Amanecer, segundo libro. basado en vampiro edad oscura.

Tema en 'Fanfics abandonados sobre Libros' iniciado por Viuh Aran, 27 Mayo 2008.

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    Viuh Aran

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    Amanecer, segundo libro. Basado en Vampiro Edad Oscura.

    Primero que todo pido disculpas por la tardanza. Pa los que leyeron el primer libro, aquí va la segunda parte de las aventuras de estos hermanos vampiricos. Para los que recién comensarán la historia desde aquí, no se alarmen, habrán suficientes flash backs para darle una idea de lo que ocurrió en el primer libro. Y si desean saber con más detalle lo antes ocurrido, pues el primer libro está un poquito más abajo.

    Bien, aquí va:




    Amanecer

    Segundo libro: Hijos de Caín

    Capítulo uno: Máscaras

    En un pueblo, en algún lugar del medio oriente, una niñita llora sentada a la puerta de un burdel, con su ropa rasgada y su cara sucia. De pronto, la puerta del lugar se abre, y una mano le ordena entrar. Ella no desea entrar, pues las rizas de allí para ella no significaban felicidad. Comienza a dar pasos hacia el interior, sintiendo que ese es su destino, cuando de repente alguien toma su mano. Se trata de un hombre, de imponente figura, blancos atuendos y una brillante espada, quién le sonríe…


    El sonido de las cigarras y los grillos adornaba la oscuridad de la que podría ser otra noche más, sino fuera por la situación en la que me encontraba. Solo un par de semanas antes, había por fin terminado mi largo entrenamiento en Alamut, la ciudad oculta de los asesinos, y hoy, era mi primera misión importante.
    Según me habían explicado, muchos campesinos del pueblo adonde me dirigía habían sido atacados por una especie de “bestia bíblica” y estaban temerosos. Además, por París y otras ciudades cercanas circulaba un libro, el cual difamaba y ridiculizaba al príncipe cuyo pueblo había sido atacado. ¿Conspiración para acabar con su imagen?, poco me importaba en realidad, la recompensa esta vez no solo era el dinero y la sangre de algún antiguo, sino que aquí se jugaba mi propia imagen ante todo el clan de los asesinos. ¡Debía enseñarles lo que una mujer era capaz de hacer!, además, mi Sire confiaba en mi.
    La carroza se detuvo frente a una casa más o menos grande, anhelante y casi nerviosa, preparé mi cimitarra, oculté mi cara y mi largo cabello bajo mi bufanda y mi turbante (Mi pelo casi me llegaba a las rodillas, y era una de mis mayores orgullos) y pensé por una última vez en el collar de mi madre.
    Apenas me bajé, un ghoul me condujo a la sala de espera. No tenía ganas de esperar, pero así eran los burócratas, siempre demorándose y dando rodeos en vez de hacer las cosas de frente. Fue en ese momento, cuando la puerta de la entrada se volvió a abrir, y entró…¿alguien?
    La persona que entró en ese momento, me dio la impresión más chocante que podía esperar de un ser humano, era una mujer, claro, si es que “eso” podía ser llamado técnicamente una mujer. Su piel estaba compuesta de escamas, parecidas a las de un pez, de color azul plateado y de textura muy desagradable, prácticamente todos los huesos de su cuerpo estaban dislocados o deformados, con hombros sobresalientes y bultosos, caderas inhumanamente estiradas, y unos brazos tan largos que casi llegaban al suelo. Sus pies eran muñones retorcidos y sin dedos, y sus manos eran alargadas y huesudas. Por si fuera poco de sus piernas y antebrazos surgían unas extrañas deformaciones de piel las cuales cualquiera podría haber comparado con las ventosas de una sanguijuela, y de sus brazos colgaban membranas parecidas a las de una ardilla voladora. Quién sabe, quizá incluso este engendro pudiera planear. Por último, lo que más destacaba de ella, eran sus guantes de metal, armados con largas garras de hierro, y las máscara que cubría su rostro, la cual expresaba en su forma y dibujos un grito de desolación y tristeza.
    Ella se sentó en frente mío, más no quise ni mirarla, ¿qué era eso?, no podía ser simplemente una leprosa, era, ¡demasiado deforme! El hecho fue, que antes de poder pensarlo mucho, otro sirviente llamó desde la puerta de la oficina.

    -Señores-dijo el-el príncipe los está esperando.

    Ambas entramos. Sentado en un pupitre estaba un hombre de mediana edad, de expresión muy tranquila. El levantó despreocupadamente la mirada, y simplemente preguntó:

    -Nombre y clan
    -Sariah Assis-respondí-clan Assamita.

    Dirigí mi mirada hacia el solo esperando cual sería su reacción al notar que yo era mujer. Efectivamente, levantó una ceja. Como detestaba ese cinismo, podría haberle cortado el cuello con mi espada enseguida, si el no fuera justamente mi cliente.

    -Camila…Camila Aran de Bizancio, clan Nosferatu-respondió la otra mujer tímidamente.

    Aran…ese apellido, me parecía haberlo oído antes alguna vez. ¿Pero donde? El príncipe empezó a explicarnos nuestra misión, mientras dejaba un papel de contrato, con una firma hecha con su sangre. Entre lo que decía no había mucho que yo no supiera de antes, solo en concentré, en firmar con mi propia sangre, en ese instante, comenzaba mi misión, de esto, dependía mi futuro.

    -¡Señor!-interrumpió un funcionario llamando a la puerta-¡la bestia volvió a atacar!

    Enseguida ambas salimos a ver. Hace solo un par de minutos, un niño había llegado diciendo que su familia fue atacada y que apenas había podido escapar con vida.

    -¿Dónde fue?-pregunté secamente.
    -¡En la entrada del bosque!, ¡mi hermana aun está allí!, ¡por favor sálvenla!

    La enmascarada enseguida salió corriendo al lugar. Estaba claro, ella sería mi compañera en la misión, por un momento me pareció desagradable, pero yo era una asesina, ¿qué me importaba como se vieran por fuera los q estaban cerca de mí? Luego de un rato corriendo, llegamos a un claro nevado dentro del bosque. En el lugar habían varios rastros de huellas humanas, y entre estos, el rastro de las huellas de…algo. Realmente asemejaba la forma de un animal, pero, era demasiado grande para ser de cualquier criatura conocida. Empecé a seguir las huellas más grandes, hasta que, de pronto, noté una especie de túnel hecho con ramas y espinas, con algo temblando dentro. Me acerqué, ya aproximando mí mano al pomo de mi cimitarra, pero lo de dentro no era un enemigo, sino una pequeña niña, acurrucada y temblando de frío…humanos… ¡por qué tenían que ser tan débiles! Rápidamente la saqué y la llevé a donde estaba Camila explorando.

    -Hay que llevarla al pueblo antes que muera de frío- le dije.
    -Te alcanzo luego.

    Se veía muy interesada en un pequeño pedazo de metal que había encontrado, así que simplemente la dejé allí y llevé a la niñita de vuelta al pueblo, donde su familia la recibió con lágrimas en los ojos y toda clase de agradecimientos, para luego llevarla a donde pudieran cuidar de ella, no tenía daños en cu cuerpo, sin embargo, un frío como ese podía matar a cualquiera en un rato. Era extraño, pero aun con mi poca empatía podía notar la felicidad de aquella familia. ¿Hasta donde era posible creer en la expresión de la cara de alguien?, ¿realmente todos ellos se sentían así?
    Luego de salir, miré a mi alrededor pensando en qué clase de cosa podía ser “la bestia”, si esas eran sus huellas, definitivamente andaba en cuatro patas, y era muy grande, incluso más que un oso.

    -¡Le digo que no es un lobo!-escuché de pronto decir a una voz.
    -Ya le he dicho muchas veces que con lo que usted diga no le basta a nadie, ¡la bestia debe ser eliminada!, ¡la seguridad del pueblo importa más que la muerte de una cuantas alimañas!
    Se trataba del sheriff del pueblo, un tipo de barba blanca y grandes músculos, discutiendo con el sacerdote de la pequeña iglesia del pueblo. Por la impresión que me dio, los sacerdotes de occidente también tenían mucha influencia en las decisiones de las autoridades.

    -¡Solo déme un poco de tiempo!-siguió el sheriff-¡le probaré que no es un lobo!
    -¡Ni hablar!, hoy casi muere otra inocente más, detendré esto ahora mismo.

    El sacerdote mandó tocar las campanas de la iglesia. En pocos minutos, todo el pueblo estaba reunido en la sala principal. Me acerqué solamente a ver, fue entonces, cuando sentí una mano en mi hombro, era la enmascarada, ¿como había llegado detrás de mí sin que me diera ni cuenta?

    -La niña fue puesta a cuidado-le dije sin mirarla-aun está inconciente.
    -¿De qué se trata esto?
    -El cura dice que la bestia puede ser un lobo, y pide una partida de casa para exterminarlos a todos mañana.
    -¡Qué!, ¡No puede ser!, La bestia no es un lobo, ellos mismos me lo dijeron.
    -¿Puedes hablar con los animales?-respondí impresionada.
    -Jum…vamos a dormir, ya va a amanecer.

    Fuimos al hostal designado para nosotras. Por suerte, no me tocaba en la misma habitación que a esa extraña tipa. Tenía más de una pregunta que hacerle, pero… ¿por qué de repente deseaba saber quien era ella? Sin saber exactamente porqué, me asomé por la puerta, solo para ver que hacía. Por aquella esquina, la noté en una extraña posición, como la meditación de un sabio o un sacerdote. Parecía muy concentrada, como explorando o luchando, con algo dentro de si misma. Después sacó un relicario, lo abrió, y se quedó observándolo un buen rato. ¿Qué había allí?, ¿alguien importante para ella? Malos recuerdos empezaron a llegar a mi mente, así que dejé eso allí, y simplemente, me fui a dormir.
    A la siguiente noche, nos levantamos antes que nadie. Ninguna de las dos queríamos dejar que los cazadores llegaran a la bestia primero. Mi misión dependía de ello, y parecía que ella había quedado preocupada con el asunto de los lobos. Afuera, todos los cazadores se preparaban con arcos, flechas y antorchas, mientras el sheriff hacía sus últimos intentos por convencerlos de lo que el creía. Salimos rápidamente a caballo, pero, en la salida del pueblo, alguien se nos interpuso, se trataba de un cazador manco, de mirada bastante molesta.

    -¿Adonde creen que van?-desafió el-¿no es el bosque muy peligroso para dos señoritas?
    -Solo cállese, y vea como casamos a su bestia-respondí.
    -¡Ja!, ustedes, no llegarán ni a la entrada del bosque.
    -¿Es un desafío?
    -Naaaa, no me gustan las victorias fáciles, solo traten de no estorbar.

    Mi cimitarra estuvo cerca de salir, sin embargo Camila me detuvo, y partimos.
    Por supuesto, el aire no se pudo salvar de mis garabatos en árabe, realmente tenía ganas de partir algo en pedazos, pero cuando ella trató de calmarme otra vez, solo me limité a decirle “vamos muy lento, pégale al caballo”. Gran error, pues de alguna parte ella sacó la fuerza para asustar al caballo con su golpe…y dos segundos después, las dos estábamos en el suelo.

    -Eh…lo siento…
    -…¡¡¡¡¡/#$€%&!!!!!

    Esto ya era demasiado, ¡las cosas no podían ir peor!, bueno, eso pensaba, hasta que esa gotita se sangre calló en mi mejilla, levanté la cabeza, y vi aquel cuerpo de un hombre partido a la mitad pasar volando justo por encima de nosotras. Lentamente dirigí mi mirada al frente, encontrándome con una cosa de tres metros, peluda, con brazos capaces de arrancar un árbol del suelo, garras casi del porte de una espada corta, y el rostro de un feroz lobo encima de esos descomunales hombros, en ese segundo lo supe, los hombres lobo SI existían.
    Sin pensarlo dos veces me levanté del suelo y, concentrado mi sangre en la velocidad de mis movimientos, me lancé contra el con mi cimitarra en mano. Traté de cortarlo una, dos, tres veces, y las tres veces me esquivó, ¿sería posible?, ¿era tanto o más rápido que yo? En ese instante el hombre lobo, lobo hombre, o lo que fuera, se volvió a mover. Para mi sorpresa, estaba esquivando un ataque a su espalda hecho por Camila, cuyas garras fueron a dar directo a mi vientre.
    Acto seguido, el lobo le asestó un garrazo a ella. Las dos estábamos heridas en el suelo, mientras esa cosa se preparaba a fulminarnos, cuando de pronto una flecha de un color blancuzco le llegó de improviso en el pecho. El monstruo cayó al suelo, conviviéndose lentamente en un lobo, y así, dio su último aliento. Cual sería mi vergüenza, al ver que nuestro salvador era nada menos que aquel maldito cazador manco.

    -Flechas de plata-dijo el con una sonrisa en la cara-lo mejor para esas cosas.

    Durante un tiempo que apenas recuerdo, fuimos llevadas semi inconcientes hasta la misma habitación donde habían puesto a la niña. Lo único en lo que podía pensar, era en la humillación que recién había pasado. Por supuesto, a mi compañera eso era lo que menos le importaba, seguramente pensaba en sus queridos lobos. El hecho, fue que cuando llegamos ella se durmió enseguida, y solo unos cuantos minutos después dos personas entraron al lugar. Se trataba del Sheriff, junto con un hombre de cabello más o menos largo, y mirada muy serena.

    -¿Puedes curarla?-preguntó el barbado-en dos días aun no despierta.
    -Creo que si-dijo el tipo-solo asegúrese de que nadie me vea.

    Por supuesto me hice la dormida, tratando de dejar por lo menos un ojo abierto. Lo que alcancé a ver antes de dormirme, fue como el tipo sereno pasaba su mano por encima del rostro de la niña, y como una luz blanca se prendía en la frente de ella.
    Cuando desperté solo las tres pacientes estábamos allí. Alguien había dejado un par de botellas con sangre para nosotras. Miré a todos lados sintiéndome extraña. Parecía que la misión no era tan fácil como llegar y matar al blanco después de todo.
    En eso, la figura de mi compañera se empezó a mover, su mano alcanzó su botella, y bebió la sangre por una rendija en la máscara a la altura de la boca. Por algún motivo me sentí decepcionada, ¿acaso quería ver que se la hubiera quitado? Ella se levantó, y miró por una ventana, afuera, había una inmensa montaña hecha con cadáveres de lobos ya quemados. Ella apretó los puños, y luego bajó su cabeza, triste.

    -¿Qué sacabas con ayudar a esos animales?, nuestra misión es casar a la bestia y ya.
    -Esto fue una injusticia. El lobo que nos atacó, solo buscaba defender lo suyo.
    -¡Y qué te importan los problemas de esta gente!, ¿te van a pagar no?

    Ella estuvo a punto de quebrar el marco de la ventana de un golpe, pero se detuvo en los últimos centímetros.

    -…Esto no es solo la bestia, algo está ocurriendo aquí, alguien dirige todo esto. No puedo dejar que ocurran injusticias sin hacer nada. Nadie nos va a ayudar a resolver esto, somos solo tú y yo. Entiéndeme, si quieres tu recompensa, tienes que ver las cosas desde más arriba de lo que la gente te dice.
    -¿Y pretendes que confíe especialmente en ti?
    -Solo quiero que entiendas, que esta gente nos necesita.
    -Nadie nos necesita, somos simples peones, ¿acaso crees que te van a agradecer?
    -…¿No tienes a nadie que realmente te importe?

    La pregunta quedó en el aire, pues unos ruidos de afuera interrumpieron la charla. Abrí la puerta para observar, notando como al cura ordenaba a dos guardias arrestar al médico que había visto en la noche. Y luego como este le ordenaba al mismo sheriff llevarlo a las mazmorras. Luego de eso miré a Camila, y le expliqué lo que había visto antes y ahora. Ella simplemente asintió y juntas fuimos con el sheriff.

    -Qué sucederá con el-preguntó ella.
    -Lo acusan de brujería, ¡pero no es cierto!
    -¿Entonces?
    -Es simple y tonta conveniencia, la alianza de los Ventrue y los Tremere controla esta región, los Tremere exigieron para hacer la alianza que todos los con un tercer ojo fueran eliminados bajo cualquier excusa.
    -Conozco bastante de los Ventrue-expresó ella- todos son nobles acomodados muy influyentes…pero los Tremere…
    -Aparecieron hace poco, es todo lo que sé.

    Bajo los valores de la enmascarada, parecía ser realmente una injusticia. Por otro lado, ese tipo apresado parecía saber algo. Nos despedimos del sheriff y nos acercamos a las mazmorras, era una simple casita, con unas tres o cuatro celdas. Habían dejado a un simple guardia cuidando la puerta, así que decidí aplicar mis artes, y sacar a ese estorbo del camino. Me pinché un dedo dejando que una gotita de mi sangre se asomara, y luego me acerqué al guardia mirando a otro lado, para, de un solo movimiento, tocar una de sus manos con mi dedo herido. El guardia se limitó a mirarme extrañado, y esa sería su última acción, pues al veneno de mi sangre pronto se expandió por sus venas, y acabó con su vida. El cuerpo del tipo calló al suelo. Sonreí para mi misma, pensando en lo fácil que había sido, pero dos segundos después oí detrás de mí. “¡El guardia calló al piso!”. Miré hacia donde estaba Camila, pero ella se había ido…bueno yo en su lugar habría hecho lo mismo, no me quedó otra más que hacerme la inocente y decir que lo había encontrado así, total, ¿Cómo podían probar que lo había matado yo?
    Hice ademán de salir, pero justo en la puerta, dos guardias se me cruzaron y entraron al calabozo. Desde un rincón vi como ellos se llevaban al prisionero a una carroza, y tomaban el camino hacia París. ¿Debía hacer algo?, ese tipo era la única pista de algo, ¡no podía dejarlo ir tan fácil!

    -¡La bestia volvió a atacar!-grito una voz-¡fue en el bosque, por el oeste!

    ¿El médico…o la bestia? Allí me tenían, en un serio dilema de deberes, teniendo solo segundos para decidir. De pronto escuché un ruido de cascos, y vi salir nada menos que a <st1>la nosferatu</st1> en un caballo persiguiendo al médico. Bueno, eso le importaba a ella más que a mí, así que salí montando en la dirección contraria, hacia el bosque. Cual sería mi sorpresa, cuando a mitad de camino, un hombre enmascarado se interpuso en mi ruta.
    Enseguida empuñé mi espada, lista para un nuevo desafío, y entonces, el sacó un silbato, lo tocó sin que pudiera yo oír nada, y detrás de mí, empecé a oír unos pasos, y un cascabeleo metálico. Aquello, que apareció ante mí, tal cual había pensado antes, andaba en cuatro patas y era más grande que un oso, pero lo realmente increíble, era que estaba forrado en una armadura metálica llena de filos en la espalda y colmillos que hacían ver su mordida aun más terrible.
    Ante su rugido, mi caballo se asustó y trató de huir. Él me sería inútil, así que me bajé y tomé mi cimitarra. Tenía por fin a la bestia en frente, ¡no podía dejarla escapar ahora!
    Gastando un poco de mi sangre, llevé energía a mis músculos para que se movieran más rápido de lo normal, y me lancé contra el animal, todos mis espadasos le asestaron, pero su armadura de metal resultó ser más resistente de lo que esperaba. Traté de retroceder, para hallar un punto débil, pero la cosa dio un salto inimaginable, calló sobre mí durante un eterno instante, y todo se volvió negro.

    La arena volvió a soplar en el rostro de aquella niña. La mano de aquel majestuoso hombre aun se tendía frente a ella. Más ella duda, todo lo que conoce está en aquel lugar de atrás, en aquel triste y demacrado lugar de allá atrás. Sus pies y sus manitos tratan de moverse. Pero las cadenas de la vida son demasiado gruesas, y el mundo allá afuera demasiado inmenso. Ella lo mira una vez más, y corre de vuelta hacia adentro.

    Una gota de agua sonó sobre mi mejilla. Y unos susurros se oyeron no muy lejos.

    -Parece que está despertando-dijo una voz femenina.
    -¿Qué haremos con ella?-dijo alguien más-¿sabrá algo?
    -No, no es más que otro peón sacrificable de ellos, ni siquiera la extrañarán.
    -Entonces quizá sirva de comida para nuestra mascota.
    -Patética, no duró ni dos segundos contra ella, es el destino más noble que puede tener.

    Mi espada ya no estaba, y mis manos estaban atadas. Era mi primera misión, y ya sentía que había fallado. Le había fallado a mi propio orgullo, a mis superiores, y a mi juramento como asesina. Realmente era patética, realmente, no había logrado nada de lo que deseaba, ni lo que había soñado, y ahora más encima iba a morir, y al morir, también se van los sueños. Alguna vez, había escuchado que los humanos tienen más de una opción de seguir existiendo después de la muerte de su cuerpo…pero…para un vampiro, la muerte era el simple olvido, la total, y absoluta…nada.

    “¿No tienes a nadie que realmente te importe?”

    La voz de la enmascarada resonó en mi cabeza.

    El hombre de blanco se quedó allí, esperando, aun con la mano alzada esperando a aquella niña, y entonces, segundos después de entrar, ella volvió a salir, simplemente había ido adentro a buscar un pequeño collar, recuerdo de su pasado. Y sin dudarlo más, tomó la mano de aquel hombre, para salir en busca de su destino.

    No…no podía fallarle a el. De alguna parte saqué fuerzas, y con solo mis manos rompí las cuerdas. De un solo salto me abalancé sobre la mujer, mordí su cuello y se lo despedacé. Un filo atravesó la carne de mi espalda, pero no podía mirar atrás, corrí, corrí y corrí, desarmada, herida y cansada, hasta perderme en el bosque. Cuando no pude correr caminé, cuando no pude caminar me arrastré, dejando un rastro de sangre el cual fue cambiando el color de los suelos, hasta que toda energía me abandonó, y no recordé más.
     
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    Viuh Aran

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    Re: Amanecer, segundo libro. Basado en Vampiro Edad Oscura.

    Pues que bueno q te halla gustado, disculpa por el retraso, acá está el siguiente cap.



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    Capítulo 2: Bestias.

    La niebla y el rocío del pasto comenzaron a revitalizar de a poco los músculos de mi cara, y de a poco forcé a la sangre a pasar por todas y cada una de mis venas. Era un ritual siniestro, pero al cual ya me había acostumbrado. Mi carne hace tiempo que estaba muerta, e inmóvil, y cada día, un poco de sangre de mis víctimas se quemaba en mi corazón, para reactivar los órganos y músculos indispensables para moverme. Irónicamente, ya esteba muerta, sin embargo, cada noche me esforzaba por vivir.
    De pronto, recordé las cosas que habían pasado y reaccioné de golpe. Me encontraba en otro sector del bosque, y rodeándome, había al menos una media docena de lobos.
    Todos me miraron con sus ojos brillantes. Nunca me había percatado, de que en esos rostros podía haber expresiones tanto o más misteriosas como en las caras humanas.
    Uno de ellos me hizo un gesto, y entre todos me condujeron a un claro en el bosque alumbrado por la luna. Allí, se encontraban sentados en troncos los seres más extraños que jamás había imaginado. Uno era simplemente un humano, vestido con atuendos de semi noble, otro, parecía como si hubiera deseado transformarse en lobo sin lograrlo, con pelo en todo su cuerpo, grandes garras y colmillos, pero aun con una forma y aspecto de persona. Otros dos eran lobos tal cual, pero del tamaño de un pony, decorados con tatuajes y joyas que me recordaron a mis ritos de iniciación en Alamut. Y el último, uno de color negro, tenía la forma de aquel monstruo que nos había atacado en el bosque. Uno de los presentes me hizo un gesto para sentarme, yo simplemente obedecí.

    -¿Por qué mantenemos con vida a esta sanguijuela?-preguntó el negro-¡deberíamos matar a todos los simios del pueblo y ya!, ¡es imperdonable lo que ellos le hicieron a nuestra parentela!
    -La letanía nos prohíbe matar humanos y lo sabes-dijo otro-lo que hay que hacer es averiguar quién está detrás de todo esto, para eso nos servirá la sanguijuela.
    -De todos modos-dijo uno más-de nada nos sirve masacrar al pueblo, la nación Garou nos condenará y además otros humanos vendrán por nosotros.
    -¡Pues si vienen los mataremos también!
    -Tu-me dijo el de semblante humano-¿Cuál es tu nombre?
    -Sariah Assis-respondí con mi acostumbrada frialdad.
    -Volverás al pueblo, averiguarás lo que puedas, y nos traerás la información. Por supuesto, te sugiero no intentar nada estúpido, te estaremos vigilando.

    El hombre lobo negro se transformó en un lobo común, y me escoltó hasta la plaza de la villa, donde luego se escabulló. Las cosas comenzaban a volverse realmente tensas.

    …………………………………………………………………………..

    Mientras, los ojos de Camila se abrieron lentamente, encontrándose dentro de su habitación. Una de sus manos fue hasta su costado, en donde tenía un golpe que aun le dolía un poco. Había perseguido a aquella carroza hasta donde había podido, más una bola de fuego lanzada por una de los Tremere la botó del caballo, y antes que ella pudiera hallar un modo de continuar siguiéndolos, el sol había empezado a asomarse.
    Se miró una vez más al espejo, sintiéndose terrible por haber dejado pasar esa injusticia.

    -Señorita-le dijo una voz desde el otro lado de la puerta-han llegado visitantes, el príncipe pide que valla a recibirlos por favor.

    Afuera, había llegado una carroza, de la cual se habían bajado un padre, y un caballero, aparentemente venidos de París. Ella sin mucho ánimo los condujo hasta la oficina del príncipe, a la cual en padre entró, dejando a su escolta esperando.

    -Disculpe-inició ella-¿ustedes vienen de parís verdad?, ¿saben algo de lo que ha ocurrido en este pueblo?
    -Ah, si-respondió el caballero-la bestia, vinimos especialmente por el asunto de ese libro. No solo deja en ridículo al gobierno, sino que también habla de esa cosa como un monstruo bíblico, como si fuera un castigo de dios contra los vástagos de Caín.
    -Conozco bien la biblia. No es un castigo enviado por ningún dios. Creo que esto es alguna clase de complot, pero, aun no tengo pruebas, ni una idea exacta del responsable.
    -Seguramente es un plan de esos asquerosos Tzimitse.
    -¡¿Tzimitse?!-expresó poniéndose un tanto nerviosa-¿qué sabe de ellos?
    -Que son los mayores hijos de puta creados por Caín, y que mi clan y el suyo llevan décadas en guerra.
    -Ósea que usted es un sangre azul ¿cierto?, un Ventrue…está bien, no se enfade, total mi clan no es muy difícil de distinguir. Soy Camila Aran, de bizancio.
    -Antonio Hidalgo, de Córdova.

    Ambos se dieron la mano, más, el caballero no pudo evitar hacer un leve gesto de rechazo, la piel de la enmascarada era muy desagradable.

