A quien me recuerdas

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por DeboraAnabe, 3 Noviembre 2007.

Estado del tema:
No se permiten más respuestas.
  1.  
    DeboraAnabe

    DeboraAnabe Guest

    Título:
    A quien me recuerdas
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    38
     
    Palabras:
    7519
    Re: A quien me recuerdas

    Los personajes que conforman esta historia no son míos y no pretendo ganar dinero con esta historia, solo es un pasatiempo, así que no me demanden, esta historia esta pensada y escrita por Debora Anabel para fans. De INUYASHAXKAGOME
    La clasificación de esta historia aun esta pendiente diría que es M
    A quien me recuerdas
    Inuyasha ha amado mucho a una joven mujer, al volver de un viaje se entera que ha desaparecido cegado por el dolor se niega al mundo, hasta que es necesitado por alguien tal vez con un destino más miserable que el suyo.
    Esta historia esta ambientada en la época antigua es decir, caballos carruajes, pero sin olvidar algunos objetos de modernidad, los primeros teléfonos, telégrafos, autos.
    “...” PENSAMIENTOS
    - DIALOGOS-
    &&&&& CAMBIO DE ESCENA
    /NOTA DE AUTORA/ N/A
    //// FLASHBACK////
    Capitulo XVIII: Lazos.
    Al entrar pudo verla tendida en el suelo, parecía una muñeca rota.
    - ¡¡¡¡Kagome!!!!- grito Inuyasha, corrió hacia ella la tomo en brazos y comenzó a llamarla
    - Kagome, Kagome, háblame, Kagome, respóndeme- pero ella no respondía.
    Había perdido las esperanzas, se abrazo a ella y comenzó a sollozar meciéndose junto con ella, había llegado tarde.
    - Inu..ya..sha.- se escucho débilmente, el muchacho creyó haber oído mal, pero cuando vio su rostro pudo ver que sus hermosos ojos chocolate, casi tan brillantes como siempre.
    - Kagome, estas viva- la abrazo con fuerza
    Sa. bi.a que ven..drias por mi, ma..ma me lo dijo, di..jo que t.u me en..contra...rias.
    Inuyasha le sonrío, le beso la frente y la cara.
    - Sí... iría por ti hasta el mismo infierno- dijo con certeza- y ahora, nos vamos a casa.
    Se puso de pie con la pelinegra en brazos y comenzó a avanzar hacia la puerta cuando fue interceptado por Kaede quien les apunto a ambos.
    - Eres un maldito, ahora tu y ella morirán como los perros que son.
    &&&&&&&&&&&&&
    La mirada desorbitada, los ojos enrojecidos, el cabello algo alborotado, su respiración dificultosa, Kaede era la viva imagen de la demencia. Parada cerca del umbral de la puerta con el brazo recto apuntado directamente a su objetivo, Kagome e Inuyasha.
    Ambos se encontraban casi en la misma postura, el muchacho sostenía a la chica cerca de su pecho procurándole protección, ella casi al borde de la inconsciencia intentaba mantener los ojos abiertos rogando a Dios que no lo hirieran por su causa.
    - Señora Kaede- dijo finalmente el muchacho- ¿Por qué hace esto?
    La anciana, afirmo la otra mano sobre el pequeño revolver y continuo apuntando sin emitir respuesta alguna.
    - Señora – Insistió el ojidorado – ¿no me reconoce? Soy Inuyasha.
    Pero la mujer no contestaba, su rostro lucia extraño, su mirada perdida no parecía ser la misma persona de meses atrás, era otra persona, a su mente llegaron recuerdos del tiempo que compartieron cuando vivía su prometida, siempre sonriente, dispuesta y amable pero esta mujer que tenia enfrente, ¿Qué pudo haberle ocurrido?, Recordó que un par de meses atrás se la habían llevado a otra ciudad para tratarla de sus nervios, la muerte de Kikio había devastado su vida pero al parecer fue mucho peor para la anciana, seguramente enloqueció de dolor, una punzada de culpa le atravesó el pecho.
    El nunca penso en el sufrimiento de los demás solo en el suyo, se enfrasco en su dolor y simplemente olvido todo a su alrededor, miro a la muchacha que sostenía en sus brazos, acaso ella también había sufrido, debía ser, era su hermana después de todo o quizás, recordó algo que había escuchado aquel trágico día en que Kikio desapareció -¡¡Ella... fue ella, esa maldita tuvo que ver con el secuestro de mi niña!! - Acaso Kagome tuvo algo que ver con la muerte de su novia, - “¡no!”, Meneo la cabeza imposible jamas haría algo así, pero quizás la anciana Kaede creía que en verdad ella era responsable y por ello la había golpeado de esa manera, debía lograr que recobrara la cordura o ambos morirían.
    - Señora Kaede, por favor trate de razonar su sobrina necesita atención medica, deje que me la lleve.
    Ella no respondió, asumió que quizás significaba que los dejaría ir, comenzó a avanzar lentamente, pero la mujer sé movió bruscamente cortándoles el paso.
    - Ni se te ocurra, si tu quieres lárgate, pero deja a esa maldita donde estaba para que pueda acabar con su miserable vida, ya me ha hecho demasiado daño como para que la deje vivir.
    - ¡No! - Inuyasha se giro con Kagome en brazos para protegerla con su cuerpo- Ella no tiene culpa alguna de lo que ocurrió con Kikio, Kagome era su hermana nunca le hubiera hecho daño.
    - No, no te atrevas a mencionar a Kikio junto con esa, ella la envidiaba nunca soporto que mi niña fuera mejor.
    - Kagome es una buena persona y...
    - Ja, te convenció con esa carita de inocencia, ella es igual que su madre una furcia, como pudiste cambiar a mi querida Kikio, por esa mujerzuela, ella debe estar revolcándose en su tumba, eres una basura igual que ella, nunca la amaste, todos tus supuestos sentimientos hacia ella era una mentira.
    - No, yo si la amaba, aun yo, aun...- miro a Kagome quien aun luchaba por permanecer consciente- aun no la he olvidado- finalizo pero por algún motivo que no llego a comprender sintió que mentía.
    - Eso es mentira, yo sé muy bien que no es cierto, te vi aquel día a ti y esa- arrugo la nariz con repugnancia- estaban acostados y tú la abrazabas, ahora niégame que tu y esa tiene algo.
    A la mente del muchacho vinieron los recuerdos de aquel día, aun podía percibir claramente el dulce aroma y la calidez que experimento aquel día, fue el primer día desde la muerte de Kikio que pudo conciliar el sueño, debía olvidar ese recuerdo ahora, debía decir algo que conformara a la anciana y evitara que le hiciera daño a Kagome.
    - Bueno ella- titubeo- Kagome me recuerda a Kikio, sé bien que no son la misma persona pero... pero aun así se parecen físicamente.
    - ¿Entonces no te interesa?, Solo la utilizas por que se parecen, ¿verdad? Ella simplemente es un ridículo remplazo.
    Inuyasha asintió, pero al hacerlo sintió un gran nudo en su estomago.
    Kagome no podía percibir todo en su totalidad pero pudo escuchar claramente las palabras venenosas de su tía, acaso el único lugar que podría ocupar en la vida de Inuyasha Taisho era ser solo un retrato viviente de su antiguo amor, el pensamiento le produjo aun más dolor que los golpes de su espalda, de haber podido habría salido corriendo de la habitación pero su cuerpo se negaba a responderle.
    - Señora Kaede deje que lleve a Kagome con un medico, esta muy lastimada, y...
    - ¡No!- apunto a Kagome - si tu quieres recordar a Kikio te voy a obsequiar un bonito retrato de cuerpo entero que tengo de ella, pero esa muchacha nunca saldrá viva de aquí, ahora déjala en el suelo y observa junto a mí como desaparece la escoria que causo todo nuestro sufrimiento.
    Esto era demasiado podía fingir que Kagome no le interesaba como mujer pero no podía permitir que le ocurriera algo malo, si en algún momento debía elegir entre ella y el recuerdo de Kikio ya sabia a quien elegir.
    - Déjala o muere con ella, contare hasta tres.
    Inuyasha negó nuevamente con la cabeza, sintió que Kagome sujetaba con fuerza su camisa buscando su atención, sus ojos estaban muy abiertos brillantes intentaba decirle algo.
    Ella quería decirle que se fuera, que la dejara, su vida no valía tanto para que él muriera.
    Como si hubiera podido transmitir sus pensamientos él acaricio su rostro, negó con la cabeza, sonrío levemente y se inclino para aspirar el dulce aroma de Kagome una vez mas, si debía morir ese día por lo menos se llevaría su aroma con él.
    - Uno, Dos, te lo advierto no estoy jugando- pero el muchacho solo se abrazo mas fuerte a la pelinegra- es un estúpido suspiro Kaede, tanto como Sota – suspiro una vez mas – tres.
    El disparo resonó en toda la casa y ambos jóvenes sé precipitaron al suelo.
    &&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
    - ¡Nooo!, Kagome- Sango despertó súbitamente de lo que parecía ser una pesadilla.
    Miroku quien esta descansado en una silla se puso de pie rápidamente y fue a su lado.
    - ¿Sango que te ocurre?, ¿Te duele algo?, ¿Quieres que llame a Hoyo?.
    Sango respiraba con dificultad, se giro hacia Miroku.
    - Kagome, ¿donde esta?, quiero verla.
    Pudo ver la preocupación en el rostro de la muchacha e intento tranquilizarla
    - Descuida pronto vendrá.
    - No, ella esta en peligro, tengo que ir por ella, me esta llamando- intento bajarse de la cama pero su acción se vio impedida por las manos de Miroku quien trataba de retenerla.
    - No, aun no puedes moverte, el medico dijo que...
    - Quítate tengo que ir por ella, esta en peligro y yo...
    - En esas condiciones no puedes hacer nada por ella, ni si quiera puedes mantenerte en pie, debes descansar Inuyasha fue por ella, estoy seguro que la traerá con bien.
    - Inuyasha, Inuyasha- repitió- nunca debí confiar en él, debí ir a buscarla yo misma arrastrándome si fuera necesario, ahora quítate.
    Miroku cedió para evitar que siguiera alterándose, Sango puso los pies en el suelo apoyo ambas manos en la cama y se impulso para ponerse de pie en ese momento la habitación comenzó a dar vueltas a sus alrededor provocando que cayera nuevamente sobre la cama.
    - Te lo dije, no seas testaruda, recuéstate.
    - No,... déjame tengo que ir por ella... - dijo intentando nuevamente ponerse en pie y fracasando, estaba demasiado mareada.
    - Escucha Sango entiendo bien como te sientes, pero tienes un golpe bastante serio en la cabeza y debes descansar, Inuyasha se encargara de todo.
    Sango lo miro no muy convencida de sus palabras.
    - Té lo prometo- dijo él- confía en mi, te lo prometo.
    Mantuvo la mirada fija en los ojos de Miroku un par de segundos, finalmente asintió.
    - Mas te vale o tu y tu amigo...- intento amenazarlo pero antes de que lo hiciera Miroku tomo su mano cariñosamente.
    - Tranquila todo saldrá bien.- Beso la mano de Sango con devoción.
    Una enfermera entro a la habitación, ambos voltearon a verla.
    - Disculpen, debo cambiar el vendaje a la señorita.
    - Si por supuesto- le sonrío Miroku.
    Sango se soltó bruscamente de su mano enrojeciendo de vergüenza
    - Por favor, permítame unos minutos- dijo la enfermera abriendo la puerta e indicándole a Miroku que saliera.
    - Claro- se aparto un par de pasos de la cama le hizo una muy formal reverencia a Sango- princesa su príncipe esperara afuera.
    Antes de terminar de cerrar la puerta tras él, escucho a la enfermera.
    - Su prometido es muy simpático, se ve que la quiere mucho.
    - Ese mujeriego no es nada mío- espeto Sango.
    Miroku no pudo evitar esbozar una sonrisa, que pronto borro al preguntarse por su amigo, en verdad ya había tardado demasiado.
    - ¿Dónde estas Inuyasha?
    &&&&&&&&&&&&&&
    Inuyasha aun permanecía en el suelo abrazado a Kagome, se habían dejado caer junto con el disparo penso por un par de segundos que podría estar herido, movió levemente sus extremidades y no percibió dolor alguno pero la tranquilidad solo fue momentánea por que si el no estaba herido, entonces ella.
    - Kagome- llamo suavemente- Kagome- volvió a llamar pero la muchacha estaba muy quieta. Muy tranquila- la palidez se adueño de su rostro.
    Observo con detenimiento esperando encontrar alguna herida, pero por mas que busco no encontró nada, Kagome simplemente estaba dormida, pero ¿cómo?, Si él escucho el disparo.
    Mientras su mente trataba de atar cabos un par de voces llamaron su atención regresándolo a la realidad.
    - ¡Kaede, suéltala!- gritaba una voz.
    - ¡No!, Ella tiene que morir es la causante de todo mi sufrimiento.
    La anciana se encontraba forcejeando con alguien para que soltara el arma e Inuyasha tan solo observaba la escena aun sin creerlo.
    El brazo de Kaede esta apuntando al techo, siguió su trayectoria y pudo ver un pequeño orificio en la pared donde había ido a parar el proyectil del arma, suspiro aliviado, dirigió toda su atención a la persona que intentaba quitar a Kaede el arma. Él conocía a esa persona era...
    - Suéltame, Sota no voy a permitir que ella arruine mi boda otra vez.
    El padre de Kagome había llegado justo cuando Kaede pretendía disparar y consiguió desviar el disparo.
    - Muchacho, reacciona saca a mi hija de aquí.
    Inuyasha parpadeo un par de veces, sujeto fuertemente a Kagome se puso de pie y salió lo más rápido que pudo de la habitación.
    - No, no Sota, no dejes que se vaya Ayako quiere arruinar nuevamente nuestra boda, nuestro momento feliz.
    - Ella no es Ayako, ella esta muerta, deja de decir locuras y dame esa arma.
    Kaede lo miro con rencor y se negó a entregarle el revolver, él la miro seriamente aflojo un poco el agarre que ejercía sobre su brazo.
    - Si no me la das, suspendo nuestra boda.
    Kaede pareció dudar de sus palabras pero al ver la dureza de su rostro supo que hablaba en serio, dejo de moverse estiro el brazo lentamente y le entrego el arma.
    Sota tomo el arma se la llevo al bolsillo y miro el rostro de la mujer.
    La edad de Kaede no iba con su rostro su mirada estaba apagada triste tenia arrugas y el cabello encanecido, se sintió culpable, él había provocado su sufrimiento y ahora debía tratar de compensarla.
    - Tranquila Kaede, todo estará bien- se abrazo a ella y finalmente la mujer pareció calmarse por completo.
    - Pero Ayako, quiere destruir mi felicidad, al fin nos casaremos y ella... - dijo sin soltase del abrazo del señor Higurashi.
    - Shh, tranquila ella ya no esta con nosotros y lo sabes bien, ella es Kagome no Ayako.
    - No me engañes, ella regreso para arruinar mi felicidad, ella regreso y esta vez no permitiré que acabe con mis ilusiones.
    - Eso no ocurrirá, tranquila- comenzó a acariciar su cabello y ella pareció relajarse mas aun.
    En el umbral de la puerta Urasue observaba a Sota y Kaede abrazados.
    Sota se giro a ella.
    - Muchacha trae las pastillas de Kaede, vamos apresúrate.
    - No, no quiero dormir esas pastillas hacen que tenga mucho sueño y cada vez que me despierto tu ya no estas, por favor estaré tranquila pero no me dejes.
    - Claro que no, solo quiero que mi linda novia descanse un rato, después de todo querrás estar muy bien para comprar los nuevos muebles de la casa ¿no?
    Kaede lo miro ilusionada y sonrío.
    - ¿De verdad?- Sota asintió- ¿puedo comprar lo que yo quiera?
    - Lo que tu quieras después de todo serás la dueña de esta casa.
    Kaede sonrío como un niño cuando le dan un dulce.
    Finalmente logro que tomara una pastilla y se recostara, ahora se encontraba durmiendo plácidamente.
    - No te despegues de ella.
    Urasue asintió y Sota se dirigió a la sala.
    &&&&&&&&&&&&&&&&
    Inuyasha deposito a Kagome en el gran sillón de la sala boca abajo para no dañar mas aun su espalda.
    Se arrodillo, puso su cabello aun lado y examino con detenimiento las marcas de su espalda, muchas de ellas estaban en carne viva, los hilos del vestido desgarrado estaban mezclados con la sangre seca, intento corres un poco la tela pero inmediatamente recibió una reacción ante el dolor por parte de la muchacha, necesitaba llevar a Kagome con un medico y si el señor Higurashi no aparecía pronto se la llevaría sin esperar más.
    - Señor Taisho- el padre de Kagome irrumpió en la sala con un tono formal.
    Se incorporo rápidamente.
    - Señor Higurashi necesitamos enviar por un medico, Kagome esta...
    - Eso no será necesario, la señorita Urasue quien ha atendido a mi querida cuñada durante su enfermedad es una excelente enfermera, ella podrá ocuparse de mi hija.
    - Pero que esta diciendo ella y su cuñada sé llevaron a Kagome de mi propiedad contra su voluntad y la golpearon
    - Eso es imposible- asevero con tranquilidad- ¿esta usted seguro?
    - Bueno casi seguro porque...
    - Tiene usted pruebas- el muchacho negó con la cabeza.- lo ve, esto no debe ser mas que un malentendido.
    Inuyasha titubeo por unos instantes no tenia pruebas, pero todo apuntaba a que eso había ocurrido.
    - Pero Kagome...
    - Mi hija es muy fantasiosa, si dijo algo déjeme decirle que es solo producto de su mente romántica.
    - ¡Mente romántica y fantasiosa esta usted loco, mire la espalda de su hija cree usted que esto es producto de su mente, si es así usted esta mas enfermo que esa mujer! - dijo refiriéndose a Kaede
    El señor Higurashi observo por dos segundos el estado deplorable de su hija, se giro rápidamente.
    - Esos son tan solo rasguños, descuide se curaran.
    - ¿Que clase de padre es usted? - grito – ¡con un demonio es sangre de su sangre es que acaso no tiene corazón! Es usted un maldito hijo de...
    - Cuide sus palabras señor Taisho, no me obligue a invitarlo a salir de mi propiedad, lo perdonare en consideración a mi dulce Kikio pero no abuse de mi bondad, puede irse enviare a Urasue para que se encargue de mi hija y por favor envíele mis respetos a su padre.
    Sota salió de sala sin voltear atrás, como si no le importara el estado de su hija.
    Inuyasha maldijo entre dientes.
    &&&&&&&&&&&&&&
    Sota entro en la habitación de Kaede, ella se encontraba recostada en una gran cama con cobertores delicadamente bordados, a su lado Urasue velaba su sueño.
    - ¿Cómo esta? - pregunto
    - Duerme profundamente señor- respondió levantándose de la silla.
    - Bien- se acerco a Kaede acomodo un mechón rebelde que caía sobre su frente, le sonrío y se volvió a la muchacha- en la sala esta mi hija por favor atiende sus heridas.
    - Pero señor la señora no quiere que...
    - ¡Ahora Urasue!
    Ella no dijo mas tan solo asintió con la cabeza le hizo una reverencia y salió de la habitación.
    - Esto no le gustara nada a mi señora- dijo para sí mientras caminaba rumbo a la sala.
    Urasue llego a la sala pero allí no había nadie, se pregunto si es que no habrían llevado a la muchacha a su habitación, giro sobre sus talones y se dispuso a buscarla.
    &&&&&&&&&&&&&
    Inuyasha conducía velozmente su automóvil por el desierto camino de tierra con Kagome durmiendo en el asiento trasero.
    Parecía muy concentrado en el camino, pero cada tanto dirigía a la muchacha una mirada por el espejo retrovisor.
    - Eres un ángel, no importa si tu padre no se ocupa de cuidarte, tu siempre me tendrás a mí.
    &&&&&&&&&&&&&
    - ¿Pudieron averiguar algo más?
    - No señor, los traficantes que capturamos en los barcos declararon que no han visto a ninguna joven con las características de la señorita Higurashi.
    - Maldición- mascullo Bankotsu- tanto trabajo para nada.
    - ¿Cree usted que estén diciendo la verdad?, después dé todo son delincuentes- dijo InuTaisho
    - Somos muy persuasivos, le sorprenderían las cosas que son capases de confesar con los estímulos adecuados.
    - Ya veo, entonces que deberíamos de hacer a partir de ahora, tengo un par de amigos en la capital y quizás.
    - Seria inútil, la señorita se encuentra aun en la ciudad de eso no me cabe duda.
    InuTaisho y Bankotsu se encontraban en la estación de policía esperando que alguno de los delincuentes que habían encontrado en los barcos les diera datos referentes a la muchacha, pero hasta ahora no pudieron dar con nada que los condujera al paradero de Kagome.
    Rápidos pasos se dejaron escuchar fuera de la oficina de Bankotsu seguidos de la intempestiva entrada de uno de sus agentes.
    - Que significa esta intromisión, como te atreves a entrar sin llamar...
    - Señor uno de nuestros hombres vio a la muchacha.
    - ¿Cómo dices?, ¿En donde?
    - En el camino principal en un automóvil.
    - Y ¿lo detuvieron?
    - No señor por que...
    - Nada justifica su ineptitud, si el delincuente escapa les juro que los llevare yo mismo a la horca.
    El agente comenzó a sudar frío.
    - Pero no te quedes allí, que se preparen los hombres, vamos a atrapar a ese delincuente.
    - Señor yo, bueno... - trago con fuerza- no creo que podamos detenerlo.
    - ¿Por que no?
    - Acabo con tres de nuestros mejores hombres y además no es un delincuente cualquiera
    - Explícate por que no te entiendo ¿cómo que no es un delincuente cualquiera?
    - Los hombres dicen que es el joven Taisho.
    - Mi hijo- dijo finalmente interviniendo InuTaisho
    - Me lo imaginaba, sabia que todo esto era un teatro, pero ya veras Inuyasha, nadie se burla de la autoridad sin recibir un castigo.
    &&&&&&&&&&&&&&&&&&&
    - ¡Un medico!, Necesito un medico- Inuyasha ingreso en la pequeña clínica con Kagome en brazos.
    - ¿Pero que le paso, señorita?- Hoyo fue el primero en llegar - Rápido preparen una camilla.
    Dos enfermeros trajeron una camilla la recostaron boca abajo y Hoyo empezó a examinar sus heridas allí mismo.
    - Por Dios- dijo horrorizado con el cuadro- ¿qué clase de bestia sin corazón pudo hacer algo semejante?- casi inconscientemente se giro a Inuyasha
    - ¡Yo nunca le haría daño!- dijo casi refrenado sus deseos de estrangular al medico por sospechar que el seria capaz de lastimarla.
    Hoyo recién en ese momento reparo en Inuyasha que también estaba herido.
    - Discúlpeme por favor, ¿acaso fue un asalto? Usted también requiere atención medica.
    - Esto no es nada, lo importante es ella, deje de perder tiempo y atiéndala de una maldita vez.
    Hoyo asintió y trasladaron a Kagome por el pasillo.
    Inuyasha pensaba salir tras ellos pero una voz lo distrajo.
    - Pudiste encontrarla- dijo Miroku
    - Si por fortuna llegue muy a tiempo.
    - ¿Y como esta?
    - Muy lastimada pero, creo que se recuperara.
    - Por lo que veo tu también lo estas- dijo reparando en las marcas en el rostro del ojidorado.
    - Fhe, esto es algo sin importancia, solo un par de piquetes de mosquitos.
    - Pues esos mosquitos si que pegan duro ¿he?
    - No tanto como yo
    - Sango estaba muy preocupada por ella, me dijo que vio como la golpeaban, ¿en verdad su tía lo hizo?
    - Si- la mirada de Inuyasha se encontraba perdida al final del pasillo por donde habían llevado a la pelinegra.
    - ¿Pero por que lo haría?
    - No lo se, creo que esta loca- dijo mientras pensaba en los supuestos motivos que impulsaron a Kaede a hacer lo que hizo- Una venganza supongo.
    - ¿Una venganza? Pero que pudo haber hecho alguien tan dulce como la señorita Kagome para que..
    - Nada – interrumpió Inuyasha- ella no hizo nada, es solo que la vida muchas veces se ensaña con los más débiles.
    Transcurrieron varios minutos que sé transformaron en una hora y aun no aparecía nadie para poder preguntar sobre el estado de Kagome.
    Inuyasha caminaba de un lado a otro como león enjaulado mientras Miroku se encontraba sentado en uno de los sillones de sala de espera junto a Sango, quien no dejaba de ver el final del pasillo.
    - Sango no me parece prudente que te hallas levantado, el medico aun no te ha dicho que puedes hacerlo.
    - Estoy bien Miroku, ya no me duele además quiero saber como esta Kagome.
    - Bien, pero si te sientes mal...
    - Te avisare descuida...
    - Inuyasha, deja de hacer eso o harás una zanja.
    - Cállate...
    Cuando Inuyasha se disponía a contestar Hoyo apareció frente a ellos.
    - ¿Cómo esta?- dijeron todos al unísono.
    - Muy bien, ella esta muy bien un poco adolorida pero por fortuna ningún órgano vital se vio afectado, no podrá realizar demasiados movimientos por un par de días pero, en cuanto la piel cicatrice podrá empezar poco a poco
    Todos suspiraron aliviados.
    - ¿Puedo pasar a verla?- pregunto Sango.
    - Por supuesto, pero no la fatiguen demasiado.
    Sango asintió y comenzó a caminar seguida de Miroku e Inuyasha.
    - ¡Deténgase Taisho!- la voz de Bankotsu irrumpió- Tiene que acompañarme a la delegación.
    &&&&&&&&&&&&&&&
    Sango abrió lentamente la puerta de la habitación numero seis donde sé encontraba descansando su amiga.
    Kagome se encontraba boca abajo, vestida con un camisón blanco, abierto en la espalda donde podían verse claramente las marcas producto del flagelo al cual había sido sometida, ahora levemente cubiertas por gasas y medicamento.
    Sango no pudo evitar llevarse la mano a la boca, se aproximo a la cama y acaricio levemente el cabello de su amiga provocando que esta abriera los ojos.
    - Sango- se escucho débilmente
    - Kagome estas despierta, estaba tan preocupada- se arrodillo a un lado de la cama y lagrimas comenzaron a brotar- perdóname si no te hubiera dejado sola en la cocina o abría llegado antes donde estabas, yo... tenia que cuidarte y mírate ahora- no pudo contenerse mas y comenzó a llorar amargamente.
    La pelinegra se movió levemente y deposito una de sus manos en la cara de Sango secando un par de lagrimas.
    - No llores, si no fuera por ti nunca me hubieran encontrado, además se ve peor de que es.
    - ¿De verdad?
    - Claro- sonrío Kagome- solo son un par de rasguños.
    - Parece que finalmente tendré algo que agradecerle al idiota de Inuyasha, apenas le dije donde estabas fue de inmediato a buscarte.
    - Cuando lo vi pense que era un sueño.
    - Mas bien una pesadilla, con lo feo que es, es una fortuna que no murieras del susto.
    - Jajajajja, no seas así, después de todo arriesgo su vida para ayudarme, a propósito ¿donde esta? Me gustaría agradecerle.
    - Preso- dijo sin mas
    - ¿Preso?, Pero ¿por qué?
    - ¡Por idiota!, por que más
    &&&&&&&&&&&&&&
    Un muy malhumorado Inuyasha se encontraba en la policía declarando.
    - Entonces la lleve al hospital.- finalizo Inuyasha.
    - Pero si tú la rescataste por que atacaste a mis hombres.
    - En primera yo no ataque a nadie, ellos se me tiraron encima y tuve que ponerlos en su lugar.- contesto Inuyasha.
    - Ponerlos en su lugar, dos de ellos están en el hospital, eres un demente.
    - Fhe, ellos son unos debiluchos que no aguantan nada.
    - Bueno aclarado esto, podemos irnos ¿verdad?- dijo Inu Taisho.
    - Yo te dejaría aquí un par de días para que escarmentaras, pero por respeto a tu padre te dejare ir con una advertencia.
    - Haz lo que quieras.- dijo el ojidorado.
    Bankotsu meneo la cabeza exasperado.
    - Lárgate de una vez.
    &&&&&&&&&&&&
    - ¡Es mi hija y exijo que me la entreguen!
    - Pero Señor su hija acaba de ingresar con varias heridas en su espalda aun no puede llevársela, debe permanecer aquí por lo menos un par de horas más.
    Sota Higurashi había averiguado el lugar donde estaba su hija y sin perder tiempo había ido a buscarla, ahora mantenía una discusión con un de los enfermeros de la clínica.
    - No le estoy pidiendo su reporte medico lo único que quiero es que me diga donde esta para que pueda llevármela.
    - Pero señor, su hija debe estar bien atendida y...
    - Esta insinuando que no puedo cuidar de mi propia hija, quiero hablar con el encargado.
    - No, pero...
    - Nada de peros o me entregan a mi hija o sabrán de lo que soy capaz
    &&&&&&&&&&&&&&&
    Hoyo entro rápidamente a la habitación de Kagome sumamente agitado.
    - ¿Que es lo que ocurre? Hoyo ¿te sientes mal?- pregunto Sango
    - El padre de la señorita esta aquí, esta muy enojado y exige verla
    - ¿Mi padre?
    - Si, por mas que le dijimos que aun no estas en condiciones, él insiste quiere llevarte ahora mismo.
    - No podemos permitirlo, Inuyasha y Miroku aun no han regresado- Sango medito un momento y dijo- Hoyo dile que tienes que realizarle unos estudios
    - Pero ya le realizamos todos los necesarios y..
    - No importa, dile que en una hora puede regresar por ella
    Hoyo quedo observándola unos instantes sin comprender demasiado, lo único que tenia claro era que si debía mentir para ayudar a la Señorita Kagome lo aria, asintió firmemente y salió de la habitación.
    - Pero Sango que es lo que pretendes hacer, si mi padre descubre la mentira, Hoyo la pasara muy mal.
    Kagome aun continuaba hablando cuando Sango puso alrededor de su cuello una capa, abrió la ventana que daba al jardín y comenzó a salir por ella.
    - ¿Pero que haces?, Te harás daño.
    - Shhh- dijo Sango antes de salir por la ventana- voy por los muchachos, tu té quedas aquí y si alguien viene finge que duermes.
    Antes de darle tiempo a que protestara nuevamente su amiga se había ido.
    &&&&&&&&&&&&&&&
    - ¡¿Dónde esta mi hija?!- Sota sé encontraba en la clínica nuevamente para llevarse a su hija pero al llegar le informaron que su hija ya no se encontraba en la clínica
    - Calma señor, por favor esto es una clínica hay enfermos aquí.
    - Me importa muy poco, lo único que quiero es llevarme a mi hija.
    - Pero señor le he dicho de todas las formas posibles que la señorita Kagome Higurashi ha sido dada de alta de esta clínica.
    - ¿con la autorización de quien?
    - Yo pues, yo no lo sé, señor.
    - Como que no sabe son ustedes unos ineptos, pero esto no se quedara así, ahora mismo voy a reportar esto en la policía.
    Salió de la clínica dando un terrible portazo.
    &&&&&&&&&&&&&&&
    Inuyasha y Miroku se encontraban en una habitación de hotel no muy lejos de la clínica.
    - ¿Que es lo que harás ahora Inuyasha?, Sabes que si su padre se entera que te la llevaste de la clínica sin su autorización te enviaran a la cárcel por secuestro.
    - ¿Y que pretendías? Que la dejara para que la llevaran donde esa desquiciada mujer.
    - No pero, es su padre no creo que la exponga a ningún peligro
    - Eso no lo sabemos y no voy a arriesgar a Kagome para comprobarlo.
    - Pero entiende que tarde o temprano nos encontraran esta cuidad es muy pequeña...
    - Cállate no necesito de tus sermones, déjame pensar.
    - La policía té esta buscando- dijo rápidamente InuTaisho al mismo tiempo que ingresaba a la habitación.
    - Te lo dije, ahora te arrestaran y seguramente enviaran a la señorita a un convento.
    - No, yo mismo acusare a su padre con las autoridades por malos tratos.
    - Eso no servirá de nada hijo, la persona que la agredió no fue su padre.
    - Pero...
    - No, Inuyasha tu padre tiene razón, su padre tiene todos los derechos sobre ella hasta que se case y aunque él fuera quien la maltrata, no olvides que Sota Higurashi es uno de los hombres más ricos de este país
    - Huiré con ella y no nos encontraran.
    - No digas tonterías con las influencias de ese hombre en menos de dos horas los tendrían de regreso
    - Hijo lo mejor es que intentemos hablar con él, quizás podamos convencerlo que deje que cuidemos de la muchacha hasta que su tía se recupere de su enfermedad
    - Ya les he dicho que no pienso arriesgar a Kagome, ahora cállense y dejen que piense, algo se me tiene que ocurrir.
    - No, Inuyasha no mas locuras, eres mi amigo y te respaldare en lo que sea, pero no podemos involucrar a tu padre o Sango en esto cualquier juez nos enviaría a la cárcel sin pensarlo dos veces.
    - Eso es, Miroku eres un genio- Miroku lo miro algo descolocado – Padre dime aun eres amigo del Juez Taqueda.
    Inutaisho asintió
    - Excelente necesito que lo traigas hasta aquí y que tenga listo todo lo necesario para redactar un importante documento.
    - ¿Pero que idea descabellada se te ha ocurrido esta vez?
    Inuyasha no contesto nada, salió de la habitación dejando a su padre y a Miroku con la interrogante.
    &&&&&&&&&&&&&&&&&
    - Toc, Toc- llamaban a la puerta de Kagome.
    - Pasa Sango
    Inuyasha entro a la habitación que habían dispuesto para Kagome y Sango era muy amplia con dos grandes ventanales que daban a la calle, un mueble con un gran espejo y en centro una cama grande adornada con delicadas cortinas, la muchacha se encontraba sentada en la punta de la cama vestida con un sencillo vestido con pequeñas flores muy suelto para no ejercer presión en su espalda
    - Perdón Inuyasha, pense que era Sango.
    El muchacho sonrío cerro la puerta tras de si con llave, necesitaba que hablaran sin ser interrumpidos.
    - Descuida, dime ¿cómo te sientes?- dijo aproximándose a la cama
    - Bien muchas gracias- le dirigió una leve mirada al muchacho para luego perder su vista a través de los grandes ventanales- la vista es preciosa este lugar es muy bonito
    - No tanto como tu- susurro el muchacho acercándose mas a ella.
    Kagome enrojeció levemente y para Inuyasha sé transformo en una visión perfecta.
    - Yo...- dijo la chica- muchas gracias- el muchacho la miro sin comprender a que se refería- por lo que hiciste por mi, rescatarme, muchas gracias.
    El chico sonrío y se acerco aun mas a ella para susurrarle cerca del oído
    - Ya te lo dije, iría hasta el infierno por ti.
    El sonrojo en la muchacha se intensifico tanto que podía mimetizarce con el cobertor color vino que cubría la cama.
    - Yo, yo muchas grac... - pero antes que pudiera decir algo mas Inuyasha puso un dedo en su boca impidiendo que dijera una palabra más.
    - No necesitas darme las gracias, además lo hice mas por mí que por ti, si tu me dejas donde encontrare otra señorita que cocine tan bien.
    Kagome sonrío ampliamente ante el comentario.
    - Te ves muy bonita cuando sonríes- puso la mano en la mejilla de Kagome y comenzó a acariciarla, mientras ella cerraba los ojos- tu piel es muy suave- acerco su nariz a su cuello y aspiro provocando un escalofrío – y tu aroma embriagante
    Tomo con amabas manos su rostro y se acerco a ella para besarla.
    - Kagome, no sé que hiciste, pero me estas volviendo loco.
    La muchacha no podía ni quería emitir palabra alguna simplemente necesitaba dejarse llevar
    Por las sensaciones que le provocaba Inuyasha.
    Sus labios estaban casi juntos...
    - Inuyasha.. - grito alguien del otro lado de la puerta- Inuyasha- volvió a gritar- Inuyasha abre la puerta que ya llego el Señor Takeda
    Inuyasha se contuvo de maldecir, beso la mejilla de Kagome se puso de pie y abrió la puerta.
    - Por que te encierras, primero se te ocurre mandar llamar a un Juez y luego no respondes a...- se detuvo para ver detrás de Inuyasha, que dentro de la habitación se encontraba Kagome - ¿Pero que estaban haciendo aquí los dos solos? - pregunto con diversión
    - Inuyasha percibió el tono malicioso en que lo pregunto lo empujo fuera y cerro la puerta tras de sí.
    - ¡Cállate libidinoso!, ¿Dónde esta el juez?
    - Esta en la recepción quieres que le diga que suba o que bajaras cuando te desocupes- dijo al mismo tiempo que guiñaba un ojo.
    - Eres un idiota, dile que suba en un par de minutos, también trae a Sango y a mi padre
    - Pero... tan rápido, al menos necesitas media hora, eres un super hombre, pero no creo que puedas en un par de min. - El dialogo de Miroku se vio interrumpido por un coscorrón propinado por Inuyasha.
    - Cállate, solo quiero hablar unos momentos con Kagome, ahora lárgate.
    Inuyasha abrió la puerta de la habitación y antes de cerrarla pudo escuchar claramente.
    - Inuyasha eres mi héroe, amigo no me decepciones.
    Inuyasha maldijo entre dientes y cerro de un portazo, primero debía hablar un par de cosas con Kagome pero luego se encargaría de su muy querido amigo.
    &&&&&&&&&&&&&
    Una hora después dentro de la habitación Kagome, Inuyasha, Inu Taisho Sango, Miroku y el señor Takeda (un hombre de estatura mediana maduro cabello negro algo encanecido, formalmente vestido, era el antiguo abogado de la familia Taisho ahora un importante juez del Estado) se encontraba redactando un documento en un libro de actas.
    - Esto es muy irregular Taisho, jamas pense redactar este tipo de documento tan aprisa, realmente esta juventud es muy distinta a la nuestra, antes debíamos esperar años para hacerlo.
    - Si, pero son jóvenes y están enamorados- Inu Taisho sonrío dirigiéndole una mirada de complicidad a su amigo- sé que esto va en contra de nuestras normas, pero lo prefiero a que huyan juntos.
    - Pues si, lo más importante es la felicidad de los hijos- dijo el jurista con aire soñador.
    En un rincón de la habitación Sango y Kagome conversaban casi en susurros.
    - No sé Sango, Inuyasha dice que es lo único que podemos hacer pero no sé, no me gustaría que perdiera la oportunidad de encontrar a alguien mas por atarse a mí. No, lo mejor es que detengamos todo esto.
    - Acaso estas loca, si tu padre te encuentra luego de todo lo que hice voy a la cárcel y tú de seguro a un monasterio en el Tíbet.
    - Pero, no me gustaría que...
    - Shhh- la callo- Ni una palabra mas mira si tu no estuvieras enamorada - dijo provocando un sonrojo en su amiga- detendría todo esto y huiríamos sin pensarlo dos veces, pero si te gusta aprovecha la oportunidad que te da la vida, a mi ese sujeto no me agrada, pero se porto muy bien contigo y además te ofrece un buen futuro, yo no podré protegerte de tu padre, pero el si podrá hacerlo.
    - Sí, pero aun así...
    Sus palabras se vieron interrumpidas por la voz gruesa del Juez Takeda
    - Inuyasha Taisho y Kagome Higurashi, por favor acérquense.
    Ambos se miraron, Inuyasha avanzo hacia ella entrelazo su mano con la suya y la acerco al pequeño escritorio que habían acondicionado para uso del jurista.
    Inuyasha noto el nerviosismo de Kagome su mano temblaba dentro de la suya.
    - Que ocurre dijo él, ¿no quieres?
    - Yo, yo.- Titubeo ella volteando hacia atrás para ver a su amiga- yo no quiero
    Inuyasha sintió que una brisa helada atravesaba su pecho al escuchar esas palabras.
    - Pero ¿por qué?, Si tu dijiste que... acaso ¿no me quieres?, Sé que tengo muchos defectos pero si té quedas conmigo, puedo cambiar.- algo esta muy mal dentro de Inuyasha él, le había propuesto a Kagome una solución para salvarla de su padre y de su tía pero por que se sentía como si en verdad el que estuviera siendo salvado fuera él.
    - Yo sé lo que dije Inuyasha, pero...
    - ¡¿Pero que?!... - se exaspero el muchacho.
    - No quiero que pierdas tu oportunidad de ser feliz con alguien mas por mi causa, no valgo tan...
    Inuyasha la silencio con una seña.
    - ¿Tu me quieres?- pregunto de repente, ella lo miro pero no respondió nada solo dirigió la mirada al suelo- responde- la tomo del mentón, he hizo que la mirara- Kagome ¿tu me quieres?
    Ella se perdió en sus ojos dorados y asintió casi sin pensarlo dos veces. El suspiro aliviado no supo cuanto hasta ese momento pero necesitaba que ella lo quisiera, lo necesitaba con desesperación.
    - Entonces- dijo mientras tomaba la mano de Kagome y la ponía bajo su brazo- no hay mas problemas, por favor Señor Takeda, proceda.
    &&&&&&&&&&&&&&&&&
    - La habitación de Inuyasha Taisho, por favor.
    - No podemos dar información sobre ninguno de nuestros...
    - Es un asunto oficial mas le vale cooperar conmigo o usted acompañara al señor Taisho en prisión.
    El Recepcionista les indico rápido las escaleras para que subieran
    - Habitación doscientos tres, señor.
    &&&&&&&&&&&&&&
    - Firme aquí señorita- Indico el señor Takeda.
    Kagome le dio una ultima mirada a Inuyasha, dándole una ultima oportunidad para que se arrepintiera, pero simplemente sonrío.
    Firmo, entrego la pluma y luego fue el turno de Sango y Miroku.
    - Ahora los testigos.- todos firmaron y el juez finalmente dijo- por el poder que han envestido en mi, yo los declaro marido y mujer, Señor Taisho puede besar a la novia.
    Kagome lo miro negando con la cabeza como diciendo que no seria necesario que lo hiciera pero antes de que pudiera objetar Inuyasha la tomo de las mejillas y la beso apasionadamente.
    Los labios de Kagome eran lo mas dulce que había probado jamas y las sensaciones que provocaban aquel roce eran indescriptibles, ella estaba en las nubes, besar a Inuyasha era el equivalente a tocas el cielo con las manos, les hubiera gustado seguir así pero...
    Fuertes ruidos se escuchaban en la puerta de la habitación.
    - ¡Les ordeno que abran esta puerta!- se escucho una voz tras ella.
    Inuyasha se separo de Kagome y la puso tras él, Miroku hizo lo mismo con Sango.
    Un fuerte golpe tiro abajo la puerta.
    El primero en entrar fue el padre de Kagome seguido de Bankotsu y diez oficiales armados
    - ¡Ese, ese es el hombre que secuestro a mi hija!- dijo señalando a Inuyasha- ¡arréstenlo!
    CONTINUARA...
    N/A: Hola pues que tal una boda y un beso todo en un combo. Que les ha parecido he tardado esta vez por que “ mi inspiración ha salido volando por la ventana” (palabras inmortales de Debora Anabel), sé muy bien lo que va en cada capitulo, lo que va a pasar pero me cuesta llegar a ello, en fin mi récord 26 paginas espero no se hayan aburrido.

