Amiga mía.

Para la actividad Affectum.
No supe como manejar muy bien el sentimiento, pero di lo mejor de mí.
Tampoco se si considerarlo como un One-shot...así que, lo dejaré así.

Amiga mía.
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La chica guardaba los pocos recuerdos en la caja de cartón que descansaba en el abandonado escritorio. Su cabello largo, negro y ondulado tapaba sus lágrimas. Tomó el retrato de su padre: un hombre sonriente y lleno de vida que ahora ya no estaba a su lado.

Se sentía sola sin él.

Ignorando el sentimiento, metió el cuadro junto con todas los demás papeles. Siguió con su labor y abriendo uno de los cajones del escritorio, encontró una carta. Limpiando las últimas lagrimas que salían de sus ojos azules, tomó la carta y la abrió. Un gemido salió de sus labios al encontrarse con la letra de su ahora difunto padre.

Hija:

Sé que para cuando leas esto, yo ya habré partido a un mejor lugar, a un mundo donde estaré al lado de tu madre. No quisiera despedirme de ti, sin confesarte uno de mis secretos. Siempre hubo alguien importante para mí. Ella estuvo a mí lado, sobre todo en las noches en las que tu madre ya no estaba conmigo y en las ocasiones en las que tú partías con tu familia.

Aquellas palabras le abofetearon, quería decir que, ¿conoció a alguien más a pesar de que él juro amor eterno a su madre? Sus puños arrugaron la carta en señal de enojo pero continúo leyendo:

Ella estará para ti cuando más lo necesites, te acompañará en cualquier momento, no importa cuán grave sea.

“Lo dudo”

Ten por seguro que se convertirá en tu mejor amiga y aún cuando no la veas, te juro que te escuchará. Nunca te defraudara ni aun en el peor momento. Podrás llorar con ella, hablar con ella y no escucharas una queja de su parte.

“¿De qué habla?” No sabía cómo reaccionar. La casa sin su padre, parecía un cuarto de silencio abrumador en donde solo se podía escuchar el latido de su corazón y su respiración suave.

Te mirará desde un punto ciego, te esperara aún bajo la lluvia, será tu mejor aliada cuando el silencio sea abrumador. Será la única que te entienda, lo será todo cuando no tengas nada. La encontrarás cuando no la estés buscando, pero debes tener cuidado de no quedarte con ella por mucho tiempo.

“Padre…no sé de que hablas”. Por un momento cruzó por su mente dejar aquella hoja de papel ya arrugada junto con los papeles que abandonaría en el sótano de la abandonada casa pero se deshizo de la idea rápidamente.

Será tu tiempo de pensar. Ella es nada pero cuando este contigo, será tu todo. Para estas alturas, espero que comprendas a que me refiero.
Hija…Te amo y espero que ella este contigo, como lo estuvo conmigo cuando tu madre marchó, cuando tu marchaste para hacer tu familia, cuando todos se fueron y me dejaron aquí con ella. Te pido le des un trato especial, ya que ella fue mi única compañera en aquellas noches negras y esos días nublados, agradécele de mi parte todo lo que hizo por mí.

Las lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas, tapó su boca dejando que los gemidos se ahogaran entre sus dedos. Se sintió culpable por haberlo dejado cuando más lo necesitaba, quizá si no se hubiera marchado de su lado, él no hubiera recurrido a ella.

Fue, es y será mi mejor amiga; espero que también sea la tuya. Su nombre es: Soledad

El borboteo de sus lágrimas se escuchaba por toda la habitación. Nadie la acompañó en su tristeza, pero tampoco hacía falta, aquel era su momento. Apartó sus ojos de la carta y se dejo caer en el sillón, miró el techo, suspiró y trató de respirar adecuadamente…Así debió sentirse su padre cuando todos se fueron. Sorbiendo un poco la nariz y limpiando las lágrimas que no dejaban de caer, sonrió. Mirando a la nada, supo que al fin ella había llegado.

—Hola de nuevo soledad, amiga mía— Y abandonándose en el silencio, dejó que las lágrimas fluyeran y que ella la escuchara sin decir nada.

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