A través del cristal. — One-Shot

Tema en 'Relatos' iniciado por Asdfghjklñ, 25 Julio 2015.

  1.  
    Asdfghjklñ

    Asdfghjklñ SKZ

    Cáncer
    Miembro desde:
    6 Junio 2011
    Mensajes:
    394
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Título:
    A través del cristal. — One-Shot
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Tragedia
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1741
    Las noches son más frías cuando estás solo.

    ¿No te ha pasado que te sientes solo? ¿Y qué a veces simplemente todo parece una mentira? Los días se vuelven solos y las noches frías. Solo quieres que termine. Pero puedes no ser el único, porque parece ser que nadie puede ser feliz por mucho tiempo, y que la vida se entrelaza, se enreda y se vuelve a estirar, pero siempre sigue a delante y tienes que aprender a seguir tú. A veces no vives, solo respiras y puedes no ser el único.

    En este mismo instante alguien se quiere suicidar, otros están felices, alguien acaba de nacer, y otros pueden estar metiéndose su primer cigarrillo de la noche o de la vida, alguien puede tener su primer orgasmo, o estar orando, un esposo puede estar llegando a casa y otro no desear hacerlo. Porque todos tenemos vidas distintas, pero la tuya no es la única ¿has pensado como es la vida desde los ojos cristalizados de los demás?

    ~

    Una cuchilla fría tocó su pálida muñeca, marcándose uno, dos y quizás tres cortadas que tiñeron su piel de un color oscuro. La sangre caliente pero a la vez tan fría empezó a fluir, simplemente se dejó caer sobre la baldosa fría de su baño sombrío, en aquella noche helada que parecía cada vez más oscura, cada vez más triste… siempre tan sola.

    El desespero llenó sus ojos, y las traicioneras lágrimas empezaron a fluir una vez más. ¿Cuándo terminaría todo? Pero lo peor, ¿cuándo fue que comenzó?

    Alicia, a sus dieciocho años de edad, había decidido que era muy joven para lo mucho que había sufrido. Había querido creer que todo mejoraría, que la vida tendría algo mejor para ella y que saldría adelante, pero cada vez se sentía más hundida, mientras más se decidía más se encontraba a sí misma en aquel baño solitario , en compañía de sus delgadas y filosas cuchillas.

    Sus ojos cansados y rojizos miraban a la nada; aquel vacío solo le recordaba a sí misma. Sus cabellos se pegaban sutilmente a su rostro mientras eran empapados con las saladas y frías lágrimas. Frente a ella la tina se llenaba una vez más con aquella agua tibia, esperando de nuevo a ser manchada con el rojo carmesí de una sangre inocente.

    Se levantó del suelo, temblorosa y perdida, su piel pálida dejaba marcar sus salidos huesos mientras sus manos dejaban resbalar cada vez más de aquel líquido pegajoso.

    Alicia recordó su corta pero tortuosa vida, recordó las promesas de su padre diciéndole que volvería de la guerra, a su madre jurando que dejaría de beber la próxima semana, a su hermano diciendo que las drogas ayudarían, a su novio jurando amarla para toda la vida, recordó a ella creyéndolo, creyendo que toda esta vida no era un desastre y que tal vez, solo tal vez ella tenía una oportunidad de ganarle, de salir adelante y de poder sonreír verdaderamente cada día; pero una sonrisa era la tortura de su vida.

    También pensó el día en que dejó de comer bien, cuando miraba cada revista de su madre y la decepción frente al espejo. Recordó las burlas, recordó como día tras día todo le recordaba la autoestima que poseía y como todo, de manera vertiginosa se vino abajo. Todo se derrumbó. Ella se derrumbó.

    Miró el espejo un poco sucio, ahí estaba su reflejo, aquel que no le parecía el suyo. “¿El niño que solías ser estaría orgulloso de lo que eres ahora?” Apoyó su mano huesuda en aquel cristal empañado, y lloró, ahora sí lloro por todo. Por su padre, que soñaba con una pequeña casa en la montaña, por su padre que soñaba y nunca nada se hizo realidad. Por su madre, que solía querer ser la mejor madre, independiente, soñadora, fuerte; pero que al final terminó quebrándose como todos. Lloró un poco más por su hermano, aquel que un día fue su ejemplo, el que quería ver como un gran jugador de fútbol o veterinario. Lloró por ella, por no ser más fuerte, ni más lista, por no tener una brillante personalidad y una hermosa apariencia que contrastara con una linda actitud, lloró por no ser suficiente para los demás, pero lo más importante, por no ser suficiente para sí misma, porque ahora se estaba rindiendo, porque ya no creía poder hacer nada más, luchó y fue vencida. Porque su enemigo más fuerte era aquel del cual no podemos huir, el que conoce todos tus miedos e inseguridades, el que sabe cómo destruirte desde adentro: su mayor demonio no se escondía dentro del armario, ni debajo de la cama, mucho menos detrás de su puerta, lo hacía en su cabeza, y era ella misma.

    Su puño se cerró fuerte frente al espejo y quiso gritar todo lo que nunca gritó, sacarlo de adentro, pero una vez más las palabras se quedaron sordas dentro de su garganta, murieron sin ser pronunciadas, de nuevo su camino terminó en la punta de su lengua. Y tal vez ese era el problema, se ahogó con todas aquellas palabras que nunca supo cómo pronunciar.

    Miró una última vez su reflejo borroso, vio por última vez sus ojos verdes apagados y cristalizados, un poco hundidos y adornados con unas gruesas y opacas marcas debajo de cada uno. Sus mejillas hundidas mostraban la falta de cuidado que tenía con su cuerpo al comer, y sus labios tarjados y pálidos denotaban lo perdida y enferma que se encontraban en ese momento. Sus cabellos castaños y oscuros colgaban lacios y despeinados por todo su rostro; todo su cuerpo en sí era el símbolo perfecto de una hoja de papel, tan frágil, tan liviana, tan insignificante y manejable, tan pálida y tan delgada… tan rompible, esa era Alicia. La joven que vivió la vida y se chocó, la chica que intentó seguir y se cayó, la chica a la cual sus demonios le consumieron el alma. Era la niña que brincaba en los brazos de su padre, y la que abrazaba fuertemente cada noche a su madre antes de dormir, la que le pedía a su hermano que le leyera cuentos; y justo ahora, metida completamente en la bañera, haciendo el último corte más profundo en cada muñeca, Alicia era cada persona, era la prostituta de la esquina, y el chico que se droga, y el esposo infiel, el niño que mendiga y la señora que robaba en el mercado, era la monja devota y el traficante, la mujer maltratada y el chico que había sido abandonado; también la chica que piensa abortar y el preso que se arrepiente. Porque Alicia se hizo cada historia mientras los azulejos del baño se volvían cada vez menos visibles, se volvió cada persona que vive y también las que solo respiran, dio una última lagrima no por ella, ni por sus padres, ni por su hermano, dio una lagrima por aquellos perdidos y encontrados. Por todos. Y sintió, que aquella noche, más que cualquier otra, mientras estaba sola en aquel baño dando su último suspiro, fue la noche más fría de todas.



    “Qué triste es ver a alguien tan perdido, que triste es ver cada historia,

    Qué triste es sentir como todo se acaba y como la esperanza te abandona.

    Qué desolador puede llegar a sentirse cada día.

    Qué pequeña se puede sentir una persona al no poder hacer nada contra sí misma.

    Porque las voces de tu cabeza no se callan.

    Porque siempre buscas ser mejor.

    Y deseas ser siempre valiente y levantarte, y tal vez mañana todo se acabe.

    Y tal vez todos somos muy cobardes, o muy valientes.

    Puede que no seamos nada o seamos todo.

    Pero cuando las hojas del árbol terminan de caer su único destino es morir.

    Y tal vez no vuelva a nacer.

    Y quizá no merecí la vida que viví.

    O tal vez merecía algo peor.

    Tal vez destruí tu vida mamá, y quizá por mí papá tuvo que buscar un trabajo mejor,

    Y mi hermano pudo sentirse mal al no ser el niño consentido,

    Y posiblemente todos podemos vivir una vida mejor, pero no siempre pasa.

    Y todo de repente se vuelve muy triste.

    Las personas quieren más de lo que pueden tener,

    Piden más de lo que realmente necesitan.

    Y no podemos ser felices por mucho tiempo.

    Las estrellas sobre nuestras cabezas caen cada vez más fuerte.

    Y el manto que nos mantenía a salvo se rompe,

    Y entonces tienes que empezar a vivir,

    Y el sinónimo de vida debería ser lucha…

    Y no todas las luchas se ganan.

    Y yo perdí esta.

    Tal vez sea muy tonto pedir perdón.

    Y puede que nadie me recuerde y simplemente sea una triste historia más del montón.

    Las personas pueden venir llorando, diciendo lo joven que era,

    Y lo hermosa y lo valiente, y todas las estúpidas frases que dicen por remordimiento

    O por decir. O tal vez no pase ninguna de estas cosas.

    Pero la luna se hace cada vez más opaca,

    Y las noches más tristes.

    Y las cuchillas más amables.

    Y me digo a mí misma que todo estará bien, cuando sé que no lo estará.

    Pero al final. Aunque no lo merezcas y yo no lo merezca,

    Tal vez sí te deba pedir perdón.

    Perdón por no ser valiente, o por serlo demasiado.

    Lamento no ser lo que esperabas que fuera.

    Perdón no solo a ti, sino a todas las personas que se sienten en la obligación de llorar a alguien estúpida como yo.

    Pido perdón a todas las personas que la tienen más difícil,

    Y lamento que en África sufran de hambre, pero creo que cada persona carga con su dolor y nunca es más o menos que otro; solo es diferente.

    Lamento haber caído y no levantarme.

    Siento estar cansada.

    Y justo ahora, cuando la última estrella cayó,

    Cuando la última lágrima fue derramada,

    Lamento decir que ya no doy más.

    Y que tal vez esta sea mi última palabra.

    Y que quizá: no me arrepiento de nada.

    Adiós.


    ATT: Alicia, la chica que vivió su última noche más fría… sola.”
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  2.  
    Tara-chan

    Tara-chan Iniciado

    Virgo
    Miembro desde:
    18 Junio 2012
    Mensajes:
    7
    Pluma de
    Escritora
    Muchas veces es jodido, aveces es necesario.
    cuando las palabras no pueden salir, y se te atoran de la manera más horrible en tu garganta, no hay forma alguna de sacarlas, por mas empujones que les des no salen, antes parecen atorarse más... y es en ese momento... justo en ese momento donde las cuchillas se hacen tus amigas, ya no son simples cuchillas, ya son esas "voces" que no hablan a todo pulmón, gritan con todas las fuerzas, gritos silenciosos que aturden tus odios... que marcan tus muñecas.....
    "Lo hace para llamar la atención" palabras vanas que siempre dirá la gente, PERO ¿hasta cuando serán vanas? ¿hasta que pase a mas de un corte? ¿hasta que un día recibas una llamada y sea la peor de las noticias? ¿o esperas entrar a su cuarto porque el silencio te perturba, y encontrar a tu hijo/a tirada?
    Creo yo que muchas veces acudimos a las cuchillas pues no hay alguien "más" que pueda escucharte, ayudarte etc ..... Cuando llega la decisión mala, cuando llega la muerte, la despedida... hay si llega el supuesto remordimiento, "era tan buena persona" era esto, era aquello ¿porque esperar hasta el final para remordimientos?
    Creo yo que muchas veces si dijéramos las cosas más a tiempo no pasarían estas cosas, y no tendríamos que escuchar.... "se cortaba, la encontramos en el baño" no tendríamos que escuchar el "Era tan buena persona"....


    No se, es lo que pienso y supongo yo
     
    Última edición: 25 Julio 2015
    • Me gusta Me gusta x 1
  3.  
    George Asai

    George Asai Maestro del moe

    Aries
    Miembro desde:
    15 Mayo 2011
    Mensajes:
    976
    Pluma de
    Escritor
    Leí el escrito como lo dije, es bastante deprimente, la protagonista no pudo dar el cien en la vida, me hiciste reflexionar un poco acerca de la debilidad humana, pues siempre creí que todos éramos fuertes, pero no, hay gente incapaz de cargar su propia cruz, eso fue lo que pasó con Alicia, tuvo muchas pérdidas y no fue capaz de seguir adelante. ¿Cuántas personas pasan por eso?, es una historia independiente para cada fracaso, el de Alicia no fue uno más de los muchos que han ocurrido en este planeta.

    La reflexión del suicidio sin embargo, está fuera de mi alcance, pues considero eso como un acto cobarde, siempre se puede luchar hasta el último aliento, jamás rendirse ante la adversidad, tener el poder para vencer a tus oponentes de muchas formas. Sean personas o situaciones, por ende no estoy de acuerdo con la reflexión, aunque tú misma lo escribiste de una forma tan tentadora, que otras personas podrían caer.

    Tienes un estilo más enfocado a los sentimientos y no tanto a la narración, al menos en este escrito, tirando más a la poesía que a la prosa como tal, pero es bueno para este tipo de historias, donde las emociones de la protagonista son de relevancia principal.
     
    • Me gusta Me gusta x 2
Cargando...
Similar Threads - través cristal
  1. Brunchi
    Respuestas:
    3
    Vistas:
    542
  2. Dark RS
    Respuestas:
    0
    Vistas:
    401
  3. Dann
    Respuestas:
    2
    Vistas:
    503
  4. Kiryuuin
    Respuestas:
    0
    Vistas:
    435
  5. Kagamine Len
    Respuestas:
    1
    Vistas:
    569

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso