Aquí les dejo este One-shot sobre kikyou. Alma libre. Ahí estaba otra vez, vagando por los bosques en busca de Naraku. Sola, sin nadie más que aquellas serpientes caza almas. Suspiró. Ahora, que el dulce y fresco aire de las montañas abrumaban sus sentidos, no podía creer que aquél hanyou hubiese sido capaz de manipularla. Sentía tanta vergüenza. ¿Cómo es posible que ese repugnante ser pudo oscurecer tu corazón, Kikyou? Se atormentaba con aquella pregunta, una y otra vez. Quizás Kaede tenía razón, tal vez estaba tan llena de odio que no lograba ver más allá de sus propios deseos de venganza Sintió rabia, porque ese desgraciado había jugado con su vida como si ella fuese una muñeca. Detestó la sensación de sentirse usada y atada a un destino escrito por él. ¡Rayos! Había muerto porque él quería que así fuera, ahora estaba herida porque a él le daba la gana. Permanecía en este mundo por él, reflexionó, y eso le daba un gran placer a su sucio corazón. ¡La manipulaba sin necesidad de sus poderes! Bufó. Ella era libre, y Naraku no podría atarla o manipularla de nuevo… Ya no. Inuyasha tampoco, pensó. Jamás hizo lo que esperaban de ella, siempre hizo lo que le parecía correcto y no cambiaría de parecer justo ahora. ¿Dónde había quedado aquella joven voluntariosa y luchadora? Les demostraría que seguía allí. A Naraku que la creía débil. A Inuyasha que creía que por el amor que se tuvieron –que se tenían, arregló- ella le obedecería. Que se quedaría como niña buena esperando a que él la salvara. ¡Eso jamás! Él entendería que nada había cambiado, y que no podía decirle qué hacer solo por eso. Aún cuando su cuerpo estuviese hecho de barro, ella se sentía humana, tenía los mismos sentimientos que tenía hace 50 años, los mismos anhelos, y el mismo deber: Proteger la perla de Shikon. Así mismo, la personalidad seguía siendo la misma a pesar del odio que la consumía. Y aunque amase con todas sus fuerzas a aquel hombre, le dejaría claro que era libre de hacer lo que quisiera. Igualmente, le haría saber a Naraku que ella no era una tonta manipulable. Ella era un alma libre, y nadie podría cambiar eso. Ni siquiera la muerte. Después de todo, a pesar de ella, seguía siendo la misma. __________ Ya está publicado, solo lo edité un poco.
Vaya muy interesante. Te encontré sólo algunos errores en tu redacción, pero te ha quedado muy bien. Sin embargo, yo no creo que Kikyou fuera completamente la misma de cincuenta años atrás, eso es porque ella, cuando estaba viva, no tenía libertad. Su deber único era purificar la perla y no podía ni amar ni odiar a nadie, para que sus fuerzas no se desequiibraran. Esa libertad de amar y odiar, como ella misma dijo, la ganó luego de haber revivido, ya que no estaba completamente atada a las leyes humanas. Tal vez sólo conservara su identidad, cosa que sólo perdió cuando desapareció completamente En cuanto a tus pequeñoe errores, deberías ver esto: Debista haber puesto "pudiera". Le parecía correc to ¿o acaso tuviste la intención de comenzar esto como un POV y cambiaste de idea? Me agradó el fic. Luchy te saluda
Me agrado tu fanfic, aparte kikyo es uno de mis personajes favoritos, aunque creo que hubiera servido de algo el guion, pero aun asi expresaste los sentimientos de kikyo, basandote en el anime.