Amanecer

Amanecer

[FONT=&quot]Este es un escrito que entró a un concurso. Espero les guste.[/FONT]
[FONT=&quot]No tiene beta TOT[/FONT]
[FONT=&quot]Es todo :)
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-Amanecer-​

Estaba tan oscuro, ni siquiera podía ver mis brazos que se extendían delante de mí para evitar chocar contra algo… ya tenía muchas horas caminando sin rumbo en esa profunda oscuridad, estaba cansada y adolorida. Mis rodillas, habían sangrado un poco después de las tantas veces que me caí, mientras que mis pies clamaban por clemencia después de tan larga andada.
De la nada, y en un lugar muy lejano a mí, un punto luminoso comenzó a aparecer. No pude evitar sonreí y suspirar al ver aquello, el dolor y el cansancio desaparecieron durante un momento y mi paso se apresuró… entonces, el punto aquel se comenzó a alargar hasta convertirse en una larga llena plateada, luz, era luz ¡Al fin iba a amanecer!
Corrí, no me importó nada, sólo corrí. La línea comenzaba a convertirse en franja y aquel techo de un negro sólido comenzó a aclararse hasta convertirse en un cielo azul marino. Quería seguir avanzando pero no pude más y tuve que parar, mi pecho se extendía pero parecía que el aire que entraba en él no era suficiente, mis pulmones reclamaban más, mientras que mis rodillas temblaban.
Me quedé quieta intentando recuperarme, y entonces el sol salió por completo, el cielo se volvió de un azul claro y limpio, aquel alrededor pasó de ser un escenario de terror a ser un hermoso valle con plantas, árboles y no muy lejos, un riachuelo corría, ¿cómo es que no lo había notado antes? Pero lo que más me sorprendió, es que jamás me había apartado del camino, bajo mis pies estaba aquella misma senda donde había comenzado, y, lo mejor de todo, ¡es que no estaba sola!.... No muy lejos de mí, caminaban mis padres, y entre los árboles podía ver otros senderos, mis amigos estaban caminando por ellos… un poco más atrás veían mis hermanos, ¡estaba con todos! ¡Todos estaban ahí!
Estaba tan asombrada, que no me di cuenta que mis rodillas había llegado a su límite y descansaba de rodillas sobre el suelo.
—¿Estás bien? —la voz de mi mejor amigo hizo que saliera de mi asombro y dirigiera mis ojos a él. Estaba parado a mi lado viéndome con ojos de preocupación, me dio mucha alegría verlo puesto que recordaba que antes de entrar en aquel lugar tan oscuro él me había prometido siempre estar conmigo, y lo había cumplido.
—Sí —asentí y masculle torpemente.
—Entonces... ¿qué haces en el suelo? ¿Aun te duelen las rodillas de la caída?
Al principio no sabía de qué estaba hablando, pero recordé que unos minutos antes de haber entrado en lo oscuro me había caído muy fuertemente y mis rodillas habían dolido mucho. Pero en esos momentos, no era así. Claro, las rodillas y los pies dolían pero era por haber caminado, aquella dolorosa caída ya no me afectaba—. Tranquilo, sólo me siento algo cansada.
—En ese caso —sonrió y se sentó a mi lado—. Descansemos un rato.
Me quedé callada observándolo sonreírme y asentí.
—Gracias.
Ese momento, sucedió hace muchos kilómetros atrás, pero aún lo recuerdo como si hubiera sucedido apenas metros atrás. Desde ese entonces, me he caído, pero no he vuelto a lastimarme tan duramente. Tampoco he vuelto a entrar en un lugar oscuro, es cierto que de vez en cuando está un poco oscuro mí alrededor, pero la compañía de mi familia, de mis amigos y de mi mejor amigo, me ayuda a ser fuerte y a no llegar a perderme. Así, gracias a ellos, puedo seguir caminando y, cuando las cosas están algo oscuras, esperar ansiosa por el amanecer.
Aun me quedan muchos kilómetros por delante antes de poder llegar a mi añorado horizonte, pero espero que cuando llegue sea tan maravilloso como lo parece.
Espero siempre contar con la compañía de los que amo y aun caminan conmigo, y añoro que los que ya han llegado nos esperen con cariño; deseo que cuando haya momentos oscuros, siempre venga después de ellos, el maravilloso amanecer.

-fin-
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