Dedícame tus últimas palabras. Regálame un aliento más y déjame quedarme con tu último beso. Tenías razón, no hay un futuro en nuestra relación. Creo que siempre lo supiste. No sé si fueron todas las cadenas que te ataban o si nunca creíste que mi amor fuera verdadero. Hoy acaba esto, este es el fin. Te oigo gritar, no sé si de alivio, tristeza o miedo. Puede que sea una mezcla de todo, aunque siempre te repetí que no me temieras. Mientras aprieto tu cuello entre mis manos puedo sentir tus lágrimas caer sobre mis brazos y a tu cuerpo resistirse. Me remueves hasta lo más profundo de mi ser, intentando eludir a la muerte sólo por tu gran amor hacia mí. Tu cuerpo deja de moverse y tu cabeza cae sin vida hacia un lado. Incluso muerta eres hermosa. Coloco un último beso en tus fríos labios y te libero de tus cadenas. Ahora eres libre de amarme. Ve y únete a mis demás amantes, todas y cada una de ellas dueñas de mi corazón. Diles que no teman, aunque en el camino tenga mis dudas, nunca pararé.