    Merlina: Pues si estuve leyendo los capitulos anteriores y si me sobran errores creo que voy a tener que hacer los mas cortos para poder controlarlos mejor
    por que habeces a penas lo leo y lo subo casi a la carrera, no tarde tanto en subirlo esta vez espero que te halla gustado tu me dices lo de los herrores, gracias por tus siempre lindos y utiles comentarios
     
  2.  
    Tirabuzones

    Tirabuzones Usuario popular

    Acuario
    Miembro desde:
    30 Diciembre 2006
    Mensajes:
    787
    Pluma de
    Escritora
    Re: A quien me recuerdas

    Hola, acabo de leer todo y me ha gustado muchísimo, pedazo besazo el que le dio Inuyasha a Kagome, ya era hora, madre mía. Pobre Kagome, menuda familia le tocado, yo tengo una familia así y me suicido vamos.

    ¿Volverá a aparecer Kikyo? ¿Qué pasará con Inuyasha y Kagome? ¿Kaede va a morirse? ¿Cómo es que Souta es el padre de Kagome O_O? ¿Cuándo poner continuación (xD)?

    Adiós, besos.
     
  3.  
    Bitme

    Bitme Usuario popular

    Géminis
    Miembro desde:
    19 Junio 2007
    Mensajes:
    762
    Pluma de
    Escritora
    Re: A quien me recuerdas

    WOOOOOOOOOOOOOO
    O.O
    pero que...?!
    como odio al padre de kagome!!!!
    es un desgraciadoooo!!!
    yo lo mato, yo lo mato, yo lo mato!!!!!!

    pero que lindo inu!!!!

    se casooo *.*

    yo tambien quieroooooo ToT
    que injusta que es la vidaaaa


    por favorrr conty!!!!! xD
     
  4.  
    merlina

    merlina Guest

    Título:
    A quien me recuerdas
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    38
     
    Palabras:
    172
    Re: A quien me recuerdas

    ¡¡¡¡¡¡QUÉ!!!!!!!por favor no disminuyas la cantidad de hojas o capas que nos linchen a los dos.
    Jajaj…¬ ¬ , broma ^ ^…

    Ya escribiendo en serio me encanto este capitulo, que se casaran, que al fin se dieran un beso, eso si quede plopis con la reacción del padre de Kagome.

    Esta vez no hubo muchos errores, más que nada solo vi errores de tilde lo demás me fascinó. Y de nada, de verdad me gusta mucho tú historia y gracias a ti por ponerla en éste foro.

    Espero que cumplas en que no demoraras mucho en poner el siguiente capitulo.
    Cuídate.
    bye...
     
  5.  
    LëT@

    LëT@ Entusiasta

    Acuario
    Miembro desde:
    22 Enero 2007
    Mensajes:
    59
    Re: A quien me recuerdas

    AAAAAAAAAAAAAAAAGGGGGGGGGHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!

    Pero q pasa aqi???Toy unos dias sin pasarme x aqi y qando vuelvo mencuentro n q sa descubierto todo l pastel, Inuyasha a encontrao a Kagome, a arriesgao su vida x ella,la a recatao, san casao y x si fuera poco s an besao!!!!!!
    Pero esto q es!!!!
    Tanta emocion junta agota a cualqiera...
    Creo q vuelvo mas tarde y comento l fic, aora toy dmasiado trastornada...
     
  6.  
    May_Chan

    May_Chan Guest

    Título:
    A quien me recuerdas
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    38
     
    Palabras:
    54
    Re: A quien me recuerdas

    K lindo capitulo *-*
    ya se casaron *w*
    ahi creo k ya encontre a alguien nuevo para odiar, digo sota es retrasado o nomas se hace, me cayo tan mal ¬¬,weno en fin muy chido capi espero el proximo con muxas ansias plizz no tardes.
     
  7.  
    :_maritza_:

    :_maritza_: Guest

    Título:
    A quien me recuerdas
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    38
     
    Palabras:
    98
    Re: A quien me recuerdas

    siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! profin!!!!! un beso!!!
    soy feliz por fin se besaron que genial!!! ahora si no ven a poderlo separar (eso digo yo pero a ver que se te ocurre) el papa de kagome esta loco tabien verdad? y creo que kagome e inuycha tienen que resolber sus rpoblemas con lo de kikio porque si no se va a vlver todo un complejo

    ahy ya me tengo que ir!!

    seguire al pendiente y disculpame por no postear en el anterior vas muy bien sigue asi!!!

    tu mas grande admiradora y la numero 1...........................yo
     
  8.  
    DeboraAnabe

    DeboraAnabe Guest

    Título:
    A quien me recuerdas
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    38
     
    Palabras:
    10030
    Re: A quien me recuerdas

    konnichiwa!!

    Bueno, primero de todo informarles, de que yo NO SOY Deboraanabe, sino KaGoMe-InU. Y ahora os preguntareis, y pinta esta tia aqui? xD
    Pues bien, Debora anabel, tiene problemas tecnologicos, asi es que me a pedido que ponga los capitulos que ella me mande, y para eso estoy, hoy aqui, para poner la continuacion, asi que ya pueden estar contentos ^^.
    Dejo de interferir ;).

    ---------------------------------------------------------------------
    --------------------------------------------------------------------


    Los personajes que conforman esta historia no son míos y no pretendo ganar dinero con esta historia, solo es un pasatiempo, así que no me demanden, esta historia esta pensada y escrita por Debora Anabel para fans. De INUYASHAXKAGOME
    La clasificación de esta historia aun esta pendiente diría que es M

    A quien me recuerdas
    Inuyasha ha amado mucho a una joven mujer, al volver de un viaje se entera que ha desaparecido cegado por el dolor se niega al mundo, hasta que es necesitado por alguien tal vez con un destino más miserable que el suyo.

    Esta historia esta ambientada en la época antigua es decir, caballos carruajes, pero sin olvidar algunos objetos de modernidad, los primeros teléfonos, telégrafos, autos.

    “..........” PENSAMIENTOS
    - DIALOGOS-
    &&&&& CAMBIO DE ESCENA
    /NOTA DE AUTORA/ N/A
    //// FLASHBACK////




    Capitulo IXX : El día después.




    Los labios de Kagome eran lo mas dulce que había probado jamas y las sensaciones que provocaban aquel roce eran indescriptibles, ella estaba en las nubes, besar a Inuyasha era el equivalente a tocas el cielo con las manos, les hubiera gustado seguir así pero...


    Fuertes ruidos se escuchaban en la puerta de la habitación.


    - ¡Les ordeno que abran esta puerta!- se escucho una voz tras ella.


    Inuyasha se separo de Kagome y la puso tras él, Miroku hizo lo mismo con Sango.


    Un fuerte golpe tiro abajo la puerta.


    El primero en entrar fue el padre de Kagome seguido de Bankotsu y diez oficiales armados


    - ¡Ese, ese es el hombre que secuestro a mi hija!- dijo señalando a Inuyasha- ¡arréstenlo!


    &&&&&&&&&


    - ¡Exijo que esta unión incestuosa sea disuelta!- grito Sota Higurashi, los presentes lo observaron desconcertados


    - No sabia que, el señor Taisho fuera familiar directo de la Señorita Higurashi- afirmo el juez alarmado - Esto es una aberración Taisho ¿por qué no me lo dijo? en mis años de jurista y de amigo suyo jamas pense que usted...


    - Un momento- dijo Inutaisho- mi muchacho y Kagome no son parientes


    - ¿Pero entonces...? – cuestiono el juez


    - Fue el prometido de mi pequeña Kikio, podría decirse que son hermanos - intervino Kaede.


    - Señora con el mayor de mis respetos, ese pensamiento es lo más tonto que he escuchado, esta visto que los jóvenes se quieren.


    - Pero el matrimonio no contó con mi aprobación- dijo Sota


    - Lo sé señor, pero esto es algo que no podemos disolver el matrimonio no es cosa de juego


    - No se ha consumado puede disolverse- intervino Kaede


    Kagome desde un rincón escuchaba todo esperando la condena mortal


    Desde hacia varias horas que se encontraba en la oficina de Bankotsu, su padre, su tía, el padre de Inuyasha, el juez que los caso y el mismo Bankotsu dentro con ella.


    Inuyasha permanecía fuera con Miroku y Sango.


    Luego de la intromisión de su padre en la habitación del hotel donde se casaran horas atrás todos fueron detenidos, bajo ¿qué cargos?. Aun no sabían.


    El Señor Higurashi estaba tratando por todos los medios de anular la unión entre los recién casados y llevarse a su hija. ¿El motivo?. Solo él lo sabia.


    Lo extraño para Kagome era que en el pasado su padre nunca pareció tener interés en tenerla cerca, ¿a qué venia ahora esa necedad de llevársela?, Después dé la muerte de su madre jamas pareció interesarse por su bienestar, ¿por qué hacia todo esto?

    Por un instante abrigo la esperanza de que su padre admitiera, al saberla perdida, que era importante para él, pero descarto la idea, si la quisiera le preocuparía saber su postura sobre el matrimonio, su opinión y el ni siquiera se molestaba en verla.


    El grito de su padre la saco de sus pensamientos.


    - Si, es cierto ¡aun no es un matrimonio legal exijo....!


    - No estamos hablando de las normas eclesiásticas, estamos hablando de un matrimonio por las leyes civiles y en este caso la única solución es el divorcio.



    Algunos de los presentes se llevaron la mano a la boca, como si el solo hecho de contemplar la idea fuera aberrante


    El divorcio no estaba bien visto en los altos círculos sociales.


    - No, exijo que sea disuelto no podemos enlodar el nombre de nuestra familia con algo semejante


    - Es imposible- dijo el Juez- no podemos disolverlo, aquí nadie fue obligado.


    - Aunque podría haber un a solución- Bankotsu quien había permanecido callado finalmente hablo y se giro a Kagome- Si, la señorita acepta declarar que fue obligada quizás consiga la indulgencia de la corte, nada conmueve mas a un juez que una dama en desgracia.


    Todos miraron al Juez, quien solo pudo asentir de mala gana.


    - Si eso, ¡Kagome declarara que fue obligada!


    - Pero padre yo... yo no fui obligada- titubeo.


    - Calla muchacha insolente y has caso a tu padre, o quieres conocer mas de mis métodos de persuasión- dijo Kaede mientras presionaba con fuerza sus dedos en la espalda de Kagome provocándole corrientes de dolor.


    - No, por favor- gimió Kagome con horror


    - Entonces señor Bankotsu, quiero que redacte una denuncia formal contra el señor Taisho.


    - Pero ¿qué esta diciendo Higurashi? Mi hijo no cometió crimen alguno.


    - Usted mejor no intervenga, si el honor de su familia estuviera en peligro como el mío estoy seguro, actuaría de la misma manera.


    Inutaisho se cruzo de brazos estaba a punto de abrir la puerta e irse cuando se fijo en la muchacha parecía tan asustada que no pudo dejarla sola, ella también era parte de su familia, no podía abandonarla.