    -¿Dijo bizancio?-siguió el-esa ciudad fue destruida hace por lo menos sesenta años.
    -Si, fueron las cruzadas, y muchos factores más…al final fue imposible seguir defendiéndola. ¿Sabe algo de las cruzadas?, ¿sabe hacia donde fueron después?
    -Las cruzadas terminaron hace ya mucho. Nada queda de los estados cristianos en oriente, ni de los templarios ya.
    -Entiendo-terminó ella, decepcionada.

    …………………………………………………………………………………..

    Cuando por fin llegué a la posada, lo primero que vi fue a la enmascarada saliendo junto con alguien que no conocía. Apenas me vio, se dirigió a mí con tono de preocupación.

    -Tranquila-le dije-estoy bien, solo tuve algunos problemas que te contaré luego.
    -Antonio es extranjero, es confiable, ¿qué pasó?
    -Vi a la bestia.

    En el instante en que dije esa frase, otra voz nos interrumpió, se trataba de cura del pueblo, el cual rápidamente nos hizo un gesto para que lo acompañáramos. El lugar adonde fuimos, era al taller de un viejo embalsamador, el cual ya tenía un par de cadáveres de lobo listos para modificar.

    -Describid lo que habéis visto a el-me dijo-el hará una copia lo más parecida posible, y la enviaremos a parís.
    -¡Qué!, ¿para qué?, para hacerles creer que atraparon a la bestia, ¿así nomás?, ¡si ese es el caso, que la niña lo haga, ella también la vio, ¡yo me voy!
    -El contrato de un príncipe no se rompe hasta que el lo decide-respondió Antonio.

    Indignada, no me quedó más que obedecer. Luego de casi toda la noche manipulando aquel cuerpo inerte, el tipo logró hacer algo bastante convincente, desencajando varios huesos y usando incluso piezas de metal. Por primera vez pude entender hasta cierto punto la tristeza de Camila al ver algo así, esa criatura en su vida había cazado, y tenido batallas, y ahora la usaban, sin ningún honor ni respeto.

    A la siguiente noche, los tres nos volvimos a juntar en la entrada del bosque, al parecer, éramos los únicos que realmente deseábamos seguir la caza de la bestia con nuestras propias manos. Antes de siquiera decir nada, la mujer escamosa escaló un gran árbol usando sus ventosas, e hizo hacia el cielo un sonido muy parecido al de un búho, amplificado varias veces. Observé un rato, extrañada, hasta que de pronto se vio llegar un par de aves. ¿Realmente podía hablar con los animales? Deseaba con ansias saberlo mientras la veía bajar.

    -Síganme-dijo ella-sé donde vive la bestia.
    -¿Qué?-respondimos los dos asombrados.
    -Estas noches estuve consultando a distintos animales-respondió mientras avanzaba-los lobos me dijeron que vivía en una cueva en el sur, y las aves me dijeron cuantas cuevas había cerca de aquí y donde estaban, el resto de la deducción es fácil.
    -Tanto tiempo que traté de saber algo de las personas-respondió Antonio-y los animales te dicen todo en unos días.
    -…siempre podrás confiar en los animales, ellos…son más nobles que el mejor caballero y más puros que el mayor santo.
    -¡Un caballero siempre mantiene su honor!-respondió el ventrue.
    -Un caballero lucha contra sus propios impulsos corruptos, que son los de cualquier humano…un animal…jamás ha necesitado impulsos así.
    Un vampiro hablando de pureza...sonaba irónico, sin embargo, ¿Qué era la pureza después de todo?, todos la buscaban a través de algo, la familia, le religión, pero, ¿la alcanzaban realmente?, ¿era la pureza algo como lo que la gente creía?, quizá no, quizá justamente por eso hasta el mayor caballero…como decía ella, nunca sería del todo puro. Sin embargo, ¿valía la pena una búsqueda como esa?, ¿qué mérito tendríamos siendo nobles si no debiéramos enfrentar tentaciones para lograrlo?, ¿qué mérito tuvo cristo sacrificándose…si reviviría tres días después?

    Luego de un buen trecho, divisamos una cabaña aparentemente abandonada, cerca de un precipicio. Ambas nos hicimos un gesto, y ella fue a ver el precipicio sigilosamente, mientras yo, seguida de Antonio, entrábamos a la cabaña.
    Abrí la puerta lo suficientemente lento para que no sonara, y uno a uno, bajamos los peldaños de la oscura escalera que apareció al frente. Todo parecía normal, hasta que en uno de mis pasos, un pedazo de madera se quebró y cayó golpeándose contra algo metálico. Lo siguiente que se oyó fueron unos gruñidos y una respiración escalofriante.
    Ambos nos miramos sorprendidos, y, calculando según el sonido, sacamos nuestras flechas y las lanzamos hacia abajo. Nuevamente se oyó el choque, y seguido, un gran rugido. No cabía duda, era la bestia.

    …………………………………………………………………………

    Camila avanzó lentamente hasta el borde del precipicio, siguiendo una luz y un sonido de voces que se hacía cada vez más fuerte. Cuando por fin puso asomarse, sus músculos en seguida se tensaron solo de la impresión. Debajo se encontraba una imponente puerta de metal, grabada con letras hebreas en forma de arco, y con la figura de siete ángeles grabadas a sobre relieve. En frente de esta, de encontraban unas siete personas, tocas llevaban túnicas y máscaras, y cantaban en un idioma incomprensible, dirigidos por una especie de sacerdote desde un altar. El sacerdote, tenía su túnica de un color distinto, con un gran cuello, una majestuosa capa y una brillante pluma decorando su máscara. Apenas lo vio, los puños de ella se apretaron, y su ceño se frunció lleno de odio…

    -… ¿Kefka?

    Por un instante estuvo apunto de bajar, sin embargo logró contenerse, y retrocedió hasta un punto donde pudo lanzar una señal al cielo en forma de aullido, tras lo cual, volvió lo más rápido que pudo hacia la cabaña.

    …………………………………………………………………………

    -Mejor vallamos por ayuda-expresó el caballero.
    -¡No!-respondí-la bestia es mía.

    En ese instante, fuimos interrumpidos por tres pares de pasos llegando frente a la puerta. Eran tres hombres armados con espadas y con cara de pocos amigos. Sin siquiera pensarlo, saqué mi cimitarra, y antes que uno de ellos pudiera siquiera reaccionar me arrojé hacia el y lo partí en pedazos. Una flecha de mi compañero le dio al segundo, y el tercero, viéndose acorralado, emprendió la fuga. Empezamos a perseguirlo, pero pronto nos vimos rodeados por tres tipos más. Eran cuatro contra dos, empezamos a retroceder, sin saber exactamente como salir de esa situación, cuando de pronto, sin previo aviso tres garras metálicas atravesaron el pecho de uno el cual calló muerto enseguida. Los otros se voltearon a ver, sin encontrar a nadie, y el ese instante aprovechamos para matar a dos más de ellos. El último, antes de siquiera poder intentar nada, se vio atrapado por un fuerte abraso de oso, hecho por <st1></st1>la nosferatu quién volvía a parecer de la nada. Su forma de pelear era curiosa, pero efectiva.

    -¿Quién controla a la bestia?-interrogó ella mientras apretaba sus costillas con una fuerza descomunal.
    -Está bien…habla…ré, pero…suéltame.

    Ella aligeró la fuerza de sus brazos, y el tipo rápidamente sacó un cuchillo y se lo clavó en el vientre. Con toda mi indignación, terminé con el, partiéndolo en cubitos con mi cimitarra.

    -Volvamos al pueblo-sugirió Antonio-puede que vengan muchos más.

    Recuperamos la sangre gastada con los cuerpos de los derrotados, y nos dispusimos a salir de aquel lugar, cuando de pronto…

    -Adonde creen que van.

    Era el mismo hombre enmascarado, que me había interceptado en el camino.

    -¡¿Quiénes son?!,¡¿Qué intentan?!-exigió Aran.
    -Nada que ustedes vallan a contarle a nadie.

    El tipo hizo sonar nuevamente su silbato mudo, y pronto se oyeron aquellas temibles pisadas metálicas entre los arbustos. Dos ojos brillantes se abrieron en la oscuridad, un gruñido se convirtió en rugido, y de un salto, la bestia salió contra nosotros.
    Ya estaba realmente cansada de ser humillada, y de perder mis oportunidades, esta sería la batalla definitiva, y pensaba ganarla, así que de una sola corrida ultra veloz, esquivé a la bestia y me arrojé cimitarra en mano contra su dueño. El en respuesta, sacó un arma que yo jamás había visto: una espada hecha con una columna vertebral, la cual al apretar una parte del mango se soltaba moviéndose igual que un látigo, solo que filoso.
    Con ella logró bloquear mi primer ataque, y mantenerme a ralla.

    Camila y Antonio flanquearon a la bestia poniéndose uno a cada costado de ella, intentaron atacarla con sus armas, pero el metal de su armadura la protegía.
    La nosferatu <st1></st1>dio un par de pasos atrás, tomó aire y lanzó el grito más fuerte que jamás un ser humano hubiera oído. El chillido resultó ser tan estridente, que la misma bestia quedó atontada por el. La enmascarada aprovechó entonces de tomar los colmillos metálicos de la armadura de la criatura y con su sola fuerza abrir su boca.

    -¡Ahora!, ¡mátala!-le gritó a su compañero.

    El caballero se arrojó directo a ensartarle su espada por la garganta hacia dentro, pero el animal alcanzó justo a tirar un zarpaso que desgarró parte de las alas de quién lo sostenía y desangró justo el estómago del guerrero.

    La espada látigo tenía un rango de ataque demasiado amplio para acercarme, así que en un movimiento sorpresa, detuve un ataque suyo con mi arma y con la otra mano saqué un cuchillo que tenía oculto, ataqué directo a su cara, y el se movió justo para alcanzar a quitarle su máscara. Se trataba de un hombre de mediana edad, de largo cabello blanco.
    Distraída por la revelación de su rostro, no noté que la espada de el se había enrollado en la mía, y el próximo tirón terminó haciendo caer el filo sobre mi cuello, todos los músculos cercanos a mi columna fueron destrozados, y caí al suelo casi inmóvil.

    El siguiente movimiento de la bestia fue morder el cuerpo del ventrue, moliendo de un solo golpe sus huesos y entrañas. La visión de aquello fue horrible, pero Camila no podía perder esa oportunidad. Aprovechó que la criatura le estaba dando la espalda, para subirse a su lomo. La armadura de esta tenía filosas puntas, sin embargo las ventosas que ella tenía en sus brazos y rodillas eran tan blandas, que usándolas pudo escalar su lomo y llegar hasta su cabeza. Le gritó al oído enfureciéndola, y luego le dio varios garrasos hasta destruir la armadura que protegía su cabeza, viendo por fin que cosa era aquel terrible monstruo. Se trataba de nada menos que un león, el cual, alimentado con sangre vampírica, había crecido a aquellas proporciones descomunales.
    El felino rugió una vez más, y empezó a correr descontroladamente, dándole a su adversaria apenas la oportunidad de sujetarse.

    El tipo caminó hacia mi esperando rematarme, mientras yo a toda velocidad usaba el poder de mi sangre para tratar de recuperar la movilidad de mis músculos, sin embargo, en el último instante, un enorme hombre lobo blanco apareció de la nada y comenzó a luchar contra el. Aproveché ese tiempo para gastar la sangre que me quedaba y curarme lo justo y necesario. Cuando me estaba levantando, alcancé a ver como el lobo caía moribundo a merced de una flecha de plata. Mi adversario aun así había sido dañado, esta era mi oportunidad. Me lancé contra el a toda velocidad, mas mi cimitarra fue esquivada por un pelo y quedó clavada en un árbol. El tipo me ensartó una flecha cerca del corazón, y luego saltó hacia mí con su espada. Fue en ese último movimiento, que invocando mi última gota de sangre, aumenté la fuerza de mi brazo, y de un solo movimiento saqué la espada y partí al desgraciado a la mitad.
    Caí al suelo de rodillas, exhausta, y de pronto vi caer a Camila inconciente al lado mío, y el pié de la bestia, con una gran herida y casi sin armadura, posarse justo frente a mi. La criatura se acercó preparando un ataque, pero, justo en ese instante, noté el pito en el bolsillo de mi adversario vencido, lo toqué, lo cual hizo que esta se confundiera, tomé la espada látigo y de tres movimientos se arranqué de cuajo la cabeza.
    Del agujero brotó un chorro de sangre el cual calló directo en mi cara, todo a mí alrededor se volvió de color rojo.
    En ese instante algo empezó a latir dentro de mí, el deseo de sangre se hizo más y más fuerte, mi furia creció como nunca antes y…

    Cuando recuperé el conocimiento, el lobo, la bestia, mi adversario, y hasta el caballero estaban destrozados, llenos de marcas de mordidas, y resecos, sin ni una sola gota de sangre. En mi frenesí los había vaciado a todos, sin ningún control de mis acciones, sin embargo, frente a mi estaba Camila, aun inconciente, y completa…por algún motivo, no la había atacado a ella.
    Me quedé allí sentada, simplemente esperando, y con miles de pensamientos pasando por mi mente, mientras el viento y la nieve comenzaban a cubrir toda aquella masacre.
    Las batallas siempre habían sido un gran desafío, lleno de gloria y emociones para mi, pero…el silencio que se armaba después, y aquel vacío, nunca habían dejado de helarme. Era cierto, todos teníamos una bestia en nuestro interior, la cual rugía cada día, y salía poseyéndonos en nuestros momentos de debilidad, en los vampiros solo era más brutal, pero, en el fondo todos teníamos una. Algunos lo llaman impulsos, otros maldad, otros el diablo, pero… ¿qué era realmente aquella fuerza?, ¿por qué estaba en nosotros?, ¿ella nos poseía, o realmente nosotros elegíamos actuar de esa forma?
    ¿Qué es el bien…y qué es el mal?

    Cuando volvimos al pueblo, la primera persona con la que hablamos fue el sacerdote venido de parís, contándole todo lo que habíamos visto, pronto se armó una partida de búsqueda y 12 personas fueron arrestadas, sin embargo, el cura del pueblo nunca fue hallado, y nunca se supo realmente quienes eran los tipos enmascarados que habían tramado todo esto. Lo que estaba claro, es que definitivamente alguien estaba conspirando contra la alianza Tremere-Ventrue, que ahora gobernada todo el lado oeste de Europa, ¿Quiénes serían?, ¿los tzimitse?, nadie estaba realmente seguro.
    Yo fui recompensada con sangre de octava generación y bastante dinero, sin embargo, lo que más me llamó la atención, fue lo que pidió mi compañera.

    -La verdad-dijo ella-no necesito dinero, solo información, información sobre los tzimitse, y los vampiros que gobiernan el este.
    -Si trabaja con nosotros podrá tener acceso a información como esa señorita, la alianza se verá muy beneficiada con una Nosferatu en sus filas, dígame, ¿algo en especial que desee saber?
    -Solamente…estoy buscando a alguien…
     
  3.  
    Onibaku

    Onibaku Guest

    Re: Amanecer, segundo libro. Basado en Vampiro Edad Oscura.

    Estoy muy cabriado weon ... Me haces adicto a leer esta verga!
     
  4.  
    Ailynne

    Ailynne Entusiasta

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    Re: Amanecer, segundo libro. Basado en Vampiro Edad Oscura.

    Me encantó :*-*:
    No pude evitar leerlo hoy, luego de que ayer terminara el anterior libro >w<

    Me había quedado con la intriga de cómo seguía >-<
    Y me satisfizo sobremanera :*o*: aunque quedé con ganas de seguir leyendo >.<
    siempre es así cuando leo fics sin terminar D:

    La historia es fantástica, la narración está muy bien hecha, solo hay algunos errores ortográficos
    pero por ahora no los nombraré °-° me da flojera y este es solo mi primer post aquí xP
    Solo cuida tu ortografía :3 porque por la historia no te preocupes :*//*: es maravillosa ;3
     
  5.  
    Viuh Aran

    Viuh Aran Entusiasta

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    Amanecer, segundo libro. basado en vampiro edad oscura.
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    Re: Amanecer, segundo libro. Basado en Vampiro Edad Oscura.

    Hola, por favor no me apredreen por la demora, he tenido muchos contratiempos ^^U, bueno, por otro lado me parece genial que me presionen para seguir escribiendo, asi que para los que me han seguido leyendo, acá les dejo el capítulo 3.



    Capítulo 3: enroque

    Dos siluetas observan una ciudad desde el desierto, el viento hace volar sus ropas y capas, todas muy holgadas y brillantes, y hace resplandecer la cimitarra de la figura más alta. La ciudad no es muy grande, sin embargo, la belleza de sus estructuras arabescas y sus grandes domos es sin igual a los ojos de ambos.

    -Esta es Alamut-dice el hombre mayor-la ciudad oculta del clan Assamita. De hoy en adelante, este lugar marcará tu destino, pues aquí serás entrenada para cumplir una misión escrita para nosotros, desde el inicio de los tiempos.
    -¿Destino?, ¿misión?-responde la pequeña niña.
    -Ven conmigo, y lo sabrás…



    Mi mano se acercó lentamente al puño de mi cimitarra, por algún motivo, sentía una y otra vez que algo o alguien me observaba, pero, no se quién, ni donde.
    Alrededor mío, se erguían las columnas de un misterioso palacio, hecho de unos ladrillos blancos como huesos, y cubiertos con alfombras suaves como la piel.
    Han pasado tres años desde mi última misión importante, en aquel pueblo perdido en algún bosque cercano a parís. Hoy, por fín, mi sire y yo hemos sido llamados a una nueva misión, lo cual nos ha hecho viajar a este extraño lugar en alguna parte del sur de Europa oriental.
    Esta encomienda, era tanto o más importante que la de aquella vez, esa vez me jugaba mi imagen ante mis compañeros de sangre y ante la gran jerarquía de nuestra ciudad oculta, hoy, es nada menos que mi sire, aquel que me transformó en lo que soy, quién me acompaña, y es a él a quién menos puedo fallarle.

    Siguiendo mi instinto, comencé a oler el lugar, sintiendo el llamado de la sangre. Mi sire me había dicho alguna vez, que ningún vástago estaba tan conectado con la esencia de la sangre, como un verdadero assamita. Cual sería mi sorpresa, cuando ese sexto sentido me llevó directamente hacia aquello que me observaba, era nada menos…que un ojo, un solitario ojo empotrado en una pared y conectado a un par de fibras de carne que se deslizaban por el muro. Seguí las fibras, y descubrí un segundo, y un tercero más allá, y pronto comprendí, que la alfombra y las cortinas realmente estaban hechas de piel, y que las paredes, probablemente, si eran de hueso.

    Las puertas del pasillo se abrieron de par en par, dejando salir a mi maestro, Eneos. Su mirada, como siempre era tranquila e impasible, el no le temía a nada.

    -El ya me dio mi misión-dijo-también tiene instrucciones para ti.

    Sin dudarlo más entré. El lugar era un gran aposento esta vez de piedra, con un gran trono en su centro, custodiado por dos…cosas, que parecían personas moldeadas a bestias igual que si su carne fuera pasta de arcilla. En el trono estaba sentado un hombre, de atuendos nobles, mirada vacía, y unos extraños cuernos blancos que salían de su nuca y se clavaban en la espalda de su mismo trono.

    -Tu nombre-exigió el con una voz fría como el hielo.
    -Sariah Assis señor.
    -Una mujer…bien…soy Lord Vládimir, señor de estas tierras. Dime, ¿has oído hablar de la guerra entre Tzimitses y Ventrues?
    -Bastante señor, mi último cliente fue de la alianza ventrue.
    -Ya veo, entonces serás útil. La alianza planea hacer una especie de reunión en algún lugar de la capital de las tierras británicas, Londres. Deseo que encuentres ese lugar, y silencies para siempre a un tipo llamado Engel.
    -Entendido señor.
    -Este es tu contrato de sangre-anunció mostrando un pergamino escrito con su sangre-aquí se especifica, que si fallas en la misión, te volverás mi sirviente hasta que yo lo decida.
    -Va contra nuestro honor decirle que no a un contrato señor.
    -Excelente…

    Y así, firmé otro gran contrato. Al salir, mi sire simplemente me hizo un gesto, y juntos partimos hacia nuestros nuevos rumbos. Sonaba irónico pensar, que ahora me tocaría asesinar a los mismos que hace tres años defendí, sin embargo, esa era parte de la vida de un mercenario, la única facción que debía importarme era mi propio clan. Por otro lado, llegaba a mi mente una conocida frase de mis maestros: “Para comprender algo, debes verlo desde todos sus puntos de vista”.
    El contrato incluía nuestro transporte hacia el lugar de nuestra misión. Por algunas noches, un carruaje nos llevó hacia el oeste, viaje a través del cual se nos fueron sumando algunos otros vástagos aparentemente contratados por las mismas misiones que nosotros. Finalmente llegamos a un punto en donde nuestros caminos debían dividirse. Recuerdo, que esa vez me quedé un rato mirando hacia el horizonte, fue allí cuando el se me acercó, una vez más.
    -Sariah-me preguntó-¿aun conservas ese collar de tu madre cierto?
    -Eh, si-respondí sorprendida por la pregunta.
    -Cuídalo.

    Dijo eso, y simplemente se fue, sin más despedida que esa palabra. Una parte de mí estaba consternada por esas palabras, ¿porqué diría el eso?, sin embargo, había a prendido a sacar esos pensamientos conflictivos de mi mente, igual que el lo habían hecho alguna vez. Pensé, en qué misión le habrían dado, seguramente una mucho más difícil que la mía. En cierto modo lo envidiaba, pero, también lo admiraba, deseaba ser como él. El era el único que no me despreciaba por ser una mujer en un clan de asesinos, de alguna forma, debía pagarle…tenía tantas cosas que pagarle.
    Finalmente, nuestros carruajes se separaron en distintas direcciones, cada uno, hacia su destino.

    ………………………………………………………………………………

    -¡¡¡Eneos!!!-llamó una voz- ¡ven a ver esto!

    El hombre que lo llamaba era otro contratado de la misión, su nombre era simplemente Alcón, un valiente miembro del clan gángrel, conocidos por su bestialidad, pero también, por su respeto y defensa de la naturaleza y los seres vivos.
    Habían pasado ya algunas noches desde la separación de las misiones, el grupo del maestro assamita había llegado a las tierras del sur, y acampado cerca de un misterioso castillo abandonado.

    -¿Qué habéis encontrado?
    -Hay alguien enterrado aquí, es uno de la estirpe, puedo olerlo.
    -Dudo que sea el antiguo señor de este castillo, estaría enterrado en un lugar más custodiado y escondido, bien, veamos qué nos depara allah.

    El gangrel hizo aparecen filosas garras en sus manos, y juntos comenzaron a excavar. Luego de unos minutos, descubrieron un pequeño ataúd de madera, sin ningún símbolo o emblema que indicara algo de su contenido. Adentro se encontraron con la figura de un niño, vestido con una antigua armadura y portando una espada cuya empuñadura recordaba a las cruces cristianas. Su ropa estaba quemada, lo cual una vez más había borrado toda pista que indicara su pasado, lo único claro, es que había sido enterrado como un caballero, y que el estado bien conservado de su cuerpo revelaba que se trataba de un vampiro.

    Ambos cainitas se miraron el uno al otro, y finalmente, Alcón decidió hacerse una herida en su ante brazo, y derramar parte de su elixir de vida sobre la boca de aquel cuerpo inerte. Poco a poco, aquella demacrada carne comenzó a recobrar su juventud, mostrando su verdadero rostro. Cuando su forma empezó a completarse, sus ojos se abrieron de pronto y sus colmillos asomaron, por un instante el caballero estuvo apunto de arrojarse sobre ellos, sin embargo, se contuvo.

    -Pudo controlar su sed de sangre aun después de despertar del letargo-pensó Eneos-admirable.

    El hombre de las garras, rápidamente fue a buscar un ciervo que había casado hace poco, y se lo arrojó al recién despertado, este salvajemente clavó sus colmillos en el y vació hasta la última gota de sangre del animal. Poco a poco se fue calmando, hasta que pudo ver a la cara a quienes lo habían desenterrado.

    -¿Qué año es?-fue lo primero que el balbuceó.
    -Estamos en el año 1267 de nuestro señor-respondió el oriental- ¿Cuál es vuestro nombre?
    -Aran…mi nombre no lo recuerdo, pero…me llamaban Destello… ¿qué sucedió?, ¿Dónde están todos?
    -Estas tierras fueron conquistadas hace mucho por los guerreros de allah, si había alguien en este castillo, se fue llevándose todo lo que tenía.
    -Osea que Bizancio…-balbuceó bajando la cabeza-¡debo encontrar al dueño de este castillo!, Lord Kefka, ¿conoce ese nombre?
    -Creo que si, es un lord del clan demonio, un Tzimitse, ¿no?, venid con nosotros, quizá podamos ayudarte.
    -Déme un minuto por favor.

    Rápidamente, el se levantó de su ataúd y corrió hacia el interior del castillo, dio una y mil vueltas por sus corredores, habitaciones y cámaras. Efectivamente, todo estaba semidestruido por el tiempo y el abandono. Los grandes estandartes y escudos ya no estaban, y ni siquiera las máquinas de tortura y estructuras hechas de carne que el recordaba habían quedado allí. Finalmente corrió hacia uno de los pisos más altos y entró a una habitación, miró su vacío con algo de tristeza, y luego quitó un bloque de una pared, detrás, se encontraba un relicario de color rojizo. Sonrió, lo guardó en su bolsillo, luego tomó dos puñados de tierra, que guardaba desde antes, y se los injertó a si mismo en el vientre, para después salir del lugar.
    Al verlo salir, Eneos recordó por un instante a su propia chiquilla, cuando corrió a buscar algo a su casa, antes de dejarla para siempre.
    Así, el pequeño caballero se unió a la misión. Durante algunas noches anduvieron por los bosques y estepas de aquellas frías tierras. Destello solía hablar bastante con Alcon, por algún motivo, el compartía sus gustos por el bosque, y los animales pequeños, sin embargo, también demostraba una curiosa atracción por la muerte, quedándose ha veces varios minutos mirando escenas para otros tan insignificantes, como una araña atrapando y comiendo una mosca, o hormigas luchando valientemente contra seres más grandes que ellas.
    El oriental, por su lado, trató más de una vez de ayudarlo a recordar esos fragmentos de memoria que le faltaban, pues su apellido, Aran, había causado algo de curiosidad en el, sabía que lo había escuchado en alguna parte, pero no podía recordar donde.

    ……………………………………………………………………………………….


    Luego de un par de semanas de viaje, llegamos al puerto desde donde zarparíamos hacia Londres, todo parecía normal, hasta que, poco antes que el barco estuviera listo para zarpar, vi llegar al puerto el carruaje de mi sire, y lo vi bajarse a el junto a sus acompañantes. ¿Todos íbamos a misiones en Inglaterra?, por un lado parecía lógico, pero por otro, hacía nacer un extraño presentimiento en mi interior.
    No puse mucha atención a sus nuevos acompañantes, solo me atreví a acércame a el, cuando el barco ya llevaba su rato en altamar.

