One-shot de Naruto - Adiós (ShikaTema)

Hola, pues esto lo hice para los desafíos semanales, es un song-fic con la canción "alguien más" de Belinda. Pues... es un Shikatema y... no lo se, xD​

Título: Adiós​

Autor: Ruriko​

Pareja: Shikatema​

Género: Drama
Clasificación: creería que es K+ (aunque quizá sea T, pero no lo creo)
Sumario: <<Bajé y me encontré con Shikamaru viendo televisión, cosa que hizo que me quedara durante unos segundos observándolo con una pena que rápidamente se transformó en rabia.>>
[FONT=%value]Palabras: 1098[/FONT]

[FONT=%value]Adiós[/FONT]

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Me revolví en la cama como buscando una posición más cómoda para dormir ya que las terribles pesadillas me agobiaban de manera terrible, provocándome temblar y sollozar en sueños a causa del terrible dolor que me causaba el verte allí con otra mujer. La ira que me producía era indescriptible, pero peor fue despertarme y darme cuenta de que estaba llorando por lo que había visto el día anterior, por llorar por alguien tan patético.

Me levanté de la cama jadeando y nerviosa de tanta frustración, para seguidamente deslizar las sábanas de encima de mí. Me levanté enfadada y me acerqué al tocador donde me comencé a cepillar el cabello veloz y agresivamente, para luego amarrarlo en 4 coletas. Pero un marco llamó mi atención y posé mis ojos en la fotografía de mi boda, donde mi… bueno, EL vago me alzaba con pesar mientras yo le pellizcaba la mejilla riéndome de su flojera. Arrojé el portarretratos lejos y frustrada me comencé a untar algo de crema para seguidamente ir al ropero a buscar algo para usar; un par de lindas sandalias negras, unos tejanos grises gastados y una camisa manga corta a cuadrillé, sencillo y fresco, o sea, lindo. Bajé y me encontré con Shikamaru viendo televisión, cosa que hizo que me quedara durante unos segundos observándolo con una pena que rápidamente se transformó en rabia.

—Buenos días Nara —saludé a mi marido mientras me dirigía a la heladera en busca de leche. Saqué el lácteo y bebí un poco directamente del cartón, por lo que el muchacho me reprendió con la mirada.

—Hey problemática, ¿tanto te cuesta beber en un vaso? —se quejó el hombre a lo que el coraje se volvió a apoderar de mí; hace solo unos meses compartíamos la leche directo del cartón.

—Lo lamento, su majestad —le dije sarcásticamente con una sonrisa forzada en el rostro la cual se borró al notar que no le causaba gracia mi broma—. Shikamaru ¿qué rayos te ocurres? Hace meses que estás extraño —le dije fingiendo no darme por enterada del motivo de su cambio a lo que me respondió con desinterés sin siquiera desviar la mirada del televisor.

—Quizá quise madurar y dejar de ser un inmaduro problemático como otras personas ¿tú qué opinas Temari? —me interrogó y enfadada ya sin poder soportar tanta indiferencia, arrojé el envase al suelo y me encaminé a la puerta.

—Vuelvo tarde —advertí y cerré con un portazo ¿por qué no me quería escuchar, cuánto daño podía hacerme solo por un hombre? Mucho, más del que jamás creí posible. Caminé perdida, no sabía qué hacer ni a donde ir, iba y venía en una misma cuadra, no le prestaba atención a nada pero miraba todo, en fin, estaba distraída pensando en la penosa manera en que mi ser se sacudía con el simple recuerdo de tus abrazos y cariño perdido, cosas que cuidaba pero que jamás entendería por que las perdí. Caminé algunas calles hasta que ya harta me senté a llorar, con la gente mirándome y llamando la atención, pero sin darle importancia; mi cara de asesina en serie alejaba a cualquiera. Hasta que su mano se posó en mi hombro.

—No llores, te hará mal —me dijo la voz de una mujer bajita, de ojos negros y cabello color dulce de leche corto. Mi amiga Matsuri ya me conocía, y en momentos como esto me arrepentía de no haberle hecho caso cuando el día de mi boda me dijo que no quería echarme la sal, pero que las cosas saldrían mal.

—Lamento no haberte hecho caso —sollocé y ella me ayudó a pararme mientras me apoyaba dificultosamente en su hombro, ya que alguna vez habremos estado a la misma altura, pero ahora la superaba en altura notoriamente.

—No es tu culpa, tú solo seguiste tu corazón, así que ven, tenemos que hablar —me dijo y la seguí…

A las 10:30 de la noche me vi a mí misma plantada frente a la puerta de mi hogar, dudando. Solo era una composición de letras ambigua en tu vocabulario, no era más que una chica que vivía contigo, pero que carecía de amor ¿qué tanto dudaba, que estaba esperando? Abrí la puerta y Shikamaru seguía mirando seguía mirando televisión, con ropa elegante al parecer ya utilizada y el teléfono inalámbrico en su regazo.

—Shikamaru, tenemos que hablar —me quejé.

—¿Puede ser mas tarde? Estoy viendo tele —me dijo a lo que encolerizada desconecté la televisión bruscamente.

—¡Ya ni siquiera me escuchas! —volví a reclamar a lo que el vago —al parecer con gran esfuerzo—se levantó.

—¡Es que ya no dices nada que valga la pena, problemática! —se quejó.

—No, tú ya no dices nada que valga la pena, tú no has vuelto a abrazar, no volviste a decirme te amo, tú no- —iba diciendo, hasta que me tomó por los hombros y me plantó un beso apasionado. Pero ese beso ya no sabía a él, no sabía a lo que supo antes, durante nuestros años felices. Después de un rato me soltó y con la mirada me pidió que le dijera si ya me encontraba más tranquila, cosa que respondí negativamente con mi seño fruncido—. Yo me voy Shikamaru, esa fue la gota que derramó el vaso —me quejé mientras me dirigía a la habitación perseguida por el chico.

—¿Pero qué rayos te ocurre, que hice de malo? —me interrogó con desesperación mientras guardaba ropa a lo loco dentro de un par de maletas.

—¿¡Que qué me hiciste!? ¡Eres un descarado, es obvio que estás con alguien más! —le grité a lo que me miró con ojos abiertos como platos—. Te lo di todo, te amé y todavía te amo, tampoco creo poder olvidarte, pero no puedo vivir compartiéndote ¡eres MI marido! —me quejé.

—Mujer, exageras…

—No, no exagero nada —dije velozmente—. Lo que me hiciste es imperdonable, y créeme que intenté mantener vivo esto, traté de ignorarlo, pero luego de verte ayer con esa… esa perra rubia del cabello largo, yo no pude ignorarlo más.

—Cálmate Temari, no seas problemática.[/FONT]
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—No, no me quiero calmar, y no creas que no me di cuenta del sabor a labial de durazno que quedó en tu boca, además de esa manera tan torpe que tenías de besar —me quejé a lo que él se calló. Lo había desenmascarado, ya no me volvería a hacer sufrir. Me paré en el umbral de la puerta dudando si voltear o no. Pero al final lo hice—. Adiós Shikamaru —me despedí y el simplemente levantó la mano para despedirme.

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[FONT=%value][FONT=%value][/FONT][/FONT]Bien, no me quedó tan bonito como esperaba pero espero que les haya gustado.

[FONT=%value][FONT=%value][/FONT][/FONT]Ruriko-chan[/FONT]