ALMAS ERRANTES (Kagome&Sesshomaru)

Re: ALMAS ERRANTES (Kagome&Sesshomaru)

Hola, muchas gracias Aamaia Autumn e Isaacab por tomarse el tiempo de leer el fic y de dejar sus comentarios :D. Vengo hoy a dejarles el primer capítulo. Espero sea de su agrado. :)

Almas Errantes​

Cáp. 1​

El sol penetraba a raudales a través de las grandes vidrieras, arrancando destellos de luz a todos los objetos de la hermosa casa. Una alargada mesa de marquetería estaba bajo montones de regalos pulcramente apilados encima de ella desde hacia varias semanas como espera de una inspección, al final de la mesa había un cuaderno y una pluma estilográfica para escribir el nombre del donante y su correspondiente regalo a fin de que la novia pudiera dar las gracias cuando tuviera tiempo. En la casa se respiraba una atmósfera de riqueza evidente pero no ostentosa. El hogar de los Higurashi era simplemente hermoso y sobrio.​

Una voz femenina llamo desde el vestíbulo principal justo al otro lado de la escalinata . La voz, era apenas un susurro, pertenecía a una esbelta joven de finas caderas, largas piernas, y hombros delicadamente esculpidos. La joven lucia una bata de raso de color rosa , y llevaba recogido su hermoso pelo azabache en un moño, la chica no aparentaba mas de veintitantos años. Con sus hermosos, profundos y fríos ojos azules observaba todos los hermosos regalos; era cierto faltaba muy poco para la boda, y todavía tenia muchas cosas que preparar.​

La hermosa chica de pelo azabache seguía admirando los bellos regalos, cuando exhalo un suspiro, pensando en todo lo que tenia que hacer ese día, y después dio una despaciosa media vuelta sobre un delicado tacón de raso, entornando los ojos intensamente azules. Lentamente camino hasta el vestíbulo, en donde se encontró a su hermana.​

Kikyou: Kagome!! Ahí estas!! Necesito que me ayudes con los preparativos.​

Kikyou era igualmente de hermosa que su hermana, eran muy parecidas, solo que Kikyou desprendía una aire de extrema delicadeza, pero a la vez de cierto egoísmo, ella era la pequeña mimada de la casa. (En esta historia Kikyou es 4 años mas joven que Kagome). Kagome recordaba como la estrecho en sus brazos y trato de consolarla cuando sus padres murieron de camino de regreso de Bora-Bora . Su padre era un amante de las aventuras y su madre lo seguía todas partes. Cuando murieron ellos, Kikyou y Kagome se quedaron solas en el mundo , exceptuando al abuelo, el señor Kenji Higurashi, desde entonces vivían con el en su hermosa mansión. ​

Ambas se sentaron en el amplio comedor, en el cual ya servían el desayuno.
En ese instante, las cuidadosas pisadas del abuelo resonaron en el vestíbulo , cuando sus zapatos, impecablemente lustrados, abandonaron por un instante la alfombra persa antes de pisar la del comedor. La doncella les sirvió te a Kagome y a su hermana, para entonces Kagome ya estaba enfrascada en el periódico, sin prestar atención a los rayos del sol que iluminaban su hermoso cabello azabache y las delicadas manos que sostenían el periódico. Por un instante, el abuelo la miro, subyugado por su belleza, tal como a menudo le ocurría, aunque ella no lo supiera. El hecho de que Kagome no le diera mayor importancia le daba un encanto singular, a diferencia de su hermana, que no pensaba en otra cosa.​

Kagome: Buenos días.​

Abuelo: Buenos días.-dijo en tono serio.​

Kikyou: Abuelo, ¿que harás hoy?​

Abuelo: Me voy a una reunión en el Pacific Union y supongo que tú y tu hermana iréis a gastaros mi dinero a Ransohoff.​

Esté comentario provoco una picara sonrisa en Kagome.​

Kagome: Ah, por cierto, hoy vendrá a cenar Inuyasha con nosotros.​

Kenji miro a su nieta, al oírle mencionar el nombre de su futuro nieto político.​

Gracias, nos vemos pronto, ^^.

 

Re: ALMAS ERRANTES (Kagome&Sesshomaru)

Hola, quiero agradecer a todos los que dejaron sus opiniones y comentarios, en especial a Amaia Autumn y a Fryda, por las observaciones aportadas. Gracias.



Almas errantes
by Lourrein


Continuación



—Ah, por cierto, Inuyasha vendrá a cenar esta noche con nosotros —dijo Kagome a su abuelo.

