Aidda the magic of the love

Tema en 'Fanfics Abandonados de Temática Libre de Anime' iniciado por Amirem, 1 Junio 2007.

  1.  
    Amirem

    Amirem Guest

    Título:
    Aidda the magic of the love
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Horror
    Total de capítulos:
    91
     
    Palabras:
    83
    Re: Aidda the magic of the love

    Hola a todos disculpen por no traerles aun la conti
    pero es que e estado muy metida con el especial de navidad
    que ya casi esta listo xD
    pero ustedes saben que yo nunca paso por aqui sin dejarles nada
    asi que aqui les traigo este dibujito que hice ya hace algun tiempo
    espero les guste...ya viene la conti y el especial xD

    [​IMG]
     
  2.  
    Angiil

    Angiil Usuario común

    Sagitario
    Miembro desde:
    21 Octubre 2006
    Mensajes:
    493
    Pluma de
    Escritora
    Re: Aidda the magic of the love

    genial yo primeras xd
    bueno mala mente vienes sin dejar conti
    me gusta cuando nos dejas de las dos conti y dibujo pero bueno esta bien por esta ves te la paso y no te asesinare
    pero oye ya kiero conti y la kiero pronto ok
    y atem esta demasiado alto para la chaparra no manches parese la hermanita xd de el :rolleyes: asi k atem y angiil xd k lindos xd
     
  3.  
    Anneliese

    Anneliese Usuario popular

    Géminis
    Miembro desde:
    15 Octubre 2006
    Mensajes:
    970
    Pluma de
    Escritora
    Re: Aidda the magic of the love

    ¡Hola Ami!
    Ese dibujito de Atem y Aidda me dio risa, es que me pareció que Atem andaba
    con su muñequita en vez de su novia, ¡Wow! Aidda esta bien chaparrita y desnutrida.

    Pero de todas maneras se ve bien y le da un toque divertido a la cosa ;).

    Esperare ansiosa tu continuación.

    Nos vemos
    Te cuidas

    Tu amiga, hermanita, socia

    Anelys.
     
  4.  
    Amirem

    Amirem Guest

    Título:
    Aidda the magic of the love
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Horror
    Total de capítulos:
    91
     
    Palabras:
    4485
    Re: Aidda the magic of the love

    Hola mi gente como estan xD
    bueno aqui les traigo la ultima parte de este cap
    antes de que angiil me mate xD
    tal vez sea poquito pero entendanme tambien
    traigo el especial de navidad en cima...espero les guste xD
    sin mas preambulos..la contii

    Una tina caliente llena de burbujas asta el tope.
    Ese era, en opinión de Aidda, el mejor remedio para un día especialmente agotador.
    Y nadie podía negar que había sido un día lleno de tensiones. Solo se aseguro de que su cabello estuviera bien sujeto en el pequeño y gracioso chongo que se hizo antes de arrojar todo al rincón y meterse al agua. Se sintió relajada en cuanto su piel entro en contacto con aquella caliente y espumosa sensación embriagada con un delicado aroma floral. Su perfume preferido.
    Se recargo en las paredes de la tina, y serró los ojos para disfrutar de aquella sensación de alivio y relajación. Estuvo ahí por un largo tiempo, asta que se le comenzaron arrugar las manos. Fue entonces cuando decidió que era suficiente. Se enjuago y envolvió su cuerpo en una toalla rosada encaminándose al tocador donde la esperaba un pijama de short negro y blusita rosa pálido, así como su ropa interior.
    La puerta se abrió sorpresivamente. La muchacha, que apenas tenia puesta la ropa interior, se volvió asustada; sonrojándose profundamente cuando vio a un confundido, sorprendido, extasiado y doblemente rojo Atem parado en el umbral.
    Sufrieron un letargo de solo 5 segundos; pero suficientemente largo como para que Atem pudiera contemplarla de arriba abajo, con la boca abierta, antes de que su cerebro despertara haciéndole retirar la mirada y de que ella tirara instintivamente de la toalla y se cubriera con ella.
    - Perdona...- balbuceo torpemente Atem – Te juro que no pensa que estarías aquí.
    - Descuida...Pero no te aria mal tocar las puertas antes de entrar. –Contesto ella mas roja que una manzana. Tal vez se debía a lo comprometedor de la situación, pero sentía mucho calor, además de una incesante sensación de mareo.
    - Te digo que no pense que estaría alguien aquí. – insistió Atem aun mas rojo que ella – todos están abajo y dábamos por echo que ya estabas dormida. Como dijiste que te ibas a descansar...
    - Mi definición de descanso incluye un baño. – contesto ella – Sobre todo cuando te duele la cabeza. – Añadió llevándose una mano a la misma.

    ¡Maldito dolor de cabeza y malditos monitos azules! ¿Que no sabían hacer otra cosa que no fuera bailar tango delante de ella? Eso solo conseguía marearla mas.
    Finalmente sucedió, se le nubló la vista, las piernas le fallaron. Sintió que iba a caer, cerro los ojos esperando el golpe...
    Solo que este no llego...

    Movido por el instinto Atem se lanzo hacia ella, logrando atraparla antes de que la chica diera contra el suelo.

    - ¿Aidda estas bien?

    Pero ella se había desmayado en sus brazos. Los mismos brazos que sintieron el calor del cuerpo pegado al suyo. No pudo evitar fijarse en la leve visión de su pecho que le ofrecía la toalla medio corrida, recordándole el día en que la sorprendió en aquella cascada; el día en que la beso por primera vez. La imagen que se le vio a la cabeza, mezclada con la que presenciaba ahora, lo hizo sonrojarse nuevamente, súbitamente fue interrumpido por el movimiento del delgado cuerpecito entre sus brazos.
    - ¿Que paso?
    - Te desmayaste. ¿Estas bien?
    - Eso creo – contesto ella tratando de incorporarse, pero Atem se lo impidió al poner una mano sobre su frente.
    - Tienes fiebre – sentencio tras notar lo caliente de su piel y el tono rojo de sus mejillas. – Te ara daño estar así...- la incorporo – vístete antes de que otra cosa pase.
    Fue cuando Aidda volvió a percatarse de la situación en la que estaban. Tan pronto Atem se dio la vuelta prácticamente corrió y se puso la ropa en tiempo récord.
    - Ya esta. – Detrás de ella le llego un sonido parecido a un chapoteo. La chaqueta de Atem estaba en el suelo, y el estaba arrodillado al borde de la tina muy ocupado en sacar agua para lavarse algo que tenia en el brazo.
    - ¿Atem, de donde salió eso? – pregunto Aidda asustada contemplando la larga herida que surcaba el brazo de Atem.
    - ¿Te acuerdas de la tipa vestida de ninja de hace rato?
    - ¿La que me dio un golpe en la cabeza y casi me corta el cuello con esa odiosa hacha suya? – contesto ella sarcásticamente. – Como olvidarla – Sentencio sentándose en el suelo a su lado.
    - Ahí tienes tu respuesta. – contesto Atem en el mismo tono haciendo una mueca de dolor cuando el agua caliente entro en contacto con la herida. – Maldita. Esto duele.
    - Déjame ver. – Atem le tendió el brazo. La herida era profunda, la contemplo por largo rato antes de rozarla con la punta de sus dedos. Al instante hubo un pequeño destello de luz, y la herida se serró por si sola. Ambos se miraron sorprendidos.
    - ¿Como lo...?
    - Ni idea – contesto ella mirándose las manos – No es la primera vez que lo hago. Pero ni idea de como lo hago. – Mas cansada y mareada por la fiebre que otra cosa se dejo caer en el hombro de Atem quedándose dormida. Atem la contemplo dormir unos instantes antes de tomarla en brazos y llevarla cargando a su habitación.
    Abrió la puerta del baño mirando a ambos lados del pasillo. Para fortuna suya parecía estar desierto. Ya se imaginaba el escándalo que se abría armado si lo veían salir del baño con Aidda inconsciente en brazos. Ahora lo que tenia que hacer era darse la prisa suficiente para asegurase de que de verdad NADIE los viera.
    Para desgracia suya no resulto como lo planeo.

    - ¡Holaaaa Atem! – dijo una voz conocida al final del pasillo.

    Atem casi vio con horror como el asta ahora denominado pequeño angelito, la niña pelinegra de ojos azules se acercaba dando saltos por el pasillo evidentemente entusiasmada por algo.
    - Ah...Any...- fue todo lo que se le salió decir. La niña ya tenia clavados sus ojos en la figura dormida de Aidda.
    - Oye...¿Que le paso a Aidda?
    - Se...se quedo dormida – sentencio Atem mirándola con nerviosismo.
    - Ah....¿Pero, en el baño?

    Demonios.

    - Bueno es que....
    - Any, ¿que haces aquí?

    En la torre. Solo eso les faltaba. Un testigo mas.

    - Angiil..- dijo Any recibiendo a la recién llegada con alegría – ¿No es lindo? Atem quiere tanto a Aidda que la arrulla para que se duerma – explico la niña inocentemente.
    - Que lindo Any. – contesto Angiil. Pero por el tono que uso dio a entender a Atem que había interpretado algo mas. – ¿Por que no vuelves abajo? Te esperan para cenar.
    - ¡Hay es cierto! – exclamo la niña - ¡Johny, no te acabes los panecillos! – grito mientras se perdía escaleras abajo.
    - Muy bien. ¿Quieres decirme que haces cargando a Aidda justo afuera del baño? – inquirió Angiil una vez que estuvieron solos.
    - ¿Tu como sabes que estamos afuera del baño?
    - No soy tonta Atem, y conozco bien esta casa. – respondió Angiil severa.
    - Mira antes de que pienses cosas que no son, déjame decirte que esta niña esta enferma. – señalo Atem en un tono que no admitía replicas. – Y si la estoy cargando es porque...la encontré desmayada fuera del baño. – Era mentira obviamente. Pero que otra cosa poda decirle a Angiil. Para fortuna suya la repentina perspectiva de que Aidda estuviera enferma apreció obrar el Angiil un efecto “enfermera de servicio combinación mamá gallina” haciéndola olvidar lo ocurrido.
    - ¿Como que enferma? – pregunto acercándose.
    - Si. Mira tócala; tiene fiebre.
    - Si pero, no es una fiebre severa. – comento Angiil tocándole la frente a Aidda – Probablemente solo se debe a que esta cansada.
    - Pues, la que estudio enfermería eres tu. – dijo Atem un tanto aliviado.
    - De todos modos, llévatela a su cuarto. Será lo mejor; yo también me iré a dormir, me siento muy cansada. – Agrego. La verdad era que se veía cansada. La batalla con la odiosa serpiente esa había provocado en todos el mismo efecto. Incluso Tamara había estado a punto de caerse dormida sobre su taza de leche.
    - Creo que todos nos sentimos mal. – comento Atem con pesimismo. – Que descanses.
    - Gracias. Por cierto – agrego antes de irse – nos veremos mañana temprano en casa de Tamara, hay cosas que debemos analizar.
    - Claro. Buenas noches.

    No cabia duda que de verdad todo el mundo estaba cansado.
    Incluso Kaori...

    Por los pasillos del orfanato, Seto Kaiba caminaba inquieto y cansado. Ese día había sido excesivamente largo y ya estaba harto . Deseaba irse, pero no encontraba ni a Mokuba ni a Kaori, quienes después del concierto se le habían perdido de vista, evitando así irse tal como el joven empresario lo había planeado. Cerró los ojos y seguidamente los abrió, deteniéndose hacía una ventana que daba al jardín trasero.
    Ya estaba oscuro y las luces de noche se habían encendido para alumbrar el juego de los niños, quienes aún con energía, jugaban y corrían por todo el lugar. Finalmente sus ojos divisaron a su hermano menor, quien observaba divertido a los niños. Pero la vista de Kaiba se poso en Kaori, quien se encontraba entre despierta y dormida, cabeceando levemente con la cabeza y sus ojos cansados.
    Ella estaba sentada bajo el árbol, sin duda agotada por toda la energía que había gastado en el concierto de ese día. Pero al parecer esa no fue la preocupación principal de Kaiba, ya que, al instante pudo ver como Joey y Tristán se acercaban a Mokuba.
    Los tres intercambiaron palabras y luego Mokuba apunto discretamente hacía el árbol.
    Eso ocasiono que los ojos de su hermano mayor se cerraran levemente, con una mirada amenazante al ver como ese par de idiotas se acercaban a Kaori quien volteo a verlos sonriéndoles.
    No lo toleraba; a pesar de que jamás admitiría que son celos, no podía soportar que se acercaran.
    Intento salir por la ventana en un acto desesperado propio de una mente poco pensante, pero al instante su mente racional regresó y se dio cuenta que se encontraba en el segundo piso del orfanato, y no importaba que tan alto fuese Kaiba, jamás podría bajar ileso a esa altura tan inmensa.
    Cerró nuevamente la ventana y comenzó a caminar por el pasillo, a pasos veloces.

    Afuera en el jardín, Tristán y Joey habían entablado una conversación con Kaori, pero ciertamente los nervios enormes de ambos chicos eran muy notorios, nunca habían imaginado tener a Akihisa frente a ellos y hablarle con tanta facilidad.
    A pesar de que Kaori estaba acostumbrada, no había tenido la oportunidad de hablar tan personalmente con admiradores como ellos. Pero, comenzaba a sentirse un poco incomoda por sólo sentir las miradas de ambos y cero intercambio de palabras.
    Joey lo noto, pero no estaba seguro de que decirle para avivar la platica, no habían pasado de felicitarla por el concierto y si les podía dar unos autógrafos. Instintivamente golpeo a Tristán en el costado, ayudado de su codo, y éste reacciono impulsivamente
    - ¡¡¡¡Eres mas pequeña en persona!!!!! - Soltó, con ojos brillantes.
    La típica y ya muy sonada frasesita. (Al menos para ella)
    Líneas azules aparecieron bajo el ojo derecho de Joey, arrepintiéndose de hacer que su amigo abriese la boca.
    Kaori por su lado sólo mantuvo el silencio, sus ojos ahora eran dos puntos, y una enorme gota recorrió la mitad de su cabeza.
    Ella río levemente cubriéndose la boca, a pesar de que le fastidiaba y era su tabú (hay que dejar eso en claro) el que le dijeran pequeña, era la primera ves que se lo decían de esa forma, y también entendió que Tristán no lo había echo a propósito .
    Un leve rubor apareció sobre las mejillas de Tristán y Joey quienes no pudieron evitar sonreír. Sintiéndose aliviados al darse cuenta que ella no se había molestado con ellos.
    - ¿Ustedes... son amigos de Seto? - preguntó ella finalmente viéndolos.
    Ante esa pregunta ambos guardaron silencio, Joey y Tristán intercambiaron miradas y luego las dirigieron a Kaori, quien parpadeo levemente. Sorprendida. Era como si esa pregunta hubiese sido algo demasiado impresionante para ambos.
    - ¿Seto ... Seto Kaiba? - Pregunto Tristán, sin entablar bien la pregunta. “Dios mío, ella lo llama Seto, y sigue ilesa. ¿No es eso en contra de las leyes naturales?”
    - Sí, a él me refiero - Sonrió cerrando los ojos- por como reaccionaron, deben conocerlo. ¿Significa que si son amigos?
    - Bueeeeeeenooooo, amigos, amigos, íntimos amigos no - Respondió Joey tallando la parte de atrás de su cabeza - Podría decirse que somos casuales conocidos, poco amigos.
    - ¿Casuales... conocidos... poco amigos? - murmuro Kaori con una gota, mientras bostezaba cerrando los ojos. Estaba cansada.
    - Esta agotada - murmuro Tristán
    - Es normal, no paro de cantar, brincar ni bailar en toda la tarde - Afirmo Joey
    - ¿Y tu por que estas acosándola Wheeler?

    Joey entre cerro los ojos, una pequeña vena apareció sobre su cabeza, comenzando a molestarse con el simple echo de escuchar aquella voz. Lentamente se giro hacía atrás, al mismo tiempo que Tristán y posaron la vista en Kaiba, quien se acercaba, notoriamente molesto.
    Kaiba termino de acercarse e intercambio silenciosamente una mirada territorial ante los dos chicos.
    Era evidente lo que seguiría a continuación, una pelea entre los tres, especialmente entre Kaiba y Wheeler. Pero antes de que Kaiba abriese la boca nuevamente, Mokuba intervino, colocando su mano en el hombro de su hermano mayor quien volteo a verlo de reojo.

    - Por si no te as dado cuenta Kaori esta dormida. Si la despiertas, te golpeare –Amenazó. Kaiba guardo silencio y luego resignado, camino hacia donde la chica, inclinándose para levantarla en brazos con mucha delicadeza, procurando no despertarla debido a que su hermano menor no amenazaba en vano.

    Sin decir mas palabras emprendió la marcha con el pequeño cuerpo de la chica en brazos, quien parecía haberse acomodado para dormir mejor. Haciendo un pequeño roce con el pecho del chico...que lo hizo ruborizarse suavemente.
    La curiosidad no tardo en salir a flote. Joey y Tristán comenzaron a seguir a los hermanos Kaiba, especialmente a Seto . Nunca en su vida habían imaginado ver a Kaiba cerca de alguna chica. Especialmente de alguien tan dulce como lo era Akihisa.
    Al sentirse perseguido por ambos chicos, Kaiba comenzó a fastidiarse. Aumentando la velocidad pero al mismo tiempo ellos lo siguieron con mas ímpetu.
    Kaiba no pudo sentirse mas que salvado al ver la limosina al pie de las escaleras principales. Camino mas aprisa, dejando atrás a su hermano menor quien lo observo con una gota enorme; nada mas pudiendo ver como Kaiba se metía dentro de la limosina, sacando la mano apurándolo.
    Joey y Tristán lograron alcanzarlos justo antes de que Mokuba terminara de ingresar en la limosina, tan rápido como había podido.
    Pero antes de que ambos amigos pudiesen expresar palabra, la puerta de la limosina fue cerrada bruscamente por Kaiba, quien descendió el vidrio polarizado de la limosina, observándolos
    - No pierdan tiempo intentando hacer preguntas estúpidas, mejor dedíquense a conseguir una vida propia - Dijo secamente. Se dispuso a cerrar nuevamente e vidrio, pero antes de conseguirlo dos cuerpos se interpusieron impidiendo que el vidrio serrara. Y Kaiba vio casi con terror como Joey y Tristán, medio cuerpo dentro de la limosina, intentaban alcanzarlo nuevamente.
    - Tu no te vas de aquí. Quien sabe que te traigas entre manos. – apunto Joey acusadoramente.
    - ¡SI! – concordó Tristán con la voz ahogada debido al apretujón del vidrio – ¡Oh entregas a Akihisha o no te vas de aquí!
    - Ronan arranca. – ordeno Kaiba alteradamente sonrojado.
    - Pero señor...
    - ¡Te digo que arranques!
    Ante tal orden por parte su patrón el pobre tipo se vio forzado a obedecer. De modo que Joey y Tristán avanzaron dando traspiés al ser arrastrados por la limosina antes de aterrizar de centón en plena calle.
    - ¡Pervertido de pacotilla solo espera a que te atrapemos! – exclamaron los dos. Un movimiento a sus espaldas los hizo volverse. Segundos después ambos corrían como gallinas hacia la acera para evitar ser arrollados por el camión que se acercaba por la carretera.


    Atem se había quedado con Aidda en su habitación.
    Normalmente la hubiera dejado en la cama, cubierto con las sábanas, dado un beso y se abría ido de ahí...Pero curiosamente tal parecía que Aidda había decidido que el chico era una muy cómoda almohada, a juzgar por el hecho de que se había aferrado a el y, por mas intentos que hizo Atem, simplemente no se pudo soltar (aunque probablemente contribuyo también en parte que no quisiera soltarse). Fuera como fuera el caso era que se había quedado recostado en la cama con la cabeza de Aidda apoyada sobre su pecho y sus brazos rodeando su cintura. (Aunque no quisiera, tenia que reconocer que la chiquita apretaba fuerte).
    Suponiendo que tendría que darle una muy buena explicación a la hermana para explicar la situación, pensaba en su coartada mientras acariciaba distraídamente el pelo de Aidda, y de paso también su espalda.
    Y fue precisamente su espalda lo que le saco de su contemplación.
    “¿Que demonios...? ¿ Eso desde cuando estaba ahí?” – se pregunto alzando la blusa de Aidda. En la parte baja de la espalda, claramente marcado en un singular tono rojizo, y abarcado de extremo a extremo su cintura, se extendía lo que parecía ser un tatuaje con extraña, pero curiosa forma...

    “...No volvió a ser la misma desde el accidente...Y recuerdo que desde ese entonces, se le ve una como quemadura en la espalda...No esta muy marcada como para distinguirla...Pero juraría que tiene la forma de un par de alas...”

