Acrobacias Adversarias

Perdonen mucho la demora, es que con la escuela el tiempo me vuela y apenas me alcanza para respirar xd Bueno, he practicado en hacer dibujos mejores para ustedes y lo prometido es deuda, espero poder seguir mejorando en mi aspecxto como dibujante :) Espero que disfruten esta historia tanto como yo la hice, ya que me desvelo por hacerla bien :) ​

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Capítulo VII: El castigo​

Era muy temprano en la mañana, mientras Mikayla se alistaba para ir a cumplir su labor y un golpeteo en la puerta la interrumpió. Ella fue a abrir preguntándose quién podría necesitarla tan temprano; imaginó por un instante que era su amiga Yania, pero al abrir la puerta se encontró de frente con un joven alto de cabello rubio y rizado. Al verlo, le intimidó su mirada luminosa.
— ¿Mikayla Sott? —preguntó con una voz cordial y ronca.
—Sí, soy yo —respondió.

— ¡Ah! Qué bueno. Hola, soy Robert, vine a llevarte donde el “supremo” director Bartolomé. Te necesita urgente— dijo haciendo una mueca simpática.
— ¿A mí? Si no he hecho nada —respondió la muchacha con mirada confundida.
Robert explicó que no se molestara en desayunar ya que Bartolomé exigió verla a primera hora del día.
Este muchacho era un galán. Se notaba en su sonrisa, en la manera de mirar y en la forma de caminar tan segura; tenía 23 años y medía metro ochenta y seis, era un muchacho sumamente guapo y perfectamente podría ser modelo, a pesar de andar vestido con ropa de conserje. Tenía una carismática personalidad y en pasarla bien en todo momento, lo cual lo hacía una persona burlesca la mayoría del tiempo.
Conversaron sobre la estadía de Mikayla en la prisión y Robert se mostró muy interesado en las juntas de la chica, como el subordinado, Yania y Bartolomé, quienes eran prácticamente los que hablaban con ella.
Al llegar a la oficina del rector, ella entró con una sonrisa a hablar con Bartolomé, quien para su sorpresa se encontraba extremadamente serio.
— Supongo que te imaginas por qué estás aquí.
—No, no lo sé —respondió ella.
— Ah, ¿no te acuerdas que ayer te quedaste en el casino cuando debiste estar en tu trabajo?
En ese momento Mikayla recordó lo que pasó con el hombre de Titanio y el rescate de Chopper, pero jamás se imaginó que eso era una infracción.
— Fue un accidente, la puerta se cerró de repente —explicó ella.
— Ay… —se quejó recorriendo la mesa con la vista— te expliqué claramente que tu trabajo aquí es uno y solamente es vigilar a Chopper. ¿O eso es mucho para ti
— No.
—Mikayla, ya llevas tres infracciones y me estás obligando a despedirte, cosa que no quiero hacer…—en ese momento hubo un silencio de parte de ambos, hasta que Bartolomé retomó la palabra—Sabemos en la situación en la que te encuentras y con todo respeto, estás sola y no te queda otra opción que estar aquí.
— Lo sé, pero ayer si vigilé a Chopper, así como me pidió. Además, en ese lugar estaba sola y no hice otra cosa que hacer mi trabajo —dijo Mikayla a su defensa.
— Y no solo eso, ocasionaste un pleito y está estrictamente prohibido pelear entre subordinados y para eso también habrá consecuencias.
—No, no meta a Chopper en esto, fue mi culpa y él fue muy amable en haberme defendido, yo soy la única culpable —reclamó la joven.

—Él conoce las reglas y aún así insiste en romperlas y no tolero a los rebeldes, no en mi prisión.
—No es justo…
—Todo acto tiene su consecuencia y no discutiré eso contigo. —Finalizó Bartolomé— Ahora, como a Chopper le gusta tanto usar sus habilidades, su castigo será estar encadenado por veinticuatro horas y tú, Mikayla, como te gusta tanto tu trabajo, incluso cuando no debes hacerlo, lo vigilarás todo el día, le llevarás la comida, limpiarás su piso y te harás cargo por completo de la celda de Chopper, por una semana.
— ¿Por qué?
—Has cometido demasiadas infracciones, y a Chopper lo necesito para las misiones. Así de simple. Son las reglas.
Fue lo último que dijo antes de enviarla a cumplir el castigo.
Al estar frente a la celda sintió miedo de la reacción de Chopper, pero debía entrar pronto si no quería otra sanción por atraso.
Al entrar, vio a Chopper encadenado de brazos y pies a la pared dentro de la jaula y una sensación de hormigueo le recorrió el pecho, algo que le secaba la garganta y acababa en la sien, era la culpa y la vergüenza que se apoderaban de todo su cuerpo.

Chopper la miró tajantemente y desvió la mirada, se le veía avergonzado.
—Anda, búrlate si a eso viniste.
—No, a mi me castigaron también— le explicó ella con una risa nerviosa, el miedo aún no se le pasaba Debo servirte todo el día.
Al no recibir respuesta ella entendió que el subordinado no estaba de humor para hablar, por lo que se acercó a la jaula y se detuvo frente a la puerta de esta.
—No me siento bien al verte ahí… Es injusto que te castiguen por haber hecho algo heroico.
— Jajaja, estás en todo el derecho de sentirte culpable, pero eso no te servirá de mucho cuando salga de aquí.
— Aunque me amenaces, sigo agradecida contigo —sonrió la chica. Deseó ser lo más amable posible para demostrar su gratitud, pero al albino poco le importó.
Chopper, había controlado sus impulsos asesinos con Mikayla durante varios días y, en ese momento no quería siquiera dirigirle la mirada, ya que estaba confundido aún sobre su reacción en el comedor y no sabía si sentir rencor hacia ella o aceptar que en su interior no era un máquina de matar simplemente.
En ese momento un escalofriante tiritón recorrió el cuerpo de Chopper y comenzó a desesperarse por estar encadenado y trataba de moverse, pero todo era inútil.
— ¡Malditos! Encadenarme no es la solución de vivir… Jajajaja —se burlaba, sudando— Una vez salga de aquí mataré a todos los que me hicieron esto, Jajajaja… —mientras Chopper tenía su ataque psicótico, Mikayla se alejó de la jaula, temiendo que se soltara y en eso, él dirigió sus palabras hacia ella clavándole los ojos— Y a la primera que mataré serás tú, palomita… Te romperé como a una varilla y luego iré por ese cretino. ¡Nadie se burla de mí sin sufrir las consecuencias!
Mikayla, a pesar del miedo que sintió, la primera reacción que tuvo fue responderle: — ¿Crees que con ese palabrerío conseguirás algo? Mejor guarda silencio.
— Jajajaja, eres una pequeña y patética niñita, no tienes idea de lo que soy capaz —la amenazó siguiéndola con una mirada felina.
— Sé que ahora estás encadenado y por más que luches no conseguirás nada. El patético eres tú —dijo caminando lejos del subordinado.
— ¡Insolente! Rogarás por que tenga piedad contigo. Espera tu hora.
Después de una hora Chopper se había cansado de gritonear y amenazar a Mikayla y ambos se encontraban aburridos. Mikayla sentada muy lejos de la jaula, cansada por no hacer nada, y Chopper descansando los ojos, ya que no podía hacer otra cosa.
La joven observaba al subordinado desde lejos y se preguntó por qué podía ser tan malo a veces si tenía la voluntad de defender a alguien en peligro. Era una cuestión de voluntad y al parecer el hombre no la dominaba demasiado y contra eso no se podía hacer nada al respecto, pensaba la joven.
El estómago de la chica comenzó a rugir y decidió ir a buscar comida para ambos.
Volvió con una enorme bandeja con dos platos hondos llenos de un guiso de vegetales y arroz, junto a dos vasos de agua y cuatro manzanas verdes.
—Eh, Chopper. Hora de comer —lo despertó, entrando a la jaula sosteniendo firmemente la bandeja.
— No comeré esa basura —contestó mirándola de reojo.
— ¿Crees que le eché algo extraño? —Cuestionó arqueando ambas cejas —Ay… para que veas que no hay nada malo aquí aparte de ti, —se burló- comeré yo primero.
Dicho esto, se echó una cucharada enorme a la boca y al saborearla bien se dio cuenta que el único aliño que tenía la comida era vinagre. No le quedó otra opción que tragarse la comida.
— ¿¡Qué te hacen comer!? Esto es asqueroso… mejor, no comas nada —le dijo y se fue a sentar a un rincón de la jaula. Allí esperó unos minutos y se comió una manzana, sin darse cuenta que Chopper sentía la misma necesidad de comida que ella. Escuchaba como rugía el estómago del albino, pero creyó que eran sus propias tripas acostumbrándose nuevamente a la comida, así que siguió comiendo sin mirar a Chopper.
Hasta que de pronto se dio cuenta que habían pasado 4 horas y media y que Chopper no había comido nada en todo el día. Inmediatamente agarró una manzana y se acercó hacia él.
— Come —le ofreció ella, pero él no la miró— Sé que estás hambriento. Por favor, come —le pidió extendiéndole la manzana a la vez que en su rostro se dibujaba una ligera sonrisa.
La postura de Mikayla hizo reaccionar el subconsciente de Chopper e inmediatamente un recuerdo invadió sus pensamientos, su percepción se volvió biconvexa, viendo a otra mujer a través de Mikayla.

<<Una mujer delgada, bajita con cabello negro y ondulado estaba parada frente a él, mirándolo tímidamente.
— ¿Esos son platos de comida? —Preguntó mirando el suelo con tres platos de comida pudriéndose — No has comido nada, ¿verdad?
—No te preocupes —le contestó el albino.
La mujer sacó una reluciente manzana verde de su canasto y la extendió.
— Cómela, por favor —le pidió ella, extendiendo la fruta hacia él con una sonrisa cariñosa. >>
Chopper perdió la noción del tiempo e imaginó que la joven guardiana era esa encantadora mujer de sus recuerdos, y sus ojos se clavaron en los de la muchacha.
—Mikayla… —susurró el albino.
—Chopper —contestó la aludida — ¿Cómo sabes mi nombre? —preguntó la chica, lo que reventó la burbuja de la ilusión al subordinado.
— ¿Qué como lo sé?... —preguntó confundido— Tú me lo dijiste.
— No recuerdo habértelo dicho —corrigió ella.
— Lo hiciste –mintió él — ¿Me darás esa manzana o no?
— Claro —contestó la chica acercándole la fruta a la boca para que él la mordiera.
Una vez él terminó la manzana ella se alejó un poco de él y había quedado pensativa desde que Chopper la miró de esa manera tan especial. Hasta que por fin se atrevió a preguntar nerviosamente.
— ¿Puedo preguntar, por qué me miraste así?
— ¿Cómo? —contestó secamente.
—Ya sabes, como si… ay. Nada, olvídalo —dijo ella.
No había necesidad de preguntarlo, Mikayla sabía que algo importante había pasado por la mente de Chopper, para que su mirada cambiara de enojo a ternura. Chopper también se dio cuenta de su comportamiento y le atribuyó ese recuerdo al efecto del hambre, que no dejaba pensar claramente a las personas con el estómago vacío.
Mikayla miraba de reojo a Chopper, quien se había quedado igual de pensativo. Pensó que tal vez quería otra manzana, así que tomó otra y se la llevó.
— ¿Quieres comer?
— No.
— Por favor, una no es suficiente —Chopper no contestó— Pero si no quieres, está bien —dijo y sin mirarlo se fue.
— Hm… No sé si contestaré tu pregunta de hace un rato, pero por un segundo me recordaste a alguien que conocí.
— ¿En serio?, ¿A quién? —preguntó entusiasmada.
— Se llamaba Mikayla, igual que tú.
—Me sorprende mucho que se llame igual que yo. Es una aterradora coincidencia.
— Si, a veces creo que el destino se burla de mí… —dijo mirando el piso —Olvida esto, por favor.
No había necesidad de explicar más, estaba claro que hubo una mujer que significó algo importante en la vida de Chopper.
Después de pasar un momento de silencio, Mikayla no resistió estar callada y decidió iniciar una conversación con el subordinado.
—Dime, ¿te gusta hacer acrobacias? —preguntó ella.
Fue la pregunta clave para comenzar una conversación, ya que ambos tenían agrado por las habilidades físicas y pudieron pasar, relativamente, una tarde en paz mientras Mikayla hacía la labor de limpiar la jaula y de llevar la comida.
Pasaron las horas hasta que anocheció. Mikayla decidió limpiar la jaula última vez antes de terminar su turno mientras Chopper dormía, aún encadenado en la
—<< ¿Cómo puede dormir en esa posición?>> — se preguntó mirándolo y, al bajar la vista se dio cuenta que había una puerta en el piso y, como la joven era demasiado curiosa, quiso saber de qué se trataba, pero la voz escalofriante de Chopper la detuvo con solo susurrar: “Aléjate”.

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Me gustaría que me respondieran algunas preguntitas :) ​

1). ¿Qué piensan de la responsabilidad de Mikayla?​

2). ¿Qué les parecióRobert?​

3). ¿Creen que el castigo de Chopper fue justo?​

4). ¿Qué opinan de la "otra Mikayla"?​

 

Hola a todos, bueno he adelantado este capítulo porque me está tomando demasiado tiempo en publicar los capítulos y se supone que en este resumí como 3 capítulos pero créanme que prefiero avanzar con la trama más rápido y no ahondar en detalles, valiosos, pero que no aportan mucho al avance real de la historia. A falta de tiempo tampoco he hecho dibujos, porque no tengo mucho tiempo libre y además, creo que me explico bien en la historia. Así que con su permiso, lo publicaré ahora, espero en verdad que les guste *_*​

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Capítulo VIII: El ataque de Chopper y la petición de Bartolomé​

Era otro día en la prisión y a las 7:00 am ya todos se encontraban en el casino esperando la hora para desayunar, incluyendo a Yania y Mikayla. Las dos amigas se ponían al tanto de lo ocurrido el día anterior, ya que no se habían visto en todo el día.

— Me hiciste falta ayer ¿dónde estabas? –preguntó Yania.
— En la celda de Chopper; me castigaron por lo que pasó en el comedor el otro día.
— O sea que era verdad…
— Sí, ¿por qué lo dices, acaso escuchaste algo? —preguntó Mikayla.
Yania se acercó hasta el oído de Mikayla y le susurró que un hombre la buscó ayer y le dijo dónde estaba Mikayla.
— ¿En serio?
— Sí. Era un tipo extraño, se sentó conmigo sin pedir permiso y comenzó a preguntarme cosas y por supuesto que de mi boca no salió nada. Se fue después de mucho rato, de no ser porque me paré y me fui, él seguiría ahí. Que escalofriante—. dijo haciendo una mueca.
— Que raro ¿Te dijo cómo se llamaba?
— No me acuerdo, ni atención le presté.
— Ayer también me ocurrió algo. Conocí a un joven que se llamaba Robert. Es muy simpático y... te caería bien. Es muy divertido —contó alegre, la joven gimnasta.
— ¿Sí? Bueno, no soy mucho de hacer vida social con cualquier persona —dijo Yania refiriéndose a Robert—. Soy demasiado selectiva… deberías sentirte orgullosa que te hable.
— ¡Oye! —dijo Mikayla dándole una palmada en el brazo.
— Estoy bromeando, cariño —sonrió la pelirroja.

Ambas se fueron a sentar en una mesa para comenzar a desayunar mientras hablaban de más temas de interés, cuando de pronto Mikayla recordó lo ocurrido con la alucinación de Chopper y se quedó mirando el vacío de un momento a otro. << ¿Por qué me habrá confundido con esa mujer, me le pareceré? Tal vez por eso aún sigo viva. Recuerdo que el primer día que lo vi, me tenía rendida bajo sus pies; iba a matarme, podía sentirlo… pero no lo hizo. Alguna razón debe haber. >> En estos pensamientos se encontraba la protagonista cuando Yania se percató del estado de trance de su amiga.
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— ¿Mikayla estás bien? —preguntó Yania preocupada.
— ¿Yo? Sí, por supuesto que sí —contestó Mikayla. Quiso pedirle un consejo a su amiga y recordó que a ella no le gustaba hablar de los subordinados y se ponía sentimental. Pero ella sabía más y tal vez le había pasado algo parecido, por lo que intentó con una indirecta— Yania, quiero preguntarte algo, ¿alguna vez te ocurrió alguna aterradora coincidencia, como que alguien te llame por tu nombre y cuando te volteas te dice que te confundió, pero te llamó por tu nombre?
— Me han confundido, pero no tanto como para saber mi nombre —contestó — ¿Qué preguntas son estas, Mikayla?
— No, nada… —contestó y se avergonzó, por lo que decidió cambiar el tema.

Pasó siete días de castigo Mikayla, que en esos días logró descubrir un poco del pasado que ocultaba Chopper y además Robert, quien se había acercado bastante a la guardiana, le regaló un mapa de la prisión.

Después de esa semana de castigo era día lunes, o sea que a Chopper le tocaba entrenamiento y se cumplía una semana de que Mikayla debía servir en todo a Chopper.

La joven entró a la celda XXI para llevar al subordinado al entrenamiento de los lunes y Chopper se mostró colaborador sin poner resistencia como en otros días.

Ambos no hablaron nada durante el trayecto, sin embargo, Chopper comenzó con escalofríos a mitad del camino.

— ¿Te ocurre algo? —preguntó Mikayla tímidamente.
— N…No. Vamos —contestó forzando la voz, como si le estuvieran oprimiendo el estómago.
Siguieron caminando y Chopper tenía los mismos escalofríos, ahora más seguidos.
— ¿Seguro que estás bien? —Chopper no contestó— Si te duele algo dímelo y yo pido permiso para que te quedes en la celda.
— No, Mikayla —contestó el subordinado de mala gana—. Estuve todo un día encadenado y nada me impedirá entrenar.

La joven no confió mucho en las razones de Chopper pero decidió seguir caminando. Iban avanzando, cuando en un pasillo apareció Robert y saludó alegremente a Mikayla y ésta le hizo una seña con la mano.

— Que bueno verte en acción —le dijo el rubio mientras ella avanzaba. La joven contestó indicando el pulgar hacia arriba para luego seguir su camino.
Chopper seguía temblando y Robert se percató de esto- <<Debe hacer mucho frío aquí>> -pensaba.
De pronto Chopper se estremeció completamente y se quedó parado.

— Vamos, Chopper —dijo Mikayla con un hilo de voz.
— ¿Quién era ese sujeto? —preguntó mirando a la joven por sobre su hombro.
— ¿Quién, Robert?, ¿Por qué…? —preguntaba ella pero fue interrumpida por la risa frenética de Chopper, que se escuchaba más fuerte aún con el eco del pasillo, hacía venir la risa de todas direcciones, hasta que de pronto Chopper guardó silencio y se volteó hacia Mikayla bruscamente lo que provocó que con un simple tirón de las cadena la joven, que las sujetaba, perdiera el equilibrio y cayera al suelo.

Eso le causó más risa al subordinado y se acercó a ella con intención de atacarla, pero Mikayla fue rápida y giró por el suelo lejos de él, lo que Chopper respondió con girar violentamente y Mikayla, quien no soltaba la cadena, fue arrastrada por el suelo hasta chocar de frente con una pared. Al gritar la joven, Robert, quien observaba la escena desde el pasillo, fue en su ayuda armado con su escobillón de pasillo y enfrentó a Chopper que ya estaba cerca de Mikayla.
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— ¡Oye, lampiño! A las damas no se les pega.
— Ah, tengo un nuevo juguete —dijo Chopper volteándose hacia Robert.
— Aunque me parezca, no soy el ken de barbie —contestó Robert golpeando a Chopper en la cabeza con el palo del escobillón.

Chopper, que estaba maniatado con esposas por la espalda, hizo un salto con giro y cayó tras Robert, quién se volteó rápidamente y lanzó otro golpe con el escobillón, el cual fue evadido por el subordinado. Chopper saltó sobre la base del escobillón y giró nuevamente por el aire, desarmando completamente a Robert y de paso golpeándolo con la cadena que colgaba con el mismo impulso del salto.

Robert sobó su cabeza y no vio venir la mega embestida de Chopper, que lo mandó al piso en un descuido. El albino puso su pie en el hombro derecho de Robert y se agachó hasta que pudiera sentirle el aliento.

— No te metas con un asesino —amenazó en un susurro.
— ¡Y tú no me eches tu aliento! —le gritó Robert picándole los ojos con los dedos de su mano izquierda.
— ¡Ah! —gritó Chopper cerrando los ojos y alejándose de Robert, a la vez que un escalofrío recorría su cuerpo.

Mikayla corrió a ver a su nuevo amigo y lo levantó.
— Robert ¿estás bien?
— Sí. Él se lo buscó —dijo rodeando los hombros de Mikayla con su brazo izquierdo.
— Muchas gracias y disculpa haberte ocasionado este problema. Si tan solo supiera controlarlo mejor… —se disculpaba la joven.
— Descuida, hay Robert siempre que hayan chicas en peligro y tipos masoquistas que las perturben —dijo con aire altivo.
— ¡Oh, Chopper! —dijo Mikayla sacudiéndose de encima el brazo del conserje y mirando a Chopper apoyando la espalda en la pared con los ojos aún apretados.
— Vamos a buscar a alguien que lo ayude —sugirió el rubio.
— Anda tú, me quedo con él —contestó la joven en un susurro y avanzando hacia el albino.
—Como quieras —contestó Robert seriamente.
Mikayla miró a Chopper y vio que sus ojos lloraban. Se le oprimió el corazón al ver esto, jamás se imaginó a Chopper llorando o algo parecido.
— ¿Te duele mucho? — preguntó Mikayla.
— No puedo abrir los ojos—contestó el albino, ahora con un tono bastante más calmado que hace un rato.
— Déjame ver —dijo ella posando nerviosamente su mano en la mejilla del subordinado, secando las lágrimas que corrían. El corazón de la joven comenzó a latir frenéticamente y esto la hizo ponerse nerviosa— Debes tener más cuidado para la próxima.
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Mikayla no podía creer que lo único que se le ocurrió decir fuera algo tan absurdo, pero los nervios le jugaron en contra y acabó por sonrojarse y quitarle la mano del rostro a Chopper.

— Ese imbécil metió sus dedos muy profundo —se quejó.
— ¿A quién llamas imbécil? —saltó Robert y se dirigió al albino con intención de golpearlo, pero Mikayla lo detuvo y ordenó que se pusieran en marcha hacia el entrenamiento, para que no llegaran tan tarde.

Robert acompañó a la guardiana en el trayecto y notó que la joven estaba nerviosa y se hizo la idea que ella estaba enamorada de Chopper; por lo que comenzó a idealizar la manera en atraparla desprevenida para molestarla.

Una vez dejaron a Chopper en el entrenamiento, por los parlantes se oyó la voz suave de Melisa: “Guardián 346, Sott Mikayla, reportarse urgente a la oficina del rector”

—Ay, ¿ahora que, otra infracción? —se quejó Mikayla delante de los demás guardianes.
—Mejor vámonos, antes que te de una infracción por hacerlo esperar—se burló Robert posando su mano en la espalda de la joven para encaminarla.

Una vez llegaron a la oficina de Bartolomé, Melisa abrió la puerta y en su semblante se veía que no estaba nada feliz de ver a la joven.

—Bien, Minie te dejo. Ya me distraje mucho del trabajo —dijo Robert acariciándole la barbilla a Mikayla — Hasta pronto, preciosura —dijo guiñándole un ojo a Melisa para perderse por la escalera de caracol que llevaba al quinto piso.
—Entra ya —ordenó Melisa a la joven castaña.

Melisa escoltó a Mikayla hacia el escritorio de Bartolomé, quien se encontraba sentado en su butaca de terciopelo rojo, con el semblante más alegre que la última vez que se vieron.

—He cumplido con el castigo sin ninguna infracción —dijo Mikayla antes que Bartolomé dijera algo.
— No voy a corregirte —contestó el rubio esbozando una sonrisa.
— Entonces ¿para qué me llamó?
— Necesito hacerte una pregunta... además, no nos vemos hace una semana y extrañaba tu voz —le dijo con galantería, provocando el sonrojo de la joven guardiana y los celos de su secretaria. A Bartolomé le gustaba seducir mujeres porque sabía usar técnicas de seducción y obtener exactamente lo que quería. — Veo que has cumplido con todo: horarios, limpieza, comidas, en fin, todo está en orden y eso es bueno, ya que tu acta demuestra que eres una incompetente,
— Pero eso no es así, además no ha sido fácil acostumbrarme a mi nueva vida. Entiéndame, por favor — dijo Mikayla con el ceño fruncido.
— Trato de hacerlo, pero también debes poner de tu parte. Pero no te llamé para eso, de hecho, quisiera cambiar un poco esta situación; de todas formas la guardiana de nuestro mejor subordinado debe estar a la altura ¿no?
— ¿Y cómo?
— Hm… Aquí en la prisión somos muy observadores, como te habrás dado cuenta, tenemos cámaras por doquier, así que ningún detalle se nos pasa, por lo que nos damos cuenta de las personas con carácter y bien disciplinadas. Bueno, exclusivamente tenemos un programa para esas personas. Se trata de un secreto que solo conocen los participantes.
— ¿Y quiere que yo participe?
— Solo si tú aceptas — contestó el rubio arqueando ambas cejas.
— Bueno, explíqueme mejor y ahí veremos —dijo Mikayla nerviosamente.
— Respóndeme algo, ¿has peleado con Chopper?
— Sí, un par de veces.
— Bien, es que el trabajo es algo parecido.
— ¿Debo pelear con él? Déjeme decirle que Chopper es muy peligroso, créame que si él no se hubiera controlado yo estaría cortando flores hace mucho —explicó la joven.
— Eso es algo de lo que hablaremos luego. Por favor, déjame terminar.
— Sí, ok, shhh —contestó ella posando un dedo sobre sus labios.
— Tenemos claro que tu acta necesita arreglo y, como el mes está a una semana de acabar hace falta que hagas algo realmente importante para dar un vuelco a cualquier infracción grave como las tuyas.
— Dígame que hacer.
— Participa en las misiones de los subordinados —dijo por fin el director.
— ¿Qué…? Eso es imposible. ¡Yo no sé nada acerca de los subordinados! Con suerte estoy viva, con suerte sé la edad de Chopper, no sé nada de esta prisión —reclamaba Mikayla, comenzando con un ataque de histeria, los cuales se apoderaban de ella cuando estaba confundida y comenzaba a perder la lucidez.(---)
— Lo sé, pero ahí está lo que te quiero pedir — dijo Bartolomé levantándose y acercándose a ella para tomarla de los hombros — Tú no eres luchadora, lo sé.
— Podría llegar a serlo, si quiere, solo dígalo— decía Mikayla aún confundida.
— No, no es eso.
— ¿Tan mala soy que necesito hacer trabajos extra para poder dejarlo bien a usted? —Preguntó la joven con los ojos brillantes— Créame que enfrentarme día tras día a un extraño que intenta matarme en cada momento no es fácil y cualquiera se vuelve loco. Perdóneme si lo incomodo, pero soy débil…
— Mikayla, no pierdas la calma, por favor — pidió Bartolomé, en lo que Melisa subió la escalera enfurecida— Discúlpame a mí, no debí exigirte tanto, aquí todos son ya mayores y duros de carácter. Olvido que estás aquí porque yo te traje y aún eres una niña, tan tierna e inestable a la vez.
— No. En serio, a usted le agradezco que tenga fe en mí y que me haya sacado de ese ambiente en el que vivía. Si quiere que haga algo lo haré. Participaré en las misiones, solo dígame que hacer —decía tiernamente la joven a la vez que se calmaba.
Ella lo había dicho, haría todo lo que Bartolomé quisiera, y eso era precisamente lo que él quería, aunque al ver a Mikayla tambalearse su corazón se ablandó y decidió darle una nueva oportunidad de sentirse cómoda con su trabajo, con un nuevo plan bajo la manga.

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Bueno, tengo algunas preguntas para ustedes, para evaluarlos si están atentos, porque o sino se van a perder en lo que seguirá después de este capítulo.​

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1). ¿Qué piensan de los cambios bruscos de Chopper?​

2). ¿Qué piensan del trato de Bartolomé hacia Mikayla?, ¿Estará considerándola como una guardiana fuerte o creen que tiene otras intenciones?​

3). Esta pregunta es para saber si prestaron verdadera atención ;) ¿Notaron algo en común entre dos personajes?​