Alfabeto [Días de abecedario]

"I" de Impresión
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El típico sonidito de aviso de mensaje nuevo me despertó, interrumpiendo el hermoso sueño que estaba teniendo, donde conquistaba nuevamente todo el mundo.

"Recuerda que hoy vienes a mi trabajo, asegúrate de venir presentable y causar una buena impresión"

Miré la hora en mi teléfono, eran las tres y cuarenta de la tarde. Vaya, a veces me pregunto cómo mamá puede enviarme mensajes a estas horas si sabe que es la hora de mi siesta.

Revisé mi ropero. Tenía unas lindas bermudas con un bonito estampado de palmeras. Así que las tomé en seguida, luego opté por algo que me hiciera ver divertida, pero elegante, así que tomé una camiseta que me llegaba hasta los muslos.

Me vestí y me puse unas sandalias para completar.

—¡Sí que daré una impresión! —dije tomando las llaves y saliendo por la puerta.

Al llegar a la oficina de mamá, pude darme cuenta de lo impresionada que quedó por mi estilo, ya sabía que tenía buen gusto, no hacían falta halagos que me lo recordaran.

—¿Ves, mami? Te dije que yo misma podía elegir mi guardarropa.

Ella no dijo nada, me puso su chaqueta encima y caminamos hacia la puerta de emergencia, antes de salir, ella dijo:

—No te preocupes, pequeña, ya encontraremos a tu mamá...


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"J" de Juguete​

Mamá estaba cocinando el almuerzo, yo por mi parte, estaba con la cabeza en el suelo y la otra parte del cuerpo en el sofá, mientras jugaba Mario Kart en mi Ds, mamá se asomó y me miró.

—Hazme un favor y pon la mesa.

—La mesa ya está puesta, tiene sus patas y son resistentes.

Ella me fulminó con la mirada, sus ojos muchas veces podían lanzar rayos láser.

Me impulsé y di una voltereta, mis pies me sostuvieron, corrí y tomé todo lo que había en la mesa para lanzarlo hacia el sofá de un solo tiro.

—Mesita puesta.

—Juguete descomisado.


Me arrebató el Ds de las manos y se acostó en el sofá.

—Termina de cocinar tú. Yo jugaré una partidita de Mario Kart.

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L de Lejanía.
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Dolor... Eso sentí. Todo lo que yo amaba estaba lejos de mí.

—¡Mamá! ¡No alcanzo el control remoto!

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"M" de Microondas​

Metí un gran plato de pasta al aparato, marqué 5 minutos y esperé.

Me comía las uñas por el hambre y la ansiedad. Comencé a caminar de lado a lado, y mi estómago sólo rugía más y más fuerte.

El tiempo se hacía interminable, era insoportable para mí esperar tanto en una situación así.

El microondas sonó, avisando que había terminado su función. Saqué el plato de pasta, que botaba humo, pero me quemé. ¡El plato estaba ardiendo!

El estrepitoso ruido de un objeto de porcelana romperse resonó por toda la casa, mi mano estaba roja y peor, aún tenía hambre.

Toqué la pasta, que yacía en el suelo.

¡Estaba fría!

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—Pizza speedy a su orden. ¿Qué desea pedir?

—Una pizza gigante, con jamón, maíz tocino, salsa, y mucho queso, por favor.

Fantástico, ahora sólo tenía que pagar con la tarjeta de mamá y listo.

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"N" de Noche
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Allí me quedé, contemplando el vasto y oscuro cielo que no tenía fin...

Y me di cuenta de muchas cosas. Pensaba... ¿Qué sería de mi vida? ¿Qué haría? No podía dormir, no con tantas preguntas en mi mente. Y menos podía descansar teniendo tanta belleza ante mis ojos; belleza que nunca noté.

El viento soplaba y la ciudad estaba en silencio. La oscuridad me tranquilizaba.

Me percaté de algo, no me había dado cuenta de cuánto amaba el cielo. De día las nubes y el sol, de noche las estrellas y la luna.

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"P" de Permiso
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Era una cálida tarde de un viernes cualquiera, me aburría mucho en casa, así que me acerqué a mamá. Subí los escalones, de dos en dos, y sigilosamente abrí la puerta de la habitación de mi mamá, ella estaba en el computador, trabajando, o algo así.

—Uhm... ¿Mamá?

—¿Sí? —dijo, tenía el rostro casi pegado a la pantalla del monitor. El sonido de las teclas retumbaba en mis oídos.

—¿Recuerdas la vez que me mentiste diciéndome que el Ratón Pérez era un ratón que se llevaba los dientes que ponía debajo de mi almohada?

—Sí.

—¿Y cuando me dijiste que Santa Claus era un señor vestido de rojo que se paseaba en su trineo mágico entregando regalos alrededor del mundo?

—Sí.

—¿Y cuando me dijiste que a los bebés los traía la Cigüeña?

—Sí.

—¿Y cuando me dijiste que podía ir a casa de mi amiga mañana?

—Sí.

—¡Perfecto! Gracias, mami...

Pedir permiso era más fácil de lo que recordaba.

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"Q" de Quién

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Mi hermano se aproximó con pasos largos hacia la cocina, miré a mi pequeña hermana y tragué saliva. Antes de que el "Patrón" llegase a la nevera, subí los escalones con toda prisa y me escondí bajo la cama.

—¡¿Quién se comió el último pedazo de pastel?! —su voz no era normal, y como no era normal eso no se consideraría un grito, eso había sido un rugido.

—No me arrepiento de nada... —susurré al oír sus pasos aproximándose desde el pasillo.

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