Adiós, amiga.

Tema en 'Relatos' iniciado por Namida, 4 Diciembre 2011.

  1.  
    Namida

    Namida Entusiasta

    Escorpión
    Miembro desde:
    10 Septiembre 2011
    Mensajes:
    176
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Adiós, amiga.
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    755
    No.. no puedo continuar. A penas tengo fuerzas para seguir el camino. Mis lágrimas envenenadas se tiñen de negro porque ahora estoy de rodillas en mi cama, viéndote por la ventana. Parece irónico, ¿verdad?, mientras tú ríes sin poder parar yo me seco las lágrimas que no podían aguantar más sin salir. Pero hay una diferencia, tú estás riendo con tu otra amiga y yo estoy encerrada en este cuarto oscuro y frío.

    Hace mucho tiempo que llevo estas cadenas que no me dejan continuar. ¡Sufrir la condena!, ¿a caso sabes lo que es eso? No, solamente sabes comprender una mínima parte de lo que yo llevo día a día.
    Amiga, ¿recuerdas cuando me preguntaste por qué mi firma es un ojo llorando sangre? Yo te respondí que llorar sangre es el dolor extremo, lo que en verdad es imposible de describir. Es cuando todo el sufrimiento se acumula en tu interior y cuando no puedes más te paras a pensar de qué manera vas a apagar la llama de tu vida. Recuerdo que no tenías palabras para responder a lo que tus oídos escucharon salir de mis cortados labios, pero cuando al fin ibas a decir algo yo no te dejé hablar y mientras mi voz tartamudeaba te dije: "Yo he llorado sangre.. y si hubiera dado un paso más..., solamente un paso más, ahora no te podría estar diciendo esto".

    El mes pasado recuerdo perfectamente nuestra conversación por aquella red social, cuando me dijiste que siempre lo estropeo todo. Cuando creí que en aquel momento me estaba muriendo lentamente de dolor al leer lo que me escribías. Te pregunté si no decías en broma lo de que siempre lo estropeo todo, y una, otra, otra y otra vez me respondías que lo decías de verdad. Cuando te dije que antes de estar contigo lloraba todas las semanas y me respondiste con un simple "Ah, vale, vale, vale..", ¿entiendes mi dolor? No, eso no es ni una sola milésima.

    Un poco antes de las vacaciones de verano me dijiste que justamente el día 23 estaríamos juntas todo el día, así hasta que acabaran las vacaciones. Todas aquellas lágrimas que un día derroché se transformaron en felicidad. Nunca en mi vida había estado tan feliz aunque te parezca exagerada. Pero justamente el día 23 te esperé detrás de la puerta justamente a la hora que acordemos. Media hora más tarde no te presentaste y yo seguía en el mismo sitio esperándote para saludarte y darte una abrazo con toda mi alma. Pero no apareciste, así que subí a mi cuarto y desde mi ventana miré a ver si venías. Mi madre me preguntó como estaba y si tenía hambre, pero le mentí diciéndole que estaba bien y que no tenía hambre con esa estúpida sonrisa en mi rostro, por lo que no comí en todo el día. Se puso el atardecer y solamente se escuchaban algunos coches pasar y el canto de los pájaros. Mi débil cuerpo apoyó la cabeza en la ventana y no aparté ni un segundo la mirada de aquella ventana que daba a la calle y a tu casa. El estómago no paraba de sonar y mis ojos que estaban tan cansados querían cerrarse, querían que mis párpados dejaran su trabajo. No tardé nada en sentir el dolor de cabeza.. era como una pesadilla.

    Recuerdo como escribiste "y si mejor en vez de irte tu qe se vayan tus poemas y pensamientos y tu personalidad esa de dramaaa!!!!! esqe no pienses qe la culpa la tienes tu bueno en parte si pero podrias dejar de pensar en cosas malas y cosas asii de dramaaa". ¿"Tu personalidad esa de drama"? ¿En verdad dijiste eso? Sí, en verdad escribiste eso justamente igual. Pero hay algo que si sé que entiendes, y aunque parezca absurdo, te dije que mis versos y escritos eran mi voz muda, la que nadie escucha. La que pasa por el mundo como una persona normal, y que cuando dice algo nadie le escucha y nadie le entiende. Mi alma diferente a todo ser vivo. Pero, después de todo, tampoco es algo extraño.. hace años que lo he cogido de costumbre.

    Estoy completamente segura de que recuerdas cuando te dije que tú eres una de las razones por las que hoy en día sigo aquí. Todo lo bueno tiene la parte mala, y todo lo malo tiene la parte buena. Por eso es que tú también has sido una de las razones por las que me faltó dar aquel paso.

    Adiós, amiga.
     
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