Alberca

--Me da igual. --le respondí de forma seria y dando media vuelta aun aguantándome la risa.

Aunque me giré al pasar 5 segundos y lancé el sombrero de forma que lo colé en su cabeza perfectamente.

--Te lo devuelvo porque soy generosa. --reí.

 

— Gracias por tu generosidad entonces... — dije riendo por su acción, acomodando mi sombrero con una sonrisa

 

Me di vuelta sobre el pasto, hablan muy fuerte y no puedo dormir.
—Son muy ruidosas—. Comente entre sueños.

 

--De nada. --reí y miré a Daniela para acercarme y gritarle al oido. --¡¡Estas no son horas para dormir!! ¡Arriiiiba!

 

Me levante de golpe mientras cubría mis oídos.
—¿Sabes lo que es tener oído sensible?—. Pregunte con molestia, tengo oído y nariz sensibles, pero mas sensible era mi nariz—. No era necesario gritarme.

 

— Tranquilas, tranquilas... que no pasa nada con un par de gritos — dije riendo un poco aun anotando un par de cosas en la computadora

 

—Para mi si son problemas un par de gritos—. Me cruce de brazos y le di la espalda a Evangelin—. No soporto los ruidos fuertes.

 

Miré a Daniela un tanto culpable y le respondí.

—Perdona Daniela, no sabia eso. —le dije arrepentida. —Yo no hago las cosas para molestar.

 

— Anda Daniela... que Evangelin no lo hacía con intención de molestarte..

 

Me di la vuelta—. Si no era con mala intención te perdono—. Sonreí ligeramente—. El pasado es pasado ¿Todo bien?—. Extendí la mano en son de paz.

 

—Yo tambien tengo mis oídos sensibles, se necesita algo así para escuchar bien las notas—Caminaba por la alberca, me había detenido justo detrás de la muchacha para comentar.

La verdad es que la cocina y mi flauta dulce me habían aburrido ya, ahora tocaba la guitarra, algo más complejo. No tenía intenciones de meterme al agua, claro.

 

—Todo bien. —sonreí estrechándole la mano.

Al separarme, volví a por mi cuaderno y me senté en el césped de nuevo. Saqué el lapiz de detras de mi oreja, donde lo guardaba cuando no tenía bolsillos y seguí con lo mio en silencio para no molestar más.

 

— ¿Ya te aburrió la flauta graham? — le pregunté al verlo tocar la guitarra y no la flauta como el día anterior

 

—Oh, pues sí, hay que variar Brooke—le dije, mientras hacia un breve punteo a las notas más agudas.

 

La música de Graham me agradaba, no muy despacio ni muy fuerte, en una entonación perfecta para mi gusto.
—Graham ¿Cual es tu instrumento favorito?—. Pregunte, me daba curiosidad, pero era muy probable que no tuviera un favorito.

 

— Me imagino que si... en especial cuando sabes tocar de todo, estar solamente con un instrumento sería aburrido — dije guardando mi computadora en mi pequeña mochila

 

—Uff que pregunta, toco desde que estaba en la cuna... sólo por que no me creerías si te digo que lo hacía dentro del vientre de mi madre.—Le sonreí, la música era para disfrutar, y esta chica lo hacia, por más simple que sean los ritmos que estos momentos tocaba.—Pues, no lo sé... no tengo uno favorito, pero amo los instrumentos de cuerda.

 

—Buena sección de intrumento—. pense un momento—. yo diría que mi favorito es el Ukelele, ya que me recuerda a la playa.

 

—Pues claro, ¿a quién no?—El ukelele había nacido en las islas de Hawái, era comprensible sentir una sensación como de playa.

 

Me levanté de la pequeña área verde y me dirigí hacia la salida — Nos vemos.. iré a tomar una pequeña siesta... — me despedí para despues irme a mi cuarto