Algún día. Título: 'Algún día' Para la actividad '¡Vamos a pensar!' Tema: Desafinar cantando. Observó incrédula y emocionada a su público: Estaban esperándola a ella, cosa que la hacía sentir feliz e importante. Tomó el micrófono entre sus manos y comenzó su presentación, dando una pequeña introducción mientras sonreía pícaramente. Como toda una estrella profesional. Dijo el título de la primera canción de un modo divertido y comenzó a sonar la música, mientras sus fans gritaban enloquecidos. Su tono suave comenzó a subir lentamente hasta llegar a las notas altas, mientras ella bailaba repasando la coreografía aprendida, haciendo que el público se emocionara más y comenzara a seguirla en su melodía. Cuando la canción estaba por terminar, observó de nuevo a sus fans, dudando entre hacerlo o no, y finalmente decidió que sí: Se lanzó de espaldas y la multitud enloqueció, pasándola de brazos en brazos mientras ella cantaba y las personas gritaban. Todo era como estar en un sueño, una fantasía. Y de repente, como un golpe en la nuca, sonó la voz de su hermano. Desgraciadamente, sacándola de su ensoñación. -¡Camila, que salgas te digo! -¿Eh? -Murmuró tontamente mientras parpadeaba varias veces. Estaba aturdida, su nube había explotado de forma brusca, y de paso, le había caído jabón en los ojos. -¡Yo también debo bañarme! -Gritó desde afuera el joven, irritado por la falta de atención. Y entonces, Camila cayó en cuenta de que volvía a estar de nuevo en la tina del baño de su casa, sin fans ni tarima ni micrófono, con un sueño difícil de alcanzar. Se paró y tomó la toalla, para enrollarla en su cuerpo y abrir la puerta, todavía algo desorientada. -Seguro que estabas fantaseando de nuevo. -Se burló su hermano Daniel. -Algún día, yo seré una estrella de verdad. -Replicó ella enojada. -'Algún día' es un sinónimo para 'Nunca'. -Bufó él entrando en el baño. Hizo una pausa y carcajeó- Además, mientras cantabas en el baño, desafinabas horrible. -Finalizó cerrando la puerta, sin darle oportunidad para contestar. Ella resopló, ignorándolo. Algún día lo lograría, y cuando lo hiciera, Daniel tendría que lustrarle los zapatos... Con la lengua.