    Las palabras de Sherán volvieron a su mente como una ráfaga de sensaciones. No le inquieto tanto el hecho de descubrir esa marca, pues de antemano ya sabia que la tenia; pero, si la memoria no le fallaba, podía recordar que Sherán le había dicho que la quemadura apenas si se notaba. Si así era, ¿ En ese caso por que parecía que esa cosa había sido recientemente marcada con tinta roja?
    La puerta se abrió y Atem se apresuro a cubrir a Aidda con las sabanas asta el cuello.
    Hablando de la reina de Roma. Definitivamente la rubia no se iba a morir pronto.
    - Valla así que...aquí...están...- murmuro en voz cada vez mas pausada en cuanto contemplo la escena que tenia en frente.
    - No vallas a pensar mal. – dijo Atem rápidamente al percatarse de su mirada. – Es solo que tu hermana se puso algo enferma, así que la traje aquí pero...creo que ya le guste para almohada. – comento algo rojo. – Y aunque no me lo creas, déjame decirte que... tu hermanita aprieta fuerte.
    Para su sorpresa Sherán comenzó a reírse abiertamente.
    - Descuida no te preocupes. – contesto ella, (aun riendo para el asombro e incredulidad de Atem) – No tienes que explicarme nada. Conozco a Aidda, se que es responsable y de momento confío en ambos.
    - ¿De momento? – repitió Atem contrariado. Ella le lanzo una enigmática sonrisa, que el no supo interpretar.
    - Te la encargo ¿si? Que pasen buenas noches. – dijo tomando su pijama y disponiéndose a salir de ahí. – Pero te lo advierto Atem. – dijo amenazadora – si algo le pasa a mi hermana, te arrancare la cabeza.
    - ¿Un momento, que...?
    - Si me necesitan estaré en la habitación de enfrente. – corto ella cerrando la puerta.

    Atem se quedo solo con Aidda aun con cara de no saber que.
    ¿Bueno ahora que mosca le había picado a todo el mundo eh?
    Suspiro resignado.
    Miro a Aidda dormir en sus brazos. Sonriendo termino acurrucándose a su lado y después de unos segundos ya se había quedado dormido.



    - De modo, que fallaron...Que bien, que bien....Ahora, pueden explicarme...¿¡COMO DEMONIOS ES QUE FALLARON!?

    Una copa de vino azoto en la mesa derramando parte de su contenido. Tanto la serpiente como la figura vestida de negro que estaba arrodillas en la alfombra se removieron incomodas mientras veían a su señora pasearse enfurecida de un lado a otro.
    Los enfurecidos ojos amarillos se posaron en la cola chamuscada de su majestuosamente enorme serpiente antes de dirigirse a los golpes y desgarrones que tenia su esclava en el cuerpo.

    - Una simple tarea...¡Era una simple tarea! ¡Traerme a la “Paloma” asada al carbón en bandeja de plata!...¡Y lo único que obtengo asado es a mi propia serpiente! – recalco enfurecida. La anaconda dirigió a ella su mirada reprochante y enfurecida, comenzó a sisear, pero a los pocos siseos ella la interrumpió:
    - ¡Y si ya la tenias por que demonios no la partiste por la mitad! – estallo furiosa.

    La serpiente callo unos instantes, luego contesto con una nuevo siseo. La mirada de ella se endureció. Volvió a pasearse por la estancia de lado a lado.

    - De modo que la “Palomita”, no esta tan indefensa como pensaba. – murmuro para si – Maldita sea. Yo esperaba acabarla antes de que despertara...Pensar que estuve apunto de eliminarla hace 17 años – comento furiosa - ¡Pero la maldita escapo, escapo! Y por si fuera poco desde entonces alguien se a encargado de mantenerla escondida de mi, de lo contrario desde hace tiempo que la hubiera acabado...- dio un golpe en la mesa con el puño serrado.

    La ninja y la serpiente la miraron mudas durante todo su monologo privado. Ninetis parecía furiosa. Aun así la serpiente, sacando valor de quien sabe donde, se animo a hacer una pregunta...

    - ¡No necesito ayuda! – estallo Ninetis enfurecida – Y mucho menos de el. Por si no lo recuerdas, fue por su estupendo plan que los dos acabamos como acabamos. – dijo amargamente. – Además...Ya me imagino como se pondrá si viene aquí. Me estará dando ordenes todo el día...Ninetis as esto, Ninetis as esto otro – imitando burlonamente una voz – ni pienses que lo llamo. Esta es MI venganza, no necesito su ayuda. – Sentencio molesta.

    Volvió a recorrer la habitación en silencio. Pensando en todos los planes trabados. Tanto trabajo...A la basura por la estupidez de alguien.
    “Pude avermelas arreglado sola”
    Todo en su vida había sido planeado. Desde su nacimiento.
    Su madre. Una simple concubina que, gracias a sus amplios conocimiento de brujería y belleza, termino por seducir al rey asta quedar embarazada de el. Ese hijo que esperaba fue el boleto que la mando a lo mas arriba, convirtiéndola en reina. Y su hija resultó nacer tan inteligente y bella como ella.
    Y resulto de Zadel instruyo bien a su hija. Le enseño todo lo necesario para asegurase el éxito. Juntas, conspiraron contra el propio rey, y contra la hija de su primera esposa, la autentica heredera al trono.
    Tahoser. La pequeña, pero astuta Tahoser.
    Nunca se fío de su hermanastra, como tampoco lo hizo su leal amiga y protectora, Angiiru. Cuando el rey murió en circunstancias sospechosas Angiiru no volvió a dejar sola a su amiga ni por un momento y Zadel siempre le reprocho a Ninetis el no aver sido lo suficientemente discreta delante de ellas.
    Eso era lo que ella mas odiaba. Zadel, siempre regañándola...siempre acosándola...siempre detrás de ella...siempre fastidiando y reprochándole sus errores...
    Probablemente pensó que tenia la vida asegurada con su astuta, poderosa y bella hija de su parte. Ahí fue donde se equivoco. Su hija esta harta de ser manipulada...
    Ninetis sonrío sádicamente al recordar como ella misma había asesinado a su propia madre cuando tenia solo 11 años. Esa expresión se asombro que puso al ver a su hija, riéndose en su cara, cuando ella convulsionaba a causa del veneno en su bebida...Nunca la olvidaría.
    A partir de entonces Ninetis maquino sola. Ella sola termino asesinando al prometido de su hermana. Ella sola logro arreglar un trato con cierto sacerdote de la corte el faraón, disponiéndolo todo para convertirse en la futura reina de Egipto.
    Y ella sola termino indagando sus raíces asta la aldea de Kulemna. Donde se entero de que le quedaba un familiar con vida. Pero a partir de que dio con ese familiar ella volvió a ser la manipulada por alguien. Es cierto de quedo satisfecha con los nuevos y grandes poderes que recibió. Pero aun así, había alguien que mandaba sobre ella. Y fue precisamente ese estúpido plan suyo lo que acabo metiéndolos a ambos en un verdadero lío. Ella acabo presa en un calabozo asta el fin de sus días, y por lo que supo después, el acabo sellado junto con quien estuvo por convertirse su marido.
    Se podía decir que de cierta forma ambos se llevaron a sus respectivas presas a la tumba. Pero a fin de cuentas ella fue la que sufrió el encierro por el resto de su vida.
    Y juro que regresaría para vengarse de todos. Para hacerlos sufrir lo que ella sufrió
    Y ahora resultaba que los que supuestamente iban a sufrir le estaban ganado la partida.
    Bonita fregadera.

    - Pero esto no se va a quedar así...- Una maligna sonrisa cruzo su rostro - Tal vez sea tiempo de tomar; otra estrategia...



    Continuara....


    Feliz navidad!!!!!!
     
  5.  
    Angiil

    Angiil Usuario común

    Sagitario
    Miembro desde:
    21 Octubre 2006
    Mensajes:
    493
    Pluma de
    Escritora
    Re: Aidda the magic of the love

    hola k ondas cuanto tiempo
    y primero que nada primeras yupi
    tu conti ya te lo dije antes y si creo que si la lei pero nome acoerdaba
    :rolleyes:los fregasos k le metio atem a ya sabes xd
    y sobre lo del tatuaje y yo que los descubri shale kisieron engañarme pero a mi nadie me engaña
    jaja
    estubo genial tu conti pero no se vale es muy pokito y aparte ya la lei:mad: asi que traeme mas por favor
    bueno me despido y ano se k mas poner no ando inspirada
    bye
     
  6.  
    Anna-Chan

    Anna-Chan Guest

    Título:
    Aidda the magic of the love
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Horror
    Total de capítulos:
    91
     
    Palabras:
    62
    Re: Aidda the magic of the love

    PIKACHUhola amiren aqui me paso yo con mi mascota ;) muy buena la conti amiga :cool: me gusto la parte cuando atem se quedo de almohada de aidda ;) y tambien cuando aparecido sheran xD jejejeje bueno me despido bye bye xau besos cuidate t.k.m bye bye :besito: :rosa: :flor2:feliz navidad :noel: :arbol:
     
  7.  
    Mai_la super

    Mai_la super Guest

    Título:
    Aidda the magic of the love
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Horror
    Total de capítulos:
    91
     
    Palabras:
    108
    Re: Aidda the magic of the love

    Hermanitaa! aca me paso patra dejar un post, no muy largo pero tampoco tn corto.. ando algo seca xq ya publique mi conti de navidad, pero bueno, vayamos al tema que nos compete:

    tu conti me gusto mucho, la parte en la que Atem sale del baño y Any los encuentra, en la que yo cacho a mi cuñadp en su super pose xD "te voy a arrancar la cabeza Atem" xD... y esa nineperra que ya esta jodiendo otra ves ¬¬ pero que desubicada dios..

    bueno, epsero pronto lo continues

    te adoro peke peke!

    atte: Tu hermana Mai
     
  8.  
    Amirem

    Amirem Guest

    Título:
    Aidda the magic of the love
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Horror
    Total de capítulos:
    91
     
    Palabras:
    6444
    Re: Aidda the magic of the love

    hola XD
    siento la tardanza pero aqui las traigo ya la conti
    disfrutenla


    Capitulo 26
    Un error, una estupidez, un golpe bajo...y un celo encarnado

    Amaneció un día frío y nublado que amenazada posible tormenta. Ya eran pasadas las 10 de la mañana cuando Rayan Deens se dirigía al orfanato, esquivando el viento frío que le azotaba en la cara. La noche anterior no había vuelto a ver a Aidda después de que esta se bajo del escenario. Pero si le llego por ahí el rumor (cortesía de su informante personal) de que Aidda había enfermado otra vez. Y otra vez, si no es porque le dicen, el ni en cuenta.
    De modo que, cuando arribo a las puertas del orfanato, abrió la reja de hierro y se encamino con paso decidido a la puerta principal. No bien le habían abierto la puerta cuando dio paso al interior, saludando efusivamente a la persona que lo recibió.

    - Buen día Sherane – Saludo el, frotándose las manos para calentarlas, - ¿Como estas hoy?
    - ¿Y ese milagro que me llamas por mi nombre completo? – pregunto ella, mirándolo intrigada y apoyándose en una escoba.
    - Siempre hay una primera vez ¿no? – contesto el sin inmutarse – Además, si mal no recuerdo, yo fui quien te empezó a decir Sherán.
    - Si, y contigo el resto del mundo – señalo ella.
    - Bueno, bueno. ¿Donde esta tu hermana?
    - Arriba. – contesto ella sin pensar. Inmediatamente reparo en su error dando un respingo. - ¿Para que la quieres? – dijo inmediatamente.
    - Supe que se volvió a poner enferma y quiero ver como esta. – contesto el comenzando a subir las escaleras.
    Casi de inmediato de figura de Sherán (o Sherane) se interpuso entre el y el resto del camino hacia arriba.
    - Pues esta dormida y en pijama, así que no puedes subir – contesto ella impidiéndole el paso con la escoba.
    - ¿Y ahora, tu por que tan nerviosa? – Rayan inspecciono el pálido y conmocionado rostro de la chica, quien a duras penas seguía impidiéndole pasar - ¿Que ocultas que no quieres que yo sepa?
    - Oculto el cuerpo de mi hermana en pijama. – apunto Sherán

    (Hey hija y no se lo ocultaste Atem verdad).

    - Como si yo no la hubiera visto bailando árabe. – señalo Rayan cruzándose de brazos y mirando a Sherán con ironía. La chica estubo tentada a tirarle un buen golpe con la escoba.
    - “Animal hijo de...” Pues no puedes verla hoy.
    - Por la forma en la que hablas pareciera que no quieres que yo....

    El muchacho se interrumpió súbitamente. Acababa de ver una chaqueta negra colgada en el perchero. Una chaqueta que, para su desgracia, el conocía muy bien...


    Un tenue rayo de sol se filtro por la ventana cayendo en la cara de Aidda. La muchacha se ladeo ligeramente para esquivarlo, no tenia ganas de levantarse aun, sobre todo con aquel frió que hacia.
    Estaba tan calientita en su cama, con sus cobijas, y su...¿almohada?
    Abrió los ojos.
    Si, estaba en su cama. Esas eran sus cobijas. Pero esa no era su almohada.
    Los ojos de Atem le sonreían desde una altura un poco mas elevada que la de ella. Manteniendola abrazada contra su pecho. A juzgar por esto, debía de tener ya un buen rato despierto y había estado contemplándola dormir.
    - Buenos días bella durmiente. – susurro riendo cálidamente.
    - ¿Que haces aquí? – ella también reía. Una risa nerviosa a decir verdad, se sentía muy cerca de el.
    - Pues, veía dormir a mi niñita. – contesto con simpleza.
    - “Ehhh ¿niñita?” No me digas que pasaste la noche aquí conmigo. – dijo ella observando que Atem aun llevaba la ropa del día anterior.
    - Digamos que alguien se quedo dormida prácticamente arriba de mi y ya no me dejo levantarme – contesto el riendo y mirándola fijamente. Aidda se ruborizo asta el cuello. La mano de Atem se poso sobre su frente. Los ojos azules de ella se posaron en esa mano durante los segundos que esta estuvo ahí.
    - Bien, parece que ya no tienes fiebre. – apunto Atem retirando la mano.
    - Oye, a todo esto ¿Que dijo mi hermana? ¿ Se dio cuenta de algo?
    - Pueeeeessss....ella...

    - ¡TE DIGO QUE NO PUEDES PASAR!
    - ¡SI ESE ATARANTADO ESTA AQUI TE JURO QUE LO MATO!
    - ¡TE DIGO QUE NO....VUELVE!

    A pesar de los gritos retumbaron en todo el lugar no les dio tiempo de nada.
    La puerta del cuarto se abrió haciendo que Atem se incorporara de golpe y dando la alusión se aver estado arriba de Aidda.
    La persona que lo miro desde la puerta le lanzo la mas mortal y maníaca mirada asesina.

    - ¡TU! ¡HIJO DE LA...! ¡QUÍTATE DE AHI!
    - ¡Rayan cálmate no es lo que tu crees!
    - ¡NO TE METAS AIDDA! – grito el enfurecido Rayan dejando caer una escoba contra
    Atem. El palo de la escoba fue directo a su cabeza. Aidda apretó los ojos
    Cubriéndose, instintivamente, el rostro con sus manos.
    Lentamente empezó a descubrirlas, observando como Atem había detenido el palo de
    la escoba con su mano y observaba a Rayan directamente a los ojos.
    - Sabes, puedo tolerar que me grites, pero hay algo que no soporto, - Apretó fuertemente
    el mano de la escoba, evitando que Rayan se lo quitara - y es que le grites a MI novia.
    Rayan miro a Atem enfurecido. No quería admitir que sus palabras lo habían desarmado. Pero igual en esos momentos estaba fuera de si y no pensaba darle tregua a nadie, menos ahora que el otro se le había puesto al brinco.
    - ¡TU AQUI TU NO TIENES DERECHO DE NADA. NO ME IMPORTA QUE DIGAS QUE ES TU NOVIA NO VOY A PERMITIR QUE LA TOQUES!
    Con un esfuerzo sobre humano Rayan le arrebato la escoba y se dispuso a darle otro golpe. Atem guardo silencio, y luego sonrió fríamente, una mirada que pocas veces había mostrado.
    - No tengo por que obedecer a un sujeto tan patético como lo eres tú. - Dijo,
    fríamente.
    Antes de que el palo de la escoba lo golpeara, Atem lo esquivo, en un rápido movimiento tomo a Rayan del cuello de la camisa y lo estampo contra la pared, alzándolo pocos centímetros al aire. Jamas penso que pudiera existir alguien que lo sacara de quicio mas de lo que Kaiba lo hacia.
    - Escúchame bien imbécil, por que sólo te lo voy a decir una ves. Así que presta atención - Dijo fría y secamente.
    Rayan mantuvo el silencio, mirándolo con odio. Mientras que Aidda no sabía que hacer, temía por lo que sucedería.
    - A mi no me interesa si te agrado o no. Pero me tienes harto con tus malditas escenas de celos. - Prosiguió Atem - Aidda es MI novia, lo que hagamos o dejemos de hacer es NUESTRO asunto y tu no tienes por que meterte!! - Dijo con voz Alta, de la forma mas seca y frívola que pudo usar - No permitiré que le grites, le ordenes, o la regañes de nuevo. Ella es mayor de edad y puede hacer lo que quiera. - Agudizo la mirada- Y yo puedo dormir con ella y tocarla si eso quiero. Tu no eres su novio, ni su padre, ni su hermano de sangre, no quiero que vuelvas a acercarte a Aidda con esa maldita mentalidad que tienes porque si te vuelvo a ver cerca, entonces yo te partiré la cara.
    Rayan ahora si estaba pasmado. De verdad que no podía creer que existiera alguien que pudiera ponerlo tan molesto como Atem. Mira que insinuarle que el podría TOCAR a Aidda. Apretó con as fuerza la escoba en su mano.
    - ¿Y acaso piensas que TU vas a asustare? ¿Acaso piensas que voy a dejar de estar cerca de ella solo porque un tarado imbécil como tu me lo pide? - dijo con la voz seca y temblando de rabia. - Yo me acercare a ella tanto si te agrada como si no. Y en lo que a mi respecta, ella no es nada tuyo. NADA
    - Te equivocas, si es algo mío. - Sonrió fríamente- Es MI novia, y yo tengo mas derechos que tú.
    - ¿Como derecho a que por ejemplo? - contesto el fríbolo.
    - Como el partirte la cara, por ejemplo - Respondió
    - Solo inténtalo - respondió Rayan retador cerrando aun as el puño en el que tenia la escoba - Para mi tu nuca dejaras de ser solo un imbécil. Eres mayor que ella animal. Si tratas de hacerle algo, practicante estarías abusando de una niña.
    Atem bajo a Rayan al suelo y volteo a ver a Aidda.
    - Cierra los ojos - Sonrió viéndola.
    Rayan miro también a Aidda, que estaba parada junto a la ventana contemplando todo con los brazos entorno a la sabana que cubría su cuerpo. Probablemente esperaba que ella interviniera y le diera la razón a el. Para asombro de Rayan, no fue así. Ella no solo serró los ojos, sino que se dio la vuelta completamente lanzándole una sonrisa a Atem.
    Atem volteo a ver a rayan y luego sonrío fríamente, tronando sus dedos....

    Sherán caminaba pacíficamente por el pasillo, cuando sintió una ráfaga de viento pasar frente a ella, seguidamente vio a rayan, impactandose contra la pared.
    Sherán corrió a su lado, serciorandose de que el tipo seguía vivo. Miro hacia la puerta que tenia delante, donde vio a Ate sobándose su puño derecho con indiferencia. No tuvo problemas para deducir lo que paso. Ella ya se temía algo así en cuanto vio como salto la crisis nerviosa de Rayan. Pero jamas imagino que Atem pudiera responder de esa forma.
    Miro a Atem y a Aidda interrogativa.
    - Espero que te sirva de ejemplo, Rayan. - Dijo Atem con frialdad - O si quieres puedo darte más.
    Rayan abrió los ojos. Se incorporo usando de apoyo el palo de la escoba que aun no soltaba. Ahora as que nunca estaba decidido a darle por lo menos un golpe al tipo.
    - Esto no se quedara así. No tienes ningún derecho sobre ella por muy su "novio" que seas...
    - Pues yo creo que si lo tiene Rayan. - Contesto una voz.
    Aidda apareció al lado de Atem sujetando la sabana con la que se cubría.
    - Resulta Rayan, que el es MI novio. El puede hacer conmigo LO que quiera y CUANDO quiera. "Siempre y cuando yo se lo permita" - penso para si, pero no pensaba decírselo a Rayan en voz alta. La verdad ella también estaba harta y deseaba dejar todo el claro
    - Ya la escuchaste Rayan – contesto Atem abrazando a Aidda por detrás - Intenta golpearme, pero te aseguro, que te vas a arrepentir.
    Sin mas que decir Atem tomo la puerta y la azoto en la cara de Rayan.
    - ¿Rayan que demonios le hiciste? – pregunto Sherán mirándolo fijamente.
    - ¡¿Como que, que demonios le hice?! – contesto Rayan enfurecido. – ¿Que no estas viendo como me dejo? Sherane ese tipo esta loco...¡Y TU lo dejas salir con TU hermana! ¿No viste como me hablo? No quiero ni imaginarme lo que pudo aver hecho anoche...
    - Creo que estas lloviendo sobre mojado Rayan. – contesto Sherán irritada - No saques conclusiones sin saber. Atem es buena persona y se que en verdad ama a Aidda...y estoy segura de que no la obligaría a algo que ella no quisiera. E igual si la obligara tu bien sabes que Aidda es capaz de matarlo a golpes.
    - Tu lo as dicho, “si la obligara” y “si ella no quisiera”. Pero dime ¡¿Y que tal si, SI QUISO?!
    - Creo que ella es inteligente y capciosa. Y ya no es una niñita Rayan. – Señalo ella, aunque un tanto preocupada. – Mejor vamos con Angiil para que te revise ese golpe, la mejilla se te esta hinchando.
    - ¡Me estas diciendo que los vas a dejar así! – argumento el señalando la puerta de la habitación. - ¿Como puedes permitir que se quedo solo con ella? Es mas, ¡¿Como puedes permitir que salga con ella?! – Sherán guardo silencio. Lentamente se dio a vuelta y comenzó a caminar por el pasillo. Rayan la miro y la siguió como un zombie.
    “No espero que lo entiendas Rayan...Discúlpame”


    - Disculpa, me hubiera gustado que no vieras eso.
    - No te preocupes. Creo que fue lo mejor. – Aidda suspiro elevando su mirada hacia la copa del árbol bajo la que estaban sentados. Las hojas caían lentamente a su alrededor. Se acomodo mejor entre las piernas de Atem. El la rodeo con sus brazos recargándose en el tronco del árbol.
    - Hace tiempo que no me alteraba de esa forma con alguien que no fuera Kaiba. – comento el pensativo. – No se que habría pasado de no aver llegado tu hermana. Creo que lo habría desecho a golpes. Espero que luego ella no piense mal de mi.
    - No te preocupes; ella no acostumbra a juzgar sin aver escuchado ambas versiones. Además, todos tenemos nuestros ratos de crisis. – suspiro – Rayan es como mi hermano pero, esto tiene que parar. – sentencio con firmeza.
    - Aun tengo ganas de ir darle otra sacudida – admito Atem.
    - Creo que hay formas mejores de desahogarse.
    - ¿Como cuales? – indago el riendo cálidamente. Aidda lo miro. Se le acababa de ocurrir una idea...


