.-~Alma Gitana~-.

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por Maga_oscura, 5 Octubre 2008.

  1.  
    Cyshara

    Cyshara Usuario común

    Tauro
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    Re: .-~Alma Gitana~-.

    Hola..!
    Muy buena continuación!
    Jejeje, me gusto mucho la trampa que le tendieron a Bancotsu, jajaja se lo tiene merecido.
    Me gusta mucho como escribes y pues espero que Kagome salga en la siguiente continuación.
    Pero bueno, muchas felicidades por tu fic.
    Cuidate mucho.

    Chao
     
  2.  
    MayitaKun

    MayitaKun Iniciado

    Piscis
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    Re: .-~Alma Gitana~-.

    Alargando?
    de que hablas! XD
    cada vez esta mejor =)
    bueno, a mi si me gusta mucho mucho :o

    en fin
    cuidat! =)
     
  3.  
    Elizita_lu

    Elizita_lu Guest

    Re: .-~Alma Gitana~-.

    Ahhh que lindo me gusto mucho todo
    esta yendo bien en tu fic hablo en
    sentido de que lo estas llevando por
    buen camino pero espero que el encuentro
    de inu y kag sea romantico y pronto
    bueno animos!!!!!!
     
  4.  
    Stefy Mustang

    Stefy Mustang Entusiasta

    Libra
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    Escritora
    Re: .-~Alma Gitana~-.

    No te preocupes, esperaré... xD.... Respecto al fic:

    ¡Yo`pensé que era Miroku ._.! ¡Ya estaba emocionada y todo! La verdad es que me sorprendiste con este capítulo. Primero lo de Bankotsu... y luego lo de Rin. ¡De verdad pareciera que estoy leyendo un libro! Salvo por una palabra que escribiste mal: es "cínico" con "c" y no con "s".

    bye!

    sTeFy :sang:
     
  5.  
    Maga_oscura

    Maga_oscura Iniciado

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    .-~Alma Gitana~-.
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    Re: .-~Alma Gitana~-.

    gracias por la observacion Stefy owo
    no me di cuenta porque en word no se puso como mala xD
    pero tendre mejor cuidado la proxima vez n.n
    estoy trabajando en la conti, pero tengo una laguna mental que no me deja continuar xD
    lo publicare lo mas pronto posible, no se preocupen n.n cuidense!! byes
     
  6.  
    Antonio Corazoncito

    Antonio Corazoncito Usuario popular

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    Re: .-~Alma Gitana~-.

    Hey, esta genial.
    Me ha encantado este capitulo.
    (Soy Inne, con otra cuenta)
    Yo tambien pensé que era Miroku.
    solo tengo una pega: Tardas mucho en poner conti.
    (Yo hago lo mismo, no se ni para que lo digo)
     
  7.  
    Maga_oscura

    Maga_oscura Iniciado

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    .-~Alma Gitana~-.
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    Re: .-~Alma Gitana~-.

    hola chicas!!! lamento muchisimo la tardanza >.<
    es que estuve un poco ocupada ultimamente... ademas que tenia una laguna mental y no sabia como seguir xD
    pero por fin aqui les tengo una conti n.n espero que les guste...

    ALMA GITANA - Capítulo VI

    Una habitación oscura iluminada por el resplandor del fuego que llameaba apaciblemente en la chimenea. Una sola ventana daba paso al tenue y elegante brillo plateado que ofrecía la luna llena. Un hermoso escritorio labrado de madera y una enorme silla eran los únicos muebles que se encontraban ahí. Las paredes estaban forradas con distintos mapas de la ciudad: de las alcantarillas, de las casas, incluso mapas de los alrededores; todos, herramientas inútiles para localizar la guarida de los gitanos.

    Frente a la chimenea, un hombre permanecía erguido contemplando la suave danza de las llamas con un semblante pensativo. Por su cabeza pasaban una y otra vez los mismos pensamientos: “gitanos… Ratas de las calles, escoria de la sociedad. ¿Dónde encontrarlos? ¿Cómo buscarlos?”. La luz que emitía el fuego iluminaban su cara dejando ver sus facciones: ojos opacos y calculadores, cabello negro atado en una cola alta y tez pálida. Vestía un pantalón y chaqueta de la época negros y una camisa blanca de cuello alto.