Kenji miro a su nieta, al oírle mencionar el nombre de su futuro nieto político. No podía creer que Kagome no estuviera celosa. Al fin y al cabo, Kikyou tenía tan solo veintiún años mientras que Kagome veinticinco y, en opinión de la gente, no era la más guapa de las dos. Procuraba pasar desapercibida, llevaba siempre el cabello recogido, no usaba colorete en las mejillas, ni rímel en los ojos ni labial en los labios para acentuar su sensualidad. Nada de todo eso le interesaba. Nunca había tenido un pretendiente serio. Hubo algunos a lo largo de los años, pero el abuelo siempre los espantaba. Aunque, a decir verdad, a ella le daba igual porque todos le parecían sedentarios y aburridos. A veces, soñaba con un hombre como su padre, con alma aventurera y pasión por los lugares exóticos, pero jamás había conocido a alguien que fuera así.


—Guapo chico ¿verdad? —preguntó el abuelo, mirándola en un intento de descubrir algo inexistente, pese a que ella conoció a Inuyasha primero, incluso había salido con él una o dos veces. Se lo cedió con mucho gusto a su hermana y, contrariamente a lo que pensaban los demás, no suspiraba por él ni se arrepentía de haberlo perdido. Inuyasha sería buen marido para Kikyou. Su abuelo lo decía siempre para pincharla y para ver su reacción. Seguía pensando que Kagome cometió un error al cedérselo a su hermana. Aún no entendía por que razón lo había hecho. Nadie lo entendía, pero a Kagome le importaba un comino; estaba acostumbrada a mantener sus sueños en secreto, unos sueños que, de todos modos, eran imposibles. Su lugar era ahí, llevando la casa del abuelo y cuidando de él.



Capítulo 2



En a mañana del 21 de julio, Kagome se encontraba de pie en el vestíbulo principal de la casa, consultando el reloj y esperando casi instintivamente que el carillón del comedor diera la hora. El automóvil los aguardaba afuera y suponía que los invitados ya debían estar esperándoles en la iglesia. A su lado estaba el abuelo golpeando el suelo con el bastón impacientemente. En ese momento bajo Kikyou como envuelta en una nube blanca, como una visión. Se ve hermosa, pensó Kagome, mirándola con ternura y orgullo, al igual que el abuelo.

—Te ves hermosa Kikyou —dijo Kagome con una sincera sonrisa.

—Tu también estas muy guapa hermana —dijo Kikyou.

El traje le sentaba de maravilla, Kagome lucia un vestido de seda color melocotón con adornos de encaje beige antiguo, mientras que las restantes damas vestían del mismo color, pero en un tono mas claro. El cálido color se conjugaba muy bien con su hermoso cabello azabache y hacía resaltar el tono cremoso de su piel y el intenso azul de sus ojos.


—¿Quieres que se pasen todo el día esperándote en la iglesia? —ladró el abuelo, apretando con fuerza el puño del bastón, sin embargo se veía a claras que estaba profundamente conmovido.


La ceremonia fue muy bonita y la recepción estuvo espléndida. Pero al fin todo había acabado. Kikyou ya se había marchado con su apuesto esposo y ya todos los invitados se habían retirado.


—Ha sido bonito,¿verdad abuelo? —Dijo Kagome, mientras pensaba en el viaje que realizaría su hermana con su esposo en su luna de miel. —Tendríamos que hacer un viaje un día de estos.


Las palabras le brotaron de la boca sin que pudiera evitarlo.


—¿Un viaje? —preguntó el abuelo. —¿A dónde?


—A Europa quizá, o tal vez a las Hawai. — respondió ella.


Y eso, ¿por qué? —Kenji Higurashi la miro hastiado, pero no era hastió lo que sentía, sino temor. No le importaba perder a Kikyou, pero no hubiera soportado quedarse sin Kagome. La vida hubiera sido distinta sin ella, sin su inteligencia, son sus aptitudes.


—¿Bueno que dices? —pregunto esperanzada ella.


—No me parece buena idea, por ahora no. —Se le veía molesto y confuso, lentamente se levantó para irse a descansar. —Me voy a la cama y será mejor que tú hagas lo mismo, la boda de esta niña te ha dado mucho que hacer. Después desde la ventana de su dormitorio, contempló la ventana iluminada de Kagome y se pregunto que estaría haciendo. Se hubiera asombrado de verla sentada ante la mesa de su tocador con la mirada perdida en la lejanía, soñando con el viaje que quería realizar alrededor del mundo y en las fotografías que hubiera tomado en su trayecto, al final sacudió su cabeza para volver al presente, se levantó, se desperezó y se desnudó. Minutos después se deslizó entre las frías sabanas y cerró los ojos, procurando no pensar en todo lo que tenia que hacer, prometió encargarse de todos los asuntos de su hermana, la nueva casa, los pintores, el mobiliario, los regalos de boda. Lo haría todo ella, como siempre. La fiel Kagome, encerrada en un mundo del cual parecía no podía salir.




Gracias, espero sus comentarios. Hasta pronto.