Drabble de Pokémon - Abrazo de campeones

No era posible, no podía ser cierto, no podía creer lo que había pasado, yo, Red, había vencido a mi rival de toda la vida, Green, en la final de la Liga Pokémon, pero así había sido, realmente nunca creí derrotarlo, y no era porque no tuviera confianza en mí mismo, si no que Green siempre me había vencido en todo, batallas, tiro al blanco, competencias de comida, incluso me vencía sin hacer nada, pero esta vez yo había ganado, pude ver como la gente desde las gradas me vitoreaba y aplaudía por primera vez en mi vida, me sentía como un ganador, y de hecho lo era, me quedé en trance durante unos segundos, contemplando todo lo que había logrado, solo salí de aquel estado cuando vi que Green se dirigía hacia mí, me felicitó y me deseó lo mejor, fue en ese momento que me di cuenta que no solo era mi rival, sino también era mi amigo.

Pronto su Charizard también me felicitó por como lo había derrotado con mi Venusaur, al menos eso creí entender, me dio un gran abrazo que soporté por un tiempo hasta que me quemó con el fuego de su cola, naturalmente lo solté, poco después pika también intentó abrazarme, me agaché para abrazarlo pero saltó tanto que se aferró a mi cara y no me soltó por más que corrí por el estadio dando vueltas y gritando, me di cuenta que el público empezó a reírse, terminé chocando con un poste por lo cual caí al suelo, pero ni así me deshice de pika, las risas crecieron más y más, hasta que todos se callaron de golpe, realmente no entendía lo que pasaba, bueno, hasta que pika saltó de mi cara y me di cuenta, muy tarde, de que el siguiente en abrazarme sería snorlax, lo último que vi en ese momento fue la barriga de snorlax sobre mí. Toda mi vida pasó frente a mis ojos, solo ahí me di cuenta de que mi vida olía a pelusa de oso, me cuestioné sobre todo lo que había hecho, hasta que escuche un ruido, no sabía si era mi respiración moribunda o snorlax se había quedado dormido, como fuera, sentí que ya no tenía salvación, por suerte en ese momento Green me jaló con todas sus fuerzas hasta que logré salir, comprobando que efectivamente, snorlax estaba dormido, y que además, había perdido mi gorra a manos de pika.

Desde entonces decidí dejar de abrazar tanto a mis pokémon, pero bueno, tal vez fue mi culpa por dejar que Venusaur se comiera toda la comida de snorlax antes del combate.