    - ¡Oigan mas cuidado, me duele!
    - Deja de ser tan llorón Rayan, apenas si te toque.
    - ¡Pero esa cosa quema Angiil!
    - ¿Y que esperabas? Es hielo, claro que te iba a quemar.
    - Y todo por culpa de ese infeliz. – murmuro cerrando los ojos al sentir el ardor de la curación. - ¿Y tu no piensas decir nada aun? – pregunto mirando a Sherán recargada en la puerta.
    - Cálmate y deja de comportarte como bebe. – respondió Sherán con sarcasmo.
    - Ahorita no me salgas con tus bromitas. – contesto el amargamente – Que si bien lo quieres o no, pienso tener unas palabras con tu...
    - ¡HERMANA!
    Rayan se interrumpió. Aidda apareció patinando en el umbral de la puerta.
    - Oye hermana, voy a salir con Atem a casa de Tamara. ¿Angiil, te gustaría venir? – dijo mirando a la muchacha. (Eh ignorando por completo a Rayan)
    - Claro, me encantaría.
    - Por lo menos ya te pusiste ropa decente.
    Pese a que su intención era ignorarlo por completo, no pudo ignorar aquel ultimo comentario. Miro a Rayan, que le devolvió la misma mirada llena de frialdad que ella le daba.
    - Tal vez me abrías encontrado “decente” si no hubieras entrado a mi cuarto de esa forma. – dijo ella con un tono frío que no tenia nada que envidiar al de Atem
    - Y tal vez de aver, entrado después te hubiera encontrado aun peor. – contesto el de igual forma.
    - ¡¿Que demonios me estas insinuando?! – dijo ella furiosa.
    - Nada, nada. – río con frialdad – No quiero ofender a la señorita...¡Oh perdón! Tal vez, ya eres “señora”. Perdone mi equivocación, “señora”...

    PAFF

    Se tambaleo. Aidda acababa de plantarle un golpe en la otra mejilla. La miro con asombro, se había puesto pálida, le temblaban los labios y las aletas de la nariz.
    - Para que te emparejes la cara. – dijo ella fríamente. – Te espero en la calle Angiil. - Sin mas, dio media vuelta y salió de ahí.
    - ¿Que demonios le pasa?
    - ¡Que demonios te pasa a ti! – contesto Sherán furiosa - ¡Como te atreves a decirle eso a mi hermana! ¡No a hecho nada malo!
    - ¡Eso es lo que tu piensas! ¡No puedes saber si de verdad no paso algo! ¡NO PUEDES!
    Hastiada Angiil también le dio un golpe en la cabeza.
    - ¡¿Y ahora que ra...?!
    - Deberías calmarte y ponerte a pensar tan siquiera un poco. – dijo ella con severidad - Por si no te habías dado cuenta, estas asustando a los niños.
    Rayan giro la cabeza. Era verdad. La mitad de los niños del orfanato se habían congregado en el borde de la escalera y, a juzgar por sus caras, habían presenciado completamente la discusión que tubo con Aidda. Sus caritas solo rebelaban confusión y miedo. Desde que tenían memoria Aidda y Rayan eran como hermanos; los habían visto reír, gritarse, jugarse bromas; pero nunca los habían visto pelear de aquella forma. Menos aun ver que Aidda golpeara a Rayan, o que Rayan le gritara a ella de esa forma.
    Rayan se puso lívido. Arrojo la silla a un lado y salió al jardín por la puerta trasera.
    Una vez afuera, dio una patada contra el entarimado de la pared haciendo que este retumbara y temblara. Indiferente al frío de aquella mañana camino sin rumbo fijo por el lugar. A lo lejos, le llegaban las risas de los niños que jugaban dentro de la enorme casa colonial; pero el era incapaz de sacarse de la cabeza la imagen de Atem encima de Aidda, y la forma en que ella le había insinuado que Atem podría hacer de ella lo que quisiera. La imagen que se le vino a la mente fue tan desagradable a sus ojos que inmediatamente sacudió la cabeza para borrarla.
    Levanto la mirada. A lo lejos vio como Aidda subía al ya conocido carro plateado de Atem, junto con Angiil.
    ¿Ahora a donde rayos iban?



    - ¿ Y ahora, a donde iras tan elegante?
    Kaiba no respondió inmediatamente. Miraba con expresión ceñuda el smoking negro extendido sobre su cama. Si algo tenia que reconocer, era que la mucama no le dejaba ni una sola arruga.
    - Esta noche es la reunión anual de las Grandes Compañías. – Contesto finalmente. – Desearía no tener que ponerme este traje de pingüino, pero Mokuba me a estado insistiendo toda la mañana en que valla, diciéndome que le creare mala fama a la compañía si falto otro año.
    - Pues tiene razón. Creo que necesitas distraerte un poco de tanto trabajo. – Kaiba sonrío sarcástico.
    - Miren quien lo dice. La señorita Akihisha que se la pasa trabajando a mil por hora toda la semana.
    - Pero no tanto como el Señor Seto Kaiba que no conoce el significado de la palabra descanso. – protesto ella. Hay estaba otra vez la amenaza del nombre completo. Se dio la vuelta. Kaori estaba recargada en el pequeño escritorio del cuarto de Kaiba. En otras circunstancias jamas hubiera entrado ahí, pero dado a que Mokuba le había estado rogando de rodillas que “por favor” ayudara a su hermano a no verse como un adefesio...
    Aun así ella no podía dejar de sentirse incomoda. En primera porque estaba DENTRO del cuarto de Seto Kaiba, el lugar donde otros mas valientes (o definitivamente mas tarados) habían hallado la muerte simplemente por el echo de pararse en el umbral. Y en segunda...Que manía del mencionado a tener que poner todo a su altura y semejanza; simplemente el escritorio que tenia detrás de ella, era de tales dimensiones que su cuello apenas si sobresalía del borde de este. En pocas palabras...se sentía mas pequeña de lo normal.
    (Aidda te lo pido, nunca entres ahí o tu también quedas traumada XD)
    - Disculpa que te contradiga, pero mi idea de “descanso” no es precisamente estar encerrado en una habitación abarrotada asta el tope de tipos en smoking. – contesto el amargado.
    - Y tipas...exageradamente pintarrajeadas...y armadas con un maldito escote de lo mas entallado - murmuro Kaori por lo bajo. Pero no lo suficientemente bajo. Kaiba la miro, la chica traía un expresión un tanto malhumorada en el rostro. Un tanto divertido ante la visión se acerco a ella, la tomo por de bajo de los hombros y la sentó en el escritorio, donde ella quedo a una altura justificada para mirarlo directamente.
    - ¿Celosa? – pregunto el mirándola fijamente. Un ligero rubor se extendió por las mejillas de la chica.
    ¿Por que? No se por que insinúas eso... - Desvío la vista- no hay razones...
    Kaiba se inclino hacia ella, ocasionando que ésta se reclinara levemente hacía atrás. Sintiendo como su corazón se alebrestraba como en un sobresalto al tener el rostro del chico tan cerca.
    - Estas... invadiendo... espacio personal... - Sentenció ella.
    - Tu lo invades a cada minuto y no te digo nada – Aclaró
    - Eso es por que tu estas altísimo y no se siente la invasión - Desvío la vista
    - Entonces así se sentirán las mujeres a las que me acerquen a mi en la fiesta - Dijo cerrando los ojos mientras se reincorporaba.
    Ante esas palabras Kaori entrecerró los ojos, volviendo la vista hacia el
    - ¿Que quieres decir con que te les acercaras?
    - Ves, te estas poniendo celosa otra ves - Insinúo Kaiba viéndola de reojo
    - Ya te dije que no - Cerró los ojos frunciendo el ceño
    - Se una forma de evitar que sientas celos - Empezó a caminar hacia ella
    - Ya te dije que no estoy ce-lo-....
    Kaori guardo silencio de golpe al sentir como Kaiba la tomaba de los hombros empujándola hacia atrás, al mismo tiempo en que esta abría los ojos mas de espanto que de sorpresa. Quedando atrapada contra el escritorio donde las manos de Kaiba se encontraban apoyadas, viéndola.
    - ¿Q...que haces? - Preguntó ella finalmente mientras se sonrojaba sin saber bien que ocurría
    - Acompáñame a esa aburrida cena - Respondió en la misma posición
    Kaori parpadeo sintiendo como su corazón aún no se calmaba después de aquel susto, y mas por estar en esa posición, atrapada.
    - ¿P...por que? - preguntó luego de un momento- después de todo habrán chicas altas, con escote y elegantes que podrían acompañarte - Desvío la vista con ojos entrecerrados - Es mejor eso a llamar la atención de mala gana con ir con una persona a quien le doblas la altura
    - Te recuerdo que Atem parece el padre de esa niña con la que sale...Aidda...¿a el que le dirías?
    - Pero ellos tiene una relación, así que no tiene nada de malo – Respondió
    - ¿Y que nosotros no tenemos una?
    - Somos amigos, ¿no? – pregunto ella dubitanto. Seto se le había acercado de mas; prácticamente sentía su aliento en la cara.
    - Entonces, como mi amiga...Te pido me acompañes.
    - P...pe...pero...¿Desde cuando consideras a alguien tu amigo? ¿Ni siquiera a Atem le dices amigo...y se supone que es tu primo.
    - Porque Atem es un inútil. – respondió Kaiba sin inmutarse – Pero tu, eres alguien especial....
    Se había inclinado mas. Ahora Kaori sentía su cuerpo, no solo su aliento. Sus ojos se ensancharon, pues aquellos labios se la hacia acerado demasiado a los suyos...
    - ¡Muy bien ya esta confirmado ella ira conti....¿Me quieres decir que estabas haciendo? – Mokuba irrumpió en la habitación, abriendo la puerta de un sorpresivo estruendaso. Kaiba presa del pánico se separo de Kaori como si el espíritu de Flash se hubiera apoderado de sus miembros. Pero no fue lo suficientemente rápido.
    - ¡¿Tu que rayos haces aquí?! – grito enfurecido. Decididamente Mokuba había estado escuchando atraves de la puerta.
    - Solo me aseguraba de que no tuvieras excusa para faltar este año a la reunión – sentencio el, mirando de hito en hito a su hermano.
    - ¡Pues lo siento por ti, porque ya decidí que no voy a ir!
    - Pues yo lo siento aun mas. – respondió Mokuba sacando su celular –Por que tu no vas, entonces iré yo...Y con Kaori – sentencio mirando a la chica con los ojos brillantes y haciendo gala de una indiferencia suprema al ignorar por completo la enorme venota que se había brotado en la frente de su hermano cuando este se acerco y la tomo por el brazo. – Después de todo, yo también soy un Kaiba. Yo iré, y así presumiré a Kaori. – respondió con su mega sonrisota
    - ¡AQUI EL EMPRESARIO SOY YO! – replico Seto atrayendo a Kaori de un tirón - ¡POR LO TANTO EL QUE IRA SERE YO, Y SERE YO QUIEN LA PRESU....QUIEN LA INVITE! – corrigió de inmediato con las mejillas encendidas.
    - Entonces ve pesando en que te pondrás, porque ya confirme tu asistencia y además con acompañante. – comento Mokuba – Si te e de ser sincero el tipo que me atendió se mostró muy interesado por saber en quien seria tu acompañante. Claro que no le dije quien seria – agrego al ver la mirada de su hermano – Pero ya están sobre aviso que iras con alguien, y a estas horas de seguro ya lo sabe todo el comité. Así que no les des un mal espectáculo y ve pensando en algo decente que ponerte hermanito.
    Mokuba serró la puerta de la habitación. De modo que el enorme cojín negro se estrello contra la puerta antes de poder estamparse en su cara.




    Había anochecido mas temprano de lo normal. La lluvia que el cielo vaticino durante toda la mañana parecía ya un echo. Un viento voraz mecía violentamente todos los árboles de la zona estampándose furiosamente contra las ventanas y puertas de las casas.
    Probablemente un ruido así se hubiera escuchado de una forma particularmente espectacular en un espacio carente de mueblería, como lo era el pequeño doyo de la casa de Tamara. Mas el ruido que producía el viento en las ventanas era apocado por el sonido de las espadas chocando a manos del joven, de cabellos rojos, oscuros y rubios, que entrenaba en aquel momento. Carente de compañía, peleaba solo contra su sombra, limitándose a lanzar las espadas al aire de una forma particularmente peligrosa pero con precisión. Estaba concentrado. Cada que atacaba a su invisible oponente parecía que en realidad se imaginaba que hundía la espada en las entrañas de alguien particularmente desagradable.
    Una pequeña figura apareció silenciosamente en la puerta. Se detuvo a observarlo. Prácticamente hipnotizada ante las maniobras que ejecutaba el esbelto y (proporcionalmente aceptable y sin exagerar) musculoso cuerpo, envuelto en aquella delgada camiseta sin mangas y el suave pantalón deportivo.
    El chico tardo rato en percatarse de que era observado, asta que, sorpresivamente, sintió la punta de una espada posarse suavemente sobre su hombro.
    Lentamente se dio la vuelta. Ahí estaba ella, vestida con un sencillo deportivo negro. Mirándolo, entre divertida y retadora.
    Se dio la vuelta y se alejo unos pasos de el. Seguía teniendo aquella mirada en sus traslúcidos ojos azules.
    Capto la indirecta. El también sonrío y se puso en guardia.
    Pasaron unos segundos en los que solo se miraron fijamente. Y de repente, las espadas se encontraron. El ruido que provocaba el embate de las dos armas era suficiente para amortiguar el que provocaba el viento. Se movieron por todo el lugar, atacando, girando y esquivando. Cada nuevo ataque que el lanzaba, le era devuelto con la misma ferocidad.
    Un así, el ponía el mayor cuidado en no emocionarse de mas. A cada paso se recordaba que aquellas armas tenían una punta muy bien afilada, y temía ir a lastimarla.
    Estaban muy concentrados. Lo suficiente como para no darse cuenta de la presencia de la persona que los espiaba por la ventana. Miraba realmente extrañado la escena. Observando entre extrañado y fascinado cada movimiento que hacían. Desde los golpes que el lanzaba, asta la manera en la que ella se las arreglaba para bloquearlos y debolverselos, a pesar de su corta estatura.
    ¿Desde cuando Aidda sabia pelear con espadas?

    Los de adentro, seguían en lo suyo sin percatarse de nada. Asta que una estocada particularmente fuerte, pero oportunamente detenida por la pelirroja, los dejo paralizados cara a cara uno del otro. Permanecieron unos segundos así, sintiendo sus agitadas respiraciones.
    Lentamente fueron esbozando una sonrisa. Atem alargo una mano y parto el flequillo de la frente de Aidda.
    - No estuvo mal. – Dijo retirando el arma
    - Tu también lo hiciste bien– sonrío – Me alegra ver que ya estas mas tranquilo.
    - No te creas. “Hace rato me imaginaba que le estaba encajando la espada a el”- Penso – Pero, si ya estoy mas tranquilo. Tenias razón...necesitaba desahogarme.
    - En verdad que siento mucho lo que paso en la mañana. El no tenia derecho a hablarte así – Se enmudeció al recordar las palabras que le había dicho a ella. Aunque no lo pareciera, la lastimaban y la herían profundamente. Rayan era lo mas cercano que tenia a un hermano. Por eso le dolían tanto sus palabras.
    - El tampoco tenia derecho a hablarte de esa forma. Por muy su hermana o amiga que te considere; no tiene por que atarte a el. Eres libre de disidir por ti misma con quien quieres estar – Fue como si el hubiera leído sus pensamientos. Una única lagrima se deslizo por la mejilla de la chica, Atem la recogió con los dedos, aprovechando para acariciar su mejilla. Aidda se volvió. No le gustaba que la vieran llorar. Bajo a cabeza confundida por el mar de sensaciones que la llenaban.
    Sintió la presencia de Atem tras ella, sus brazos enlazando su cintura, sus labios cerca del lóbulo de su oreja, (Afuera la persona que estaba entre los arbustos estaba que ardía de ira).
    - Atem, ¿Que haces? – se estremeció en sus brazos. Acababa de sentir los labios de Atem besando su cuello.
    - ¿Sabes? Me gustaría tomarte la palabra con lo que le dijiste a Rayan
    - Disculpa, ¿Me recuerdas que le dije? – pregunto Aidda con cierto nerviosismo.
    - Le dijiste que yo podía tocarte y hacerte lo que quisiera. – lucio su sonrisa ganadora, y casi, casi se le escapa una risa. Aidda se había ruborizado asta el cuello.
    - Tal vez...fui demasiado directa. – contesto nerviosa y completamente roja. Atem no pudo evitar reírse. La giro y la levanto por la cintura. Aidda ya conocía ese gesto; el hacia eso siempre que quería besarla; eso o inclinarse para quedar a la altura de ella.

    Pero aquella vez fue diferente. La abrazo de forma que ella quedo rodeando su cuerpo con sus piernas. Daba la alusión de ser una niña abrazada por su padre. La beso de una forma lenta e intensa. Abrazada como la tenia la acorralo contra la pared, sin interrumpir aquel beso tierno y sincero. Aidda suspiro, le hecho los brazos al cuello, no pudo evitar gemir cuando la boca de Atem se deslizo por su cuello....
    Un relámpago retumbo en el lugar. Aidda dio un grito asustada y se abrazo al cuello de Atem, interrumpiendo el momento.
    - ¿Todo bien? – pregunto sin soltarla.
    - S...Si...Solo me asusto el relámpago. – contesto ella un tanto avergonzada. El segundo relámpago provoco el mismo efecto sin embargo.
    - Te asustan los relámpagos – observo el comprensivo. Pronto no solo fueron relámpagos; en pocos segundos la tormenta pronosticada durante todo el día se soltó sobre la ciudad acompañada con estruendosos truenos y relámpagos que se escuchan aun mas ensordecedores en la habitación vacía que era el doyo.
    - Creo que tendrán que pasar la noche aquí – decía Tamara cuando, quince minutos mas tarde, escudriñaba por la ventana empañada de la sala el sombrío paisaje de afuera – La tormenta se volvió ciclón, no es seguro que salgan ahora – señalo dirigiéndose a Angiil, Aidda y Atem. – Lo mas recomendable es que pasen la noche aquí. Hay cuartos de sobra, y Zack podría prestarle algo de ropa a Atem...
    - Perdona, ¿¡que!? – Zack ladeo su mirada incrédulo.
    - Y yo podría prestarles algo muchachas. – continuo Tamara como si no hubiese oído a su hermano. – Creo que a Aidda le quedara bien mi ropa ^^
    - De verdad que no queremos molestar Tamara...- comenzó Aidda con una ligera venita. Ciertamente prefería irse de era casa para evitar algún problema. Pero, por su puesto, no expreso la razón en voz alta.
    - No es molestia amiga. No se pueden ir en medio de este ciclón, , solo un loco saldría en estas condiciones les podría pasar algo. Y no me lo perdonaría si eso ocurriera. Vamos, les preparare sus habitaciones...Zack ayúdame.
    No hay palabras que pueda expresar la contorsión que sufrió la cara de Zack. Casi al instante giro su mirada hacia Atem, quien también encarno la suya. No estaba muy seguro del porque, pero decididamente ese era otro al que Atem le hubiera gustado agarrarse a golpes.


    Definitivamente solo un loco se atrevería a conducir estando la carretera empapada. La tremenda tormenta azotaba al pobre auto azul oscuro recién salido del taller, cosa que hacia que a Rayan le rechinaran los dientes de pura rabia. Como si no hubiera sido suficiente que Aidda arruinara su auto cuando hacia no se que, ahora lo volvía a arruinar de forma indirecta pues había sido ella la razón por la que Rayan había salido del orfanato persiguiendo aquel auto plateado. Por desgracia su recién reparado auto le dio problemas en plano viaje, de modo que tubo que dar un rodeo cuando los perdió de vista, y cuando por fin logro localizarlos, presencio algo que lo dejo intrigado, contrariado, enojado, pasmado y todo lo que pudiera terminar en “ado”...(incluyendo empapado)
    Paro su desgracia, (o fortuna) fue Sherán la que le abrió.
    - ¡Rayan! ¿De donde rayos vienes? – exclamo al ver a su amigo chorreando a mares.
    - ¿Tu de donde crees que vengo? De la calle.
    - No es momento para tus sarcasmos Rayan. –el semblante de Sherán se endureció por segundos – Entra antes de que cambie de idea y te sierre la puerta el las narices.
    Rayan paso sin hacer ningún comentario. Dejo que la chica lo condujera asta la cocina, donde le ofreció unas toallas y ropa seca.
    - ¿Y bien, encontraste lo que buscabas?
    - ¿Tu como sabes que salí a buscar algo? – inquirió Rayan intrigado. Sherán simplemente se volvió hacia el; lo miro como si todo fuera obvio.
    - ¿Por que otra razón saldrías corriendo en cuanto viste desaparecer el carro de Atem? – señalo ella - ¿pudiste seguirlos? – Rayan la miro intrigado y al mismo tiempo furioso por aver sido descubierto.
    - Muy bien, si tienes que saberlo entonces SI. ¡SI!. SI pude dar con ellos, SI pude espiarlos, y si YO fuera tu no confiaría tanto en ese desgraciado que sale con TU hermana.
    - Tengo mis motivos para confiar en ese “desgraciado” como tu lo llamas.
    - Y yo tengo mis motivos para desconfiar de el – apremio Rayan furioso – No creo que sea lo que aparenta ser. Si es que aparenta ser algo...”Y tampoco creo ya que Aidda sea lo que todos vemos. Algo a cambiado en ella...” Penso, recordando lo que había presenciado y no se podía explicar. La mirada de Aidda siempre había sido un misterio para el, para muchos. Si antes lo era, ahora lo era aun mas. Rayan siempre lo había dicho...Tras esa mirada se ocultaba algo. Y desde que estaba con Atem, ese “algo” se había intensificado mas.
    Por no mencionar que la propia Aidda también había cambiado. Esa imagen de ella cuando la vio pelar contra Atem en aquel especie de doyo, nunca se le borraría de la mente. Su forma de moverse...su forma de atacar...simple y sencillamente su forma de mirar.
    “Pareciera como si trajera fuego por dentro”
    En aquel momento Sherán estaba inclinada sobre la estufa calentando una taza de te para Rayan. El chico la contempla largo rato. No sabia si debía decírselo ahora, o esperar a saber mas. Después de todo sabia que Sherán aun debía recordar la discusión librada aquella misma mañana, y aun debía estar molesta. Probablemente si se lo decía ahora la chica solo creería que estaba buscando alguna forma de desmentir a Atem. Decidió que lo mejor seria callarlo por ahora. Aun así, no pudo evitar pensar, mientras salía de la cocina, que Aidda les estaba ocultando algo a el y a su hermana. Ella que prácticamente había hecho el papel de madre, amiga y hermana para ella.
    - “Lo siento Sherane...- penso con tristeza – ...pero creo que tu hermana ya no es lo que era...algo cambio...y temo que cambiara para mal”
    Salió de la estancia sin mas. Sherán se quedo sola en la cocina. Fue entonces cuando miro por encima de su hombro, y busco con la mirada al chico que partía hacia la recamara que le era asignada cada que se quedaba en la mansión.
    Suspiro, un destello de luz cruzo sus ojos claros.
    “Nada a cambiado Rayan. Es solo que antes no te dabas cuenta de cuan extraordinaria criatura es mi hermana”




    continuara....
     
  9.  
    Angiil

    Angiil Usuario común

    Sagitario
    Miembro desde:
    21 Octubre 2006
    Mensajes:
    493
    Pluma de
    Escritora
    Re: Aidda the magic of the love

    hola niña ya lei la conti estubo genial
    perdon por la tardansa
    pero ya kiero mas xd aunek ya lo aya leido la mayoria pero bueno
    ando bajo presion asi k solo digo k me gusto mucho tu conti estubo interesante
    me gusto el duelo de atem y aida woo kien lo diria creo que ya le estan copiando los d uelos de angiiru y yamir
    jaja bueno sigue bye adios
     
  10.  
    Anna-Chan

    Anna-Chan Guest

    Título:
    Aidda the magic of the love
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Horror
    Total de capítulos:
    91
     
    Palabras:
    69
    Re: Aidda the magic of the love

    hola hola amiren :) ya lei tu conti wiiiiiiii ;) muy buena :) waaa ese rayan oh dios menuda pelea :eek: :eek: :eek: :eek: y como dice angill la parte del dojo estuvo muy buena ;) jojo bueno siento que el post sea corto >.< me voy a mi camita a dormir :dormir2: bye bye xau besos cuidate t.k.m bye bye:besito: :rosa: :flor2:
     
  11.  
    Mai_la super

    Mai_la super Guest

    Título:
    Aidda the magic of the love
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Horror
    Total de capítulos:
    91
     
    Palabras:
    112
    Re: Aidda the magic of the love

    hermana miaa! lei tu conti ¬¬... y espero ke mi cuñado no se comporte asi de violento siempre porque sino arrancamos mal eh? jaja,, naa,, pero estuvo buenisima la conti, me encantoo.. aparte Rayan se lo merece x ser tan celoso y metiche xD..

    la batalla entre Atem y Aidda tbm me gusto mucho, estuvo buena la idea esa, para descargar tensiones xD,, lo pondre en practica xD

    bueno hermanita mia, espero ke sigas esta conti porke la dejaste super!.. cuidate y estare pendiente de lo ke sigue!
    nos vemos
    te kiero mas ke muchooo [LL


    Atte: Maii

     
  12.  
    Anneliese

    Anneliese Usuario popular

    Géminis
    Miembro desde:
    15 Octubre 2006
    Mensajes:
    970
    Pluma de
    Escritora
    Re: Aidda the magic of the love

    ¡Hola Ami!

    Ya logre leer tus dos continuaciones no lo había hecho antes porque andaba medio ocupada espero que tu también andes y te pongas al día con mi fics que lo tienes bien abandonado.

    De la primera continuación me gusto como Kaiba se escapaba de los metiches de Joey y Tristan, jajaja eso para que entiendan que no deben de andar buscando lo que no se les ha perdido. También cuando interrogaban al pobre de Atem con Aidda.

    Y la pelea de Rayan en la segunda publicación con Atem, wow estuvo asombrosa pero es que este muchacho se ha puesto pesado. ¿O.o y que paso aquí? ahora Aidda deja tocarse de Atem huy anda avanzando el muchacho.

    Nos vemos
    Te cuidas

    Tu amiga, hermanita, socia.

    Anelys.
     
  13.  
    Amirem

    Amirem Guest

    Título:
    Aidda the magic of the love
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Horror
    Total de capítulos:
    91
     
    Palabras:
    5626
    Re: Aidda the magic of the love

    hola XD aqui vengo yo a fastidiar otra vez xD
    bueno disculpen la tardanza pero ya les traigo la conti XD espero que
    sea de su agrado y que la disfruten...les debo el dibujo de esta vez xD
    pero bueno a lo que vine y sin entretenerlos en leer mis palabras locas xD
    para ustedes...la conti

    Capitulo (se me fue el numero XD)
    Noches en tormenta.

    “Big Paradisse Hotel”
    Sin duda uno de los hoteles mas lujosos de la zona turística de Domino Citie. Simplemente su Lobie era grande y tan elegante que era el lugar perfecto para ser la recepción de la reunión para todos los magnates de Tokio.
    El clima arruino parte del espectáculo que el dueño del hotel esperaba dar. Sin embargo siendo el anfitrión de dicho lugar para dicha reunión, el tipo no podía dejar que “un poco de lluvia” (por usar la expresión que uso ) arruinara la elegante y sofisticada recepción que esperaba ofrecerle a sus invitados. Poco antes de que llegaran todos lo invitados, y cuando la lluvia también confirmo con acto de presencia su asistencia no autorizara a dicha fiesta, el encargado habia estado corriendo como loco por todo el hotel, ajustando termostatos, corriendo cortinas que pudieran ofrecer una mala vista, ajustando lonas ahí donde el agua pudiera ser una interferencia, armando a sus empleados con paraguas e impermeables negros para que fueran a recibir a la gente, y por ultimo ajustando el nivel de la música de modo que esta apocara un poco el ruido del enorme aguacero que caía afuera. Y aunque muchos afirmaron que prácticamente el tipo pelaba contra la madre naturaleza, el muy endemoniado se salió con la suya.
    El resultado de tanto mover hilos aquí y allá donde hizo falta, fue que la estancia ofrecía una temperatura fresca y agradable, además de un ambiente relajado. Cualquiera que entra de la calle de verdad que podría olvidar que estaba lloviendo afuera; aun cuando segundos antes halla estado chapoteando entre los charcos.
    Los hombres, vestidos con trajes elegantes, conversaban y reían en pequeños grupos, tomaban copas y canapés servidos por los impecables camareros que se deslizaban de un lado a otro de la enorme estancia, del brazo de alguno que otro de esos grandes magnates de las empresas colgaba una joven elegantemente ataviada y enjoyada, la mayoría mucho menores que los hombres que las acompañaban.
    En algunos de los casos, la entredicha joven bien podría ser la hija del hombre que acompañaba, quien la había llevado a la fiesta deseoso de poder presumir que tan bella estaba su ya crecida hija, y como todo padre orgulloso guardaba la esperanza de poder verla comprometida con un joven bien establecido y de gran renombre, mientras que la joven probablemente solo compartía los deseos de su padre a medias y buscaba que millonario prendársele primero. Que era lo que ya habían hecho algunas, prendársele al mas rico que pudieron encontrar aun cuando este les triplicara la edad.
    Como bien estaba enterado Seto Kaiba, quien desde que llego no había dejado de ser el blanco de las miradas de muchas mujeres (jóvenes y mayores) que deseaban poder pescar a uno de los solteros mas codiciados de la ciudad. Por fortuna para el (y lamentablemente para ellas) algunas habían desistido en el intento al ver que llegaba acompañado a la fiesta. En aquel momento su mayor acosador era un tipo terriblemente irritable que no paraba de insinuarle que quería que invirtiera en su empresa. Y el muy maldito seguía insistiendo aun cuando era plenamente consiente de que Kaiba no lo escuchaba ya que ni siquiera se molestaba en disimular que estaba muy ocupado en vigilar, por el borde de su copa, al coro de curiosos que se había reunido al rededor de su acompañante.
    La chica se limitaba a sonreír y a repartir autógrafos, algunas veces contestaba las preguntas que le hacían, y digo algunas veces por que no faltaba quien le preguntara “¿Y que haces con Seto Kaiba?”
    En esos casos contestaba que lo acompañaba como amiga pero no entraba en detalles. De por si ya se sentía acosada, y no precisamente por sus admiradores, sino porque era consiente que ciertos ojos azules no habían parado de mirarla desde que bajo las escaleras de la casa para reunirse con el en la puerta.
    Nunca sabría que era con exactitud lo que Seto Kaiba esperaba ver en cuanto ella bajara arreglada al salón de la casa. Pero Kaori nunca olvidaría la mirada de aquellos ojos azules cuando la vieron bajar las escaleras de la mansión. Ella lucia un vestido de gala, color rosado, rompiendo el contraste con las demás invitadas quienes ocupaban colores vino u oscuros. Lo típico para esas cenas. Pero también el vestido era distinto, a los costados tenía dos aperturas que mostraban su piel y se sujetaban por pequeñas cadenas. En la parte delantera, aunque no tuviese escote, tenía una abertura ovalada justo en el abdomen que mostraba su ombligo. A pesar de su altura el vestido se ajustaba a la perfección con su delicada figura.
    Su cabello se encontraba recogido por completo por lo que su cuello largo y delgado se encontraba al descubierto, rodeado por otra cadena que sujetaba el vestido por la parte delantera. Como era lógico había llamado la tensión desde el primer instante en que entro a la reunión. Y por primera vez, no se debió tanto al hecho de ser quien era, sino al echo de a quien acompañaba.
    Con todo no tardo en ser abordada, pero tanto publico termino incitando a Kaiba a levantarse de donde estaba, plantarse detrás de la chica y taladrar a todo el que estuviera 4 metros a la redonda con una de sus gélidas miradas asesinas. Pronto todos las víctimas comenzaron a alejarse lentamente de ahí por miedo a que aquellos fríos ojos de hielo se volvieran pistolas y amenazaran sus vidas.
    - ¿Siempre tienes que ser tan directo? – pregunto la chica con una pequeña gota. - Además no se por que actúas así, de todas formas es una cena y es normal que quieran invitar a las chicas a bailar - Sonrío, mientras saludaba moviendo levemente su mano a unas personas que la observaban
    - Tu sabes bien que no tolero que la gente se acerque demasiado. – contesto el manteniendo su habitual tono frío e indiferente – Sobre todo que se acerquen a lo que es mío.
    Kaori parpadeo y lo observo
    - ¿Ah y que es tuyo? - Pregunto curiosa
    - Tu, por ejemplo – Contesto el en el mismo tono, pero sin mirarla.
    Ella guardo silencio, sonrojándose muy levemente, para luego empezar a tocarse la frente, los brazos y observando tras su espalda. Llamando la atención del chico
    - ¿Y ahora? - pregunto el parpadeando ligeramente - ¿Te incomodo lo que dije acaso?
    - Es que, buscaba el lugar donde pusiste tu nombre - Respondió viéndolo de reojo- Pero, no lo veo por ningún lado.
    - Debí ponerlo en algún lugar por ahí esta mañana - respondió pícaramente haciéndole recordar el "episodio"
    Ella parpadeo y se sonrojo con una pequeña vena
    - Ja-ja-jajajaja - Dijo en tono de molestia cruzándose de brazos - Pues no se ve; así que nadie sabe que soy de tu propiedad, ni siquiera yo lo sabia - Cerró los ojos "indignada"
    - Pues entonces abra que ponerlos sobre aviso - se inclino hacia ella clavando sus ojos en su mirada.
    - ¿No me digas? - Pregunto arqueando una ceja- ¿Te pararas al frente y le dirás a todos que no se me acerquen ? eso no es novedad, no te harán caso - movió la mano - mas si son admiradores, esos son los peores.
    - Y quien dice que se los diré...verbalmente?
    Ella parpadeo
    - ¿Los vas a golpear? - preguntó con una enorme gota y líneas azules
    - No - contesto el inclinándose peligrosamente hacia ella
    Kaori sintió como su corazón retumbaba con fuerza, sonrojándose por completo
    -...¿no?... - Pregunto con nerviosismo
    - No. - Demonios. esa sonrisa suya
    Ella guardo silencio y luego río levemente para luego cerrar los ojos
    - Bieeeeen...
    - Seto Kaiba. Que placer verte de nuevo. – dijo una voz a sus espaldas. Kaiba entorno la mirada y Kaori se dio la vuelta para observar al recién llegado. Seto no pudo evitar fruncir el ceño, a pesar de tener ya años sin intercambiar una conversación propiamente dicha con el hombre (o desperfecto de hombre) el recuerdo de lo ocurrido hacia un par de años, en el torneo durante la inauguración de uno de sus parques, hacían que aun le guardara un cierto rencor al individuo que se había plantado delante suyo. Alto, de facciones delicadas, y con aquel irritable color lavanda que parecía existir no solo en su largo cabello sino en todo su guardarropa y en su esencia misma, estaba:
    - Sigfried – murmuro Kaiba con cierto tono amargo en su voz - Que sorpresa encontrarte aquí.
    - No tanto como encontrarte aquí mi querido Kaiba. Yo pensaba que los ermitaños no tenían vida publica. – inquirió el otro burlonamente.
    - Y yo pensaba que las “margaritas” no sabían hablar – Sin duda un golpe bajo para el tipo vestido de lavada.
    Kaori no pudo evitar reír discretamente, cubriendo sus labios con su mano, ante el comentario tan gracioso de Kaiba.
    - Perdone - Se disculpo ella. Sigfried la miro.
    - Pues mira que los milagros existen. – respondió Sigfried con desdén – Y algunos pueden ser tan grandes que incluso logran que asta las margaritas hablen. Y otros son tan sorprendentes que logran que asta un ermitaño como tu saga de su cueva de vez en cuando...y que asta allá logrado encontrar a alguien capaz de soportarlo – insinuó mirando a Kaori – Mas sorprendente aun si ese alguien resulta ser una chica tan encantadora y dulce. ¿No me presentas a tu novia, Kaiba?
    Para Sigfried fue un verdadero deleite ver como de la nada se le subían todos los colores al rostro generalmente imperturbable de Seto Kaiba. Kaori no tardo en igualar su capacidad para que su cara asumiera todos los colores encontrados en un semáforo. Iba a protestar, pero antes de poder abrir la boca Kaiba se le adelanto.
    - Ella no es mi novia. – se apresuro a decir – ella solo...
    Pero Kaiba se libro de tener que dar alguna excusa gracias a la súbita aparición del hermano menor de Sigfried, quien para Seto llego como caído del cielo. Como era de esperarse en chico inmediatamente se maravillo con la presencia de Kaori, y no tardo en entablar conversación con ella dejando a los chicos mayores resolver sus asuntos en privado.
    Siervamente a Sigfried no se le escapo la forma en que Kaiba vio alejarse a Kaori del brazo del menor de los Sigfried, quien insistió en invitarle una bebida. Sin embargo, decididamente era mas satisfactorio humillarlo estando cerca alguien que pudiera presenciar el espectáculo. De modo que cambio de tema.
    - Y dime. ¿Que a sido de tu vida estos últimos años? ¿Un sigues metido en tu carrera como duelista? En visto que tus parques son cada vez mas populares. En verdad que con tanto trabajo ciertamente no es de extrañar que no tengas tanta vida social Kaiba; pero sigue mi consejo, sal de vez en cuando a tomar algo de aire, un poco de sol tampoco te vendría mal. Tanto encierro acabara poniéndote viejo mas pronto de lo debido, y debes admitir que siempre te as visto algo mayor para tu edad Kaiba. – Sigfrieg termino aquella frase con un poco de sorna. Nunca se debía desaprovechar la oportunidad para “bromear” un poco con el temperamento de hierro de Kaiba. Lo normal hubiera sido que Kaiba devolviera una buena ofensa a cada una de esas burlas a su persona. Pero, por segunda vez en la noche, Kaiba hacia caso omiso de su interlocutor para mirar a alguien mas entre la multitud. Desde poco antes que empezara el monologo de Sigfried ya algo había llamado su atención haciendo que desviara su mirada y su mete de ahí. Una esbelta figura ataviada de rojo que se deslazaba con paso lento y elegante entre la multitud; no había mirada que no se desviara hacia ella, y pronto también Sigfried siguió la mirada de Kaiba asta el punto que el observaba.
    Sigfrien sonrío desdeñosamente.
    - ¿Echándole el ojo a Mina, Kaiba? – pregunto burlón. - ¿Que pasara con tu otra chiquilla eh?
    - ¿Como dices que se llama? – pregunto Kaiba sin apenas inmutarse por el comentario de Sigfried y sin apartar los ojos de la joven.
    - Mina. – repitió Sigfried, mirando atentamente a Kaiba. - ¿Hermosa no crees? Es la heredera de una famosa familia de empresarios. Es muy joven, no tiene mas de 20 años, y sin embargo dirige ella sola todos los negocios de su padre desde que este falleció hace 4 años – Sigfried inclino la cabeza ligeramente – ¿Te suena a alguien? Je...Un trágico accidente ¿sabes? Su familia tenía una mansión en Hong Kong. Uvo una fuga de gas y la casa entera exploto. En esos momentos ella se encontraba estudiando en Cambridge Massachusetts. Ahí fue donde la conocí.
    - ¿La conoces? – Kaiba aun parecía estar en las nubes. Por lo que Sigfried lo miro exasperado.
    - ¿¡Que acaso no as escuchado nada de lo que te he dicho!? ¿¡O de plano estas sordo!? – Alzo la voz mas de lo que quería, por lo que varias personas volvieron su mirada hacia ellos. Sigfried carraspeo dando a entender que ahí no pasaba nada. Continuo en un tono de voz mas bajo – No te acabo de decir que la conocí mientras visitaba Massachusetts – le recalco – Asuntos de negocios. En ese entonces ella era una estudiante aun. Tuve el placer de intercambiar unas cuantas palabras con ella. Es una chica en verdad brillante. Cuando se entero de lo ocurrido con su familia regreso a Japón para ver que había pasado. Como te imaginaras, fue muy tarde. Volvio a América, se dio de baja en la escuela, y desde entonces ella se encarga del negocio de la familia. Por lo que supe después termino sus estudios y se licencio en la Todai. Supongo que la conoces, es la...
    - ...Mas prestigiosa universidad de Japón. Lo se. – corto Kaiba. Siguió estudiando un rato mas a la joven.
    - Es en verdad atractiva, ¿No crees Kaiba? Tal vez deberías conocerla...
    Kaiba no contesto. Ciertamente era una mujer atractiva. El elegante estraple color rojo, que le había llamado la tensión, debía de ser un costoso diseño exclusivo. Se movía con elegancia natural entre la gente y con una sensualidad que no pasaba desapercibida para nadie. El cabello castaño, recogido en un elegante peinado, le caía sobre los hombros suave y brillante. Al cabo de un rato ella pareció sentir la mirada de Kaiba, porque se volvió hacia ellos, y en medio de un salón abarrotado de gente, encontrandose de orilla a orilla, lo miro.
    Algo en ella lo turbo y lo fascino al mismo tiempo.
    Antes de poder reaccionar otra vez, ella ya se había puesto en movimiento. Cruzaba la sala, en un paso lento, pero decidido...hacia ellos.
    - Creo que es tu día de suerte Kaiba – murmuro Sigfried a su oído. – Después de estarla mirando como un idiota durante media hora, viene hacia ti.
    - No quiero nada con ella...”Es solo que algo en su cara me resulta familiar”...
    La joven finalmente cruzo la sala asta donde estaban ellos. Le dirigió una breve mirada de sus ojos ámbar a Kaiba, antes de volverse hacia Sigfried, sonriendo encantadoramente.
    - Sigfried – saludo sonriendo.
    - Mi querida Mina – sonrío inclinándose para rozar su mano con sus labios – Que placer verte de nuevo querida. ¡Y que sorpresa encontrarte aquí! Creí que estarías en Hong Kong.
    - Pues ya vez que no es así. – contesto ella con una dulce sonrisa que hizo que asta Sigfried se estremeciera ligeramente – A decir verdad estoy en la ciudad atendiendo algunos asuntos.
    - ¿Asuntos de negocios?
    - Mmm...Podría decirse que si – contesto ella encogiéndose de hombros – Estoy trabajando si a eso te refieres. Aunque, a decir verdad tenia planeado no venir...Asta que supe que estarían aquí personas importantes. Muy...importantes.
    Su mirada ahora estaba clavada en Kaiba. Sin saber muy bien porque, la sola visión de esos ojos ámbar le produjo un escalofrío que no tenia nada que ver con la temperatura del lugar. Pero tal vez si con el hecho de que ella lo estaba mirando...
    - ¿No me presentaras a tu amigo Sigfried?
    - Oh vamos Mina. No engañas a nadie. Dudo mucho que alguien no aya oído hablar tan de menos una vez del gran Seto Kaiba – Contesto Sigfried con un tono algo exagerado.
    - Tal vez.- Contesto ella sonriendo – Pero una presentación es mucho mas elegante cuando se hace en forma. La hace mas...especial.
    Kaiba se estremeció ligeramente.
    - De acuerdo. – convino Sigfried resignado – Mina, te presento a Seto Kaiba...Kaiba, te presento a la señorita Mina...
    - Alto, alto Sigried. – lo interrumpió ella – Aun no le digas mi apellido. Me da la impresión de que, en cuanto lo sepa, empezara a dirigirse a mi atraves de el. Y no me gustaría que eso sucediera. Un placer, Seto Kaiba.
    Le tendió una mano que, tras un instante de vacilación, el tomo y rozo con la punta de sus labios.
    - Igualmente señorita...
    - ¿Si?
    - Es solo que aun no se cual es su apellido – Contesto Kaiba haciendo, nuevamente, gala de su fría indiferencia – Y no acostumbro ser tan familiar con la gente que apenas conozco.
    - Precisamente por eso no le e dicho mi nombre completo. – contesto ella riendo con picardía – De modo que, por ahora, no tendrá mas remedio que llamarme por mi nombre.
    Kaiba la miro impasible unos instantes.
    Aun sujetaba la mano de Mina. Esta le mostró una sonrisa picara, pero al instante esa sonrisa se borro de sus labios al sentir como su mano era alejada de la de Kaiba. Kaori se había acercado, alejando la mano del joven, quedando en medio de ambos, viendo atentamente a Mina
    - Buenas noches - Saludo ella
    - Buenas...noches - contesto Mina mirando, entre extrañada y amargada, a la chica pequeña que se había colgado del brazo de Kaiba - Creo que no nos han presentado.
    - Puede llamarme Akihisa. - Respondió ella- Y tampoco le diré mi apellido, porque veo que no es necesario para usted
    Mina miro a Kaori de una forma particularmente desagradable. No solo por que la chiquilla cometió la osadía de interrumpir una posible conquista; sino porque en encima la antedicha chiquilla (que apenas si le llegaba mas arriba de la cintura) le estaba regresando su treta en la cara...Y con creces.
    Kaiba miro primero a una y luego a la otra, sin estar muy seguro de que decir. Aquello parecía averse convertido en algo as que una simple presentación.
    Kaori observo a Mina, ladeando levemente la cabeza. Kaiba observo como la mirada particularmente tierna que siempre le mostraba a él, había cambiado a una simuladamente frívola, una que él usaba cuando mostraba superioridad a los demás.
    - Veo que ya tuvo la fortuna de poder tomar una de las manos de Seto.
    - No solo eso querida. - contesto Mina arrogante - estaba conversando muy a gusto con el asta que "alguien" llego a entrometerse. ¿Acaso no sabes que las niñas pequeñas no deben meterse en las discusiones de los adultos?
    Kaori guardo silencio parpadeando, para luego reír con suavidad y cortesía
    - Eso querida, es precisamente lo que muchas chicas de tu edad envidian de mi. Me veo muy joven, pero en realidad tengo 19 años - Sonrió divertida viéndola - Pero es un halago que me consideres mas joven que tú.
    Una vena se broto de la frente de Mina. Entre serró sus ojos, que brillaron de rabia, y sus manos se contrajeron como si quisiera cerrarlas a rededor del delgado cuello de Kaori.
    - ¿Que es exactamente lo que me quisiste insinuar con eso? - dijo con furia contenida.
    kaori sonrío.
    - Lamento si llegue a ofenderla
    - Ehh...este...bueno. ¿Que les parece si cenamos? – Intervino Sigfried apaciguador; o por lo menos tratando de poner tregua a la batalla campal que se desarrollaba delante de sus ojos.
    - NO, no quisiéramos interrumpirlos - Dijo Kaori viendo a Siegfried - Mejor vayan a cenar, hacen bonita pareja – Sonrío. Mina hubiera querido ahorcarla.
    - Pues permítame devolverle el cumplido señorita - contesto Sigfried mirando con picardía a Kaori y a Seto
    Kaori sonrió mientras abrazaba a Kaiba, vio de reojo a Mina, quien la veía casi con fuego en sus ojos. Observando una sonrisa maliciosa por parte de la pequeña, quien se apego a Kaiba para luego ver a Sigfried.
    - Gracias, vine a presumirlo - Sonrió Kaori cerrando los ojos
    "¿Perdón?..."Penso Kaiba para sus adentros.
    - Perdóname que te contradiga. Pero no veo tu nombre escrito en el. Así que, supongo que puedo invitarle algo si quiero.
    Kaori cerro los ojos levantando el rostro con cierto orgullo
    - El lugar donde tengo el nombre escrito, es un lugar que tus ojos jamás verán. - La vio de reojo. Cambiando la mirada a una mas fría - Así que te agradecería que mantengas tu distancia, Mina.
    Mina y Sigfried se pusieron tan rojos como si acabaran de quemarse la piel al sol. Mina fulmino a Kaori con la mirada y Sigfried paso la suya de Kaiba a Kaori y nuevamente a Kaiba (sabrá Dios lo que abra cruzado por su mente en ese instante)
    Kaiba ciertamente no se quedaba atrás. Carraspeo para hacerse notar.
    - Me parece que ya debemos irnos. - dijo solamente.
    - Si, ya estoy cansada - Dijo ella cerrando los ojos con seriedad - Quiero dormir
    Pero antes de que pudieran dar un paso mas escucharon una voz amplificada por medio de altavoces. Todos los invitados que aun quedaban se volvieron para prestar atencion.
    - "A todos nuestros invitados de esta noche...Se nos a informado que la tormenta a pasado a ciclón en las ultimas horas...Los medios indican el riesgo que es salir a carretera en estas circunstancias y recomiendan quedarse en casa y a cubierto...Lamentamos mucho los inconvenientes que esto pueda causar pero las carreteras han sido cerradas por motivos de seguridad..."
    Se escucharon murmullos entre los invitados. El encargado prosiguió.
    - "El hotel pone sus habitaciones a su disposición...es totalmente gratuito y les proporcionaremos todo lo que necesiten. Que sigan teniendo una grata velada...”
    Kaori se sobresalto levemente. Apretando levemente la playera de Kaiba, a quien aún abrazaba por abajo de su gabardina.
    - No puede esta lloviendo tan fuerte, ¿O si?
    En respuesta a eso un relámpago colosal atravesó el cielo retumbando en la estancia. Kaori apretó levemente los ojos aferrándose a Kaiba, mientras ocultaba su rostro
    No tendrían as remedio que quedarse ahí esa noche.



