Zero no Tsukaima Academia de magia de Tristan

Rachel.

Entre abrí mis labios para gritarle a Agnes que dejara de gritar y que no nos insultara pero recordé que ella tiene algo contra los magos de fuego; así que cerré los labios y seguí intentando darle al centro. Tras varios intentos el único avance que obtuve fue que le di al borde del centro, pero eso no valía como tal.

—Eliza..—La llame entre susurros, esperaba que Agnes no me oyera—¿Ella es así?

Agnes.

Suspire mientras veía a todos los estudiantes, ninguno mejoraba nada pero...¿Qué les pasaba?

Pase mi mano por mi cabello y me cruce de brazos, esta vez dirigí mi mirada hacia una rubia, la cual se había detenido por alguna razón.

—Oye...¿Por qué te detienes?—Le dije con el ceño fruncido.

 

Elizabeth.

Estaba por responderle a Rae cúa do la voz de Agnes llamo totalmente mi atención. Sonreí levemente y voltee la mirada jugando con mi cabello.

—Porque sus gritos evitan que me concentre —respondí sin mirarla, si les soy sincera tenia un poco de miedo —, estoy cerca del blanco, pero a la hora de precionar el gatillo su voz me distrae logrando que no de en donde espero

 

Agnes.

Cerré los ojos con el ceño fruncido mientras me contenía a discutir con aquello, primero es Connor quien me reta ¿¡Ahora esta chica?!

—Pues siga con la etapa, y al menos dispara al centro 20 veces y veremos si no llevo con Osmand por responderme así ¿Me entiendes?—Le respondí antes de suspirar.

 

Elizabeth.

Asentí en silencio mientra aprovechaba el silencio para apuntar, al presionar el gatillo sonreí de lado al notar que efectivamente había logrado dar en el blanco. Es una, faltan diecinueve.
Cargue nuevamente el arma y volví a apuntar, estaba por disparara cuando mi estomagó gruño, logro que me distrajera y diera en la parte más alejada del blanco. Esperaba con todas mis fuerzas que Agnes no hubiera visto ni oído eso, o si no estaba claro que no terminaría bien para la alumna.

 

Rachel.

Tras ver como le hablaba Agnes suspire y volví a apuntar hacia el blanco, le di al gatillo y nuevamente, la explosión hizo que me dolieran un poco los oídos pero el lado bueno era que había dado en el centro.

—Tranquila, creo que esta distraída...—Le susurré a Eliza antes de volver a disparar, me sentía rara usando un arma de fuego en vez de...magia con fuego; pero estaba bien.

 

Elizabeth.

—Es que me pone nerviosa —solté una pequeña risa y volví a cargar el arma, apunte nuevamente al blanco y tras apretar el gatillo, sin ser interrumpida por mi estomago, sonreí al ver que nuevamente di en el centro. Son 2, faltan dieciocho —. Tengo hambre, ¿vamos por algo más tarde, Rae?

Volví a cargar el arma, el silencio era tan majestuoso, ya podían ver lo que se lograba sin una profesora gritándonos.

 

Rachel.

—Es comprensible...ella en cierto modo no luce nada amable...y disfruta gritándole a los demás—Le dije sonriendo de lado mientras cargaba el arma y apuntaba al centro—aunque...me parece bien—al disparar la bala dio en el centro una vez más.

Jum...estar en otra sección era raro, pero bueno.

 

Matthew

Mientras Agnes se disponía a regañar a mis compañeras yo visualizaba el blanco que se encontraba a metros de mi y sin más cargué el arma dando aproximadamente tres disparos, y los tres se podría decir que dieron en el centro y uno de ellas justo al lado de este, era fácil a fin de cuentas, era como si estuvieras usando el arco y flecha, pero algo más sencillo a mi parecer, aunque ciertamente prefería el arco y flechas.

— Bueno Agnes, creo que me he acabado las balas...— dije acercándome a ella y depositando el arma en sus manos — Lo cual significa que mis lecciones se han acabado a menos que... me des mas balas, es tu decisión.

 

Agnes.

Visualice de reojos como Matthew usaba su ultima bala logrando dar otra vez en el blanco ¿hay algo que este niño haga mal?

Tome con firmeza la pistola que puso en mis manos y la deje a un lado de nosotros y le tendí una espada, pero esta no era de madera.

—Bien, Connor como fuiste el primero en terminar con sus balas, escoge a uno de tus compañeros como contrincante—Le ordene mientras hacia que todos dejaran de disparar y que me entregaran las pistolas, les di una espada igual a la de Matthew.

 

Matthew

— Hmm... ¿contrincante dices?...— murmuré notando como les quitaba el arma a todos para darles espadas al igual que a mi — ¿Por qué no mejor dejar que ellos terminen con sus balas? — pregunté con una ligera risa — Tampoco me apetece dejar en la enfermería a uno de mis compañeros o compañeras, así que... ¿por qué no decidir usted?, así la responsabilidad no va precisamente para mi, si no para usted...

— ¿Le parece justo?, a mi sí.

 

Agnes.

Mire con autoridad a Connor y puse mis brazos en jarra mientras fruncía el ceño ¿Estaba diciéndome que hacer..? seguro es lo que hacia.

—Tú no te metas en mis decisiones Connor...—Entrecerré mis ojos y señale con mi pulgar a el grupo de alumnos que esperaban a que él escogiera— escoge a alguien, por favor...

Estaba perdiendo mi paciencia, no era novedad pero aun así..

 

Matthew

Fruncí ligeramente el ceño pero luego volví a una expresión normal y tranquila mientras movía la espada de un lugar a otro sin muchas preocupación — Vamos Agnes...que así no están divertido — le apunté ligeramente con mi espada con una sonrisa de lado, era el alumno que mas problemas le daba, era cierto pero... era el alumno que más se desempeñaba en su clase.

— Elija usted.

 

Agnes.

Fruncí más el ceño y no me moleste en cambiar de expresión, él tenia una peculiar forma de irritarme. Le arrebate la espada de las manos a uno de los alumnos y apreté el mango de la espada con fuerza.

—Si así lo quieres...tendrás esta batalla conmigo ¿Ok? y sin chistar.

 

Matthew

"Si así lo quieres...tendrás esta batalla conmigo ¿Ok? y sin chistar"

Ups.

Agnes se había enojado y ahora nuevamente pelearía con ella pero no con las espadas de madera, tal vez con esta espada ya ambos saliéramos heridos pero claro, ella con armadura casi saldría impune por lo tanto a mi me correspondería estar esquivando mas de la cuenta para evitar salir con heridas relativamente graves o en la enfermería.

— Vale...intentemos aquello. Será... interesante

 

Agnes.

—Ten en cuenta...que no me importa si sales herido o si soy despedida, no te conviene meterte con alguien como yo, Connor...—Le advertí antes de verlo de pies a cabezas y sonreír burlona. Él no tenia armadura, saldría más herido que yo.

Muy en el fondo me sentí mal por esa observación y para ser justa me quite en parte de la armadura que tenia y corrí hacia Matthew con la espada en mis manos.

 

Matthew

Se quitó la armadura que tenía y de cierta estaba aliviado así era un poco mas justo aquello y tan siquiera yo le podría hacer daño también, ahora venía lo difícil: lograr esquivar sin hacerme daño porque, ¿qué pasa? Agnes no perdía nada de tiempo, a penas fue aceptar y ya se había lanzado a atacarme y probablemente con un enojo que no podría describir.

— Creo que ya me lo dijiste muchas veces. — di un pequeño salto hacia atrás para alejarme un poco más y tener más área para esquivar y no quedarme atrapado en cierta forma. Alcé mi espada a la altura de mi pecho y bloquee el tajo que venía hacia mi, de la pelea anterior había aprendido que Agnes siempre iba al pecho, un punto fácil y rápido para acabar con alguien, pero no le daría el gusto de herirme tan rápido.

Y ahora me tocaba a mi: la empujé un poco cuando hice que nuestras espadas ya no tuvieran contacto y esta vez ser yo el que me lanzaba hacia ella para dar un tajo para intentar hacer un corte vertical

 

Bergren

—Todo sea por mi Chica Conejo —respondí a su petición con una sonrisa pícara, al tiempo que me inclinaba sobre ella para plantar un beso en sus labios. Obviemos a dónde fueron a parar mis manos, pero digamos que el contacto la estremeció en demasía y hasta Bijesan, mi dragón, se apartó de la ventana por pudor— Volveré enseguida~ —me despedí de ella mordiendo el lóbulo de su oreja. Me encantaba hacerle eso, por los gemidos que dejaba escapar.

Cambié rápidamente mis ropas, colocándome unos jeans de color bordó que combinaban con el color de mis cabellos, una camiseta blanca, mi fiel chaqueta con cuello de piel de lobo encima de ella y, finalmente, la túnica de la Academia Tristan.

Pero no salí salí por la puerta, sino que me lancé por la ventana.

Me divirtió pensar en el susto que debió haber sufrido a Satoko antes de verme sano y salvo sobre la cabeza de Bijesan, quien no iba a permitir de ninguna manera que me hiciera daño.

—Próxima parada: ¡la habitación de la Chica Conejo! —exclamé, señalando hacia ninguna parte.

El dragón, dejando escapar un gruñido temible, emprendió vuelo. Y, así, nos alejamos de la vista de Satoko… No iba a tener problema alguno en encontrar su habitación, pues había realizado la tarea de memorizar dónde se encontraban los aposentos de cada alumna de Tristan. Un buen lobo ha de conocer dónde se esconden sus presas…