en la cama de su habitación.__ Es sólo que perseguimos el mismo objetivo: destruir a los Señores del Caos.
El lobo resopló irritado y le preguntó:
__ ¿Uniéndote a ellos como espía de ese Ithuriel y su fénix? ¿Arriesgándote a ser descubierto por Death, que no dudará en matarte si es necesario?
Laurent se incorporó y acarició la cabeza del animal.
__ Agradezco tu preocupación, Zarpas, pero a veces hay que arriesgarse para lograr un objetivo.
__ No estoy preocupado.__ replicó el lobo mientras se tumbaba para echarse una siesta.
El Señor del Caos sonrió. Ese viejo lobo nunca cambiaría.

 

XXXIII​

Gaia escuchó en silencio la información que Leo y los demás le transmitieron al llegar a la capital.
__ ¿Estás seguro de lo que dices acerca del hijo de Lord Emil, Leo?__ le preguntó el Sumo Sacerdote al Inquisidor.__ No quisiera que nuestra imagen se viera afectada por lanzar falsas acusaciones a uno de los trece lores del rey.
__ Todos nosotros lo vimos.__ afirmó Leo mientras sus compañeros asentían.
Gaia se levantó de su mesa y se acercó a la ventana, desde donde vio la puesta de sol, que teñía el cielo de un color rojo intenso.
__ Lo que me has contado me recuerda las historias de personas que aparecieron despedazas y mutiladas en las tierras de Lord Emil.__ dijo ásperamente.__ Todos hablaban de una extraña bestia que vivía libre en esos bosques; parece que no se equivocaban.
A través de las rendijas de su máscara, los Inquisidores pudieron ver un destello de determinación y furia.
__ Volved al castillo de Lord Rendall y matad a la bestia.__ les ordenó.__ No podemos permitir que un ser tan cruel y sanguinario siga viviendo.
__ ¿Y qué hacemos con sus compañeros?__ le preguntó Leo.
__ Aquellos que ayudan a los seres abrigados por la oscuridad son tan malvados como los propios seres oscuros.__ declaró Gaia con desprecio mientras se sentaba de nuevo.__ Sin embargo, Lyra debe recibir un castigo muy severo por atreverse a traicionarnos por los enemigos de la luz de Suxen. Y esa tal Sara, que mancilla su cuerpo y su alma manteniendo relaciones sexuales con esa criatura, debe ser traída ante mí y condenada a morir en el fuego para purificarla y permitirle que pueda unirse a Suxen.
Los Inquisidores asintieron y abandonaron el despacho del Sumo Sacerdote para cumplir su cometido.

“Excelente, todo se está cumpliendo según lo planeado.” pensó Death, que había observado y escuchado la conversación a través de su proyección astral.
En ese momento, el lobo interior de Laurent se materializó ante él.
__ ¿Qué ocurre, Zarpas?__ le preguntó el Señor del Caos mientras hacía que su proyección astral se desvaneciese.
__ Laurent me envió a vigilar a Shadow por si cometía alguna estupidez.__ le explicó el lobo con un gruñido.__ Y vaya si la cometió; tal estupidez que acabó asesinado por ese Alexis y sus amigos.
Death se concentró y descubrió que, efectivamente, la energía de Shadow había desaparecido.
__ ¿Cómo ha ocurrido?__ le preguntó al animal.
__ Al parecer no se conformó con hechizar a Alexis.__ respondió Zarpas mientras se rasca la oreja derecha con su pata trasera.__ El muy estúpido trató de robar la Dragsil pero acabó atravesado en el intento.
Y sin dar más explicaciones, el animal se desvaneció.
“Eso está bien, Alexis.” pensó Death con satisfacción. “Sigue alimentando a la Dragsil con los poderes de los Señores del Caos porque algún día todo ese poder será mío.”

Cuando Alexis despertó, se encontró acostado en la cama de la habitación donde había estado antes de su transformación. Sara dormía sentada en una silla, apoyando su cabeza sobre el torso del joven, que deslizó una mano por el largo cabello de la chica, que se despertó con aspecto somnoliento.
__ ¡Menos mal que estás bien!__ exclamó Sara mientras abrazaba con fuerza al licántropo.__ ¡Lyra te curó las heridas pero no despertaste! ¡Me tenías muy preocupada!
Alexis se incorporó lentamente y apartó con suavidad a Sara, que le observó extrañada por la frialdad que el noble estaba mostrando.
__ Volvió a ocurrir.__ susurró al ver los arañazos en el cuerpo de Sara.__ Te volví a atacar.
__ No son nada; sólo unos rasguños.__ dijo Sara con una sonrisa para tranquilizarle.__ Estoy bien.
La chica trató de besar a Alexis pero el joven la detuvo.
__ ¿Qué te ocurre?__ le preguntó Sara, que empezaba a asustarse por la actitud taciturna de Alexis.
__ No estás bien.__ declaró el licántropo.__ No lo estarás mientras sigamos juntos.
__ ¿Qué…qué quieres decir…con eso?
Alexis fijó sus ojos dorados, llenos de tristeza, en los ojos castaños de Sara, y dijo:
__ Creo que no debemos volvernos a ver.
Aquellas palabras se clavaron profundamente en el corazón de la chica, que se apartó de Alexis con expresión dolida.
__ ¿Por qué?__ le preguntó mientras intentaba contener las lágrimas.__ ¿Es que…ya no me quieres?
__ ¡No es eso!__ exclamó Alexis por aquella ocurrencia.__ ¡Te quiero y siempre te querré! ¡Pero yo no soy conveniente para ti; soy un monstruo que ya te ha herido demasiado!
Sara negó con la cabeza mientras suplicaba en su interior que dejase de decir aquellas palabras; esas palabras que la atravesaban como cuchillas y que le dolían más que cualquier dolor físico que pudiese sentir.
__ ¿Es…eso…lo que…piensas?__ le preguntó a Alexis.
Alexis apartó la mirada, pues no soportaba la tristeza y el dolor que los ojos de la chica mostraban, y respondió:
__ Lo pienso. Lo mejor es que vuelvas a tu pueblo con tu madre y trates de vivir tranquilamente; olvídate de mí y de todo lo que ha ocurrido entre nosotros.
A esas alturas, Sara ya no se veía capaz de retener el llanto y se levantó rápidamente de la silla para salir de la habitación mientras Alexis permanecía sentado en la cama con expresión atormentada.