    Aidda se dio la vuelta en la cama tratando de dormirse. Eran mas de media noche, todos en la casa estaban dormidos, pero ella aun no podía pegar ojo. Se mantenía despierta escuchando azotar del viento y el retumbar los truenos; que eran de hecho los responsables de que no pudiera dormir.
    Siempre había sido así. No le importaba tanto cuando solo era lluvia, pero escuchar los truenos la ponía nerviosa.
    Se removió un poco mas. Tratando de acomodarse. Ciertamente la camiseta que le había prestado Tamara era caliente y cómoda, sin mencionar que le quedaba bien.
    Había sido una sorpresa descubrir que Tamara era una talla mayor que ella, y teniendo en cuenta que Tamara solo tenia 17 años (por muy buen físico que tuviera) también fue un tanto bochornoso ver que su ropa le quedaba grande a Aidda.
    Aidda rió para sus adentros. A pesar de todo era un recuerdo divertido el ver a Tamara sacando prenda tras prenda de sus cajones, buscando algo que pudiera quedarle. Al final, habían terminado escogiendo una camiseta azul oscuro de manga larga que le llegaba a Aidda a media pantorrilla.
    Un relámpago cruzo el aire, asustándola y sacándola de sus pensamientos. Se estremeció ligeramente. Así era siempre, los relámpagos la asustaban desde que tenia memoria.
    - ¿Tienes miedo princesita? Descuida, y estoy aquí.
    Aidda dio un brinco sobresaltada. Solo conocía a una persona que la llamaba así. Se dio la vuelta, y casi choco con la cara de Zack, suspendida a pocos centímetros de la suya.
    - ¿Que haces aquí? – dijo Aidda sobresaltada. Instintivamente tiro de la sabana para cubrirse – Si no te escuche entrar...
    Zack rió divertido.
    - Así como tu tienes la habilidad de encender un cerillo con solo tocarlo; yo tengo la habilidad de moverme sin que me noten, puedo entrar en donde quiera sin ser visto.
    - Eso no te da derecho a entrar aquí – replico ella furiosa. Zack se le acercaba peligrosamente – Te agradecería mucho si te fueras.
    - Solo entre a ver si necesitabas algo...
    - Pues no necesito nada gracias – replico ella fríamente. El se seguía acercando – Mas te vale guardar tus distancias conmigo...Ahora sal de aquí o juro que te...
    No pudo completar la frase. Zack había tomado sus muñecas acorralándola contra la cabecera. La miro atentamente. Aidda desvío la mirada incómodamente furiosa. El se esforzaba en hacerla levantar la barbilla, pero no podía.
    - No quiero hacerte daño...Tranquilízate...
    Al fin logro que ella lo mirara a los ojos. Hundiendo el los suyos en aquellos profundos ojos traslúcidos, pregnados de furia y miedo en aquel momento. Aidda percibía una mirada indescifrable e incomoda.
    Zack la miraba atentamente, como si fuera capaz de desnudar su alma de aquella forma. ¿Era idea de ella o, Zack la miraba, con curiosidad?
    - No tengas miedo
    Aidda reacciono de golpe. Zack se le acercaba con intenciones de besarla.
    No pudo lograrlo. Algo lo hizo soltar a la chica con un ligero alarido de dolor. Temblando levemente se miro las manos; estaban enrojecidas, las quemaduras no eran de gravedad, pero dolian.
    Alzo la cabeza, y se encontro con los ojos de Aidda que relucían de ira. De su cuerpo saltaban pequeñas chispas de fuego, las mismas que parecían averle quemado las manos a Zack, aunque ella parecía no sentirlas...Verla e ese estado, no recordaba a la pequeña a le que el estaba acostumbrado. Incluso intimidaba, asta cierto punto.
    La temperatura de la habitación subía ligeramente, mientras Aidda seguía mirando fríamente a Zack. Algo en su mirada de fuego lo intimido, y algo en el calor del ambiente lo sobresalto. Le dirigió una breve mirada, antes de desvanecerse en el aire. Aidda se relajo. Al hacerlo la temperatura regreso a la normalidad, y las chispas se extinguieron. Se llevo las manos a la cara, inquieta. Aun sin entender muy bien lo que había echo. Se examino detenidamente...Su piel estaba intacta, y sin embargo las sabanas estaban ligeramente ennegrecidas ahí donde ella estaba. Un nuevo relámpago cruzo la noche sacándola de golpe de sus pensamientos. Si antes no estaba tranquila ahora con lo que había pasado mucho menos.
    Se levanto de la cama.


    Zack lanzo un pequeño quejido al examinar sus enrojecidas y ampolladas manos.
    Se encontraba en su cuarto, la pequeña lamparilla de noche estaba encendida, iluminando nítidamente la habitación.
    El chico lanzo un resoplido mientras se aplicaba un paño húmedo en sus manos, no estaban especialmente quemadas pero le ardían levemente.
    No cabia duda, esa Aidda era un caso especial. Y cuanto mas lo rechazara, mas se empeñaría en conquistar a la chica.
    Había algo en ella...Algo que lo inquietaba y lo fascinaba profundamente...
    Pero...¿Por que?
    ¿Por que estaba tan interesado en esa niña, que ra lo que lo empujaba a hacer lo que hacia? No sabia si la queria...o la deseaba...
    ¿De que forma la buscaba? Mejor dicho, ¿por que la buscaba? ¿Que era lo que la atraia de ella?.
    Porque...el, no estaba convencido de...Habia...alguien mas...
    Pero...¿por que...por que sentía que el cuarto estaba mas iluminado de lo que debería?
    Miro hacia abajo, entre sus pies. Debajo de la cama sobresalía una nítida luz que le daba mas vida a la estancia.
    Se paro de un salto, se arrodillo, y extrajo de ahí una pequeña caja de madera. La contemplo pensativo unos instantes; la caja estaba un poco empolvada, señal de que pasaba mucho tiempo bajo la cama de Zack.
    Lo cierto era que Zack tenia sus buenos motivos para mantenerla ahí; entre ellos el hecho de que no quería que su hermana la encontrara. Pero en sí la caja estaba en buenas condiciones, para permanecer tanto tiempo oculta.
    Los seguros metálicos estaban bien asegurados, sin embargo de la pequeña ranura que separaba la tapa del resto de la caja, era de donde venia la luz.
    Suave, parpadeante y nítida...Pero luz al fin y al cabo.
    Tan resignado como contrariado, Zack soltó un largo y profundo suspiro; dejo la caja en el suelo frente a el. Y, como si aquello le costara todo el acopio de sus fuerzas, apoyo las manos en la tapa, soltó las bisagras...y la abrió.
    La luz se intensifico una vez que la caja quedo abierta. Y Zack contemplo impasible su contenido. La ligera luz dorado blanquecina que provenía del interior de la caja era provocada por una única y delicada pluma, color ocre rojizo, que posaba sobre el pequeño almohadillado tinto.
    Alargo una mano, la tomo entre sus dedos y la levanto para examinarla. Era pequeña, ligera y delicada. Pero igual, tenia una belleza delicada que la hacia cutivadora. Parecia como si cada pequeño detalle ubiera sido esculpido por un artista de gusto exquisito. Imaginarse al ave al cual pertenecia, seguramente era aun mas extraordinario aun.
    Hacia tiempo que no la veía de esa forma, brillando, y eso que la tenia desde los cinco años.
    En todo ese tiempo solo la había visto brillar dos veces. La primera cuando la recibió; y la segunda unos meses atrás, cuando venían de camino a la ciudad.
    Y ahora brillaba de nuevo, sin estar muy seguro del por que.
    La calidez de la pluma le hizo bien a su lastimada mano, pero la incertidumbre no se iba.
    Aquella pluma represento el inicio de todos sus problemas...”Y para variar sigo sin tener noticias de ella...”. Penso Zack con amargura. “No e vuelto a verla desde ese día...”.
    Desde ese día...
    Infinidad de recuerdos confusos.
    La imagen borrosa de aquella dama, una imagen que nunca se iba de su mente...su cabello dorado...sus ojos suplicantes...y su voz profunda, cargada de tristeza...
    “Recuerda...Encuéntranos...Debes recordar...”
    ¿Pero que debía recordar....que debía encontrar?
    Un relámpago cruzo el cielo, encandilándolo por breve.
    “Tu la deseas...no la dejes ir...”
    Esa voz de nuevo. Se llevo una mano a la cabeza soltando un quejido. ¡Que demonios significaba todo aquello!
    “Tu la deseas...traemela...”
    “¡No la escuches...no agas caso...!
    Otra voz. De nuevo ambas voces, sonando en su cabeza, luchando por el control de la conciencia del joven. Una pelea que no era la primera vez que la experimentaba. Pero...escucharlas, nunca era buenas noticias. Pero era voces tan atronadoras que siempre le provocaban una jaqueca terrible, asta el punto de hacerlo enloquecer. Grito desesperado se echo de lado y se hizo un ovillo en el suelo. Estuvo escuchandolas por un buen rato, y rogando en silencio que se callasen ya.
    “...lo escuches...no agas caso de lo que diga...”
    “...tu la deseas...es tuya...¡ve por ella!
    “...recuerda...recuerdanos...te lo pido...no la escuches...te lo pido...TE LO PIDO...
    Fue un grito atronador.
    Despues, todo quedo en silencio.
    Se levanto, sintiendose debil y tembloroso. Aquellas malditas voces, nunca eran buenas noticias; y solo sabian confundirlo mas. Cuando pudo enfocar la vista nuevamente, comprobo que la luz de la pluma se había vuelto a extinguir. Quien sabe por cuanto tiempo ahora.
    De nuevo lo dejaba a oscuras. Nuevamente, lo dejaba solo, con sus dudas...



    continuara....
     
  14.  
    Amirem

    Amirem Guest

    Título:
    Aidda the magic of the love
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Horror
    Total de capítulos:
    91
     
    Palabras:
    5626
    Re: Aidda the magic of the love

    hola XD aqui vengo yo a fastidiar otra vez xD
    bueno disculpen la tardanza pero ya les traigo la conti XD espero que
    sea de su agrado y que la disfruten...les debo el dibujo de esta vez xD
    pero bueno a lo que vine y sin entretenerlos en leer mis palabras locas xD
    para ustedes...la conti

    Capitulo (se me fue el numero XD)
    Noches en tormenta.

