Solo un abrazo se necesito para romper esa fría persona, esa persona que estaba hecha de hielo. Él se llamaba Jack Frost era un ser que para nadie era visible, no existía… simplemente era un ser que usaban como expresión para que los niños se abrigaran. Él nunca podía ser visto…ni siquiera podía ser oído por alguien, cuando él intentaba jugar con los niños lanzándoles bolas de nieve, ellos creían que otro niño se las había arrojado o haciéndoles llegar días nevados o grandes ventiscas para salir a jugar a la blanca nieve de invierno, los niños pensaban que solo era una rareza del tiempo o solo una suerte de invierno. A él los demás guardianes lo conocían como un niño que solo causaba problemas, Santa lo tenía en su lista negra por causar problemas a todo mundo, el Conejo de Pascua lo odiaba por arruinar su día de pascua con esas “misteriosas tormentas” o esas “misteriosas nevadas”, los únicos guardianes que le tenían algo de agrado era, la Hada de los Dientes que le admiraba porque corría un rumor el cual era que sus dientes eran tan blancos como un como un copo de nieve que va cayendo, y Sandman que cuando iba a asegurarse de que los niños tuvieran sueños bonitos observaba que ahí estaba Jack mirando a los niños por la ventana deseando que por fin lo vieran. Pero algo cambiaria la vida de Jack, el Hombre de la Luna lo había escogido para ser uno más de los guardianes para luchar contra ese ser temido llamado “El Coco”. Sorprendentemente al inicio de esa batalla los niños dejaron de creer en Santa, el Conejo de Pascua, el Hada de los Dientes, Sandman a consecuencia de ellos perdieron su magia ya no podían salvar a los niños… solo quedaba alguien que podía salvarlos protegiendo al último niño que creía en ellos “Jaime”. El niño se encontraba en su cuarto hablando con su conejo de peluche pensando que si hacia eso el Conejo de Pascua lo escucharía, Jack se encontraba viendo a través de la ventana con una cara de tristeza porque no podría hacer nada ya que no lo puede oír ni lo puede ver. — Conejo de Pascua yo se que tu eres real, por favor dame una señal — pronuncio un niño mientras con tristeza sostenía su pequeño peluche el cual se notaba que era viejo solo para que este le diera una señal. Jack al ver esto abrió lentamente la ventana y entro al cuarto, toco la ventana congelándola un poco y en esta dibujo un pequeño huevo de pascua. Jaime al ver esto soltó su peluche por el impacto y corrió hacia la ventana. Luego Jack toco otra ventana y al igual que la primera se congelo pero en esta dibujo un pequeño conejo para después hacer que este se despegara de la ventana y volar por todo el cuarto haciendo que el pequeño empezara a intentar atraparlo pero cuando lo hace el conejo libera muchos copos de nieve pintando la habitación de blanco. — Un momento, ¿nieve?... — el niño pensó por un momento lo que le había dicho su madre “si no te abrigas Jack Frost te congelara la nariz” — Espera… ¿eres Jack Frost? — preguntó mientras un copo de nieve caía en su nariz — Dijo Jack Frost… ese es mi nombre… ¡dijo mi nombre! — grito dando saltos en el piso de la habitación con gran felicidad, el suelo se congelaba y se descongelaba cada vez que hacia contacto con los pies de él Jaime al escuchar esto volteo algo atónito y sus ojos se iluminaron al ver a ese ser de cabello blanco, ojos azules, un poco alto con una sudadera azul y un jeans de mezclilla del mismo color sosteniendo una especie de bastón. — Espera un segundo…me…me puedes ver — tartamudeo emocionado mientras se acercaba al chico con gran alegría, Jaime solamente pudo asentir — Oye… también puedes oírme — grito aun más alegre que cuando supo que el chico lo podía ver, Jaime solo pudo asentir nuevamente se notaba que estaba en shock — Si tu eres real significa que Santa Claus, el Hada de los Dientes, el Conejo de Pascua… — ¡Si, si, si todos somos reales! — grito Jack con gran entusiasmo interrumpiendo a Jaime que ya había superado el shock Afuera de la casa se pudo observar como el trineo de Santa se estrellaba en el frio pavimento… fue demasiado tarde ya habían perdido su magia todos. Jack y Jaime empezaron a reclutar niños y a su vez más de ellos empezaron a ver a Jack para a la vez terminar siguiendo al chico de hielo para luchar contra El Coco. La lucha fue dura pero los niños hicieron que nuestros guardianes recuperaran algo de su magia volviendo a creer en ellos, todos juntos volvieron las pesadillas del Coco un mal recuerdo, ahora eran sueños hermosos, sueños de esperanza que alimentaban a Sandman, el Coco huyo hacia el bosque seguido por los guardianes y los niños. — No me han derrotado, mis pesadillas siguen aquí — dijo el coco con seguridad apuntando a las montañas donde se podía apreciar caballos hechos de horribles pesadillas — No son nuestras pesadillas… son las tuyas — exclamó Jack mientras los caballos corrían hacia el Coco haciendo que este comenzara a correr nuevamente pero fue inútil los caballos empezaron a girar alrededor de él una y otra, y otra vez hasta hacerlo desaparecer — ¡Lo hicimos, lo hicimos! — gritaban los niños mientras alzaban sus puños al aire en señal de victoria. Santa llamo a sus renos los cuales no tardaron mucho en venir, Santa, el Hada de los Dientes, Sandman, Conejo de Pascua ya se encontraban en el trineo — ¿Oye Frost vienes? — preguntó Santa con una amplia sonrisa en el rostro — Claro ya voy — Jack comenzó a caminar hacia el trineo dejando a los niños atrás — ¡Jack espera! — grito uno de los niños provocando que Jack volteara y fuera recibido por un gran abrazo del niño — ¿Jaime? — fue lo único que pudo pronunciar Jack Frost para después abrazarlo de igual forma. Por primera vez sintió caliente su cuerpo, por primera vez supo que todos…hasta él que era considerado un niño problemático era capaz de sentir el amor de alguien en este caso del primer niño que creyó en él.