__ ¡Sara, ¿qué te ocurre?!__ le preguntó Brian a su amiga cuando se cruzaron en el pasillo y vio las lágrimas recorriendo su rostro.
La chica le ignoró y continuó corriendo.
__ ¿Qué le pasará?__ se preguntó Lyra con preocupación.
__ Seguro que tiene algo que ver con Alexis.__ dijo Ariel.
Brian gruñó y apretó el paso hasta llegar a la habitación de la que había salido Sara.
__ ¡¿Qué le has hecho?!__ le gritó a Alexis mientras cogía una flecha y cargaba el arco.
__ ¡¿Estás loco?! ¡Dame eso!__ gritó Lyra al llegar tras él y le quitó el arma de las manos.
Ariel también entró en la habitación y se sentó en la silla en la que había estado sentada Sara.
__ A ver, rompecorazones, ¿puedes decirnos qué has hecho para disgustar a Sara de ese modo?__ le preguntó a su compañero.
Alexis suspiró y respondió:
__ Le dije que lo mejor sería no terminar con lo nuestro.
Sus compañeros le miraron asombrados.
__ Pero si hacéis una pareja fantástica.__ dijo Lyra.__ Sois almas gemelas; y la mitad del tiempo os comportáis como animales en celo.
__ ¿Por qué has roto con ella?__ le preguntó Brian, que trató de ignorar la imagen que las últimas palabras de la ex-Inquisidora habían introducido en su cabeza.__ ¿Es que no es lo bastante buena para ti? ¿Hay alguien más?
Los demás posaron sus miradas perplejas en el chico, que se dio cuenta de lo que había dicho y preguntó:
__ ¿Me estoy comportando como un padre?
Lyra asintió mientras Ariel le hacía un gesto a Alexis para que contestara a la pregunta que Brian le había hecho. Cuando el licántropo les contó lo mismo que le había dicho a Sara, Ariel exclamó:
__ ¡¿Tú eres tonto o qué?!
Alexis le miró, sorprendido por su reacción.
__ ¿Qué?
__ ¿No crees que Sara sabe lo peligroso que puedes resultar?__ le preguntó Lyra.__ Te aseguro que ella lo sabe y que le da igual; sólo quiere estar contigo.
__ Lo sé.__ dijo Alexis mientras se levantaba de la cama y se paseaba por la habitación.__ Yo también quiero estar con ella pero temo que pueda hacerle daño, como lo que ocurrió anoche. ¡Incluso la mordí la noche que descubrió que soy un licántropo!
Al oír aquello, Brian forcejeó con Lyra para intentar recuperar su arco pero la ex -Inquisidora le inmovilizó con su poder sagrado.
__ El mayor dolor que puedes provocarle, y lo has hecho, es acabar con vuestra relación.__ dijo Ariel.__ Piensa bien si merece la pena vivir el uno sin el otro.
Alexis, frustrado, dio un puñetazo en la pared. Por mucho que intentase negarlo, sabía que Ariel tenía razón: no era capaz de vivir sin Sara. Sin embargo, también sabía que podía acabar con ella en una de sus transformaciones. Por lo que parecía, no tenían ninguna esperanza.
“Pero sí la tenemos.” pensó repentinamente mientras recordaba a Laurent.
El Señor del Caos había logrado que sus transformaciones estuviesen sometidas a su voluntad y no a la luz de la luna llena; incluso había logrado suprimir la voluntad de su lobo interior.
“Si Laurent lo logró, ¿por qué no iba a lograrlo yo?” se dijo, sintiéndose más animado por aquella posibilidad.
De pronto, escuchó un sonido de explosión y el grito de dolor y miedo de Sara y se arrojó por la ventana para salvarla mientras los demás corrían por los pasillos.

Al salir del castillo, Alexis encontró a Sara herida y arrestada por los mismos Inquisidores que les habían ayudado a luchar contra los Señores del Caos el día anterior.
__ ¡¿Qué estáis haciendo?!__ les gritó fuera de sí.__ ¡Soltadla!
__ No podemos hacer eso.__ declaró Leo.__ Gaia ha decretado que usted, Lord Alexis, sea exterminado junto con todos sus amigos, especialmente esta chica por haber intimado con un licántropo, usted.
Alexis empezó a correr hacia los Inquisidores.
__ ¡No lo hagas!__ le gritó Sara al ver que sus captores le arrojaban rayos de energía al licántropo.
En ese momento, Lyra, acompañada por los demás, apareció y bloqueó los ataques con un escudo de energía.
__ Lyra, Gaia está muy decepcionado contigo.__ le dijo Leo.__ Tiene un castigo especial preparado para ti.
Uno de los Inquisidores alzó una mano para volver a atacar pero Brian, que había recuperado su arco, disparó una flecha que se clavó en su mano y le evitó lanzar su poder mientras Ariel golpeaba a otro Inquisidor con la empuñadura de su espada.
__ ¡Soltadla!__ volvió a gritar Alexis a los Inquisidores que retenían a Sara mientras sentía su sangre hervir de rabia.__ ¡He dicho que la soltéis u os haré pedazos!
En el momento en que su rabia alcanzaba su cenit, un lobo negro de ojos dorados surgió de su cuerpo y se abalanzó sobre los Inquisidores, despedazándolos con sus colmillos y sus garras.
__ ¿Qué…demonios…?__ susurró Leo antes de morir desangrado.
Sara, rodeada por los cadáveres de los Inquisidores, miró fijamente al animal, cuyos ojos eran idénticos a los de Alexis sólo que llenos de fiereza, sin ningún rastro de la ternura con la que el joven la miraba; los ojos de una bestia.
__ Sara, aléjate de eso.__ le dijo Alexis, llamando la atención del lobo.
__ ¿Eso? ¿Qué forma es esa de dirigirse al ser que te ha acompañado desde que tenías diez años?__ le preguntó el animal, que mostró los colmillos manchados de sangre.
Alexis blandió la Dragsil para amenazar al lobo, que le observaba con una sonrisa de dientes afilados.
__ No te atrevas a hacerle nada a Sara.__ dijo el joven, pues sabía que esa era la intención de la bestia.
__ No podrás contenerme mucho más tiempo, Alexis.__ replicó el lobo.__ A menos que logres domarme por completo, yo acabaré tomando el control y me apoderaré de Sara.
Tras decir aquellas palabras, el lobo se evaporó en un humo negro que se introdujo en el cuerpo de Alexis en el mismo instante en que el Sumo Sacerdote Gaia aparecía en medio de un torbellino de luz.
__ Voy a tener que ocuparme de vosotros personalmente.__ declaró al ver los cuerpos de los Inquisidores.
Con una velocidad asombrosa, Gaia arrojó varias esferas de energía y derribó a todos los compañeros en un abrir y cerrar de ojos. Pero antes de que pudiera darles el golpe de gracia, un gran tornado se formó en el lugar y elevó a los compañeros hacia el cielo.
“Ithuriel.” pensó Gaia al reconocer la energía mágica que estaba provocando aquel fenómeno.
Hubo una fuerte explosión y tres luces se separaron en tres direcciones diferentes; Alexis hacia el norte, Sara hacia el este y los demás hacia el sur.
“Bien, Ithuriel, has logrado posponer sus muertes pero no servirá de nada.” pensó Gaia mientras se quitaba la máscara con forma de águila y mostraba el duro rostro de Death. “A partir de ahora, cada uno de ellos será considerado un criminal. Pronto estallará una guerra civil que dejará todo este reino a merced de los Señores del Caos.”

 

XXXIV​

Lyra se despertó al sentir el escozor del agua salada y el roce de la arena en su cuerpo y se encontró en una playa desierta; sus dos compañeros permanecían inconscientes a pocos metros de ella.
__ ¿Dónde estamos?__ se preguntó la ex-Inquisidora.
Recordaba la inmensa energía mágica que había sentido después de que Gaia les derrotase a todos; después de eso, nada más que oscuridad.
Lyra, Lyra, Lyra.
La chica, sobresaltada por aquella voz, miró a su alrededor para ver quién había hablado. Sin embargo, no había nadie cerca aparte de sus amigos, que seguían inconscientes.
Ve a la montaña.
Como si una fuerza invisible tirara de ella, Lyra comenzó a caminar y se internó en la espesura de la selva que rodeaba la gran montaña que se alzaba a pocos kilómetros.
Caminó hasta llegar a la entrada de una cueva situada en la base de la montaña y de la que salía la luz de unas antorchas colgadas en las paredes.
__ ¡Hola!__ gritó mientras seguía el túnel iluminado por las llamas.
No recibió respuesta pero sabía que allí había alguien; lo sabía por los cánticos que se escuchaban.
De pronto, se encontró en una sala llena de estatuas de oro que representaban al dios Suxen Delante de la estatua más alta, un hombre anciano que se apoyaba sobre un cayado oraba mientras observaba el baile de las llamas de la hoguera que brillaba en el centro de la cueva.
__ Te esperaba, Inquisidora.__ dijo el desconocido al tiempo que se volvía hacia Lyra.
La chica abrió los ojos de la gran sorpresa que se llevó, pues ante ella se encontraba Galeno, el médico que servía a Lord Emil y al que habían dejado en Istar. El anciano vestía las vestimentas propias del Sumo Sacerdote.
__ ¿Qué está pasando aquí?__ se preguntó la joven.

Ithuriel observaba a Sara, a la que había llevado a una cabaña perdida en un bosque del este, mientras la muchacha se removía en la cama a causa de la fiebre y el malestar que toda aquella situación le estaba causando.
__ ¿Estás seguro de lo que dices?__ le preguntó el hechicero al fénix a través de la ventana.
__ Completamente.__ respondió el ave.__ Hay dos vidas creciendo en el interior de Sara; gemelos.
Ithuriel suspiró irritado. ¿Cuánto más iban a complicarse las cosas?
__ ¿A qué viene ese suspiro?__ le preguntó su compañero con curiosidad.__ Pensaba que te alegrarías de ser abuelo.
__ Y me alegro.__ replicó el hechicero.__ Pero es que los dos son muy jóvenes.
__ No son mucho más jóvenes que Isabel y tú cuando concebisteis a Sara.__ le recordó el fénix.
Ithuriel se echó a reír al recibir ese golpe directo del ave; le había dejado sin ninguna posibilidad de réplica.
__ ¿Acaso desearías que Sara no hubiese nacido?__ le preguntó el fénix con seriedad.
__ Nunca podría desear algo así.__ replicó Ithuriel mientras miraba fijamente el rostro de la chica, que tantas similitudes tenía con el de su madre.__ Es sólo que desearía que todo hubiese sido distinto.
__ ¡Como todo el mundo, viejo amigo!__ exclamó el fénix.__ No te preocupes tanto. Tu hija es fuerte; además, tiene a un gran compañero a su lado.
__ ¿Te refieres a Alexis?
__ ¿A quién iba a referirme si no a él? Te lo aseguro, Ithuriel; esos dos están hechos el uno para el otro.__ declaró el ave mientras batía las alas y se preparaba para alzar el vuelo.
Ithuriel sabía que su compañero tenía razón. Sin embargo, notaba ese recelo que todos los padres sentían hacia las parejas de sus hijos. Si a ese chico se le ocurría hacerle algo malo a Sara, se encargaría de mortificarle durante toda su vida.
El fénix se echó a reír al percibir aquel pensamiento y dijo:
__ Resultarás un suegro terrorífico. No te preocupes, amigo; yo les cuidaré para que no les suceda nada malo.
__ Gracias, Suxen.__ le agradeció el hechicero, pronunciando el verdadero nombre de su compañero por primera vez en cientos de años.
El fénix volvió a reír y echó a volar para alzarse hacia el sol, que brillaba intensamente en aquel cielo completamente azul; su magnífico cuerpo se rodeó de un hermoso fuego dorado antes de desaparecer en un rápido destello.

Alexis caminaba por el inmenso paraje helado donde el poder de Ithuriel le había mandado, forzado de vez en cuando por sus captores, unos extraños que ocultaban sus rostros bajo cascos con forma de cabezas de lobo, cuando éstos veían que se detenía.
__ ¿A dónde me lleváis?__ le preguntó al que parecía ser el líder del grupo.
__ Te llevamos ante nuestra reina.__ respondió el hombre sin dar más explicaciones.
Caminaron sin descanso durante horas hasta que una gran fortaleza de cristal se hizo visible a través de las grandes ventiscas que azotaban aquellos páramos. Cuando entraron en la fortaleza, Alexis pudo ver un emblema que no conocía de nada; un lobo aullando a la luz de la luna llena.
Varios de los extraños se detuvieron y el líder obligó al prisionero a seguirle hasta la torre más alta.
__ Majestad, traigo a alguien que le resultará interesante.__ dijo el hombre tras llamar a la puerta de la habitación más lejana, que se abrió por sí sola.
El hombre empujó al joven prisionero al interior de la estancia, donde vio a una mujer a la que estuvo a punto de confundir con Karen debido a la palidez de su piel y el largo cabello blanco si no fuese porque el cabello de aquella mujer desprendiese su propia luz plateada.
__ Vaya, vaya, ¿qué tenemos aquí?__ susurró la reina, que hizo un gesto para ordenar a los lobos que la acompañaban que se fuesen.__ Un joven perdido en mi reino. ¿O debería decir un lobo?
__ No sé de qué habláis, señora.__ mintió Alexis tratando de parecer convencido.
La mujer sonrió y se acercó al joven para susurrarle:
__ No puedes mentir a una diosa; puedo percibir ese olor animal que desprendes a cientos de leguas.
Con sus largas uñas, abrió un corte en la camisa de Alexis y colocó una mano sobre su pecho, cerrando los ojos como si estuviera concentrándose en escuchar algo.
__ Pobre lobo; reprimido por un humano.__ susurró con una nota de tristeza en su voz.__ Que desperdicio de salvajismo, de furia animal. No es agradable ver a un ser tan magnífico siendo limitado de ese modo.
La mujer se acercó más al joven y le empezó a dar tiernos besos en el cuello mientras éste trataba de resistirse. Sin embargo, la presencia de su lobo interior, extrañamente más poderosa por la cercanía de la mujer, se lo impidió.
__ Vamos, cielo, no te reprimas.__ dijo la reina con voz seductora.__ Desata todo ese poder animal que posees, satisfaz tus instintos.
__ No…__ dijo Alexis con dificultad.__ Yo estoy…
La dama le interrumpió besándole en los labios y pudo ver los recuerdos del joven, la mayoría de los cuales giraban en torno a una chica pelirroja.
__ Enamorado.__ concluyó al ver el interior de Alexis.__ Unido a esa muchacha por el corazón…y el cuerpo. Sin embargo, el cuerpo puede compartirse con facilidad; y en lo que respecta al corazón, puedo hacer que la olvides para siempre.
De pronto, la voluntad de Alexis desapareció y el lobo tomó el control, arrojando a la mujer a la cama y montando a horcajadas sobre ella para besarla con pasión mientras la reina le desnudaba con satisfacción. Toda resistencia, todo sentimiento de amor que sentía por Sara fue consumido por el fuego que la mujer había provocado.

Laurent se paseaba nervioso por su habitación, enfurecido con Ithuriel tras averiguar que el hechicero había enviado a Alexis a las tierras de Selene, diosa de la luna, una criatura puramente instintiva. Recodaba lo dispuesto que había estado a renunciar a su humanidad y a aceptar por completo su lado animal para contentarla, sólo para poder sentir la satisfacción de yacer con ella; no habría podido escapar si Ithuriel no le hubiese rescatado. Y sabía que Selene haría lo mismo con Alexis.

Delirando a causa de la fiebre, Sara se encontró en una habitación hecha de cristal, donde vio horrorizada a Alexis acurrucado junto a una mujer de belleza sobrehumana, que percibió su presencia y sonrió con crueldad.
__ Olvídate de él.__ le dijo Selene.__ Ahora es mío.
Sara trató de llamar a gritos a Alexis pero su voz había desaparecido y poco a poco fue engullida por la oscuridad mientras sentía la desesperación corroerle por dentro y un dolor en el vientre.
Todo estaba perdido.

 

XXXV​

__ Me parece que tienes que dar muchas explicaciones, Galeno.__ le dijo una enfadada Lyra al anciano médico.__ Si ese es tu verdadero nombre, claro.
__ Por desgracia, no lo es.__ respondió el hombre mientras se sentaba ante la hoguera.__ Mi nombre es Alexander.
Aquel nombre le trajo a Lyra recuerdos de la época en la que estudiaba para llegar a ser Inquisidora. Alexander era el nombre del primer ser humano que se comunicó con el dios Suxen y que se convirtió en el primer Sumo Sacerdote.
__ Tú deberías estar muerto desde hace cientos de años.__ dijo extrañada.
__ Últimamente hay muchas personas que deberían estar muertas pero que han logrado burlar a la muerte.__ replicó Alexander.__ Digamos que Suxen me bendijo con una vida imperecedera. Pero no tenemos tiempo para contarte mi vida, Lyra; si no nos apresuramos, todo este mundo acabará convirtiéndose en una pura ruina.
__ ¿Te refieres a los Señores del Caos?__ le preguntó la chica.
__ A ellos principalmente, sí.__ respondió el anciano.__ Sin embargo, hay otra fuerza que está esperando el momento para alzarse y destruir este mundo.
__ ¿De qué hablas?
__ No tenemos que preocuparnos de eso por ahora.__ dijo Alexander.__ He venido hasta aquí para hablarte del plan de Death, el líder de los Señores del Caos.
Al escuchar las intenciones del hechicero, Lyra se echó a temblar. Lo que Death deseaba hacer no era posible; y si lo lograse, provocaría un gran daño al mundo.
__ Por favor, dime que lo que me has contado es mentira.__ le suplicó a Alexander.__ Dime que lo que Death intenta lograr es imposible.
El anciano negó con la cabeza.
__ Me temo que sí es posible.__ respondió con pesar.__ Si Death logra hacerse con la Dragsil, adquiriría los medios para alcanzar su objetivo.
__ ¿La Dragsil?__ le preguntó Lyra.__ ¿Qué tiene que ver esa arma con todo esto?
__ La Dragsil fue creada por el propio Suxen a partir de las llamas de su cuerpo y fue entregada a Ithuriel cuando éste decidió luchar contra sus antiguos aliados.__ le explicó Alexander.__ Cuando la daga atraviesa a un ser, absorbe su energía vital y, en el caso de que los poseyera, sus poderes. Death quiere apoderarse de ella para robar toda la energía posible.
En ese momento, Lyra lo comprendió todo. Dentro de la Dragsil ya había grandes cantidades de energía provenientes de los Señores del Caos, además de la energía proveniente de Suxen. Y si absorbiera mucha más energía, se convertiría en el hechicero más poderoso que pudiera existir.
__ Tenemos que avisar a los Inquisidores y a Gaia.__ afirmó a pesar de lo poco que le gustaba la idea de ver al Sumo Sacerdote tras lo ocurrido en el castillo de Lord Rendall.
__ No puedes hacer eso.__ negó Alexander.__ Tanto tus amigos como tú estáis considerados como criminales tras la muerte de Leo y los demás Inquisidores.
__ ¡Entonces avísales tú!
__ No serviría de nada. Me veo en la obligación de informarte de que Gaia no es quien dice ser; sólo es una máscara que Death ha estado utilizando durante años para pasar desapercibido mientras trazaba su plan. Los Inquisidores, que no saben eso, ya no son de fiar.
Lyra se sentó en el suelo, sintiendo como sus esperanzas se desvanecían.
“Las cosas no pueden ponerse peor.” pensó, deprimida.
Pero no podía estar más equivocada.

En el castillo de Alastor, el rey recibió la vista de Death, que permanecía oculto bajo su disfraz del Sumo Sacerdote Gaia.
__ ¡No tenéis ningún derecho a atacar a los hijos de dos de mis lores, Gaia!__ gruñó el rey, que ya había escuchado noticias de lo ocurrido.
__ ¡Por supuesto que tengo derecho si los hijos de esos lores resultan estar aliados con seres oscuros!__ gritó Gaia.__ ¡Lord Alexis es un licántropo y debe ser condenado junto con todos los que se relacionen con él!
Alastor se levantó del trono al mismo tiempo que el Sumo Sacerdote se incorporaba levantaba del sillón en el que estaba sentado.
__ ¡Yo soy el rey!__ gritó el soberano.__ ¡Yo soy el que ejerce el poder en este reino!
__ ¡Pues lo hacéis mal!__ replicó Gaia.__ ¡Ahora veo que el Estado está corrompido y que mi deber es purificarlo!
Los dos líderes se observaron furiosos y gritaron al mismo tiempo:
__ ¡Esto es la guerra!
Gaia desapareció en un torbellino de luces mientras Alastor llamaba a los soldados y les ordenaba enviar mensajes a todos los lores para un consejo de guerra.

Siguiendo la siguiente fase de su plan, Death regresó al templo e hizo que todos los Inquisidores se reunieran ante él para comunicarles que había descubierto que el rey y todos sus lores estaban aliados con la oscuridad y que habían desafiado al dios Suxen.
__ ¡Nuestro deber como los seguidores de Suxen es el de devolver a esas almas perdidas en las sombras al camino de la luz!__ exclamó ante la multitud reunida.__ ¡Se lo debemos a este mundo y a todos sus habitantes!
Completamente engañados por el alter ego del hechicero, Gaia, los Inquisidores estallaron en vítores de apoyo y empezaron a movilizarse para la batalla que se avecinaba.
“Ya falta poco.” pensó Death con satisfacción. “Sólo faltan unos hilos más por mover.”
Se teletransportó al escondite de los Señores del Caos y les informó acerca de los preparativos para la guerra.
__ Cuando los dos bandos estén debilitados por la lucha, entraremos en acción y les aplastaremos; estad preparados.
Los demás hechiceros se marcharon para hacer sus propios preparativos para la batalla; sólo Laurent se quedó quieto donde estaba, mirando a su señor con pesar.
__ ¿Es realmente necesario provocar una guerra de semejante magnitud?__ le preguntó mientras Death tomaba asiento.
__ ¿Tienes algún problema?
__ No, no es eso.__ mintió Laurent a pesar de que sí que tenía un problema con aquel plan.__ Es sólo que es extraño que usted, que sufrió por culpa de las guerras cuando era un niño, quiera provocar la mayor de todas.
__ Verás, Laurent, esta guerra no será nada más que el fin de una era.__ le explicó Death.__ Una vez consiga la Dragsil y el número de muertos sea el suficiente absorberé toda la energía vital y la magia de este mundo; con todo ese poder, ocuparé el lugar de Suxen como dios de este mundo, al que haré renacer como un mundo perfecto y sin conflictos. Siempre lo he dicho: el fin justifica los medios.
Laurent empezó a caminar para salir de la estancia.
__ ¿A dónde vas?__ le preguntó Death.
__ A tomar el aire.
__ Si ves a Ithuriel, salúdale de mi parte.
El licántropo se detuvo mientras un escalofrío recorría su cuerpo de arriba abajo. Al volver la cabeza, vio que Death estaba jugando con una esfera que brillaba con una débil luz blanca.
“¿Sabe que soy un traidor?” se preguntó tratando de mantener la calma.
__ ¿No ibas a tomar el aire?__ le preguntó el hechicero con una sonrisa que no auguraba nada bueno.
__ Sí, claro.
Laurent abandonó la habitación mientras la imagen de aquella esfera aparecía una y otra vez en su mente.
“Espérame, hermano. Te juro que recuperaré tu alma.”

Alexis no sabía lo que le ocurría. Tenía la sensación de que alguien importante para él le estaba esperando en algún lugar pero no deseaba apartarse de la mujer que se encontraba acostada a su lado y le acariciaba.
__ Prométeme que no te irás de mi lado.__ le susurró Selene.
__ Te lo prometo.__ respondió Alexis, que la miraba como si fuese el centro de su mundo.
De pronto, Selene se levantó y le pidió al licántropo que la acompañara al balcón, desde donde observaron un gran ejército moviéndose coordinadamente y haciendo temblar la tierra con su avance.
“Con estas fuerzas y con todo el caos que esos hechiceros van a provocar, derrocaré a mi hermano Suxen y cubriré el mundo de sombras.”

 

XXXVI​

Cuando Lyra y Alexander regresaron a la playa, descubrieron que Ariel y Brian habían recuperado el conocimiento y habían estado buscando a la chica hasta la extenuación.
__ ¿Dónde estabas?__ le preguntó Brian.__ Te hemos estado buscando durante hor…as.
Los dos jóvenes se incorporaron por la sorpresa de ver a Galeno en aquel lugar alejado de la mano de Suxen.
__ ¿Qué haces aquí, Galeno?__ le preguntó Ariel.__ Se supone que deberías estar en Istar.
Sin perder ni un segundo, Lyra les explicó todo lo que Alexander le había contado en la cueva.
__ De modo que el Sumo Sacerdote es en realidad el líder de los Señores del Caos.__ susurró el joven lord.__ Eso explicaría la facilidad con la que nos derrotó a todos en el castillo de Lord Rendall.
__ Y eso no es lo peor.__ añadió Lyra.__ Death lo ha manipulado todo para que estalle una guerra entre los Inquisidores y los lores del rey Alastor y se destruyan entre ellos mientras los Señores del Caos continúan destruyéndolo todo.
Ariel dio un respingo y le preguntó con horror:
__ ¡¿Y por qué quiere hacer eso?!
__ Piensa utilizar la Dragsil para absorber toda la fuerza vital de las víctimas de la guerra.__ le explicó Alexander.__ Si lo logra, conseguirá tanto poder que será capaz de abrir la puerta que separa este mundo del de Suxen y de enfrentarse con el mismo dios.
__ Y si clava la daga en el corazón de Suxen, absorberá todo su poder divino.__ continuó explicando Lyra con pesar.__ Se convertirá en un dios y podrá hacer con el mundo todo lo que desee.
__ ¡No podemos permitirlo!__ exclamó un furioso Brian.
Alexander sonrió ante el espíritu de los tres jóvenes y les pidió que le acompañaran hasta la cueva para entregarles unos regalos.
Cuando llegaron a la gruta, el anciano tomó las flechas y el arco de Brian y las arrojó al fuego.
__ ¡¿Pero qué haces?!__ gritó el chico.__ ¡Mi padre las fabricó y me las regaló antes de su…!
Se interrumpió al ver que sus armas no se estaban quemando, sino todo lo contrario; los débiles materiales de los que estaban hechas se convirtieron en un fuerte metal dorado.
Alexander recogió las transformadas armas y se las tendió a su dueño, que las tomó asombrado por el hecho de que no quemasen.
__ Confía en ese arco, Brian.__ le dijo el Sumo Sacerdote.__ Nunca te fallará.
Acto seguido, rodeó la hoguera hasta colocarse enfrente de Ariel y sopló, haciendo que las llamas rodeasen al lord y convirtiesen el acero de su armadura y sus armas en oro.
__ Esa armadura te protegerá de cualquier cosa.__ declaró Alexander.__ Y tus armas atravesarán todo lo que se interponga en tu camino.
Finalmente, el anciano se acercó a Lyra y le cogió las manos. La chica se sobresaltó al sentir una gran energía entrando en su cuerpo.
__ ¿Qué acaba de pasar?__ le preguntó al sacerdote mientras se separaba de él.
__ Te he traspasado todos mis poderes.__ respondió Alexander, que se volvió y comenzó a caminar hacia el fuego.__ Y ahora…
El anciano chasqueó los dedos y los tres amigos desaparecieron en un fuerte resplandor blanco.
__ Tened mucho cuidado, chicos; los peligros que os esperan son mucho mayores de lo que podáis imaginar.
Se detuvo ante las llamas y dirigió un último vistazo a las estatuas de Suxen.
“Parece que ya no tengo nada más que hacer en este mundo.” pensó mientras se introducía en el fuego y dejaba que la muerte se lo llevara.

En la cabaña perdida en medio del bosque, Sara se despertó con un fuerte dolor de cabeza.
__ ¡Ah, ya has despertado!__ exclamó Ithuriel, que descorrió las cortinas de la habitación donde se encontraban.__ ¡Llevas varios días inconsciente!
__ ¿Dónde estoy?__ le preguntó la chica, tapándose los ojos con la manta para protegerse de la luz solar.
__ En un pequeño escondite que yo mismo construí.__ le explicó el hechicero.
__ Es que mi compañero es un manitas.__ bromeó el fénix, que asomó su pico a través de la ventana.
Sara se levantó de la cama y trató de caminar pero sintió que se mareaba y volvió a tumbarse.
__ Tú descansa.__ le pidió Ithuriel mientras la cubría con las mantas como si fuese su padre.__ Iré a prepararte algo de comer.
La joven se recostó en la cama mientras esperaba a que el hechicero volviera pero una extraña somnolencia nubló su mente y se durmió al cabo de unos minutos. Cuando se despertó, descubrió que Ithuriel había corrido las cortinas para que pudiese descansar.
Ya más descansada, se levantó de la cama lentamente para evitar otro mareo y empezó a registrar la habitación con curiosidad. Al abrir uno de los cajones de la mesita que había a la izquierda de la cama, vio un medallón con forma de medio corazón, como si le faltase su otra mitad.
“Yo he visto algo parecido antes.” pensó mientras trataba de recordar.
Recordó un día en el que había visto a su madre observando fijamente un medallón con la misma forma. Cuando le preguntó porqué le faltaba la mitad, su madre le había dicho que la otra mitad la tenía su padre aunque Sara nunca había visto a su padre con algo así. Recordó que su madre le había dicho que el muy tonto lo perdió en el bosque y no pudo encontrarlo.
Mientras Sara hacía girar el medallón entre sus manos, Ithuriel entró en la habitación y se detuvo al verla con él.
En ese mismo momento, la chica recordó que ya había visto a Ithuriel en una ocasión: durante el funeral de su padre. Recordó haberle visto rígido como una estatua a unos metros de su madre, manoseando ese mismo medallón que colgaba de su cuello.
__ No.__ susurró la chica al comprender el significado de todo aquello.__ No.
Ithuriel la miró con tristeza y trató de acercarse a ella pero la chica retrocedió en estado de shock. De pronto, las náuseas volvieron y Sara empezó a vomitar.

Laurent espiaba el avance del ejército de Selene desde las sombras cuando Death apareció a su lado. Estaba especialmente interesado en el licántropo de pelaje negro que caminaba al lado de la mujer
__ ¿Qué está ocurriendo?__ le preguntó el líder de los Señores del Caos.
__ Parece que la diosa Selene se ha dejado llevar por su ambición de destronar a su hermano, el dios Suxen.__ le explicó su lugarteniente.
Death observó el inmenso ejército que hacía temblar las llanuras que se extendían ante ellos y sonrió con satisfacción. Al fin y al cabo, cuantas más víctimas hubiese en esa guerra, más energía conseguiría él.
__ Pero para eso necesitas la Dragsil.__ replicó Laurent, que empezó a alejarse de su señor.__ Y no tenemos ni idea de dónde está.
__ Estoy seguro de que tú sí lo sabes.__ dijo Death.__ Después de todo, tú la usaste para matar a Shadow.
Laurent se detuvo mientras un escalofrío le recorría de arriba abajo.
“Lo sabe.” le dijo su lobo interior.
Con una gran velocidad, el licántropo se volvió y arrojó un gran cristal contra Death, atravesándole por completo el pecho. Sin embargo, el hechicero se lo arrancó como si nada y la herida se cerró al instante.
__ No es nada personal, Laurent.__ susurró fríamente.__ Pero de todas formas iba a matarte para tomar tu poder.
Realizó un gesto con las manos y la Dragsil acudió a él desde el cinto de Laurent, que sabía que no debía permitir que aquella daga atravesase su gema.
Antes de que el hombre que le había salvado la vida en el pasado le atacase con la Dragsil, el licántropo hizo que su lobo interior escapase hacia el horizonte e invocó un hechizo que provocó que su cuerpo desapareciese en una gran explosión de luz.
__ Una técnica suicida; inteligente como siempre.__ comprendió Death al ver las cenizas del que había sido su más leal vasallo.__ Sin embargo, no tiene importancia que no haya logrado tu poder, muchacho.
Se teletransportó a la cima de la montaña donde Alexis había llevado a Sara por su cumpleaños e hizo que las aguas del lago se separaran para conseguir el tesoro que guardaban: una gema negra.
Cuando consiguió la gema, el hechicero la incrustó con fuerza en la empuñadura de la Dragsil, cuyo metal se convirtió en un líquido negro que se fusionó con su cuerpo y volvió su piel de metal.
Para probar el poder de la nueva forma de la daga, Death introdujo una de sus manos en el lago, cuyas aguas se contaminaron y cuyos habitantes murieron al perder toda su energía vital.
Sonriendo, el Señor del Caos deslizó sus manos sobre la tierra, volviéndola inmediatamente en una tierra estéril y matando a todas las plantas y animales cercanos.

Sara se encontraba apoyada en el tronco de un árbol, todavía respirando agitadamente por el descubrimiento.
__ No te estreses, muchacha.__ le recomendó el fénix, que batía las alas para refrescar a la joven.__ Eso es malísimo para los niños.
Sara le lanzó una mirada furibunda y tomó el vaso de agua que Ithuriel le había llevado.
__ ¿Te sientes mejor?__ le preguntó el hechicero mientras se sentaba frente a ella.
__ No del todo.__ replicó la pelirroja.__ Tal vez estaría más tranquila si me contases toda la historia de lo que ocurrió, papá.
Dijo la última palabra en voz más alta para recalcar que seguía sintiéndose indignada por no haberlo sabido, pues toda su vida había pensado que su padre era otra persona.
__ Como ya debes de saber, yo nacía hace cientos de años, en la época en la que este reino todavía no existía como tal y los grandes señores luchaban los unos contra los otros para hacerse con el control de todas las tierras. En esas guerras, cuando sólo tenía 13 años, perdí mi hogar y a toda mi familia y juré que usaría mis poderes para acabar con todo el sufrimiento del mundo.
>> Por aquella época, también conocí a Death, un chico que, como yo, lo había perdido todo por culpa del egoísmo de los nobles. Viajamos por todo el mundo y reunimos a un grupo de personas que deseaban alcanzar el mismo objetivo que nosotros. <<
__ ¿Los Señores del Caos?__ le preguntó Sara.
Ithuriel asintió y continuó:
__ Durante años fuimos logrando que las diferentes regiones dejaran de luchar entre ellas y establecieran alianzas. Sin embargo, uno de los restantes nobles que seguían luchando nos atacó para acabar con nosotros; en ese ataque, Elena, la mujer de la que Death estaba enamorada y que portaba a sus hijos en su interior, murió. Después de aquello, mi amigo se volvió cruel y pensó que el mundo y los seres humanos estaban mal construidos; que todas esas guerras y ese sufrimiento eran por culpa de un cruel dios que se divertía viendo pelear a los mortales: Suxen.
__ ¿Y por eso Death está haciendo todo esto?__ le preguntó su hija.__ ¿Para vengarse de Suxen?
__ No es exactamente lo que me propongo hacer.__ dijo una voz a sus espaldas.
Ithuriel y el fénix se pusieron en guardia al ver a Death surgiendo de la nada, robando la vida de los animales y las plantas que le rodeaban.
__ Te explicaré mis verdaderos propósitos, chiquilla, antes de robaros toda vuestra energía..__ dijo el Señor del Caos con una cruel sonrisa.