Basado en el libro: La pimpinela escarlata. Marguerite Blakeney. Sus ojos comenzaron a humedecer el delgado papel a causa de las saladas y gruesas lágrimas que derramaban sus ojos. Había perdido a su hombre, con esa carta fría y distante morían todas las esperanzas de una mujer enamorada de subyugar a su encanto al hombre de sus sueños. Él no la amaba. Él la despreciaba. Era un error que la perseguiría por siempre. Hasta que la muerte los separe.