    Repentinamente, la puerta se abrió de golpe dejando entrar a una figura encapuchada que se detuvo justo frente al escritorio. El hombre no se inmuto por la repentina entrada del encapuchado y el extraño, por su parte, no dijo nada y esperó a que el hombre frente a la chimenea hablara.

    -¿Hiciste lo que te ordené? – preguntó, por fin, el hombre luego de una larga pausa.

    -Sí, comandante Naraku. – contestó el encapuchado con frialdad. Seguidamente, se retiró la capucha que tapaba su rostro dejando al descubierto un par de ojos dorados iguales a los de Inuyasha e Inutaisho, pero que transmitían una mirada fría e inexpresiva. También, tenía una larguísima cabellera plateada.

    -Excelente. – dijo, al parecer, el comandante dándose la vuelta para mirar de frente al nuevo ojidorado. – Sesshoumaru, a pesar de que por tus venas corre sangre gitana, has demostrado ser uno de mis mejores hombres. Y eso te convierte en un verdadero Caballero Negro. – agregó Naraku.

    -El que mi padre haya decidido juntarse con una mujer de esa raza insignificante y luego unirse, también, a su cultura no me hace un gitano. – aclaró Sesshoumaru airado. Así es, Sesshoumaru era un hijo de gitano, pero no de uno cualquiera. El orgulloso ojidorado que vestía su armadura negra con majestuosidad era nada más y nada menos que el hijo de Inutaisho, el rey de los gitanos. Pero esta es una historia de la que se enterarán más adelante. (na: tengo planeado ponerla en otra ocasión xD).

    -Oh, parece que guardas cierto rencor hacia esa mujer gitana. – lo provocó Naraku fingiendo asombro en su tono de voz. Ya muchas veces había tenido una conversación así con Sesshoumaru y sabía perfectamente que ese tema lo irritaba. Pero Naraku disfrutaba irritar a sus hombres, era como si se alimentara del desprecio y el rencor que les guardaban a los gitanos, como si pudiera olfatear la ira reprimida que sentían en su interior y luego llenarse de energía con ella.

    Sesshoumaru no dijo nada. Sólo se le quedó mirando con frialdad y fastidio, también sabía que no era la primera vez que le hablaba de ello y le cansaba que le sacara el tema cada vez que pudiera.

    La conversación de ambos caballeros se vio interrumpida por la repentina aparición de otro soldado en la habitación.

    -Comandante Naraku, - dijo el soldado haciendo una pausa para tragar saliva y que su voz no se escuchara tan temblorosa. – me temo que he fallado. – continuó – Inuyasha y sus compañeros han vuelto a escapar.

    El soldado sintió cómo las miradas asesinas, tanto de Naraku como de Sesshoumaru, se clavaban en él. No titubeó, no retrocedió, pero tampoco miró a ninguno de los dos directamente; simplemente se mantenía viendo hacia el frente agudizando sus sentidos y manteniendo todos los músculos de su cuerpo en tensión esperando la reacción de Naraku.

    Pero el comandante se limitó a girar sobre sí mismo para volver a clavar la mirada en las llamas de la chimenea, mientras que Sesshoumaru volvió a echarse la capucha encima y se retiró de la oscura habitación sin decir nada. Fue entonces que Naraku habló.

    -Bankotsu, ¿cuántas veces has perseguido a Inuyasha y sus compañeros? – preguntó Naraku con aparente tranquilidad cruzando los brazos ante el pecho.

    -Señor, yo… - en ese momento, Bankotsu perdió el control sobre sí mismo y su voz se escuchó temblorosa y titubeante, pero usaba un tono suplicante. – ¡Por favor, comandante! Le ruego me disculpe… ¡Deme otra oportunidad!

    -No es la primera vez que me fallas, Bankotsu. Y ya te he dado más de una oportunidad para que borraras tu error. – agregó el comandante con peligrosa calma. Entrecerró la mirada hacia el fuego y se giró para verlo con acecho. Esa mirada ocasionó que un desagradable escalofrío recorriera la espina dorsal de Bankotsu quien, prácticamente, estaba de rodillas.

    -Me temo que se han acabado las oportunidades para ti. – agregó con severidad y levantó una mano en alto. Enseguida, dos uniformados más entraron a la habitación y tomaron a Bankotsu de ambos brazos, obligándolo a ponerse de pie y caminar hacia la puerta.

    -¡Espere! ¡Comandante, le juro que esta vez lo lograré! Esta vez tenemos una manera más fácil de lograrlo. – decía Bankotsu con desespero tratando de zafarse de los guardias que lo arrastraban a la salida. – Un niño gitano… ¡conoció a la hija del general Sesshoumaru! ¡Son amigos!

    Las últimas palabras de Bankotsu captaron la atención de su comandante y él lo notó. Entonces Naraku volvió a hacer un gesto con su mano y los guardias que aprisionaban a Bankotsu se detuvieron y lo dejaron caer al suelo. El pobre soldado pegó la frente contra el suelo de piedra, pero no sufrió ningún daño. Cuando levantó la mirada para ver a su comandante, este se encontraba de nuevo dándole la espalda y contemplando el fuego. Un tenso y largo silencio se apoderó de la sala mientras Naraku meditaba perdido en las llamas. Gruesas gotas de sudor resbalaban por la frente de Bankotsu mientras esperaba la respuesta de su comandante.

    -¿Qué estás esperando? ¡Vete! Hay que hacer los preparativos para la próxima persecución. – le ordenó Naraku como si toda la escena anterior no hubiese ocurrido jamás.

    -Sí, señor. – obedeció Bankotsu con alivio. De inmediato se puso de pie, se acomodó su armadura y salió de la habitación.

    -Por cierto. – lo detuvo el comandante justo cuando comenzaba a cruzar el umbral de la puerta, lo que hizo que se detuviera en seco y se volteara para verlo aún parado de espaldas a él.

    -No le digas nada al general, - agregó Naraku ladeando la cabeza a un lado para mirar a Bankotsu de reojo. – no queremos que tome medidas que arruinen nuestro plan.

    Bankotsu entendió a la perfección el punto de su comandante. Se limitó a asentir con la cabeza y luego retirarse del todo, dejando a Naraku completamente solo en su oficina. Un pesado silencio envolvía la habitación. Pero, en su mente, el comandante componía un elaborado plan para hacerse con la comunidad de los gitanos. Un plan sin fallos ni contras que pudiesen llevarlo al fracaso; un plan que, según él, lo llevaría a alcanzar sus misteriosas intensiones.



    El resto del día había transcurrido con normalidad en la mansión Higurashi; Kaede se ocupaba de administrar las tareas de los demás empleados y Kagome había recorrido más de una vez los jardines que rodeaban la casa impaciente porque llegara la noche. Y cuando, por fin, esta se hizo presente, el ama de llaves empezó a dictar mandatos, tanto a sirvientes como al chef, para preparar todo para la cena y que esta resultara ser una velada perfecta.

    Por su lado, Kagome se había encerrado en su habitación y había comenzado a arreglarse, no sólo para Miroku, sino también para sus padres y prometido. El prometido de la hija de los Higurashi era uno de los comerciantes más exitosos del país; su familia era propietaria de la compañía distribuidora de los mejores textiles demandados por los negocios de la moda. De hecho, muchos de los vestidos de la pelinegra eran hechos con esa misma tela.

    Kagome decidió cambiar su vestido por uno que combinara más con su nuevo cinturón, así que tomó del armario uno que constaba de dos piezas: la parte de arriba era una especie de corsé color rojo con hombreras abombadas del mismo color y mangas a tres cuartos de una fina tela blanca y una larga falda negra de terciopelo. Ese era uno de sus vestidos favoritos, si no es que era su favorito. Se lo había regalado su padre la noche anterior a su compromiso. No tardó mucho en cambiarse y peinar su cabello en cuna cola baja que caía por su hombro derecho.

    -Bueno, creo que ya estoy lista. – dijo la pelinegra colocándose unos zarcillos de perla sencillos. – Será mejor que baje antes de que la abuela Kaede venga a regañarme. – agregó con cierta gracia y, enseguida, se encaminó a las escaleras.

    Y, mientras bajaba los últimos escalones, se escuchó llegar un carruaje en el patio. De inmediato, un mayordomo fue a abrir la puerta y por esta entró una pareja ya un poco mayor: una mujer con la misma nariz y cabello que Kagome y un hombre con la misma mirada.

    -¡Mamá, papá! – exclamó la joven con alegría y corrió a abrazarlo y dicho gesto fue correspondido por el Sr. y la Sra. Higurashi. - ¡Qué alegría verlos! – añadió con una radiante sonrisa.

    -Hola hija. ¿Qué tal tu día? – preguntó la Sra. Higurashi con dulzura, una característica que la destacaba mucho y que le había heredado a su hija.

    -¿Tuviste un buen día? – añadió su padre cuya mirada era igual a la de la pelinegra.

    -Sí. ¡Hoy vi a Miroku! – contestó Kagome con notable felicidad. – Y lo invité a cenar. Espero que no les moleste.

    -Para nada, hija. – la tranquilizó su madre.

    -¡Vaya! Al fin le veré la cara al amigo de mi hija, no puedo creer que se haya desaparecido tanto tiempo. Creo que habrá mucho de qué hablar. – añadió el Sr. Higurashi con una simpática sonrisa.

    En ese momento se oyó llegar a otro carruaje en el patio. Kagome se emocionó un poco y dejó a un lado a sus padres para ir a la puerta y recibir a su invitado; esperaba que fuese Miroku quien había llegado. Pero cuando el mayordomo abrió nuevamente la puerta, apareció un joven de ojos azul claro, como el color del mar en aguas poco profundas, y traía su largo cabello negro atado en una cola de caballo.

    -Mi querida Kagome, ¿cómo te encuentras? – la saludó el joven abrazándola sin dudarlo. Vestía ropas que se distinguían muy finas: un pantalón y chaqueta de la época color marrón y una franela beige.

    -Ko… Koga, hola. – dijo la pelinegra entrecortadamente. No quería admitirlo, pero estaba un poco desilusionada, le entusiasmaba más el hecho de que su mejor amigo la visitara que la llegada de su prometido. – Estoy bien, gracias. – agregó con un poco de desdén.

    -¿Estás segura? Te siento un poco… ¿decepcionada? – inquirió Koga con audacia. Era muy difícil que Kagome pudiese ocultarle sus sentimientos a su prometido, porque si bien ella no lo quería tanto como todos esperaban, él si la amaba y siempre estaba atento de ella. La tomó de las manos y la miró fijamente a los ojos. – Si hay algo que te molesta, dímelo. Yo me encargaré de acabar con eso. – sentenció.

    -Sí, Koga. No te preocupes, todo está bien. – lo evadió Kagome con una sonrisa nerviosa y una gota de sudor resbalando en su cabeza.

    Al cabo de unos minutos, Kaede salió a la sala a recibirlos a todos. Se notaba cansada, pero aún así sonreía con cordialidad para disfrazar su estado y habló con calma.

    -Buenas noches Señores Higurashi, buenas noches joven Koga. ¿Gustan pasar? La cena estará lista en un momento. – les informó el ama de llaves y los invitó a pasar al comedor con un gesto de su mano.

    Los cuatro se miraron un momento y luego decidieron pasar al comedor. La Sra. Higurashi tomaba el brazo de su esposo mientras caminaban, mientras que Koga tomó de la mano Kagome, cosa que la chica no podía evitar. Pero cuando ella y su prometido estaban por atravesar el arco hacia el comedor, alguien llamó a la puerta: tres golpes secos en la madera. El mayordomo se apresuró a abrir y en la entrada, estaba Miroku: altivo y luciendo su imponente armadura con una sonrisa nerviosa y rascándose la cabeza.

    -Lo lamento, se me hizo un poco tarde.

    CONTINUARÁ

    espero que les haya gustado owo
    aviso que ya empezare la universidad la proxima semana y dependiendo de como este de deberes, tardare un poco en colocar la siguiente conti, pero les prometo que habra conti n.n
    espero que me sigan apoyando igual, chicas
    cuidense, besos! bye
     
  8.  
    Antonio Corazoncito

    Antonio Corazoncito Usuario popular

    Cáncer
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    Pluma de
    Escritora
    Re: .-~Alma Gitana~-.

    Maga oscura, comentale a Aura Lance a ver por que puede ser.
    Que gracioso Miroku. Llegando tarde ¿él? xD
     
  9.  
    Stefy Mustang

    Stefy Mustang Entusiasta

    Libra
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    Pluma de
    Escritora
    Re: .-~Alma Gitana~-.

    Hola!!! Por fin puedo comentar ToT -me estaba mueriendo por hacerlo-
    Oye..¿por qué siempre me dejas así de intrigada?
    Siempre pienso que es Miroku... pero ¡NO! es Bankotsu :(
    Ja!!! Me estoy volviendo adicta a tu fic... - preguntaselo a mi mamá que me tuvo que aguantar dos días mientras se lo leía por segunda vez xD-
    Espero la continuación

    sTeFy :sang:
     

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