    “Big Paradisse Hotel”
    Sin duda uno de los hoteles mas lujosos de la zona turística de Domino Citie. Simplemente su Lobie era grande y tan elegante que era el lugar perfecto para ser la recepción de la reunión para todos los magnates de Tokio.
    El clima arruino parte del espectáculo que el dueño del hotel esperaba dar. Sin embargo siendo el anfitrión de dicho lugar para dicha reunión, el tipo no podía dejar que “un poco de lluvia” (por usar la expresión que uso ) arruinara la elegante y sofisticada recepción que esperaba ofrecerle a sus invitados. Poco antes de que llegaran todos lo invitados, y cuando la lluvia también confirmo con acto de presencia su asistencia no autorizara a dicha fiesta, el encargado habia estado corriendo como loco por todo el hotel, ajustando termostatos, corriendo cortinas que pudieran ofrecer una mala vista, ajustando lonas ahí donde el agua pudiera ser una interferencia, armando a sus empleados con paraguas e impermeables negros para que fueran a recibir a la gente, y por ultimo ajustando el nivel de la música de modo que esta apocara un poco el ruido del enorme aguacero que caía afuera. Y aunque muchos afirmaron que prácticamente el tipo pelaba contra la madre naturaleza, el muy endemoniado se salió con la suya.
    El resultado de tanto mover hilos aquí y allá donde hizo falta, fue que la estancia ofrecía una temperatura fresca y agradable, además de un ambiente relajado. Cualquiera que entra de la calle de verdad que podría olvidar que estaba lloviendo afuera; aun cuando segundos antes halla estado chapoteando entre los charcos.
    Los hombres, vestidos con trajes elegantes, conversaban y reían en pequeños grupos, tomaban copas y canapés servidos por los impecables camareros que se deslizaban de un lado a otro de la enorme estancia, del brazo de alguno que otro de esos grandes magnates de las empresas colgaba una joven elegantemente ataviada y enjoyada, la mayoría mucho menores que los hombres que las acompañaban.
    En algunos de los casos, la entredicha joven bien podría ser la hija del hombre que acompañaba, quien la había llevado a la fiesta deseoso de poder presumir que tan bella estaba su ya crecida hija, y como todo padre orgulloso guardaba la esperanza de poder verla comprometida con un joven bien establecido y de gran renombre, mientras que la joven probablemente solo compartía los deseos de su padre a medias y buscaba que millonario prendársele primero. Que era lo que ya habían hecho algunas, prendársele al mas rico que pudieron encontrar aun cuando este les triplicara la edad.
    Como bien estaba enterado Seto Kaiba, quien desde que llego no había dejado de ser el blanco de las miradas de muchas mujeres (jóvenes y mayores) que deseaban poder pescar a uno de los solteros mas codiciados de la ciudad. Por fortuna para el (y lamentablemente para ellas) algunas habían desistido en el intento al ver que llegaba acompañado a la fiesta. En aquel momento su mayor acosador era un tipo terriblemente irritable que no paraba de insinuarle que quería que invirtiera en su empresa. Y el muy maldito seguía insistiendo aun cuando era plenamente consiente de que Kaiba no lo escuchaba ya que ni siquiera se molestaba en disimular que estaba muy ocupado en vigilar, por el borde de su copa, al coro de curiosos que se había reunido al rededor de su acompañante.
    La chica se limitaba a sonreír y a repartir autógrafos, algunas veces contestaba las preguntas que le hacían, y digo algunas veces por que no faltaba quien le preguntara “¿Y que haces con Seto Kaiba?”
    En esos casos contestaba que lo acompañaba como amiga pero no entraba en detalles. De por si ya se sentía acosada, y no precisamente por sus admiradores, sino porque era consiente que ciertos ojos azules no habían parado de mirarla desde que bajo las escaleras de la casa para reunirse con el en la puerta.
    Nunca sabría que era con exactitud lo que Seto Kaiba esperaba ver en cuanto ella bajara arreglada al salón de la casa. Pero Kaori nunca olvidaría la mirada de aquellos ojos azules cuando la vieron bajar las escaleras de la mansión. Ella lucia un vestido de gala, color rosado, rompiendo el contraste con las demás invitadas quienes ocupaban colores vino u oscuros. Lo típico para esas cenas. Pero también el vestido era distinto, a los costados tenía dos aperturas que mostraban su piel y se sujetaban por pequeñas cadenas. En la parte delantera, aunque no tuviese escote, tenía una abertura ovalada justo en el abdomen que mostraba su ombligo. A pesar de su altura el vestido se ajustaba a la perfección con su delicada figura.
    Su cabello se encontraba recogido por completo por lo que su cuello largo y delgado se encontraba al descubierto, rodeado por otra cadena que sujetaba el vestido por la parte delantera. Como era lógico había llamado la tensión desde el primer instante en que entro a la reunión. Y por primera vez, no se debió tanto al hecho de ser quien era, sino al echo de a quien acompañaba.
    Con todo no tardo en ser abordada, pero tanto publico termino incitando a Kaiba a levantarse de donde estaba, plantarse detrás de la chica y taladrar a todo el que estuviera 4 metros a la redonda con una de sus gélidas miradas asesinas. Pronto todos las víctimas comenzaron a alejarse lentamente de ahí por miedo a que aquellos fríos ojos de hielo se volvieran pistolas y amenazaran sus vidas.
    - ¿Siempre tienes que ser tan directo? – pregunto la chica con una pequeña gota. - Además no se por que actúas así, de todas formas es una cena y es normal que quieran invitar a las chicas a bailar - Sonrío, mientras saludaba moviendo levemente su mano a unas personas que la observaban
    - Tu sabes bien que no tolero que la gente se acerque demasiado. – contesto el manteniendo su habitual tono frío e indiferente – Sobre todo que se acerquen a lo que es mío.
    Kaori parpadeo y lo observo
    - ¿Ah y que es tuyo? - Pregunto curiosa
    - Tu, por ejemplo – Contesto el en el mismo tono, pero sin mirarla.
    Ella guardo silencio, sonrojándose muy levemente, para luego empezar a tocarse la frente, los brazos y observando tras su espalda. Llamando la atención del chico
    - ¿Y ahora? - pregunto el parpadeando ligeramente - ¿Te incomodo lo que dije acaso?
    - Es que, buscaba el lugar donde pusiste tu nombre - Respondió viéndolo de reojo- Pero, no lo veo por ningún lado.
    - Debí ponerlo en algún lugar por ahí esta mañana - respondió pícaramente haciéndole recordar el "episodio"
    Ella parpadeo y se sonrojo con una pequeña vena
    - Ja-ja-jajajaja - Dijo en tono de molestia cruzándose de brazos - Pues no se ve; así que nadie sabe que soy de tu propiedad, ni siquiera yo lo sabia - Cerró los ojos "indignada"
    - Pues entonces abra que ponerlos sobre aviso - se inclino hacia ella clavando sus ojos en su mirada.
    - ¿No me digas? - Pregunto arqueando una ceja- ¿Te pararas al frente y le dirás a todos que no se me acerquen ? eso no es novedad, no te harán caso - movió la mano - mas si son admiradores, esos son los peores.
    - Y quien dice que se los diré...verbalmente?
    Ella parpadeo
    - ¿Los vas a golpear? - preguntó con una enorme gota y líneas azules
    - No - contesto el inclinándose peligrosamente hacia ella
    Kaori sintió como su corazón retumbaba con fuerza, sonrojándose por completo
    -...¿no?... - Pregunto con nerviosismo
    - No. - Demonios. esa sonrisa suya
    Ella guardo silencio y luego río levemente para luego cerrar los ojos
    - Bieeeeen...
    - Seto Kaiba. Que placer verte de nuevo. – dijo una voz a sus espaldas. Kaiba entorno la mirada y Kaori se dio la vuelta para observar al recién llegado. Seto no pudo evitar fruncir el ceño, a pesar de tener ya años sin intercambiar una conversación propiamente dicha con el hombre (o desperfecto de hombre) el recuerdo de lo ocurrido hacia un par de años, en el torneo durante la inauguración de uno de sus parques, hacían que aun le guardara un cierto rencor al individuo que se había plantado delante suyo. Alto, de facciones delicadas, y con aquel irritable color lavanda que parecía existir no solo en su largo cabello sino en todo su guardarropa y en su esencia misma, estaba:
    - Sigfried – murmuro Kaiba con cierto tono amargo en su voz - Que sorpresa encontrarte aquí.
    - No tanto como encontrarte aquí mi querido Kaiba. Yo pensaba que los ermitaños no tenían vida publica. – inquirió el otro burlonamente.
    - Y yo pensaba que las “margaritas” no sabían hablar – Sin duda un golpe bajo para el tipo vestido de lavada.
    Kaori no pudo evitar reír discretamente, cubriendo sus labios con su mano, ante el comentario tan gracioso de Kaiba.
    - Perdone - Se disculpo ella. Sigfried la miro.
    - Pues mira que los milagros existen. – respondió Sigfried con desdén – Y algunos pueden ser tan grandes que incluso logran que asta las margaritas hablen. Y otros son tan sorprendentes que logran que asta un ermitaño como tu saga de su cueva de vez en cuando...y que asta allá logrado encontrar a alguien capaz de soportarlo – insinuó mirando a Kaori – Mas sorprendente aun si ese alguien resulta ser una chica tan encantadora y dulce. ¿No me presentas a tu novia, Kaiba?
    Para Sigfried fue un verdadero deleite ver como de la nada se le subían todos los colores al rostro generalmente imperturbable de Seto Kaiba. Kaori no tardo en igualar su capacidad para que su cara asumiera todos los colores encontrados en un semáforo. Iba a protestar, pero antes de poder abrir la boca Kaiba se le adelanto.
    - Ella no es mi novia. – se apresuro a decir – ella solo...
    Pero Kaiba se libro de tener que dar alguna excusa gracias a la súbita aparición del hermano menor de Sigfried, quien para Seto llego como caído del cielo. Como era de esperarse en chico inmediatamente se maravillo con la presencia de Kaori, y no tardo en entablar conversación con ella dejando a los chicos mayores resolver sus asuntos en privado.
    Siervamente a Sigfried no se le escapo la forma en que Kaiba vio alejarse a Kaori del brazo del menor de los Sigfried, quien insistió en invitarle una bebida. Sin embargo, decididamente era mas satisfactorio humillarlo estando cerca alguien que pudiera presenciar el espectáculo. De modo que cambio de tema.
    - Y dime. ¿Que a sido de tu vida estos últimos años? ¿Un sigues metido en tu carrera como duelista? En visto que tus parques son cada vez mas populares. En verdad que con tanto trabajo ciertamente no es de extrañar que no tengas tanta vida social Kaiba; pero sigue mi consejo, sal de vez en cuando a tomar algo de aire, un poco de sol tampoco te vendría mal. Tanto encierro acabara poniéndote viejo mas pronto de lo debido, y debes admitir que siempre te as visto algo mayor para tu edad Kaiba. – Sigfrieg termino aquella frase con un poco de sorna. Nunca se debía desaprovechar la oportunidad para “bromear” un poco con el temperamento de hierro de Kaiba. Lo normal hubiera sido que Kaiba devolviera una buena ofensa a cada una de esas burlas a su persona. Pero, por segunda vez en la noche, Kaiba hacia caso omiso de su interlocutor para mirar a alguien mas entre la multitud. Desde poco antes que empezara el monologo de Sigfried ya algo había llamado su atención haciendo que desviara su mirada y su mete de ahí. Una esbelta figura ataviada de rojo que se deslazaba con paso lento y elegante entre la multitud; no había mirada que no se desviara hacia ella, y pronto también Sigfried siguió la mirada de Kaiba asta el punto que el observaba.
    Sigfrien sonrío desdeñosamente.
    - ¿Echándole el ojo a Mina, Kaiba? – pregunto burlón. - ¿Que pasara con tu otra chiquilla eh?
    - ¿Como dices que se llama? – pregunto Kaiba sin apenas inmutarse por el comentario de Sigfried y sin apartar los ojos de la joven.
    - Mina. – repitió Sigfried, mirando atentamente a Kaiba. - ¿Hermosa no crees? Es la heredera de una famosa familia de empresarios. Es muy joven, no tiene mas de 20 años, y sin embargo dirige ella sola todos los negocios de su padre desde que este falleció hace 4 años – Sigfried inclino la cabeza ligeramente – ¿Te suena a alguien? Je...Un trágico accidente ¿sabes? Su familia tenía una mansión en Hong Kong. Uvo una fuga de gas y la casa entera exploto. En esos momentos ella se encontraba estudiando en Cambridge Massachusetts. Ahí fue donde la conocí.
    - ¿La conoces? – Kaiba aun parecía estar en las nubes. Por lo que Sigfried lo miro exasperado.
    - ¿¡Que acaso no as escuchado nada de lo que te he dicho!? ¿¡O de plano estas sordo!? – Alzo la voz mas de lo que quería, por lo que varias personas volvieron su mirada hacia ellos. Sigfried carraspeo dando a entender que ahí no pasaba nada. Continuo en un tono de voz mas bajo – No te acabo de decir que la conocí mientras visitaba Massachusetts – le recalco – Asuntos de negocios. En ese entonces ella era una estudiante aun. Tuve el placer de intercambiar unas cuantas palabras con ella. Es una chica en verdad brillante. Cuando se entero de lo ocurrido con su familia regreso a Japón para ver que había pasado. Como te imaginaras, fue muy tarde. Volvio a América, se dio de baja en la escuela, y desde entonces ella se encarga del negocio de la familia. Por lo que supe después termino sus estudios y se licencio en la Todai. Supongo que la conoces, es la...
    - ...Mas prestigiosa universidad de Japón. Lo se. – corto Kaiba. Siguió estudiando un rato mas a la joven.
    - Es en verdad atractiva, ¿No crees Kaiba? Tal vez deberías conocerla...
    Kaiba no contesto. Ciertamente era una mujer atractiva. El elegante estraple color rojo, que le había llamado la tensión, debía de ser un costoso diseño exclusivo. Se movía con elegancia natural entre la gente y con una sensualidad que no pasaba desapercibida para nadie. El cabello castaño, recogido en un elegante peinado, le caía sobre los hombros suave y brillante. Al cabo de un rato ella pareció sentir la mirada de Kaiba, porque se volvió hacia ellos, y en medio de un salón abarrotado de gente, encontrandose de orilla a orilla, lo miro.
    Algo en ella lo turbo y lo fascino al mismo tiempo.
    Antes de poder reaccionar otra vez, ella ya se había puesto en movimiento. Cruzaba la sala, en un paso lento, pero decidido...hacia ellos.
    - Creo que es tu día de suerte Kaiba – murmuro Sigfried a su oído. – Después de estarla mirando como un idiota durante media hora, viene hacia ti.
    - No quiero nada con ella...”Es solo que algo en su cara me resulta familiar”...
    La joven finalmente cruzo la sala asta donde estaban ellos. Le dirigió una breve mirada de sus ojos ámbar a Kaiba, antes de volverse hacia Sigfried, sonriendo encantadoramente.
    - Sigfried – saludo sonriendo.
    - Mi querida Mina – sonrío inclinándose para rozar su mano con sus labios – Que placer verte de nuevo querida. ¡Y que sorpresa encontrarte aquí! Creí que estarías en Hong Kong.
    - Pues ya vez que no es así. – contesto ella con una dulce sonrisa que hizo que asta Sigfried se estremeciera ligeramente – A decir verdad estoy en la ciudad atendiendo algunos asuntos.
    - ¿Asuntos de negocios?
    - Mmm...Podría decirse que si – contesto ella encogiéndose de hombros – Estoy trabajando si a eso te refieres. Aunque, a decir verdad tenia planeado no venir...Asta que supe que estarían aquí personas importantes. Muy...importantes.
    Su mirada ahora estaba clavada en Kaiba. Sin saber muy bien porque, la sola visión de esos ojos ámbar le produjo un escalofrío que no tenia nada que ver con la temperatura del lugar. Pero tal vez si con el hecho de que ella lo estaba mirando...
    - ¿No me presentaras a tu amigo Sigfried?
    - Oh vamos Mina. No engañas a nadie. Dudo mucho que alguien no aya oído hablar tan de menos una vez del gran Seto Kaiba – Contesto Sigfried con un tono algo exagerado.
    - Tal vez.- Contesto ella sonriendo – Pero una presentación es mucho mas elegante cuando se hace en forma. La hace mas...especial.
    Kaiba se estremeció ligeramente.
    - De acuerdo. – convino Sigfried resignado – Mina, te presento a Seto Kaiba...Kaiba, te presento a la señorita Mina...
    - Alto, alto Sigried. – lo interrumpió ella – Aun no le digas mi apellido. Me da la impresión de que, en cuanto lo sepa, empezara a dirigirse a mi atraves de el. Y no me gustaría que eso sucediera. Un placer, Seto Kaiba.
    Le tendió una mano que, tras un instante de vacilación, el tomo y rozo con la punta de sus labios.
    - Igualmente señorita...
    - ¿Si?
    - Es solo que aun no se cual es su apellido – Contesto Kaiba haciendo, nuevamente, gala de su fría indiferencia – Y no acostumbro ser tan familiar con la gente que apenas conozco.
    - Precisamente por eso no le e dicho mi nombre completo. – contesto ella riendo con picardía – De modo que, por ahora, no tendrá mas remedio que llamarme por mi nombre.
    Kaiba la miro impasible unos instantes.
    Aun sujetaba la mano de Mina. Esta le mostró una sonrisa picara, pero al instante esa sonrisa se borro de sus labios al sentir como su mano era alejada de la de Kaiba. Kaori se había acercado, alejando la mano del joven, quedando en medio de ambos, viendo atentamente a Mina
    - Buenas noches - Saludo ella
    - Buenas...noches - contesto Mina mirando, entre extrañada y amargada, a la chica pequeña que se había colgado del brazo de Kaiba - Creo que no nos han presentado.
    - Puede llamarme Akihisa. - Respondió ella- Y tampoco le diré mi apellido, porque veo que no es necesario para usted
    Mina miro a Kaori de una forma particularmente desagradable. No solo por que la chiquilla cometió la osadía de interrumpir una posible conquista; sino porque en encima la antedicha chiquilla (que apenas si le llegaba mas arriba de la cintura) le estaba regresando su treta en la cara...Y con creces.
    Kaiba miro primero a una y luego a la otra, sin estar muy seguro de que decir. Aquello parecía averse convertido en algo as que una simple presentación.
    Kaori observo a Mina, ladeando levemente la cabeza. Kaiba observo como la mirada particularmente tierna que siempre le mostraba a él, había cambiado a una simuladamente frívola, una que él usaba cuando mostraba superioridad a los demás.
    - Veo que ya tuvo la fortuna de poder tomar una de las manos de Seto.
    - No solo eso querida. - contesto Mina arrogante - estaba conversando muy a gusto con el asta que "alguien" llego a entrometerse. ¿Acaso no sabes que las niñas pequeñas no deben meterse en las discusiones de los adultos?
    Kaori guardo silencio parpadeando, para luego reír con suavidad y cortesía
    - Eso querida, es precisamente lo que muchas chicas de tu edad envidian de mi. Me veo muy joven, pero en realidad tengo 19 años - Sonrió divertida viéndola - Pero es un halago que me consideres mas joven que tú.
    Una vena se broto de la frente de Mina. Entre serró sus ojos, que brillaron de rabia, y sus manos se contrajeron como si quisiera cerrarlas a rededor del delgado cuello de Kaori.
    - ¿Que es exactamente lo que me quisiste insinuar con eso? - dijo con furia contenida.
    kaori sonrío.
    - Lamento si llegue a ofenderla
    - Ehh...este...bueno. ¿Que les parece si cenamos? – Intervino Sigfried apaciguador; o por lo menos tratando de poner tregua a la batalla campal que se desarrollaba delante de sus ojos.
    - NO, no quisiéramos interrumpirlos - Dijo Kaori viendo a Siegfried - Mejor vayan a cenar, hacen bonita pareja – Sonrío. Mina hubiera querido ahorcarla.
    - Pues permítame devolverle el cumplido señorita - contesto Sigfried mirando con picardía a Kaori y a Seto
    Kaori sonrió mientras abrazaba a Kaiba, vio de reojo a Mina, quien la veía casi con fuego en sus ojos. Observando una sonrisa maliciosa por parte de la pequeña, quien se apego a Kaiba para luego ver a Sigfried.
    - Gracias, vine a presumirlo - Sonrió Kaori cerrando los ojos
    "¿Perdón?..."Penso Kaiba para sus adentros.
    - Perdóname que te contradiga. Pero no veo tu nombre escrito en el. Así que, supongo que puedo invitarle algo si quiero.
    Kaori cerro los ojos levantando el rostro con cierto orgullo
    - El lugar donde tengo el nombre escrito, es un lugar que tus ojos jamás verán. - La vio de reojo. Cambiando la mirada a una mas fría - Así que te agradecería que mantengas tu distancia, Mina.
    Mina y Sigfried se pusieron tan rojos como si acabaran de quemarse la piel al sol. Mina fulmino a Kaori con la mirada y Sigfried paso la suya de Kaiba a Kaori y nuevamente a Kaiba (sabrá Dios lo que abra cruzado por su mente en ese instante)
    Kaiba ciertamente no se quedaba atrás. Carraspeo para hacerse notar.
    - Me parece que ya debemos irnos. - dijo solamente.
    - Si, ya estoy cansada - Dijo ella cerrando los ojos con seriedad - Quiero dormir
    Pero antes de que pudieran dar un paso mas escucharon una voz amplificada por medio de altavoces. Todos los invitados que aun quedaban se volvieron para prestar atencion.
    - "A todos nuestros invitados de esta noche...Se nos a informado que la tormenta a pasado a ciclón en las ultimas horas...Los medios indican el riesgo que es salir a carretera en estas circunstancias y recomiendan quedarse en casa y a cubierto...Lamentamos mucho los inconvenientes que esto pueda causar pero las carreteras han sido cerradas por motivos de seguridad..."
    Se escucharon murmullos entre los invitados. El encargado prosiguió.
    - "El hotel pone sus habitaciones a su disposición...es totalmente gratuito y les proporcionaremos todo lo que necesiten. Que sigan teniendo una grata velada...”
    Kaori se sobresalto levemente. Apretando levemente la playera de Kaiba, a quien aún abrazaba por abajo de su gabardina.
    - No puede esta lloviendo tan fuerte, ¿O si?
    En respuesta a eso un relámpago colosal atravesó el cielo retumbando en la estancia. Kaori apretó levemente los ojos aferrándose a Kaiba, mientras ocultaba su rostro
    No tendrían as remedio que quedarse ahí esa noche.



    Aidda se dio la vuelta en la cama tratando de dormirse. Eran mas de media noche, todos en la casa estaban dormidos, pero ella aun no podía pegar ojo. Se mantenía despierta escuchando azotar del viento y el retumbar los truenos; que eran de hecho los responsables de que no pudiera dormir.
    Siempre había sido así. No le importaba tanto cuando solo era lluvia, pero escuchar los truenos la ponía nerviosa.
    Se removió un poco mas. Tratando de acomodarse. Ciertamente la camiseta que le había prestado Tamara era caliente y cómoda, sin mencionar que le quedaba bien.
    Había sido una sorpresa descubrir que Tamara era una talla mayor que ella, y teniendo en cuenta que Tamara solo tenia 17 años (por muy buen físico que tuviera) también fue un tanto bochornoso ver que su ropa le quedaba grande a Aidda.
    Aidda rió para sus adentros. A pesar de todo era un recuerdo divertido el ver a Tamara sacando prenda tras prenda de sus cajones, buscando algo que pudiera quedarle. Al final, habían terminado escogiendo una camiseta azul oscuro de manga larga que le llegaba a Aidda a media pantorrilla.
    Un relámpago cruzo el aire, asustándola y sacándola de sus pensamientos. Se estremeció ligeramente. Así era siempre, los relámpagos la asustaban desde que tenia memoria.
    - ¿Tienes miedo princesita? Descuida, y estoy aquí.
    Aidda dio un brinco sobresaltada. Solo conocía a una persona que la llamaba así. Se dio la vuelta, y casi choco con la cara de Zack, suspendida a pocos centímetros de la suya.
    - ¿Que haces aquí? – dijo Aidda sobresaltada. Instintivamente tiro de la sabana para cubrirse – Si no te escuche entrar...
    Zack rió divertido.
    - Así como tu tienes la habilidad de encender un cerillo con solo tocarlo; yo tengo la habilidad de moverme sin que me noten, puedo entrar en donde quiera sin ser visto.
    - Eso no te da derecho a entrar aquí – replico ella furiosa. Zack se le acercaba peligrosamente – Te agradecería mucho si te fueras.
    - Solo entre a ver si necesitabas algo...
    - Pues no necesito nada gracias – replico ella fríamente. El se seguía acercando – Mas te vale guardar tus distancias conmigo...Ahora sal de aquí o juro que te...
    No pudo completar la frase. Zack había tomado sus muñecas acorralándola contra la cabecera. La miro atentamente. Aidda desvío la mirada incómodamente furiosa. El se esforzaba en hacerla levantar la barbilla, pero no podía.
    - No quiero hacerte daño...Tranquilízate...
    Al fin logro que ella lo mirara a los ojos. Hundiendo el los suyos en aquellos profundos ojos traslúcidos, pregnados de furia y miedo en aquel momento. Aidda percibía una mirada indescifrable e incomoda.
    Zack la miraba atentamente, como si fuera capaz de desnudar su alma de aquella forma. ¿Era idea de ella o, Zack la miraba, con curiosidad?
    - No tengas miedo
    Aidda reacciono de golpe. Zack se le acercaba con intenciones de besarla.
    No pudo lograrlo. Algo lo hizo soltar a la chica con un ligero alarido de dolor. Temblando levemente se miro las manos; estaban enrojecidas, las quemaduras no eran de gravedad, pero dolian.
    Alzo la cabeza, y se encontro con los ojos de Aidda que relucían de ira. De su cuerpo saltaban pequeñas chispas de fuego, las mismas que parecían averle quemado las manos a Zack, aunque ella parecía no sentirlas...Verla e ese estado, no recordaba a la pequeña a le que el estaba acostumbrado. Incluso intimidaba, asta cierto punto.
    La temperatura de la habitación subía ligeramente, mientras Aidda seguía mirando fríamente a Zack. Algo en su mirada de fuego lo intimido, y algo en el calor del ambiente lo sobresalto. Le dirigió una breve mirada, antes de desvanecerse en el aire. Aidda se relajo. Al hacerlo la temperatura regreso a la normalidad, y las chispas se extinguieron. Se llevo las manos a la cara, inquieta. Aun sin entender muy bien lo que había echo. Se examino detenidamente...Su piel estaba intacta, y sin embargo las sabanas estaban ligeramente ennegrecidas ahí donde ella estaba. Un nuevo relámpago cruzo la noche sacándola de golpe de sus pensamientos. Si antes no estaba tranquila ahora con lo que había pasado mucho menos.
    Se levanto de la cama.


    Zack lanzo un pequeño quejido al examinar sus enrojecidas y ampolladas manos.
    Se encontraba en su cuarto, la pequeña lamparilla de noche estaba encendida, iluminando nítidamente la habitación.
    El chico lanzo un resoplido mientras se aplicaba un paño húmedo en sus manos, no estaban especialmente quemadas pero le ardían levemente.
    No cabia duda, esa Aidda era un caso especial. Y cuanto mas lo rechazara, mas se empeñaría en conquistar a la chica.
    Había algo en ella...Algo que lo inquietaba y lo fascinaba profundamente...
    Pero...¿Por que?
    ¿Por que estaba tan interesado en esa niña, que ra lo que lo empujaba a hacer lo que hacia? No sabia si la queria...o la deseaba...
    ¿De que forma la buscaba? Mejor dicho, ¿por que la buscaba? ¿Que era lo que la atraia de ella?.
    Porque...el, no estaba convencido de...Habia...alguien mas...
    Pero...¿por que...por que sentía que el cuarto estaba mas iluminado de lo que debería?
    Miro hacia abajo, entre sus pies. Debajo de la cama sobresalía una nítida luz que le daba mas vida a la estancia.
    Se paro de un salto, se arrodillo, y extrajo de ahí una pequeña caja de madera. La contemplo pensativo unos instantes; la caja estaba un poco empolvada, señal de que pasaba mucho tiempo bajo la cama de Zack.
    Lo cierto era que Zack tenia sus buenos motivos para mantenerla ahí; entre ellos el hecho de que no quería que su hermana la encontrara. Pero en sí la caja estaba en buenas condiciones, para permanecer tanto tiempo oculta.
    Los seguros metálicos estaban bien asegurados, sin embargo de la pequeña ranura que separaba la tapa del resto de la caja, era de donde venia la luz.
    Suave, parpadeante y nítida...Pero luz al fin y al cabo.
    Tan resignado como contrariado, Zack soltó un largo y profundo suspiro; dejo la caja en el suelo frente a el. Y, como si aquello le costara todo el acopio de sus fuerzas, apoyo las manos en la tapa, soltó las bisagras...y la abrió.
    La luz se intensifico una vez que la caja quedo abierta. Y Zack contemplo impasible su contenido. La ligera luz dorado blanquecina que provenía del interior de la caja era provocada por una única y delicada pluma, color ocre rojizo, que posaba sobre el pequeño almohadillado tinto.
    Alargo una mano, la tomo entre sus dedos y la levanto para examinarla. Era pequeña, ligera y delicada. Pero igual, tenia una belleza delicada que la hacia cutivadora. Parecia como si cada pequeño detalle ubiera sido esculpido por un artista de gusto exquisito. Imaginarse al ave al cual pertenecia, seguramente era aun mas extraordinario aun.
    Hacia tiempo que no la veía de esa forma, brillando, y eso que la tenia desde los cinco años.
    En todo ese tiempo solo la había visto brillar dos veces. La primera cuando la recibió; y la segunda unos meses atrás, cuando venían de camino a la ciudad.
    Y ahora brillaba de nuevo, sin estar muy seguro del por que.
    La calidez de la pluma le hizo bien a su lastimada mano, pero la incertidumbre no se iba.
    Aquella pluma represento el inicio de todos sus problemas...”Y para variar sigo sin tener noticias de ella...”. Penso Zack con amargura. “No e vuelto a verla desde ese día...”.
    Desde ese día...
    Infinidad de recuerdos confusos.
    La imagen borrosa de aquella dama, una imagen que nunca se iba de su mente...su cabello dorado...sus ojos suplicantes...y su voz profunda, cargada de tristeza...
    “Recuerda...Encuéntranos...Debes recordar...”
    ¿Pero que debía recordar....que debía encontrar?
    Un relámpago cruzo el cielo, encandilándolo por breve.
    “Tu la deseas...no la dejes ir...”
    Esa voz de nuevo. Se llevo una mano a la cabeza soltando un quejido. ¡Que demonios significaba todo aquello!
    “Tu la deseas...traemela...”
    “¡No la escuches...no agas caso...!
    Otra voz. De nuevo ambas voces, sonando en su cabeza, luchando por el control de la conciencia del joven. Una pelea que no era la primera vez que la experimentaba. Pero...escucharlas, nunca era buenas noticias. Pero era voces tan atronadoras que siempre le provocaban una jaqueca terrible, asta el punto de hacerlo enloquecer. Grito desesperado se echo de lado y se hizo un ovillo en el suelo. Estuvo escuchandolas por un buen rato, y rogando en silencio que se callasen ya.
    “...lo escuches...no agas caso de lo que diga...”
    “...tu la deseas...es tuya...¡ve por ella!
    “...recuerda...recuerdanos...te lo pido...no la escuches...te lo pido...TE LO PIDO...
    Fue un grito atronador.
    Despues, todo quedo en silencio.
    Se levanto, sintiendose debil y tembloroso. Aquellas malditas voces, nunca eran buenas noticias; y solo sabian confundirlo mas. Cuando pudo enfocar la vista nuevamente, comprobo que la luz de la pluma se había vuelto a extinguir. Quien sabe por cuanto tiempo ahora.
    De nuevo lo dejaba a oscuras. Nuevamente, lo dejaba solo, con sus dudas...



    continuara....
     
  15.  
    Anneliese

    Anneliese Usuario popular

    Géminis
    Miembro desde:
    15 Octubre 2006
    Mensajes:
    970
    Pluma de
    Escritora
    Re: Aidda the magic of the love

    ¡Hola Amirem!

    ¡Primera!

    Muy buena la continuación.

    Graciosa las partes donde Kaori defendía "lo su yo", de la voluptuosa chica Mina.

    Creo que Zack, se ha vuelto bastante molesto... realmente es insoportable diría yo. Aunque, él debe tener sus razones,,, no es malo.

    Esperare ansiosa tu próxima continuación y veo que se repitió dos veces el post.

    Bueno, nos vemos

    Te cuidas.

    Tú amiga, hermana, socia.

    Anelys.
     
  16.  
    Anna-Chan

    Anna-Chan Guest

    Título:
    Aidda the magic of the love
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Horror
    Total de capítulos:
    91
     
    Palabras:
    102
    Re: Aidda the magic of the love

    hola amiren :kittie: ya lei la conti ;) estuvieron muy buenas las partes en las que kaiba dice que kaori es suya y en la que kaori dice que kaiba es suyo a esa chica la tal mina xD creo que me caera mal ¬¬ aaaaaaaaaaaah ese zack que haze :mad: pobre aidda :mad: oh dios quiero matarlo :mad: bueno ya dejo mi enfado para otro rato xD me pregunto que sera la pluma esa :confused: ya me dejaste con intriga xD bueno me despido bye bye xau besos cuidate t.k.m :besito: :rosa: :flor2:
     
  17.  
    Angiil

    Angiil Usuario común

    Sagitario
    Miembro desde:
    21 Octubre 2006
    Mensajes:
    493
    Pluma de
    Escritora
    Re: Aidda the magic of the love

    hola niña k tal como estas
    ?
    espero k bien bueno ya lei la conti me encanto mucho la parte de seto (la primera parte claro) y me encanto aun mas la ultima parte de donde zack se mete a la habitacion de aida jaja se paso de lanza como puede meterse en cuartos ajenos k se meta en el mio yo lo atendere como es debido jaja
    bueno me intriga lo de la plumita espero k pronto sea aclarado ok
    bueno bye
    kiero conti ok
     
  18.  
    Amirem

    Amirem Guest

    Título:
    Aidda the magic of the love
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Horror
    Total de capítulos:
    91
     
    Palabras:
    5475
    Re: Aidda the magic of the love

    hola yo de vuelta XD
    bueno mi gente querida les dejo la conti
    espero que les guste
    ya regreso a clases ToT
    pero tratare de ser puntual con esto
    bueno se que es poquito pero lo que biene se los tengo que
    poner mucho de un solo tiron por eso ahora les dejo poquito XD
    bueno espero les guste cuidense


    Un ruido.
    Siempre haba tenido un sueño muy ligero. Aveces útil, aveces demasiado ligero para su preferencia. De todo modos juraría aver sentido un ka muy grande en solo unos minutos. Se levanto, abrió la puerta....Y ahí estaba ella.

    - Hola... - saludo ella tímidamente.
    Atem bostezo suavemente mientras tallaba uno de sus ojos, observando a la chica con la mirada cansada
    - ¿Aidda?... ¿que haces aquí a esta hora? - Preguntó extrañado


    - Bueno...es solo que...- no había duda estaba nerviosa por algo. Un trueno retuvo en el lugar. Ya bien sabido de su miedo a estos automáticamente se abrazo a Atem.
    Atem guardo silencio y luego cerro los ojos sonriendo divertido
    - Puf...¿Te asuntaste y por eso viniste? - Pregunto casi riéndose por la situación.
    - Algo así - contesto ella maldiciéndose a si misma por cobarde.
    - Bueno, puedes pasar si deseas - Dijo haciéndose a un lado para que ella entrara.
    La chica lo miro a los ojos algo sonrojada. Por una lado la ponía nerviosa el hecho de pasar, pero por otro no quería quedarse sola. Tenia buenas razones...A decir verdad, DOS poderosas buenas razones, y una de ellas no eran precisamente los relámpagos.
    - ¿Puedo quedare aquí contigo?
    - No veo el problema - Dijo cerrando los ojos. Mientras la puerta se cerraba - Tu duerme en la cama. Yo dormiré en la alfombra.
    - ¡No, como vas a dormir en la alfombra! - exclamo ella acordándose de bajar la voz para no despertar a nadie mas - No es necesario que duermas en la alfombra...
    - No permitiré que TU duermas en la alfombra – Expreso el, acercándose a la cama mientras tomaba una almohada - Así que obedece y duerme en la cama, pequeña.
    - De verdad, no lo hagas. No es necesario. - suplico ella acercándose a el tomando sus manos entre las suyas.
    Atem guardo silencio y ladeo levemente la cabeza, sintiendo las manos de la chica ocultas entre las de el. Guardo silencio unos momentos, extrañado.
    - ¿Por que están tan frías tus manos? - Preguntó viéndola.
    Aidda levanto la vista, viendo como la mirada de Atem había cambiado, sus ojos estaban mas rasgados y se veía molesto.
    - Dime la verdad, ¿que te paso?
    - No...no fue nada - contesto ella apartando sus ojos de los de el. Rayos si estudiaba actuación por que no era capaz de fingir frente a el. Las manos de Atem aferraron con mas fuerza las suyas en cuanto quiso apartarlas. Ya lo sabia.
    Atem tomo la barbilla de la chica con su mano, girando su rostro hacía él, intentando encontrar su mirada. Que ella se resistía a mostrar. Fue ese gesto lo que lo llevo a indagar mas...
    - No me engañas Aidda, no creo que hayas venido a buscar refugio conmigo sólo por los rayos. - Aclaró viéndola - ¿Zack fue a buscarte verdad? - Preguntó luego de un momento, su voz sonó fría con sólo hacer esa pregunta.
    Aidda bajo la mirada. Le hubiera gustado poder mentirle, decirle que no, que todo estaba bien. Pero no tenia caso, no podía ocultarle nada; y el ya lo sabia. Desvío su mirada y, lentamente, asintió con la cabeza.
    Atem soltó a Aidda con cuidado de las manos; sin decirle nada levanto la playera de la chica, haciendo que esta se sonrojara, mientras, Atem la giraba letalmente observando su abdomen y espalda
    - ¿Atem que haces? - pregunto ella roja - ¿Que buscas?
    - Marcas
    El chico se detuvo y soltó la playera de la chica para luego tomar las manos de Aidda. Observo sus muñecas, unos profundos surcos rojizos las marcaban de lado a lado. Su mirada se agudizo.
    - Se acabo mi paciencia - Sentenció de manera fría y cortante. – Quédate aquí - Se puso de pie, comenzando a caminar, Zack ya había llegado al límite. Tocar a Aidda era una forma de declararle la guerra y si eso quería, eso tendría.
    - ¡Atem espera que pretendes! – exclamo Aidda alarmada por la reacción de Atem. Ya temía que algo así pasara. Corrió y se aferro a su cintura para detenerlo. No sirvió de mucho dado que el era considerablemente as alto que ella. Pero al menos consiguió frenarlo un poco
    - ¡Atem! - insistió ella. Pero Atem estaba echo una furia
    - No me detengas! - Gritó viéndola, furioso - ¡Ahora si voy a matarlo!
    Aidda ya desesperada se coló delante de el, lo jalo del cuello y lo beso. Atem agudizo levemente la vista. Esa reacción ya la conocía, Aidda la utilizaba siempre para tranquilizarlo, pero esta ves, será distinto.
    Cerró los ojos y luego la tomo con suavidad de los brazos, alejándola de él
    - ¿Por que lo defiendes tanto? - Preguntó viéndola.
    - No es a el a quien pretendo defender...es a ti - contesto ella con sinceridad, alargando una mano para rozar su mejilla - Hay algo en el. No se que es pero...Me causa una mal presentimiento...
    - ¿Y que se supone que es? - Pregunto molesto y cerro los ojos para aclarar su mente - Se acabo, a partir de este momento vas a estar conmigo y dormirás conmigo hasta que nos larguemos de este lugar.
    - ¿Eso fue acaso una orden "mi faraón"? - pregunto ella riendo divertida. Usando esa mirada que lograba relajar a Atem.
    Atem soltó un leve suspiro
    - Es una orden – sentencio con una media sonrisa.
    - ¿Perdona pero, tu sabes que no dejo que me mande nadie. – sentencio ella con los brazos cruzados.
    - En ese caso regresa a tu habitación
    - Bien, si quieres me voy - contesto ella dando media vuelta para irse.
    - Bien. - dijo mientras empezaba a cerrar lentamente la puerta - Nos vemos mañana.
    Atem estuvo a punto de cerrar la puerta, pero se detuvo de golpe al ver una sombra que apareció sorpresivamente al final del pasillo. Sin decir nada, alcanzo a tomar a Aidda del brazo, la jaló al interior de la habitación y cerro la puerta de golpe.
    - ¿Bueno y ahora a ti que te pasa? - dijo Aidda un tanto irritada.
    - Cambio de planes, te quedas. Me sentiré mas tranquilo si duermes aquí...Por favor - Dijo desviando levemente la vista
    - Entonces dormiré contigo. – contesto ella sonriendo pero con la idea fija de acurrucarse en el pequeño sillón de la esquina para dormir. Por eso se sonrojo completamente cuando Atem la levanto suavemente, la cargo asta la cama, la recostó sobre las sabanas y la arropó cuidadosamente.
    - Bien, al menos así estaré seguro que ese bastardo no se acercara a ti - Respondió, mientras se acostaba a un lado de la chica, estirándose.
    Aidda no dijo nada. Suspiro profundamente y se acurruco a su lado. Atem se estremeció; dejo caer una mano para acariciar su cabello.
    - ¿Recuerdas lo que le gritaste a Rayan en la cara? - Pregunto Atem después de un rato, con los ojos cerrados, acostado boca arriba. Aidda, que durante los últimos 10 minutos, había caído en un adormecimiento gracias al suave jugueteo de Atem en sus cabellos, apenas si reacciono. - ¿De que podía hacer lo que yo quisiera contigo?
    Aidda abrió los ojos de golpe.
    - Aaaaa...Si...¿Que con eso? - pregunto nerviosa
    - Que si sigues tan cerca mío puedo hacerte muchas cosas – Respondió con gesto indescifrable. Aidda quiso separase un poco para dejarle su espacio, pero el se lo impido. Atem la acerco a él mientras la acorralaba en la cama, poniéndose sobre ella. Aumentando el nerviosismo en la chica.
    - Lo único malo es que ya es tarde para irte. – comento con una media sonrisa.
    Aidda reprimo un estremeciendo. Lo miro fijamente.
    - ¿Tienes miedo? – Le preguntó Atem contemplándola fijamente. Le dirigía una mirada que despedía un brillo de ternura. La propia Aidda no sabia que sentía en esos momentos.
    - N...no se - contesto finalmente, con un susurro casi inaudible. Atem le sonrío leyendo la expresión de su rostro. Cerro los ojos brevemente.
    - ¿No estas lista aun, verdad?
    - No. Creo que no. – contesto ella con un suspiro. – Lo siento.
    Atem guardo silencio un momento, cerro los ojos y luego acerco su rostro al de la chica besando suavemente sus labios.
    - No pasa nada - Se acostó a su lado abrazándola – Tu lo sabes. Nunca te obligare a algo que tu no quieras. Por ahora es mejor dormir. Tranquila, nadie te ara daño, yo estoy aquí.
    Aidda sonrío, agradeciéndole profundamente por aquellos gestos para con ella. Apoyo la cabeza en su pecho, ya las manos de el la abrazaron con ternura, arropándola. Momentos después, ya estaba profundamente dormida. Atem por otra parte permaneció despierto un rato mas, consiente de que había alguien al otro lado de la puerta, esperando, aguardando silenciosamente. Apretó su abrazo en torno a Aidda, quien no se despertó. La mirada de sus ojos gránate relució de odio. Asta que el, se marcho silenciosamente.

