Zero no Tsukaima Academia de magia de Tristan

—Ah, si..ya me lo habian comentado—Le dije sonriendo.

 

—Posiblemente sea por lo común, la capa—

 

Nix

—Eban'e...— le susurre a la criatura antes de girarme: sus ojos color negro profundo, tan expresivos y a la vez fríos fueron mi inspración. Le pedi que me siguiera con sus pasos agigantados hasta la sombra de unos arboles, pero antes de seguir mi camino vi el rostro sorprendido de uno de los hombres y sucumbiendo a la tentación le guiño el ojo (no podría estar enserrada tanto tiempo sin compañia masculina, creo que me volvería loca así que empezaría a buscar un chico desde ahora).

Al llegar logre que se sentara sin dañar ninguno, Eban'e era un ser sencillamente hermoso y lo comprendí mucho mejor cuando, al sentarme a sus pies, sus cabezas buscaron refugio cerca de mi cuerpo sin hacerme daño: una a cada costado y la otra en mi regazo; esperaba que sus cuellos no se lastimaran con esa posición ya que sería imposible moverme. Acariciando la que está en mi veo a mi alrededor.

Ya varias conversaciones se disponian y existian creo que cuatro chicos con buen físico, tome datos de todos que podrían ser usados pronto.

 

--Uhm, es lo más posible…ya que a decir verdad estas capas son molestas…pero ya te acostumbras si pasaste con ellas 3 años.

 

—Yo puedo acostumbrarme fácil, aunque al resto le dificulta.

 

--Si, tienes razón...--Le dije antes de recostarme en Fire, quien sorio y miro el cielo-- por cierto, ¿a quienes parte de Eliza conoces?

 

—¿Disculpa?—dije confundida por su pregunta.

 

--Osea, ¿a cuales estudiantes de la academia conoces?

 

Bergren
¡Finalmente estaba aquí el momento prometido! Apenas sentí que el profesor articulaba mi nombre, me levantó de un salto de mi posición sobre la maleta, con la varita mágica ya dispuesta entre mis dedos. Mientras me dirigía con paso seguro hacia el sitio desde donde debía realizar el conjuro, hacia girar el palito fantástico entre mis dedos mientras tarareaba levemente una canción de la montaña.

Me detuve. Sin aclarar la voz, sin carraspear, comencé con la invocación:

"Como hijo de las elevaciones de la tierra, invoco al hermano que habita sus profundidades. Pues nuestro lazo ha sido determinado desde los orígenes del espacio-tiempo; el destino ha decidido que sea hoy el momento de nuestro encuentro. Bajo la promesa inquebrantable de que nos apoyaremos mutuamente, conformando un solo corazón, una mente única y una valentía contagiosa, llamo a esta noble morada a mi amigo; más que eso, a mi querido hermano ¡MANIFIÉSTATE!"

Detuve el giro de la varita en mi puño y la blandí como una espada en dirección a la tierra. De inmediato, sin hacerse esperar, llego el terremoto que hizo trastabillar a todos, pero no generó daños materiales. El césped que se mecía frente a mí comenzó a alzarse cual sábana que intenta frenar el levantamiento del cuerpo que habita bajo ella. La sábana de pasto se desgarró en granos de tierra y...
Emergió de la profundidad un fantástico dragón de escamas rojas, espléndidas alas y cuernos diversos. Era tan grandote como el Hidra de la chica que pasó antes de mí, y se veía sumamente feroz y temible... Además, su color combinaba perfecto con el de mis cabellos y el de mis ojos.

El draconiano levantó vuelo con un potente rugido y sobrevoló nuestras cabezas por unos segundos, ante los ojos deslumbrados del alumnado... ¡Hay que ver lo extremadamente contento que me sentía por tener a semejante criaturita como Familiar!

El dragón posó sus pies y me miró, echando vapor por las fosas nasales ¡UNA MARAVILLA!

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Lo miré. Nos miramos. Saludé a mi nuevo hermano con la mano. El dragón entonces inclinó su cabeza hacia a mí, para que con un beso en su enorme hocico selláramos nuestro lazo. Así lo hice.

 

No respondí al consejo de Rachel, estaba aislada pensando en qué hacer con el chico hasta que tuviese una habitación. Cuando empecé a oír voces, levanté la cabeza y ví que Rachel se encontraba hablando con la chica que conocí antes, Atemis Minkuo.

Decidí no molestarlas y hacer algo por mi cuenta, cogí a mi familiar con cuidado y empecé a arrastrarlo sigilosamente por la academia. La gente me miraba extraño, tal y como pensaba que harían.

Caminé un rato más hasta encontrar un gran árbol aún repleto de vegetación. Tumbé al humano en el césped y me recosté en el árbol, solté un sonoro suspiro, aún tenía bastantes cosas por hacer.

En primer lugar, cuando terminasen todas las invocaciones, tendría que pedirle al profesor Colbert una habitación para los dos...Y yo que esperaba poder ser una mage normal y hacerme amiga de mi compañera de habitación...Supongo que los sueños solo son sueños.

Y segundo, se me estaba haciendo pesado esto de llamarle "chico"' o "'humano", tal vez cuando despertase tendría que preguntarle por su verdadero nombre, si es que tiene uno.

 

El profesor Colbert se había dado cuenta que luego de la invocación de Bergren, dos estudiantes se habían alejado del circulo de estudiantes de tercer año.

--"Deberían saber que no deben hacer eso…"--Pensó el profesor antes de suspirar--"Ya que…allá ellos"…Bueno, el siguiente es Yukie Inoue--Dijo el profesor mientras esperaba al estudiante y veía a lo lejos al familiar de Kiara en silencio.

 

Elizabeth.

Mire al gran dragón y luego a Kit.
—¿No crees que hay criaturas en realidad espléndidas? —pregunté aplaudiendo de manera infantil, mi compañero asintió levemente con la cabeza y sonreí para luego hacercarnoas al chico del dragón —. Creo que tu dragón es maravilloso.

 

Omega Vantage

Me sorprendió mucho su altura, no me habia parado a darme cuenta. Era muy alto y de pronto se agachó a preguntarme que clase de familiar me gustaba.

—Sin duda un Pegaso o un Fénix—Respondí alegre.

Pero tuvimos que parar la conversación al ver que alguien invocó un humano.

—Una chica tampoco estaria mal—Pensó mi lado pervertido pero abandoné la idea.

Tras todos esos alborotos producidos por ese familiar, cosa que también me sorprendió a mi, no puedo negarlo, le toca el turno a mi compañero de habitación y recién amigo. Casi me quedo de piedra al ver ese imponente dragón tan majestuoso en medio del terreno.

—¡WOW!, enhorabuena—Dije cuando vi al chico acercarse para dejar paso al resto. —Por favor que no me toque un sapo—Puse mis manos un poco juntas debido al nerviosismo. Nunca me pasa pero en esos momentos no podia evitarlo.

 

Elizabeth.

Mi vista se poso sobre Omega, conocía su nombre ya que el maestro lo había presentado, le mostre una sonrisa soltamdo una pequeña risa.

—¿Y que tendria de malo un sapo?

 

Omega Vantage

—No me gustaria escuchar ruidos todos los dias y además, ¿qué poder tienen los sapos?—Pregunté a la chica.

Ahora que me fijo en ella lleva un pelo muy bonito, largo y rubio, muestra una sonrisa confiable. ¿Deberia confiar en ella?. A lo tonto, se me habia pasado un poco el nerviosismo, aunque habia algo en esa chica...no sabia decirlo exactamente, ¿algo misterioso?.

—Por cierto, me llamo Omega—Digo presentandome ante ella.

 

Elizabeth.

—Podría saltar sobre tu enemigo y meterse en su ropa —conteste divertida mientras alzaba los brazos de manera infantil.

Se veía amigable, aunque no aceptaba la posibilidad de que su familiar fuera un sapo. Mire a Kit el cual inclino la cabeza en forma de saludo a Omega.

—Un gusto, yo soy Elizabeth.

 

Bergren
Luego de que selláramos nuestra hermanad, el dragón venido de la tierra esbozó una sonrisa, pero a simple vista uno tendría la sensación de que estaba enseñando los dientes para después darme el bocado que acabaría con mi vida. Su imagen temible me dio la pauta necesaria para decidir el nombre con el que sería reconocido.

—Me llamo, Bergren, hermano dragón —me presenté con una enorme sonrisa de dicha. El dragón asintió y extendió las alas con un gruñido feroz—. No sé cuál es tu verdadero nombre , pero de ahora en adelante te nombraré como...

"Creo que tu dragón es maravilloso"

Los ojos de mi Familiar se enfocaron en una presencia a mis espaldas. Al voltearme me encontré con una chica cuyo nombre se me acaba de olvidar, no así su cabello rubio recogido en dos coletas, sus piernas atrayentes y los accesorios coloridos... Me pregunté si su ropa interior era igual de chillona pero, obviamente, no iba a expresar aquello en voz alta... ¿O sí?

Estaba por responder pero Omega se unió a la conversación, también felicitándome por mi espléndido dragón. La conversación giró en torno al poder de los sapos. La chica, que se acaba de presentar como Elizabeth, dijo: "Podría saltar sobre tu enemigo y metere en su ropa". Entonces quise ser sapo y considerarla mi enemiga, pero con amor...

—Además los sapos pueden deshacerse de cualquier plaga, como los insectos —intervine—. Hola, Elizabeth, el gusto es mío.

 

Omega Vantage

—¿Y si mi enemigo es un pervertido sin ropa?—Pregunte siguiendole el juego.

Su familiar era muy confiable, un griffo muy bonito, parecia también tener una fuerte musculatura, por lo que seria un duro rival. Las dos personas con las que habia hablado parecian ser muy amigables, era algo que me alegraba y esperaba poder conocerlas más a fondo.

 

Contenido oculto

Bruniwis te odio, me mate de la risa en clases xD
/SPOILER]

Elizabeth.

—¿Por qué pelearias con alguien sin ropa?—ladee la cabeza en la duda. Luego Bergren dijo algo sobre las plagas y me quede pensando —, ¿y si el familiar de otro es una mosca?, seguro gana una batalla —no lo evite y comencé a reir sin control.

 

Bergren

Aquello me hizo alzar las cejas, sugerente.

—Las "batallas" contra alguien sin ropa podrían ser divertidas, ¿no lo crees? —le dije a Elizabeth entre risas.