    -Qué sorpresa verlo aquí señor, le dije apenas lo encontré.
    -No, la sorpresa sería que cosas como esta no ocurrieran.
    -Hum…ya le he dicho señor, no creo en cosas como el destino, ni menos aun en allah, ni siquiera en la forma de los 99 nombres que alguna vez usted me dijo, solo creo en mis manos, y en mi propia voluntad.
    -Por muy fuerte que sea tu voluntad, si no crees en un propósito para las cosas, estas pierden su sentido.
    -No señor, ya tomé mi decisión hace tiempo, viviré el mundo tal como es, con sus vacíos, injusticias, y sus pocas respuestas…no tengo miedo de las cosas que dice usted.
    -Sin embargo conservas el collar de tu madre…
    -…
    -Nuestro clan no es de asesinos porque se nos antoje, tenemos una misión sagrada, y lo sabes. Espero que cuando el día de cumplir nuestro destino llegue, aun seas capas de conservar ese collar.

    En ese momento, no supe que decir, así que simplemente, me di la vuelta y me fui.
    Por fin, la nave llegó a su destino. Desembarcamos en el puerto de Londres. Todos los vástagos de ese barco veníamos cumplir alguna encomienda de Lord Vladimir o sus aliados. Algunos tomaron enseguida su rumbo sin dar explicaciones, entre ellos mi maestro, otros se quedaron un poco más. Uno de ellos, un extraño joven vestido con pedazos de armadura, se acercó a mí.

    -Tú eres la chiquilla del señor Eneos ¿no?
    -Aha.
    -El me dijo que tú podías guiarme hasta la gente de mi clan, puedo ayudar en tu misión si quieres-dijo con una sonrisa.
    -Yo solo vine a matar a un tipo.
    -Un tal Engel ¿cierto?-interrogó un tipo de barba y ropas harapientas que estaba un poco más atrás, también es mi encargo matarlo. Hagamos un trato, hagamos esto juntos, luego al cobrar la recompensa dejamos al chico con lord Vládimir, y cada quién por su lado.
    -¿Tu también vas Alcón?, excelente, jeje.

    Los tres partimos rápidamente. La ciudad era realmente grande y laberíntica, los pasillos que se formaban entre los edificios a veces apenas dejaban pasar a una persona, además, esos rincones tendían estar llenos de alimañas, vagos y olores asquerosos; las calles principales estaban llenas de gente, e iluminadas con filas y filas de antorchas. Y ninguna calle tenía alguna notoria diferencia Copn las anteriores, todas estaban llenas de los mismos edificios y las mismas personas. Decidimos separarnos, Alcón decía saber donde encontrar ayuda, y nosotros por nuestra parte seguimos buscando información.
    Lo primero que sugirió el Destello, fue ir a las alcantarillas, en busca de los Nosferatu, pues según el ellos siempre lo sabían todo…por supuesto, cuando oí ese nombre lo primero que recordé fue a Camila, qué irónico que ahora yo estaba en contra de la facción para la que ella trabajaba.
    Tomé del cuello al primer vago que vi, y lo obligué a decirme donde estaban las alcantarillas. El simplemente apuntó con un dedo, y balbuceó la palabra “Río”.
    De un golpe lo dejé inconciente y lo vacié de su cochina sangre.

    -¡Oye!, ¡ese vago estaba ebrio!-me dijo el niño.
    -¿y?
    -humm…olvídalo.

    Pronto llegamos al río. Nunca antes había visto un río completamente rodeado de muros de concreto, era extraño y a la vez asustante. Bajamos, y entramos por un túnel húmedo, frío y oscuro.

    -¿Y ahora qué?-pregunté.
    -Observa.

    El se agachó, y emitió una especie de chillido muy bajo, poco después un par de ratas llegaron hasta él. El simplemente las miró a los ojos unos segundos, luego me hizo un gesto, y las empezó a seguir.

    -Hablas con los animales-expresé- hace tiempo conocí a alguien que también podía.
    -Muchos pueden hacerlo-respondió distraído y sin darle importancia.

    Luego de avanzar un rato, divisamos una especie de caseta con olor a madera entremedio de los túneles. Las ratas fueron hasta allí, chillaron algo, y de entre la oscuridad lentamente surgió una figura alargada y esquelética. Su sola silueta ya me recordó a lo horrible que se veía aquella Nosferatu de hace tiempo, sin embargo la negrura tapó su rostro…aunque no su olor.

    -Qué desean…-interrogó una demacrada voz masculina.
    -Buscamos a un hombre llamado Engel-dije-puedes decirnos donde está.
    -Creeeeeo que el nombre me sueeeeena, pero mi memoria es mala.
    -¿Te refrescará esto la memoria?

    El chico se volteó de espalda a el, e, increíblemente, metió su mano dentro de su mismo estómago, sin derramar ni una gota de sangre, y sacó un collar que brillaba como el oro.

    -¡Ooooooooooh!, si, si me acueeeeeerdo, la reunión de la alianza tremere-ventrue, será mañana en una cripta al oeste de aquíiii.
    -¿Tremere?-preguntó Destello-¿qué clan es ese?, jamás había oído de ellos.
    -Son un nuevo clan, diiiicen que han surgido de la destrucción de uno de los treeeeece clanes originales, del cual poco o nada queda yaaaaaa.
    -¡Qué!, ¡¿han osado hacer tal cosa?!, ¿y qué clan está extinguiéndose?
    -Esooooo costará más caroooooo.
    -…no, gracias, ya tenemos lo que queríamos.

    Se dio la media vuelta y tomó rumbo de salida. Quise preguntarle que era todo eso de los clanes, pero de pronto, el suelo se empezó a mover, y luego empecé a ver doble y después triple.

    -¿Estás bién?-me preguntó.
    -Ob…vio que sssstoy bien.
    -Te dije que no tomaras sangre de ebrios.
    -¡A quién llamas ebria!, mira como muevo mi sssspada, oe, ¡adonde vas!, ¡los alcansaré a los trrrresssssss!

    Cuando desperté, ya era el anochecer del otro día y Alcón ya había llegado de su búsqueda. El y el joven se habían enterrado en el lecho del río y me habían dejado en la entrada del túnel protegida del sol, pero a merced de las ratas. ¡Cómo detestaba este tipo de humillaciones!
    El camino hasta el cementerio pasó sin contratiempos. Al divisar la entrada, lo primero en destacar fueron 4 guardias protegiendo el lugar. Era el momento perfecto para pensar un plan, sin embargo.

    -¡¡RRRROOOAAAAARRRR!! –rugió Alcón sacando sus garras y lanzándose a pelear.

    Sin más opción, y ya sintiendo las ganas de sentir el olor de la sangre, saqué mi cimitarra y me arrojé a la batalla. Segúramente la mayoría de esos guardias tendrían poderes como la súper fuerza o la súper velocidad, sin embargo ninguno tenía la disciplina nativa de mi clan: la sangre asesina. Concentré mi sangre y mi intención de matar en una sola dirección, y eso, creó un aura de silencio de algunos metros alrededor de mí. Solo tuve que combinar eso con un movimiento rápido y certero y ¡sas!, uno menos. El segundo enseguida se dio vuelta a enfrentarme. Rápidamente lancé un golpe de cimitarra intentando cortarle la cabeza, pero de algún modo lo esquivó y mi espada terminó quebrándose contra la reja del cementerio. Creí que el próximo golpe me daría de seguro, sin embargo el gángrel atacó al tipo por la espalda, salvándome de paso.
    El tipo de las garras enseguida se fue corriendo a la puerta principal, a pelear contra 12 guardias a la vez, parecía una locura, pero el hecho de que las primeras dos espadas que impactaron contra su cuerpo se quebraran en pedasos, me convenció de que el sabía lo que hacía.

    -¡Por acá!-me dijo en eso una voz.

    El niño había encontrado un lugar por donde escalar la reja. Busqué el pedaso de mi cimitarra, sin encontrarlo, y entonces el me mostró su antebrazo mientras sonreía, de algún modo, se había injertado el filo de mi espada en ese sector.
    Pasamos la reja y luego nos dividimos, aprovechando la distracción de la batalla. El fue por la parte trasera de la cripta, y yo, usando el poder de ocultar la presencia, me quedé al lado de la puerta delantera esperando el momento oportuno para entrar. Un tipo vestido de túnica y capa roja salió y pasó sin verme, poco después el último guardia cayó muerto a manos de Alcón. Sonreí para mi misma, pensando que el resto no sería difícil, sin embargo en ese preciso instante, alguien vestido de ropas negras y cara cubierta apareció de la nada, tocó el cuello del gangrel con dos dedos, y este, se volvió ceniza…

    …………………………………………………………………………………

    Destello había llegado a la parte trasera de la cripta. A ras de suelo de esta, una rejilla le permitió ver el sitio de la reunión, una especie de sala de conferencia con un estrado, y un librero lleno de manuscritos antiguos. Adentro había solo dos personas, uno de ellos tenía que ser Engel. En ese preciso instante apareció delante de el un sujeto vestido de túnica y capa roja, con un extraño símbolo formado por un cuadrado, un círculo y un triángulo, bordado en el pecho.

    -¿Tu eres uno de esos usurpadores que se hacen llamar vampiros?-preguntó el cruzado.
    -¡Nadie desafía al clan Tremere!
    El capa roja juntó sus manos de forma ritual, y comenzó a recitar algo en voz baja. De la nada, una explosión de llamas impactó al cuerpo de Aran y lo arrojó al suelo.
    El Tzimitse, furioso, empuñó sus manos y concentró toda la fuerza de su sangre.

    -Tengo que intentarlo-balbuceó-¡Forma Zuluuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu!

    Su cuerpo entonces empezó a crecer, sus músculos se hincharon, y sus colmillos y garras doblaron su tamaño. No era la forma monstruosa que su sire le había mostrado alguna vez, pero así ya se sentía mucho más fuerte.
    El tremere volvió a concentrarse y esta vez logró producir verdadero fuego en su adversario, pero este, aguantándose el dolor, simplemente corrió y saltó envuelto en llamas contra el, le abrasó con toda su fuerza, y con sus descomunales colmillos partió su cuello en dos.
    El capa roja terminó cayendo a tierra, convertido en polvo, y el fuego desapareció.

    ………………………………………………………………………..

    ¿Quién era ese tipo de negro?, ¿como pudo vencer a un vampiro tan fuerte solo con dos dedos? Aun no había ni terminado de pensar esas frases, cuando cuatro tipos de apariencia bestial entraron corriendo y rugiendo, y se tiraron contra el. Seguramente era la ayuda que Alcón había prometido. Decidí no perder más el tiempo y entré a la cripta.
    Tal como pensé ya todos los que podían salir ya estaban afuera, así que pronto me encontré frente a una sala de reuniones, y en su interior, a un tipo sentado en un estrado, custodiado con un hombre de extraños atuendos, y una espada de filo delgado y mango cuadrado.
    A toda velocidad el tipo salió y nuestras espadas chocaron, la palea parecía igual, hasta que de pronto bloqueó uno de mis golpes con la vaina de su espada, ¡jamás había visto algo así!, en este instante me hirió muy cerca del corazón. Se preparaba para hacer su siguiente movimiento, cuando un bólido cargó contra el lanzándolo lejos. Era Destello, pero se veía más bestial que los tipos de afuera.
    Rápidamente tomé mi daga, corrí contra Engel, y antes que el pudiera siquiera reaccionar, rajé su cuello, dejándolo inconciente sobre la mesa.
    La misión estaba cumplida, ahora había que salir de aquí completos. Miré hacia atrás. El niño estaba en el suelo herido, y el tipo se preparaba a arremeter contra mi, cuando inesperadamente una espada atravesó su pecho dejándolo fuera de combate…era el tipo de negro.
    No me encontraba en condiciones de pelear, no tenía una de mis espadas, y ya estaba perdiendo sangre. El tipo me miró a los ojos…y fue entonces, cuando me di cuenta de que era lo que realmente había ocurrido.

    -…¿Señor?-pregunté.

    El descubrió su cara, y efectivamente, era mi sire, Eneos. Lentamente avanzó hacia el cuerpo de Engel, abrió su pecho con su espada, sacó su corazón, y me lo entregó en la mano.

    -Me ganaste-dijo-esto es tuyo.
    -Pero…¿porqué?
    -Caímos en su trampa, y solo ahora me doy cuenta…nos contrató a ambos para la misma misión, con la condición de volvernos sus esclavos si fallábamos…tu ganaste…ahora debo cumplir mi destino.

    Todo el viaje de vuelta al palacio de Vladimir, no tuve ni siquiera el coraje de mirarlo a los ojos. Destello por su parte, sin saber que ocurría, solo se limitó a tratar de salir de su forzaba forma bestial, y a tratar de descifrar un libro que había robado de la cripta.
    Cuando llegamos al palacio, todo parecía distinto a la primera vez, antes solo era un lugar repugnante y misterioso, ahora, se veía enorme, inexpugnable, terrible.
    Nos hicieron pasar al salón del trono. Allí Vladimir recibió el corazón, sonrió maléficamente hacia mi sire, y sin que el opusiera resistencia, metió su mano por su estómago hasta tomar su columna, y estiró sus huesos tanto hacia arriba como hacia abajo, empalándolo en sus propias vértebras. Lo último que Eneos hizo antes de desaparecer a través de una puerta llevado por las alimañas de aquel demonio, fue arrojarme su espada, junto con una última mirada de despedida.
    Enseguida el me dio mi recompensa…como si entonces me importara…y me dejó partir. Enseguida recibió a Destello con una sonrisa, al parecer los dos Tzimitses se conocían de hace mucho tiempo.

    -¡Creí que habías muerto en las cruzadas!-le dijo.
    -No señor, Gaea me salvó-respondió el niño con una sonrisa.
    -Pasa, cuéntame tus aventuras y dime en qué puedo ayudarte.

    Lo único que deseaba en ese momento, era una oportunidad de enfrentar a Vladimir y liberar a mi sire, pero, no tenía las armas ni el poder para hacerlo. Me sentí furiosa, impotente, ¡decepcionada de mi misma!, y solo entonces pensé, ¿sería ese tal Destello alguna clave para salvar a Eneos?, parecía conocerlo bien…quizá podría serme de ayuda.
    Luego de una media hora, ambos volvieron a salir, así que simplemente esperé, a oír sus últimas palabras.

    -Sobre Lord Kefka-anunció el lord- me dijeron que lo transfirieron a los Cárpatos, ahora protege un buen pedaso del territorio oriental contra la alianza ventrue y esos asquerosos tremere. Si viajas para allá no te será difícil encontrarlo. Ahora, sobre la otra persona que estás buscando…

    Los ojos del pequeño caballero brillaron.

    -Lo siento, jamás he oído ese nombre.

     
  6.  
    sirenita

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    Re: Amanecer, segundo libro. Basado en Vampiro Edad Oscura.

    hola acabo de leerme tus dos primeros libros y ma han encantado
    espero ver pronto la continuación
    chao
     
  7.  
    Viuh Aran

    Viuh Aran Entusiasta

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    Re: Amanecer, segundo libro. Basado en Vampiro Edad Oscura.

    Disculpen la demora, pero como el dije a alguien de los que lee aquí, prefiero hacer las cosas bien ;), acá va la conti.



    Capítulo 4: mordaza



    La antigua ciudad de Alamut brilla en la cima de las altas montañas de oriente, sin embargo, no todos los rostros allí brillan. La pequeña niña de largos cabellos, ahora bastante mayor, solo es capaz de mirar la noche, llena de tristeza.
    Su maestro entra entonces a la habitación, y se queda mirando su amargura con algo de curiosidad.
    <div class=" />
    -Los antiguos no me aceptarán, lo sé, ellos no me dejarán entrar al clan, solo por ser mujer…es injusto.

    El hombre toma la mano de la joven, y la lleva hacia la entrada de uno de los templos más grandes de la ciudad, y juntos entran sigilosamente. Adentro, los muros de las primeras habitaciones, están llenos de grabados, no había ninguna estatua o imagen, pero si metros y metros de escritos, contando una gran historia.

    -¿Alguno de aquellos antiguos, te ha dicho por qué realmente existe el clan assamita?
    -Siempre mencionan una misión sagrada…pero…
    -Al fondo de este gran templo, duerme nuestro fundador, el gran Haqqim.
    -¿Uno de los trece antediluvianos?
    -Los vástagos de los otros clanes creen que es uno de los trece de la tercera generación, pero en realidad, nuestro señor, es aun más antiguo. Las leyendas dicen, que el robó sangre del mismo Caín para convertirse en lo que es hoy. Si eso es cierto, significa que el es de segunda generación, aun más poderoso que los temibles antediluvianos.
    -Si los otros vampiros supieran eso, nos odiarían.
    -No pueden odiarnos, somos los asesinos a sueldo que contratan para sus planes personales. ¿Irónico no?, pero, ¿sabes por qué Haqqim decidió convertirse en vampiro?
    -No señor.
    -Por que el vio como Caín esparcía su corrupción entre los humanos, vio como el los dominaba, les enseñaba a mentir, destruir y matar y los convertía en criaturas malignas, indignas de Allah. El se convirtió, para tener el poder de luchar contra Caín y sus hijos.
    Esa es nuestra misión, la misión de toda esta gran familia que es el clan de los asesinos. Algún día, los valientes Assamitas se levantarán, y limpiarán este mundo para siempre. Si tienes ese deber en tu corazón, entonces, sin importar lo que ellos digan, serás una de nosotros.


    -Aquí es señorita-dijo mi guía-bienvenida a París.
    -Bien, aquí tienes, ahora lárgate-respondí.

    Le di una moneda al tipo y esperé atenta a que se fuera. Lo había pillado husmeando entre mis cosas y casi se las lleva. Solo lo había dejado vivir porque traía un mensaje del príncipe de esta ciudad, llamándome a una misión. ¡A qué príncipe se le ocurría enviar a un gitano a ese tipo de encomiendas!
    Habían pasado cinco años desde que mi maestro había sido esclavizado por lord Vladimir, lo único que esperaba, era alguna misión en la cual obtener información que me ayudara a salvarlo. Una vez más mi cliente era la alianza Ventrue, ¿habría alguna esperanza?
    La dirección del principado ya la tenía, así que simplemente avancé sin preocuparme de mí alrededor…hasta que, escuché unos golpes a la distancia. Me acerqué lentamente, y avisté a un tipo con una cicatriz en la cara destrozando a alguien que parecía un noble. Al verme, el atacante simplemente salió corriendo. El herido me llamó con un gesto,desconfiada me acerqué, mas, el solo tuvo la fuerza para entregarme un anillo, y deshacerse hecho polvo. ¿Era esto una jugarreta de eso que llamaba destino?
    Poco después llegué al palacio en donde se encontraba el principado, no era deslumbrante e imponente como las grandes mezquitas de oriente, pero, se notaba que la mayor parte del dinero de Francia llegaba solo hasta este lugar y sus habitantes.
    Un ghoul me condujo al interior. Aparentemente, ya llevaban largo tiempo en una reunión, así que simplemente esperé.
    Una media hora después, las puertas del salón principal se abrieron dejando salir a todos los nobles de la reunión, ninguno de ellos se dignó siquiera en dirigirme la mirada, ninguno, excepto un rostro sorpresivamente conocido, mi compañera de misión de hace ya ocho años, Camila.

    -Sariah Assis era vuestro nombre, os recuerdo muy bien. Vuestra misión será ser mi guardaespaldas mientras yo cumplo lo que me ha encomendado el príncipe.
    -Parece que ha escalado posiciones en todo este tiempo…señorita-le dije irónicamente.
    -Aquel que veis allí, es el príncipe Felipe, un ventrue, como la mayoría de los nobles por aquí, aquella es su encargada social, François, el de allí es su consejero, un tal Igor de Munhen, aquel es el sheriff, un gángrel de nombre Pétrov, es el único que me da algo de confianza. El resto son todos representantes de los diferentes clanes que viven aquí, primogénitos les llaman por ser los más antiguos de cada estirpe, yo me he convertido en la representante de los Nosferatu.
    -Oh si…muy…organizado, ¿solo debo escoltar…la, o me dice esto por algo más?
    -La reunión trató sobre algo muy importante. Hace un par de semanas, un cainita de nombre Antoin fue visto caminando de día.
    -¡¿Qué?!
    -Y no solo eso, fue a entrevistarse con el alcalde de París, un mortal, diciendo que desea dar un anuncio muy importante para todos. Ese anuncio será dentro de tres días. El príncipe Felipe teme, que el desee revelar al mundo la existencia de los vampiros.
    -Déjeme adivinar, cree que podría ser una conspiración, como lo que pasó hace 8 años, y por eso seré su guardaespaldas, ¿no?
    -No lo sé, lo qué si, hay rumores de un grupo anarquistas haciendo de las suyas por acá, quizá halla que pelear.
    -Ya veo-anuncié un poco más entusiasmada- ¿y como se ve ese tal Antoin?

    Ella me lo describió, cual sería mi sorpresa, al notar que fue justo el tipo que murió frente a mis ojos. En cuanto se lo dije, ella también se pasmó, más su respuesta fue simplemente:

    -Las cosas pasan por algo…investiguemos su casa, quizá halla alguna clave allí.

    Todo el camino hasta esa casa me quedé pensando en aquella última frase. “las cosas pasan por algo”, “Allah lo quiso así”, “es el destino”. Tanto en oriente como occidente era lo mismo, ¡cuanta cobardía, cuanta mediocridad!, ¿por qué la gente necesita echarle la culpa de sus errores a algo más? Era fácil esperar que fuerzas sin nombre escribieran el camino de nuestras vidas, pero, ¿cuanta gente tenía el valor de escribir ese camino por si misma?...pero por otro lado, estaban coincidencias como esta, esos hechos casi inexplicables que parecen ser la prueba de que hay un orden que no vemos para todas las cosas. Cientos de personas había visto sometidas a ese orden, convirtiéndose en esclavos de algo que ni siquiera comprendían, en cobardes que se dejaban aplastar por una sociedad injusta, otros tantos, intentaban interpretarlo, darle un nombre, y escribir sus leyes, haciéndose llamar sabios y profetas, y por otro lado, otros, siendo concientes de ese posible orden, se rebelaban contra el. Llenos estaban los antiguos escritos de historias como esas, irónicamente, todos seres condenados por su traición…pero, ¿Cuál de todos esos caminos era realmente el correcto?

    La casa resultó estar abandonada, solo custodiada por un cuidador, el cual, apenas nos vio, trató de esconder una botella que tenía entre sus manos.

    -¿Estabas bebiendo?-preguntó la primogénita.
    -Lo lamento-respondió el hombre tembloroso-no lo volveré a hacer, ¡lo juro!
    -Tu conducta ha sido asquerosa-juzgó ella poniendo una de sus garras en el cuello del tipo-…pero, has mostrado arrepentimiento y conciencia de tus actos, por ello, te declaro………….inocente.

    El hombre calló al suelo quebrando su botella y completamente pálido. Nosotras, comenzamos a registrar la casa, fijándonos en cada detalle, hasta que de pronto, la nosferatu notó una extraña separación entre algunas tablas, quitó un cuadro que decoraba la pared de un escritorio, y descubrió una bóveda, con un extraño símbolo. En el mismo momento en que vio aquella figura, su mirada se clavó en esta, llena de asombro.

    -…….Lilith.
    -¿Quién?-pregunté con un intento de curiosidad.
    -La verdadera primera mujer, la que se reveló contra las leyes de Dios.

    Algo de esa historia me sonaba en lo poco y nada que había oído del Corán. Que extraño parecía, ¿no eran las religiones un mensaje de orden perfecto?, ¿una respuesta a todas las preguntas?, ¿una verdad única y absoluta?, y sin embargo, dentro de sus mismas historias, habían personajes como este. “Para comprender algo hay que verlo desde todos sus puntos” decía mi sire. Sin embargo, cuantos habían levantado sus espadas y dado sus vidas, por verdades que podrían ser solo a medias.
    En ese momento, recordé el anillo, al verlo una vez más noté que tenía el mismo símbolo de la bóveda, y además, tenía la forma perfecta para la cerradura de esta. En seguida lo probé, pero lo único que logré fue limar su cobertura de oro, destapando su interior de hierro. Al parecer, solo en anillo verdadero podría abrir la puerta, y este no era.

    -La clave de todo esto tiene que estar en el anillo real-propuso Camila-no le digamos de esto a nadie aun ¿entendido?
    -Usted es mi cliente-respondí maliciosa, y llena de curiosidad por tantos pensamientos.

    Cada una se fue a sus aposentos a dormir, yo al hotel, y ella…a alguna alcantarilla por ahí. Parecía que habíamos avanzado algo, pero a la siguiente noche…

    -Hay rumores de que Antoin fue vuelto a ver de día-cuchicheó una voz.

    Yo me acababa de levantar, y todo el mundo ya estaba alborotado de nuevo. Una nueva reunión se armó y todos estaban aun más nerviosos, pues, ahora solo faltaban dos días para esa “gran revelación” que el tal Anthony haría a todo París. Para ellos, la gran duda era como un vampiro podía salir de día, para mí: ¡como carajo fue vuelto a ver si yo misma lo vi morir! Por fín todos entraron a la sala de conferencias…todos, menos la enmascarada, de quién no había rastro.
    Medía hora más pasó, y a cada segundo el ambiente se hacía más tenso, incluso yo empecé a temer lo peor, hasta que con un estruendo, las puertas del palacio se abrieron de par en par, y la mujer de piel azulada entró, llena de cenizas, y con quemaduras en toda su ropa y cu cuerpo.

    -¡Tengo que ver al príncipe!-exigió.
    -¡Qué ocurre!-preguntó Petrov abriendo la puerta de la sala de conferencias.
    -¡Encontré a los anarquistas!

    De un segundo al otro, al reunión fue cancelada, y todas las tropas del palacio se prepararon con armaduras y lanzas. En menos de 10 minutos una docena de carruajes llenos de Ghouls y guardias armados hasta los dientes y comandados por el mismo príncipe Felipe, estaban en camino hacia el sector sur.

    -¿Cómo fue que los encontró?-le pregunté por el camino.
    -Los vi saliendo de mi propio refugio cuando iba llegando, aproveché de seguirlos. Por las cosas que dijeron, se notaba que eran los anarquistas, alcancé a ver hasta donde llegaban, y luego tuve que irme, el sol casi me atrapa.

    Pronto llegamos al lugar, era una casa como cualquier otra, perfecto escondite.

    -¡Rápido!-ordenó el príncipe-rodeen las calles, pongan gente en todas las salidas, ¡quiero una barricada allí y 8 soldados en la entrada!... ¡¿Dónde están Igor y François?!

    Camila empezó a escalar al segundo piso usando sus ventosas, mientras yo y un grupo de soldados echábamos abajo la puerta principal. Adentro, sorprendimos a 5 tipos enmascarados y 5 creaturas que no se distinguían bien de una persona y una lagartija gigante. Uno de los enmascarados me enfrentó, y en ese momento me di cuenta, que el diseño de su máscara era el mismo que aquellas del culto que enfrentamos hace 8 años.
    La piel del tipo empezó a enrojecer y hervir, y de la nada sus puños proyectaron una especie de vapor que me pegó en el pecho y me arrojó dos metros para atrás, quemándome todas las capas de la piel. El vampiro trató de escapar, mas yo, furiosa, alcancé justo a cortar su tendón de Aquiles desde el suelo, y luego, en un rápido movimiento de super velocidad, lo rematé. Para ese momento ya todos los enemigos habían sido vencidos o estaban siéndolo. De pronto vi a <ST1:Pla nosferatu</ST1:P caer de espalda desde el segundo piso, y luego levantarse y salir corriendo, cuando llegué afuera, ya estaba lejos, perseguía nada menos que al tipo de la cicatriz, que había encontrado al principio.

    ………………………………………………………………..

    Camila logró sostener una distancia de más o menos una cuadra detrás de su enemigo, probablemente no podría capturarlo ella sola, así que decidió tomar la calle paralela y tratar de seguirlo desde allí, sin embargo, luego de un par de cuadras, lo perdió.
    Decepcionada, empezó a caminar de vuelta, pero, a mitad de camino, una voz la llamó pidiendo ayuda, se trataba de una anciana, vestida con ropas curiosamente elegantes. La mujer pidió sangre, de forma casi desesperada, ante lo cual Aran comprendió, que se trataba de una Ghoul, seguramente abandonada por su dueño. Accedió a darle del líquido de sus venas, y esta poco a poco fue rejuveneciendo, hasta convertirse en una joven de no más de 20 años a la cual pudo reconocer, su nombre era Catherine, y su dueño, era el desaparecido Antoin.

    -¿Niña, sabes algo de Antoin?
    -Lo siento, de un día al otro el desapareció, sin ninguna explicación, y dejó todo abandonado, incluso a mi.
    -Hum…, desde ahora yo seré quién te de sangre, y a quién servirás, ¿de acuerdo?, te advierto, deberás abandonar la vida de lujos que alguna vez conociste.
    -Lo tengo claro señorita…y acepto, solo deseo vivir, ser, y nada más.
    …………………………………………………………

    Unos minutos después, la enmascarada volvió con otra mujer a su lado, sin haber podido atrapar al de la cicatriz. El resto de la noche, fue revisar la casa y los alrededores, muchos muebles importantes ya no estaban, y había claras marcas de que el lugar había sido abandonado rápidamente. Alguien les había avisado, y habían dejado a esos cuantos sirvientes solo para ganar tiempo. Estaba claro, había un traidor dentro de la corte del príncipe Felipe.

    -Creo que cometí un error al investigar esto de forma tan superficial-balbuceó la primogénita. Catherine, entra a la corte y vigila cualquier movimiento sospechoso, Sarriá, ven conmigo.

    Ambas entramos a las alcantarillas, en donde sin mucho esfuerzo encontramos a uno de los Nosferatu al mando de mi cliente. Al parecer ellos ya estaban investigando la situación, pues cuando ella comenzó a hacerle preguntas el ya tenía bastante información disponible. Según el, había habido movimientos extraños en el sector oeste de la ciudad, ¡muy lejos de donde muchos estaban investigando! La enmascarada dio la orden de preparar al clan para una posible gran pelea, y ambas viajamos rápidamente hacia esa parte de París.
    El sector oeste, resultó ser nada menos que el barrio rico de la ciudad.

    -Bien-pregunté-¿alguna idea de cómo buscar?

    ………………………………………………………………..

    Ella se agachó, y empezó a imitar una especie de chillido, segundos después un huarén (rata) más grande que un gato apareció desde la oscuridad.

    -Dime pequeñito, has visto humanos que lleven caras como estás-dijo mostrando la máscara del culto que buscábamos.
    -¿Me darás comida?

    Camila se hizo un tajo en el brazo y le dio de su sangre, el animal instintivamente empezó a beber de esta.

    -Si, los vi en uno de sus nidos arriba.
    -¿Puedes guiarme?
    -¿Me darás más?

    Ella le dio un poco más.

    -Sígueme.

    El grupo salió a al superficie, y llegó hasta una casa bastante lujosa. Parecía vacía, pues no se veían luces.

    -¿Puedes guiarnos adentro?, tu vez mejor que nosotras en la oscuridad.
    -¿Mas?
    -Se me está acabando la sangre.

    El huarén salió corriendo, medio minuto después se oyó un desesperado maullido, y poco después la rata llegó de vuelta con un gato muerto en su hocico. La vampireza bebió de este, y le dio un poco más de sangre.

    ……………………………………………………………………..

    -Parece como si realmente pudieras hablar con esa alimaña-expresé.
    -Los animales no necesitan palabras para hablar, solo basta con verlos a los ojos.
    -Oh si, una vez conocí a alguien con esa misma habilidad, creo que se llamaba…
    -Ah, muchos pueden hacer eso, entremos.

    Guiados por el roedor, escudriñamos la casa. Realmente era muy lujosa, con muchos muebles antiguos e importados. Finalmente llegamos a una habitación del segundo piso, en la cual se oían voces lejanas. Buscamos un poco, y hallamos una trampilla debajo de una alfombra. La escamosa mandó a la rata a ver, esta bajó y volvió rápidamente un poco después.

    -Dice que hay mucha gente en mascarada abajo.

    En eso se oyeron pasos subiendo. En segundos ambas teníamos nuestra presencia oculta, Aran pegada al techo, y yo en una esquina de la habitación.
    La trampilla se abrió, y salieron, para nuestra sorpresa, dos caras conocidas. El primero era el tipo de la cicatriz, y el segundo era Igor. Ambos observaron el lugar, y luego Igor volvió a bajar dejando al otro hombre para que vigilara.
    Lentamente desenfundé mi cimitarra sin que el lo percibiera. Mi manejo de la ofuscación, o esconder la presencia, solo me permitía desaparecer quedándome quieta o haciendo movimientos muy mínimos. Caminar ya era algo más avanzado, pero era mi mejor oportunidad para vencerlo de un solo golpe. Concentré mi sangre en mi presencia oculta e intenté avanzar, sin embargo, al segundo paso, aparecí frente a el.
    En el instante en que me vio, no hallé nada mejor que lanzarme por la ventana, así Camila podría por lo menos aprovechar la distracción. Caí al patio de la casa y empecé a correr tratando de alejarlo lo más posible del edificio, pero, una cuadras más allá logró alcanzarme, agarrarme un pié y derribarme.
    En seguida lanzó tres golpes con velocidad aumentada, los cuales por milímetros terminaron rompiendo el piso. Aprovechando la posición de el me puse en guardia, y su siguiente golpe, en vez de esquivarlo, lo recibí con mi espada en frente, para que la propia fuerza de mi enemigo terminara ensartándolo en mi arma. Un golpe más lo remató, y su sangre pasó a curar mis propias heridas.
    Poco después Aran llegó corriendo, y ambas partimos a toda velocidad a avisar al príncipe. Igual que la primera vez, todas las tropas disponibles fueron enviadas a la casa. Lo único que hallamos fue el cuarto debajo de la trampilla vacío, con dos columnas y un altar ceremonial.

    -Otra vez llegamos tarde-declaró Felipe decepcionado-buscaremos a todo el que lleve máscaras como esta, y pondré una recompensa por Igor de Munhen.
    -Eso no será necesario-anunció una voz desde las sombras.

    Todos se voltearon a ver. De entre la oscuridad, surgió la figura de Igor, con una postura y mirada muy desafiantes.

    -Príncipe, ¿realmente creéis que vuestra ridícula alianza logrará algo contra nuestro poder ancestral?, ¡Pronto seremos los dueños de estas tierras!, ¡y gobernaremos sobre mortales y cainitas con puño de hierro!
    -No tenéis derecho a hacer eso.
    -Aceptadlo, vuestros ideales de ocultar la existencia de los vampiros y gobernar de entre las sombras no son más que ridiculeces. ¡Somos una estirpe superior!, ¡y los mortales son ganado para nuestras venas!...jmjm, dentro de una hora, nuestras fuerzas llegarán aquí, un centenar de guerreros aplastará vuestra patética ciudad, ¡para siempre!

    En eso, Camila se adelantó a encararlo.

    -Por los crímenes de engaño, asesinato, y el uso de personas que confiaron en vos como carne de cañón, yo os declaro, ¡Culpable!

    Ella se arrogó con sus garras en alto, sin embargo, antes que pudiera llegar, el ya había desaparecido…entre las sombras.
     
  8.  
    Onibaku

    Onibaku Guest

    Re: Amanecer, segundo libro. Basado en Vampiro Edad Oscura.

    Estoy amarrado con tu fi ... El mejor que eh leido hasta ahora!
     
  9.  
    Viuh Aran

    Viuh Aran Entusiasta

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    Re: Amanecer, segundo libro. Basado en Vampiro Edad Oscura.

    Hola niños, vengo a anunciar que no postearé por un buen tiempo en cemzoo. El motivo, es que simplemente partiré de viaje a Perú durante estas vacaciones de invierno.

    Agradesco todos sus comentarios, criticas, opiniones, quejas, pataleos, panes con queso y atomos destructores de galaxias xD, y por supuesto espero verlos a mi regreso.


    hasta pronto ;)
     
  10.  
    Viuh Aran

    Viuh Aran Entusiasta

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    Re: Amanecer, segundo libro. Basado en Vampiro Edad Oscura.

    Hola, una vez más pido disculpas por la demora, pues estuve de viaje en lugares lejanos. Bien, acá va el quinto capítulo, espero les guste ^^
    .................................................................


    Capítulo 5: reflejo.
    ffice:office" />http://foro.cemzoo.com/ />



    <FONT face=Se oyen ruidos de batalla, espadas, gritos, fuego, sangre correr e incluso rugidos de seres inimaginables. En medio de todo aquel caos, dos manos tratan de alcanzarse. Desesperadamente, aquellas manos, una masculina y otra femenina, ambas jóvenes y llenas de niñez, y a la vez ambas cansadas y torturadas, tratan de juntar aunque sea la punta de sus dedos. Sin embargo, en el último instante, se oye un rugido acercarse, y una espeluznante aberración toma al chico, y se lo lleva. Todo lo que se ve, son aquellas inocentes manos alejarse una de la otra. De la niña, solo sale un grito de horror…
    Con los años, la fatalidad se apodera de esa mano de niña, la mano de arruga, retuerce, deforma, su piel se convierte en escamas y la monstruosidad presente en todo ser humano, se vuelve la viva carne de su dueña.

    -Preparen mi carruaje-interrumpió la voz del príncipe sacando a Camila de su trance-todos los miembros indispensables de la corte abandonarán la ciudad, los soldados, los ghouls, y los que se crean fuertes para luchar, se quedarán.
    -Cobardes-murmuró Sariah.
    -Lo siento-declaró una de los primogénitos descaradamente, soy demasiado importante para morir.
    -¡Yo me quedaré entonces!-rugió Camila, apretando sus puños y haciendo rechinar sus garras de metal-¿¡nadie más tiene el valor de defender esta ciudad!?
    -Jajajaja-expresó Sariah-¿valor?, hace tiempo que no pruebo buena sangre, será divertido.
    -¡Yo me quedaré!-anunció una voz, se trataba de Petrov, el sheriff de París-conmigo será y ellas será más que suficiente.
    -Entonces-declaró el príncipe- os dejo a ustedes a cargo de la defensa, los soldados son suyos ahora…no me falléis.

    Rápidamente los miembros aristócratas de la corte subieron a sus carruajes y se marcharon de la ciudad, dejando solos a sus soldados y al trío de valientes.
    El plan fue el siguiente: llenar el suelo de las entradas de la ciudad con paja y alcohol; poner a los arqueros en los techos de las casas cercanas, y hacer puentes improvisados entre los techos. Los soldados comprendieron enseguida el plan, y comenzaron a ejecutar las instrucciones. Por todos lados se sentía el ruido de sus pasos, el crujir de la madera y los gritos de las órdenes.
    Mientras, al ver todo aquel preparativo desde un techo, un millar de recuerdos pasaba por la mente de la enmascarada.

    -Se está repitiendo-pensó ella-solo que este vez, no tengo ninguna esperanza de verlo a el…casi setenta años han pasado ya, sin tener ni una sola pista, sin tener más que…recuerdos…odio…Kefka… ¿porqué me lo quitaste?, habría preferido morir junto a el allí, que vivir la eternidad en este vacío…sin un sentido, sin un porqué…realmente merezco esta apariencia, porque ya no soy más que eso…MISERIA.

    En eso ella se fijó en un grupo de soldados rezando antes de la batalla, y recordó su visión de algo así antes, como un acto de honor y nobleza, ahora, solo sentía asco, por como seres preferían volverse dependientes de cosas que ni siquiera entendían, aceptando culpas que no eran suyas, y pidiendo cosas en bandeja cobardemente, en vez de conseguirlas con sus propias manos, y con valor.
    -Noto tu rechazo hacia esos hombres que rezan-le dijo una voz desde atrás, se trataba de Petrov.
    -Prefieren cegarse con ilusiones antes que enfrentar la vida.
    -L<ST1:Pa fe</ST1:P siempre ha sido un aliado del hombre, solo que, en estos tiempos los hombres han olvidado su verdadero significado.
    -¿Ah?
    -Antes los hombres creían en los dioses como lo que en realidad eran: símbolos, que abrían tu espíritu, te dejaban jugar con sus leyendas, y te daban libertad, para comprenderlos, sentirlos, interpretarlos, y ver su lugar en el mundo.
    -Poesía…si, he oído eso antes.
    -Ahora, con la llegada del dios de oriente, los hombres ven la palabra como una verdad absoluta, sin cambios, sin libertad. Antes los hombres eran todos distintos, ahora son todos iguales.
    -¿Y usted en qué cree?
    -Creo en el murmullo de los arroyos y del viento, en el resplandor de la luna, y en el volar de las aves, si quieres darle un nombre…llámalo Gaea.

    Un súbito recuerdo llegó a su mente…

    “¡Este es por Bizancio!... ¡este por mi hermana!... ¡y este…por GAEAAAAAAAAAA!”

    -Gaea…señor…
    -¡Camila!-la interrumpió de la nada la voz de Sariah-¡mira!

    En la calle, en medio de los soldados, un hombre corría tratando de escabullirse. Ella se fijó bien en su rostro, y concordaba perfectamente con la descripción dada a la corte, era Antoin, el vampiro que había sido visto caminando de día.
    Sariah rápidamente corrió hasta el y en un par de movimientos lo sometió en el suelo.

    -Tienes mucho que explicar-demandó la asesina.
    -¡Yo no sé nada!, ¡yo no sé nada!-declaró el tipo muerto de miedo.

    Ambas estaban a punto de llevarlo a algún lugar donde interrogarlo o amarrarlo, sin embargo, justo en ese momento, se oyó la voz de alarma, el enemigo venía en camino, no tenían tiempo de hacer nada con el. En ese instante, <ST1:Pla nosferatu</ST1:P notó en la mano de Antoin un anillo con el emblema de Lilith, se lo quitó de un tirón, y dejó al hombre ir.

    -Es la llave de la caja ¿no?-preguntó la assamita-aun hay tiempo de abrirla.

    Ambas fueron rápidamente a la casa abandonada y abrieron la caja fuerte que tenía el símbolo de Lilith. En su interior, hallaron un pergamino escrito en extraños caracteres, que hasta cierto punto recordaban al griego.

    -Denme ese papel-ordenó repentinamente una voz.

    Ambas se voltearon sorprendidas. Era Igor, que había aparecido de entre la oscuridad. El hizo aparecer tres tentáculos de la negrura y los lanzó contra ellas. Ambas trataron de esquivar, pero la habitación era demasiado pequeña, y uno logró atrapar a Sariah. Viéndose de pronto rodeada, Camila no halló nada mejor que lanzar un poderoso grito que hizo retumbar los oídos de su enemigo, agarrar a su compañera y salta por la ventana. Apenas tuvieron tiempo de levantarse, pues segundos después se escuchó el retumbar de enormes pasos en el suelo.

    -… ¿Será posible?-pensó la mujer azulada.

    Desde el techo, pudieron distinguir por fin la forma de su enemigo: un centenar de slatchas de guerra, y dos vozhd, del tamaño de tres casas puestas una encima de otra con el aspecto de enormes gigantes acorazados y llenos de estacas y cuernos, los cuales caminaban igual que gigantescos simios.
    Ante esa sola visión un tercio de las tropas comenzaron a huir, sin embargo, poco después los enemigos comenzaron a pasar sobre la trampa del alcohol y paja, y la orden de encender el fuego sonó. Por todo el frente de batalla flechas encendidas cayeron sobre el líquido, y un estallido de llamas cubrió a los desafortunados que inocentemente habían pasado encima de este. Esto de devolvió el ánimo a una buena parte de los soldados, y la verdadera batalla comenzó.
    Los gigantes pasaron sobre el fuego sin siquiera tomarlo en cuenta, y sin tampoco sentir los cientos de flechas que les llovían encima, y comenzaron a destruir las casas dando grandes manotazos y dejando montones de heridos a su paso.
    Aprovechando eso, ambas guerreas se subieron al lomo se uno, escalaron por sus placas y las flechas clavadas hasta lo que parecía ser su cabeza y empezaron a tratar de dañarlo.
    Camila golpeó al monstruo con sus garras una y otra vez, sin embargo estas solo sonaban e incluso parecía que se estaban doblando.
    En eso, la asesina intentó usando su espada, y increíblemente, esta atravesó la coraza de la criatura. Ambas mujeres se vieron asombradas por el poder de aquella misteriosa arma, ultimo obsequio de Eneos a su chiquilla. Sin pensarlo más, Sariah agrandó más y más la herida hasta llegar a su cuello, hasta que por fin, luego de dos minutos que parecieron años, el titán lanzó un lastimero rugido y calló muerto.

    -¡NO SON INVENSIBLEEEEEEEEEEES!-gritó la enmascarada a la multitud.
    -¡¡¡¡¡¡EEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE!!!!!!

    Rápidamente ambas se bajaron del enorme cadáver y escalaron a otra construcción para ir por el segundo, repitiendo la operación de igual manera y aprovechando la poca o nula inteligencia de estos terribles gigantes. Cuando la espada de la oriental llegó a la medula de su enemigo, este, en lugar de caer de frente como el otro, tambaleó y se precipitó de espalda, demoliendo una casa con su caída y aplastando a Assis entre sus escombros.

    -¡Ayúdenme a sacarla!-ordenó <ST1:Pla nosferatu con dos costillas quebradas.

    Entre varios soldados levantaron los escombros. Ella, adelantándose al resto hizo como que le tomaba el pulso (lo cual jamás ha tenido un vampiro), y declaró ante los incrédulos humanos que aun estaba viva, la dejó en un lugar donde estuviera segura del ataque y la luz del sol, tomó su milagrosa cimitarra, y encaró al ejército tambaleante.
    Un bólido pasó corriendo al lado de ella, era Petrov, quién ya tenía todo su cuerpo cubierto con la sangre de sus enemigos. Ambos se miraron un instante, y juntos se lanzaron a la batalla.

    -¡Este es por mi hogar!
    Una cabeza fuera.

    -¡¡Por los sueños que me quitaste!!

    Uno abierto a la mitad

    -¡¡¡Por la niña que nunca pude ser!!!

    Uno partido en dos

    -¡¡¡¡¡¡Por que me quitaste todo lo que amaba!!!!!!

    Y así siguió, y siguió matando y descargando su odio, sin misericordia, sin realidad, sin más que recuerdos que la atormentaban. Cuando ya no quedó enemigo que matar, siguió destrozando los mismos cadáveres, hasta que porfin el gangrel la tomó por los brazos, y la sacudió.

    -¡YA!-gritó el-¡ya se acabó!, ¡ya todo terminó!

    Ella volvió en si, viendo la destrucción que había causado, y el temor que había infundido en sus propios súbditos, miró un charco de sangre en el suelo, el cual, curiosamente la reflejaba de forma casi perfecta…y sin aguantar más, calló al suelo de rodillas, y un chorro de sangre calló de sus ojos, tiñendo de rojo lo poco que aun le quedaba de suelo en donde pararse y llenando de su llanto todo aquel fatídico escenario.




    A la siguiente noche, despertó en su recámara en las alcantarillas, rodeada por sus compañeros de clan de aquella ciudad. Se levantó en silencio, y salió a la superficie a enfrentar una vez más al mundo. Muchos de los ghouls y soldados que conocía ya no estaban. Los cuerpos de todos los monstruos ahora se consumían en una gran pira, y todo el pueblo sobreviviente estaba reunido enfrente al príncipe. Murmurando atemorizados, y preguntándose porqué los demonios los atacaban.

    -¡Felicidades pueblo de París!, ¡gracias a ustedes, hemos vencido a los bárbaros!

    Por un instante toda la gente pareció entrar en una especie de trance, y luego comenzaron a gritar llenos de alegría, “¡vencimos a los bárbaros, vencimos a los bárbaros!”

    -Así que ese es el verdadero poder de un ventrue-pensó ella.

    Lentamente entró al principado, donde la gente de la corte ya se movía rápidamente evaluando todos los resultados de aquel conflicto. Cerca de allí estaba sentada Sariah, ya repuesta de sus heridas.

    -Toma-le dijo tristemente-esta espada es tuya.
    -Oh, gracias, el príncipe dijo que quería hablar contigo.

    Ella fue a la oficina del aristócrata, luego de recibir las correspondientes felicitaciones y recompensas por su valentía. Felipe abrió un nuevo documento y se lo expuso.

    -Esta es una petición del clan tremere, ellos necesitan a alguien que los ayude en problemas que están teniendo en su territorio, ¿le interesaría a usted participar en esta misión? No es que nos interese el bien de ellos, son cosas de protocolo que hacen falta para mantener la nueva alianza.

    Ella miró a otro lado sin mucho interés.

    -Su capilla está cerca del territorio de los Cárpatos, cerca de los dominios de los tzimitse, usted mostró mucho interés en ese tema cuando recién llegó aquí.

    Debajo de su máscara, sus ojos parecieron destellar, rápidamente tomó el papel aceptando la misión, y poco después ella y su compañera venida de oriente iban en un carruaje hacia el dominio del clan de los brujos. Durante un buen trecho, se les vendaron los ojos, para que no supieran la ubicación secreta de la capilla, hasta que finalmente, ya en frente del edificio, pudieron ver nuevamente. El lugar parecía una gran catedral de piedra, oculta entre empinados y estrechos riscos de montaña.
    Dos personas vestidas de largas túnicas con diseños rúnicos y capas rojas dirigidos por otro de capa morada las recibieron y las llevaron a una sala de estar, en la cual les esperaba un hombre de cabellos blancos, expresión inquisitiva, y una lustrosa capa negra muestra de su superioridad. Una vez los lacayos salieron, el hombre por fin se levantó de su asiento y les dirigió la palabra.

    -Bienvenidas sois, mi nombre es Alastor, regente de esta capilla, y las he citado porque, necesitamos los servicios de buenas espías, pues tenemos serias sospechas sobre algo que está ocurriendo en los pueblos cercanos, y como veréis, somos vástagos intelectuales, ávidos de conocimiento. No tenemos entrenamiento ni tiempo para labores como esas.

    La nosferatu aprovechó su máscara para ocultar su desconfianza, ella sabía gracias a sus compañeros la historia del clan tremere. Ellos antes eran mortales, pero no cualquier grupo de mortales, eran magos, ¡si, existían!, sin embargo, por su deseo de inmortalidad, habían capturado vampiros y se habían convertido en vástagos a la fuerza.
    Pero eso no era todo, con su surgimiento, hace no muchos años, otro clan había comenzado a caer, un clan al que ellos mismos denominaban infernalistas y ladrones de almas, lo cual había hecho que la alianza ventrue completa comenzara a cazarlos, pero, viniendo una declaración así de seres como estos… ¿era algo realmente creíble?

    -Creemos-continuó el regente-que hay un movimiento anarquista reuniéndose en los pueblos cercanos. No sabemos donde exactamente se juntan, cuantos son, ni qué pretenden, y para eso, os necesitamos a vosotras, esperadme aquí por favor, dispongo de un poco más de información que puedo daros.

    El hombre salió por una de las puertas principales dejando a las guerreras solas, sin embargo, había descuidado un pequeño detalle, una puerta secundaria había quedado entre abierta, y poco después, del interior de esta, unos lamentos llegaron a los oídos de las invitadas. Por algún motivo, a Camila le pareció reconocer aquella voz, y dudando solo un momento, decidió bajar, usando todo el sigilo propio de su clan.
    Abajo se encontraban una serie de mazmorras, unas cuantas de ellas, con prisioneros en su interior. Cual sería su sorpresa, cuando reconoció en una de ellas a alguien que la había llenado de intriga tiempo atrás…era el hombre de tres ojos, el que no había podido salvar cuando se llevaron arrestado, 8 años atrás. El debilitado vástago levantó la vista, y regaló una cálida mirada a la niña azulada.

    -Tu…te recuerdo, tenía la esperanza en que algún día nos volviéramos a ver.
    -Usted, me dijeron lo que pasó, usted solo curó a la niña aquella vez, lo arrestaron sin razón.
    -Si hay una, los tremere, casan a mi clan, desean hacernos desaparecer.
    -¿Y porqué no luchan?, ¿por qué no hacen algo por evitarlo?
    -¿Por qué resolver las cosas por medio de la muerte y el odio?, mi misión no es odiar, es sanar, a los que deseen ser sanados.

    El miró fijamente a la niña, con sus ojos llenos de paz y esperanza, de la nada, una línea surgió en su frente, y un tercer ojo se abrió, este ojo pareció ser capaz de ver mucho más profundo que los otros, escrutando, en los mismos sentimientos de la niña, en su misma alma.

    -Has sufrido por demasiado tiempo, has vivido demasiada decepción, desesperanza y horror…sin embargo, aun así con todo ese dolor, conservas un hilo de esperanza.
    -Mi sire me enseñó bien.
    -Cuando te vi por primera vez, pensé que podías ser una buena candidata para la iluminación, ahora, lo confirmo, todo lo que necesito saber, es si deseas ser sanada.
    -Soy una jueza, la lucha es parte de mí.
    -Puedes seguir siéndolo, con el espíritu limpio.
    -Hay una persona…a la cual deseo sanar, si voy con usted, ¿podré aprender a sanar el alma?
    -…SI.
    -Qué debo hacer.
    -Solo libérame, y vuelve a donde estabas, yo sabré encontrarte después.

    Sin dudarlo más ella tomó unas llaves que colgaban cerca, liberó a su nuevo maestro, y volvió a la sala de espera. El resto solo fueron trámites, y una nueva subida al carruaje hacia un nuevo destino, lo último que escuchó antes de abandonar la capilla, fueron las quejas del varios brujos de alto rango. “¡el salubri escapó!”, “¡donde está el salubri!, ¡encuéntrenlo!”
    El carruaje bajó de las montañas durante un par de noches, hasta que en la tercera noche, a un par de horas de su destino, alguien se interpuso en su marcha. Camila miró enseguida por la ventana y, emocionada por primera vez en mucho tiempo, reconoció al hombre de tres ojos, y así, simplemente se despidió de Sariah, encomendándole la misión, y junto con el, desaparecieron entre el verdor del bosque.

    La assamita, totalmente desconcertada, simplemente siguió su camino hasta el pueblo donde era su destino.

    -Por allí-le dijo el cochero, por ese sector han sido vistos.

    Ella comenzó a explorar la ciudad, poco después notó una gran cantidad de rostros pálidos en torno a una taberna, luego de pensarlo un poco, tuvo una idea, la cual, aunque arriesgada decidió probar. Se acercó a ellos mostrando una de las mascaras que había obtenido de los anarquistas que había vencido antes.

    -Buenas noches, ¿aquí puedo encontrar a estas personas?-preguntó mostrando el artefacto.
    -Oh-respondió uno-¿vienes a unirte a los libres?
    -Por supuesto que si.
    -Adelante.

    La guerrera entró a la taberna, encontrándose en seguida con varias miradas curiosas, sin embargo, una de esas miradas llamó más su atención que cualquier otra, alguien, que antes había conocido en otra misión…Destello.
     
  11.  
    Viuh Aran

    Viuh Aran Entusiasta

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    Amanecer, segundo libro. basado en vampiro edad oscura.
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    Re: Amanecer, segundo libro. Basado en Vampiro Edad Oscura.

    Acá va la conti, para mis lectores fantasmas :P



    Misión 6: quebranto
    http://foro.cemzoo.com/ />



    <FONT face=En medio de un inmenso pastizal, en cual se mueve cual cabellos dorados al viento, se divisa una ciudad amurallada. Un inmenso ejército con estandartes de la cruz, se acercan, con pasos implacables, y el zumbido del metal y la sed de la sangre en cada respiración. Sin embargo, por otro flanco, otro ejército, arto más pequeño, se acerca, también con los mismos estandartes, pero con otra mirada, la mirada, de quien reconoce su hogar.
    Los caballeros de aquel batallón se arrodillan delante de sus monjes, pidiendo la bendición para defender su hogar de aquellos que alguna vez fueron sus aliados, y ahora eran los invasores. De entre medio de todos ellos, un niño, espada en mano, se acerca a uno de los nobles del lugar, un poderoso vampiro, de atuendos imponentes aunque gastados, y mirada, aunque marcada por el dolor, aun con ganas de mantenerse en pié.

    -Señor-murmuró el-todos tienen un Dios al cual rezarle, pero yo, he visto más de un dios, más de una forma de ver la vida, y ninguna parece ser mejor que la otra. ¿En qué puedo creer?

    El noble toma dos puñados de tierra del suelo, y se los muestra, dejándolos desarmarse en sus manos.

    -Recuerda esto hijo mío. Podrán caer los reyes, podrán caer las naciones, podrán caer los ideales, e incluso los dioses, pero la tierra, siempre será TIERRA.



    -¡Sariah!-exclamó Destello apenas vio a la oriental entrar por esa puerta-qué gusto verte, jeje, ven siéntate con nosotros.

    Ella, un poco intranquila, se sentó con ellos, junto con el se encontraban tres hombres más, todos vampiros al parecer.

    -Venía por…esto-declaró ella mostrando la máscara símbolo de los anarquistas.
    -¿Vienes a unirte?, ¡ah que bien!, llegaste al lugar correcto.

    La charla se prolongó bastante, pero ella no pudo sacarles ninguna información sobre los líderes o algo más, sin embargo, de pronto uno de los hombres sentados allí fijó su vista en un reloj de arena en una esquina de la sala, se paró de su lugar y les hizo un gesto a los presentes indicando que “ya era el momento”.
    Todos ellos más otros de algunas otras mesas bajaron entonces al sótano del lugar, encontrándose con una sorpresiva muchedumbre de a lo menos 100 personas, todos con apariencia pálida o deformada por el poder del molde de la carne, ¡jamás había visto tantos vástagos juntos! El murmullo pronto de detuvo, pues el mismo hombre que había dado la señal pronto se subió a una especie de escenario, con una antorcha en su mano. Con ella encendió un aro un poco más alto que una persona, el cual rápidamente ardió con imponentes llamas.

    -Hermanos-habló él- durante siglos hemos sido los peones de los antiguos, durante siglos hemos sido usados en sus guerras y luchas personales, ¡bajo estas máscaras hemos sido su carne de cañón!, ¡y hemos muerto como perros! Desde hoy ¡ya no las usaremos más! Viajando innumerables noches, y enfrentando innumerables peligros, he logrado obtener la sagrada llama de kupalá, con ella, los vínculos que tenemos con nuestros antiguos serán rotos, ¡y ningún hechizo podrá impedir que porfin los enfrentemos! Ellos nos llaman Sabbat, pues ahora, ¡se fundará el verdadero Sabbat!, ¡el cual seremos nosotros! Nos revelaremos contra los antiguos, ¡haremos rodar sus cabezas!, ¡BEBEREMOS SU SANGRE!, ¡Y SEREMOS LIBRES POR SIEMPRE!<ST1:P Aquellos que tengais el suficiente valor para atravesar el fuego, seréis dignos de unirse a nuestras filas y luchar por la libertad, ¡vengan!, ¡quien cruzará primero!

    Fue entonces, cuando Sariah comprendió qué era aquello contra lo que había luchado por tantos años, tanto contra ellos, al lado de Camila, como con ellos, de lado de Destello. Era simplemente un grupo de jóvenes vástagos, los cuales no deseaban más que su libertad. Pero eso no era todo…su sire, Eneos, ahora era esclavo de un temible antiguo tzimitse. Si se unía a la rebelión, tendría porfin una oportunidad de salvarlo.

    -¡YO!-gritó ella totalmente decidida.

    Todos la miraron, sorprendidos de que la primera voluntaria fuera una mujer, y ella se puso primera en la fila. Miró de frente aquel círculo de llamas, recordó una vez más todo lo que le debía a su maestro, corrió hacia esta, y de un salto cruzó.
    Uno a uno todos los presentes fueron pasando y demostrando su valor. Ella simplemente se quedó observando, hasta que de pronto, una mano se apoyó en su hombro…era Igor.

    -Qué sorpresa hallaros aquí, no sabía que conocieras a mi amigo el joven Destello, ¿estuviste en las cruzadas también?
    -…Tu otra vez…qué haces aquí.
    -Lo mismo que el resto de los valientes, luchar por un futuro mejor.
    -Púdrete.
    -…Encontraré ese pergamino…y la forma de quitártelo.

    El se alejó aun amenazándola con la mirada. Poco después, fue el turno de Destello.

    -Se romperá el vinculo con mi sire-pensó el-…el para mi siempre ha sido como un padre, ¿será eso un sentimiento real…o solo producto del vínculo de sangre?...

    Decidido a saber la respuesta saltó el fuego. Tal como el esperaba, sus sentimientos no habían cambiado, solo había desaparecido ese temor instintivo que tenía hacia el, ahora podría tratarlo por fin, como a un igual.
    Un rato después, cuando todos terminaron de pasar, el líder volvió a subir, acompañado esta vez de sus dos hombres de confianza.

    -Ahora que sé que puedo confiar en vosotros, os rebelaré mi nombre, soy a quién algunos llaman, Lugoj el lejano, y ellos, son quienes os han guiado hasta mi, Velja el vivisector, y Lambach el sangriento. En ellos podéis confiar, como yo en ustedes. Nuestros enemigos, son todos poderosos lords, que viven en sus titánicos castillos resguardados por sus ghouls y bestias de batalla. Sería un suicidio tratar ir uno por uno contra ellos, pues con matar a uno bastaría para que los otros se dieran cuenta y nos destruyeran. Sin embargo, hay un momento, una fecha sagrada para ellos que ocurre solo cada 300 años, en la cual todos los antiguos olvidan sus diferencias, y se reúnen, en un solo lugar, para invocar a un antiguo al cual piden guía y consejo. Esta fecha es llamada, la noche de kupalá. Si nosotros, unidos, los atacamos por sorpresa esa noche, cuando estén fuera de su fortaleza y desprevenidos, estoy seguro, hermanos, que podremos ganar. Todo lo que necesitamos, es conocer el lugar y fecha exactos de ese ritual. Esta será la primera misión de todos ustedes. Si tenéis contacto con algún antiguo, id con el, y tratad de averiguar esa información, de la forma más sutil posible. Ellos aun creen que somos sus sirvientes, es eso, lo que debemos aprovechar.

    En seguida recomenzaron los murmullos en la sala, todos preguntándose unos a otros distintas referencias.

    -Señor Lugoj-preguntó el cruzado-ha sabido algo de la persona que busco, ¿Lord Kefka?, ¿recuerda lo que le dije?, el luchó contra las hordas de los antiguos que destruyeron Bizancio, y está al nivel de los antiguos, el podría darnos la información.
    -Ah, tu eres el que buscaba a Kefka-interrumpió Velja-lo lamento pero tengo una muy mala noticia que darte. Después de esa batalla, los otros antiguos lo vieron como un traidor y se unieron contra el. Sigue vivo, pero, no creo que por mucho…
    -¿Qué quiere decir?
    -Para invocar al antiguo el ritual exige un sacrificio. Ese, será Kefka.

    El joven no pudo evitar un gesto de pánico.

    -Parece que tu vínculo iba más allá de la sangre-expresó Lugoj.
    -Lo salvaré…solo díganme, ¿qué debo hacer?
    -Hay un aliado nuestro listo para salir a ver a un antiguo, podrías servirle de escolta, además ha mostrado cierto interés en conocerte.
    -Bien, iré con-miró a Sariah-una colega, ¿quién es el?
    -Lo reconocerás por las cabezas en su carroza, lo llaman Vlad, el empalador.

    Pocos minutos después, los dos jóvenes se hallaban a la salida del pueblo. De entra la oscuridad de la noche, una carroza lentamente se acercó hasta ellos. Efectivamente estaba decorada con los cabezas cortadas y empaladas a los lados del asiento del chofer. Su cortina se abrió, y una mano los invitó a subir. La persona de adentro, era un hombre un tanto más joven que el promedio de los presentes en la revuelta, de expresión tranquila, piel trigueña, y una barba muy varonil. Apenas ellos entraron, la carroza comenzó a avanzar.

    -Así que vosotros sois al que llaman Destello ¿no?, ¿tenéis algún apodo?
    -Eh, no.
    -Os llamaré el cruzado, va con vuestra armadura. Ambos sois muy valientes, nadie más quería acompañarme.
    -¿Por qué?-preguntó Sariah despreocupadamente.
    -¿No sabéis a quién vamos a ver?...su nombre es Yorac, el sacerdote de la carne.
    -¿Dónde escuché ese nombre antes?-pensó enseguida el cruzado.
    -Se trata del último chiquillo viviente del gran tzimitse…ósea, cuarta generación.

    Ambos jóvenes casi se fueron de espalda.

    -¿Ahora lo ven?, fui su alumno durante un tiempo, lo he visto, he visto su catedral de carne, es como…el mismo infierno. No solo maneja el poder de la carne a la perfección, sino que también conoce como nadie la antigua hechicería de la tierra.
    -¿Hechicería de la tierra?-preguntó el niño sorprendido.
    -La disciplina escondida de nuestro clan, conocida solo por los más antiguos o los merecedores.
    -He visto vástagos haciendo magia, esos tales tremere.
    -No es lo mismo. Lo que ellos hacen es sacar poder de su propia sangre. Lo que el verdadero hechicero tzimitse, el koldún, hace, es aprovechar su conexión con la tierra, para invocar la fuerza de los mismos espíritus de los elementos, y llevarla a su sangre. Dime, ¿te interesa un poder como ese?
    -Qué aburrido-pensó Sariah.
    -La verdad…lo que me interesaría sería poder hablar con la tierra, y acercarme a…Gaea, con o sin magia, no me importa si no obtengo poder con ello.

    Vlad observó al niño con cierto asombro, hasta que, decidido ya, sacó de una recámara en su asiento un libro bastante grueso y se lo pasó.

    -Esta es una de las cinco sendas del koldún, la senda de la tierra. Puedes aprenderla por ti mismo, pero con un mentor adecuado, podría ser mucho más rápido

    El joven rápidamente metió el libro en su estómago, como el gran tesoro que era. El viaje duró muchas horas a través de las montañas. Pero por fin, divisaron un valle rodeado de montes nevados, y en su parte más baja, una entrada.

    -Escúchenme bien, de esto dependen sus vidas. Yorac se ve a si mismo como un dios. Inclínense hasta que él se los diga, no le hablen sin permiso, no lo miren a la cara, y por nada en todo el universo…se les ocurra tocarlo.

    Un tanto incrédulos de tanto consejo, finalmente entraron al túnel, alumbrados solo por una antorcha. Los primeros metros, no era más que un pasillo de piedra. Más allá, el cambio comenzó, poco a poco el goteo de los techos fue reemplazado por el rumor de la carne viva retorciéndose, y los fantasmales aullidos de dolor de cientos o miles de voces, hasta que, frente a ellos apareció de repente, la catedral de carne. El suelo, el techo, y los muros, no eran más que una enorme masa de venas, músculos y huesos, los cuales se retorcían sobre si mismos tratando se adoptar alguna forma, a veces como brazos, bocas, o incluso rostros, los cuales solo duraban unos segundos antes de sumergirse nuevamente. Paso a paso, metro a metro, todo lo que se veía era dolor, desesperación y sufrimiento. Sin embargo, aun pudiendo envolver y engullir a los visitantes, aquel enorme ser no los atacó, al parecer, su amo ya sabía que estaban allí.
    Interminables fueron los minutos atravesando aquel imponente laberinto que Vlad conocía de memoria, hasta llegar porfin a una colosal puerta de hueso, tras la cual, sentado en su trono, y rodeado de rostros agonizantes, los esperaba el…Yorac.
    Apenas lo vieron, los dos jóvenes se inclinaron obedeciendo las instrucciones del empalador, quien, luego de un cordial saludo, comenzó a tratar de convencerlo de que le diera la fecha y lugar de kupalá.
    El semidios, con una expresión tan altanera como impasible pareció escucharlo, hasta que de pronto sus ojos se fijaron en Sariah.

    -Qué interesante color de piel-mencionó el con su voz de ultratumba-acércate niña.

    Ella, un tanto asustada, obedeció.

    -Quítaos esa ropa.

    Ella no pudo evitar una expresión de indignación, sin embargo Vlad con un gesto nervioso la alentó a obedecer. Ella, furiosa internamente, no pudo más que descubrir la parte de arriba de su cuerpo. La vista de Yorac entonces se fue directo a su vientre, y una de sus tétricas manos lentamente se fue acercando. La assamita empezó a temblar, hasta que, cuando los dedos del semidios rozaron su estómago, no aguantó más y apartó su brazo de un golpe. Ante la vista atónita de los allí presentes, Yorac no hizo más que fruncir el seño. Del suelo surgieron unos brazos de hueso que sujetaron fuertemente a la oriental, y el dueño de la catedral, tranquilamente, le sacó los ojos.

    -Os daré… tres minutos para que salgan de aquí, después, conocereis mi furia.

    Ni ellos mismos supieron como corrieron hasta llegar a su carruaje y hacerlo andar a todo lo que los caballos daban. Parecía que todo había acabado, pero, cuando estaban cerca de salir del valle, sintieron un aleteo por encima de ellos. Y segundos después una bestia alada, más alta que el carruaje mismo, sin ojos, y con tentáculos rodeando su boca calló pesadamente justo enfrente de su camino.

    -Es uno de sus chiquillos-dedujo Vlad-distredlo.

    Los dos jóvenes se bajaron de la carroza espadas en mano. La asesina, aun sin ojos, le dijo a su compañero que la guiara y se lanzó a la batalla.

    -¡A la derecha!, ¡arriba!, ¡en frente!, ¡detrás de ti!

    Sorprendentemente, la asesina logró seguir las instrucciones a ciegas y hacerle dos cortes a su enemigo, los cuales por algún motivo no derramaron sangre. Sin embargo, el zulu tenía demasiados miembros y apéndices para luchar, y terminó lanzando a la guerrera contra un árbol. El cruzado entonces se arrojó a luchar, pero, antes que pudiera llegar a su enemigo, un charco de lava surgió debajo de este, y luego de un impactante rugido, lo hizo caer inconciente. Vlad había actuado.
    Destello, cansado de tanto terror, decidió rematar a la bestia cortando su cuello. Entonces un chorro de sangre oscura saltó directo hacia el, empapando todo su rostro del vital líquido. Por primera vez, saboreó la sangre de otro vampiro, un sabor que no se comparaba con el de un simple humano…este estaba cargado de victoria, y poder.
    El joven miró una vez más a su rival derrotado, sin comprender qué era esa sensación que lo llamaba desde lo profundo de su ser, soltando emociones nuevas, y deseos ocultos. Por primera vez sintió que su mente no era la única voluntad dentro de su alma…sino, que había algo más, algo…lleno de sed.
    Lentamente se acercó a la herida abierta, olió a aquella sustancia roja que lo llamaba, y sin pensarlo más, clavó sus colmillos y empezó a beber hasta la última gota de sangre de aquel cuerpo caído, hasta que, cuando parecía que ya no quedaba más que beber, repentina mente algo más entró por sus colmillos y comenzó a apretar su pecho.
    Rápidamente se apartó del cadáver, y empezó a retorcerse sobre si mismo. Recuerdos que no eran suyos emergieron y desaparecieron como burbujas en su cabeza, junto con deseos y pensamientos que no le pertenecían. Fue allí, cuando porfin comprendió lo que había hecho…no solo se había bebido la sangre de aquel vástago, sino también su alma, y ahora, debía luchar con conservar la suya.

    -No…no me poseerás-pensó desesperado-no puedo morir ahora…debo salvar a mi maestro…y debo hallar a… ¡la mujer que amo!

    De pronto el dolor cesó, y los recuerdos que trataban de desplazar a los suyos desaparecieron…sin embargo, una sensación siguió allí…PODER…ahora sentía todo aquel poder corriendo por sus venas…aquella sensación, que solo siente un animal cuando derrota a un rival y come su carne. Fascinado y exhausto, miró al cielo. Primero sonrió, después rió, y finalmente una carcajada llena de un sangriento placer salió de sus labios, para por fin, caer desmayado a tierra.
    Un eterno instante después, sus ojos vuelven a abrirse lentamente. Se encuentra dentro del carruaje, el cual ya va avanzando, y logra ver a Vlad examinando el rostro de la asesina.

    -Oh, despertasteis, la estuve viendo, los nervios y músculos pueden repararse, quizá haciendo las conexiones por encima del cráneo, podamos hacer que vea, solo faltan un par de ojos que ponerle.

    Ante esas palabras, Sariah sale furiosa del carruaje, poco después se oyen los gritos desesperados de un hombre, y luego ella vuelve con sus ojos en mano.

    -Listo.
    -¡Qué!-gritó Destello-¡acabas de dejar a una familia sin padre!

    El se baja, se oyen los gritos de una mujer y dos niños, luego el vuelve a subirse cubierto de sangre.

    -Ahora si-dijo él con una sonrisa-tiré los cuerpos al río, allí la tierra los recibirá.

    Ya con los ojos disponibles, el siguiente paso fue implantarlos de nuevo.

    -Listo-avisó el empalador-aunque las cejas quedaron medio deformes-¿importa niña?
    -Si, si importa
    -Déjadme ver-siguió el cruzado-movemos esto por acá, esto por aquí…mejor sigue tu.
    -Haber haber, la dejaste peor, solo hay que mover este hueso por acá y…eh…¡Oops!
    -Creo que si volvemos la nariz para acá y luego…mejor inténtalo tu.
    -Ufffff, solo hay que reubicar la mandíbula en su lugar…sujeta estos nervios por favor…luego darle alguna forma a este músculo y…creo que la dejé peor.
    -¿Cómo me veo?-preguntó la asesina.
    -Ehhhhhhh…tan linda como cualquier Nosferatu.
    -Déjadme intentar esto, si movemos esto acá, y esto así, mira, ¡ya parece cráneo!
    -Bueno, entonces reubicamos la piel así…y luego…¡ah!...eh…teneis un lindo cerebro.

    El rostro de Sariah ya no podía ser un mayor desastre, sin embargo, en ese instante un recuerdo llegó a la mente del joven Aran.

    -Señor Vlad-declaró el decidido-creo que ya sé que hacer, ¿me permite?

    Durante 10 minutos el moldeó los huesos, nervios, músculos, y piel de la joven con una idea fija en su mente, hasta que finalmente, le dio una apariencia humana otra vez, sin embargo, su rostro no era el de ella, parecía como si él hubiera estado pensando en alguien más…alguien, incluso más linda que la original Sariah.

    -¡Oh!-bien hecho joven Destello-expresó Vlad-aunque se ve más occidental… ¿y que pasa si…?-declaró acercando su mano.
    -¡¡No!!-gritaron los dos-¡así está bien!

    Por fin, llegaron de vuelta al pueblo y al hotel donde se refugiaban, luego de unas noches de espera llegaron las noticias de los otros grupos. Un grupo había ido donde lord Vladimir, pero habían sido rechazados por un hombre de ropas holgadas, y una cimitarra. “Mi sire” balbuceó Assis apenas lo escuchó. El último grupo había tenido un relativo éxito, teniendo unos rangos de fecha y lugar bastante precisos. Si los cálculos eran correctos, aun faltaban cinco años para kupalá, lo cual le daba a todos suficiente tiempo para planear todo con total cuidado, y entrenar mejor sus habilidades.
    Todo parecía por fin ir en marcha Un buen día, Vlad se acercó al pequeño cruzado.

    -Destello, veo que habeis leído el libro con mucho afán, lo he estado pensando, y creo que sois digno del conocimiento de la magia de la tierra. ¿Aceptais ser mi alumno?
    -¡Pues claro señor, será un honor!
    -Solo tengo una pregunta. Ya me has dicho de deseais salvar a vuestro sire, y lo más importante, acercarte a la verdadera esencia de la tierra, Gaea. Pero, ¿no hay nada más que desees hacer con ese gran poder?
    -Si…hay una cosa…solo una cosa que deseo hacer.
    -¿Cuál es?
    -Hace setenta años, fue la trágica batalla en que los cruzados tomaron Bizancio.
    -La cuarta cruzada, supe que vos y Kefka defendieron esa ciudad.
    -Fue en esa batalla, donde vi por última vez a la mujer que más amaba en la tierra.
    -¿Quién era?, ¿vuestra madre?, ¿hija?, ¿esposa?
    -Más que eso…era mi hermana.

    Justo en ese instante entró Sariah.
    -¿Cual era su nombre?
    -Camila…Camila Aran…la he buscado desde que desperté.
    -¡Camila Aran!-exclamó la assamita-¡pero si yo la conozco!



    Continuará
     
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    Re: Amanecer, segundo libro. Basado en Vampiro Edad Oscura.

    Misión 7: Espejos


    -¡Camila Aran!-exclamó la assamita-¡pero si yo la conozco!
    -Ah! e… ¿en serio?-preguntó sorprendido Destello
    -Si, es una cainita que llegó de Constantinopla
    -¡Ah!, ¡Si, es ella!
    -La conozco hace años, es la primogénita Nosferatu de París
    -…Nosferatu-balbuceó el con una sonrisa un tanto morbosa-…interesante… ¿y?, ¿Dónde está?, ¿qué pasó con ella?
    -Ella venía conmigo hacia acá en una misión.
    -¡¿Y?!
    -Un hombre se paró frente al carruaje y, ella se fue con el
    -…….Dices que… Ella, te abandonó a ti y a su misión…por un hombre… ¿Por qué?
    -No sé, se fue sin dar ni una explicación.

    La sola expresión del chico produjo el silencio total de aquellos que lo observaban. Sin decir nada, el se levantó de su mesa, y caminando de forma parecida a la que lo habría hecho un zombi, salió del lugar. Una vez cerrada la puerta, apretó sus puños, y comenzó a correr, mientras miles de pensamientos y recuerdos golpeaban su mente. ¡Tanto que la había esperado!, ¡tanto que había luchado y sufrido!, ¡tanto que había sacrificado solo por ella!

    -La verdad, es que en mi interior tampoco puedo aceptar mi destino, cada día me digo a mi misma que las cosas son por algo, pero…
    -Me siento tan inútil. De qué me sirve todo este poder, si no puedo hacer nada por ti, desearía que esa boda al menos se retrasara, que algo ocurriera, que alguien mejor apareciera, pero no, la ley es implacable, y fría.
    -¿Y quién mejor podría aparecer?, por más que lo pienso y lo medito, el único hombre en el que podría confiar de verdad…eres tu.

    -… ¿Por qué?

    -…Dios nos perdone…
    -Hermana… ¿Qué estuvimos a punto de sentir?
    -…No lo sé…

    Siguió corriendo, sin sentido, sin rumbo, sin mirar hacia ninguna parte que no fuera su propio interior.
    -Hemos estado demasiado cerca todos estos años, quizá lo mejor sería separarnos, no sea que…nuestros sentimientos se confundan.
    -Yo…solo quiero que estés bien, si tiene que ser así, que así sea. No volveré a casa hasta que esta confusión se valla, si, eso es, confusión, nada más.

    Finalmente llegó hasta el río del pueblo, apoyándose en el poste del puente. Por supuesto…el había aclarado sus sentimientos, el ya sabía lo que pasaba en su interior, ¿pero y ella?, ¿qué derecho tenía a creer que ella sentía lo mismo? No, para ella el no era más que un monstruo con emociones insanas, un ser enfermo, que había aceptado la convertirse en lo que era por su propia voluntad…ella era pura, cristalina, ¿qué derecho tendría el a estar siquiera cerca de ella?…todo este tiempo, el solo había perseguido espejismos, ¡toda su lucha había sido una mentira!...ya nada tenía sentido…ya nada valía la pena.
    Una y otra vez golpeó aquel poste hasta cansarse, y después simplemente calló de rodillas al piso. Mirando su reflejo difuso en aquella agua oscura.

    -Gaea…¿estás allí?...por favor, dime algo, dame una señal, la que sea…por favor…una respuesta, solo una respuesta……por qué…….¡por qué!

    Toda esa noche el río recibió la tristeza roja de aquel niño de ilusiones destrozadas, toda esa noche, el silencio reinó, pues ningún ser vivo, ni el agua, ni si quiera el viento, quisieron interrumpir el llanto de la mariposa nocturna.

    ……………………………………………..

    -¿Ocurre algo niña?
    -No sé, solo sentí algo, alguien sufría.
    -Déjame hacerte una pregunta, ¿deseas llegar a la iluminación, para sanar a todo el que sufre, o para sanar a alguien en especial?
    -Yo…
    -Hay algo que debo dejarte claro, para llegar a la iluminación, deberás dejar por el camino todo aquello que signifique egoísmo, absolutamente todo, incluso aquello que los inocentes no están dispuestos a dejar. ¿Aun así estás dispuesta a seguir?
    -…Si…solo dígame, por donde empiezo.
    -Podrías empezar por ese saco de monedas.
    ……………………………………………..

    El sol salió y se volvió a ocultar. Faltaban 5 años para la que sería la mítica batalla de kupalá, sin embargo, ya desde ese momento los tres líderes planeaban cómo sería la emboscada.

    -En este momento contamos con 156 vástagos y por lo menos 400 ghouls de batalla-comenzó Lugoj.
    -¿Ghouls?-opinó Igor-¿cual es esa costumbre tzimitse de usar sirvientes para todo?-nuestros enemigos son antiguos, de sexta generación para abajo, los ghouls solo estorbarán.
    -¡Ja!, ¿y qué haría un todopoderoso lasombra en esta situación?-preguntó Lambash.
    -Tomaría en cuenta a los guerreros más poderosos para ir al frente, y usaría a los sirvientes solo para lanzar ataques en masa, o evitar que el enemigo escape.
    -Los verdaderamente poderosos aquí-siguió Lugoj- somos nosotros 4, Vlad, y quizá unos 3 o 4 vástagos más, todos los demás aquí son neonatos.
    -Entonces, ¡lo que hay que hacer es entrenarlos!-expresó Lambash golpeando la mesa- ¡que suden hasta la última gota de sangre!
    -Sería lo mejor-respondió Igor-y bien, ¿de qué enemigos hay que preocuparse más?
    -Primero estaría el antiguo que duerme en el templo, es el primer objetivo a eliminar, después vendrían los más influyentes, como Vladimir, y por su puesto…Yorac.

    Todos los tzimitses allí presentes temblaron ante la pronunciación de ese nombre.

    -¿Y ese quién es?-cuestionó Igor arrogantemente.
    -El sacerdote de la carne, se cree-anunció Lugoj-qué fue uno de los principales responsables de la caída de Bizancio, junto con los antiguos de vuestro clan.
    -Yorac…ahora lo recuerdo-avisó Igor con cierta impresión-lord Kefka y yo luchamos contra una de sus sirvientes hace 70 años, fue muy difícil.
    -Kefka-balbuceó Lambash-era un hijo de puta, aunque ahora habría sido un buen aliado.
    -Su único chiquillo está con nosotros ahora, y según parece Vlad lo halló digno del arte koldúnica-anunció Lugoj-creo que lo mejor será empezar a ver hacia el futuro, entrenar lo mejor que podamos a los nuevos aspirantes…y usted Velya, que habéis estado tan callado, ¿qué opináis?
    -…tengo…un mal presentimiento…

    Así, comenzaron los 5 años de entrenamiento para todos. Por supuesto, todos los vástagos allí presentes debieron llevar una doble vida, haciendo como que aun eran ciervos de sus antiguos sires, mientras, secretamente, se reunían para entrenar, o para planificar la estrategia del gran ataque. Cada quién practicaba aquello que le parecía más importante, ya fuera esto rituales, magia, poderes vampíricos, o lucha con armas.
    En ese último aspecto Sariah comenzó a ganar más y más terreno, tanto así que con el paso de los días en ciertas noches muchos guerreros cuerpo a cuerpo se juntaban para desafiarse unos a los otros, y rápidamente ella aprendió a leer sus movimientos logrando vencer a la mayoría.

    -¡Qué!-gritó ella un día llena de orgullo-¡¿ya nadie quiere luchar conmigo?!

    Durante unos segundos todo fue rumores y silencio, hasta que alguien decidió levantarse. Se trataba de un hombre muy extraño, de piel muy blanca, ojos rasgados, vestiduras nunca antes vistas en esas tierras, y partes de una armadura de un diseño en nada parecido a lo normal. La assamita, sin prestarle mucha atención a eso, desenfundó y lo encaró, el simplemente la miró estudiando su defensa, sin dejar su posición.

    -¿Qué?, ¿no vas a desenfundar?
    -…Esta es mi pose de combate.

    Tomando esa frase prácticamente como un insulto, ella se lanzó al combate, usando al máximo su super velocidad, la cual tenía mucho más desarrollada que Destello. La pelea duró bastante, ya que luego de cada asalto de movimientos rapidísimos ambos se separaban unos segundos para analizar su defensa, y luego volvían a arremeter. Más lo más impresionante, era que el tipo de ojos rasgados siempre volvía a guardar su espada, como si fuera parte de su técnica de combate.
    Finalmente, en un asalto idéntico a los otros, el en dos simples movimientos la desarmó y apuntó su delgada espada al cuello de su contrincante, la cual quedó anonadada justo en frente.

    -¿Quién te enseñó a luchar así?-preguntó el fríamente.
    -…mi sire…Eneos… ¿te importa?
    -¿Dónde está el?
    -Es esclavo de un tzimitse antiguo.
    -Si lucho en kupalá, ¿lo encontraré?
    -…si…pero… ¿Quién eres?
    -Recuerda mi nombre…Hiro Matsu.

    El tipo guardó su espada, y sin decir más, dio media vuelta, y se marchó.
    No muy lejos de allí, Destello hacía uno de sus muchos experimentos, le había dado su sangre a un nido de termitas durante algunas semanas, y estas habían crecido hasta el triple de su tamaño normal. Ahora, las había llamado fuera del nido, y se preparaba para el siguiente paso.
    Con el poder de moldear la carne, las tomó a todas en un puñado, y las juntó en una sola masa de carne insectil, luego empezó a moldearla, tratando de darle la forma de un solo insecto enorme. Todo parecía ir bien, hasta que de pronto los animalitos dejaron de moverse…se habían ahogado dentro de su propia masa informe.

    -Muy buen intento, joven Destello-declaró la voz de Lugoj desde detrás de él.
    -Creí que con insectos sería más fácil.
    -Para poder controlar algo, primero debes comprender como funciona. Investiga como viven, piensan, e incluso sienten, y pronto serás "Destello, el señor de los insectos".
    -No soy señor de nada, ni siquiera de mí mismo.
    -Algo escuché sobre lo que ocurrió la otra noche, dicen que no eres el mismo desde entonces.
    -Salvar a mi sire es lo único que me queda, después...
    -El clásico dilema de todo vástago. Cuando se es mortal, es fácil hallar un propósito y un sentido, pero cuando el tiempo se lleva hasta tus mayores ideales, el sentido de la razón, los sentimientos y la existencia misma empieza a irse, hasta que nos convertimos en nada más que bestias, solo movidos por los impulsos más grotescos, y finalmente llega...
    -...la nada...antes, creía que todo ocurría por un propósito...
    -No dejes de creerlo, ¿tu buscas a Gaea no?, solo fíjate en su ejemplo, como cada insecto, cada árbol, cada ráfaga de viento, tienen un porqué. La forma en que la sangre circula, las nubes se mueven y dejan caer la lluvia, incluso, el orden en que los animales se devoran y vuelven a nacer. En todo eso está Gaea.
    -¿Porqué sabe tanto de ella?
    -Todo el que conozca la hechicería de la tierra, tarde o temprano se acerca al espíritu de su madre.
    -No lo sé, el poder de moldear la carne, y la magia del koldún parecen tan contrarias, uno es tan sangriento, sádico y grotesco, mientras la otra es tan...pura.
    -Esos son paradigmas que te han enseñado desde pequeño. No temas desafiar a aquello que está implantado en tu ser. Rompe tus esquemas, moldéate a ti mismo, comprende tus propios sentimientos y dóblalos, cabalga sobre tu propia locura, ríe donde otros lloran, y disfruta donde otros gritan, esa, es la esencia de un tzimitse.
    -Siempre han habido valores.
    -La moral es una herramienta del hombre, no el hombre, una herramienta de su moral...si quieres comprender mejor como combinar la magia de la tierra y el poder de la carne sin que se rechacen, pregúntale a Vlad, el sabrá ayudarte mejor que yo.
    -¿Y para lograr lo que intenté con las termitas?
    -Pregúntale a Vlad.
    -...si señor.

    Y así pasó el tiempo, con cada quién preparándose por su lado, y buscando sus propias respuestas. Cuando se dio la oportunidad, el joven cruzado decidió viajar a París, ya no sabía si realmente deseaba hallar a su hermana, pero, nada perdía con tener alguna pista. Vistiendo ropas lo menos notorias posibles, entró a al ciudad y una vez entró en contacto con vampiros, pidió presentarse ante el príncipe, fue recibido en una oficina de un caserón por un secretario, un gángrel.


    -¿Cual es tu nombre hijo?
    -Destello Aran señor, vengo de Constantinopla.
    -Esa ciudad ya no existe, ahora los turcos la llaman Estambul.
    -Eh…claro, no me acostumbro a llamarla así.
    -¿Tu Clan?
    -Gángrel.
    -Ah, por fin alguien de la estirpe, te saludo, soy Petrov, el sheriff de aquí ¿Algo que quieras saber?
    -Si, estoy buscando a alguien, mi hermana, Camila Aran. Supe que tenía un cargo importante por aquí, ¿usted la conoció?
    -Aran…Aran… ¿Dónde escuché ese apellido antes?, Katherine, ¿puedes venir?

    Entró a la oficina una mujer, de no más de 25 años, de rasgos y color un tanto orientales.

    -Dime, ¿recuerdas a una tal Camila que hubiera estado en la corte?
    -Por supuesto señor, ella me recogió justo después que Antoin desapareció, estuvo unos días aquí y luego se marchó, todo esto hace un par de años.
    -…No me acuerdo.
    -Era la primogénita Nosferatu señor, ustedes lucharon juntos contra una invasión de slatchas.
    -…No me acuerdo.
    -¿Sabes algo de su paradero?-preguntó el joven.
    -Solo que se fue junto a alguien más a una misión, creo que encargada por el clan tremere, desde entonces no ha vuelto, y no se ha sabido nada más.
    -…Entiendo, bueno, eso era, muchas gracias, no tengo nada más que hacer aquí.
    -Así se habla-expresó Petrov-un buen gángrel siempre debe moverse.

    Destello salió del lugar, cabizbajo, sin embargo…

    -Aran-balbuceaba el sheriff-¿Dónde escuché ese apellido antes?
    -¡Es mi apellido señor!-respondió la joven.
    -Pues también es el apellido de ese chiquillo, y habló de Constantinopla, ¡anda, alcánzalo!

    Katherine salió corriendo a alcanzarlo, pues miles de respuestas surgirían de ese solo encuentro…sin embargo, el ya se había ido.

    Con el paso del tiempo, el movimiento de las estrellas fue indicando poco a poco el momento de kupalá. Al tercer año de entrenamiento, el centro de reuniones pasó a ser el reino dirigido por Vlad, un lugar donde la ley y el orden eran implacables, y el que se atrevía a rebelarse, terminaba empalado en una estaca, decorando los caminos de entrada, o el patio de su castillo. Cada mes el ánimo se hacía más ansioso y tenso, luego, cada semana, luego cada día.
    Faltaban solo dos semanas para aquella noche, cuando algo inesperado sucedió.

    -Señores, esta será la última reunión antes de que el plan definitivo comience-anunció Lugoj-después de la información que se les dará aquí, todos deberán dividirse, y nos volveremos a ver solo en los puntos y momentos indicados. Hasta ahora los antiguos no sospechan nada, y es porque hemos sabido movernos sigilosamente, y porque solo hemos dejado la información importante en la gente adecuada. Hoy es cuando deberemos confiar, en todos, pues los necesitamos a todos y cada uno de ustedes. Hermanos, Kupalá será el 12 de diciembre, a las 12 de la noche. El lugar…es el valle de los cuatro picos. Llegaremos por los tres flancos principales, en tres grandes tropas, y desde allí atacaremos antes que el antiguo sea despertado.
    -¡Señor!-interrumpió la voz de un capitán allí presente-tengo también algo que anunciar.
    -Hablad-demandó el líder un tanto sorprendido.
    -Tengo que decirles que… ¡SOY UN ESPÍA!, ¡GUAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!

    En medio de la conmoción causada por esas declaraciones, el tipo corrió hacia un lugar alto, cambió a toda velocidad a la temida forma quiróptero, es decir, la forma zulu mejorada y con alas, y salió volando hacia el bosque.

    -… ¡ATRAPENLOOOOOOOOO!


    Continuará.
     
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    Re: Amanecer, segundo libro. Basado en Vampiro Edad Oscura.

    sorry, post repetido

    o o o o o o o o o o
     
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    Misión 8: Lamentos
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    <FONT size=3><FONT face=Camila se encontró de pronto en un lugar rodeado de niebla, con sus garras de metal llenas de sangre, y con Kefka, sometido en el suelo, derrotado, listo para morir.


    -Mátame-gruñó él.
    -No, no sin juzgarte, no sin tu confesión
    -Yo me llevé a tu hermano, yo te convertí en lo que eres, anda… mátame
    -¡No!, ¡no así!, dime, ¿Cuál era tu búsqueda?, ¿porqué luchabas?
    -Porque es nuestra condena, nuestro destino… ¿acaso crees que puedes salvar a alguien?, ¿acaso crees que puedes entregar justicia y paz?, ¡no!, ¡lo único que has hecho hasta ahora es matar y destruir, y eso es lo que siempre harás!, ¡eso es lo único que puede un cainita darle a este mundo!
    -No…, eso no es cierto, y jamás lo será…
    -¿Y que te hace suponer eso?
    -El hecho… de que amo a mi hermano… con todo mí ser…

    En ese instante despertó asustada. Miró hacia todos lados, encontrándose con su maestro sentado al lado de ella, con un saquito con extraños polvos en sus manos. Estaban en la misma montaña semidesértica en la que ya habían pasado tanto tiempo.

    -¿Cómo te sientes?-preguntó él.
    -Siento…que acabo de dejar una gran carga atrás.
    -Tu odio, y tu rencor, han desaparecido, felicidades, acabas de dar el segundo gran paso.
    -¿Qué sigue ahora señor?
    -Jm…he obtenido en mis últimos viajes datos que te serán muy interesantes. Dentro de poco ocurrirá una gran batalla en las montañas de los Cárpatos. Tu hermano estará allí.
    -¡Ah!
    -Conozco el momento y lugar exacto de ese evento, si deseas ir, la decisión es tuya.

    ………………………………………………………………..

    -¡Rápido!-ordenó Lugoj-muevan todo, ¡si ese tipo nos delata no debe quedar ningún rastro de nosotros!, Lambash, Vlad, ¡tomen a quién les parezca confiable y atrapen a ese espía!

    En cosa de minutos, dos carruajes salieron detrás del infiltrado. En ellos iba una selección de los cainitas más poderosos disponibles para la batalla. Los elegidos eran: Vlad, Lambash, Igor, Sariah, Destello, y otros dos desconocidos hasta el momento.
    Cuando llegaron al lugar donde habían visto aterrizar al infiltrado, divisaron las huellas de un carruaje y de doce caballos, ante lo cual salieron a toda marcha, esto se había transformado en una carrera contra el tiempo.
    Los carruajes anduvieron durante 3 días y tres noches. Fue incluso necesario darle sangre vampírica a los caballos convirtiéndolos en ghouls que pudieran resistir ese tremendo esfuerzo. Por su parte, el que huía, no pudo hacer lo mismo con todas sus bestias, y tres de ellas aparecieron muertas por el camino en distintos momentos.
    A medida que el trayecto avanzaba, para algunos el paisaje comenzó a hacerse familiar, hasta que, viendo la silueta de montañas ya conocidas, fue imposible no exclamar ante la sola impresión…se acercaban… a los terrenos de Yorac.

    -Tenemos que evitar que llegue hasta el-anunció Vlad.
    -Pero, bastaría con evitar que el grande y feo saliera ¿no?-preguntó Sariah.
    -No-respondió Lambash-él conoce el poder de ver más allá de los ojos hasta sus niveles más altos, tanto así, que es perfectamente capaz de desdoblarse, y salir volando como un espíritu.
    -¿Cómo sabe tanto de el?-inquirió uno de los guerreros.
    -Fuimos chiquillos del mismo sire.

    Por fin los vehículos atravesaron la entrada de las montañas llegando al valle dominado por el matusalén. En el fondo de este se divisaba el carruaje del enemigo ya estacionado, y la entrada a la terrible catedral de carne, la cual ya habían visitado sudando hasta la última gota de escalofrío.
    Por suerte para ellos, o quizá para desdicha, el sol a esa altura ya estaba asomando. Ni ellos ni el tipo del carruaje podían arriesgarse a salir hasta la próxima noche. Para todos fue un sueño tenso y escalofriante, lleno de temores, emociones encontradas y hasta pesadillas. Cuando el astro rey volvió a ocultarse, todos apenas abrieron los ojos, tomaron las armas más cercanas y registraron a su alrededor. Primera sorpresa de la noche, el ghoul conductor estaba muerto.
    Sin más que hacer que tomar su sangre para llenar la gastada, miraron una vez más aquella pavorosa entrada, trataron de hacer a un lado sus miedos, y bajaron hacia la catedral. El único que parecía no tener miedo era Igor, y era lógico, pues siendo de otro clan y no habiendo conocido aquel lugar, poco o nada sabía de lo que estaba por venir.

    -Apártense-anunció Vlad-Destello, aquí tienes una muestra del verdadero poder del koldún.

    El se dispuso frente a la entrada y se concentró cerrando sus ojos. Segundos después a un par de metros de el empezó a brotar nada menos que lava de las entrañas de la tierra, y en un dos por tres, el camino ardiente se expandió como una flecha hacia el interior del laberinto. El empalador empezó a caminar lentamente, y la misma lava le hizo un espacio para que el y el grupo pasaran.
    Comprendiendo que ese era el inicio de la excursión, el equipo avanzó, todos empuñando sus armas firmemente, preparándose para la que podría ser la batalla más terrible de sus vidas…o la última.
    Igual que la primera vez, durante los primeros diez metros era un simple pasillo de piedra húmeda y fría, hasta que luego, solo iluminados por la sustancia incandescente, se encontraron de frente con los cientos de manos deformes, tentáculos carnosos, y rostros desesperados que surgían de la masa de carne viviente pegada en aquellos muros y el techo.

    -Qué…mierda es esto-exclamó Igor impresionado.

    El magma los protegía quemando la carne del suelo en frente y detrás de ellos, sin embargo el pasillo era angosto y no demasiado alto, y pronto todos tuvieron que adoptar una postura defensiva espalda con espalda, formando un círculo que protegiera a Vlad.
    Durante minutos que parecieron horas, el grupo luchó incesantemente contra las decenas de brazos que surgían de todas partes tratando de agarrarlos, más, cada vez que cortaban alguno de los miembros que los acataba, este era nuevamente arrastrado a la masa de carne y volvía a formar otra horrenda extremidad.
    La situación parecía no poder empeorar, hasta que, el camino de magma se acabó.

    -¿Y ahora qué?-murmuró Lambash
    -Tendré que quedarme aquí para seguir formando el camino-declaró el empalador-los alcanzaré después.
    -¿Seguro señor?-preguntó Destello nervioso.
    -Si, y si llego a ser incapaz de seguir creando camino, tú síguelo, ya tienes la pericia suficiente para hacer algo así.
    -…Si señor.

    Y así, el maestro del cruzado quedó atrás, siempre en su serena pose de concentración. El grupo así pudo juntarse más y seguir avanzando durante algunos minutos. Fue allí cuanco Igor, ya cansado de tantos brazos tratando de halarlo, decidió usar su poder de la sombra y convertirse en un montón de oscuridad con forma humana. En ese estado, físicamente invulnerable, se adelantó corriendo a ver que había más allá.

    -¡Yo quiero hacer eso!-exclamó la assamita.
    -Yo puedo hacer algo así- se dijo Aran a si mismo con una cínica sonrisa, convirtiendo poco después todo su cuerpo en sangre y avanzando en forma líquida por el camino.
    -¡También quiero hacer eso!-gritó la asesina más frustrada.

    Sin embargo, ese movimiento resultó ser un error, pues del muro latente salió una especie de trompa que empezó a beberse al joven. Sariah enseguida corrió hacia el y cortó la trompa. El niño volvió a su forma original, agarró el pedaso de carne con su mano y lo mordió tratando de recuperar la sangre perdida, segundo gran error, pues la sangre ya asimilada por la catedral se había vuelto ácida quemando su boca. Furioso, arrojó a la cosa al muro, con el cual se volvió a fusionar. Fue entonces cuando Igor llegó de vuelta.

    -El camino termina un poco más allá-avisó.
    -¡Ve a ver que pasó con Vlad!-gritó Lambash.

    El ser sombrío partió entonces en esa dirección.

    -¡Ayuda!-pidió entonces el ghoul que iba con ellos, desesperado.

    Varios brazos de la catedral lo habían atrapado, y ya el muro había empezado a asimilarlo. En los tres segundos que el tardó en ser absorbido, lo único y mejor que se pudo hacer, fue simplemente cortarle la garganta. Era mejor que muriera, a pasar la eternidad como parte de ese engendro torturado. No mucho después, Igor regresó.

    -¡Está peleando con dos de sus chiquillos!-llegó anunciando.
    -¡No podemos volver a ayudarle!-rugió Lambash-no queda otra, Destello, ¡has tu el camino que sigue!, ¡nosotros te cubrimos!

    El pequeño cruzado se puso al frente, protegido por el resto del grupo. Con su mayor esfuerzo, hizo lo que pudo por apartar su temor, concentrarse, e invocar el poder de la tierra, por primera vez, en una batalla real. Pocos segundos después, la carne del suelo delante de ellos, fue tapada por un puente de piedra, por el cual el grupo por fín pudo seguir caminando.

    -¡Tu método es muy lento!-exclamó Lambash.
    -¡Es lo que hay!- gritó Sariah-¡sigue peleando!

    Todos siguieron luchando contra la catedral cortando y zafándose cada protuberancia sanguinolenta que se les echaba encima. Durante dos bifurcaciones, siguieron los consejos de Igor quien había visto hasta más adelante, pero, en la siguiente, todos quedaron en blanco.

    -No hay tiempo de que Igor valla a ver-pensó Destello desesperado-hay que decidir, o uno u otro…¡¿pero cual?!

    La carne se empezó a acercar a ellos, todos seguían luchando sin descanso, solo esperando la decisión.

    -Si elijo mal…todos moriremos.

    Una extensión de carne entonces atrapó un brazo de Sariah.

    -¡Vamos a morir!-Gritó el tzimitse que iba con ellos.

    La situación parecía perdida, pero en ese instante, en un ademán de total valor y rebeldía ante el destino, Assis se cortó el brazo que había sido atrapado.

    -¡¡Esto no se acaba hasta el final mierdaaaa!!

    Todos la miraron por un instante, y comprendieron.

    -Tiene que haber una solución-pensó Destello-el poder de la tierra no sirve ahora…espera… ¡si sirve!…espíritus de la tierra-murmuró-por favor, ayúdennos a hallar el camino, se los suplico, venimos a destruir a este demonio opresor, por favor ayúdennos.









    -…Derecha…-murmuraron varias voces en su mente.
    -¡Ah, son ustedes!
    -Tu camino es el de la derecha, anda ve.
    -Gracias…
    -No agradezcas…llegará el día en que habrás de pagarnos.

    El pequeño tzimitse concentró su poder entonces, y creó el camino, hacia la derecha. Sin siquiera preguntar, el resto del grupo lo siguió, los siguientes minutos fueron para todos una eternidad, hasta que por fin, luego de tantas horribles peripecias, llegaron frente a la misma puerta de hueso que vieron la primera vez. Al otro lado, lo que les esperaba era una cámara en forma de media esfera, cuyos muros estaban tapizados por los rostros agónicos y desesperados de los miles de seres que alguna ves fueron atrapados en <ST1:Pla catedral</ST1:P de carne. El suelo también era una masa viviente, la cual no se los había tragado solo por exentrisismo de su señor. Segundos después apareció Vlad, herido, cansado y con sus vestiduras salpicadas de sangre. Por fin el grupo estaba completo. En ese instante, un enorme rostro apareció de entre las caras con una sonrisa de fría maldad. Era Yorac.

    -Criaturas insolentes. Se han atrevido a entrar, ¡en el refugio de un Dios! Miles de castigos hay peores que la muerte, pero primero, jugaré un poco con ustedes. Veamos que pueden hacer contra mis chiquillos.

    En la cima del techo esférico de aquel lugar, cuatro pares de ojos de abrieron. Eran los sirvientes del sacerdote de la carne. Los cuatro desplegaron sus armas, incluso una de ellos invocó su forma horrenda, convirtiéndose en un engendro de tres metros, con los músculos al aire, estacas en todas sus articulaciones, y un solo enorme ojo que llegaba casi de hombro a hombro dejando al resto de la cabeza como un insignificante apéndice, y los cuatro se lanzaron hacia sus enemigos.

    -¡El más grande es mío!-rugió Lambash-¡forma zuluuuuuuuuuuuu!

    Gran parte de su cuerpo de convirtió en un exoesqueleto de hueso, y todos sus dientes crecieron formando un círculo de estacas hacia el frente.
    Los dos Zulus se desafiaron con la mirada. Vlad y uno de los otros tzimitses se dirigieron a un enemigo. Igor y otro fueron hacia otro más, y así, Sariah y Destello, que ya tenían cierta experiencia en batalla juntos, encararon al último.

    -…Ha llegado la hora-meditó el cruzado-es el momento de luchar con todo mi poder.

    Todo el poder de su sangre se concentró en su corazón, y en un solo estallido, su cuerpo se empezó a expandir. Sus miembros es estiraron, llegando sus garras casi hasta el suelo. Sus costillas salieron de su torso como estacas de hueso. Decenas de espinas aparecieron en sus brazos y piernas. Su boca se estiró 5 o seis veces el tamaño normal y bajó hasta la altura de su pecho, separándose de su rostro y tomando una postura vertical, llena de varias filas de dientes. Su cabeza se hundió entre sus descomunales hombros, dejando ver sus ojos brillantes y rasgados con facetas como las de un insecto, y finalmente, dos majestuosas antenas parecidas a las de una polilla o mariposa nocturna, surgieron de su frente, el sello del padre en el hijo. La marca que lord Kefka, había dejado en al alma de su progenie.

    Y así, comenzó la batalla.

    ¡Rugidos y gritos de todos lados! ¡Saltos, golpes, choques de filos! ¡Bultos volando cayendo e impactando! ¡Sangre, espinas, trozos de armas y de carne volando por doquier!

    La asesina invocó toda su supervelocidad y se arrojó con su cimitarra contra su enemigo, increíblemente, los 4 ataques que ella hizo en solo un segundo fueron evitados, y acto seguido, el demonio enterró su mano en el vientre de ella, hasta llegar a su espina dorsal y paralizarla completamente. Justo después unos lasos de carne unieron su cuerpo al brazo que la había atrapado. Había sido convertida en un escudo humano.
    Destello, ya en su forma bestial, trató de impactar con sus espinas por otro flanco, pero, inesperadamente, Sariah desapareció dentro de tzimitse, y volvió a aparecer justo por donde el estaba atacando recibiendo el golpe. Así el no pudo hacer más que retroceder para pensar otro movimiento.

    -¡Aaaaaaahjjajaajjaja!-rió el guerrero.

    El trató de pensar rápido, sin embargo, una llamada de auxilio lo interrumpió.

    -¡Ayudenmeeeeeeeeee!

    Se trataba de Igor, que estaba siendo absorbido por el suelo viviente, mientras su contrincante lo pisoteaba, gritando “¡cae, cae, jajajaja!”
    Solo tuvo un par de segundos, para mirar a sus camaradas en aprietos, y elegir a quien salvar. Si trataba de ir por el LaSombra, no solo no llegaría, sino que le daría tiempo a su oponente para matar a su compañera, así que la mejor opción, fue ir por ella.
    A toda velocidad se arrojó en una nueva embestida, sin embargo en el momento en que el escudo humano empezaba a aparecer donde impactaría su zarpa izquierda, frenó su movimiento y atacó con la derecha. Una verdadera finta con la cual engañó a su enemigo y le cortó las piernas de las rodillas para abajo.
    El hombre trató de defenderse mientras caía, pero bastó con una patada espinosa, para convertirlo en polvo.

    -¡Sariah!, ¡Despierta!, ¡Despierta!-gruñó con su voz monstruosa

    Ella logró reponerse muy mareada. El resultado de esa batalla fue: todos los enemigos derrotados, pero habían perdido a los dos guerreros que iban con ellos, y a Igor. Ahora solo quedaban los dos jóvenes, Lambash, y un terriblemente cansado Vlad.
    Fue solo entonces, cuando la cara gigante que representaba a Yorac desapareció, descubriendo la verdadera forma del sacerdote de la carne. El, sentado en su trono de hueso, y con una expresión de absoluta frialdad, simplemente se limitó a mirarlos de forma despectiva.

    -Fascinante…nunca pensé que lograran llegar tan lejos…
    -¡Muere!-gritó la assamita disparando su ballesta.

    Una extensión del muro detuvo la flecha, a menos de medio metro de su blanco.

    -Sin embargo…solo llegarán hasta aquí. Sujétenla, y al resto, ¡cómanselos!

    Del suelo surgieron tres garras de hueso que sujetaron a la joven, mientras, el resto de la carne comenzó a escalar por el cuerpo de los otros guerreros, quienes desesperadamente empezaron a tratar de zafarse. El semidios, tranquilamente se acercó a Assis.

    -Te atreviste a atacarme…

    En ese momento ella, con toda su fuerza logró liberar su brazo y le lanzó un golpe de cimitarra. Él, mucho más rápido, simplemente detuvo el arma con su mano desnuda, la observó fríamente, y, en frente de ella, partió la espada a la mitad. Las piezas cayeron así al suelo y curiosamente, tanto el filo como una pequeña boca de tigre esculpida en el mango, sangraron.

    -La espada de mi sire…-susurró ella-…rompiste… ¡¡la espada de mi sire!!
    Es frenesí, era el momento en que un vampiro perdía absolutamente el control de si mismo, convirtiéndose en una bestia sin más conciencia del mundo que aquello que desea destruir. Solo dos cosas podían activar este estado, la falta de sangre, y la furia.
    Los colmillos de Sariah entonces surgieron de golpe, e incluso pareció que sus músculos se hincharon. En un estallido de fuerza ella rompió todas sus ataduras y arrojó un garraso con toda su fuerza, impactando justo en la cara del lord. Acto seguido arremetió a morder su cuello, sin embargo, ninguno de esos ataques le hizo el menor daño, y el matusalén simplemente la atrapó sujetando su cara con una mano y elevándola. Ella seguía forcejeando en su estado bestial, pero contra aquel semidios, era lo mismo que un insecto pataleando por su vida.

    -¡SEÑOR VLAD!-Gritó Destello ya con la mitad de su cuerpo tragado por la carne-¡TENEMOS QUE HACER ALGO!

    Vlad, a esa altura solo pudo devolverle a su discípulo una mirada de tristeza, y caer inconciente, víctima del cansancio. Mientras tanto Yorac hizo aparecer un haz de calor en la punta de su dedo, y con eso empezó a perforar lenta e implacablemente la frente de su víctima. Nadie era ya capaz de intentar nada, todo estaba completamente perdido.

    -Gaea…por favor ayúdame-imploró el pequeño cruzado-yo... ¡ya no puedo más!...¡GAEA!

    Sin embargo, no fue precisamente la voz de gaea la que llegó a sus oídos, sino otros murmullos, mucho más cercanos.

    -Ellos…derrotaron a sus chiquillos…-dijo una voz.
    -Y ella, ¡logró tocarlo!-dijo otra.

    Aran miró hacia arriba de si, mientras aun forcejeaba, las voces venían nada menos, que de los rostros que tapizaban aquella cámara de la catedral de carne. Eran los rostros de todos y cada uno de los humanos y vampiros que habían sido capturados por aquella masa de carne, y que habían estado allí por cientos, o quizá miles de años. Esas dos caras dijeron sus frases, y pronto, gran parte de las otras estaba murmurando.

    -Si…-dijo Destello-¡si!, ¡vinimos a derrotarlo!, ¡aun no nos hemos rendido!, ¡confíen en nosotros, podemos hacerlo!

    El murmullo se hizo más fuerte.

    -¡Acaso no son fuertes!, ¡acaso no pueden revelarse!, ¡el no es invencible!, ¡acaban de verlo!

    Todas las caras comenzaron a hablar.

    -¡Confío en ustedes!, ¡solo les pido que confíen en mi!, ¡confíen en nosotros!, ¡podemos hacerlo!

    Así, arriesgando su vida, el decidió dejar de forcejear y dejarse atrapar por la masa de carne.

    -¡¡CONFÍEN EN MI, COMO YO CONFÍO EN USTEDEEEEEES!!

    Y cuando ya lo habían absorbido hasta el cuello…la catedral se detuvo. Yorac, desorientado, soltó a Sariah.

    -¿Qué ocurre?, ¡¿Por qué no los destruyen?!

    Todos los guerreros fueron liberados.

    -¡LES DIJE QUE LOS DESTRUYERAN!

    Ante la atónita mirada de todos los presentes, una estaca de hueso, gruesa como un baobab, surgió del suelo y atravesó de lado a lado al matusalén, después surgió otra, y otra, y otra más. Las cuales lo hicieron gritar de dolor. Finalmente, con el semidios botando galones de sangre por su boca, las garras de hueso lo elevaron llevándoselo, y toda la estructura empezó a temblar.

    -¡Se va a derrumbar!, ¡salgamos de aquí!-gritó Lambash.

    Lambash cargó en su hombro al empalador, mientras Destello se llevaba a su malherida compañera. Por minutos que parecieron eternos, ambos corrieron y corrieron, mientras la catedral primero temblaba, luego sangraba, y luego su carne y después hasta la caverna misma trozo a trozo se iba derrumbando. Por todas partes se sintieron los gritos de dolor que aquellas pobres almas, y la tristeza de aquellos que lo habían perdido todo. Si, el infierno si existía, y podía ser construido en la tierra.
    Por un instante pasaron por un sector realmente oscuro, en ese momento, el cruzado ya sentía que no podía más, necesitaba sangre, la había perdido casi toda en todas aquellas batallas, pero la única fuente de sangre cercana, era la chica que llevaba en sus hombros. Por un instante pensó en morderla, la clave para salvar su vida estaba allí, sin embargo un halo de luz iluminó su cara, la cara que el mismo le había esculpido.

    -…Ca…Camila…

    Solo ese pensamiento, le dio la fuerza para no matar a su compañera y seguir corriendo hasta el final y por fín, después de saltar en los últimos metros, con lo que restaba de sus fuerzas….salieron.
     
  15.  
    Onibaku

    Onibaku Guest

    Re: Amanecer, segundo libro. Basado en Vampiro Edad Oscura.

    Rules tu historia es el mejor fanfic :p
     
  16.  
    Viuh Aran

    Viuh Aran Entusiasta

    Escorpión
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    26 Diciembre 2007
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    Amanecer, segundo libro. basado en vampiro edad oscura.
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    12
     
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    Re: Amanecer, segundo libro. Basado en Vampiro Edad Oscura.

    Misión 9: polvo
    http://foro.cemzoo.com/ /></FONT></FONT>

    <FONT face=-Camila…hoy es el día que te anuncié hace ya tiempo.

    -Oh…
    -Si partes hoy, tienes el tiempo suficiente para llegar a ese lugar, si te demoras, será tarde. Dime, ¿Cuál es tu decisión?
    -Yo…no iré, la verdad es que, lo pensé, y de nada me sirve encontrar a mi hermano, si no puedo salvarlo, la maldad ya debe estar creciendo en el.
    -¿Qué quieres decir?
    -Que debo dejar de lado mis sentimientos personales…por algo más grande.
    -…felicidades niña mía, acabas de dar el tercer paso.

    ……………………………………………………………………..

    Y el tronar de los cascos de los caballos llenó el horizonte. De todas partes de las tierras de los Cárpatos, más y más valientes se fueron uniendo a la hueste, listos para luchar por su libertad. Durante las últimas semanas, los áridos suelos de aquellas tierras dieron paso a las montañas muertas de la gran Transilvania, en donde su destino les esperaba.

    Habían perdido a Igor, el líder de los LaSombra rebeldes que se les habían unido, y también a Vlad, quien estaba tan herido que no despertaría hasta dentro de 50 años más, sin embargo, a cambio habían derrotado al antiguo más temible que conocían, Yorac, lo cual les daba una esperanza para seguir adelante.

    Una semana antes de la noche de Kupalá, el ejército libertador llegó a las montañas de los cuatro elementos, acampando y ocultándose por encima del pequeño valle donde se realizaría el ritual. Pronto la hueste se dividiría en tres batallones, cada uno comandado por uno de los líderes de la revuelta, Lugoj, Lambash y Velja. Según el plan, el primer batallón sería el de Lugoj, entrando como la fuerza de choque, el segundo atacaría la retaguardia, y el tercero tendría la misión de, una vez abierta la entrada al templo, alcanzar el altar del antiguo y destruirlo. Finalmente se decidió no usar ghouls de batalla, más que para proteger la retaguardia de las tropas y los campamentos durante el día, esta pelea, sería solo entre vampiros.

    Cada noche que pasaba, usando señales de humo los grupos se iban comunicando las últimas noticias y recibiendo las últimas órdenes. Cada noche, el ánimo era más tenso, cada noche la sed de sangre era mayor, cada noche, el que podría ser el fin o el inicio de todo, estaba más cerca, todos veían pasar el tiempo, segundo a segundo, como quién sabe que lo inevitable está por llegar, pero aun no acepta aquello, como la realidad. Fue entonces, cuando una señal de humo anunció, la llegada de la primera carroza enemiga.

    -Ese que miras tan atentamente, ¿es tu sire?

    Sariah dio media vuelta sorprendida ante aquella sorpresiva voz, se trataba de Hiro-Matsu, el hombre oriental con el que había luchado ya hace años.

    -Si, el de ropas blancas y holgadas.
    -Espero que sea fuerte, si no lo es, lo mataré.
    -Estúpido, es el esclavo de ellos.
    -Pues mientras reciba sus órdenes, será mi enemigo.
    -¿Te puedo hacer una pregunta?, ¿de qué clan eres?
    -…No tengo clan, ni deseo tenerlo, en cuanto a eso, soy más libre que cualquiera de ustedes.

    Poco después entró una segunda carroza, y una tercera, esta última se distinguía de las demás, por llevar montada una jaula bastante grande, en cuyo interior se divisaba la figura de una persona. Poco a poco otras carrozas fueron entrando, y los poderosos hechiceros que las comandaban se fueron bajando y tomando sus posiciones. Uno de ellos, con sangre, dibujó en la tierra los símbolos de los cuatro elementos del libro del Koldún, y otros comenzaron a recitar una oración. A medida que el rezo avanzaba, el centro del círculo se tornó más irreal, como visto a través de un sueño, y una serie de creaturas de otro mundo, los Kupala, se dejaron ver.

    -Joven Destello-avisó Lugoj-mirad, dentro de esa jaula está vuestro Sire, ¿pretendéis ir a salvarlo?
    -Para eso estoy aquí señor. Ya perdí mi tierra, mi familia, incluso a la mujer que amaba, por lo menos deseo salvar a mi maestro.
    -Entonces daré la orden de no destruir la jaula ni a quién va adentro, a menos que sea indispensable.
    -Gracias señor…se le ve nervioso, ¿ocurre algo?
    -¿Sabes quién es el antiguo que está dentro de ese templo?
    -No señor.
    -Yo tampoco estoy muy seguro, pero si el mismo Yorac venía a ofrecerle sus respetos…
    -…Jeje, ¿usted cree en algo señor?
    -Creo en mi mismo, es todo lo que he necesito.
    -Yo si creo en algo señor, algo que hace tiempo me dijo la persona de esa jaula-respondió el tomando un puñado de tierra, mientras miraba al líder fijamente-…pueden morir las naciones, pueden morir los ideales, e incluso los dioses, pero la tierra…es siempre tierra.

    Lugoj simplemente observó al joven en silencio, casi sin variar su expresión, poco después caminó hacia el sector de reuniones, y llamó a todos los oyentes con un gesto, era el momento de dar las últimas palabras, antes del final.

    -Hermanos-comenzó en todo no demasiado alto-quizá no todos conozcan esta historia, por eso he pensado contárselas. Cuando todo comenzó, el creador de este mundo, gobernaba todo con puño de hierro, con leyes incuestionables y solo con misericordia ante aquellos que estaban dispuestos a perder hasta lo último de su libertad para agradarle. Sin embargo, aun sorteando el miedo de luchar contra algo que apenas podía comprender, Caín se le reveló, y aunque fue castigado por la eternidad, jamás se arrepintió, porque en su corazón, sabía que luchaba por lo correcto. Como todos saben, de los trece nietos de Caín surgieron los trece clanes, pero sus fundadores, en vez de seguir el ejemplo de su creador, trataron de verse a si mismos como dioses, y gobernar sobre la tierra según sus caprichos. Hoy, hermanos, nosotros estamos aquí para repetir la historia, para levantarnos contra esos dioses que nos gobiernan, ¡y luchar por nuestra libertad! En este momento, el clan LaSombra, debe estar luchando contra su antediluviano fundador, y pronto los Assamitas se levantarán también, uno a uno, todos aquellos que desean ser libres se levantarán, tomarán sus espadas, ¡y lucharán!, y hoy, es nuestro turno…

    Una última señal de humo se elevó en el cielo, los hechiceros ahora habían comenzado a luchar contra los kupala, como parte de ritual para despertar a su maestro. El gran líder de la rebelión, miró por última vez a las estrellas, sabiendo que el momento había llegado, y entonces…

    -¡¡¡¡A LA BATALLAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!

    Y así la tierra tembló bajo el furor de los caballos, dando inicio a la histórica batalla de Kupalá. Los antiguos, tomados casi completamente por sorpresa, enseguida cancelaron lo que llevaban del ritual y tomaron sus armas para enfrentar a sus enemigos, era una batalla de unos 30 antiguos y sus sirvientes, contra los 150 vástagos rebeldes, ¿tenía algún bando la ventaja?

    A toda marcha, Destello se arrojó en su caballo contra los custodios de la gran jaula, uno ya había pasado a forma quiróptero y la estaba sujetando, mientras el otro, un vástago bastante imponente vestido de color sangre, lo esperaba en frente. El primer movimiento fue un espadaso hacia su cuello, más el matusalén ágilmente lo esquivó y de un solo golpe botó al caballero de su montura. Antes de llegar al suelo, el se transformó en sangre, se arrastró hasta detrás de su rival, y rápidamente volvió a forma humana arrojando un segundo golpe, pero, su enemigo justo en ese instante también estaba en forma de sangre, por lo cual la espada lo atravesó sin hacerle daño.
    Ante esto, el cruzado saltó hacia atrás. Ambos se observaron el uno al otro esperando el siguiente movimiento.

    El segundo batallón entró en acción entonces, con la misma fuerza del primero, más se hallaron con una desagradable sorpresa, una cincuentena de slatzchas y tres vodths los estaban esperando.

    -¡Mierda!-pensó Sariah-¡sospechaban que veníamos!

    Sin otra opción, con su brazo repuesto y su nueva espada empezó a luchar contra los engendros, mientras los LaSombra allí presentes usaban sus cubos de oscuridad para ahogar a las bestias más grandes. Luego de matar a unos 3 o 4, ella y Hiro-Matsu lograron atravesar la línea de defensa enemiga y encontrarse de frente con la puerta del templo y los cuidadores de la jaula, contra los cuales Aran ya estaba luchando.
    El oriental enseguida se adelantó dispuesto a embestir al hombre de rojo, pero de la nada apareció un tercer guerrero que lo interceptó, Eneos.
    Ambos espadachines hicieron chocar sus filos a velocidades vertiginosas, sus movimientos casi no se podían seguir con la mirada, sin embargo, tampoco había tiempo para hacerlo. Los dos jóvenes encararon al cuidador, sin embargo, en ese instante ocurrieron dos cosas, primero el gran quiróptero tomó la jaula en sus manos, dispuesto a llevarla adentro, segundo, llegó a sus oídos una decena de gritos de auxilio, de diez de sus camaradas que se quemaban horriblemente en un charco de lava creado por uno de los hechiceros enemigos.

    -Ese charco no deja pasar al resto-pensó Aran-¿qué hago?, ¿ellos o mi sire?

    El hechicero hizo un gesto con sus manos y de la nada, partes del charco se levantaron y fueron disparadas contra los rebeldes.

    -¡Debo ayudarlos!

    Decidió dejar a Sariah y a Hiro-Matsu seguir su lucha contra los cuidadores, para transformarse a su terrible forma zulu, y arrojarse contra el manipulador de magma, corrió hasta el lo más rápido que pudo, pero a solo metros de llegar, un quiróptero con cabeza de pulpo aterrizó en frente suyo y de un zarpaso lo mandó a caer directo sobre la lava, por suerte, sus espinas eran largas, y estas lo salvaron de un impacto directo contra el candente líquido.
    Varios guerreros más intentaron acercarse al hechicero, pero todos eran arrojados lejos por el quiróptero.

    -Debo ayudarlos a pasar… ¡poder de la tierra, yo te invoco!

    Un pié del pulpo fue atrapado por una masa de tierra, inmovilizándolo parcialmente, viendo eso, los guerreros volvieron a intentar pasar, incluso uno de ellos lo logró, pero el hechicero no estaba indefenso, pues le bastó con mirar al rebelde a los ojos, para que este cayera al suelo retorciéndose, presa de un ataque mental.

    -Esto no está bien… ¡¿qué hago?!

    Justo en ese instante el pulpo liberó su pié, instante que otro quiróptero, más grande que el, aprovechó para caerle encima de sorpresa.

    -¡Ahora Destello!-rugió el monstruo, se trataba nada menos que de Lugoj.
    -¡Si!

    Aun en su forma zulu, corrió contra el hechicero, enseguida un terrible ataque mental llegó hasta su cerebro, causándole un inmenso dolor, más el no calló, y paso a paso siguió avanzando hacia su enemigo, hasta que, sin que el lo creyera, logró alcanzarlo y propinarle un buen golpe espinoso, que lo arrojó cubierto de sangre al suelo.
    Aun no derrotado, el koldún usó otro ataque mental contra el zulu, dejándolo casi inconciente.

    -Te tengo-balbuceó el.
    -No…yo te tengo…

    Destello no necesitó ningún ataque, le bastó solo con caerle encima a su sorprendido enemigo para que su peso y sus espinas terminaran convirtiéndolo en polvo.

    Mientras tanto la assamita y el sin clan seguían luchando. De pronto, la puerta del templo empezó a cerrarse. Eneos logró derribar a su enemigo, pero en lugar de rematarlo, decidió entrar. Fue entonces cuando Assis, viendo que no tenía más tiempo, decidió usar su arma secreta, un escupo de sangre ácida que sorprendió por completo a su rival, dándole el tiempo de cortarle la cabeza y entrar, justo antes que la entrada terminara de cerrarse.
    Una vez adentro, corrió atravesando varias habitaciones, sin embargo, en el umbral de la última, la esperaba su más temido rival, su propio sire.

    -Sariah, ¿eres tu?, ¿qué pasó con tu rostro?
    -Es una larga historia.
    -¿Fue un tzimitse verdad?...hijos de puta…sabes que no puedo dejarte pasar, si lo intentas, te mataré.

    Durante valiosos segundos, ella dudó, sin saber realmente qué hacer, ¿debía luchar contra quién la había criado y entrenado desde niña?, con quién, ¿era poco menos que su padre? Su mano se acercó a su empuñadura, como lista para tener que tomar aquella terrible decisión, sin embargo, la suerte estuvo de su lado, justo en ese instante la puerta de piedra fue derribada por el espinoso brazo del joven cruzado, quién entró junto con el guerrero oriental.
    Enseguida los dos espadachines reanudaron su lucha, lo cual les dio la oportunidad a los dos jóvenes para entrar a la última habitación. Adentro, los esperaba nada menos que Vladimir, el antiguo que había esclavizado a Eneos, y ahora sujetaba el cuello de Kefka, del cual chorreaba la sangre hacia el interior de un imponente sarcófago hecho de hueso.

    -¡DÉJALO!-rugió Destello con toda su furia.
    -¡ES MÍO!-gritó Sariah.

    Y así ambos arremetieron contra su odiado enemigo. La assamita, más rápida, llegó antes que su compañero, los movimientos de su espada llegaron a brillar en al aire, pero, increíblemente, fueron esquivados, y a la misma velocidad, la mano del matusalén entró en el vientre de ella hasta alcanzar su columna vertebral, accionar sus nervios, y hacerla crecer empalándola en sus propios huesos. Sin embargo el cruzado no se detuvo, al contrario, aprovechó esos mismos instantes para atacar, su primer golpe fue esquivado, el segundo lo hirió, y el tercero, logró asestar de lleno haciendo saltar su sangre y arrojándolo lejos…justo…encima del sarcófago.
    Viendo a Vládimir derrotado, a su compañera en el suelo, y a su sire por fin frente a el, vivo, Aran por fin pudo suspirar aliviado.

    -Lo logré-pensó-logré el verdadero objetivo por el cual entré en todo esto, ahora puedo irme en paz, que la historia siga su curso.

    Rápidamente recogió a la asesina con un brazo se dirigió a recoger a Kefka, con la intención de salir de allí inmediatamente…pero…cuando estaba apunto de alcanzarlo, algo lo detuvo. Sus enormes pies, estaban atrapados en roca.

    -…Quién…se atreveeeee…

    Rápidamente el joven cruzado invocó el poder de la tierra, para cellar ese ataúd, mas, ocurrió algo que él jamás habría esperado: la tierra, no le obedeció. Asustado, trató de sentir la esencia de la tierra, la cual siempre estaba en todas partes, sin excepción…ecepto aquí.



    Fue entonces, y solo entonces, cuando el por fin comprendió aquello a lo cual se estaba enfrentando. Se trataba de un ser sin comparación con ninguno de los enemigos vistos antes, con ninguno de los desafíos antes vividos, y ni siquiera, con la peor de sus pezadillas.



    Del ataúd, una huesuda mano surgió tomando el cuerpo de Vládimir, y acercándolo hacia dentro. En esos instantes, el caballero, temblando de pánico, aprovechó para romper el empalamiento de su compañera y volverla a la conciencia, ella, viéndolo a él atrapado en tierra, con rápidos movimientos de espada la rompió y lo sacó, mas, cuando voltearon hacia atrás un muro de piedra había aparecido tapando la salida.

    -¿Qué...qué es esto?-preguntó sorprendida Assis.
    -Es…el padre de todo el clan Tzimitse…Mekket.

    El cuerpo de Vladimir fue vaciado y arrojado al piso, y así, lentamente, surgió del sarcófago la figura del antediluviano. Se trataba de un cuerpo esquelético, marcado por miles de años de historia, batallas, y poder, y modificado por el poder de la carne, con grandes tuberías rodeando sus articulaciones y aumentando su capacidad de sangre. El rostro de este ser, parsimoniosamente dirigió su mirada hacia ambos jóvenes, y finalmente, esbozó una leve sonrisa, una sonrisa, que quedaría marcada en sus vidas por la eternidad.
    En ese instante, se sintió el crujir de la tierra del otro lado de la barrera, y esta terminó por romperse, abriendo paso a Eneos y Hiro-Matsu.

    -¡Vládimir ha muerto!-declaró Aran-¡eres libre!
    -…Lo sé-admitió el assamita-dirigiendo la mirada a su nuevo enemigo.

    Y así, comenzó la última batalla…

    Primer segundo.

    Hiro Matsu y Eneos desenfundaron y corrieron contra Mekket, mientras Destello fue a recoger a su sire, solo Sariah dudó si atacar o huir.

    Segundo instante.

    El samurai fue arrojado a piso por un ataque mental, y los espadasos del assamita, aunque impactaron, no hisieron ni un rasguño. El cruzado alcanzó a su maestro y lo levanta. Sariah siguió dudando.

    Tercer parpadeo.

    El asesino se hizo un corte a si mismo, lo cual vuelve el filo de su espada mucho más poderoso con el poder de su sangre, intentó golpearlo 5 veces, mas 3 fueron esquivadas y 2 hisieron daño mínimo. De un solo golpe fue puesto inconciente. Aran logró llegar con Kefka a la salida.

    Cuarto momento.

    Sariah, viendo a su maestro derrotado, desenfundó y corrió furiosa, pero la tierra del piso atrapó sus pies. El pequeño tzimitse intentó salir, pero un ataque mental lo derribó.

    Y todos fueron derrotados.

    El antediluviano, con su tenue y macabra sonrisa, se acercó al samurai, quién aun intentaba moverse, y lo empaló. Luego, con total tranquilidad, caminó hacia Eneos.

    -¡No lo toques!-gritó su chiquilla.

    El antiguo, disfrutando la escena, se convirtió a si mismo en un charco de sangre ácida, y fluyó hasta posarse justo en la cara de Eneos, carcomiendo su piel, su carne, y sus huesos, ante la mirada impotente y atónita de la asesina, hasta que, finalmente, el assamita se convirtió en cenizas.

    -¡NO!, ¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!-gritó ella desconsoladamente, y dejando salir lágrimas por primera vez, desde que podía recordar.

    El antiguo volvió a su forma original, y esta vez caminó hacia Kefka. Aran, apenas pudiendo moverse, intentó sujetar a su maestro, mas la fuerza descomunal de aquel demonio, se lo arrancó de las manos.

    -Así que una rebelión ¿eh?-balbuceó el dejando salir una voz de ultratumba-y así, que has venido a salvar a tu querido sire.

    Lentamente acercó sus colmillos al cuello del demacrado tzimitse, sujetando al zulu en el suelo solo con su mente, poco a poco bebió la sangre de Kefka, luego el fluido de su mismo corazón, y luego su alma, hasta que del vampiro que alguna vez acogió al pequeño cruzado, no quedó nada más…que polvo.
    Ante tan horrenda visión, la forma bestial de Destello desapareció, dejando ver su verdadero aspecto, el de un niño, que acababa de arrojar sus últimas lágrimas.

    -Oh…un niño…que conmovedor.
    -……Ga…Gaea…por favor…ayu…

    El pié de Mekket calló pesadamente sobre el caballero.

    -Gaea?...te atreves a entrar a MI territorio, matar a MIS hijos, intentar destruirme, y cuando estoy apunto de aleccionarte…invocas a gaea… el espíritu con el que YO tengo la mayor conexión…hay…muchas cosas, peores que la muerte.

    Con sus manos, el semidios abrió el cráneo de Destello e inspeccionó su cerebro. Luego, sacó de este el sector responsable de la lógica, y se lo comió, luego arrancó el sector de la memoria, y lo pegó justo en su columna vertebral.

    -Ca…Camila…
    -Ca… ¿qué?
    -Ca…mi…la…

    -Ah…ella…tu no morirás, tu…encontrarás a tu hermana, la matarás, cortarás su cabeza, y la exhibirás en el mismo lugar donde ambos vivieron sus mejores momentos…solo en ese instante, despertarás de mi maldición, y te darás cuenta de lo que has hecho…con tus propias manos.

    Justo en ese momento un golpe de espada llegó contra el, sin ningún efecto, se trataba de Sariah. El gran tzimitse, sin siquiera inmutarse, hizo surgir dos látigos de hueso de las muñecas de Destello, y lo puso de pié.

    -Mátala.

    El, tal cual un muerto viviente, intentó darle con sus nuevas armas, mas ella lo esquivó y logró dejarlo inconciente.

    -…Jm, patético.

    Solo quedaba ella en pié, y Mekket, hizo tronar sus sin bajar su sonrisa macabra, y cuando estaba apunto de ir a acabar con su última víctima, el muro tras el se rompió, un enorme quiróptero apareció en escena, era Lugoj, que por fin había llegado junto con el ejercito rebelde. El líder enseguida se arrojó contra aquel invencible ser, ambos fueron rodeados por un domo de tierra, y dos interminables minutos después, este se quebró, dejando ver al líder rebelde con el cuerpo de antiguo sujeto en una mano, y una expresión de victoria.

    -¡¡¡TZIMITSE HA MUERTOOOOOOOOOOOOOO!!!
    -¡¡¡¡EEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!

    Todo había terminado. En medio de gritos de alegría de los sobrevivientes, una batalla llena de heroísmos, valor, y sangre, para ellos había terminado con una victoria. Todos ahora celebraban, mientras los heridos eran recogidos y puestos en un lugar seguro. Fue entonces cuando aparecieron los otros líderes, Lambach, cubierto de la sangre de sus enemigos, y Velja, quién irónicamente no había logrado acercar su batallón al templo, cuando era su misión. Velja, casi sin creer lo que había ocurrido simplemente se dedicó a mirar a su alrededor, y luego miró directamente a los ojos de su victorioso líder, este, respondió su mirada, junto con una sonrisa, una muy tenue sonrisa…

    -…No…NO… ¡NO!... ¡AAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHH!

    El tercer líder salió corriendo despavorido, sin que nadie pudiera entender porqué. Pocos recordarían aquel detalle de ese día, pues era un momento para celebrar, una nueva era acababa de comenzar, la era en que todos los antediluvianos serían casados y destruidos, el Sabbat, acababa de nacer...aunque algunos, ya ni siquea pudieran recordarlo...




    FIN DEL SEGUNDO LIBRO
     
  17.  
    Viuh Aran

    Viuh Aran Entusiasta

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    Amanecer, segundo libro. basado en vampiro edad oscura.
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    Re: Amanecer, segundo libro. Basado en Vampiro Edad Oscura.

    Misión 9: polvo
    http://foro.cemzoo.com/ /></FONT></FONT>

    <FONT face=-Camila…hoy es el día que te anuncié hace ya tiempo.

    -Oh…
    -Si partes hoy, tienes el tiempo suficiente para llegar a ese lugar, si te demoras, será tarde. Dime, ¿Cuál es tu decisión?
    -Yo…no iré, la verdad es que, lo pensé, y de nada me sirve encontrar a mi hermano, si no puedo salvarlo, la maldad ya debe estar creciendo en el.
    -¿Qué quieres decir?
    -Que debo dejar de lado mis sentimientos personales…por algo más grande.
    -…felicidades niña mía, acabas de dar el tercer paso.

    ……………………………………………………………………..

    Y el tronar de los cascos de los caballos llenó el horizonte. De todas partes de las tierras de los Cárpatos, más y más valientes se fueron uniendo a la hueste, listos para luchar por su libertad. Durante las últimas semanas, los áridos suelos de aquellas tierras dieron paso a las montañas muertas de la gran Transilvania, en donde su destino les esperaba.

    Habían perdido a Igor, el líder de los LaSombra rebeldes que se les habían unido, y también a Vlad, quien estaba tan herido que no despertaría hasta dentro de 50 años más, sin embargo, a cambio habían derrotado al antiguo más temible que conocían, Yorac, lo cual les daba una esperanza para seguir adelante.

    Una semana antes de la noche de Kupalá, el ejército libertador llegó a las montañas de los cuatro elementos, acampando y ocultándose por encima del pequeño valle donde se realizaría el ritual. Pronto la hueste se dividiría en tres batallones, cada uno comandado por uno de los líderes de la revuelta, Lugoj, Lambash y Velja. Según el plan, el primer batallón sería el de Lugoj, entrando como la fuerza de choque, el segundo atacaría la retaguardia, y el tercero tendría la misión de, una vez abierta la entrada al templo, alcanzar el altar del antiguo y destruirlo. Finalmente se decidió no usar ghouls de batalla, más que para proteger la retaguardia de las tropas y los campamentos durante el día, esta pelea, sería solo entre vampiros.

    Cada noche que pasaba, usando señales de humo los grupos se iban comunicando las últimas noticias y recibiendo las últimas órdenes. Cada noche, el ánimo era más tenso, cada noche la sed de sangre era mayor, cada noche, el que podría ser el fin o el inicio de todo, estaba más cerca, todos veían pasar el tiempo, segundo a segundo, como quién sabe que lo inevitable está por llegar, pero aun no acepta aquello, como la realidad. Fue entonces, cuando una señal de humo anunció, la llegada de la primera carroza enemiga.

    -Ese que miras tan atentamente, ¿es tu sire?

    Sariah dio media vuelta sorprendida ante aquella sorpresiva voz, se trataba de Hiro-Matsu, el hombre oriental con el que había luchado ya hace años.

    -Si, el de ropas blancas y holgadas.
    -Espero que sea fuerte, si no lo es, lo mataré.
    -Estúpido, es el esclavo de ellos.
    -Pues mientras reciba sus órdenes, será mi enemigo.
    -¿Te puedo hacer una pregunta?, ¿de qué clan eres?
    -…No tengo clan, ni deseo tenerlo, en cuanto a eso, soy más libre que cualquiera de ustedes.

    Poco después entró una segunda carroza, y una tercera, esta última se distinguía de las demás, por llevar montada una jaula bastante grande, en cuyo interior se divisaba la figura de una persona. Poco a poco otras carrozas fueron entrando, y los poderosos hechiceros que las comandaban se fueron bajando y tomando sus posiciones. Uno de ellos, con sangre, dibujó en la tierra los símbolos de los cuatro elementos del libro del Koldún, y otros comenzaron a recitar una oración. A medida que el rezo avanzaba, el centro del círculo se tornó más irreal, como visto a través de un sueño, y una serie de creaturas de otro mundo, los Kupala, se dejaron ver.

    -Joven Destello-avisó Lugoj-mirad, dentro de esa jaula está vuestro Sire, ¿pretendéis ir a salvarlo?
    -Para eso estoy aquí señor. Ya perdí mi tierra, mi familia, incluso a la mujer que amaba, por lo menos deseo salvar a mi maestro.
    -Entonces daré la orden de no destruir la jaula ni a quién va adentro, a menos que sea indispensable.
    -Gracias señor…se le ve nervioso, ¿ocurre algo?
    -¿Sabes quién es el antiguo que está dentro de ese templo?
    -No señor.
    -Yo tampoco estoy muy seguro, pero si el mismo Yorac venía a ofrecerle sus respetos…
    -…Jeje, ¿usted cree en algo señor?
    -Creo en mi mismo, es todo lo que he necesito.
    -Yo si creo en algo señor, algo que hace tiempo me dijo la persona de esa jaula-respondió el tomando un puñado de tierra, mientras miraba al líder fijamente-…pueden morir las naciones, pueden morir los ideales, e incluso los dioses, pero la tierra…es siempre tierra.

    Lugoj simplemente observó al joven en silencio, casi sin variar su expresión, poco después caminó hacia el sector de reuniones, y llamó a todos los oyentes con un gesto, era el momento de dar las últimas palabras, antes del final.

    -Hermanos-comenzó en todo no demasiado alto-quizá no todos conozcan esta historia, por eso he pensado contárselas. Cuando todo comenzó, el creador de este mundo, gobernaba todo con puño de hierro, con leyes incuestionables y solo con misericordia ante aquellos que estaban dispuestos a perder hasta lo último de su libertad para agradarle. Sin embargo, aun sorteando el miedo de luchar contra algo que apenas podía comprender, Caín se le reveló, y aunque fue castigado por la eternidad, jamás se arrepintió, porque en su corazón, sabía que luchaba por lo correcto. Como todos saben, de los trece nietos de Caín surgieron los trece clanes, pero sus fundadores, en vez de seguir el ejemplo de su creador, trataron de verse a si mismos como dioses, y gobernar sobre la tierra según sus caprichos. Hoy, hermanos, nosotros estamos aquí para repetir la historia, para levantarnos contra esos dioses que nos gobiernan, ¡y luchar por nuestra libertad! En este momento, el clan LaSombra, debe estar luchando contra su antediluviano fundador, y pronto los Assamitas se levantarán también, uno a uno, todos aquellos que desean ser libres se levantarán, tomarán sus espadas, ¡y lucharán!, y hoy, es nuestro turno…

    Una última señal de humo se elevó en el cielo, los hechiceros ahora habían comenzado a luchar contra los kupala, como parte de ritual para despertar a su maestro. El gran líder de la rebelión, miró por última vez a las estrellas, sabiendo que el momento había llegado, y entonces…

    -¡¡¡¡A LA BATALLAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA</ST1:P!!!!

    Y así la tierra tembló bajo el furor de los caballos, dando inicio a la histórica batalla de Kupalá. Los antiguos, tomados casi completamente por sorpresa, enseguida cancelaron lo que llevaban del ritual y tomaron sus armas para enfrentar a sus enemigos, era una batalla de unos 30 antiguos y sus sirvientes, contra los 150 vástagos rebeldes, ¿tenía algún bando la ventaja?

    A toda marcha, Destello se arrojó en su caballo contra los custodios de la gran jaula, uno ya había pasado a forma quiróptero y la estaba sujetando, mientras el otro, un vástago bastante imponente vestido de color sangre, lo esperaba en frente. El primer movimiento fue un espadaso hacia su cuello, más el matusalén ágilmente lo esquivó y de un solo golpe botó al caballero de su montura. Antes de llegar al suelo, el se transformó en sangre, se arrastró hasta detrás de su rival, y rápidamente volvió a forma humana arrojando un segundo golpe, pero, su enemigo justo en ese instante también estaba en forma de sangre, por lo cual la espada lo atravesó sin hacerle daño.
    Ante esto, el cruzado saltó hacia atrás. Ambos se observaron el uno al otro esperando el siguiente movimiento.

    El segundo batallón entró en acción entonces, con la misma fuerza del primero, más se hallaron con una desagradable sorpresa, una cincuentena de slatzchas y tres vodths los estaban esperando.

    -¡Mierda!-pensó Sariah-¡sospechaban que veníamos!

    Sin otra opción, con su brazo repuesto y su nueva espada empezó a luchar contra los engendros, mientras los LaSombra allí presentes usaban sus cubos de oscuridad para ahogar a las bestias más grandes. Luego de matar a unos 3 o 4, ella y Hiro-Matsu lograron atravesar la línea de defensa enemiga y encontrarse de frente con la puerta del templo y los cuidadores de la jaula, contra los cuales Aran ya estaba luchando.
    El oriental enseguida se adelantó dispuesto a embestir al hombre de rojo, pero de la nada apareció un tercer guerrero que lo interceptó, Eneos.
    Ambos espadachines hicieron chocar sus filos a velocidades vertiginosas, sus movimientos casi no se podían seguir con la mirada, sin embargo, tampoco había tiempo para hacerlo. Los dos jóvenes encararon al cuidador, sin embargo, en ese instante ocurrieron dos cosas, primero el gran quiróptero tomó la jaula en sus manos, dispuesto a llevarla adentro, segundo, llegó a sus oídos una decena de gritos de auxilio, de diez de sus camaradas que se quemaban horriblemente en un charco de lava creado por uno de los hechiceros enemigos.

    -Ese charco no deja pasar al resto-pensó Aran-¿qué hago?, ¿ellos o mi sire?

    El hechicero hizo un gesto con sus manos y de la nada, partes del charco se levantaron y fueron disparadas contra los rebeldes.

    -¡Debo ayudarlos!

    Decidió dejar a Sariah y a Hiro-Matsu seguir su lucha contra los cuidadores, para transformarse a su terrible forma zulu, y arrojarse contra el manipulador de magma, corrió hasta el lo más rápido que pudo, pero a solo metros de llegar, un quiróptero con cabeza de pulpo aterrizó en frente suyo y de un zarpaso lo mandó a caer directo sobre la lava, por suerte, sus espinas eran largas, y estas lo salvaron de un impacto directo contra el candente líquido.
    Varios guerreros más intentaron acercarse al hechicero, pero todos eran arrojados lejos por el quiróptero.

    -Debo ayudarlos a pasar… ¡poder de la tierra, yo te invoco!

    Un pié del pulpo fue atrapado por una masa de tierra, inmovilizándolo parcialmente, viendo eso, los guerreros volvieron a intentar pasar, incluso uno de ellos lo logró, pero el hechicero no estaba indefenso, pues le bastó con mirar al rebelde a los ojos, para que este cayera al suelo retorciéndose, presa de un ataque mental.

    -Esto no está bien… ¡¿qué hago?!

    Justo en ese instante el pulpo liberó su pié, instante que otro quiróptero, más grande que el, aprovechó para caerle encima de sorpresa.

    -¡Ahora Destello!-rugió el monstruo, se trataba nada menos que de Lugoj.
    -¡Si!

    Aun en su forma zulu, corrió contra el hechicero, enseguida un terrible ataque mental llegó hasta su cerebro, causándole un inmenso dolor, más el no calló, y paso a paso siguió avanzando hacia su enemigo, hasta que, sin que el lo creyera, logró alcanzarlo y propinarle un buen golpe espinoso, que lo arrojó cubierto de sangre al suelo.
    Aun no derrotado, el koldún usó otro ataque mental contra el zulu, dejándolo casi inconciente.

    -Te tengo-balbuceó el.
    -No…yo te tengo…

    Destello no necesitó ningún ataque, le bastó solo con caerle encima a su sorprendido enemigo para que su peso y sus espinas terminaran convirtiéndolo en polvo.

    Mientras tanto la assamita y el sin clan seguían luchando. De pronto, la puerta del templo empezó a cerrarse. Eneos logró derribar a su enemigo, pero en lugar de rematarlo, decidió entrar. Fue entonces cuando Assis, viendo que no tenía más tiempo, decidió usar su arma secreta, un escupo de sangre ácida que sorprendió por completo a su rival, dándole el tiempo de cortarle la cabeza y entrar, justo antes que la entrada terminara de cerrarse.
    Una vez adentro, corrió atravesando varias habitaciones, sin embargo, en el umbral de la última, la esperaba su más temido rival, su propio sire.

    -Sariah, ¿eres tu?, ¿qué pasó con tu rostro?
    -Es una larga historia.
    -¿Fue un tzimitse verdad?...hijos de puta…sabes que no puedo dejarte pasar, si lo intentas, te mataré.

    Durante valiosos segundos, ella dudó, sin saber realmente qué hacer, ¿debía luchar contra quién la había criado y entrenado desde niña?, con quién, ¿era poco menos que su padre? Su mano se acercó a su empuñadura, como lista para tener que tomar aquella terrible decisión, sin embargo, la suerte estuvo de su lado, justo en ese instante la puerta de piedra fue derribada por el espinoso brazo del joven cruzado, quién entró junto con el guerrero oriental.
    Enseguida los dos espadachines reanudaron su lucha, lo cual les dio la oportunidad a los dos jóvenes para entrar a la última habitación. Adentro, los esperaba nada menos que Vladimir, el antiguo que había esclavizado a Eneos, y ahora sujetaba el cuello de Kefka, del cual chorreaba la sangre hacia el interior de un imponente sarcófago hecho de hueso.

    -¡DÉJALO!-rugió Destello con toda su furia.
    -¡ES MÍO!-gritó Sariah.

    Y así ambos arremetieron contra su odiado enemigo. La assamita, más rápida, llegó antes que su compañero, los movimientos de su espada llegaron a brillar en al aire, pero, increíblemente, fueron esquivados, y a la misma velocidad, la mano del matusalén entró en el vientre de ella hasta alcanzar su columna vertebral, accionar sus nervios, y hacerla crecer empalándola en sus propios huesos. Sin embargo el cruzado no se detuvo, al contrario, aprovechó esos mismos instantes para atacar, su primer golpe fue esquivado, el segundo lo hirió, y el tercero, logró asestar de lleno haciendo saltar su sangre y arrojándolo lejos…justo…encima del sarcófago.
    Viendo a Vládimir derrotado, a su compañera en el suelo, y a su sire por fin frente a el, vivo, Aran por fin pudo suspirar aliviado.

    -Lo logré-pensó-logré el verdadero objetivo por el cual entré en todo esto, ahora puedo irme en paz, que la historia siga su curso.

    Rápidamente recogió a la asesina con un brazo se dirigió a recoger a Kefka, con la intención de salir de allí inmediatamente…pero…cuando estaba apunto de alcanzarlo, algo lo detuvo. Sus enormes pies, estaban atrapados en roca.

    -…Quién…se atreveeeee…

    Rápidamente el joven cruzado invocó el poder de la tierra, para cellar ese ataúd, mas, ocurrió algo que él jamás habría esperado: la tierra, no le obedeció. Asustado, trató de sentir la esencia de la tierra, la cual siempre estaba en todas partes, sin excepción…ecepto aquí.



    Fue entonces, y solo entonces, cuando el por fin comprendió aquello a lo cual se estaba enfrentando. Se trataba de un ser sin comparación con ninguno de los enemigos vistos antes, con ninguno de los desafíos antes vividos, y ni siquiera, con la peor de sus pezadillas.



    Del ataúd, una huesuda mano surgió tomando el cuerpo de Vládimir, y acercándolo hacia dentro. En esos instantes, el caballero, temblando de pánico, aprovechó para romper el empalamiento de su compañera y volverla a la conciencia, ella, viéndolo a él atrapado en tierra, con rápidos movimientos de espada la rompió y lo sacó, mas, cuando voltearon hacia atrás un muro de piedra había aparecido tapando la salida.

    -¿Qué...qué es esto?-preguntó sorprendida Assis.
    -Es…el padre de todo el clan Tzimitse…Mekket.

    El cuerpo de Vladimir fue vaciado y arrojado al piso, y así, lentamente, surgió del sarcófago la figura del antediluviano. Se trataba de un cuerpo esquelético, marcado por miles de años de historia, batallas, y poder, y modificado por el poder de la carne, con grandes tuberías rodeando sus articulaciones y aumentando su capacidad de sangre. El rostro de este ser, parsimoniosamente dirigió su mirada hacia ambos jóvenes, y finalmente, esbozó una leve sonrisa, una sonrisa, que quedaría marcada en sus vidas por la eternidad.
    En ese instante, se sintió el crujir de la tierra del otro lado de la barrera, y esta terminó por romperse, abriendo paso a Eneos y Hiro-Matsu.

    -¡Vládimir ha muerto!-declaró Aran-¡eres libre!
    -…Lo sé-admitió el assamita-dirigiendo la mirada a su nuevo enemigo.

    Y así, comenzó la última batalla…

    Primer segundo.

    Hiro Matsu y Eneos desenfundaron y corrieron contra Mekket, mientras Destello fue a recoger a su sire, solo Sariah dudó si atacar o huir.

    Segundo instante.

    El samurai fue arrojado a piso por un ataque mental, y los espadasos del assamita, aunque impactaron, no hisieron ni un rasguño. El cruzado alcanzó a su maestro y lo levanta. Sariah siguió dudando.

    Tercer parpadeo.

    El asesino se hizo un corte a si mismo, lo cual vuelve el filo de su espada mucho más poderoso con el poder de su sangre, intentó golpearlo 5 veces, mas 3 fueron esquivadas y 2 hisieron daño mínimo. De un solo golpe fue puesto inconciente. Aran logró llegar con Kefka a la salida.

    Cuarto momento.

    Sariah, viendo a su maestro derrotado, desenfundó y corrió furiosa, pero la tierra del piso atrapó sus pies. El pequeño tzimitse intentó salir, pero un ataque mental lo derribó.

    Y todos fueron derrotados.

    El antediluviano, con su tenue y macabra sonrisa, se acercó al samurai, quién aun intentaba moverse, y lo empaló. Luego, con total tranquilidad, caminó hacia Eneos.

    -¡No lo toques!-gritó su chiquilla.

    El antiguo, disfrutando la escena, se convirtió a si mismo en un charco de sangre ácida, y fluyó hasta posarse justo en la cara de Eneos, carcomiendo su piel, su carne, y sus huesos, ante la mirada impotente y atónita de la asesina, hasta que, finalmente, el assamita se convirtió en cenizas.

    -¡NO!, ¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!-gritó ella desconsoladamente, y dejando salir lágrimas por primera vez, desde que podía recordar.

    El antiguo volvió a su forma original, y esta vez caminó hacia Kefka. Aran, apenas pudiendo moverse, intentó sujetar a su maestro, mas la fuerza descomunal de aquel demonio, se lo arrancó de las manos.

    -Así que una rebelión ¿eh?-balbuceó el dejando salir una voz de ultratumba-y así, que has venido a salvar a tu querido sire.

    Lentamente acercó sus colmillos al cuello del demacrado tzimitse, sujetando al zulu en el suelo solo con su mente, poco a poco bebió la sangre de Kefka, luego el fluido de su mismo corazón, y luego su alma, hasta que del vampiro que alguna vez acogió al pequeño cruzado, no quedó nada más…que polvo.
    Ante tan horrenda visión, la forma bestial de Destello desapareció, dejando ver su verdadero aspecto, el de un niño, que acababa de arrojar sus últimas lágrimas.

    -Oh…un niño…que conmovedor.
    -……Ga…Gaea…por favor…ayu…

    El pié de Mekket calló pesadamente sobre el caballero.

    -Gaea?...te atreves a entrar a MI territorio, matar a MIS hijos, intentar destruirme, y cuando estoy apunto de aleccionarte…invocas a gaea… el espíritu con el que YO tengo la mayor conexión…hay…muchas cosas, peores que la muerte.

    Con sus manos, el semidios abrió el cráneo de Destello e inspeccionó su cerebro. Luego, sacó de este el sector responsable de la lógica, y se lo comió, luego arrancó el sector de la memoria, y lo pegó justo en su columna vertebral.

    -Ca…Camila…
    -Ca… ¿qué?
    -Ca…mi…la…

    -Ah…ella…tu no morirás, tu…encontrarás a tu hermana, la matarás, cortarás su cabeza, y la exhibirás en el mismo lugar donde ambos vivieron sus mejores momentos…solo en ese instante, despertarás de mi maldición, y te darás cuenta de lo que has hecho…con tus propias manos.

    Justo en ese momento un golpe de espada llegó contra el, sin ningún efecto, se trataba de Sariah. El gran tzimitse, sin siquiera inmutarse, hizo surgir dos látigos de hueso de las muñecas de Destello, y lo puso de pié.

    -Mátala.

    El, tal cual un muerto viviente, intentó darle con sus nuevas armas, mas ella lo esquivó y logró dejarlo inconciente.

    -…Jm, patético.

    Solo quedaba ella en pié, y Mekket, hizo tronar sus sin bajar su sonrisa macabra, y cuando estaba apunto de ir a acabar con su última víctima, el muro tras el se rompió, un enorme quiróptero apareció en escena, era Lugoj, que por fin había llegado junto con el ejercito rebelde. El líder enseguida se arrojó contra aquel invencible ser, ambos fueron rodeados por un domo de tierra, y dos interminables minutos después, este se quebró, dejando ver al líder rebelde con el cuerpo de antiguo sujeto en una mano, y una expresión de victoria.

    -¡¡¡TZIMITSE HA MUERTOOOOOOOOOOOOOO!!!
    -¡¡¡¡EEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!

    Todo había terminado. En medio de gritos de alegría de los sobrevivientes, una batalla llena de heroísmos, valor, y sangre, para ellos había terminado con una victoria. Todos ahora celebraban, mientras los heridos eran recogidos y puestos en un lugar seguro. Fue entonces cuando aparecieron los otros líderes, Lambach, cubierto de la sangre de sus enemigos, y Velja, quién irónicamente no había logrado acercar su batallón al templo, cuando era su misión. Velja, casi sin creer lo que había ocurrido simplemente se dedicó a mirar a su alrededor, y luego miró directamente a los ojos de su victorioso líder, este, respondió su mirada, junto con una sonrisa, una muy tenue sonrisa…

    -…No…NO… ¡NO!... ¡AAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHH!

    El tercer líder salió corriendo despavorido, sin que nadie pudiera entender porqué. Pocos recordarían aquel detalle de ese día, pues era un momento para celebrar, una nueva era acababa de comenzar, la era en que todos los antediluvianos serían casados y destruidos, el Sabbat, acababa de nacer.
     
  18.  
    StarAcua

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    Re: Amanecer, segundo libro. Basado en Vampiro Edad Oscura.

    Holaaaaaaaaaa........no pude evitar leer tu ff y la verdad esta muy bueno, espero lo sigas pronto besosss!
    Ya me volvi adicta por lo tanto plissssssssssssss, por lo que mas quieras siguelo, prometo postearlo 100pre ^^
     

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