    Hermosa decoración, baño espacioso y privado, una pantalla de plasma ultimo modelo. En pocas palabras el ejemplo perfecto de un verdadero hotel lujoso de 5 estrellas. Ciertamente pocos huéspedes hallarían algo de que quejarse. Pero...(Siempre tiene que existir un “pero”) Seto Kaiba fue la excepción confirmadora de la regla, que hallo entre tanto lujo algo de que quejarse. Díganme quien fue el imbécil que les asigno una habitación de tan solo una cama.
    Kaori se encontraba de pie al frente de aquella cama, no esta de más mencionar que era enorme a su comparación, claro, todo lo relacionado con Kaiba debía ser gigante.
    Pero a pesar de eso el echo de que fuese una sola cama era un gran problema. Líneas azules aparecieron discretamente bajo su ojo izquierdo. Volteo de reojo hacía la puerta del baño donde Kaiba había entrado.
    - ¿Realmente no le preocupa esta situación, o no se ha percatado de que sólo hay una cama? - Pensó con una gota enorme, esperando a que él saliera
    Como era de esperarse Kaiba se tomo su tiempo para salir del baño, dejando a Kaori sola sumida en sus pensamientos por un par de minutos mas. Para cuando salió llevaba en pelo ligeramente húmedo; paseo su mirada por la habitación reparando en el rostro de Kaori.
    - ¿Que? ¿Ocurre algo? – pregunto al percatarse de la mirada de la joven.
    Kaori parpadeo y volteo a verlo. Ya con ropas mas ligeras, para dormir.
    - ¿Notas algo extraño en la habitación? - Preguntó, casi con un letrero de neón apuntando la única cama. Letrero en el que por supuesto Kaiba no reparo.
    - Aparte del hecho de que tienen prendido el aire acondicionado siendo que afuera esta haciendo un frío enorme...No, no se me ocurre nada – contesto con indiferencia.
    Kaori entrecerró los ojos
    - ¡Sólo hay una cama! - Anunció con una gota apuntándola con sus brazos extendidos
    - También hay solo un sofá, un solo televisor, un solo baño y una sola ventana contesto Kaiba con la misma indiferencia pero evidentemente en son de burla - No veo que es lo raro.
    - Que adorable eres - Dijo ella con una gota
    - Gracias, lo se - Contesto - Ya cálmate, solo era una broma - puntualizo al percatarse de la mirada fulminante de Kaori - n todo caso si lo que te preocupa es la cama...es toda tuya, yo dormiré en el sofá.
    - En serio?? - Pregunto con brillo en los ojos - Graciaaaas!!!!!!! - Anuncio emocionada mientras se subía a la cama - es tan suavesita y cómoda, y toda para miii.
    Kaiba la miro con los ojos medio entre cerrados mientras ella brincaba en la cama a sus anchas. Una ligera gota asomo por su cabeza.
    Kaori se detuvo lentamente, intentando volver a tener su compostura. Tosió y levanto la vista con una gota.
    - ¿Que? - Preguntó desviando la vista sonrojándose levemente por la vergüenza - Nunca había visto una cama tan gigante.
    - Bastaría con que entraras as seguido a mi cuarto. Aunque, ahora que lo pienso, para ti toda cama seria gigante - Kaiba sonrío burlón recorriendo a la muchacha con la mirada de arriba a abajo.
    Una pequeña vena apareció en la cabeza de Kaori, quien cruzo los brazos cerrando los ojos mientras volteaba su rostro.
    - Iba a decirte que podías dormir aquí, pero ya cambie de opinión, vete al sillón - movió la mano.
    Sin embargo unos brazos la tomaron por debajo de los hombros y la alzaron sin esfuerzo, al momento siguiente se encontraba mirando frente a frente (literalmente) a Seto Kaiba, quien le dedico una picara sonrisa.
    - ¿Y si decidiera que mejor me quiero quedar YO con la cama? Mira que podría mandarte a sillón...y no ocuparía mucho esfuerzo.
    Ella parpadeo. Entrecerró los ojos viéndolo fijamente
    - Te reto a que lo intentes - Anunció retadora
    - Quieres ver que lo intente?? - insistió el
    - No te atreverías - Agregó viéndolo
    A toda respuesta Kaiba la arrojo...pero no precisamente al sillón. En lugar de eso la arrojo nuevamente a la cama dejando sus manos a ambos lados de la cabeza de ella. La tenia acorralada.
    Kaori se sonrojo levemente y luego giro la cabeza con suavidad a un lado viéndolo de reojo, arqueo las cejas
    - Bieeeeen ¿cual es tu plan ahora? - Pregunto cerrando los ojos- te aprovechas por que eres un gigante y yo una pequeña indefensa - Dijo con lagrimas, las cuales Kaiba sabia eran pura broma por parte de ella.
    El día que admitas tu estatura la tierra dejara de girar – dijo el – Duérmete de una buena vez si no quieres que de verdad te mande al sofá. – Sin decir mas la acomodo entre las sabanas. Kaiba comenzó su camino hacia el sillón, pero al instante un relámpago sonó alumbrando la habitación, mientras las luces se apagaban.
    Fue casi al mismo tiempo en que él sintió como los brazos de Kaori se colgaban a su cuello por la espalda, arqueándolo hacía atrás, casi sofocándolo.
    - K...Ka...Kaori...- dijo con esfuerzo - ...no...respiro....
    Kaori dejo de apretar los ojos, abriéndolos de golpe, soltando al chico con líneas azules
    - ¡¡¡PERDÓNAME!!! - Dijo asustada
    Kaiba tardo unos segundos en recobrarse por completo. Volteo a verla de reojo.
    - ¿Miedo? ¿No que muy valiente?
    - Nunca dije que fuera valiente para todo! - Aclaró con sus brazos doblados contra su pecho - Así que... por eso no te rías - Agrego
    - Bien, bien....después de que casi me asfixias no creo que llegue siquiera a tratar de reírme - contesto Kaiba frotándose la garganta.
    Kaori guardo silencio un momento
    - ¿Puedo dormir contigo? – Preguntó tímidamente. Kaiba le lanzo una breve mirada. Rodó los ojos resignado.
    - Si, puedes dormir
    Kaori esbozo una sonrisa emocionada y lo miro con ojos radiantes y curiosos.
    - Bien entonces comparto la cama contigo. – sentencio con sencilles.
    - ¿Compartir? - repitió Kaiba con una expresión un tanto extraña que Kaori no supo interpretar.
    - Si, por que el sillón es pequeño – Respondió - y no quiero dormir sola con relámpagos afuera.
    - ¿Y si te aplasto?
    - Pues mas te vale que no - Agregó sonriendo nerviosamente.
    Kaiba la miro. Antes de que Kaori se diera cuenta, nuevamente estaba acorralada entre la cama y Kaiba (¿y este como demonios le hizo?) esta vez con el mas cerca que antes.
    Kaori entre cerro los ojos sonrojada y con una gota pequeña en la cabeza.
    - Si duermes así, SI vas a aplastarme – Aclaro
    - ¿De verdad? - comento el acercándosele demasiado para su gusto.
    - D...de verdad... - Respondió intentando hundirse en la cama conforme él se acercaba
    - ¿Que te sucede? - la nariz de el rozo la punta de la de Kaori - ¿Acaso me temes?
    Kaori cerro los ojos. Y luego abrió uno de ellos.
    - No - Sonrío divertida volviéndolos a cerrar - eres divertido.
    - ¿Que tanto? - preguntó el, viéndola atentamente.
    - Mucho – Respondió - ¿Nadie te lo ha dicho antes?

    (>_> divertido??? amargado será)

    - No. Me gustaría saber que tan divertido puedo ser. - le susurro en el odio haciéndole cosquillas y estremeciéndola
    Kaori se hundió ligeramente de hombros.
    - Me haces cosquillas - murmuro
    - Me gustaría hacerte algo mas - respondió el encogiéndose de hombros. Ella se sonrojo hasta las orejas con una gota mayor. Entrecerró los ojos, mirándolo con seriedad.
    - Que atrevido eres - sentencio
    - ¿Atrevido? ¿Dime, por que atrevido? ¿Acaso dije algo?. - La miro con picardía
    Un relámpago retumbo nuevamente, ocasionando que Kaori se aferrase al cuello del chico apretando los ojos.
    - ¡¡Abrázame, abrázame!!!!!!! - Suplico con lágrimas y líneas azules
    Kaiba casi soltó una carcajada. Aun así la abrazo, y aprovechando la postura se las arreglo para acomodarla en una de las almohadas acostándose el también.
    Ella guardo silencio, mientras se ocultaba entre los brazos del chico con pequeñas líneas azules, hundiéndose en las sabanas. Era lo que ella consideraba lo positivo de ser tan baja de altura. Cerró los ojos una ves que se sintió cómoda, empezando a dormir, aunque un poco nerviosa por que era la primera ves que compartía la cama con Kaiba.
    Mas nerviosa se puso cuando el bajo su mano y se puso a juguetear distraídamente con un pequeño mechón del largo cabello la de chica. El mantenía los ojos cerrados, pero tenia una media sonrisa cruzándole la cara. Kaori entrecerró los ojos frunciendo levemente el ceño al percatarse del gesto.
    - “Esta haciendo eso propósito” - Pensó apretando levemente los dientes - Por favor que no intente abrazare o algo así - Penso. Muy tarde... el bajo su mano y la abrazo
    Kaori guardo silencio, soltando un suspiro. Pero al instante una gota apareció en su cabeza al percatarse de un minúsculo pero importante detalle. Ella aún continuaba con el vestido, por toda la prisa que había, se le olvido por completo eso.
    - “No es posible” - Penso con líneas azules y un tic sobre su ojo. De verdad que aquella noche le estaba pasando de todo.
    Kaiba abrió los ojos al sentir que ella se levantaba suavemente de la cama.
    - ¿Pasa algo? – pregunto.
    - Si, voy a cambiarme la ropa - Respondió arreglando el vestido con los ojos cerrados - pero duérmete - movió la mano - no tardare mas de lo que tu lo haces cuando entras al baño
    Kaiba entrecerró lévete los ojos. ella le dirigió una sonrisa antes de encerrarse en el baño. Kaiba suspiro resignado, pero no pudo dejar de notar un pequeño detalle...la puerta del baño se había quedado ligeramente entreabierta.
    Kaiba lo dudo por un momento y luego se inclino ligeramente hasta ver el interior del baño.
    aori se encontraba de espaldas mientras empezaba a retirar el vestido dejando su espalda descubierta. Fue cuando se detuvo, al sentir una mirada.
    Entrecerró los ojos y volteo de reojo hacía atrás viendo la puerta levemente abierta. Se giro y se encontró con la mirada de Kaiba observándola.
    Se cubrió el pecho con los brazos, sonrojándose por completo. Cerro la puerta de una patada, sin antes soltarle un grito
    - ¡Hentai! - Gritó desde el interior del baño.
    Finalmente la muchacha salió. Kaiba se incorporo con una ligera gota...Por un momento creyó que sus ojos lo engañaban pero.....Noooooo. Ella traía puesta SU camisa.
    Sin decir nada la chica se acerco a la cama y se acostó. Colocando una almohada en medio de ambos, como si fuese una barricada. Cerró los ojos y se acostó de lado, dándole la espalda.
    El sin embargo se incorporo asomándose por encima de la barrera impuesta por la chica todavía con los ojos muy abiertos y esa gota en la cabeza. Kaori sintió su mirada.
    - Que?? - Preguntó viéndolo de reojo - No había otra cosa que ponerme. Las batas me quedaban gigantes y tu playera tiene botones. Además me lo debes por espiarme mientras me desvestía - Dijo sonrojada mientras cerraba los ojos.
    - Bien...vale - contesto Kaiba resignado tras un breve silencio - Buenas noches
    - Buenas noches - Respondió.
    El reloj del pasillo dio las 3 de la mañana. Nadie salvo tal vez uno que otro empleado se paseaba por en hotel. Kaiba dormía profundamente a pesar de que la tormenta de afuera seguía resonando con insistencia, sin querer dar tregua alguna. Aun así nada podría averlo despertado en aquellos momentos.
    Nadie. Salvo tal vez....
    La puerta de la habitación chirrío levemente. El picaporte giro; y una esbelta sobra entro silenciosa en la habitación. Su mirada bago por el cuarto escudriñando entre la oscuridad. Asta que ubico el bulto durmiente en la cama. El brillo malévolo de su mirada se encendió. Lentamente, silenciosamente, comenzó a moverse hacia su objetivo. Alzo un puño cerrado con forme se acercaba a su víctima, una sonrisa cruzo su rostro. Finalmente se le acerco lo suficiente, alzo la mano...
    Se detuvo de golpe, paralizada al ver una pequeña sobra apoyando su entonó en sus brazos, los cuales se encontraban sobre el pecho de Kaiba. Fue difícil distinguir la expresión de su cara entre la oscuridad, pero el susto provocado por su sorpresiva aparición mezclado con el relámpago que ilumino la estancia, dejando ver la expresión entre curiosa y seria de la joven, la desconcertaron
    asta el punto de abrir el puño que tenia alzado
    - Buenas noches Mina. Pero que sorpresa verte por aquí... y a esta hora. - Cerró levemente los ojos - ¿A caso le temes a los relámpagos?
    - Akihisha - saludo Mina con una risa forzada. - Dios, que extraño...Juraría que esta era mi habitación - comento con dulzura y un asombro claramente exagerado mientras recorría la estancia con los ojos muy abiertos.
    - Si... es curioso ya que nos encontramos en el ultimo piso en la suite imperial - Recordó ella mientras se sentaba. Mina observo la playera que ella traía puesta - ¿A caso piensas que soy idiota? - Preguntó cerrando los ojos.
    - No se si idiota querida. Pero a lo que veo tu no pierdes el tiempo - comento. Su voz seguía siendo suave y dulce pero la frase estaba teñida de sarcasmo. - Y en lo que se refiere a la Suite Imperial, da la casualidad de que yo también estoy alojada ahí. Algunas personas trabajamos para ser grandes. Mientras que otras se conforman con lanzarse a los brazos del primer hombre rico que se encuentran.
    Mina entrecerró los ojos furiosa.
    - Te digo algo mocosa...Hace mucho tiempo, conocí a otra que era identiquita a ti. Ella también fue lo bastante maldita como para ir y meterse en la cama de un hombre que estaba muy por encima de ella...- Sonrío fríamente – Pero la muy bastarda lo pago caro...No termino bien.
    Kaori guardo silencio y luego río levemente
    - ¿Y tu estas siguiendo sus pasos no... No serás la primera ni la ultima que me envidien por tener un novio como Seto. - Dijo con superioridad mientras levantaba discretamente su hombro viéndola de reojo- Yo soy pequeña y logro cosas grandes.. y no las compro en tiendas ni ofertas baratas.
    Mina reacciono impulsiva ante tal ataque verbal. Kaori observo como estuvo a punto de llevarse una mano hacia atrás...pero se detuvo apretando fuertemente los ojos. Se volvió dándoles la espalda, cuando se volvió Kaori se sintió intimidada ante el extraño brillo de su mirada, algo que no supo como explicarse.
    - De verdad que eres identiquita a esa...Ella tampoco sabia mantener la boca serrada...siempre tan engreída y arrogante...¡Y tan irritablemente descarada como solo ella podía serlo! – dijo Mina con desprecio. – Pero, puede que tu seas mas inteligente que ella, y sepas reconocer cuando debes agachar la cabeza ante alguien superior.
    - ¿A caso quieres que me salga de esta habitación para que tu te acuestes con Seto? - Preguntó cerrando los ojos. Mira le obsequio una fría sonrisa.
    - Tal vez en otra ocasión querida – dijo con frialdad – Creo que tu ya lo divertiste mucho por una noche...En otra ocasión será.
    Sin decir nada mas salió de la habitación con paso elegante pero enérgico. Una vez afuera se detuvo para tomar aire. Apretó fuertemente lo puños; una cascada de relámpagos se vino encima del edificio haciéndolo temblar asta sus cimientos. Mina relajo sus manos, respiro profundo, y clavo sus ojos en la puerta que tenia detrás.
    - ¿Donde te eh visto antes, mocosa?
    Mina guardo silencio cuando la puerta se abrió, cuando ella volteo recibió en la cara la bata que se había quitado al ingresar en la habitación
    - No dejes tus porquerías aquí, - Anunció Kaori, ya fastidiada- Y la próxima ves que ingreses a la habitación sin permiso, llamare a seguridad. - Sonrío fríamente - No vuelvas a subestimarme, no por algo algún día tendré el apellido Kaiba. - La vio con superioridad - No-fas-ti-dies – y cerró la puerta de golpe.
    Kaori soltó un suspiro, mientras agitaba sus brazos dentro de la habitación. Estaba molesta y fastidiada por la intromisión de esa mujer.
    - Vieja resbalosa - Penso molesta
    - ¿Con que...futura señora Kaiba?
    Kaori se erizo con una gota enorme, aún dando la espalda. Se volteo discretamente de reojo, viendo a Kaiba quien se encontraba sentado en la orilla de la cama
    - ¡¡Era una broma!! - Se justifico con miles de gotas mientras movía los brazos - ¡¡¡Ella me tenia harta por meterse así en la habitación además me insulto!!!
    Kaiba la miro divertido. Le encantaba hacerla renegar así.
    Kaori desvío la vista sonrojara
    - Ya, era broma...Y creo que ella tuvo razón en unas cosas – Agrego
    - ¿Como en cuales? - quiso saber el
    - Me hizo pensar que estuvo mal dormir en la misma cama - Cerró los ojos - Se dan mal interpretaciones y puede hacerle daño a tu ya mejorada reputación
    Kaiba alzo una ceja
    - No veo que tiene de malo si la que duerme conmigo es la "futura señora Kaiba" - contesto pícaro.
    - No estés bromeando con eso – Dijo ella cerrando los ojos y frunciendo el ceño- ya te pedí disculpas.
    - ¿Y a que horas te pedí yo una disculpa?
    - No es necesario que la pidas, - Desvío la vista- En este momento no le tomaras importancia pero después que te empiecen a fastidiar todos te vas a enojar, así que te pido disculpas por adelantado. - Cerró los ojos dando un largo suspiro - Por que todos prefieren relacionarse con chicas altas y con busto gigante como Mina. Y seguro todos te van a decir que es mejor partido ella. Las bajitas no contamos mucho sabes...Lo bueno es que solo estaré aquí unos días...
    Kaori bajo la mirada y algo en el piso a los pies de Kaiba le llamo la tensión.
    - ¿Que sucede? – pregunto Kaiba.
    Ella no respondió. La vio avanzar e inclinarse para recoger algo del suelo; pero apenas lo había tomado, Kaori soltó un grito que alarmo a Kaiba. Se levanto de un salto y corrió hacia ella. Ella estaba de rodillas en el suelo, encogida sobre ella misma y sujetándose con fuerza la mano derecha.
    - ¿¡Que sucede, que tienes!? – insistió. Kaori negó con la cabeza negándose a mostrarle su mano. Por lo que el tuvo que obligarla a que se la mostrara.
    Y ambos contemplaron con asombro la profunda quemadura que ella tenia en la palma de la mano. Kaori apretó los ojos, Su mano le ardía, intento contener las lagrimas pero le era imposible. Le ardía demasiado, oculto su mano contra su pecho apretando los ojos.
    - ¿Es un castigo por lo que dije? - Preguntó intentando bromear mientras, juntando las cejas, las lagrimas comenzaron a escapar de sus ojos.
    - No digas tonterías en este momento – contesto Kaiba intentando tomar su mano para examinársela - ¿Pero como...?
    - La toque...y me quemo – dijo ella señalando la extraña piedra negra del tamaño de una nuez, parecida a la obsidiana, que descansaba en el piso a sus pies. - ¡No la toques! - agrego alarmada al ver que el estiraba el brazo - No sabemos que sea.
    Kaori junto las cejas viendo aquella piedra. Bajo su mano viendo la quemadura que yacía en su palma. Levanto la vista y vio que Kaiba analizaba la piedra, estiro levemente el brazo de nuevo para intentar tocarla
    - ¡Que no la toques Seto! - Dijo asustada mientras se iba sobre él, tomando su brazo para detenerlo. Manteniendo su mano con la quemadura, lejos de cualquier tacto- ¡No permitiré que te lastime también! - Agrego con angustia mientras lo veía- No seas... terco - Apretó los ojos.
    - En ese caso ven acá – contesto el poniéndola de pie – Tenemos que llevarte con un doctor. Y no quiero protestas – Agrego con autoridad. – Voy por una toalla húmeda, no te muevas de aquí.
    Aun sujetándose la mano Kaori lo vio meterse al baño. Nuevamente dirigió su vista a la piedra...Tan extraña, con aquel inquietante brillo...
    Sus ojos se nublaron. Como sonámbula, se dirigió a la silla donde descansaba su bolso, lo abrió, y saco de el un pañuelo blanco. Del mismo modo regreso asta donde estaba la piedra; del baño salía el sonido de agua cayendo sobre algo suave, pero ella no lo escuchaba. Se inclino, y con la mano sana envuelta en el pañuelo, se inclino, tomo la piedra, la envolvió en el pañuelo, y la guardo en el bolso...
    - Listo, - exclamo Kaiba al salir de baño con una toalla mojada en la mano – Aver, préstame esa mano...¿Todo en orden?
    - ¿¡Que perdón!? – dijo ella alzando la vista de golpe. Se sintió extrañamente mareada. Recorrió lentamente la habitación buscando alguna anomalía...Pero todo parecía bien, su vestido estaba en el sillón, la ropa de Seto estaba doblada en el otro extremo del mismo, su bolso estaba en la silla donde lo había dejado antes de acostarse...No había nada extraño, claro eso sin contar la extraña piedra negra tendida en el...
    - ¡En donde esta la piedra! – exclamo Kaiba sobresaltado.
    - ¡Como! – Kaori se volvió aterrada.
    La piedra no estaba.
    - ¡Estaba aquí! – exclamo ella confundida y asustada - ¡Estaba aquí hace unos instantes! – soltó un quejido y se apretó la mano. Kaiba la miro preocupado.
    - Primero, nos ocuparemos de tu mano. Ya después tendremos tiempo de averiguar que era eso.


    continuara....
     
  19.  
    Anna-Chan

    Anna-Chan Guest

    Título:
    Aidda the magic of the love
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Horror
    Total de capítulos:
    91
     
    Palabras:
    76
    Re: Aidda the magic of the love

    :rosa:FESTAhola amiren ya lei la conti :) woooo muy buena me encanto ;) me dejas matar a mina??????? xD :mad: :mad: me cae mal :mad: :mad: pobre kaori se quemo con la piedra :eek: :eek: O.O y luego la piedra desaparecio :eek: :eek:
    wooooooooooooo
    bueno amiga muy buena la conti ;) esperare la siguiente xD
    me despido ya bye bye xau besos cuidate t.k.m :besito: :rosa: :saltarin:
     
  20.  
    Angiil

    Angiil Usuario común

    Sagitario
    Miembro desde:
    21 Octubre 2006
    Mensajes:
    493
    Pluma de
    Escritora
    Re: Aidda the magic of the love

    hola amiga paso aki para postearte jaja
    ya lei la conti me encanto aunke se puede decir k la mitad ya la abia leido por lo k me abias pasado la otra ves
    pero aun asi la volvi a leer
    me gusto mucho la excena que usaste con atem y aida
    y lo de kaori y seto una frase me sono a mi fic como ya te mencione por msn
    jaja pero aun asi estubo chido me pregunto k misterio tiene la piedra
    pero k mal no sali yoo
    bueno sigue asi nos vemos bye
     

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso