República de Shinryu Aldea Tsuro

Aldea Tsuro

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Ubicación: Cuadrante B1 (Shinryu)

Una pequeña aldea construida sobre un río y con un emblemático estilo, clásico en la República de Shinryu. Construida junto a los Riscos Kassor, esta aldea se sitúa entre pequeñas elevaciones escarpadas. A lo lejos, mirando al este, uno puede ver el gran monte Shinryu, y no es poco frecuente que los residentes de Tsuro recen al legendario Shinryu mirando hacia el monte, en señal de respeto.

Contenido oculto: Comercios

Posada: regenera todos los PS y PM de todo el grupo. 30 guiles.

Tienda de armas:
- Arco corto (5 Daño físico, golpea con todo el daño desde la fila de atrás): 150 guiles
- Arco largo (10 Daño físico, golpea con todo el daño desde la fila de atrás) (Req.: 5% dominio): 200 guiles
- Arco asesino (20 Daño físico, golpea con todo el daño desde la fila de atrás) (Req.: 15% dominio): 300 guiles
- Látigo de cuero (15 Daño físico, aumenta en un 10% los PM máximos) (Req.: 10% dominio): 500 guiles
- Castigador [Látigo] (25 Daño físico) (Req.: 15% dominio): 320 guiles
- Kobadachi [Katana] (20 Daño físico, elemento tierra) (Req.: 10% dominio): 350 guiles
- Ichimonji [Katana] (20 Daño físico, elemento agua) (Req.: 10% dominio): 350 guiles
- Mandoble de bronce (15 Daño físico): 200 guiles
- Bastón (Daño físico 1, Absorción de PM: 1%. Sin elemento): 150 guiles
- Escudo artesano (+10 PS, +10 PM, +5 Defensa, +5 Defensa mágica, solo puede equiparse con "Activar escudo" desbloqueada, hace débil a fuego, agua y oscuridad): 180 guiles

Tienda de objetos:
- Poción (+20 PS, ratio x0,1): 30 guiles
- Éter (+10 PM, ratio x0,1): 80 guiles
- Antídoto (cura veneno): 40 guiles

Tienda de armaduras:
Cuerpo:
- Túnica blanca (+3 defensa mágica): 120 guiles
- Kimono blanco (+1 defensa mágica, +2 PM máximos): 120 guiles
- Vestido blanco (+1 defensa, +2 PM máximos): 120 guiles
- Vestimenta tradicional (+15 PM máximos): 280 guiles
Cabeza:
- Diadema mágica (+2 Terapeucidad): 120 guiles
- Cinto del bosque (+2 Terapeucidad, +2 Poder mágico): 160 guiles
- Capucha sigilosa (+5 PM, +2 Espíritu): 180 guiles
- Capucha tradicional (+5 Espíritu, otorga un 5% extra de dominio de katanas): 270 guiles
Piernas:
- Mallas (+2 defensa): 100 guiles
- Pantalones de lino (+2 defensa mágica): 100 guiles
- Pantalones tradicionales (+5 Terapeucidad, otorga un 5% extra de dominio de lanzas): 270 guiles
Pies:
- Sandalias de viaje (+2 velocidad): 100 guiles
- Zapatos cómodos (+3 velocidad): 120 guiles
-Zapatos tradicionales (+5 PS, +5 Velocidad): 280 guiles

Contenido oculto: Encargos

1- Guardabosques: "No más mús"
Objetivo: dirígete a la parte norte de Shinryu para acabar con el líder de los mús.
Completado por: Roxy
Recompensa:
- Carne de mu x3
- Piel de mu x3
- Zarpa dura x3

2- Posadero: "La plaga de vespérulas"
Objetivo: elimina seis vespérulas en el cuadrante B1 de la República de Shinryu.
Premio: Antídoto x3, Poción x2, Líquido viscoso x5
Completada por: Fauna

3- Eleano misterioso [solo Rigel]: "Tras los pasos de Harold"
Objetivo: encuentra a Harold en la zona de extracción de las galerías izquierdas de las Minas de Kogyo.
Completada por: Rigel
Recompensa:
- Adamantita

4- Cocinera: "Un plato muy especial"
Objetivo: llévale a la cocinera de Tsuro tres piezas diferentes de carne.
Completada por: Roxy
Recompensa:
- Leche de garula x1
- Huevo de monstruo x1
- Piel de mu x1

Contenido oculto: Servicio de síntesis: Cocina

Servicio de síntesis de cocina:
En los puntos de síntesis, se os ofrecerá un ingrediente base y podréis añadir más de entre objetos robados a enemigos u obtenidos en misiones o comprados para crear distintos artefactos. Ciertos objetos sirven para crear cierto tipo de utensilios, así que no todos servirán en todos los puntos de síntesis.
Este punto de síntesis permite crear comidas, objetos consumibles que darán mejoras de stats o beneficios diversos para un número limitado de batallas. Podéis añadir hasta tres ingredientes más al base.

Ingrediente base:
- Sal del norte

Platos creados:
- Banquete del bosque (+5 Fuerza, +3 Defensa, +5 Poder Mágico, +3 Defensa mágica para dos combates. Dos usos) (Sal del norte + Carne de mu + Cualquier verdura + Huevo de monstruo) (Calidad: 3/3)

Contenido oculto: Ciudadanos

- Huan, amable posadero
>> Comandar: 0%
>> Solicitar: 80%
>> Ayudar: 80%
>> Intimidar: 80%
>> Espiar: 80%
>> Preguntar: 80%
>> Engatusar: 80%

- Mei, joven trabajadora
>> Comandar: 60%
>> Solicitar: 30%
>> Ayudar: 70%
>> Intimidar: 50%
>> Espiar: 40%
>> Preguntar: 80%
>> Engatusar: 20%

- Junpei, vigilante leal
>> Comandar: 0%
>> Solicitar: 50%
>> Ayudar: 50%
>> Intimidar: 10%
>> Espiar: 50%
>> Preguntar: 50%
>> Engatusar: 70%

- Loriana, áurea inmigrante
>> Comandar: 70%
>> Solicitar: 50%
>> Ayudar: 60%
>> Intimidar: 80%
>> Espiar: 40%
>> Preguntar: 10%
>> Engatusar: 50%

Contenido oculto: Recetas no asignadas

- Ron ardiente (Licor de Hitoki + Cualquier consumible de elemento fuego + Cola de fénix)
- Oro líquido (Licor de Hitoki + Cualquier bebida alcohólica creada con Licor de Hitoki + Esencia mágica + Elixir)

 

Capítulo 1-5: Liberando a la naturaleza
​

Notaba el traqueteo incesante. Pese a que sus manos estaban atadas, sus ojos vendados y su boca cubierta, podía notar que la arrastraban dentro de alguna especie de caja. Con las manos, a su espalda, pudo palpar la madera de la que estaba hecha el recipiente en el que se encontraba... era... era madera recién cortada. Casi podía adivinarlo, solo con tocarla. Y se estremecía al sentirlo, como si notase el dolor de aquel árbol que ya no estaba en el reino de los vivos.

Años de cautiverio, sin poder ser libre. Fauna no tenía fuerzas para luchar. No sabía a dónde la llevaban, no sabía nada. Pero llegó un punto en el que no le importaba. Se había inmunizado al dolor, a los golpes, a casi todo. Era su rutina. Fuesen a donde fuesen, estaba claro que no iban a soltarla. La llevarían a otro lugar donde la volverían a encerrar. A otro sitio oscuro.

De pronto, sintió cómo el traqueteo paraba. Y se concentró, para intentar percibir qué había a su alrededor.

Agua. Posiblemente algún río.
Riscos. Había montañas a su alrededor.
Tierra. La tierra abundaba.
Y... árboles. En los alrededores había árboles vivos.

Notaba la energía de la naturaleza a su alrededor. Y no le cabía duda de que estaba en una especie de población, pero una pequeña, envuelta en la naturaleza. No podía ver con esa cinta en la cara, quizá, pero sí que podía percibir lo que la rodeaba.

... se extrañó cuando pasaron varios minutos y nada sucedía. Nadie la arrastraba. Nadie la sacaba. Nadie hacía nada. Y fue entonces cuando se dio cuenta: tanto tiempo hacía, tanto se había resignado, que no se percató de que, quizá... podía lograrlo. Con esfuerzo, se replegó un poco, y trató de empujar con las piernas en una dirección determinada. Estaba desnuda, débil, cansada, pero pudo reunir las energías suficientes. Golpeó, así, la caja, y logró romper una de las paredes de la misma.

Seguía sin ver, pero, al menos, se pudo poner de pie. Se concentró, y... notó que no había naturaleza cerca. Estaba en algún edificio, no había duda. Se concentró un poco más. ¿Era eso una... rosa? Sí. Notaba rosas. Había un rosal cerca. Quizá una maceta. Poco importaba. Lo importante era que las rosas tenían espinas.

Se acercó hasta ella, y trató de usar una de las espinas para cortar las cuerdas que ataban sus manos. Al ver que no lo lograba, pues no era lo bastante afilada, pensó que no iba a lograrlo, pero... entonces, fue casi como si, al tocar la rosa, esta creciese. Su espina, ahora afilada como una espada, pudo cortar sus cuerdas. Y Fauna desató el cinto que le obstruía la visión.

Un almacén. Junto a muchas más cajas, estaba en una especie de almacén, decorado con un largo rosal y alguna que otra foto. Ahí parecía haber equipaje, así que, ¿una posada? Cuando miró por la pequeñísima ventana que había, vio una aldea hermosa, con el agua de los ríos fluyendo por las calles, con puentes cruzándolos. Con rocas y tierra, y casas de color rojo y arquitecturas extrañas. Aquello... aquello no era Áurea. No sabía dónde estaba, pero no era su hogar.

Casi no lo creía. Era libre. Podía escapar. La ventana le reveló que era de noche, así que posiblemente sus captores durmiesen, habiendo hecho una parada en aquel lugar. Era una ocasión tan perfecta que casi parecía un regalo de los árboles sagrados. Solo tenía, ahora, que salir de allí. Y que marcharse, cuanto antes.

Pedir ayuda... no era una opción. Porque no sabía quiénes podían ser sus captores. No sabía quiénes trabajaban para ellos. No sabía nada.

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Yugen, ¡comienza la historia de Fauna! El contexto creo que lo sabes bien, pero detalles importantes: estás desarmada por completo, y desnuda por completo. Hay una única puerta y es de noche, y solo sabes lo que te he contado más arriba, nada más. Usa tu siguiente post como manera de introducir al personaje todo lo que quieras, y rolea que sales de la sala. ¡Seguiremos a partir de ahí!

 

~Fauna~

¿Cuanto tiempo había pasado? ¿Meses? ¿Tal vez años? Era tan difícil dilucidar el transcurrir del tiempo cuando la mayor parte de este estaba encerrada y con los ojos cubiertos. Su piel se había insensibilizado por los golpes y se había acostumbrado tanto a estar desnuda que no notaba en demasía los cambios bruscos de temperatura. Por sentir, no sentía nada. Ni dolor, ni hambre, ni calor o frío. Estaba viva porque aún respiraba y porque podía sentir, en algún lugar de su ser, el pulso de la naturaleza. Lo sentía, tanto como si fuese el suyo propio. De la luz del sol, de la fresca hierba, el rumor de la brisa sobre las copas de los árboles. Era el tipo de vida de la cúal la habían arrancado y se sentía como un árbol despojado del suelo que nutría sus raíces.

El resto de sus sentidos se había desarrollado más gracias a la privación de la vista pero no era el tipo de vida que alguien como Fauna Van' Chamat quería o necesitaba. Aunque se había insensibilizado al dolor, aunque los moratones en su cuerpo ya no fueran tan obvios, su piel maltratada seguiría presentado cicatrices.

También lo que había bajo la piel.

Por eso, cuando tuvo la oportunidad de escapar no lo dudó un segundo. Libre de sus ataduras gracias a las espinas del rosal, pronto se acostumbró a la oscuridad de la noche que cubría el almacén y avanzó hasta la única puerta.

Aguardó unos segundos en silencio con el corazón latiéndole extraordinariamente rápido en el pecho. Llevaba tanto tiempo cautiva que la idea de escapar al fin ni siquiera parecía real. Y si la atrapaban nuevamente... ¿qué le harían que no le hubiesen hecho ya? ¿Matarla? Morir no parecía una idea tan mala a aquellas alturas.

Posó la mano en el pomo y se concentró en sus alrededores con los ojos cerrados, en el exterior, pero no captó ningún sonido, ninguna presencia que deletase a sus captores.

Era ahora o nunca.

Era de noche, no conocía el lugar donde se encontraba pero se encomendaría a los árboles sagrados y escaparía. Aunque no fuera Aúrea.

Huiría por fin de su cautiverio.

Tras tres largos años.

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Post cortito para acostumbrarme <3 no quería volver a escribir todo el post y mencionar lo de la caja y tal porque sería repetir lo que ya pusiste en el post introductorio y eso lo haría bastante denso y repetitivo, Dav. Espero que esté bien y eso, es la primera vez que roleo a un personaje predefinido /-\

 

Fauna logró cruzar la puerta, descubriendo un largo pasillo ante ella. El suelo, las paredes... todo estaba hecho de madera. Madera que llevaba tiempo muerta, claro. De lo contrario, probablemente hubiese sentido algo.

No sabía dónde estaban sus captores, ni quién habría en aquel lugar. No tenía ni idea de qué le deparaba, pero era la primera vez en mucho tiempo que caminaba por su propia cuenta, sin nadie guiándola, viendo dónde pisaba, haciéndolo porque ella misma había decidido hacerlo. Y se sentía tan extraño... casi como si fuese algo prohibido, algo que no debería estar haciendo.

Cuando caminó con cuidado por el pasillo, haciendo crujir brevemente la madera del suelo con cada paso, no pudo evitar ver una sala que parecía ser otro almacén, este a rebosar de ropa. Posiblemente fuese una especie de lavandería, o algo similar. Alguna de la ropa ahí estaba sucia, pero también había montones con ropas blancas, inmaculadas, ligeras y limpias. Se giró por un segundo al entrar en la sala, y observó una escoba junto a la puerta. Al alzarla, pensando que podría servirle, en un momento dado, como arma, la parte del cepillo se desprendió, y quedó solo un triste y simple palo redondeado de... madera. No estaba especialmente cómoda con eso, pero era su única opción. Lo único con lo que podría defenderse si lo necesitaba.

Obtienes un palo. Será equipado en tu ficha.

Ahora bien, algo de ropa le vendría bien. Hacía tanto que no se vestía, que no tenía idea de cómo reaccionaría su piel ante el tacto de la ropa sobre la misma. No es que estuviese bien llevarse ropa que no era suya, pero francamente, en lo que menos debía preocuparse ahora era en lo moralmente aceptable o no de sus actos. Así que cogió...

>> Coger la túnica blanca (+3 defensa mágica)
>> Coger el kimono blanco (+1 defensa mágica, +2 PM máximos)
>> Coger el vestido blanco (+1 defensa, +2 PM máximos)

 

~Fauna~

La puerta se abrió con un ligero chirrido y mostró un extenso pasillo de madera tras de sí. Fauna dio un paso al frente. No había nadie, no había sonidos, no sentía presencia alguna. Apresuró sus pasos y silenciosa recorrió el pasillo buscando por donde escapar.

No encontró por donde hacerlo pero si halló una sala con montones de ropa. Había ropa sucia, maloliente e impregnada de tierra. Pudo percibir que era tierra seca, poco nutrida, de los alrededores. Nada más entrar en la sala junto a la puerta encontró una escoba. No parecía especialmente firme pero podía ser útil en caso de necesitarla.

El palo sin el cepillo se amoldaba perfectamente a su mano. Lo sujetó y movió la muñeca acostumbrándose a manipularlo. No tenía mucha fuerza tras tanto tiempo cautiva pero podía defenderse con eso. La madera de ese árbol caído, donde ya no podía sentir ni tan siquiera un soplo de vida, ahora ayudaría a proteger la suya.

—Gracias—murmuró por debajo de su aliento. Se había acostumbrado a hablar poco y el sonido de su voz, calma y modulada, le resultó extraño. Se arrodilló junto a la pila de ropa y empezó a buscar algo que le sirviese.

Entre todo dio con un tipo de tela blanca, no muy densa. ¿Era una especie de túnica? La rozó con los dedos acostumbrándose a su textura y finalmente se la puso. Llevaba tanto tiempo desnuda que no le importaba realmente seguir estándolo pero la ropa le confería algo más de defensa. Además, era acogedora y cálida.

Una calidez que se le antojó ajena.

>> Coger la túnica blanca (+3 defensa mágica)

 

Al fin, Fauna pudo verstirse, cubriendo su piel pálida con una reconfortante túnica que logró cubrir su cuerpo entero. Regresó entonces al pasillo oscuro, y trató de encontrar otra salida. La lógica le decía que, si estaba en una posada y aquello era un trastero y una lavandería, debía estar en la parte de atrás del lugar; y posiblemente, alguna puerta conectaría con la recepción.

Y la recepción, con la entrada.

Con todo el sigilo que pudo, logró caminar hasta la puerta que había al fondo del pasillo. La abrió, intentando que chirriase lo mínimo posible, y alzó la vista por detrás de ella. En la recepción había un sillón, justo al lado de la puerta por la que estaba asomada. Y en ella... dos tipos grandes y hoscos, con capuchas sobre la cabeza, dormitaban. Intuyó que eran sus captores, los que la estaban "vigilando"; aunque, a decir verdad, no tenía pruebas. Pero, ¿cómo fiarse de alguien después de todo lo vivido? Miró después al otro lado, hacia la recepción en sí, y vio que había un hombre leyendo un libro a la luz de la vela. Parecía ser el encargado de la posada, pero... ¿y si estaba con ellos? ¿Y si...?

Despejando aquellas ideas de la cabeza, no tenía más remedio que pasar. Pasar lo más despacio posible, con lentitud... poco a poco. Si iba agachada, quizá podía burlar al recepcionista, que, después de todo, no estaba prestando mucha atención, centrado en su libro. Y los otros dos dormitaban, así que no serían problema.

Haciendo de tripas corazón, cruzó. Y caminó encorvada, agachada. La puerta, iluminada por la luz de la luna, estaba ahí. Tan cerca. La salida al exterior, al mundo. A la libertad.

—¿S-Señorita? ¿Qué hace? ¿Puedo... ayudarla en algo?

Las palabras inocentes del recepcionista bastaron para helarle la sangre. No. No, no, no. La había visto. Su mirada se dirigió de inmediato a los otros dos. Uno de ellos, alzando la cabeza... despertó, y la vio. Y supo que no tenía escapatoria.

—¡E-Eh! ¡L-La áurea! ¡¡La puta áurea!!

Su compañero despertó de inmediato, alertado por el otro. Bajo las capuchas, Fauna no distinguía bien los rasgos de ambos. Tal vez también se debía a lo nerviosa y alterada que estaba en ese momento. Solo sabía que estaban cogiendo sus dos porras, acercándose a ella, y que eran muy, muy grandes. Más que ella. Hasta el recepcionista, sin entender nada, se sentía intimidado.

—¡Maldita! ¿¡Cómo te atreves a escaparte!?

Cerró los ojos cuando se le acercó, con la porra sobre su cabeza, esperando el impacto... pero entonces, el tipo se tropezó hacia atrás. Y cuando Fauna miró al suelo, sorprendida, se dio cuenta: la madera del suelo se había retorcido, levantándose los tablones, empujándolo hacia atrás. El suelo a su alrededor estaba... brillando, y casi parecía moverse. Y Fauna podía notarlo. La energía del ambiente, de la naturaleza...

Podía controlarla.

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—V-Vale, niñata orejuda... quédate quietecita, ¿sí? —dijo uno de ellos, porra en mano y dientes apretados.

—Tsk... no te atrevas a usar esos poderes tuyos, ¿quieres? ¡Sé buena y vuelve a la caja!

... no, no iba a volver. Podía... podía defenderse.

MATÓN A
Lvl. 3
- PS: 35/35
- PM: 0/0
- Fuerza: 15
- Defensa: 10
- Poder Mágico: 0
- Terapeucidad: 0
- Espíritu: 0
- Defensa Mágica: 10
- Velocidad: 20
+40 experiencia

MATÓN B
Lvl. 3
- PS: 35/35
- PM: 0/0
- Fuerza: 15
- Defensa: 10
- Poder Mágico: 0
- Terapeucidad: 0
- Espíritu: 0
- Defensa Mágica: 10
- Velocidad: 20
+40 experiencia

Turnos:
1- Fauna
2- Matón A
3- Matón B
4- Fauna
5- Matón A
6- Matón B

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Ante cualquier duda, ya sabes dónde estoy uwu

 

~Fauna~

Una vez armada y vestida Fauna se dispuso a continuar buscando la salida. Podía sentir que estaba cerca, su intuición le decía que solo necesitaba buscar un poco más. Avanzó por el pasillo y se detuvo nada más alcanzar otra puerya. Allí... allí si había sonidos. Allí sí había presencia humana.

Lentamente acercó la mano a la perilla de la puerta girándola con la máxima cautela posible y la abrió lo suficiente para poder mirar al otro lado tras esta, a través de una rendija. Allí había luz, la iluminación tenue y vacilante de una vela. Oía respiraciones profundas y roncas y descubrió en dos sillones junto a la puerta dos hombres robustos, mucho más altos que ella, que dormitaban. ¿Sus captores? No podía estar segura. No podía estar segura de nada. No podía confíar en nadie. Al otro lado estaba el recepcionista leyendo un libro y más allá... la luz platina de la luna.

La salida. Su tan ansiada libertad.

Dirigió la mirada ambarina de sus ojos nuevamente a los sillones. Si era cautelosa no tenía por qué despertarlos. Podía cruzar agachada, encorvada, incluso usar la túnica blanca para ocultar sus rasgos. Siendo tan delgada, tan pálida y teniendo no solo solo orejas picudas si no cuernos en la cabeza ni en sueños podría pasar como una humana normal. Si lograba salir de allí y esa era su prioridad ahora, debía asegurarse de no ser reconocida.

Lamentablemente eso estaba lejos de pasar.

La respiración se le cortó de súbito en la garganta y juraría que el corazón se le detuvo por una milésima de sugundo cuando oyó la voz del recepcionista. Por los árboles sagrados, no. De forma casi mecánica giró la cabeza y descubrió con horror como los hombretones no solo estaban despiertos si no que eran conscientes que ahora trataba de huir.

Si la atrapaban... la encerrarían nuevamente en algún lugar oscuro. Lejos de la luz del sol y el verdor del bosque.

Podía controlar su entorno, podía defenderse. La madera se había doblado bajo su influjo haciendo retroceder a uno de los agresores y eso le dio confianza. No estaba indefensa.

Retrocedió sujetando con firmeza el palo en la mano. No volvería a esa caja. No pertenecía allí. Concentró su poder mágico y cerrando los ojos una luz verde, brillante, comenzó a rodearla.

—Naturaleza ayúdame—murmuró. Extendió pues la palma de su mano en dirección a uno de los matones y lo atacó, precisamente, con sus poderes.

Con su fuerza natural.

FAUNA
Lvl. 1
Exp. sig. nv.: 100
PH: 0
- PS: 25/25
- PM: 50/50
- Fuerza: 20
- Defensa: 10
- Poder Mágico: 30
- Terapeucidad: 50
- Espíritu: 30
- Defensa Mágica: 48
- Velocidad: 35
Armas equipadas:
- Palo (5 Daño físico. Golpea a la defensa mágica del enemigo)
Armadura equipada:
- Túnica blanca (+3 defensa mágica)
Habilidades pasivas:
---
Habilidades y técnicas:
- Lluvia de piedad: hace caer una lluvia de energía curativa que restablece mínimamente los PV y PM del grupo durante tres turnos. PV curados por turno: Terapeucidad x0,1; PM curados por turno: Terapeucidad x0,05. (Coste: 8 PM)
- Fuerza natural: concentra la energía del ambiente y daña a un rival, mermando moderadamente uno de sus atributos. El atributo que se merme dependerá del terreno en el que se luche. 15 Daño Mágico neutro. Bajará la fuerza en ciudades, la defensa en montañas/cuevas, el poder mágico en lagos/costas/mar y la defensa mágica en Bosques/Praderas/Espacios verdes (Coste: 6 PM)
Magia blanca:
-Cura: +20 PS. Ratio x0,2 (Coste: 6 PM)
-Luz: sana ceguera (Coste: 5 PM)
-Vocal: sana mudez (Coste: 5 PM)
Inventario:
---
Guiles: 0

Contenido oculto

(Stat ofensivo + Potencia del arma/conjuro/habilidad) * Modificadores y efectividad - Defensa/Defensa mágica enemiga.

30 + 15 - 10= 35 de daño a matón A. Que se joda :<

 

Una energía extraña se concentró alrededor de uno de los matones. El suelo brilló, y la madera se resquebrajó, ante la mirada de horror del recepcionista y del matón en cuestión. Y pronto, surgió una luz que pareció cegar, a la vez que dañar, al propio matón. La madera se retorció y envolvió sus piernas, tirándolo al suelo y dejándolo noqueado.

El otro matón, impresionado y algo amedrentado, miró sin embargo a la chica con fiereza.

—M-Maldita elfa de los huevos, ¡ven aquí!

Y, con su arma en mano, le dio un porrazo.

MATÓN A
Lvl. 3
- PS: 0/35
- PM: 0/0
- Fuerza: 15
- Defensa: 10
- Poder Mágico: 0
- Terapeucidad: 0
- Espíritu: 0
- Defensa Mágica: 10
- Velocidad: 20
+40 experiencia

MATÓN B
Lvl. 3
- PS: 35/35
- PM: 0/0
- Fuerza: 15
- Defensa: 10
- Poder Mágico: 0
- Terapeucidad: 0
- Espíritu: 0
- Defensa Mágica: 10
- Velocidad: 20
Ataques:
- Porrazo (10 Daño físico)
+40 experiencia

Turnos:
1- Fauna
2- Matón A
3- Matón B
4- Fauna
5- Matón A
6- Matón B

Contenido oculto

No tengo poderes poderosos aquí para editar mensajes y tampoco importa mucho, pero de cara al futuro: recuerda quitar los PM, que fuerza natural cuesta 6 :0

 

~Fauna~

Y la naturaleza le prestó su ayuda. Pronto el primer matón quedó noqueado en el suelo. Fauna no tuvo tiempo de sentir ningún tipo de alivio por librarse de uno de los agresores. El segundo blandió su garrote y con sorprendente fuerza la golpeó en uno de sus costados.

Los golpes ya no dolían pero su cuerpo se resentía por ellos. Que no le doliese un corte no detenía el sangrado, que no sintiese la piel quemándole no implicaba que se formasen cicatrices. La habían quemado, golpeado y torturado durante años. Podía soportar un golpe con un garrote de madera.

Se tambaleó ligeramente y usó el palo de la escoba para incorporarse. Lo blandió con ambas manos y lo colocó frente a sí a modo de un improvisado escudo. Ni por un instante apartó sus ojos cansados, aquella mirada vacía de la del agresor. No sentía cansancio ni dolor... solo un intenso deseo por huir, por escapar. Por volver a Aúrea.

Y aquel hombre era la única cadena que la retenía allí.

Apretó los labios en una fina línea, tensa. Hacía mucho tiempo que no experimentaba ningún tipo de emoción... pero en ese instante una chispa breve le iluminó los ojos. El fuego de la ira. ¿Cuanto tiempo se había mantenido sumisa, atada y privada de sus sentidos? ¿Cuanto tiempo más pretendía permanecer así?

Conocía de sobra la respuesta. Ni un segundo más.

Fuerza natural a Matón B.

FAUNA
Lvl. 1
Exp. sig. nv.: 100
PH: 0
- PS: 10/25
- PM: 38/50
- Fuerza: 20
- Defensa: 10
- Poder Mágico: 30
- Terapeucidad: 50
- Espíritu: 30
- Defensa Mágica: 48
- Velocidad: 35
Armas equipadas:
- Palo (5 Daño físico. Golpea a la defensa mágica del enemigo)
Armadura equipada:
- Túnica blanca (+3 defensa mágica)
Habilidades pasivas:
---
Habilidades y técnicas:
- Lluvia de piedad: hace caer una lluvia de energía curativa que restablece mínimamente los PV y PM del grupo durante tres turnos. PV curados por turno: Terapeucidad x0,1; PM curados por turno: Terapeucidad x0,05. (Coste: 8 PM)
- Fuerza natural: concentra la energía del ambiente y daña a un rival, mermando moderadamente uno de sus atributos. El atributo que se merme dependerá del terreno en el que se luche. 15 Daño Mágico neutro. Bajará la fuerza en ciudades, la defensa en montañas/cuevas, el poder mágico en lagos/costas/mar y la defensa mágica en Bosques/Praderas/Espacios verdes (Coste: 6 PM)
Magia blanca:
-Cura: +20 PS. Ratio x0,2 (Coste: 6 PM)
-Luz: sana ceguera (Coste: 5 PM)
-Vocal: sana mudez (Coste: 5 PM)
Inventario:
---
Guiles: 0

 

Del mismo modo en que cayó el primero, lo hizo el segundo. Se deshizo el suelo, como si lo manipulase por completo, y casi pareció tragar al matón. Cayó noqueado, desplomándose en el suelo.

+40 guiles

***

Tras eso, pasaron varias cosas. El recepcionista había salido fuera durante el enfrentamiento, buscando ayuda, y guardias de Shinryu entraron en la zona, llevándose a los dos matones inconscientes. Fauna tuvo que recuperarse de la aceleración que le supuso aquel combate; sintió cómo se mareaba, quizá por haber usado esos poderes que demostró durante la batalla. Y fue el recepcionista en persona el que se le acercó, preocupado.

—Jovencita, ¿cómo te encuentras? N-No te preocupes por... los destrozos. Me siento culpable, en parte, por lo que te ha pasado. Si esos tipos te traían secuestrada, yo les di alojamiento...

>> ¿De dónde vienes, muchacha? Por tus orejas, deduzco que eres áurea, aunque... —observó, confusa, sus cuernos—. Da igual. Si necesitas cualquier cosa, por favor, pregúntame. Siento que es lo menos que puedo hacer. Aunque viendo cómo te defendías, pareces ser capaz de defenderte sola, ¿verdad?

Bueno. No le agradaba especialmente confiar sus secretos a un desconocido, no después de su experiencia pasada. Pero no sabía dónde estaba, ni quiénes la habían traído ahí, ni cómo había llegado... y quizá ese hombre podría ayudarla a averiguar algo.

>> ¿Dónde estoy?
>> ¿Sabes cómo llegamos aquí?
>> ¿Alguna idea sobre quiénes eran esos tipos?

 

~Fauna~

Y así el segundo matón también cayó. Todo ocurrió deprisa. Se formó un alboroto, hombres vestidos de uniforme entraron en la sala y se llevaron a ambos agresores y la habitación le dio vueltas. Fue como si hubieran bajado un interruptor de golpe... de pronto no tenía fuerzas para nada más.

El recepcionista se le acercó y su cuerpo se tensó instintivamente. Pero estaba agotada, no podría huir aunque quisiese. Su seguridad en batalla había sido un torrente de adrenalina. Era eso, una lucha por la superviviencia. Un parchón negro cubrió su visión aquí y allá y el suelo pareció desestabilizarse bajo sus pies. Usó el palo de madera para sostenerse.

Se había sobrepasado. Pero era libre, al fin era libre. Y eso era todo lo que le importaba. Podría regresar a su hogar, podría volver a ver a su hermana.

El recepcionista mencionó sus orejas picudas y sintió la repentina necesidad de ocultarlas con la capucha de la túnica. Sin embargo no lo hizo. Sí, era una aúrea. Y ese era su sello como tal. Sus cuernos retorcidos eran una historia a parte.

La preocupación del recepcionista fue la primera vez en mucho tiempo que Fauna sentía amabilidad por parte de alguien. Era extraño... como si estuviera fuera de lugar, como si no correspondiese... y al mismo tiempo tan cálido. Lo miró a los ojos con esa chispa de desconfianza en las pupilas, siempre latente, alerta e incapaz de bajar la guardia a pesar de su estado. No podía confiar pero no estaba en situación de rechazar un poco de información o ayuda de nadie.

Tras unos segundos donde aguardó a que su centro de gravedad se estabilizase, separó los labios para hablar.

—¿Dónde estoy?

 

El recepcionista quedó algo asombrado por la suavidad de la voz de Fauna y la inseguridad con la que esta hablaba. Y no pudo sino agachar las cejas en señal de tristeza. Tristeza por ella, claro.

—... estás en la Aldea Tsuro, jovencita. En Shinryu, al norte del Continente de Elérea. Si vienes de Áurea, imagino que has cruzado por el canal submarino que hay en los Riscos Kassor. Pero he oído que hace poco hubo un derrumbe... así que no es seguro volver por ahí.

>> Imagino que estarás cansada, jovencita. No quiero imaginar lo que debe sentirse, encontrarse lejos de casa, después de haber pasado por todo lo que habrás pasado. Pero... he visto tus poderes, y es... impresionante. Si te sientes con fuerzas, ¿por qué no vas a las afueras de la aldea, junto a los árboles de cerezo? Allí merodean a veces algunos monstruos, pero son débiles, a alguien como tú no le supondrá problema alguno. Y andar por aquella zona te vendrá bien... ya sabes, aire libre, árboles. Naturaleza.

... naturaleza. Sonaba bien.

—Y cuando termines, si estás cansada, no dudes en pasarte por aquí —le dijo, amable, el posadero—. La primera noche corre de cuenta de la casa. Es lo menos que puedo hacer.

Qué... amables eran ahí. ¿Serían todos iguales? Bueno, en cualquier caso, de momento solo podía hacer caso de sus palabras e ir a las afueras del pueblo. Entrar en contacto con los árboles... quizá le daría alguna pista de qué le sucede y cómo funcionan sus poderes, después de todo.

 

~Fauna~

Esa amabilidad era tan extraña. No sabía cómo reaccionar ni como sentirse. Tras tanto tiempo siendo tratada como un sujeto de experimentos se sentía casi... como si no la mereciera. Tsuro, Shinryu, el canal submarino... la ligera esperanza en sus ojos se apagó nada más escuchar que se había producido un derrumbe. No podría volver por ahí. No era seguro y ella estaba en ese momento demasiado cansada.

Escuchó con docilidad el resto de sus palabras, atenta, aunque una parte de sí no bajó la guardia. Una parte de sí sentía desconfianza y rehuía el contacto humano como lo haría un animal salvaje apaleado. ¿Cómo podía fiarse a pesar de esa amabilidad? ¿Cómo podía aceptarla sin más cuando la sentía tan ajena?

Aún así volver a estar en contacto con la naturaleza, rodeada de árboles, nuevamente encendió esa pequeña llama de esperanza. Era el único lugar donde encontraba paz, donde se sentía segura. Podía entender la voz del bosque, podía sentir los sentimientos de la tierra en carne propia. Podía sintonizar con la naturaleza. Era lo único que le recordaba a Aúrea y tenía un poder excepcional, mucho más del que solían tener los aúreos, para entenderla y controlarla.

—Gracias señor—le dijo al posadero. Sonó calma, su voz no tenía emoción pero era honesta. No había hostilidad en ella. Casi era como el ligero murmullo de la brisa entre las copas de los árboles. Descansar, comer algo que no estuviera servido en un sucio cuenco... sonaba bien. Tenía algunos guiles si pretendía pasar más tiempo. Pero en ese momento solo quería salir de la posada. Sentir la brisa nocturna en la piel.

Apoyada en el palo de madera avanzó. Decidió confíar en esas palabras, aferrarse a ellas y se encaminó hacia las afueras del pueblo.

 

Fauna se dirigió, así, a las afueras de la aldea. Pasear por la misma, por otra parte... no se le hizo tan desagradable, tampoco. Era una aldea con sus casas, sí, pero la naturaleza se respiraba por todas partes. Cruzó por el puente que pasaba por el río, dirigiéndose a los árboles de cerezo que, en efecto, se encontraban fuera de la zona, no muy alejados de las casas.

Al parecer había enemigos allí, pero no eran muy problemáticos. Sí que debían ser débiles si la gente de la zona no se preocupaban mucho por ellos...

Con todo, su paso fue cauto. El suelo se empezaba a transformar en un verde con notas rosas, por los pétalos caídos, y sus pies pisaron la hierba fresca. La brisa era agradable... se respiraba paz.

Ah, pero era cierto, había monstruos. Distraídos, posados algunos en las ramas, otros revoloteando la zona, pero... aquel lugar parecía estar lleno de pájaros. Al fondo, sin embargo, había un cerezo mucho más grande de lo habitual: y cuatro pájaros, nada menos, se concentraban allí. ¿Estarían atacando a algo? Sí, parecía... haber una persona que estaba siendo picoteada.

... no tenía muy claro si debía, o si quería, ayudar a esa persona. Podría ser una trampa, desde luego, se decía. Pero... el árbol aquel... le transmitía sensaciones extrañas. Aunque fuese por el árbol, debía acercarse.

Enemigos:
- Cóndor x1
- Cóndor x1
- Cóndor x2
- Cóndor x2
- Cóndor x4

Contenido oculto

A diferencia de como sucedió con Kein, esta zona no es una zona normal, es una ciudad; así que este área no va a ser permanente, solo temporal para que te sirva de tutorial. En el futuro no se podrá regresar aquí, ¡solo está para entrenar! Tu objetivo son los cuatro cóndor del fondo, pero eres libre de ir a por el resto para entrenar o no.

Also, aunque normalmente no será así, consideraré aquí que te curas todo tras cada batalla, por ser el tutorial.
¡Buena suerte!

 

~Fauna~

Llegó así a las afueras. Tsuro a pesar de todo parecía ser un lugar tranquilo, le transmitía paz. La aldea estaba rodeada de naturaleza, asentada sobre un río. Se permitió inspirar profundamente llenando sus pulmones del fresco aire nocturno y lo soltó con lentitud, ojos cerrados. ¿Cuanto tiempo hacía que no sentía la brisa directamente sobre la piel? Era tan agradable.

Y justo a allí, frente al puente, había efectivamente árboles de cerezo. Hermosos árboles de cerezo, rebosantes de vida. Sus pétalos rosados flotaban con la brisa y salpicaban la hierba bajo sus pies. Había monstruos rodando la zona pero tal como había mencionado el recepcionista de la posada no parecían muy problemáticos. Eran pájaros. Pájaros grandes que volaban de aquí o allá o que permanecían sobre las ramas.

Caminar por allí, sin embargo, le aceleró el corazón en el pecho y la llenó de energías. Podía sentir la vida de ese lugar, el pulso de la naturaleza llamándola. Había extrañado tanto eso. Esos pocos momentos durante su encierro donde aún con los ojos cerrados le acercaban flores o cortezas de árbol eran los únicos instantes que le había ayudado a mantener su esperanza de poder escapar. Ese deseo se había diluido con el tiempo, con los golpes y las torturas, hasta el punto donde había empezado a tener la seguridad de que nunca la dejarían ir. De que moriría allí, encerrada, maltratada, sin volver a pisar su tierra natal. Había llegado a un punto donde había aceptado ese aciago destino.

Pero ahora era libre. Ahora no había ataduras, ni cadenas, ni vendas que le cubrieran la visión. Cerró los ojos y extendiendo los brazos giró sobre sí misma bajo la delicada lluvia de pétalos de cerezo. La brisa le acarició las pálidas mejillas.

Era libre.

Oh, por los árboles sagrados... de verdad era libre.

Fue en ese momento, cuando abrió nuevamente los ojos, que se encontró una escena particular. Al fondo, tras la hilera de cerezos, se hallaba uno más grande que el resto. Los pájaros revoloteaban por la zona y la luz de la luna definió la silueta de una persona. Los monstruos parecían estar... atacándole.

Su cuerpo se congeló.

Fauna detuvo sus pasos y lo observó desde la distancia. ¿Una persona? Ah. Tensó los labios y apretó los puños con inseguridad; sus dedos se cerradon en torno al palo de madera. ¿Debía acercarse? ¿Quería hacerlo? El árbol... le transmitía sensaciones que no podía definir. Destellos difusos.

...

No lo dudó mucho más.

>>Acercarse Cóndor x4

 

Sin ser atacada por ninguno de los pájaros, Fauna pudo acercarse lo suficiente a la persona que era, aparentemente, acosada por las criaturas. Al verla de cerca, adivinó a una chica delgada, de largos cabellos naranjas y ojos azules, grandes, claros, profundos. Vestía con un traje elegante y sofisticado, blanco y negro. Pero se la veía débil, tirada en el suelo, magullada. Los cóndor estaban cebándose con ella, sin duda, picoteando sin parar... y ella solo podía cubrirse con las manos.

Contenido oculto

Al ver a Fauna, sin embargo, entre las alas de los monstruos, no pudo sino alegrarse.

—¡O-Oye! Eres m-maga blanca, ¿verdad? Puedo percibirlo. Cúrame, ¡solo un poco! ¡Por favor!

Contenido oculto

Aunque lo dudó, parecía que no tenía mucho más remedio. Sí, era capaz de usar magia blanca, no era extraño en los aúreos, después de todo. Tras reflexionarlo, terminó usando su Cura en la chica, y esta, sonriendo con confianza, se levantó de golpe y, con una mano hacia delante, creó una especie de onda de energía. Una que hizo retroceder a todos los pájaros. Jadeando, se acercó a Fauna, con una sonrisa.

—Phew, ¡por poco! Muchas gracias~. Ah, pero las presentaciones tendrán que esperar, me temo —dijo, esgrimiendo su estoque con elegancia. Aquella chica... sabía pelear. No cabía duda—. ¿Te complacería pelear a mi lado? No creo que estos pájaros vayan a dejarnos tranquilas si no les damos una lección.

Ah. Posiblemente... tenía razón. No había más remedio que cooperar. ... ya tendría luego tiempo de valorar si esa chica era o no peligrosa. Aunque no parecía ser mala persona, desde luego.

¡Aura se une al grupo! Puedes ver su ficha en tu propia ficha, y controlarla en batalla, aunque yo rolearé con ella.





CONDOR A
Lvl. 2
- PS: 40/40
- PM: 0/0
- Fuerza: 25
- Defensa: 15
- Poder Mágico: 35
- Terapeucidad: 0
- Espíritu: 20
- Defensa Mágica: 50
- Velocidad: 30
+35 experiencia



CONDOR B
Lvl. 2
- PS: 40/40
- PM: 0/0
- Fuerza: 25
- Defensa: 15
- Poder Mágico: 35
- Terapeucidad: 0
- Espíritu: 20
- Defensa Mágica: 50
- Velocidad: 30
+35 experiencia



CONDOR C
Lvl. 2
- PS: 40/40
- PM: 0/0
- Fuerza: 25
- Defensa: 15
- Poder Mágico: 35
- Terapeucidad: 0
- Espíritu: 20
- Defensa Mágica: 50
- Velocidad: 30
+35 experiencia



CONDOR D
Lvl. 2
- PS: 40/40
- PM: 0/0
- Fuerza: 25
- Defensa: 15
- Poder Mágico: 35
- Terapeucidad: 0
- Espíritu: 20
- Defensa Mágica: 50
- Velocidad: 30
+35 experiencia


Turnos:
1- Aura
2- Fauna
3- Cóndor A
4- Cóndor B
5- Cóndor C
6- Cóndor D
7- Aura
8- Fauna
9- Cóndor A
10- Cóndor B
11- Cóndor C
12- Cóndor D

 

~Fauna~

La persona era una chica. Estaba tumbada en el suelo protegiéndose con los brazos de los picotazos de los monstruos. Tenía el cabello de color naranja recogido en parte por una larga trenza y sus ojos eran profundamente azules. La vio en algún momento y Fauna volvió a tensarse instintivamente. ¿Curarla? Sí, era una manga blanca... ¿pero podía confiar en ella? La muchacha no se veía como una gran amenaza. Los pájaros estaban ensañándose con ella y así, tan indefensa, incapaz de defenderse de sus agresores, le recordó a sí misma durante su cautiverio.

No podía dejarla así. De modo que usó su magia para sanar sus heridas. Inmediatamente la muchacha se puso en pie y alejó a los monstruos con una onda de energía. Era una diestra luchadora, definitivamente no era la primera vez que peleaba contra monstruos.

¿Cooperar...? Tras un breve instante regresó la mirada hacia los Cóndor y asintió con decisión.

—De acuerdo—aceptó con esa misma voz calmada y extendió la palma de la mano, firme. Fuerza natural volvió a dañar a uno de los monstruos... pero no fue muy efectivo. La defensa mágica de esas criaturas era formidable—. Son muy resistentes a la magia. Mi poder mágico... no es suficiente.

Aura, mientras tanto, lanzó un Cañón de Luz que dañó a todos los enemigos.

Aura: Cañón Centelleante (Todos)
Fauna: Fuerza natural (Cóndor A)

FAUNA
Lvl. 1
Exp. sig. nv.: 20
PH: 0
- PS: 25/25
- PM: 44/50
- Fuerza: 20
- Defensa: 10
- Poder Mágico: 30
- Terapeucidad: 50
- Espíritu: 30
- Defensa Mágica: 48
- Velocidad: 35
Armas equipadas:
- Palo (5 Daño físico. Golpea a la defensa mágica del enemigo)
Armadura equipada:
- Túnica blanca (+3 defensa mágica)
Habilidades pasivas:
---
Habilidades y técnicas:
- Lluvia de piedad: hace caer una lluvia de energía curativa que restablece mínimamente los PV y PM del grupo durante tres turnos. PV curados por turno: Terapeucidad x0,1; PM curados por turno: Terapeucidad x0,05. (Coste: 8 PM)
- Fuerza natural: concentra la energía del ambiente y daña a un rival, mermando moderadamente uno de sus atributos. El atributo que se merme dependerá del terreno en el que se luche. 15 Daño Mágico neutro. Bajará la fuerza en ciudades, la defensa en montañas/cuevas, el poder mágico en lagos/costas/mar y la defensa mágica en Bosques/Praderas/Espacios verdes (Coste: 6 PM)
Magia blanca:
-Cura: +20 PS. Ratio x0,2 (Coste: 6 PM)
-Luz: sana ceguera (Coste: 5 PM)
-Vocal: sana mudez (Coste: 5 PM)
Inventario:
---
Guiles: 40

Equipo:

AURA
Lvl. 5
Exp. sig. nv.: 300
- PS: 50/50
- PM: 22/40
- Fuerza: 25
- Defensa: 20
- Poder Mágico: 35
- Terapeucidad: 25
- Espíritu: 20
- Defensa Mágica: 30
- Velocidad: 40
Armas equipadas:
- Estoque (+10 daño físico)
Habilidades pasivas:
-Retrocura: si recibe un hechizo de magia blanca, aumenta su poder mágico en 5.
Fuerza sacra:
-Día+: 60 Daño mágico, elemento luz. (Coste: 14 PM)
-Pilar de luz: 100 Daño mágico, elemento luz (Coste: 22 PM)
-Cañón centelleante: 40 Daño mágico, elemento luz, golpea a todos los rivales (Coste: 18 PM)
-Cura+: +30 PS. Ratio x0,5 (Coste: 12 PM)
-Expiación: fulmina a enemigos no muertos de un golpe (Coste: 10 PM)

Contenido oculto

Lo roleé al revés pero bueno xD

 

La chica de cabellos anaranjados, agitando su trenza en el proceso, alzó el estoque y comenzó a "dibujar" con este en el aire. Una energía lumínica permaneció flotando durante unos segundos, y, con la otra mano, la tocó. Entonces, láseres de luz se proyectaron, dañando a todos los cóndores.

... wow. Eran muy resistentes a la magia, sí, pero Aura había demostrado tener un dominio impecable de la magia sagrada.

—Sí, son duros —comentó ella, encogiéndose de hombros, con tranquilidad y confianza—. Pero eso solo les hará aguantar unos segundos más~.

Y los pájaros, así, se abalanzaron sobre ellas.

Cóndor A: Atacar (Fauna)
Cóndor B: Atacar (Aura)
Cóndor C: Atacar (Aura)
Cóndor D: Atacar (Aura)



CONDOR A
Lvl. 2
- PS: 15/40
- PM: 0/0
- Fuerza: 25
- Defensa: 15
- Poder Mágico: 35
- Terapeucidad: 0
- Espíritu: 20
- Defensa Mágica: 40
- Velocidad: 30
Ataques:
- Atacar (+0 daño físico, ataca con su fuerza, sin más)
+35 experiencia



CONDOR B
Lvl. 2
- PS: 15/40
- PM: 0/0
- Fuerza: 25
- Defensa: 15
- Poder Mágico: 35
- Terapeucidad: 0
- Espíritu: 20
- Defensa Mágica: 50
- Velocidad: 30
Ataques:
- Atacar (+0 daño físico, ataca con su fuerza, sin más)
+35 experiencia



CONDOR C
Lvl. 2
- PS: 15/40
- PM: 0/0
- Fuerza: 25
- Defensa: 15
- Poder Mágico: 35
- Terapeucidad: 0
- Espíritu: 20
- Defensa Mágica: 50
- Velocidad: 30
Ataques:
- Atacar (+0 daño físico, ataca con su fuerza, sin más)
+35 experiencia



CONDOR D
Lvl. 2
- PS: 15/40
- PM: 0/0
- Fuerza: 25
- Defensa: 15
- Poder Mágico: 35
- Terapeucidad: 0
- Espíritu: 20
- Defensa Mágica: 50
- Velocidad: 30
Ataques:
- Atacar (+0 daño físico, ataca con su fuerza, sin más)
+35 experiencia


Turnos:
1- Aura
2- Fauna
3- Cóndor A
4- Cóndor B
5- Cóndor C
6- Cóndor D
7- Aura
8- Fauna
9- Cóndor A
10- Cóndor B
11- Cóndor C
12- Cóndor D

 

~Fauna~

Definitivamente eran huesos duros de roer... pero Fauna notó que el poder mágico de la joven o tal vez la fuerza de sus ataques era muy superior a la propia. Su ataque mágico, similar a un láser de luz brillante, si afectó a los pájaros gravemente.

Y estos, furiosos, no tardaron en atacar. Fauna blandió su palo de madera y concentró sus energías en sanar las heridas de la muchacha. Era lo único que podía hacer en aquella batalla.

Y la joven con sus fuerzas repuestas despachó rápidamente al resto de los monstruos con el mismo ataque.

Aura: Cañón Centelleante (Todos)
Fauna: Cura (Aura)

FAUNA
Lvl. 1
Exp. sig. nv.: 20
PH: 0
- PS: 10/25
- PM: 38/50
- Fuerza: 20
- Defensa: 10
- Poder Mágico: 30
- Terapeucidad: 50
- Espíritu: 30
- Defensa Mágica: 48
- Velocidad: 35
Armas equipadas:
- Palo (5 Daño físico. Golpea a la defensa mágica del enemigo)
Armadura equipada:
- Túnica blanca (+3 defensa mágica)
Habilidades pasivas:
---
Habilidades y técnicas:
- Lluvia de piedad: hace caer una lluvia de energía curativa que restablece mínimamente los PV y PM del grupo durante tres turnos. PV curados por turno: Terapeucidad x0,1; PM curados por turno: Terapeucidad x0,05. (Coste: 8 PM)
- Fuerza natural: concentra la energía del ambiente y daña a un rival, mermando moderadamente uno de sus atributos. El atributo que se merme dependerá del terreno en el que se luche. 15 Daño Mágico neutro. Bajará la fuerza en ciudades, la defensa en montañas/cuevas, el poder mágico en lagos/costas/mar y la defensa mágica en Bosques/Praderas/Espacios verdes (Coste: 6 PM)
Magia blanca:
-Cura: +20 PS. Ratio x0,2 (Coste: 6 PM)
-Luz: sana ceguera (Coste: 5 PM)
-Vocal: sana mudez (Coste: 5 PM)
Inventario:
---
Guiles: 40

Equipo:

AURA
Lvl. 5
Exp. sig. nv.: 300
- PS: 50/50
- PM: 4/40
- Fuerza: 25
- Defensa: 20
- Poder Mágico: 35
- Terapeucidad: 25
- Espíritu: 20
- Defensa Mágica: 30
- Velocidad: 40
Armas equipadas:
- Estoque (+10 daño físico)
Habilidades pasivas:
-Retrocura: si recibe un hechizo de magia blanca, aumenta su poder mágico en 5.
Fuerza sacra:
-Día+: 60 Daño mágico, elemento luz. (Coste: 14 PM)
-Pilar de luz: 100 Daño mágico, elemento luz (Coste: 22 PM)
-Cañón centelleante: 40 Daño mágico, elemento luz, golpea a todos los rivales (Coste: 18 PM)
-Cura+: +30 PS. Ratio x0,5 (Coste: 12 PM)
-Expiación: fulmina a enemigos no muertos de un golpe (Coste: 10 PM)

 

La chica miró a Fauna, asintiendo con una sonrisa mientras la curaba.

—Ah, gracias. Eso ha sido muy amable por tu parte. Bueno, bueno —el estoque de la chica volvió a bailar en el aire, haciendo el mismo símbolo que, una vez más, quedó flotando—. ¿Os parece si os voy dando largas, pequeños? Fuera de mi vista.

Así, los haces de luz fulminaron a aquellos pájaros. Quedaron desintegrados, reduciéndose a polvo y energía que flotó en el aire por unos instantes. Y Aura suspiró, sacudiéndose luego las manos.

—Me gusta un trabajo bien hecho~.

V-Vaya. Los había matado, sin más. Ciertamente, los monstruos, sean pájaros, flanes, lobos... no eran sino producto de la lluvia carmesí. Seres agresivos y peligrosos, no animales; ni siquiera tenían claro en Ilumbra que fuesen seres vivos como ellos, y Fauna sabía todo eso bien, lo enseñaban en Áurea. De hecho, los monstruos solían ser amenazas para los ecosistemas. Cada vez que caía una lluvia carmesí, miles y miles de monstruos nuevos surgían por toda Ilumbra. Muchos eran eliminados por los soldados, pero no podían con todos. Y por eso había clanes, al menos en sus tierras, dedicados a cazar monstruos; para regular su población.

Sin embargo, no estaba acostumbrada a ver morir a nada ni a nadie. Si no fuese por todo lo que vivió en su cautiverio, seguramente aquello la habría afectado. Con todo, Aura estaba tan tranquila.

¡Subes de nivel!
+5 PH

—¡Gracias por la ayuda! Encantada de conocerte —extendió la mano, en señal de saludo, jovial y alegre, esperando que la estrechase—. Mi nombre es Aura, y soy ingeniera del Imperio de Elérea, ¡y una de las desarrolladoras e investigadoras en el uso de la tecnología Magitek!

¿Magi... tek? Debía ser algo de los de Elérea. Fauna no lo había oído en su vida.

—Había venido aquí precisamente por los árboles de cerezo. Esta aldea es uno de los pocos sitios donde florecen ahora mismo, y necesitaba unos cuantos de pétalos. ¡Pero me distraje y me acabaron picando, esos malditos bichos! En fin, te agradezco la ayuda de nuevo. Al menos no se me llegaron a enredar en el pelo.

Qué chica tan curiosa. Era muy activa, pero... a la vez, muy "recta", en cierto sentido. Tenía un porte muy especial, siempre completamente erguida, con un rostro perfectamente sonriente, el brazo colocado en jarra en el ángulo perfecto, su pelo siempre colocado al mismo lado... algo en ella despertaba ese aura de perfección.

—Y dime, ¿cómo te llamas tú? ¿Qué haces por aquí? Después de haberme ayudado, tengo que devolverte el favor, claro. Pídeme lo que quieras: tengo recursos, puede que sea capaz de echarte una mano.

>> Preguntar por la tecnología "Magitek"
>> Preguntar por los pétalos que necesita
>> Pedir ayuda para volver a Áurea