    Discutieron sobre el contenido de la denuncia hasta que estuvo lista.


    El señor Higurashi y Kaede aprobaron el documento.


    - Ahora firma- Sota tomo de un brazo a Kagome y la aproximo al escritorio de un tirón.


    Kagome lo miro asustada, le aterraba el hecho de volver a convivir con su tía, le aterraba pensar en una vida sola, sacudió su cabeza estaba siendo demasiado egoísta que seria de Inuyasha si ella firmaba esa denuncia


    - ¡Firma! - grito- tu tía y yo no tenemos todo el día


    Su padre puso la pluma en su mano y tiro de su brazo hasta colocarlo en la línea punteada.


    - Firma- repitió presionando su mano con fuerza


    - Por favor señor le esta haciendo daño- dijo Bankotsu, Sota arrugo el ceño, la soltó con brusquedad y se paro tras ella


    Kagome miro a Bankotsu con agradecimiento


    - ¿Qué?, ¿Qué le pasara a Inuyasha cuando firme?- se atrevió a preguntar finalmente.


    - Eso no es de tu incumbencia, firma y vámonos de aquí- exigió su padre.


    - No, esta bien – concilio Bankotsu- él será encerrado y enjuiciado por secuestro abuso y....


    - ¿Es posible que valla a la cárcel?


    Bankotsu asintió


    - Tal vez una condena corta, un año o menos si se porta bien- leyó la preocupación en el rostro de la muchacha- pero no se aflija con sus contactos en una par de semanas estará fuera


    Kagome bajo el rostro tragando con dificultad los nudos que se habían formado en su garganta, ¡no!, No podía llorar ahora, levanto el rostro.


    No, ni una semana, ni un día preso por ayudarla, él no podía pagar por su culpa, tenia que ayudarlo aunque eso significara una golpiza peor a la anterior.


    Se arrepentía de haber aceptado ayuda de Inuyasha, pero nada se podía hacer solo afrontarlo con valentía.


    - No firmare- dijo con convicción.


    - ¿Pero que esta diciendo?- la sujeto de los hombros y la zamarreo- ¡No ensuciaras el nombre de esta familia con tu conducta de prostituta!


    - Perdona padre –levanto la vista y miro directo a sus ojos - ya no enlodare tu nombre, de hora en adelante soy una Taisho, ninguna responsabilidad te ata a mí.


    - ¡Pequeña mal nacida!- levanto la mano para abofetear a su hija pero fue interceptada por Inutaisho.


    - Hágalo si le place, golpéeme pero nunca levantare un dedo en contra de mi esposo.


    Kagome enfrento su mirada dura y fría. ¿Por qué?, Era la única pregunta en su mente, ¿por qué me odias padre? ¿Por que tu?. A su mente llegaron miles de recuerdos en su infancia, él no era así, entonces ¿por qué?


    Como si hubiera entendido la pregunta que Kagome quería formularle bajo la vista se soltó del agarre de Inutaisho.


    - En algo tiene razón niña, de ahora en adelante tu ya no eres mi responsabilidad- volteo a Inutaisho- Le ofrecí la oportunidad de sacarla de la vida de su hijo pero no quiso tomarla, esa muchacha esta maldita, maldita como su madre- sus ojos resplandecieron- y esa maldición los destruirá como me destruyo a mí.


    - No se altere por favor, como ella dijo usted no tiene responsabilidades así que, por favor déjela.


    Sota les dedico a todos una mirada de desdén a todos los presentes, giro el picaporte y abrió la puerta para que pasara Kaede.


    Pero antes de atravesarla le dirigió unas ultimas palabras a Kagome.


    - Siéntete satisfecha muchacha, lograste tener todo lo que querías, todo lo que pertenecía a mi Kikio, pero aunque pasen cien años ese hombre solo vera en ti el reflejo de mi niña, no eres mas que un retrato ambulante, crees tenerlo todo y te sientes muy importante al ser una Taisho- río – no tienes nada, por que ese hombre nunca la olvidara, siempre serás la otra.


    Tomo la sombrilla que descansaba a un lado del escritorio y atravesó la puerta.


    Bankotsu miro a Kagome con pena, estaba seguro que no merecía aquellas palabras, nadie las merecía eran demasiado duras.


    Se acerco a ella para brindarle consuelo le ofreció un pañuelo pero ella simplemente refregó sus ojos con fuerza impidiendo que corrieran las lagrimas.


    Agradeció al joven el detalle, se giro a la ventana y observo a través de ella como caía el sol en el horizonte.


    Bankotsu quiso empezar con ella una conversación para alegrarla un poco, pero que podía decirle para que se sintiera mejor.


    Inutaisho lo observo e indico con una seña que lo mejor era no molestarla todos se dirigieron rumbo a la puerta dejando a la muchacha con sus muchos pensamientos.



    &&&&&&&&&&&&&&&



    - Están tardando demasiado, voy a entrar.


    - Inuyasha toma asiento, no provoques mas problemas


    - Yo no provoque ningún problema Miroku.


    - A no- levanto una ceja y cruzo los brazos- entonces podrías decirme quien la casi secuestro de un hospital, la llevo a un hotel y casi la forzó a casarse


    - Yo no la forcé


    - Pero tampoco tenia demasiadas opciones o ¿sí?


    - Fue por su bien.



    - Si también por su bien golpeaste a todos esos policías y provocaste que nos detuvieran a todos, finalizo señalando la esposa que sostenía una de sus muñecas.


    - Bah, ellos se lo buscaron.


    - Alcanzaba con que les explicaras que ya estaban casados, tú los golpeaste antes de decir nada, eres un cavernícola.


    - Y tú eres un idiota- enfrento a Miroku enseñando los dientes y lo mismo hizo Miroku.


    - Basta los dos esta conversación no tiene sentido, debería darles vergüenza, Kagome esta sola hay dentro y ustedes pierden el tiempo en peleas de mercado son unos idiotas- dijo Sango quien estaba harta de escucharlos.


    Durante el tiempo que estuvieron allí no había perdido la vista de la puerta tras la que estaba su amiga, estaba muy preocupada por ella


    - Tranquila Sango, te aseguro que la señorita esta muy bien, además su padre esta allí y no creo que quiera perjudicarla.


    - Esa no es ninguna garantía- Miroku observo a Inuyasha quien miraba a Sango fijamente- Su padre tampoco la quiere, ¿verdad?- pregunto Inuyasha a Sango.


    Ella giro su vista a la pared.


    - El no siempre fue así, pero desde que murió su esposa- su mirada reflejaba melancolía- bueno... todo cambio.


    - Pero cuando visitaba a Kikio él se comportaba muy bien con ella.


    - Con Kikio- afirmo- pero siempre fue muy frío con Kagome, creo que él, ni siquiera soportaba verla.


    - Pero ¿por qué?- pregunto Miroku


    Inuyasha también parecía muy interesado por la respuesta.



    - Bueno, no estoy segura pero creo que es por............


    La puerta de la oficina de Bankotsu sé abrió y cerro fuertemente provocando que interrumpieran su conversación.


    Sota Higurashi y Kaede aparecieron frente a ellos.


    Aun encadenados los presentes se pusieron de pie.


    Sota se paro frente a Inuyasha.


    Apretó el puño y antes de que este pudiera reaccionar el ojidorado lo estrello contra su cara.


    Inuyasha reacciono segundos después, levanto su puño contra Sota pero fue detenido por la voz de Miroku.


    - ¡No!, Inuyasha solo lo empeoraras las cosas, no puedes hacerlo.


    - ¿Que dices?, Él me golpeo primero.


    - Mira a tu alrededor y dime ¿quienes de todas estas personas declararan a tu favor?


    Muchos eran policías que habían sido golpeados por Inuyasha y otros tantos que recordaban las épocas en que el ojidorado permanecía encerrado por días por sus innumerables escándalos y borracheras.


    - Tu y Sango lo aran.- afirmo


    - ¿Y quien creerá en la palabra de dos criminales? ¿Ah?, Por que si té fijas la señorita y yo tenemos esposas.


    - Maldición- mascullo entre dientes


    Higurashi se dirigió nuevamente a él.


    - Eres un estúpido muchacho, pero finalmente me alegro que haya ocurrido así, muy pronto te arrepentirás de haber ayudado a esa furcia.


    Antes de que pudiera recibir respuesta alguna se alejo de él.


    - Eres un maldito, Kikio debe estas llorando donde quiera que este, la traicionaste de la manera más vil.- dijo Kaede


    Inuyasha sintió una punzada profunda de culpa


    No me veas así, nunca la amaste por eso la traicionaste eres una basura- lo escupió- si no estuviera muerta, la matarías con esto, animal.


    Avanzo hacia donde estaba Sota tomo su brazo y ambos salieron de la estación de policía.


    Inuyasha penso contestarle, ponerla en su lugar. ¿Quién era ella para juzgarlo? Una lunática que gozaba golpeando a los inocentes, pero por algún motivo las palabras se paralizaron en su garganta.


    La sola mención de Kikio lo llevaba a una época que no quería recordar, una época en la que él parecía mas muerto que su novia. La época en la que él era tan solo un cadáver ambulante.


    Pasara lo que pasara no quería volver allí.


    &&&&&&&&&&&&&&



    - Señorita Sango, usted y el caballero Miroku pueden irse, pero usted señor Taisho deberá pasar dos días aquí.


    - Pero ¿por qué?- pregunto Inuyasha- fueron retirados los cargos en mi contra.


    - ¡¿Todavía tienes el descaro de preguntar?! - grito Bankotsu- dejaste fuera de servicio a diez de mis mejores hombres, agradece a la señorita Kagome que no te deje toda una.


    - Si, como sea – respondió el ojidorado.- quiero verla.


    - ¿A quien? – pregunto el policía


    - A mi esposa, a quien más.


    - Eso no será posible.


    - ¿Que dices?, Es mi esposa y tengo todo el derecho de verla.


    - Por supuesto Taisho, pero existe un pequeño problemita- dijo esbozando una sonrisa- el horario de visitas acaba de terminar y bueno lamentablemente no es posible.


    - Pero es mi esposa y....


    - Es una lastima, pero no puedo hacer nada al respecto reglas son reglas.


    - Eres un idiota, solo te portas así por que no pudiste conquistar a Kagome, pero no importa tengo toda la vida para disfrutarla- finalizo triunfal Inuyasha.


    Bankotsu se contuvo a duras penas para no estrangularlo, no podía permitirse perder la cabeza frente a sus hombres y menos por un Idiota niño mimado.



    &&&&&&&&&&&&&&&&&



    - ¡Kagome!- grito Sango al entrar en la mansión de Inuyasha.- ¡Kagome!- volvió a gritar.


    Bankotsu dijo que Kagome se había marchado a casa, pero con las palabras de su padre, estaba segura que solo podía ir a casa de Inuyasha.

    La llamo varias veces pero parecía no estar allí, una oleada de preocupación se apodero de ella donde más podría estar, Kaede podrían habérsela llevado de nuevo o quizás bandidos, su mente se disparo con las teorías más ridículas, pero todas parecían muy posibles en su mente.


    - Miroku, ella no esta aquí ¿y si le paso algo?, vamos al pueblo, a casa de Kaede, a los puertos. - el muchacho sonrío - que le parece tan gracioso, Kagome podría ser ahora víctima de muchos peligros y usted se ríe de mi, es un idiota ya decía yo que no podía confiar en usted para nada.....


    - Tranquilícese mi bella dama, la señorita esta aquí.


    - ¿Se burla de mí?, la llame varias veces y no me responde, ¿trata de tomarme el pelo?


    Miroku se acerco a ella endureció el rostro y la tomo por los hombros, Sango sé sintió nerviosa de pronto, estaba segura que él diría algo sumamente importante.


    - No cabe duda que..... – dijo el muchacho seriamente- cuando se enoja, se ve usted más bonita... - finalizo sonriente-


    La chica lucho un par de segundos con sus muchos sentimientos la mayoría de rencor e ira, ese sujeto era un “¡¡¡IDIOTA!!!”, Grito su mente segundos antes de propinarle una sonora bofetada.


    - ¿Sango?- dijo una voz desde el otro lado de la sala, provocando que esta se girara.


    - ¡Kagome! - avanzo la distancia que la separaba de su amiga y se abrazo a ella.- me alegra tanto que estés bien


    La pelinegra observo a Miroku por encima del hombro de su amiga como preguntándole el motivo del comportamiento de su amiga.

    Él tal solo sonrío, cerro los ojos y meneo la cabeza como respondiendo que no ocurría nada importante.


    - ¿Dónde estabas? ¿Por que no contestabas?- pregunto atropelladamente


    - Estaba en la cocina


    - ¿Y por que no me contestabas?, sabes bien que me preocupo por ti, no hagas esas cosas.


    - Perdón Sango es que hace un par de días que no veía a Shikon y Hanyo, estaba jugando con ellos en el patio.


    - ¿Por que no nos esperaste? sabias que nos liberarían en ese momento por que no te quedaste, eres una inconsciente ¿por que regresaste sola?, te pudo pasar algo.


    La preocupación de Sango parecía excesiva pero con lo vivido días pasados, era muy comprensible.


    - Lo sé, perdón es que quería preparar un par de cosas, para Inuyasha me dijo Bankotsu que lo retendría dos días, pense, que necesitara un par de cosas y algo para comer.

    - ¿De verdad? - pregunto Sango


    - Claro- sonrío


    Esa respuesta era casi la verdad, el casi era por que después de las palabras de su padre y en especial de su tía se sentía demasiado insegura con respecto a Inuyasha. Tal vez él estaba arrepentido de haberla ayudado de haber accedido a formar parte de su vida.


    Aunque horas atrás estaba dispuesta a disolver su matrimonio para que el no tuviera problemas, ahora no lo estaba, prefirió irse rápido sin verlo, no quería que le dijera que ya no la quería a su lado, que se arrepentía de haberla ayudado.


    La sola idea le provocaba debilidad, aunque de todas formas si su matrimonio no terminaba ahora, algún día terminaría, en parte su tía tenia razón, él amaba a Kikio y ella no llenaría nunca el espacio que dejo.

    Por eso se había ido rápidamente quería conservar su matrimonio falso lo más posible quería sentirse parte de su vida al menos por un par días más.


    La voz de Sango la trajo de regreso.


    - Pero yo la llevare, es muy tarde para que estés sola por hay.


    - Pero ....


    - Nada de peros, tu no iras y es asunto concluido


    Kagome estaba apunto de argumentar algo mas cuando fue interrumpida por el joven tras ellas.


    - Si me permiten bellas damas- dijo con una reverencia- yo puedo ser su emisario en esta peligrosa misión, les prometo que aunque me enfrente a asaltantes y secuestradores estregare todo y regresare con bien.


    - Si Kagome, enviémoslo de todas formas si muere no será demasiada perdida, te aseguro nadie lo extrañara.


    El muchacho hizo un gesto gracioso como si le hubieran atravesado el corazón con una espada, las palabras de la castaña.


    - Sango no digas eso, el joven Miroku es alguien muy importante y fundamental en nuestras vidas.

    - Si claro, fundamental como una joroba- agrego Sango.



    - Pero amiga...


    - Descuide señorita, del odio al amor hay un paso, solo debo esperar un poco mas para que ella se arroje a mis brazos.


    - Pues señor, será mejor que tenga un muy cómodo asiento para esperar, por que lea mis labios eso nunca pasara.


    - Bien Sanguito sigue así, creo que ya siento el amor.


    - ¡UYYY!- bufo -, es Usted un idiota sin remedio- dijo la muchacha antes de perderse rumbo a la cocina alegando que todo se quemaría si seguían perdiendo el tiempo con las idioteces del muchacho.


    Kagome simplemente suspiro.


    - Usted realmente disfruta molestándola, ¿verdad?


    - Como no tiene idea.


    - No le recomiendo que haga eso, o ella lo odiara, Sango es muy rencorosa, podría llegar a detestarlo realmente.


    El rostro del muchacho reflejo un par de segundos melancolía.


    - Eso espero- dijo convicción.


    - ¿Acaso pretende que ella lo odie?


    - Si despierto algún sentimiento en ella estaré muy conforme, aunque sea odio.


    Kagome permaneció un par de segundos sin pronunciar palabra


    - ¿Le gusta Sango?


    Sonrío románticamente.


    - Usted no es la única que sufre por amor, solo que algunos tenemos menos posibilidades que otros


    - No diga eso estoy segura que si se esfuerza......


    - No crea que no lo haré pero a veces es simplemente imposible, como tratar de construir un castillo en el aire.


    - ¿El nunca me amara verdad...?


    Kagome bajo la cabeza apesadumbrada.

    Dijo de pronto como si lo hubiera dicho Miroku sobre él, fuera en verdad de ella. Su situación con Inuyasha.


    - Yo no he dicho eso, pero usted debe esforzarse también déjeme decirle que mi amigo es un hueso muy duro de roer, pero creo tiene una debilidad que ni el mismo sabe que tiene, ¿quiere que se la cuente? – la chica asintió- bien pero es un secreto- se aproximo a su oreja- la debilidad de Inuyasha es usted


    Lo que dijo provoco que Kagome se sonrojara.


    Se miraron y sonrieron, ambos debían esforzarse.


    - Hacemos un buen par ¿no cree?- dijo la muchachada


    - Ya lo creo que si- dijo con diversión- ¿que le parece si abandonamos a esos dos ingratos y huimos juntos?


    - Todo seria más fácil verdad, saberse correspondido.


    - Quizás, pero no creo que tendría buen sabor, el amor que no se gana no se valora. Si conseguimos nuestro amor lo valoraremos por siempre.


    - Entonces creo que lo logremos o no seremos dichosos, por que viviremos nuestra vida con intensidad.


    - Si- afirmo el chico- ¿sabe que más es intenso?


    - ¿Qué?- pregunto la chica con aire romántico.


    - El hambre que me consume


    La muchacha lo miro un par de segundos y comenzó a reír.


    - Perdone usted es verdad, ¿qué le parece si vamos a comer?


    - Me parece perfecto.



    Ambos caminaron rumbo a la cocina.



    &&&&&&&&&&&&&




    Era un lugar hermoso donde pasar la tarde, un gigantesco árbol de cerezos en el centro del bosque, la luz del sol se atravesaba por medio de las hojas, pero su calidez no era agobiante, por el contrario la brisa que corría contrastaba tan bien que hacia el lugar ideal para descansar.


    Inuyasha se encontraba durmiendo bajo la sombra de aquel frondoso árbol, su rostro reflejaba una infinita paz, le hubiera agradado continuar inmerso en ella pero una suave voz lo fue trayendo de regreso.


    - Inuyasha, Inuyasha- repetía la voz.


    Él abrió lentamente los ojos la luz del sol impedía que viera con nitidez la figura que se acercaba que lo llamaba


    - Inuyasha, ni creas que te quedaras allí sin hacer nada, vez vamos tienes que ayudarnos.


    Esta situación de alguna forma de se le hacia familiar.


    - Ven vamos- repitió la voz.



    Trato de ajustar sus ojos a la luz buscando lograr mas nitidez pero veía muy borroso.


    Cerro los ojos por que la luz era cegadora, a sus fosas nasales llego un dulce aroma a lavanda. Él conocía perfectamente ese olor era de...

    - Kagome- la llamo- ¿Kagome eres tu?



    Pero al abrir los ojos no había nadie, es mas del sol y del árbol tras el no quedaba nada, de pronto el cielo se había obscurecido y todo a su alrededor había desaparecido


    Se puso de pie y giro a todos lados buscando a la muchacha, pero no había nada.

    Comenzó a correr en la obscuridad y en la distancia pudo observar una figura, corrió hacia ella lo más rápido que pudo pero cuanto más lo hacia mas parecía alejarse



    - ¡Kagome!- grito- Kagome ¿a donde vas? ¡No me dejes!


    Pero por mas que corrió no pudo alcanzarla.


    Callo rendido sobre sus rodillas luego de tanto correr.


    El viento volvió a soplar pero esta vez muy fuerte trayendo consigo un aroma a rosas, ese aroma también era familiar.


    Levanto el rostro frente a él, una figura.


    - Kagome- dijo suavemente


    La figura comenzó a llorar amargamente.


    - ¿Por que lloras Kagome? ¿Que te paso?, ¿Tu tía te hizo daño otra vez?


    La figura negó con la cabeza la cabeza


    - ¿Entonces quien?


    - Tu- respondió


    - Pero, pero- no pudo decir nada mas por que al observar con detenimiento el rostro, ella no era Kagome era....... Kikio.


    - ¿Kikio eres tu?- la rodeo rápidamente con sus brazos- regresaste te extrañaba, ¡oh! Kikio no sabes cuanto.....


    - ¡No mientas!- grito mientras se separaba bruscamente de él- te olvidaste de mí, me traicionaste


    - ¿Pero que dices?, Jamas ni un solo día desde que te fuiste he dejado de pensar en ti...


    - ¿Y por eso te casaste con ella?


    - No, jamas te olvidaría, ella necesitaba mi ayuda por eso lo hice- se apresuro a decir.


    - Eso es mentira..... mentira- repitió- nunca te lo perdonare, mi tía tenia razón tu nunca me amaste.


    - No Kikio, yo siempre te quise- la figura comenzó a desvanecerse – no, no te vallas te juro que...


    - Adiós Inuyasha, lamento el día en que comencé a amarte- luego de decir estas palabras el espectro desapareció.


    - Nooo, nunca te traicione, por favor espera no te vallas, no me dejes..... Kikio.


    Despertó tan bruscamente que callo del catre donde momentos atrás dormía.


    Abrió bien los ojos, todo a su alrededor estaba obscuro, salvo por la luz de la luna que se colaba por entre los barrotes de su ventana.


    La celda donde lo habían puesto era horrible, húmeda, dentro solo había un catre viejo de madera, cobijas sucias y algunas ratas.

    Se sentía solo, la cárcel no le agradaba las otra veces que estuvo allí dormía todo el tiempo por que permanecía borracho, realmente el lugar era asqueroso.


    Las palabras de la Señora Kaede se repetían en su mente una y otra vez, él había traicionado a Kikio.


    Y el sueño que acaba de tener no lo ayudaba, se sentía cada vez peor


    Intento ordenar sus pensamientos, primero que nada él amaba a Kikio, segundo él quería a Kagome como a una hermana, la quería como a una hermana pequeña.


    Una voz dentro de su cabeza lo reprendió ¿a qué hermana se le besa así?.


    Recordó el beso dado luego de casarse, pero ¿por qué lo había hecho? en ese momento estaba muy seguro de cual había sido su motivo, ¿pero ahora?


    Ahora no sabia nada.


    Dejo salir un pequeño gruñido en señal de frustración, definitivamente su fuerte no era pensar tenia que dejar de hacerlo o enloquecería.



    Afortunadamente su tortura duro menos de los que esperaba.


    - ¡Taisho tiene visita!- grito un guardia a través de la reja-



    - ¿Quién es?- pregunto de mala gana, no quería reconocer que no le importaba quien fuera simplemente quería ver a alguien para no tener tantos pensamientos en su cabeza.


    - Hola, ¿me extrañaste? - dijo una voz divertida.


    - Claro como a un dolor de cabeza- dijo mientras se incorporaba rápidamente frente a su amigo.


    - Veo que te dieron la mejor habitación.


    - Cinco estrellas y con vista al basurero ¿qué opinas?


    - Muy elegante, además hace maravillas con tu carácter.


    - Bien dejémonos de cuentos ¿qué haces aquí? Y ¿cómo lograste que te dejaran entrar? Según nuestro flamante jefe de policía no podía recibir visitas.


    - Si es verdad pero, digamos que tu esposa tiene muchas influencias aquí.


    - ¿A que te refieres?



    - Bueno Bankotsu dijo que si ella salía con él esta noche, podíamos traerte un par de cosas y como tu esposa es tan buena acepto.


    El rostro de Inuyasha estaba desfigurado reflejaba tanto rencor a Miroku le pareció que en cualquier momento saldría fuego de su boca


    - ¡¿Qué?!- gruño.


    Miroku se arrepintió de su broma.


    - Es broma, es broma no puedes recibir visitas muy largas, solo te traje una muda de ropa y un poco de comida.


    - Eres un idiota, no sé por que te soporto


    Miroku pestañeo con coquetería y respondió.


    - Por que no puede vivir sin mí, ¿verdad?


    Inuyasha sonrío.


    - Si, si lo que digas.


    - ¿Que me trajiste?


    - Pollo con verduras, jugo de durazno y galletas de naranja.


    Inuyasha tomo la canasta que contenía la comida, quito el pequeño mantel que la cubría, realmente olía exquisito


    - Es mucha comida, ¿si quieres te ayudo?


    - ¡No!, Es mía- dijo poniendo tras su espalda la canasta.


    - Eres un egoísta- dijo su amigo


    Ambos se sentaron en el catre de madera y el ojidorado empezó a comer.


    &&&&&&&&&&&



    - Entonces ¿no compartirán habitación?


    - Claro que no Sango, este matrimonio es como, como un juego, no es de verdad.


    - ¿Eso te dijo Inuyasha? Pero ¿y el beso que te dio no significo nada?- pregunto Sango


    - Bueno, si pero...... - Kagome recordó la charla que había mantenido con él en la habitación del hotel antes de casarse, había dicho que era solo uno de apariencias y que ella no tendría obligaciones con el de ningún tipo y.... que entre ellos no pasaría nada pero... después del beso que le había dado bueno se supone que debía de darle uno para aparentar, pero si así eran los besos falsos, ¿como serian los verdadero?



    - Kagome que pasa ¿por qué no dices nada?


    La pelinegra meneo la cabeza despejando sus ideas.


    - Nada, es solo que Inuyasha y yo, ambos decidimos que esto bueno que esto, solo seria un matrimonio en apariencias y bueno entre nosotros nada ocurriría.

    - ¿Y eso es lo que quieres?


    - Si claro, esta bien por que el aun ama a Kikio y ella... ella..... bueno después de todo no podría traicionarla verdad


    - ¿Crees algunas de las palabras de esa demente mujer?


    - Bueno yo, pues yo no creo que fuera justo para mi hermana que yo me quedara con su novio


    - Por favor Kagome, ¿tu también?, deja esas locuras para esa anciana decrépita, tu amas a ese idiota, Kikio esta muerta y cree en mi, no regresara


    - Por favor no hables así.


    - Vamos Kag no seas tonta, ¿lo quieres no?- su amiga asintió - bueno entonces aprovecha el tiempo y conquístalo


    - Pero no......- se contuvo y no dijo nada su amiga no lo entendería


    Sango no lo entendía, pero en cierta forma se sentía como si estuviera usurpando un lugar que no le correspondía y estaba segura quizás nunca le correspondería.



    &&&&&&&&&&&&&



    - Delicioso- Inuyasha termino de comer y dejo los platos nuevamente en la canasta.


    - Vaya, sí que tenias hambre


    Inuyasha se recostó contra la pared y cero los ojos parecía muy calmado tanto que Miroku penso que era un buen momento para hablar con él.


    - ¿Que es lo que piensa hacer de ahora en adelante?


    - Bueno- dijo con clama- cuando salga de aquí lo primero que haremos será dedicarnos por completo a la empresa, ya le hemos dado demasiados días de ventaja a Hakudoshi, estoy seguro que estos momentos debe estar pensando como destruirnos


    - ¿Pero?


    - Pero nada, desde mañana tu comenzaras con los documentos y me informaras todo con detalle.


    Inuyasha continuaba hablando sobre los planes que tenia para su empresa transportadora, pero esa no era la pregunta que Miroku intentaba formularle.

    - Quiero saber, ¿qué harás con la señorita Kagome?- el ojidorado callo de pronto y fijo su mirada en el obscuro corredor.- Escuchaste bien, dime ¿qué harás de ahora en adelante con ella?


    - Bueno, yo... - medito un momento mas las cosas – eso no te importa- dijo finalmente


    - Claro que me importa quiero saber ¿que tanto daño pretendes hacerle?


    Inuyasha vio fijamente a su amigo su rostro lucio extrañamente serio, no esta jugando como siempre.


    - No haré nada.


    - Nada, ¿a qué te refieres con nada?, la hiciste tu esposa y....


    - Sé muy bien lo que hice Miroku, pero cuando hable de esto con ella le dije claramente que esto seria un matrimonio fingido para salvarla de su padre.


    - Pero que estas diciendo, ella te quiere no puedes hacerla tu esposa y después tratarla como... ¿como vas a tratarla como a tu hermana?


    - Tal vez. - Respondió sin ganas


    - No puedo creerlo, entonces por que la besaste, por que hiciste que te dijera que te quiere... ¿querías jugar con ella?


    - No, solo quería mantenerla a salvo y bueno es la única solución que encontré y ella, bueno ella tampoco se negó, además...


    - ¿Además que?


    - Además yo..... bueno Kikio y..


    - ¡Oh!, por supuesto ¿como pude olvidarme de Kikio? tu novia muerta... - recalco las ultimas dos palabras con furia


    - ¡Mejor cállate Miroku! por que... - levanto su puño


    - Me golpearas para evitar que diga la verdad, pues hazlo si quieres, pero no dejare de decírtela. Kikio esta muerta y Kagome no, deja de actuar como un idiota y sé hombre de una vez por todas.


    El ojidorado abrió la boca para responder pero fue callado


    - Y ni se te ocurra discutir nada mas, Kagome es tu esposa y no creas que le hiciste un favor casándote con ella, mas bien ella te hizo un favor a ti- intento clamarse un poco- mira sé que querías a Kikio pero eso no tiene nada que ver con Kagome, admite que te gusta que puedes llegar a quererla y trata de ser feliz.


    Inuyasha trato nuevamente de abrir la boca pero......


    - No te escuchare, ahorra saliva piensa muy bien todo lo que te dije, ella te quiere y como sea que halla empezado este matrimonio, es un matrimonio no un juego. Si tratas de decirme que ella no te gusta entonces ahórrate tus mentiras por que no es así, te repito se un hombre y admite que la quieres, ahora me voy, que pases buenas noches.


    Sin permitirle a Inuyasha decir palabra alguna llamo al guardia y salió de la celda.


    Se sentó nuevamente contra la pared, se tapo con la manta que Miroku le había dejado cerro los ojos y comenzó a pensar en todo lo que le había dicho su amigo.


    El canto del gallo anuncio el amanecer, no había dormido mucho, por no decir nada, pero la noche en vela había rendido sus frutos después de meditarlo todo había llegado a un par de conclusiones.

    Él amaba a Kikio tal vez siempre lo haría, pero también era cierto que quería a Kagome de una manera que aun no lograba comprender.


    Si era verdad, quería a Kagome y trataría de ser un buen amigo, compañero y finalmente un buen esposo para ella.


    Después de todo se lo debía, ella era la que lo había regresado a la vida.






    CONTINUARA...............







    N/A: Hola como están espero que todos bien yo aquí muy feliz.


    El motivo, pues creo que ha vuelto mi inspiración e logrado finalmente escribir después de varios días sin poder hacerlo lo cual me pone feliz como una lombriz.


    Una pregunta saben de donde es la expresión feliz como una lombriz, por que yo que sepa ni boca tiene las pobres bueno, el caso es que estoy muy feliz, gracias a todos por su apoyo y su paciencia


    En fin espero que este capitulo les haya gustado tenia que poner en realidad otro capitulo pero cuando lo leí me di cuenta que había varias partes que no encajaban mucho entre ese y el anterior


    Muchas gracias a todas las personas que se toman el trabajo de leer y comentar mi fic. Especialmente a:


    Artemis.moon: Si el padre de Kagome tremendo idiota, pero descuida tendremos nuestra venganza.


    Perri2006: Perdón la tardanza tus preguntas las responderé en los próximos capítulos.


    Yic@: Si, quien no quiere casarse con Inuyasha pero bueno, no todo se puede en la vida, y si el tema del padre una lastima, pero por lo menos ahora puede tratar de formar su propia familia.


    Merlina: No te preocupes no voy a disminuir la cantidad de hojas. Muchas gracias por tus siempre útiles correcciones, espero las de este capitulo.


    Let@: Si fue como una cajita feliz solo le falta el muñequito, espero te hallas recuperado de tanta emoción, este fue un poco más tranquilo.


    Mary-Chan: Sip creo que es oficial todos odiamos a Sota.


    Maritza: El problema de Kikio es algo con lo que van a tener que lidiar. Siempre es mas fácil pelear con alguien real que con un recuerdo.



    MUCHAS GRACIAS A TODOS POR LEER Y COMENTAR MI FIC. NOS VEMOS EN EL PROXIMO CAPITULO TITULADO: EN LA POBREZA Y EN LA RIQUEZA, AHORA SI VOY A PONER ESE CAPITULO.





    DEBORA ANABEL
     
  9.  
    LëT@

    LëT@ Entusiasta

    Acuario
    Miembro desde:
    22 Enero 2007
    Mensajes:
    59
    Re: A quien me recuerdas

    Ola wapa!!!

    Cuanto tiempo!!!
    Lo de q l capitulo a sio mas tranqilo es bastante relativo la verdad... A ellos fisicamnt nols a psao na, xo emocionalmnt... vaya lio... jeje!!!

    Weno, espero q lo continues pronto y q la inspiracion siga acompañandote, de esta manera todos estaremos felices cm lobrices,jaja!!!

    Ta pronto!!!
     
  10.  
    merlina

    merlina Guest

    Título:
    A quien me recuerdas
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    38
     
    Palabras:
    161
    Re: A quien me recuerdas

    Hola
    No sé que decir, dejando aperte obviamente que Inuyasah es un...¡invesil!

    De los errores la verdad no los vi, es que vengo recien llegando de viaje y ando relajada. Me gusto mucho eso si, se me hizo facíl leerlo al estar con espacios (que en los capítulos anteriores no estaban).
    Ahh!! me sorprendió la actitud de Miroku, creo que en este cap. lo llege a apreciar.

    Espero que lo puedas seguir antes de marzo (jajaj broma, es que en pocos días viajo y no se cuando vuelvo xD)y que no sea un capitulo que me proboque golpear mi pc xdxd.
    Cuídate,bye..
     
  11.  
    DeboraAnabe

    DeboraAnabe Guest

    Título:
    A quien me recuerdas
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    38
     
    Palabras:
    8774
    Re: A quien me recuerdas

    Bueno, vuelvo a estar aqui ^^
    NO SOY DEBORAANABE SINO KaGoMe-InU
    y os traigo la continuacion, por parte de Deboraanabe.........DISFRUTADLA ^^!



    Los personajes que conforman esta historia no son míos y no pretendo ganar dinero con esta historia, solo es un pasatiempo, así que no me demanden, esta historia esta pensada y escrita por Debora Anabel para fans. De INUYASHAXKAGOME
    La clasificación de esta historia aun esta pendiente diría que es M

    A quien me recuerdas
    Inuyasha ha amado mucho a una joven mujer, al volver de un viaje se entera que ha desaparecido cegado por el dolor se niega al mundo, hasta que es necesitado por alguien tal vez con un destino más miserable que el suyo.

    Esta historia esta ambientada en la época antigua es decir, caballos carruajes, pero sin olvidar algunos objetos de modernidad, los primeros teléfonos, telégrafos, autos.

    “..........” PENSAMIENTOS
    - DIALOGOS-
    &&&&& CAMBIO DE ESCENA
    /NOTA DE AUTORA/ N/A
    //// FLASHBACK////




    Capitulo XX: En la pobreza y en la riqueza. Parte I




    El canto del gallo anuncio el amanecer, no había dormido mucho, por no decir nada, pero la noche en vela había rendido sus frutos después de meditarlo todo había llegado a un par de conclusiones.


    Él amaba a Kikio tal vez siempre lo haría, pero también era cierto que quería a Kagome de una manera que aun no lograba comprender.


    Si era verdad, quería a Kagome y trataría de ser un buen amigo, compañero y finalmente un buen esposo para ella.


    Después de todo se lo debía, ella era la que lo había regresado a la vida.



    &&&&&&&&&&&&




    - No puedo creer que hallas permitido que todo el dinero que teníamos acumulado se esfumara, eres un irresponsable- Inuyasha se encontraba en el despacho de su casa revisando papeles junto a su amigo quien al oír las acusaciones puso cara de no creer lo que estaba escuchando.



    - ¿Pero que dices? tu fuiste quien gasto todo en borracheras.



    - Imposible yo no gaste tanto en alcohol con el dinero que falta aquí – dijo sosteniendo varias hojas en su mano con marcas rojas- seria noventa por ciento alcohol, y no es así.


    - No, por supuesto que no fue solo alcohol.

    - Lo ves hasta tu me das la razón, ¿donde esta todo este dinero?

    Miroku giro sobre sus pies y empezó a caminar por la oficina con una mano apoyada en su mentón a modo pensativo.

    - Bueno digamos que fueron gastos necesarios para subsistir.

    - ¿Necesarios para subsistir?, Con esto podrías haber alimentado a los niños de África por los próximos diez años.

    Miroku asintió dándole la razón.

    - ¿Entonces que fue lo que paso con ese dinero?

    - Pues además de alcohol también fianzas de prisión por que gracias a ti pasamos varios días de lujosa estadía allí, salir de la cárcel cuesta dinero- el ojidorado esta apunto de protestar cuando su amigo continuo- además, no olvidemos todos los destrozos que propiciaste que por supuesto tuve que pagar, los hombres importantes que golpeaste en fin, pequeños gastos que fueron necesarios para la vida.

    Inuyasha se propuso protestar a todo eso pero haciendo uso de su memoria recordaba vagamente todas esas situaciones, “-¿cómo pude haber sido tan inconsciente?, penso para sí mismo, ¿cómo pude haber tirado la fortuna que tanto trabajo me costo conseguir?, Había actuado como un idiota y recién ahora era consciente de ello.

    Es increíble lo que hace un hombre cuando cree que todo lo importante en su vida se ha perdido, cuando piensa que ya no tiene nada por que luchar pero ya no era hora de lamentaciones.
    Debía empezar a pensar en su familia, si ahora tenia una familia tenia a Kagome debía velar por ella, tenia que cuidarla y darle todas las comodidades posibles.


    &&&&&&&&&&&&&

    - Media docena de huevos y un cuarto de Mantequilla.

    Kagome se encontraba con Sango en la cocina dictando los ingredientes para un pastel.

    - ¿Eso es todo?- pregunto Sango.

    Kagome asintió sonriente mientras se acercaba a la cocina para revolver el dulce de moras que estaba preparando.

    Su amiga puso los brazos en jarra y una expresión infantil de capricho

    - No te creo, anda dime ¿cual es tu secreto?

    - ¿Secreto?- pregunto

    - Si, el secreto para que los pasteles sean esponjosos, suaves y deliciosos.

    La pelinegra la miro extrañada lo medito un momento.

    - Mm, puedes agregarle ralladura de naranja para darle mas sabor.

    - ¡Ah! Te descubrí- la señalo cerrando un ojo acusatoriamente- conque al fin me dices tu secreto, finalmente tengo el poder de realizar bizcochos tan ricos como los tuyos, tu reinado ha caído, larga vida a la reina de los pasteles Sango.

    - Jajaja, no hay tal secreto

    - Eso dices, pero aunque uso exactos ingredientes y tu receta nunca me quedan bien.

    - No digas eso, cocinas muy bien, ayer encontré al padre Bankotsu y me dijo lo agradecido que estaba por tu presencia en la Parroquia.

    - Bah eso no quiere decir nada, podría darle pan duro y estaría igual de conforme- murmuro con el ceño fruncido.

    - ajajaja que cosas dices, eres muy graciosa.

    Desde hacia un par de días atrás Sango había decidido trabajar en la iglesia donde colaboraba en el comedor de niños que allí funcionaba.
    Kagome le había ofrecido un lugar en su ahora casa pero opto por vivir en la ciudad.
    Aunque sintió mucho no tener la compañía constante de su amiga apoyo cien por cien su decisión sabia que desde mucho tiempo atrás había estado buscando la oportunidad de vivir mas cerca de su padre y su hermano.
    Además siempre podría visitarla cuando fuera a hacer las compras para surtir la despensa, aunque debía confesar que no era lo mismo y realmente resintió su ausencia.

    La sonrisa de Kagome sé disolvió rápidamente y la seriedad tatúo su rostro.

    - ¿Que ocurre?- pregunto preocupada su amiga.- ¿Estas molesta por que no acepte quedarme contigo aquí?- la pelinegra meneo la cabeza bruscamente y luego sonrío

    - Nada de eso entiendo muy bien, te has privado de la compañía de tu familia por demasiado tiempo por mi causa- Sango abrió enormemente los ojos- Y no trates de negarlo tuviste miles de oportunidades de conseguir otro trabajo y aun así te quedaste conmigo eso siempre te lo agradeceré pero la familia esta primero y entiendo muy bien que quieras estar con ellos.

    Sango se abrazo a ella.

    - Pero tu también eres mi familia y.. no se, siento que te abandone cuando rechace tu propuesta, además esta casa es tan grande que ... ¿te sientes sola?- pregunto de improviso


    Le hubiese encantado responder que “si” para que ella se quedara pero no podía ser egoísta, se sentía sola pero decidió disimular.

    - No, claro que no- respondió naturalmente

    - ¿Lo dices en serio?

    Amplio su sonrisa lo mas que pudo

    - Por supuesto, me mantengo ocupada casi todo el día, hay tantas cosas que hacer aquí- suspiro

    Sango meneo la cabeza y le acaricio la mejilla.

    - Yo no pregunte eso, quiero saber si te sientes sola, digo hacer cosas te mantiene ocupada pero ¿con quien conversas? ¿Quién esta contigo?

    - Inuyasha y Miroku son una gran compañía, no paran de hablar en toda la cena ni el almuerzo- era cierto no paraban de hablar, pero lo que no había dicho Kagome es que no hablaban con ella, sino que los pocos minutos que se sentaban para comer solo discutían de negocios y bueno ella no participaba demasiado por no decir nada en lo absoluto.

    - Eso es muy poco tiempo y ¿el resto del día con quien estas?

    - Con Hanyo y Shikon, son grandes amigos- afirmo pero esta respuesta le pareció insuficiente a Sango quien la miro con reproche- además paso mucho tiempo con Inuyasha y Miroku.

    La miro unos instantes como intentado descifrar si lo que le decía era cierto

    - Pero si llegue desde hace horas y no he visto a ninguno

    - Esta mañana tenían cosas muy importantes, Inuyasha dijo que su padre necesitaba que le entregara unos documentos importantes y están trabajando, pero cuando este listo el almuerzo iré por ellos.

    - No digas mentiras, ese idiota sigue tratándote como si fueras su enfermera ¿cierto?

    Toco con la punta de sus dedos sus rizos en señal de nerviosismo

    - Me trata como su esposa, además somos muy buenos amigos y....

    - ¿Hace ruidos mientras duerme?- la pregunta la descoloco por completo - no te hagas tonta si dices que te trata como lo que eres, imagino que duermes con el.

    Kagome se sonrojo furiosamente.

    - ¿Pero que dices?- se giro mirando hacia otro lado

    - Dices que te trata como a su esposa, entonces lo mínimo que debe hacer es compartir el lecho contigo o me equivoco.

    - Bueno.... él y yo ... - intento excusarse, pero nada pasaba por su cabeza, no quería que Sango se preocupara por ella pero cada vez que le preguntaba algo estaba segura que el ser honesta no le ayudaría en nada

    - ¿Tu y él?- insistió

    - Bueno nosotros no... – si cabeza trabajaba a mil por hora intentando crear una excusa convincente, pero nada cruzaba por su cabeza, por que tenia que ser tan mala para mentir se recrimino- nosotros no tenemos la confianza suficiente para dormir juntos

    - ¿Que ustedes que...?-

    - Bueno el y yo, digo.... nosotros, bueno... - por que tenia que ser tan difícil- ya te lo dije desde un principio nuestro matrimonio es una fachada nosotros somos amigos.

    - ¡Ha!, entonces me mentiste

    - Yo... yo- titubeo- bueno no..

    - Acabas de decirme que el te trata como su esposa-

    - Es cierto, él... -

    Miro a su amiga de arriba abajo abrió los ojos tanto que parecía que se le desorbitarían

    - ¿No me digas que tu y él...? – Quizás la relación de ambos había llegado mas lejos de lo que penso- tu y él lo hicieron- afirmo

    - ¿Hacer que?

    - ¡Aaaahh!- grito efusivamente- y dime ¿cómo paso?, ¿Te dolió?, ¿Fue muy brusco?, ¿Te sientes diferente?- preguntaba demasiado rápido sin dar tiempo a que Kagome contestara ninguna, aunque no podría hacerlo por que no tenia ni la mas mínima idea de que estaba hablando.

    - ¿De que hablas?

    - Tienes razón no sé que estoy hablando, ese sujeto es un animal mira que seguirte tratando como a una desconocidos después de eso..... ¡típico!- gruño- todos los hombres son bestias, claro una tonta enamorada se entrega y ellos se aprovechan ya decía yo que él, se estaba portando demasiado bien contigo.

    - Sango no tengo idea de que estas hablando

    - Vamos no tienes que avergonzarte, además tu lo amas y dime- se acerco a ella y comenzó a susurrar cerca de su oído- ¿es musculoso? Oye otra pregunta- susurro- ¿cómo sé ve? por que nunca he visto uno y...... no sé, me gustaría saber

    - ¿Qué?

    - ¿Cómo se ven sin ropa?

    - ¿Quiénes?

    - Los hombres, de que estamos hablando.

    - ¿Cómo?

    Sango asintió con la cabeza y Kagome quien no comprendía nada de nada, medito un momento todo y finalmente su mente hilo todo lo que su amiga le había dicho ella creía que ellos habían, ¡¡¡¡haaa!!!! Grito en su mente y todo su cuerpo se tiño furiosamente de rojo.

    &&&&&&&&&&&&

    - Creo que deberías explicar todo a tu padre y pedirle un préstamo.

    - No eso nunca- se levanto de la silla y comenzó a caminar de un lado a otro nerviosamente.

    - Pero ¿por qué?, Tu padre es muy razonable y si le explicas estoy seguro que no dudara en ayudarte, además después de lo de la señorita Kagome estoy seguro que te tiene en alta estima.

    - Cuando mi padre se entere lo que le ha ocurrido a la empresa que me entrego, se molestara mucho y si pido dinero no haré mas que demostrar que soy un incompetente además podría molestarse y dale el control a Hakudoshi.

    - No creo... bueno él es una persona muy sensata y comprenderá que lo que paso no fue a propósito y bueno...

    - No, entiende de ahora en adelante si quiero demostrarle a mi padre que aun somos capases de manejar la transportadora lo mejor será que no pidamos nada. Mi primo aprovechara cualquier oportunidad para quedarse con ella.

    - Eres un hombre muy testarudo, entiende que si no les pagan a los trabajadores ellos no subirán los cargamentos y si no hay quien suba el cargamento no abra que transportar.

    - Hablaremos con los trabajadores y les pediremos que tengan paciencia hasta que nos recuperemos un poco, lo primero que haremos cuando tengamos ganancias será pagarles todo.

    - Eso será muy difícil- tomo un par de papeles de uno de los cajones del escritorio y los arrojo sobre la mesa

    - ¿Que es esto?- tomo los papeles y comenzó a leerlos- son nuestro contratos.

    Miroku meneo la cabeza.

    - Te equivocas, estos eran nuestros contratos, todos fueron cancelados.

    - Pero ¿por qué? tu quedaste al frente de la compañía por que cancelaron estos contratos

    - Por incumplimiento, además de no contar con el dinero para pagarles a los empleados, intente manejarlos pero ninguno de ellos me respetaba, nunca obedecían mis ordenes.

    El ojidorado sé disponía gritarle por no haber podido conseguir que los empleados trabajaran, pero después de todo la función de su amigo era los números, no las personas, ese era su trabajo y solo él era responsable.

    - Esta bien- suspiro resignado- solucionaremos todo de algún modo.

    - Una cosa mas- Inuyasha lo miro exasperado- todos los empleados renunciaron.

    - ¡¡¡¡¡Que!!!!!

    &&&&&&&&&&&&


    - Me respeta mucho y es..... muy amable y bueno conmigo

    - Te respeta y es muy amable- repitió- por Dios, estas hablando de tu marido no de tu confesor, por lo menos lo ha intentado

    - ¿Intentar que?

    - Vamos tu sabes- pero Kagome parecía no comprender- ¿no ha intentado seducirte? - levanto una ceja- ¿ni siquiera un beso?

    - Bueno no... él me respeta mucho y sabe que yo nunca, bueno eso...

    - Te respeta, estas equivocada si el te respetara como afirmas te trataría como lo que eres, “su esposa”- recalco esas dos ultimas palabras- debería por lo menos intentar que su matrimonio funcionara, tu estas enamorada de el, haz algo no puedes quedarte con los brazos cruzados

    - ¡Basta! Te lo he dicho de todas las formas posibles nuestro matrimonio no es real- sin que pudiera evitarlo dos lagrimas corrieron por su mejilla- no lo es ahora y nunca lo será.

    - Pero tu lo amas....

    - ¡¡Pero el no me ama a mí!!- grito

    &&&&&&&&&&&&&&&&

    Necesitaba un trago con desesperación su vida de pronto se había tornado demasiado caótica, su negocio al borde de la ruina, sus empleados próximos al amotinamiento su vida era en resumen un desastre del cual aun no estaba tan seguro de poder salir.

    Se dirigió al salón principal y tomo la botella de whisky se acomodo en el sofá y se sirvió un poco en un vaso

    Maldición, maldición es lo que se repartía en su mente una y otra vez. A quien engañaba con un vaso no bastaría, pero luego de meditarlo un segundo supo que después de tomar uno no se detendría y no quería ni podía caer en tentaciones.

    Solo había otra cosa que lograba calmarlo últimamente cuando estaba de mal humor.
    Se levanto del sofá observo la hora en el viejo reloj que colgaba de la pared y camino rumbo a la cocina.

    &&&&&&&&&&&&&&&&


    Kagome estaba parada de espaldas a su amiga llorando. En sus manos una de sus servilletas bordadas, la usaba para intentar borrar las lagrimas antes de que corrieran por su cara, pero era inútil.

    Sango permanecía en la misma posición que momentos atrás su rostro reflejaba lo culpable que sé sentía, no podía entender como en menos de un parpadeo había pasado de reír a llorar. Inuyasha es el responsable penso para sí con rabia, pero esta vez no había sido él.
    Ella era quien la había presionado esta vez, solo quería ayudarla pero solo consiguió que llorara.
    A veces Kagome era tan débil que sencillamente no sabia como lidiar con ella, ¿por qué no podía tener un poco mas de determinación y carácter?, ¿Por que tenia que ser tan tonta?
    Mordió su labio en señal de frustración por que su amiga no podía simplemente ser más valiente, tenia la estúpida idea que no debía exigir nada a ese idiota de Inuyasha solo por que estaba enamorado de otra.
    Por favor era una estupidez, una verdadera estupidez.
    Si ella estuviera en su lugar pelearía sin descanso hasta que la amara o la dejara.
    Pero Kagome... no, ella jamas había podido enfrentarse a nadie, desde pequeña siempre fue así
    Recordó su infancia con Kagome, el trabajo, los castigos, casi iguales para ambas siempre juntas salvo cuando ella visitaba a su padre y hermano los domingos, su vida era tan parecida aun habiendo nacido en círculos opuestos de la sociedad entonces por que ella no podía ser un poco mas fuerte por que
    Quizás por que Kagome no había tenido la misma suerte que aunque también se quedo sin madre su padre estuvo con ella y su hermano siempre.
    Tal vez el origen de todas las inseguridades de su amiga era que su padre, su tía y su hermana no la habían valorado.
    Quizás sentía que no merecía nada de nadie, cuanto más pensaba en ello más sensato le parecía.
    Observo a su amiga tratando de contener las lagrimas, debía ayudarla a cambiar pero no así no a costa de sufrir, llorar o presionarla después de todo ese era el método Kaede.

    Toco el hombro de Kagome quien al instante se giro para mirarla.

    - Sabes que creo-

    La pelinegra meneo la cabeza

    - Que quizás “tu esposo”- recalco lo ultimo - prefiere la compañía de otros caballeros

    - ¿Cómo?- dijo Kagome sorprendida mientras pasaba sus manos por su rostro para borrar su semblante lloroso.

    - ¡Eso! – Levanto el dedo índice y con una sonrisa picara continuo- si, el no ha querido nada contigo solo quieres decir una cosa- Kagome la miro expectante- . “prefiere la compañía masculina”

    Inuyasha estaba a punto de ingresar a la cocina cuando escucho la frase de Sango

    - “prefiere la compañía masculina”, “prefiere la compañía masculina”, “prefiere la compañía masculina” – la frase repetía una y otra vez en su mente, su boca estaba tan abierta que un elefante podría haber entrado sin dificultad.


    - ¡¡Sango!! no digas esas cosas.

    - No, escucha todo tiene sentido si el no te busca como mujer entonces no le gustan las mujeres, es un hecho- sonrío triunfal

    - ¡¡Claro que no!!- grito – eso que dices no es cierto.

    Perfecto penso Sango, el punto débil era Inuyasha si se metía con él, ella reaccionaria. Si era un excelente plan su amiga lucharía por ese idiota aunque tuviera que obligarla.
    No mas Kagome sufrida, ella debía madurar.

    Inuyasha permanecía en la entrada a la cocina sin reaccionar con la mirada perdida en ningún punto en particular.

    - Por supuesto que es cierto, mírate bien Kagome cualquier otro hombre sin siquiera pensarlo se arrojaría sobre ti, y no me mires así sabes bien que es cierto.

    - Pero que locuras estas diciendo

    - Si, ¡qué locuras estas diciendo!- repitió Inuyasha entrando en la cocina súbitamente

    Ambas palidecieron por la sorpresa pero Sango decidió seguir con el juego, la presencia de Inuyasha seria mucho más beneficiosa para su plan.

    - Buenos Días, Inuyasha ¿cómo estas?- saludo fingiendo inocencia.

    - ¿De que hablaban?- el ojidorado uso toda su fuerza de voluntad para evitar gritar.

    Sango estuvo a punto de contestar pero fue interrumpida por Kagome.
    - Nada importante- el muchacho la miro y luego se concentro en Sango quien le sonreía divertida como si se burlara.

    Sin creer una palabra insistió.

    - ¿De que hablaban?.

    Ambas intercambiaron miradas.

    - De nada importante, solo decía que es fácil que un hombre seduzca a una mujer que no recibe afecto de su marido, ¿qué opinas Inuyasha?

    Él comenzó a respirar forzadamente Sango lo percibió y decidió ir mas lejos.

    - Mujeres tan bonitas como por ejemplo mi amiga- la tomo del hombro- mira ese rostro cualquier hombre estaría mas que encantado de recibir cualquier atención de ella por mínima que fuera.

    - Pero ella esta casada - dijo él, casi rechinando los dientes de tanto presionarlos.

    - Si pero si no lo estuviera- suspiro profundamente sonrío y comenzó a moverse por la cocina- ¿saben a quien me encontré en el pueblo? A Koga por cierto pregunto por ti Kagome, el doctor Hoyo y por supuesto Bankotsu tan caballero como siempre dijo que le gustaría venir a visitarte cuando crees que será oportuno todos están muy preocupados por tu bienestar.

    - Pues diles que ella esta muy bien y no necesita de su preocupación- se aproximo a Kagome y la sujeto con unos de sus brazos por la cintura- ¿verdad Kagome?

    La pelinegra se sonrojo y asintió levemente.

    - Es una pena- prosiguió Sango- pero de todas formas podemos invitarlos cuando tu no estés serán una gran compañía, Kagome me dijo que tu y Miroku están muy ocupados estos días con sus negocios, ¿no te importa que los invitemos verdad?

    Inuyasha apretó mas el brazo que rodeaba la cintura de Kagome cortándole casi la respiración.

    - Claro que no me importa- su mirada era fulminante- pero por el momento estaremos muy ocupados con la casa, ¿verdad pequeña?- lo ultimo lo dijo al mismo tiempo que cerraba los ojos para deleitarse con el aroma de la muchacha.
    El aliento de Inuyasha en su cuello le provocaban escalofríos y el brazo alrededor de su cintura aun con la presión que ejercía quitándole el aliento era sobrecogedora, no era capaz de emitir palabra alguna.
    Cuando escucho su voz no pudo mas que asentir automáticamente.

    - Mañana te daré dinero para que compres las cosas que hacen falta para poner en mejores condiciones la casa

    - Pero me parece que así esta muy bien – giro su cabeza para observarlo pero él apretó mas aun su abrazo.

    - Me gustaría que arreglaras una habitación para mi padre

    - ¿Se quedara con nosotros?

    Él asintió-

    &&&&&&&&&&&&&&&

    La puerta de la oficina se abrió y cerro tan bruscamente que los vidrios de las ventanas amenazaron con romperse.

    - ¡Detesto a esa maldita mujer!- grito

    El grito provoco que Miroku cayera de su silla

    - Auchh- Miroku se levanto lentamente sobándose la cabeza- ¿acaso no puedes entrar como una persona normal?

    La expresión del ojidorado era de profunda rabia y fastidio.

    - ¿Que te ocurrió ahora?, No me digas que la señorita Kagome te hizo algo.

    - ¡Claro que no!

    - Entonces ¿quién?

    - Esa mujer – dijo despectivamente

    - ¿Cuál mujer?

    - Eso mismo digo yo, ¿cual mujer? Esa es una comadreja, una maldita comadreja que trata de envolver mujeres inocentes y llevarlas por el camino de la perdición.


    - ¿Qué?...- Miroku esta sumamente confundido- Inuyasha amigo ¿te golpeaste la cabeza?- si las miradas mataran la mirada que le dio su amigo lo abría fulminado- Tranquilo y dime, eso que te ataco, ¿era mujer o comadreja?

    - ¡Idiota!, ¿De que rayos estas hablando?

    - Pues no tengo ni idea y ¿tu?

    Un par de venas se hicieron presentes en la sien de Inuyasha amenazando con estallar, pero antes de que ocurriera cerro unos de sus puños y lo estrello contra la cabeza de Miroku.

    &&&&&&&&&&&&&&

    - Bueno será mejor que me valla o mi padre se preocupara- Kagome asintió y le entrego una canasta donde había puesto dos frascos de dulce de moras y bizcochos dulces.

    - Por favor salúdalo de mi parte puse unos dulces para tu hermano también.

    - Esta bien, pero no deberías consentirlo tanto por que después se pondrá insoportable

    - No creo, él es muy buen muchacho.

    - Si lo se, estoy muy orgullosa.


    Ambas sonrieron.

    Sango decidió dejar por el momento su plan, por ahora estaba conforme con haber conseguido un mínimo acercamiento entre ambos.

    En verdad no le agradaba demasiado Inuyasha pero si su amiga lo quería no podía mas que desearle que fuera muy feliz.

    - Por favor lleva esto al padre Renkotsu y dile que mañana iré a visitarlo.

    - Esta bien, mañana nos vemos entonces.

    Kagome asintió se abrazo a ella a modo de despedida y se fue.


    &&&&&&&&&&&&&&&

    - Debes de dejar de descargarte conmigo, amigo ya se invento el psicoanálisis, Auchh además esto no es bueno para el negocio necesito mi cabeza para llevar la contabilidad

    - Esta bien, lo siento

    - Me serviría mas que me dijeras que ocurrió

    Inuyasha comenzó a relatar las cosas que había escuchado decir a Sango sobre él.
    Por supuesto evitando mencionar ciertas cosas.
    La reacción de Miroku no se dio a esperar, estallo en carcajadas

    - Jajajajajaja, entonces ella cree que tu, Jajajajajaja, no puedo creerlo, Jajajajajaja - estaba en el suelo sujetándose el estomago que empezaba a doler por la risa- ella dijo que tu,... que tu Jajajajajaja

    - Deja de reír idiota que no le encuentro la gracia

    - Tienes razón- dijo tratando de recobrar la compostura- no es para nada gracioso, perdona amigo soy un inmaduro- intento contener su risa pero al ver nuevamente a su amigo no puedo evitar imaginárselo con un vestido rosa con encajes blancos y una sombrilla a juego imitando la voz de una mujer diciendo “ Hola guapo”. Su imaginación lo traiciono de la peor forma y volvió a caer en otra ronda de carcajadas- Jajajajajaja amigo- nuevamente en el suelo- definitivamente ese color no te sienta muy bien Jajajajajaja

    - ¿Pero de que estas hablando?, ¿Has perdido la cabeza?

    Luego dos coscorrones mas finalmente Miroku dejo de imaginárselo como mujer y recobro la compostura.

    - Y ¿por qué dijo eso la Señorita Sango? - pregunto mientras se sobaba la cabeza.

    - Por que esta loca por que más, de donde más sacaría la idea que a mí me gustan, me gustan... ni siquiera puedo decirlo, esa definitivamente esta loca.

    Una sonrisa se fue formando nuevamente en el rostro de su amigo, de seguro nuevamente comenzaría a reír, pero antes de que ocurriera

    - Ni si quiera lo pienses- dijo adivinando sus intensiones- ríes de nuevo y eres hombre muerto.

    Rápidamente su amigo se mordió el labio y borro la sonrisa de su rostro.
    Se aclaro la garganta

    - Bueno pero algún motivo tiene que haber tenido, la conozco y ella no parece el tipo de mujer que gusta de correr rumores sin fundamentos

    - Insinúas que lo que dijo esa mujer es cierto- dijo levantando su puño.

    - No, claro que no, amigo como podría, tú eres él mas hombre entre los hombres- dijo girando la cabeza frenéticamente de un lado a otro cubriéndose con sus brazos.


    - Bah, ni siquiera mereces el esfuerzo.

    Miroku suspiro aliviado.

    - Lo que trato de decir es que quizás mal interpretaste las cosas

    - Claro que no, además de insultarme intento poner ideas inmorales en la cabeza de Kagome.

    - ¿Ideas Inmorales?, ¿Que clase de ideas inmorales?- pregunto con malicia.

    Inuyasha percibió sus malas intenciones

    - Que ni se te ocurra pervertido o veras- dijo poniendo el puño frente a Miroku, este rápidamente desistió de sus pensamientos

    - No puedo creer que pienses eso de mí jamas aria algo así, menos a mi mejor amigo casi hermano.- dijo fingiendo estar indignado.

    - Mas te vale

    El joven Miroku sonrío tontamente dándole a entender que prosiguiera con lo que iba a contarle

    - Le dijo a Kagome que las mujeres que no reciben atención de sus maridos son presa fácil de otros hombres, mas una tan bonita como ella.

    - Pues eso es muy cierto.

    - A mi no me parece correcto que una mujer casada pretenda obtener afecto de alguien que no es su marido

    -Mm- medito un momento antes de hablar- pues esta muy claro

    - ¿De verdad?- pregunto confundido

    - Claro es muy sencillo, Kagome es muy bonita cierto- su amigo asintió- tu no le prestas atención, por lo tanto lo más probable es que caiga en las redes de otro sujeto- el rostro del ojidorado era indescifrable

    - Ella no, ira con ningún sujeto- dijo con voz demoniaca

    - Claro que no, ella te quiere mucho jamas lo aria.- sonrío nerviosamente

    La mirada de Inuyasha era tan siniestra que miles de escalofríos recorrieron la espalda de Miroku.

    - Sinceramente no entiendo, estoy seguro que te gusta, la celas hasta de tu sombra y según lo que me dijiste cuando saliste de la cárcel intentarías que tu matrimonio funcionara, pero hasta ahora no he visto que siquiera hallas hecho el mínimo esfuerzo por acercarte a ella, es lógico entonces.

    - ¿Que es lógico?

    - Pues que la señorita Sango crea que tu no eres tan hombre como dices

    Inuyasha soltó algo parecido a un gruñido pero no respondió nada

    - ¿Dime siquiera has intentado hablar con ella de esto?

    nuevamente no recibió respuesta

    - Mira ella te quiere, tú estas dispuesto a intentarlo ¿no? pues por que no hablas con ella le dices lo que piensas y así dejaras de preocuparte de que otro hombre se le acerque

    - Pero si ella me quiere como asegura no tengo de que preocuparme

    Miroku meneo la cabeza

    - Eres un idiota, perdona que te lo diga, pero hasta el amor mas fuerte se acaba con el desprecio

    - ¡Yo no la desprecio! - afirmo

    - ¿Ah no?, Entonces dime ¿cuantas veces has intentado hablar con ella de sentimientos luego de la boda? - Inuyasha se giro hacia la ventana sin responder- lo vez, dime ¿cuantas veces has intentado besarla o siquiera tuviste alguna atención con ella?

    - Le dije que le daría dinero para que comprara cosas para mejorar la casa

    - Y con eso arreglaras todo, dándole cosas materiales- el ojidorado frunció el ceño disgustado- además ¿qué dinero le darás? te recuerdo que no podemos gastar ni un centavo de mas si queremos reparar los barcos para poder poner a funcionar la compañía

    - No exageres tampoco puedo negarle el dinero

    - Estoy seguro que ella estaría mas complacida con un poco de tu tiempo, que con tu dinero

    - Cállate, tu no entiendes nada.

    - Eres imposible, sabes que me canse, has lo que quieras, no digas que no te lo advertí- Inuyasha se giro nuevamente al gran ventanal- voy a comer algo luego regreso.

    - Miroku- lo llamo antes de que saliera - no le digas nada a Kagome de nuestro problema financiero, no quiero que se preocupe.

    Este asintió y salió de la oficina.

    &&&&&&&&&&&&&&

    Kagome disponía las cosas para la cena cuando apareció Miroku.

    - Señorita eso huele simplemente delicioso, no sé que es, pero quiero doble ración.

    - Lomo con bocadillos Dublín.

    - Mmm delicioso, con usted voy a subir de peso

    - Me alegro que aprecie mi comida

    - Mas que apreciarla, si pudiera me casaría con ella.

    Kagome río levemente.

    - Por favor siéntese a la mesa en un momento voy a servir.

    - Miroku- llamo la chica provocando que el muchacho volviera sobre sus pasos.

    - ¿Sí?

    - ¿Inuyasha comerá con nosotros?

    - Por el momento esta ocupado, pero en cuanto huela este exquisito manjar no tardara ni cinco segundos en acompañarnos.


    &&&&&&&&&&&&&&

    Mientras tanto aun en el despacho ahora algo en penumbras permanecía un muchacho de ojos dorados con la mirada perdida en la nada, buscando respuesta a sus muchas interrogantes.

    &&&&&&&&&&&&&&

    La mañana era preciosa aun algo temprano el buen clima los acompañaba por lo que el viaje en automóvil era extremadamente placentero.

    - Perdón por despertarte tan temprano Kagome pero debemos tratar muchos asuntos muy temprano hoy y nos hubiera resultado difícil venir por ti.

    - Esta bien, me gusta mucho pasear temprano, todo se ve muy bonito.

    - Tienes razón todo se ve hermoso.

    Comento Inuyasha claro él, no se refería exactamente al paisaje, sino a la dulce muchacha que viajaba a su lado.


    Aquella mañana Miroku e Inuyasha vestían trajes en colores obscuros y camisas blancas.
    Muy formales.

    Kagome en cambio llevaba un vestido color blanco con guantes y una sombrilla a juego con pequeños detalles en encaje, usualmente su forma de vestir era un poco mas sencilla pero esta vez se había esmerado, era la primera vez que salían juntos desde su matrimonio y quería que su esposo se sintiera orgulloso de llevarla del brazo.


    ”Muy hermosa”- penso para sí, Inuyasha mientras viajaban rumbo a la cuidad.

    &&&&&&&&&&&&&

    Legaron en poco tiempo a la ciudad y se detuvieron frente al banco, donde Miroku e Inuyasha debían resolver un par de asuntos.

    Inuyasha ayudo a Kagome a bajar y la condujo del otro lado de la calle donde se encontraban las tiendas.

    - Siéntete libre de comprar todo lo que consideres necesario, si te hace falta dinero encarga lo que quiera y luego pagare- saco una pequeña bolsa de cuero de su bolsillo y la puso en la mano de la muchacha- por favor ten mucho cuidado, vendré por ti en una hora

    Por instante barajo la idea de besarla pero no estaba muy seguro de que ella quisiera que lo hiciera. Opto por tomar su mano y despedirse con un beso formal, era lo mejor.

    Cuando soltó su mano y se dispuso partir.

    Ella lo sujeto del saco para que volteara y lo miro directo a los ojos.

    No sabia bien que, pero algo le decía que algo estaba muy mal con Inuyasha y no era por ellos estaba segura, tampoco era por Kikio.

    Tal vez tenia mas problemas de los quería admitir, quizás no quería que ella se preocupara.

    Su mirada, sus ojos dorados antes muy brillantes lucían apagados. Él, lucia muy cansado podría asegurar que algo le preocupaba y mucho

    Sus pensamientos se vieron interrumpidos por la voz del muchacho, se preocupo cuando la chica lo sostuvo pero no emitió palabra alguna.

    - ¿Que ocurre?, ¿Necesitas algo mas?, por que si es mas dinero...

    No pudo completar la frase por que fue silenciado por los labios de la chica, no fue un beso apasionado ni tampoco buscaba que le respondiera mas bien era un beso de consuelo, un beso para que él, no se sintiera solo en lo que fuera que le estuviera ocurriendo.

    - Buena suerte Inuyasha, deseo que todo salga como tu lo esperas.- dijo antes de girarse y caminar rumbo a la tienda.

    Se quedo muy sorprendido por la actitud de la chica estuvo tentado de seguirla y preguntarle a que había venido eso, por que estaba seguro ella no sabia lo mal que estaban económicamente.

    Pero cuando comenzó avanzar hacia donde ella se había dirigido apareció Sango y desistió de hacerlo.

    Ya tendría luego tiempo para eso.

    Llevo dos de sus dedos a su labio, sonrío.

    Giro y cruzo la calle.

    No esta seguro como terminaría el día, pero por lo menos lo había empezado muy bien.

    &&&&&&&&&&&&&&&&

    - Entonces ¿te dio carta blanca para gastar?

    Sango se encontraba con Kagome en la tienda de telas decidiendo cual seria la mejor opción para las cortinas y sabanas.

    - Si, pero no me parece prudente gastar demasiado.

    - Tu marido es rico deberías aprovechar, mira eso- corrió donde se encontraban los cortes mas finos y tomo uno - que suave es, por que no las compras y te haces un lindo vestido

    - No, es demasiado, con esto podría comprarme cinco vestidos.

    - Vamos no todos los días te dan tanto dinero para gastar cómprate algo, le darías algo bonito que ver a Inuyasha.

    Kagome ignoro el comentario de Sango.

    - He dicho que no Sango, tengo que comprar cosas para la casa no para mí.

    - Bah- dijo Sango en todo infantil- eres muy aburrida me recuerdas a mi abuelita, pero esta bien luego te arrepentirás.

    - Que te parece si saliendo de aquí vamos por un pastel.

    - No trates de conformarme con a un niño Kagome.- dijo indignada

    - Esta bien olvidemos el pastel - dijo sonriendo mientras salía de la tienda.

    - Espera si quiero pastel, espera Kagome – corrió tras su amiga y caminaron rumbo a la cafetería.

    Ambas se encontraban en una bonita mesa ubicada fuera de la cafetería hablando sobre varias cosas sin importancia.

    Bebiendo refresco y comiendo un delicioso pastel de cerezas y chocolate.

    Estaban tan compenetradas en su charla que no se percataban que desde hacia rato un hombre las observaba desde otra de las mesas.

    En cuanto se dispusieron a pagar quien servia en las mesas les dijo que no seria necesario que la cuenta de la mesa ya había sido pagada.

    Kagome penso por un momento en Inuyasha, pero al girar a todos lados no lo vio, luego penso que seguro se trataba de un error regreso con el joven que les había servido pero les dijo que efectivamente la cuenta estaba saldada muy confundidas ambas dieron las gracias y salieron de la cafetería.

    - ¿Quizás fue alguno de tus muchos admiradores?- dijo Sango jugando

    - Tal vez fue alguno de los tuyos- le siguió el juego y ambas rieron- seguramente alguien nos confundió con otras personas y........

    - No hubo equivocación alguna - dijo una voz grave tras ella

    Se giraron para quedar frente a frente con nada menos que el primo de Inuyasha, Hakudoshi Taisho.

    - Señorita Kagome o debo decir señora Taisho es un placer verla otra vez- tomo su mano rápidamente y la beso sin darle tiempo a responder nada.




    CONTINUARA............


    N/A: Hola a todos esta vez si que me pase de hojas este capitulo me quedo muy largo ya estaba por la pagina 43 cuando decidí seguir el consejo que me ha dado algunos de ustedes. Lo he dividido en dos capítulos. ¿Ustedes que creen que haga el primo de Inuyasha? En lo particular a mí muy bien no me cae.
    Veamos también como reaccionara Kagome cuando descubra que nuestro Inuyasha esta casi en la ruina, bueno todo eso en el próximo capitulo.
    Una cosa mas con respecto a Kagome la he hecho bastante diferente de su personaje en la serie en su carácter por que las circunstancias en las que crecieron y la época no fueron las mismas allí radica el problema de la casi falta de carácter de Kagome por ello Sango decidió molestarla para ver si cambia un poco.
    Otra cosa en aquella época las mujeres no tenían practicante voz ni voto por lo que su vida estaba supeditada a la decisión de sus maridos o padres creo que esto ya lo había mencionado en otra oportunidad pero bueno lo repito.

    En fin cualquier corrección o duda me lo hacen saber y tratare de corregirlo.

    Gracias a todos los que leen mi fic.

    Especialmente a:

    Let@: Finalmente he continuado, sip la verdad esto de los sentimientos siempre es lío y medio pero bueno haber como le hacemos para solucionar todo, muchas gracias por tu comentario

    Merlina: Comparto contigo a veces Inuyasha es bastante tonto pero igual se le quiere.
    Ya veré como llevarlo por el camino de la cordura.
    Te deseo un muy feliz viaje.



    MUCHAS GRACIAS A TODOS.


    DEBORA ANABEL
     
  12.  
    Tirabuzones

    Tirabuzones Usuario popular

    Acuario
    Miembro desde:
    30 Diciembre 2006
    Mensajes:
    787
    Pluma de
    Escritora
    Re: A quien me recuerdas

    Hola, la continuación como siempre me encantó, una pregunta que no se si te hice ya antes, ¿va a haber lemon? :estrellitas: espero que sí, así em lo pasaré muy bien leyendo.




    Me gustó la parte en la que Kagome le besa y por supuesto la "normal" conversación que tubieron Kagome y Sango, fue muy graciosa.



    Bueno, estoy deseando leer la continuación. Adiós.
     
  13.  
    :_maritza_:

    :_maritza_: Guest

    Título:
    A quien me recuerdas
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    38
     
    Palabras:
    72
    Re: A quien me recuerdas

    hola!!!!! cielos acia muchisimo que no ponia nada y extrañaba muchisimo tus continuaciones, te an quedados espectaculares aunque aun inuyasha sige siendo un diota pero bueno... eso se arregla. ese tarado de hakudoshi... no me cae nada bien y no tengo un buen presentimiento pero en fin ya vere que pasa en el sigiente capitulo, espero que lo continues pronto

    de tu admiradora numero 1 ...............................yo
     
  14.  
    NekoO

    NekoO Guest

    Título:
    A quien me recuerdas
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    38
     
    Palabras:
    114
    Re: A quien me recuerdas

    Hay que bonito fic!!
    me acabo de leer todo el fic completo y permiteme decirte que me a encantado aunque me hiciste sufrir y mucho jejeje,porbre kagome se ve que a sufrido mucho con la acha de su tia y la mensa de kikyo (que gracias a dios y a ti que ya se murio jejeje) y de su padre mejor ni hablamos jejeje pero lo bueno es que se ve que las cosas ban mejorando ;3.
    Espero con muchas ancias la conti *-* aunque la ayas acabado de poner hace 9 horas jejeje.
    weno me despido.
    adios!!

    pd:te has ganado una nueva seguidora ;3 jejejeje
     
  15.  
    Bitme

    Bitme Usuario popular

    Géminis
    Miembro desde:
    19 Junio 2007
    Mensajes:
    762
    Pluma de
    Escritora
    Re: A quien me recuerdas

    ahhhh

    ese primo de inu me da mala espina ¬¬

    que lindo el beso que le dio kago a inu!! *.*
    yo tambien le quiero dar uno!!! xD
    pero kami-sama no me deja ToT

    por favor continuala prontooo y perdon por no pasarme en tanto tiempooo
     
  16.  
    merlina

    merlina Guest

    Título:
    A quien me recuerdas
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    38
     
    Palabras:
    181
    Re: A quien me recuerdas

    Hola Debora

    Disculpa por no haber pasado antes pero como ya te había mencionado volví a viajar y tuve que ponerme al día con el foro y los fic que leo en él, además que tuve cierto inconveniente en encontrar este fic.

    En cuanto al fic me gusto mucho el capitulo, me reí mucho con el tema de conversación “Inuyasha prefiere a los hombres”, que inicio Sango.
    En cuanto a Hakudoshi espero que Inuyasha lo golpeexdxd..yno es broma.

    En cuanto a la ortografía faltaron signos, no recuerdo en que parte pero era de pregunta, luego lo pongo( si lo recuerdo xD) y también algunos errores de tipeo.
    Espero que puedas poner continuación luego, cuídate mucho.
    bye.
     
  17.  
    KaGoMe-InU

    KaGoMe-InU Entusiasta

    Sagitario
    Miembro desde:
    19 Junio 2005
    Mensajes:
    111
    Pluma de
    Escritora
    Re: A quien me recuerdas

    konnichiwa!!

    aqui traigo la conti, de parte de Debora Anabel ^^
    disfrutenla!

    *********************************************

    Los personajes que conforman esta historia no son míos y no pretendo ganar dinero con esta historia, solo es un pasatiempo, así que no me demanden, esta historia esta pensada y escrita por Debora Anabel para fans. De INUYASHAXKAGOME
    La clasificación de esta historia aun esta pendiente diría que es M

    A quien me recuerdas
    Inuyasha ha amado mucho a una joven mujer, al volver de un viaje se entera que ha desaparecido cegado por el dolor se niega al mundo, hasta que es necesitado por alguien tal vez con un destino más miserable que el suyo.

    Esta historia esta ambientada en la época antigua es decir, caballos carruajes, pero sin olvidar algunos objetos de modernidad, los primeros teléfonos, telégrafos, autos.

    “..........” PENSAMIENTOS
    - DIALOGOS-
    &&&&& CAMBIO DE ESCENA
    /NOTA DE AUTORA/ N/A
    //// FLASHBACK////



    Capitulo XX: En la pobreza y en la riqueza. Parte II


    - No hubo equivocación alguna dijo una voz grave tras ella

    Se giraron para quedar frente a frente con nada menos que el primo de Inuyasha, Hakudoshi Taisho.

    - Señorita Kagome o debo decir señora Taisho es un placer verla otra vez- tomo su mano rápidamente y la beso sin darle tiempo a responder nada.


    &&&&&&&&&&&

    Inuyasha y Miroku se encontraban en la Oficina del Banco Montreal consultando sobre las posibilidades de que les concedieran un préstamo.
    Hablaban con el presidente del banco, un anciano pequeño y sin cabello llamado Takeda amigo de InuTaisho.

    - El préstamo que solicitan es muy grande además. Además la política de nuestra compañía exige que nuestros clientes sean... - hizo una pausa- sean respetables.

    - Acaso ¿yo, no soy respetable?

    - Bueno es indudable que pertenece a una buena familia y tiempo atrás sin pensarlo dos veces le habríamos concedido el préstamo pero.......

    - ¿Pero? - dijo exasperándose

    - Lo siento, señor pero es de publico conocimiento su problema con la bebida y.......

    - Pero si estoy completamente sobrio y recuperado

    - Me alegro, pero aun así debe entender como hombre de negocios que es que es importante tener un respaldo para un préstamo tan grande.

    Suspiro resignado, el anciano tenia razón.

    - Tal vez con un aval, si su padre firma un documento de respaldo puede contar con nuestro apoyo

    - No, mi padre no tiene nada que ver en esto

    - En ese caso, no creo poder ayudarlo

    - ¿Esta seguro? - insistió Miroku

    El hombrecillo lo penso un momento luego hablo.

    - Dígame señor Taisho, usted no cuenta con algún inmueble tal vez podría entregar las escrituras como aval y de ese modo no tendremos inconvenientes en brindarle una amplia línea de crédito.

    - Inmuebles no, pero tengo un automóvil y varios caballos.

    - ¿Esta seguro?, por que tengo entendido que su padre tiene muchas propiedades en la zona

    - Ya le dije que mi padre no tiene nada que ver en esto

    - Pero Inuyasha ¿y la casa?. Claro Inuyasha, ¡la casa! - dijo eufórico Miroku como si se hubiera dado cuenta de algo importante.

    El Señor asintió como diciendo que si existía tal propiedad entonces podría prestarles.

    - No Miroku, puedo empeñar mi alma pero no la casa.- Miroku se cruzo de brazos y se giro de mala gana a la pared.

    - Perdón señor pero si no tiene un aval o un inmueble no podemos ayudarlo.

    - Bien, no se preocupe, podría prepararme un resumen de mi cuenta voy a retirar todo el dinero del que disponga

    El anciano tomo un par de papeles de su escritorio salió de la oficina indicando antes de salir que lo esperasen.

    - ¿Por qué?- dijo ceñudo Miroku

    - Por que, ¿qué?- pregunto de mala gana

    - No te hagas

    Inuyasha levanto una ceja y se giro hacia la ventana.

    - ¿Por que no hipotecas la propiedad?, si todo sale como lo esperamos en poco tiempo recuperarás las escrituras

    - ¡No!- dijo tajante.

    - ¿Por qué, no?- insistió- No quieres pedir ayuda a tu padre, no quieres hipotecar la casa, necesitamos el dinero.

    - Pero no voy a entregar la casa

    - Si es por Kagome, estoy seguro que ella lo entenderá.

    - Ya te dije que, no

    Miroku frunció el ceño exasperado tenia ganas de estrangular a su amigo, suspiro pesadamente tratando de librarse de su frustración pero aun así no lo consiguió. Se sentía mas molesto.

    - ¡Esta muerta con un demonio! - grito

    - ¡Cállate!- Inuyasha se puso de pie y lo enfrento.

    - No, tu cállate quieres recuperar tu empresa para demostrarle a tu padre que no eres un inútil ¿cómo lo harás?

    - Ese es mi problema, veré como solucionarlo

    - Estas equivocado también es mi problema, tengo dinero invertido en la compañía deja de pensar solo en ti

    Inuyasha se sentó nuevamente y cerro los ojos ignorando completamente a su amigo.

    - Eres un egoísta, no sé que demonios ve Kagome en ti, pero si sigues viviendo con tus fantasmas luego no te quejes si se cumple lo que dijo Sango. Por que estoy seguro que si pierdes la compañía no dolerá tanto como perderla a ella.

    Salió de la oficina dando un portazo

    En el camino se cruzo con el señor Takeda y este le pregunto que ha donde iba y que iba a hacer con el asunto de las cuentas.

    Miro sumamente enojado al anciano

    Contuvo la rabia y levanto un brazo señalando la oficina.

    - ¡Pregúntele al señor autosuficiencia estoy enamorado de una muerta! - grito y salió rápidamente del banco dejando al hombre con cara de no haber entendido una palabra.

    El hombrecillo murmuro algo sobre estos jóvenes de hoy en día y se dirigió rumbo a la oficina

    &&&&&&&&&&&&


    - Me gustaría invitarlas a un paseo, no conozco mucho el lugar y que mejor que hacerlo del brazo de dos hermosas damas.- dijo sonriendo Hakudoshi

    - Pero señor- dijo Sango- ¿pense que usted no se encontraba a gusto con criadas? .No quisiéramos que murmuraran sobre usted por permanecer con gente sencilla

    - Les pido una disculpa por mi comportamiento aquel día, a veces no sé comportarme muy bien, pero siempre puedo rectificar.

    Sango sonrío para si, penso que no era mala idea pasear con ese hombre, que se llevara mal con Inuyasha serviría mas a sus propósitos

    Cuando Kagome se disponía a declinar su invitación Sango se adelanto

    - Me parece perfecto – muy animada respondió.

    Kagome la miro sin comprender.

    - El caballero tiene razón Kagome además, esta solo y bueno... no podemos ser descorteses con un hombre tan educado- trato de esconder su tono sarcástico lo mas que pudo.

    - No, discúlpenos prometí al padre Renkotsu visitarlo esta mañana y ayudarle un poco con los niños además no queremos entretenerlo estoy segura, usted tiene mejores cosas que hacer que...

    - Excelente, las acompaño- dijo contarte- los niños me encantan

    - ¿De verdad?- pregunto Sango fingiendo interés.

    - Por supuesto

    - Igual que a Kagome, sabe su sueño siempre a sido tener mucho hijos

    - Pero que grata coincidencia, me encantaría tener una gran familia- sonrío él.

    - Pe... pe... pero - trato de negarse pero antes de que pudiera hacerlo Hakudoshi se paro entre ellas, les ofreció sus brazos no pudo mas que suspirar resignada

    - ¿Por donde?- pregunto el muchacho

    Kagome señalo el lugar, por donde ir a la iglesia y comenzaron a caminar lentamente.

    - “Esto no va a terminar bien”- penso.

    &&&&&&&&&&&&&&&&&&

    - ¡Testarudo idiota! - Miroku hablaba solo mientras caminaba a toda prisa para intentar controlar su mal genio. –

    - Tu y tu novia muerta me tienen cansado, ahora resulta que no puedes prendar la casa imbécil. Cuándo pierdas todo no vengas a llorar ¡¡¡idiota!!!- grito provocando que las personas a su alrededor lo miraran y murmuraran sobre lo loco que debía estar.

    Sonrío y salió corriendo.

    Sin darse cuenta llego a la plaza del pueblo, estaba atestada de persona niños jugando y algunos vendedores de artesanías rústicas. Comenzó a pasear buscando dejar de lado por un momento la discusión que hacia momentos había mantenido con su amigo

    Mientras veía los puestos observaba también a hermosas muchachas que se probaban diversos anillos y aros.

    También había muchas parejas, no pudo evitar sentir algo de envidia

    Giro hacia un lado

    Cuando un hombre paso del brazo con lo que él describiría como diosas, era mujeres muy hermosas jóvenes y simpáticas.

    - Hay hombres que son muy afortunados- dijo

    Se detuvo al instante cuando las reconoció eran Kagome y Sango, el caballero era............ ¿Hakudoshi?

    - Esto no terminara bien - dijo y comenzó a seguirlos

    Los tres recorrían algunos puestos y compraban dulces.

    Se oculto tras un árbol e intento agudizar su oído para escuchar lo que hablaban

    - No debió tomarse tantas molestias señor Hakudoshi.

    - Solo Hakudoshi por favor, no soy tan viejo para que me digas señor.

    - Pero no me parece apropiado apenas nos conocemos y........

    - Por favor hágalo- atrapo su mano y se la llevo nuevamente cerca de los labios- sabe siento como si nos conociéramos desde hace mucho tiempo, por eso por favor.

    Kagome se movió un poco incomoda, no era correcto que un hombre tuviera ese tipo de actitudes cuando ella esta casada.

    Hakudoshi soltó su mano al ver lo incomoda que estaba.

    - Disculpe si la incomode, es que usted me agrada mucho y me gustaría que fuéramos amigos.

    - Sí claro- dijo aun algo sonrojada por el mal momento, por algún motivo no soportaba tenerlo tan cerca, lo mejor seria mantener las distancias- Descuide, ¿continuamos? - pregunto avanzando un par de pasos.

    Él asintió y camino junto a ella retomando la conversación que mantenía con ella minutos atrás.

    - Cómo decía, me agradan los niños y si vamos a visitarlos lo lógico es que le llevemos algo ¿verdad? Y estos dulces son deliciosos. Cuando era niño eran mis favoritos.

    Kagome asintió sonriendo, tal vez no era tan mala persona y ella se estaba apresurando a sacar conjeturas.

    Sango caminaba detrás, hasta que un par de niños pasaron corriendo y provocaron que tirara uno de los paquetes con dulces que llevaba, cuando se agacho para recogerlos pudo observar que alguien los espiaba.
    Era Miroku quien rápidamente se oculto tras el árbol, sonrío con picardía pensando que esa seria una oportunidad perfecta para llevar a cabo su plan. Miro hacia todos lados buscando a alguien que le ayude en sus propósitos pero nadie conocido aparecía, sin pensarlo dos veces detuvo a la primera persona que se cruzo en su camino.

    - Hola Mari ¿cómo estas?- saludo alegremente a una perfecta desconocida quien puso cara de ¿quien eres?

    - ¡No me recuerdas, soy Sango!- dijo hablando fuertemente intentando llamar la atención de sus acompañantes

    - He, yo pues, la verdad señorita... – balbuceo la chica

    - Soy Sango, ¿verdad que te acuerdas de mí? - la abrazo por sorpresa. - Por favor sígueme la corriente- le susurro al oído a la chica

    - Sí claro, ¿cómo estas?

    - Oh, Kagome esta es mi amiga Mari - dijo mirando a la chica quien asintió nuevamente.

    - Hola como estas mucho gusto soy Kagome- la saludo- y el es.......- estaba por decir cuñado pero Hakudoshi hablo primero.

    - Soy Hakudoshi un amigo de Kagome

    - La muchacha sonrío a ambos en señal de saludo.

    - Mari, quiere mostrarme un par de cosas, por que no siguen hasta la iglesia y luego los sigo

    - Pero Sango - protesto Kagome. No era correcto que paseara con un hombre que no fuera su marido.

    - Bien la esperamos allá- dijo Hakudoshi tomando el brazo de Kagome rápidamente sin darle tiempo a protestar.

    Miroku permaneció un momento mas tras el árbol dirigió su vista a Sango quien agradeció a la joven su ayuda en la actuación, se sentó en uno de los bancos de la plaza despreocupadamente tomando los rayos del sol

    El joven sonrío y dijo para si.

    - ¿Conque ese es tu plan he? Me parece muy bien.

    Salió rápidamente de allí para buscar a su amigo.

    &&&&&&&&&&&&&&&&

    - Claro como no hago lo que quiere, típico- Inuyasha refunfuñaba en la barra de un bar desde hacia media hora, había pedido un trago aun no lo bebía solo parecía discutir con el vaso

    Un sujeto que estaba sentado a su lado comenzó a darle la razón.

    - Tiene toda la razón amigo, esas mujeres son el diablo encarnado - apoyo su mano en el hombro de Inuyasha y continuo- su esposa debe ser toda una bruja pero descuide, tengo la solución- se acerco para murmurarle al oído - usted y yo podemos ir al burdel de la señora Yumi allí hay chicas deliciosas y nada complicadas.

    - ¿Quién diablos lo ha invitado a mi conversación? - dijo irritado

    El sujeto al ver el semblante mas que hostil de Inuyasha quito rápidamente la mano como si la tuviera en el fuego, sonrío tontamente tomo su vaso y bebió de un solo sorbo el trago que contenía.

    - Veo que esta de muy mal humor ¿no me diga que lo engaña su mujer? - Los ojos de Inuyasha amenazaron con salirse de sus órbitas pero el hombre pareció ignorarlo- las mujeres son todas unas prostitutas, uno les da un poco de dinero y están a sus pies como un perro faldero pero el día que les llegue a faltar se van con el primero que pase.- completo con amargura.

    La expresión de Inuyasha era de total molestia.

    Se levanto de la silla, tomo el vaso y cuando iba a llevárselo a la boca recordó que un motivo de su ruina era precisamente el alcohol, dejo el trago intacto en la mesa y se dispuso a salir del bar.

    El sujeto que esta a su lado se paro y le dijo

    - ¿Que pasa amigo no bebes?

    El ojidorado no contesto

    - ¡Ja! Otro mas al que su furcia le corta la hombría- espeto con diversión.

    - ¡¡¿Cómo?!! - grito Inuyasha

    - Eso muchacho, las mujeres siempre dan sermones no tomes alcohol, no salgas con otras mujeres, no fumes, ¡bah! Todas son basura y sirven para una sola cosa- hizo una pausa levanto su vaso como brindando con alguien imaginario- ¿y dime que tal lo hace la tuya?

    Esto era la gota que rebalso el vaso, con todo lo que tenia que soportar en su vida no se quedaría de brazos cruzados mientras este maldito sujeto lo molestaba, volvió sobre sus pasos dispuesto a cerrarle la boca, apretó los puños hasta que sus nudillos se pusieron blancos.

    Su rostro serio de pronto cambio a una sonrisa macabra, se dio cuenta que Kamisama le estaba dando la oportunidad perfecta para desquitarse de todos sus problemas.
    Su sonrisa casi enferma se amplio, ahora desquitaría todo lo que le había ocurrido, con ese sujeto repugnante.
    Además lo merecía.

    El cantinero quien había estado todo el tiempo observándolos advirtió lo que estaba por ocurrir y decidió intervenir

    - Por favor no- se paro entre ambos– Señor Taisho mírelo esta borracho- dijo señalando al sujeto quien no parecía percatarse de las intensiones de Inuyasha- no queremos problemas, retírese yo me encargare de que el señor sé baya a su casa y no moleste a nadie más ¿si? por favor- repitió el cantinero

    El cantinero conocía muy bien a Inuyasha sabia que si peleaba no quedaría nada en pie en su establecimiento. Otras veces había peleado en bares y el lugar luego aprecia zona de desastre.

    Se detuvo, lo medito un momento seguramente si peleaba volverían a encerrarlo y no tenia ganas de lidiar con el idiota de Bankotsu, tampoco quería traerle mas disgustos a Kagome, se resigno, no valía la pena.
    Salió del bar cerrando bruscamente la puerta.

    &&&&&&&&&&&&&

    Regreso al banco donde había estado hace mas de una hora, pero Inuyasha ya no estaba.

    -“¿Dónde se abra metido ahora?”- penso que quizás habría ido a casa pero el automóvil seguía en el mismo lugar, supuso que no estaría lejos.

    Estaba por cruzar la calle cuando fue detenido por el guardia de seguridad del banco.

    - Señor- llamo el guardia

    Se giro algo desconfiado

    - ¿Sí?

    - Disculpe Usted vino con el señor Taisho en la mañana ¿verdad?

    Miroku trago lentamente dudando si responder o no. Seguro su amigo había comenzado un nuevo pleito y como siempre él saldría mal parado. A punto estuvo de negarlo pero su consciencia peso mas, solo asintió con pesar. Llevo las manos hacia delante esperando que le pusiera las esposas.

    El guardia miro extrañado.

    - El señor Takeda me dijo que necesitaba hablar con el señor Taisho o con usted un momento

    - ¿Ah? - dijo sin creerlo ¿acaso no querían arrestarlo? ¿No lo perseguirían?, ¿No iría a la cárcel? - ¡Kamisama existe!- grito arrodillándose frente al guardia, quien seguramente debía estar pensando lo loco que estaba el sujeto.

    &&&&&&&&&&&&&&&


    Entro a casi todas las tiendas, pero en ninguna encontró a Kagome o a Sango.

    ¿Dónde estaba?, Se suponía que él la buscaría.

    Miro su reloj de bolsillo, aun era muy temprano para la hora que habían acordado.

    Recordó que la tarde anterior, había mencionado algo sobre visitar al Padre Renkotsu.

    Se encamino entonces rumbo a la iglesia.

    El día era muy bonito el Sol acompañado por una agradable brisa, caminaba entonces lentamente disfrutando del ambiente.

    - Collares, pulseras, dijes para las damas- anunciaba una pequeña en la plaza

    Inuyasha paso a su lado sin prestarle la más mínima atención.

    - Señor, le gustaría comprar un collar o un dije.

    - No, gracias no uso esas cosas- siguió su camino pero la niña se paro nuevamente frente a el e insistió.

    - Seguramente tiene una novia bonita para regalarle

    Siguió su camino ignorándola, seguro ya se iría penso, pero la niña volvió a Insistir.

    - Señor, por favor cómpreme una...

    - Niña no tienes a alguien mas a quien molestar te he dicho que no quiero nada- la niña tenia los ojos brillando por las lagrimas, perfecto penso Inuyasha- disculpa no quise gritarte- se contuvo lo mas que pudo.

    Sé encogió para verla bien, era una niña pequeña no debía tener mas de seis o siete años su ropa era andrajosa y su cabello estaba algo enmarañado.

    - Oye ¿no estas muy pequeña para andar sola por la calle?

    Ella meneo la cabeza y respondió muy segura- no señor, no soy pequeña- dejo un momento sus cosas en el suelo y levanto su manos mostrándole seis dedos- tengo así de años

    - ¿Y trabajas? - Ella asintió, seguramente sus padres eran unos desobligados que vivían a costillas de su trabajo.

    - ¿Tus padres donde están? - se giro hacia todos lados buscando

    - Papa fue a buscar trabajo y mama esta del otro lado de la plaza, ella tiene collares más bonitos- insistió la pequeña esperando que el hombre le comprara.

    - ¿Tu padre no trabaja cierto?, Debe ser un borrachín de seguro- hablo mas para si que para la niña.

    - No, él trabajaba pero el señor que lo mandaba no les pagaba, tenia un barco muy bonito.

    - ¿Barco?- acaso el hombre trabajaba en su transportadora, no de seguro debía ser una coincidencia- ¿era pescador?

    - No, él llevaba cosas al otro lado del gran río azul, yo lo iba a despedir siempre cuando viajaba- dijo con orgullo- una vez me trajo una muñeca bien bonita de ojos así como los tiene Usted, pero el señor dueño del barco ya no fue mas a trabajar no le pagaron y por eso yo ayudo.

    Una punzada de culpa lo atravesó dolorosamente, que imbécil había sido no merecía tener nada.
    Su padre tenia razón el poseer una gran fortuna implicaban demasiadas responsabilidades, responsabilidades que hasta el momento el no había podido asumir correctamente.

    - Mire que bonito- levanto una pequeña cadena con un dije en forma de rosa con una piedra de fantasía color rosa- no es cara, cómprela para su novia.

    Inuyasha asintió, la pequeña sonrío puso la cadena en un paquetito de papel color marrón y se la entrego.

    Le dio dinero y comenzó a caminar.

    - Espere señor- sé volvió la niña corría tras él- señor es mucho dinero, la cadena no vale tanto.

    - Esta bien guarda el cambio, esta cadenilla es tan bonita que bien vale su precio-

    - Gracias – dijo la pequeña y salió corriendo Inuyasha la siguió con la mirada hasta que llego junto a una mujer y le entrego el dinero.

    La niña señalo hasta donde él estaba y pudo ver a la distancia como le sonreía la mujer.

    Aquello solo lo hizo sentir más culpable, la mujer debía creer que era alguien bondadoso, pero de saber quien era realmente seguro le abría escupido la cara.

    Metió la mano en su bolsillo apretó el pequeño paquete con su mano.

    &&&&&&&&&&&&&

    Llego en poco tiempo a la iglesia, una anciana barría la entrada.

    - Buenos días-

    La anciana continuaba barriendo sin prestarle atención.

    - Buen día- insistió

    Pero no hubo respuesta

    - ¡He dicho buenos días! - grito

    La anciana pareció percatarse de su presencia y se giro.

    - Buenos días joven, ¿se le ofrece algo?.- dijo mostrando una desdentada sonrisa.

    - Vengo a buscar a mi esposa, es joven cabello negro, ojos chocolate, ¿la ha visto?

    - No, Joven no creo que llueva hoy- respondió la anciana dirigiendo su vista al cielo.

    Inuyasha golpeo su frente con una de sus manos exasperado.

    - Olvídelo, yo mismo la buscare

    Detrás de la iglesia una pequeña casa de seguro la escuela de la que hablo Kagome y un gran patio donde jugaban los niños.

    Miro en todas direcciones buscando a Kagome, Sango o el Cura, y entonces la vio. En medio de un grupo de niños jugando.

    Tenia los ojos vendados con un pañuelo blanco sus brazos estaba estirados hacia delante tratando de atrapar a los niños quienes salían corriendo cuando ella se acercaba.
    Se quedo observándola un buen rato su risa era contagiosa, parecía divertirse mucho, en verdad le gustaban los niños.
    ¿Cómo se vería Kagome con un hijo suyo?, sonrío ampliamente ante el pensamiento, casi podía verla corriendo detrás de sus hijos en el jardín de la mansión donde muchas veces jugaba con Hanyo y Shikon, no cabe duda que era perfecta en todo sentido.
    Una idea traviesa cruzo por su mente, camino donde ella estaba y se puso cerca para que diera con él, fácilmente.

    - No sean cobardes, no corran- Kagome llevaba un buen rato jugando con los niños siempre que estaba con ellos la pasaba en grande- niños ya verán, los atrapare.- Los pequeños corrían en todas direcciones algunos tocaban su espalda y corrían nuevamente antes de ser atrapados.

    - ¡Te atrape!- grito triunfal, había sujetado a alguien del brazo pero este era grande, subió sus manos hasta cerca de sus hombros- eres un niño muy alto- río con diversión subió mas aun hasta llegar a su rostro- ¿te conozco? ¿Quién es? - el muchacho sujeto su mano y beso su palma provocando que se sonrojara furiosamente. – No, no haga eso yo. - hablo nerviosamente.

    Escucho una risa, que reconoció al instante aun cuando no la había oído muchas veces.
    - ¿Inuyasha? - pregunto algo confundida mientras lentamente quitaba el pañuelo de sus ojos.

    - Hola pequeña ¿cómo estas? -

    - Hola- saludo a media voz aun sorprendida por la inesperada llegada de Inuyasha.

    Tenia el rostro bastante sonrojado por el esfuerzo que seguramente había estado haciendo al correr detrás de los niños, su agitación era evidente al ver el rápido movimiento de su pecho.

    - Hermosa- susurro, el sol la iluminaba y el viento movía sus cabellos algo desordenados por la carrera, parecía una de esas criaturas míticas de las que hablan los marineros cuando viajan a tierras lejanas, sirenas y hadas.
    Si seguramente su Kagome era algún tipo de sirena, todos conocían las cualidades de aquellas míticas criaturas para encantar a los hombres, seguramente por eso se veía inevitablemente atraído hacia ella.
    Y ella era suya “no del todo” grito una voz en lo profundo de su mente.

    La mirada de Inuyasha había cambiado, de ser una divertida y juguetona a una que no podía reconocer.
    Una mirada que provoco que un frío aire recorriera su espina dorsal, el corazón se disparara en una loca carrera y un calor la invadiera en lo mas profundo.
    Que era aquello, no sabia pero el sentimiento era realmente agradable, una sensación nada comparable con otra.

    - Kagome ¿seguimos jugando? - un pequeño había tirado de su falda buscando atención-

    - ¿He? - dejo de mirar a Inuyasha para ver a su alrededor todos los niños los observaban curiosos incluso algunas de las jóvenes que ayudaban en la iglesia se le había quedado viendo con una picara sonrisa en rostro, ¿desde hacia cuanto estaban allí parados?, Se movió incomoda dio dos pasos atrás torpemente – Si...... claro juguemos.

    Extendió el pañuelo se lo mostró a Inuyasha como diciendo que estaba jugando con los niños y que luego lo vería. Se giro quedando de espaldas a el, doblo el pañuelo pero antes de que vendar sus ojos sintió como un par de brazos se deslizaban por su cintura y la aprisionaban, provocando que quedara casi sin respiración.
    - Me parece que estas haciendo trampa- susurro Inuyasha en su oído.

    - ¿Po... por q..ue lo dice... s?- pregunto a duras penas.

    - Tu me atrapaste, lo justo es que me dejes intentar atraparte ahora, ¿no crees?- El cálido aliento en su oído y la forma en que le hablaba provocaron que los vellos de su nuca se erizaran y su piel se pusiera de gallina.

    - Yo... pero tu... no... estabas jugan... do- agradeció al cielo que las palabras salieron de su boca, por un segundo creyó que la sensación que la embargaba provocaría que enmudeciera por siempre.

    - Pero me encantaría jugar contigo- dijo al momento de apretar mas su cintura y enterrar su nariz en su cuello.
    Kagome no podía articular esta vez palabra alguna quería decirle a Inuyasha que se detuviera, de seguro todos los estaban viendo. Quizás en cualquier momento aparecería el padre Renkotsu pero nada salió de su boca, estaba perdida en aquella indescriptible calidez.
    Podía escuchar los latidos de su corazón resonando como campanadas en sus oídos también podía sentir el corazón de Inuyasha golpeando en su espalda. Acaso el se sentía como ella.

    - ¿No sabia que te gustara este tipo de juegos, primo?- La voz de Hakudoshi los regreso a la realidad.

    Kagome abrió los ojos para frente a ellos a Hakudoshi a su lado el Padre Renkotsu quien le dio una mirada reprobatoria. Miro en todas direcciones y aun eran el centro de atención.
    Los brazos de Inuyasha seguían en la misma posición trato de liberarse pero solo consiguió que la apretaran mas casi cortándole la respiración.

    Giro su cabeza para pedirle que la soltara pero los ojos de su esposo eran temibles reflejaban un inmenso odio, miro al frente y se dio cuenta que Hakudoshi le devolvía la misma mirada, parecía que en cualquier momento se fulminarían.

    - Yuka- llamo a una de las jovencitas que los miraban- ten continúen jugando- le entrego el pañuelo- llévate a jugar a los niños.

    - Niños – grito- Yuka la trae- todos los niños comenzaron a correr tras ella.

    - ¿Que haces aquí? - dijo Inuyasha

    - Querido primo pero que son esos modales, no saludas a su ilustrísima- dijo señalando a Renkotsu.

    - Buenos Días Padre, podría decirme ¿que rayos hace aquí este sujeto?- señalo a su primo.

    - Buenos Días señor Taisho su primo vino a dejar un generoso donativo para los niños

    - Me trajo tu linda esposa-

    - ¿Cómo? – apretó violentamente los brazos alrededor de la cintura de la muchacha, provocando que casi perdiera el sentido.

    - Inuyasha- a duras penas logro hablar Kagome.

    Dándose cuenta lo bruto que estaba siendo la soltó de inmediato.

    - Encontramos al señor Hakudoshi en la plaza y quiso venir con nosotras

    - ¿Donde esta Sango?

    - Sango se quedo en la plaza, encontró a una amiga, dijo que nos alcanzaría aquí.

    La observo un largo rato tratando de ver la mentira en sus pero, era imposible ella no mentía.
    Suspiro aliviado, seguramente esto era culpa de aquella mujer.

    - Vino por algo en particular, tal vez a colaborar en la iglesia- la mirada de Renkotsu era conciliadora

    - No, solo vine por mi esposa-

    - Por supuesto que no, sabe mi primo no puede realizar ningún donativo por el momento tiene muchos problemas financieros y es algo difícil salir de ellos, tal vez usted pueda convencerlo de aceptar mi ayuda temo por la seguridad de nuestra linda Kagome, quien seguramente no esta acostumbrada a pasar por estas dificultades- la forma tan engreída en la que hablo provocaron que Inuyasha tuviera ansias asesinas.

    Tomo a Kagome del brazo y la puso tras él.

    - ¡Eso no es asunto tuyo, cállate o haré que te tragues esa asquerosa lengua viperina! - avanzo hacia Hakudoshi con intensiones de golpearlo.

    - Por favor señores están en la casa de Dios, aquí no permitimos esa clase de conducta.

    - Disculpe a mi primo Padre, carece de los conocimientos fundamentales del comportamiento civilizado, hay que perdonar a los ignorantes.

    - ¿Como has dicho?- estaba a punto de abalanzarse sobre el sujeto

    - No Inuyasha, déjalo.- Kagome sujeto a duras penas a su esposo y logro que desistiera de golpear a su primo.

    - Linda Kagome- hizo una reverencia a modo de despedida- fue un placer hacer disfrutado de su compañía, espero que ocurra mas seguido.

    El ojidorado se contuvo lo mas que pudo de borrarle esa estúpida sonrisa del rostro. Quien diablos sé creía para mirar de esa forma a su Kagome.
    Por que Kagome era suya, suya y de nadie más.

    - Adiós Señor – saludo rogando por que se fuera lo más rápido posible y esperaba no verlo en mucho tiempo.

    - Por favor no dudes en buscarme si mi querido primo cambia de opinión en cuanto a mi ayuda, estoy seguro que usted debe resentir mas que nadie la falta de dinero.

    Inuyasha peleaba con fuerzas sobrehumanas con la ira asesina que sentía hacia el sujeto que tenia enfrente. Que se largara de una vez o lo mataría con sus propias manos. Sus pensamientos se vieron interrumpidos por la firme voz de Kagome.

    - Le agradecemos, pero estoy segura, no será necesario. Mi esposo es perfectamente capaz de solucionar sus asuntos por sí mismo.- tomo la mano de Inuyasha entrelazando sus dedos con los suyos- Padre voy a casa, bendigame por favor.

    - Que Dios te bendiga hija- dijo haciendo una señal con sus manos.

    - Vamos Inuyasha.

    Ambos salieron de allí sin decir ni una sola palabra sobre lo ocurrido, pero sin soltar sus manos firmemente sujetas una a la otra.

    &&&&&&&&&&&&&

    Desde hace varias horas atrás Inuyasha se encontraba nuevamente en su oficina en la mansión. Revisaba papeles, buscaba todas las posibilidades posibles e incluso una que otra mas que ridículas para conseguir el dinero que necesitaban.

    Tal vez lo mejor seria rendirse y entregarle el control a su primo, no él lucharía hasta las ultimas consecuencias. Tomo todos los papeles organizándolos uno a uno para revisarlos de nuevo. Hasta que llamaron a la puerta.

    - pase

    - Amigo ¿cómo estas?

    - Pense que estaba furioso conmigo

    - como podría enojarme contigo si eres el amor de mi vida- se subió al escritorio y comenzó a pestañear con coquetería- no importa que estés con otras mujeres, yo siempre te amare- finalizo con dramatismo.
    Pero la expresión en el rostro de Inuyasha le hizo entender muy bien que el ambiente no estaba para borras

    - esta bien, esta bien, no mas bromas- se bajo del escritorio y se sentó en una silla- tengo noticias para ti. Una buena y una mala.

    - No mas juegos Miroku o regresas por donde viniste.

    - eres un aguafiestas, bien empiezo por la buena- le extendió una carpeta con dos otros papeles dentro- tenemos un contrato

    - imposible, pero como- tomo los papeles con un escepticismo mas que justificado ya que muy pocas personas confiaban en él después de haber casi llevado a la quiebra su empresa- ¿Quién?

    - El Señor Takeda, tenemos suerte que sea amigo de tu padre- llevo los brazos detrás de su cabeza – cuando te fuiste sintió mucho no poder hacer algo por ti así que hablo con un amigo suyo y nos consiguió el contrato

    La sonrisa en el rostro de Inuyasha se borro en un instante, no podía ser tan bueno todo.

    - ¿Cual es la mala?

    - Hable con nuestro antiguo capataz, los trabajadores se niegan volver a menos que les pagues la mitad e lo que les debes.

    - Por que presiento que hay más.

    - Fui al puerto Inuyasha el estado de los barcos no el adecuado para navegar. La reparación no tardaría demasiado pero necesitaríamos pagar mas de la mitad.

    - Rayos- se llevo las manos a la frente preocupado, no todo era malo si cumplían con el contrato les resultaría más fácil recobrar todo lo que perdieron- ve al puerto y pide que empiecen con las reparaciones

    - Pero, necesitamos darles un adelanto para la compra de materiales y algo de...

    - Té daré el dinero que saque del banco

    - No, Inuyasha eso es todo lo que nos queda

    - Lo sé, no te preocupes conseguiré el resto de alguna forma.

    - Como piensas hacerlo

    - Tengo un par de cosa que puedo vender, Dios proveerá Miroku.

    Ninguno se percato que tras la puerta, Kagome había escuchado toda la conversación.

    &&&&&&&&&&&&&&

    En la obscuridad dos figuras cubiertas se movían cautelosamente en el jardín trasero de los Higurashi.

    - ¿Me puedes decir que hacemos aquí? y a esta hora

    - Shhh- el ladrido de unos perros se dejo oír en la distancia cuando nuevamente reino el silencio.

    Las figuras nuevamente comenzaron a moverse.

    - Suficiente detente Kagome, me niego a dar un paso mas hasta que me digas que hacemos aquí.

    - Vine a buscar mi caja de galletas.

    - ¿Una caja de galletas? Estas loca, sabes lo que nos hará tu tía si nos encuentra aquí. Si nos encuentra dentro de su casa te aseguro que no llevara a la horca sin contemplaciones

    - Tranquila no vamos a entrar, mi caja esta enterrada bajo el árbol que esta allí, ¿ves?

    Era un gran roble.

    Se acerco cautelosamente y se dejo caer al suelo de rodillas. Metió las manos entre sus raíces allí había un agujero de donde extrajo una pequeña caja rectangular.
    Paso la mano por la tapa quitando la tierra, la caja tenia un dibujo ahora algo despintado.
    Se abrazo a la caja.

    - Madre dijiste que serviría para una emergencia. Supongo que esta es.

    Sango tras ella miraba impaciente hacia todos lados cualquier pequeño ruido por insignificante que fuera la ponían en alerta.

    - Si tienes lo que vinimos a buscar vamos.- susurro

    Su amiga asistió, se levanto sacudió su vestido y comenzó andar lentamente. Sango la seguía mirando constantemente hacia atrás casi esperando que alguien los siguiera.
    Casi estaban fuera de la mansión cuando Sango enredo su vestido y callo al suelo provocando un gran escándalo que despertó a toda la casa.

    Sé levanto rápidamente tomo la mano de su amiga y emprendieron la huida pero el paso les fue cortado por un hombre con una escopeta.

    - Quietos o disparo- Ambas quedaron petrificadas del susto.

    &&&&&&&&&&&&&&&

    Por mas que daba vueltas en la cama no podía conciliar el sueño, estaba muy preocupado por demasiadas cosas.

    No pudo permanecer mas tiempo acostado, se pregunto si Kagome dormiría tal vez podría hablar un rato con ella.
    No, seguramente debía estar muy cansada lo mejor seria dejarla tranquila.
    Mejor iría a la cocina a prepararse algo y quizás luego podría conciliar el sueño.
    Paso por la puerta de la habitación de su esposa estaba entreabierta. Estuvo tentado de entrar y verla dormir, pero luego se arrepintió y siguió su camino a la cocina.

    Sirvió un vaso de leche, hacia un poco de frío tomo los cerillos de la cocina y fue a la sala prendió la chimenea y se sentó frente al fuego a meditar

    En un momento se había quedado dormido, lo despertó un ruido como de campanillas. Se incorporo en el asiento, era el teléfono.

    - ¿Quién diablos podía ser a esa hora?

    Miro el reloj que estaba encima de la chimenea las tres de la mañana, tomo el auricular de mala gana

    - Si- escucho casi dormido la potente de voz del otro lado casi sin prestar demasiada atención hasta que las palabras cobraron sentido en su mente – ¡¿Cómo?! – grito

    Soltó bruscamente el teléfono y corrió a la habitación de Kagome quito las sabanas y lo único que encontró bajo ellas un montón de almohadas.
    Se puso encima de su ropa de dormir lo primero que encontró y corrió al auto.

    &&&&&&&&&&&&

    Sango y Kagome se encontraban en la jefatura de policía.
    Para su fortuna la persona que las había atrapado era el cuidador de la casa de su tía. Ella y su Padre estaban fuera.

    Luego de entrevistarse con un par de policías incluso Bankotsu creyeron su historia de que había sentido nostalgia por su madre y por eso fue a buscar su caja de recuerdos.
    Revisaron la caja y solo encontraron cosas sin valor y se la regresaron, las dejaron en libertad con una advertencia de abstenerse de ingresar nuevamente a la mansión Higurashi sin autorización.
    Pero aun así habían llamado a Inuyasha.

    - ¿Crees que estará muy molesto?

    - Por supuesto, conociendo a tu marido debe estar como un energúmeno.

    - Por eso le pedí a Bankotsu que no lo llamara

    - Descuida si te corre de su casa, té quedas conmigo y ya- Kagome la miro muy desanimada.

    - Eso te gustaría mucho, ¿verdad? - dijo Inuyasha apareciendo en ese momento tras ellas.

    &&&&&&&&&&&&&&

    Inuyasha dejo a Sango en su casa a regañadientes. Por el se hubiera ido sola y ojalá se la comieran los chacales, aunque pobres chacales morirían de indigestión.

    Kagome viajaba a su lado muy callada, él parecía discutir con alguien. Su rostro pasaba de furioso a divertido y luego furioso de vuelta.

    - No fue su culpa, yo quise ir a buscar algo y le pedí que me acompañara.

    El joven no contesto nada solo repicaba los dedos en el volante nerviosamente, parecía que intentaba contener la ira. Pero no, no podía permitir que la culpa cayera en su amiga esto había sido idea suya y de nadie más.

    - Eran recuerdos de mi mama y...

    - Escuche perfectamente la versión de la policía, si no piensas decirme la verdad mejor guarda silencio hasta que lleguemos a casa.

    - Pero es verdad yo... eran cosas de mama.

    Inuyasha hizo otra mueca mostrando los dientes meneo la cabeza detuvo el coche a un lado del camino.

    - Quieres hablar bien, té escucho pero dime la verdad, ¿qué fuiste a buscar?

    - Yo... – resoplo lo mejor era contarle todo- eran cosas de mama pañuelos, cartas y una tarjeta que me dio en mi cumpleaños

    - Pretendes que crea que casi te dejas matar por un par de pañuelos y notas, no te creo- frunció mas el ceño

    - No, no era solo eso además- metió la mano dentro de su vestido de donde extrajo un objeto redondo algo ennegrecido y se lo entrego.

    - ¿Que es esto?- lo miro por todos lados parecía un camafeo estaba muy sucio- estas loca pusiste tu vida en peligro por un camafeo oxidado

    - Bueno no- saco un pañuelo y se lo dio para que lo limpiara

    Inuyasha lo tomo y comenzó a limpiarlo primero de mala gana noto que comenzaba a brillar en el centro paso con mayor fuerza el pañuelo hasta que pudo ver claramente un destello rojo.

    - ¿Es un rubí?- miro a su esposa extrañado ¿de donde había sacado un rubí?

    - Era de mama, me lo dio poco antes de morir me dijo que sí algún día tenia problemas me ayudaría. ¿Cuánto crees que valga?

    Lo miro bien no eras necesario saber tanto de minerales para suponer que la joya debía valer una pequeña fortuna

    El joven frunció el ceño

    - ¿Para que lo quieres? No te hace falta nada ¿o sí?, Si es por algo que te halla dicho el idiota de Hakudoshi aunque no lo creas aun tengo el dinero suficiente para mantenerte muy bien.

    - Bueno yo- la mirada ceñuda de Inuyasha la ponía algo nerviosa- escuche tu conversación con Miroku y...

    Entendió al momento, seguramente quería darle el rubí para que pagara sus deudas. Lo apretó con fuerza en su mano, debería golpearse por ser tan idiota, él había pensado que, que.....

    Miro a Kagome extendió sus brazos, la sentó sobre él y la abrazo.

    - No sé que voy a hacer contigo- apoyo su mentón en la cabeza de la chica- creo que en verdad eres una criatura de cuentos de hadas, muchas gracias.

    &&&&&&&&&&&&&&

    A la mañana siguiente Inuyasha le contó todo a Miroku y le entrego el rubí.

    - Dios mío, esto debe valer mas de lo que nosotros necesitamos, si quieres puedo empeñarlo en lugar de venderlo, cuando las cosas mejoren puedes recuperarlo.

    Inuyasha negó con la cabeza- solo quiero que lo dejes en joyero para que lo pulan Kagome tendrá muchas oportunidades para usarlo.

    - Pero entonces no entiendo, ¿dices que te lo dio para conseguir el dinero que necesitamos?

    - Si pero no puedo aceptarlo, Kagome me quiere mucho y quiso dármelo para que repare mis faltas pero no puedo permitir que pierda algo tan valioso para ella.

    - ¿Que haremos? Por que por mas que vendas hasta el ultimo de tus trajes no tendrás ni la mitad de los que necesitas.

    Inuyasha se acerco al cajón y tomo un forro de cuero con unos papeles algo amarillentos.

    - Ten, ve al banco y pide el préstamo que necesitamos

    Miroku se quedo estupefacto, tardo un par de minutos en reaccionar.

    - ¿Qué?

    - Ya oíste, ahora vete antes de que me arrepienta.

    Antes de que dijera otra palabra salió corriendo de la oficina.

    Inuyasha se acerco a la ventana y vio a Kagome colgar la ropa, suspiro finalmente había decidido “vivir en el presente”

    &&&&&&&&&&&&&&&

    El clima era perfecto para navegar, el mar estaba tranquilo al parecer no tendrían problemas.

    Desde hace varios días atrás habían terminado las reparaciones de los barcos y estaban listos para zarpar, el cargamento estaba en las bodegas y los marineros trabajando.

    No era lo propio que viajara pero Inuyasha quería hacerlo para brindarles su apoyo a los trabajadores, había trabajado con ellos todos estos días quería ir hasta el final. Miroku acepto acompañarlo, este mismo día se disponían a zarpar.

    Los familiares de los marineros mujeres y niños estaban en el puerto despidiéndolos, era un ambiente feliz y melancólico a la vez.

    Kagome también estaba allí llevaba una canasta.

    - Ten te preparare unos dulces y esto... – le entrego un paquete en forma rectangular amarrado con una cuerda blanca. Rasgo un poco el paquete para ver su contenido- es una manta, sé que en el mar hace mucho frío.

    Observo una esquina de la manta bordados cuidadosamente I. T.

    - Desearía tener algo para darte- ella negó con la cabeza conteniendo apenas las lagrimas y se abrazo a él.

    - Por favor solo vuelve con bien- Kagome se separo bruscamente y lo vio seriamente- ni se te ocurra dejarme sola.

    Sonrío ante su actitud y la abrazo nuevamente.

    Pronto todos subieron al barco y zarparon. Inuyasha veía desde la popa la figura de Kagome. En ese momento tras ella pudo observar a la pequeña que le había vendido aquel colgante de rosa.

    - ¡Eso es!- dijo en voz alta.

    - ¿Que ocurre?, ¿Se te olvido algo?- pregunto Miroku.

    - Si- afirmo- regreso en un momento

    - ¿Cómo? - pero antes de que pudiera decir algo mas el ojidorado se había quitado los zapatos, el saco y se había arrojado al agua.

    - ¡Hombre al agua!- empezó a gritar y todos corrieron para ver a Inuyasha nadando hacia el puerto.

    Kagome lo vio saltar y alarmada empezó al correr hacia él.

    - ¡Inuyasha! - grito en el momento que lo vio subir completamente empapado- ¿qué ocurrió?

    - Olvide algo importante- dijo jadeando por el esfuerzo, metió la mano en su bolsillo y extrajo una pequeña bolsita de cuero- quería darte esto desde hace varios días- saco de la bolsita el pequeño dije de rosa y se lo enseño- no es un rubí o un diamante pero un día lo será, te lo prometo.
    Antes de que la muchacha pudiera responder algo la puso alrededor de su cuello, tomo su rostro y la beso apasionadamente.

    - Te quiero Kagome, nunca lo olvides.- dijo momentos antes de arrojarse al agua y nadar de regreso al barco.


    CONTINUARA...........

    N/A: JA QUE TAL, ESTUVO LARGO EL CAPITULO NO?, PERO BUENO ASI ME GUSTAN. Espero no se hayan aburrido y perdón la demora pero estaba ayudando a estudiar a mi hermana para un examen y era bastante.
    Me han preguntado algo con respecto al lemon y debo decir que si, lo mas seguro es que si lo ponga yo les voy a avisar con anticipación cuando.

    Muchas gracias por leer y ya saben cualquier duda o corrección me la hacen saber.

    Les agradezco a todos por tomarse el trabajo de leer y comentar mi fic.

    En especial a:

    KAGOME-INU(muchas gracias por subirme los capítulos), PERRI 2006, MARITZA, NEKOO(bienvenida), YIC@. MUCHAS GRACIAS A TODAS POR SUS LINDOS COMENTARIOS.

    MUCHAS GRACIAS A TODOS POR LEER Y COMENTAR MI FIC.
    NOS VEMOS EN EL PROXIMO CAPITULO.


    DEBORA ANABEL
     
  18.  
    merlina

    merlina Guest

    Título:
    A quien me recuerdas
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    38
     
    Palabras:
    121
    Re: A quien me recuerdas

    Hola
    amor.Me encanto este capítulo, mas que nada por las decisiones que tomo Inuyasha y aunque no me gustan las cosas románticas, me agrado el final del cap. Me divertí mucho en la parte de la iglesia, al parecer el plan de Sango esta dando resultados xD.
    Eso si vi errores que la vez anterior como repetir un o dos palabras, faltas ortográficas y… eso.
    Espero que puedas poner pronto continuación, cuídate mucho…

    bye.
     
  19.  
    Tirabuzones

    Tirabuzones Usuario popular

    Acuario
    Miembro desde:
    30 Diciembre 2006
    Mensajes:
    787
    Pluma de
    Escritora
    Re: A quien me recuerdas

    Hola, tengo un problema, no se lo que pasa pero no puedo ver la continuación. Lo único que veo son los nombres de los personajes que van a un link -chi-

    ¿Alguien la podría copiar y pasarmela si eso por MP?
     
  20.  
    KaGoMe-InU

    KaGoMe-InU Entusiasta

    Sagitario
    Miembro desde:
    19 Junio 2005
    Mensajes:
    111
    Pluma de
    Escritora
    Re: A quien me recuerdas

    Gomen nasai!

    hace un par de dias, Cemzoo habia cambiado el fondo de su pagina,y lo habian puesto negro y por ello puse la conti en color blanco, xk si lo ponia en negro no podrian leer nada, entienden?
    aqui esta la continuacion, visible (ya que no me dejan editar el post donde puse la continuacion.....xD)

    pD: Administradores de Cemzoo! si os interesa la opinion de una de sus usuarias(k stoy segura de que no xD), a mi me gustaba mas como lo pusieron hace pocos dias! xD [hay que aportar algo nuevo a esta pagina, ya que a mi se me ace aburrida verla siempre del mismo color....originalidad gente! originalidad xD (no me agan caso :P)]
    porcierto! pueden borrar el post donde puse la continuacion en blanco, ja que la vuelvo a publicar!!! arigato!


    -----------------------------------------------------------------------.

    konnichiwa!!

    aqui traigo la conti, de parte de Debora Anabel ^^
    disfrutenla!

    *********************************************

    Los personajes que conforman esta historia no son míos y no pretendo ganar dinero con esta historia, solo es un pasatiempo, así que no me demanden, esta historia esta pensada y escrita por Debora Anabel para fans. De INUYASHAXKAGOME
    La clasificación de esta historia aun esta pendiente diría que es M

    A quien me recuerdas
    Inuyasha ha amado mucho a una joven mujer, al volver de un viaje se entera que ha desaparecido cegado por el dolor se niega al mundo, hasta que es necesitado por alguien tal vez con un destino más miserable que el suyo.

    Esta historia esta ambientada en la época antigua es decir, caballos carruajes, pero sin olvidar algunos objetos de modernidad, los primeros teléfonos, telégrafos, autos.

    “..........” PENSAMIENTOS
    - DIALOGOS-
    &&&&& CAMBIO DE ESCENA
    /NOTA DE AUTORA/ N/A
    //// FLASHBACK////



    Capitulo XX: En la pobreza y en la riqueza. Parte II


    - No hubo equivocación alguna dijo una voz grave tras ella

    Se giraron para quedar frente a frente con nada menos que el primo de Inuyasha, Hakudoshi Taisho.

    - Señorita Kagome o debo decir señora Taisho es un placer verla otra vez- tomo su mano rápidamente y la beso sin darle tiempo a responder nada.


    &&&&&&&&&&&

    Inuyasha y Miroku se encontraban en la Oficina del Banco Montreal consultando sobre las posibilidades de que les concedieran un préstamo.
    Hablaban con el presidente del banco, un anciano pequeño y sin cabello llamado Takeda amigo de InuTaisho.

    - El préstamo que solicitan es muy grande además. Además la política de nuestra compañía exige que nuestros clientes sean... - hizo una pausa- sean respetables.

    - Acaso ¿yo, no soy respetable?

    - Bueno es indudable que pertenece a una buena familia y tiempo atrás sin pensarlo dos veces le habríamos concedido el préstamo pero.......

    - ¿Pero? - dijo exasperándose

    - Lo siento, señor pero es de publico conocimiento su problema con la bebida y.......

    - Pero si estoy completamente sobrio y recuperado

    - Me alegro, pero aun así debe entender como hombre de negocios que es que es importante tener un respaldo para un préstamo tan grande.

    Suspiro resignado, el anciano tenia razón.

    - Tal vez con un aval, si su padre firma un documento de respaldo puede contar con nuestro apoyo

    - No, mi padre no tiene nada que ver en esto

    - En ese caso, no creo poder ayudarlo

    - ¿Esta seguro? - insistió Miroku

    El hombrecillo lo penso un momento luego hablo.

    - Dígame señor Taisho, usted no cuenta con algún inmueble tal vez podría entregar las escrituras como aval y de ese modo no tendremos inconvenientes en brindarle una amplia línea de crédito.

    - Inmuebles no, pero tengo un automóvil y varios caballos.

    - ¿Esta seguro?, por que tengo entendido que su padre tiene muchas propiedades en la zona

    - Ya le dije que mi padre no tiene nada que ver en esto

    - Pero Inuyasha ¿y la casa?. Claro Inuyasha, ¡la casa! - dijo eufórico Miroku como si se hubiera dado cuenta de algo importante.

    El Señor asintió como diciendo que si existía tal propiedad entonces podría prestarles.

    - No Miroku, puedo empeñar mi alma pero no la casa.- Miroku se cruzo de brazos y se giro de mala gana a la pared.

    - Perdón señor pero si no tiene un aval o un inmueble no podemos ayudarlo.

    - Bien, no se preocupe, podría prepararme un resumen de mi cuenta voy a retirar todo el dinero del que disponga

    El anciano tomo un par de papeles de su escritorio salió de la oficina indicando antes de salir que lo esperasen.

    - ¿Por qué?- dijo ceñudo Miroku

    - Por que, ¿qué?- pregunto de mala gana

    - No te hagas

    Inuyasha levanto una ceja y se giro hacia la ventana.

    - ¿Por que no hipotecas la propiedad?, si todo sale como lo esperamos en poco tiempo recuperarás las escrituras

    - ¡No!- dijo tajante.

    - ¿Por qué, no?- insistió- No quieres pedir ayuda a tu padre, no quieres hipotecar la casa, necesitamos el dinero.

    - Pero no voy a entregar la casa

    - Si es por Kagome, estoy seguro que ella lo entenderá.

    - Ya te dije que, no

    Miroku frunció el ceño exasperado tenia ganas de estrangular a su amigo, suspiro pesadamente tratando de librarse de su frustración pero aun así no lo consiguió. Se sentía mas molesto.

    - ¡Esta muerta con un demonio! - grito

    - ¡Cállate!- Inuyasha se puso de pie y lo enfrento.

    - No, tu cállate quieres recuperar tu empresa para demostrarle a tu padre que no eres un inútil ¿cómo lo harás?

    - Ese es mi problema, veré como solucionarlo

    - Estas equivocado también es mi problema, tengo dinero invertido en la compañía deja de pensar solo en ti

    Inuyasha se sentó nuevamente y cerro los ojos ignorando completamente a su amigo.

    - Eres un egoísta, no sé que demonios ve Kagome en ti, pero si sigues viviendo con tus fantasmas luego no te quejes si se cumple lo que dijo Sango. Por que estoy seguro que si pierdes la compañía no dolerá tanto como perderla a ella.

    Salió de la oficina dando un portazo

    En el camino se cruzo con el señor Takeda y este le pregunto que ha donde iba y que iba a hacer con el asunto de las cuentas.

    Miro sumamente enojado al anciano

    Contuvo la rabia y levanto un brazo señalando la oficina.

    - ¡Pregúntele al señor autosuficiencia estoy enamorado de una muerta! - grito y salió rápidamente del banco dejando al hombre con cara de no haber entendido una palabra.

    El hombrecillo murmuro algo sobre estos jóvenes de hoy en día y se dirigió rumbo a la oficina

    &&&&&&&&&&&&


    - Me gustaría invitarlas a un paseo, no conozco mucho el lugar y que mejor que hacerlo del brazo de dos hermosas damas.- dijo sonriendo Hakudoshi

    - Pero señor- dijo Sango- ¿pense que usted no se encontraba a gusto con criadas? .No quisiéramos que murmuraran sobre usted por permanecer con gente sencilla

    - Les pido una disculpa por mi comportamiento aquel día, a veces no sé comportarme muy bien, pero siempre puedo rectificar.

    Sango sonrío para si, penso que no era mala idea pasear con ese hombre, que se llevara mal con Inuyasha serviría mas a sus propósitos

    Cuando Kagome se disponía a declinar su invitación Sango se adelanto

    - Me parece perfecto – muy animada respondió.

    Kagome la miro sin comprender.

    - El caballero tiene razón Kagome además, esta solo y bueno... no podemos ser descorteses con un hombre tan educado- trato de esconder su tono sarcástico lo mas que pudo.

    - No, discúlpenos prometí al padre Renkotsu visitarlo esta mañana y ayudarle un poco con los niños además no queremos entretenerlo estoy segura, usted tiene mejores cosas que hacer que...

    - Excelente, las acompaño- dijo contarte- los niños me encantan

    - ¿De verdad?- pregunto Sango fingiendo interés.

    - Por supuesto

    - Igual que a Kagome, sabe su sueño siempre a sido tener mucho hijos

    - Pero que grata coincidencia, me encantaría tener una gran familia- sonrío él.

    - Pe... pe... pero - trato de negarse pero antes de que pudiera hacerlo Hakudoshi se paro entre ellas, les ofreció sus brazos no pudo mas que suspirar resignada

    - ¿Por donde?- pregunto el muchacho

    Kagome señalo el lugar, por donde ir a la iglesia y comenzaron a caminar lentamente.

    - “Esto no va a terminar bien”- penso.

    &&&&&&&&&&&&&&&&&&

    - ¡Testarudo idiota! - Miroku hablaba solo mientras caminaba a toda prisa para intentar controlar su mal genio. –

    - Tu y tu novia muerta me tienen cansado, ahora resulta que no puedes prendar la casa imbécil. Cuándo pierdas todo no vengas a llorar ¡¡¡idiota!!!- grito provocando que las personas a su alrededor lo miraran y murmuraran sobre lo loco que debía estar.

    Sonrío y salió corriendo.

    Sin darse cuenta llego a la plaza del pueblo, estaba atestada de persona niños jugando y algunos vendedores de artesanías rústicas. Comenzó a pasear buscando dejar de lado por un momento la discusión que hacia momentos había mantenido con su amigo

    Mientras veía los puestos observaba también a hermosas muchachas que se probaban diversos anillos y aros.

    También había muchas parejas, no pudo evitar sentir algo de envidia

    Giro hacia un lado

    Cuando un hombre paso del brazo con lo que él describiría como diosas, era mujeres muy hermosas jóvenes y simpáticas.

    - Hay hombres que son muy afortunados- dijo

    Se detuvo al instante cuando las reconoció eran Kagome y Sango, el caballero era............ ¿Hakudoshi?

    - Esto no terminara bien - dijo y comenzó a seguirlos

    Los tres recorrían algunos puestos y compraban dulces.

    Se oculto tras un árbol e intento agudizar su oído para escuchar lo que hablaban

    - No debió tomarse tantas molestias señor Hakudoshi.

    - Solo Hakudoshi por favor, no soy tan viejo para que me digas señor.

    - Pero no me parece apropiado apenas nos conocemos y........

    - Por favor hágalo- atrapo su mano y se la llevo nuevamente cerca de los labios- sabe siento como si nos conociéramos desde hace mucho tiempo, por eso por favor.

    Kagome se movió un poco incomoda, no era correcto que un hombre tuviera ese tipo de actitudes cuando ella esta casada.

    Hakudoshi soltó su mano al ver lo incomoda que estaba.

    - Disculpe si la incomode, es que usted me agrada mucho y me gustaría que fuéramos amigos.

    - Sí claro- dijo aun algo sonrojada por el mal momento, por algún motivo no soportaba tenerlo tan cerca, lo mejor seria mantener las distancias- Descuide, ¿continuamos? - pregunto avanzando un par de pasos.

    Él asintió y camino junto a ella retomando la conversación que mantenía con ella minutos atrás.

    - Cómo decía, me agradan los niños y si vamos a visitarlos lo lógico es que le llevemos algo ¿verdad? Y estos dulces son deliciosos. Cuando era niño eran mis favoritos.

    Kagome asintió sonriendo, tal vez no era tan mala persona y ella se estaba apresurando a sacar conjeturas.

    Sango caminaba detrás, hasta que un par de niños pasaron corriendo y provocaron que tirara uno de los paquetes con dulces que llevaba, cuando se agacho para recogerlos pudo observar que alguien los espiaba.
    Era Miroku quien rápidamente se oculto tras el árbol, sonrío con picardía pensando que esa seria una oportunidad perfecta para llevar a cabo su plan. Miro hacia todos lados buscando a alguien que le ayude en sus propósitos pero nadie conocido aparecía, sin pensarlo dos veces detuvo a la primera persona que se cruzo en su camino.

    - Hola Mari ¿cómo estas?- saludo alegremente a una perfecta desconocida quien puso cara de ¿quien eres?

    - ¡No me recuerdas, soy Sango!- dijo hablando fuertemente intentando llamar la atención de sus acompañantes

    - He, yo pues, la verdad señorita... – balbuceo la chica

    - Soy Sango, ¿verdad que te acuerdas de mí? - la abrazo por sorpresa. - Por favor sígueme la corriente- le susurro al oído a la chica

    - Sí claro, ¿cómo estas?

    - Oh, Kagome esta es mi amiga Mari - dijo mirando a la chica quien asintió nuevamente.

    - Hola como estas mucho gusto soy Kagome- la saludo- y el es.......- estaba por decir cuñado pero Hakudoshi hablo primero.

    - Soy Hakudoshi un amigo de Kagome

    - La muchacha sonrío a ambos en señal de saludo.

    - Mari, quiere mostrarme un par de cosas, por que no siguen hasta la iglesia y luego los sigo

    - Pero Sango - protesto Kagome. No era correcto que paseara con un hombre que no fuera su marido.

    - Bien la esperamos allá- dijo Hakudoshi tomando el brazo de Kagome rápidamente sin darle tiempo a protestar.

    Miroku permaneció un momento mas tras el árbol dirigió su vista a Sango quien agradeció a la joven su ayuda en la actuación, se sentó en uno de los bancos de la plaza despreocupadamente tomando los rayos del sol

    El joven sonrío y dijo para si.

    - ¿Conque ese es tu plan he? Me parece muy bien.

    Salió rápidamente de allí para buscar a su amigo.

    &&&&&&&&&&&&&&&&

    - Claro como no hago lo que quiere, típico- Inuyasha refunfuñaba en la barra de un bar desde hacia media hora, había pedido un trago aun no lo bebía solo parecía discutir con el vaso

    Un sujeto que estaba sentado a su lado comenzó a darle la razón.

    - Tiene toda la razón amigo, esas mujeres son el diablo encarnado - apoyo su mano en el hombro de Inuyasha y continuo- su esposa debe ser toda una bruja pero descuide, tengo la solución- se acerco para murmurarle al oído - usted y yo podemos ir al burdel de la señora Yumi allí hay chicas deliciosas y nada complicadas.

    - ¿Quién diablos lo ha invitado a mi conversación? - dijo irritado

    El sujeto al ver el semblante mas que hostil de Inuyasha quito rápidamente la mano como si la tuviera en el fuego, sonrío tontamente tomo su vaso y bebió de un solo sorbo el trago que contenía.

    - Veo que esta de muy mal humor ¿no me diga que lo engaña su mujer? - Los ojos de Inuyasha amenazaron con salirse de sus órbitas pero el hombre pareció ignorarlo- las mujeres son todas unas prostitutas, uno les da un poco de dinero y están a sus pies como un perro faldero pero el día que les llegue a faltar se van con el primero que pase.- completo con amargura.

    La expresión de Inuyasha era de total molestia.

    Se levanto de la silla, tomo el vaso y cuando iba a llevárselo a la boca recordó que un motivo de su ruina era precisamente el alcohol, dejo el trago intacto en la mesa y se dispuso a salir del bar.

    El sujeto que esta a su lado se paro y le dijo

    - ¿Que pasa amigo no bebes?

    El ojidorado no contesto

    - ¡Ja! Otro mas al que su furcia le corta la hombría- espeto con diversión.

    - ¡¡¿Cómo?!! - grito Inuyasha

    - Eso muchacho, las mujeres siempre dan sermones no tomes alcohol, no salgas con otras mujeres, no fumes, ¡bah! Todas son basura y sirven para una sola cosa- hizo una pausa levanto su vaso como brindando con alguien imaginario- ¿y dime que tal lo hace la tuya?

    Esto era la gota que rebalso el vaso, con todo lo que tenia que soportar en su vida no se quedaría de brazos cruzados mientras este maldito sujeto lo molestaba, volvió sobre sus pasos dispuesto a cerrarle la boca, apretó los puños hasta que sus nudillos se pusieron blancos.

    Su rostro serio de pronto cambio a una sonrisa macabra, se dio cuenta que Kamisama le estaba dando la oportunidad perfecta para desquitarse de todos sus problemas.
    Su sonrisa casi enferma se amplio, ahora desquitaría todo lo que le había ocurrido, con ese sujeto repugnante.
    Además lo merecía.

    El cantinero quien había estado todo el tiempo observándolos advirtió lo que estaba por ocurrir y decidió intervenir

    - Por favor no- se paro entre ambos– Señor Taisho mírelo esta borracho- dijo señalando al sujeto quien no parecía percatarse de las intensiones de Inuyasha- no queremos problemas, retírese yo me encargare de que el señor sé baya a su casa y no moleste a nadie más ¿si? por favor- repitió el cantinero

    El cantinero conocía muy bien a Inuyasha sabia que si peleaba no quedaría nada en pie en su establecimiento. Otras veces había peleado en bares y el lugar luego aprecia zona de desastre.

    Se detuvo, lo medito un momento seguramente si peleaba volverían a encerrarlo y no tenia ganas de lidiar con el idiota de Bankotsu, tampoco quería traerle mas disgustos a Kagome, se resigno, no valía la pena.
    Salió del bar cerrando bruscamente la puerta.

    &&&&&&&&&&&&&

    Regreso al banco donde había estado hace mas de una hora, pero Inuyasha ya no estaba.

    -“¿Dónde se abra metido ahora?”- penso que quizás habría ido a casa pero el automóvil seguía en el mismo lugar, supuso que no estaría lejos.

    Estaba por cruzar la calle cuando fue detenido por el guardia de seguridad del banco.

    - Señor- llamo el guardia

    Se giro algo desconfiado

    - ¿Sí?

    - Disculpe Usted vino con el señor Taisho en la mañana ¿verdad?

    Miroku trago lentamente dudando si responder o no. Seguro su amigo había comenzado un nuevo pleito y como siempre él saldría mal parado. A punto estuvo de negarlo pero su consciencia peso mas, solo asintió con pesar. Llevo las manos hacia delante esperando que le pusiera las esposas.

    El guardia miro extrañado.

    - El señor Takeda me dijo que necesitaba hablar con el señor Taisho o con usted un momento

    - ¿Ah? - dijo sin creerlo ¿acaso no querían arrestarlo? ¿No lo perseguirían?, ¿No iría a la cárcel? - ¡Kamisama existe!- grito arrodillándose frente al guardia, quien seguramente debía estar pensando lo loco que estaba el sujeto.

    &&&&&&&&&&&&&&&


    Entro a casi todas las tiendas, pero en ninguna encontró a Kagome o a Sango.

    ¿Dónde estaba?, Se suponía que él la buscaría.

    Miro su reloj de bolsillo, aun era muy temprano para la hora que habían acordado.

    Recordó que la tarde anterior, había mencionado algo sobre visitar al Padre Renkotsu.

    Se encamino entonces rumbo a la iglesia.

    El día era muy bonito el Sol acompañado por una agradable brisa, caminaba entonces lentamente disfrutando del ambiente.

    - Collares, pulseras, dijes para las damas- anunciaba una pequeña en la plaza

    Inuyasha paso a su lado sin prestarle la más mínima atención.

    - Señor, le gustaría comprar un collar o un dije.

    - No, gracias no uso esas cosas- siguió su camino pero la niña se paro nuevamente frente a el e insistió.

    - Seguramente tiene una novia bonita para regalarle

    Siguió su camino ignorándola, seguro ya se iría penso, pero la niña volvió a Insistir.

    - Señor, por favor cómpreme una...

    - Niña no tienes a alguien mas a quien molestar te he dicho que no quiero nada- la niña tenia los ojos brillando por las lagrimas, perfecto penso Inuyasha- disculpa no quise gritarte- se contuvo lo mas que pudo.

    Sé encogió para verla bien, era una niña pequeña no debía tener mas de seis o siete años su ropa era andrajosa y su cabello estaba algo enmarañado.

    - Oye ¿no estas muy pequeña para andar sola por la calle?

    Ella meneo la cabeza y respondió muy segura- no señor, no soy pequeña- dejo un momento sus cosas en el suelo y levanto su manos mostrándole seis dedos- tengo así de años

    - ¿Y trabajas? - Ella asintió, seguramente sus padres eran unos desobligados que vivían a costillas de su trabajo.

    - ¿Tus padres donde están? - se giro hacia todos lados buscando

    - Papa fue a buscar trabajo y mama esta del otro lado de la plaza, ella tiene collares más bonitos- insistió la pequeña esperando que el hombre le comprara.

    - ¿Tu padre no trabaja cierto?, Debe ser un borrachín de seguro- hablo mas para si que para la niña.

    - No, él trabajaba pero el señor que lo mandaba no les pagaba, tenia un barco muy bonito.

    - ¿Barco?- acaso el hombre trabajaba en su transportadora, no de seguro debía ser una coincidencia- ¿era pescador?

    - No, él llevaba cosas al otro lado del gran río azul, yo lo iba a despedir siempre cuando viajaba- dijo con orgullo- una vez me trajo una muñeca bien bonita de ojos así como los tiene Usted, pero el señor dueño del barco ya no fue mas a trabajar no le pagaron y por eso yo ayudo.

    Una punzada de culpa lo atravesó dolorosamente, que imbécil había sido no merecía tener nada.
    Su padre tenia razón el poseer una gran fortuna implicaban demasiadas responsabilidades, responsabilidades que hasta el momento el no había podido asumir correctamente.

    - Mire que bonito- levanto una pequeña cadena con un dije en forma de rosa con una piedra de fantasía color rosa- no es cara, cómprela para su novia.

    Inuyasha asintió, la pequeña sonrío puso la cadena en un paquetito de papel color marrón y se la entrego.

    Le dio dinero y comenzó a caminar.

    - Espere señor- sé volvió la niña corría tras él- señor es mucho dinero, la cadena no vale tanto.

    - Esta bien guarda el cambio, esta cadenilla es tan bonita que bien vale su precio-

    - Gracias – dijo la pequeña y salió corriendo Inuyasha la siguió con la mirada hasta que llego junto a una mujer y le entrego el dinero.

    La niña señalo hasta donde él estaba y pudo ver a la distancia como le sonreía la mujer.

    Aquello solo lo hizo sentir más culpable, la mujer debía creer que era alguien bondadoso, pero de saber quien era realmente seguro le abría escupido la cara.

    Metió la mano en su bolsillo apretó el pequeño paquete con su mano.

    &&&&&&&&&&&&&

    Llego en poco tiempo a la iglesia, una anciana barría la entrada.

    - Buenos días-

    La anciana continuaba barriendo sin prestarle atención.

    - Buen día- insistió

    Pero no hubo respuesta

    - ¡He dicho buenos días! - grito

    La anciana pareció percatarse de su presencia y se giro.

    - Buenos días joven, ¿se le ofrece algo?.- dijo mostrando una desdentada sonrisa.

    - Vengo a buscar a mi esposa, es joven cabello negro, ojos chocolate, ¿la ha visto?

    - No, Joven no creo que llueva hoy- respondió la anciana dirigiendo su vista al cielo.

    Inuyasha golpeo su frente con una de sus manos exasperado.

    - Olvídelo, yo mismo la buscare

    Detrás de la iglesia una pequeña casa de seguro la escuela de la que hablo Kagome y un gran patio donde jugaban los niños.

    Miro en todas direcciones buscando a Kagome, Sango o el Cura, y entonces la vio. En medio de un grupo de niños jugando.

    Tenia los ojos vendados con un pañuelo blanco sus brazos estaba estirados hacia delante tratando de atrapar a los niños quienes salían corriendo cuando ella se acercaba.
    Se quedo observándola un buen rato su risa era contagiosa, parecía divertirse mucho, en verdad le gustaban los niños.
    ¿Cómo se vería Kagome con un hijo suyo?, sonrío ampliamente ante el pensamiento, casi podía verla corriendo detrás de sus hijos en el jardín de la mansión donde muchas veces jugaba con Hanyo y Shikon, no cabe duda que era perfecta en todo sentido.
    Una idea traviesa cruzo por su mente, camino donde ella estaba y se puso cerca para que diera con él, fácilmente.

    - No sean cobardes, no corran- Kagome llevaba un buen rato jugando con los niños siempre que estaba con ellos la pasaba en grande- niños ya verán, los atrapare.- Los pequeños corrían en todas direcciones algunos tocaban su espalda y corrían nuevamente antes de ser atrapados.

    - ¡Te atrape!- grito triunfal, había sujetado a alguien del brazo pero este era grande, subió sus manos hasta cerca de sus hombros- eres un niño muy alto- río con diversión subió mas aun hasta llegar a su rostro- ¿te conozco? ¿Quién es? - el muchacho sujeto su mano y beso su palma provocando que se sonrojara furiosamente. – No, no haga eso yo. - hablo nerviosamente.

    Escucho una risa, que reconoció al instante aun cuando no la había oído muchas veces.
    - ¿Inuyasha? - pregunto algo confundida mientras lentamente quitaba el pañuelo de sus ojos.

    - Hola pequeña ¿cómo estas? -

    - Hola- saludo a media voz aun sorprendida por la inesperada llegada de Inuyasha.

    Tenia el rostro bastante sonrojado por el esfuerzo que seguramente había estado haciendo al correr detrás de los niños, su agitación era evidente al ver el rápido movimiento de su pecho.

    - Hermosa- susurro, el sol la iluminaba y el viento movía sus cabellos algo desordenados por la carrera, parecía una de esas criaturas míticas de las que hablan los marineros cuando viajan a tierras lejanas, sirenas y hadas.
    Si seguramente su Kagome era algún tipo de sirena, todos conocían las cualidades de aquellas míticas criaturas para encantar a los hombres, seguramente por eso se veía inevitablemente atraído hacia ella.
    Y ella era suya “no del todo” grito una voz en lo profundo de su mente.

    La mirada de Inuyasha había cambiado, de ser una divertida y juguetona a una que no podía reconocer.
    Una mirada que provoco que un frío aire recorriera su espina dorsal, el corazón se disparara en una loca carrera y un calor la invadiera en lo mas profundo.
    Que era aquello, no sabia pero el sentimiento era realmente agradable, una sensación nada comparable con otra.

    - Kagome ¿seguimos jugando? - un pequeño había tirado de su falda buscando atención-

    - ¿He? - dejo de mirar a Inuyasha para ver a su alrededor todos los niños los observaban curiosos incluso algunas de las jóvenes que ayudaban en la iglesia se le había quedado viendo con una picara sonrisa en rostro, ¿desde hacia cuanto estaban allí parados?, Se movió incomoda dio dos pasos atrás torpemente – Si...... claro juguemos.

    Extendió el pañuelo se lo mostró a Inuyasha como diciendo que estaba jugando con los niños y que luego lo vería. Se giro quedando de espaldas a el, doblo el pañuelo pero antes de que vendar sus ojos sintió como un par de brazos se deslizaban por su cintura y la aprisionaban, provocando que quedara casi sin respiración.
    - Me parece que estas haciendo trampa- susurro Inuyasha en su oído.

    - ¿Po... por q..ue lo dice... s?- pregunto a duras penas.

    - Tu me atrapaste, lo justo es que me dejes intentar atraparte ahora, ¿no crees?- El cálido aliento en su oído y la forma en que le hablaba provocaron que los vellos de su nuca se erizaran y su piel se pusiera de gallina.

    - Yo... pero tu... no... estabas jugan... do- agradeció al cielo que las palabras salieron de su boca, por un segundo creyó que la sensación que la embargaba provocaría que enmudeciera por siempre.

    - Pero me encantaría jugar contigo- dijo al momento de apretar mas su cintura y enterrar su nariz en su cuello.
    Kagome no podía articular esta vez palabra alguna quería decirle a Inuyasha que se detuviera, de seguro todos los estaban viendo. Quizás en cualquier momento aparecería el padre Renkotsu pero nada salió de su boca, estaba perdida en aquella indescriptible calidez.
    Podía escuchar los latidos de su corazón resonando como campanadas en sus oídos también podía sentir el corazón de Inuyasha golpeando en su espalda. Acaso el se sentía como ella.

    - ¿No sabia que te gustara este tipo de juegos, primo?- La voz de Hakudoshi los regreso a la realidad.

    Kagome abrió los ojos para frente a ellos a Hakudoshi a su lado el Padre Renkotsu quien le dio una mirada reprobatoria. Miro en todas direcciones y aun eran el centro de atención.
    Los brazos de Inuyasha seguían en la misma posición trato de liberarse pero solo consiguió que la apretaran mas casi cortándole la respiración.

    Giro su cabeza para pedirle que la soltara pero los ojos de su esposo eran temibles reflejaban un inmenso odio, miro al frente y se dio cuenta que Hakudoshi le devolvía la misma mirada, parecía que en cualquier momento se fulminarían.

    - Yuka- llamo a una de las jovencitas que los miraban- ten continúen jugando- le entrego el pañuelo- llévate a jugar a los niños.

    - Niños – grito- Yuka la trae- todos los niños comenzaron a correr tras ella.

    - ¿Que haces aquí? - dijo Inuyasha

    - Querido primo pero que son esos modales, no saludas a su ilustrísima- dijo señalando a Renkotsu.

    - Buenos Días Padre, podría decirme ¿que rayos hace aquí este sujeto?- señalo a su primo.

    - Buenos Días señor Taisho su primo vino a dejar un generoso donativo para los niños

    - Me trajo tu linda esposa-

    - ¿Cómo? – apretó violentamente los brazos alrededor de la cintura de la muchacha, provocando que casi perdiera el sentido.

    - Inuyasha- a duras penas logro hablar Kagome.

    Dándose cuenta lo bruto que estaba siendo la soltó de inmediato.

    - Encontramos al señor Hakudoshi en la plaza y quiso venir con nosotras

    - ¿Donde esta Sango?

    - Sango se quedo en la plaza, encontró a una amiga, dijo que nos alcanzaría aquí.

    La observo un largo rato tratando de ver la mentira en sus pero, era imposible ella no mentía.
    Suspiro aliviado, seguramente esto era culpa de aquella mujer.

    - Vino por algo en particular, tal vez a colaborar en la iglesia- la mirada de Renkotsu era conciliadora

    - No, solo vine por mi esposa-

    - Por supuesto que no, sabe mi primo no puede realizar ningún donativo por el momento tiene muchos problemas financieros y es algo difícil salir de ellos, tal vez usted pueda convencerlo de aceptar mi ayuda temo por la seguridad de nuestra linda Kagome, quien seguramente no esta acostumbrada a pasar por estas dificultades- la forma tan engreída en la que hablo provocaron que Inuyasha tuviera ansias asesinas.

    Tomo a Kagome del brazo y la puso tras él.

    - ¡Eso no es asunto tuyo, cállate o haré que te tragues esa asquerosa lengua viperina! - avanzo hacia Hakudoshi con intensiones de golpearlo.

    - Por favor señores están en la casa de Dios, aquí no permitimos esa clase de conducta.

    - Disculpe a mi primo Padre, carece de los conocimientos fundamentales del comportamiento civilizado, hay que perdonar a los ignorantes.

    - ¿Como has dicho?- estaba a punto de abalanzarse sobre el sujeto

    - No Inuyasha, déjalo.- Kagome sujeto a duras penas a su esposo y logro que desistiera de golpear a su primo.

    - Linda Kagome- hizo una reverencia a modo de despedida- fue un placer hacer disfrutado de su compañía, espero que ocurra mas seguido.

    El ojidorado se contuvo lo mas que pudo de borrarle esa estúpida sonrisa del rostro. Quien diablos sé creía para mirar de esa forma a su Kagome.
    Por que Kagome era suya, suya y de nadie más.

    - Adiós Señor – saludo rogando por que se fuera lo más rápido posible y esperaba no verlo en mucho tiempo.

    - Por favor no dudes en buscarme si mi querido primo cambia de opinión en cuanto a mi ayuda, estoy seguro que usted debe resentir mas que nadie la falta de dinero.

    Inuyasha peleaba con fuerzas sobrehumanas con la ira asesina que sentía hacia el sujeto que tenia enfrente. Que se largara de una vez o lo mataría con sus propias manos. Sus pensamientos se vieron interrumpidos por la firme voz de Kagome.

    - Le agradecemos, pero estoy segura, no será necesario. Mi esposo es perfectamente capaz de solucionar sus asuntos por sí mismo.- tomo la mano de Inuyasha entrelazando sus dedos con los suyos- Padre voy a casa, bendigame por favor.

    - Que Dios te bendiga hija- dijo haciendo una señal con sus manos.

    - Vamos Inuyasha.

    Ambos salieron de allí sin decir ni una sola palabra sobre lo ocurrido, pero sin soltar sus manos firmemente sujetas una a la otra.

    &&&&&&&&&&&&&

    Desde hace varias horas atrás Inuyasha se encontraba nuevamente en su oficina en la mansión. Revisaba papeles, buscaba todas las posibilidades posibles e incluso una que otra mas que ridículas para conseguir el dinero que necesitaban.

    Tal vez lo mejor seria rendirse y entregarle el control a su primo, no él lucharía hasta las ultimas consecuencias. Tomo todos los papeles organizándolos uno a uno para revisarlos de nuevo. Hasta que llamaron a la puerta.

    - pase

    - Amigo ¿cómo estas?

    - Pense que estaba furioso conmigo

    - como podría enojarme contigo si eres el amor de mi vida- se subió al escritorio y comenzó a pestañear con coquetería- no importa que estés con otras mujeres, yo siempre te amare- finalizo con dramatismo.
    Pero la expresión en el rostro de Inuyasha le hizo entender muy bien que el ambiente no estaba para borras

    - esta bien, esta bien, no mas bromas- se bajo del escritorio y se sentó en una silla- tengo noticias para ti. Una buena y una mala.

    - No mas juegos Miroku o regresas por donde viniste.

    - eres un aguafiestas, bien empiezo por la buena- le extendió una carpeta con dos otros papeles dentro- tenemos un contrato

    - imposible, pero como- tomo los papeles con un escepticismo mas que justificado ya que muy pocas personas confiaban en él después de haber casi llevado a la quiebra su empresa- ¿Quién?

    - El Señor Takeda, tenemos suerte que sea amigo de tu padre- llevo los brazos detrás de su cabeza – cuando te fuiste sintió mucho no poder hacer algo por ti así que hablo con un amigo suyo y nos consiguió el contrato

    La sonrisa en el rostro de Inuyasha se borro en un instante, no podía ser tan bueno todo.

    - ¿Cual es la mala?

    - Hable con nuestro antiguo capataz, los trabajadores se niegan volver a menos que les pagues la mitad e lo que les debes.

    - Por que presiento que hay más.

    - Fui al puerto Inuyasha el estado de los barcos no el adecuado para navegar. La reparación no tardaría demasiado pero necesitaríamos pagar mas de la mitad.

    - Rayos- se llevo las manos a la frente preocupado, no todo era malo si cumplían con el contrato les resultaría más fácil recobrar todo lo que perdieron- ve al puerto y pide que empiecen con las reparaciones

    - Pero, necesitamos darles un adelanto para la compra de materiales y algo de...

    - Té daré el dinero que saque del banco

    - No, Inuyasha eso es todo lo que nos queda

    - Lo sé, no te preocupes conseguiré el resto de alguna forma.

    - Como piensas hacerlo

    - Tengo un par de cosa que puedo vender, Dios proveerá Miroku.

    Ninguno se percato que tras la puerta, Kagome había escuchado toda la conversación.

    &&&&&&&&&&&&&&

    En la obscuridad dos figuras cubiertas se movían cautelosamente en el jardín trasero de los Higurashi.

    - ¿Me puedes decir que hacemos aquí? y a esta hora

    - Shhh- el ladrido de unos perros se dejo oír en la distancia cuando nuevamente reino el silencio.

    Las figuras nuevamente comenzaron a moverse.

    - Suficiente detente Kagome, me niego a dar un paso mas hasta que me digas que hacemos aquí.

    - Vine a buscar mi caja de galletas.

    - ¿Una caja de galletas? Estas loca, sabes lo que nos hará tu tía si nos encuentra aquí. Si nos encuentra dentro de su casa te aseguro que no llevara a la horca sin contemplaciones

    - Tranquila no vamos a entrar, mi caja esta enterrada bajo el árbol que esta allí, ¿ves?

    Era un gran roble.

    Se acerco cautelosamente y se dejo caer al suelo de rodillas. Metió las manos entre sus raíces allí había un agujero de donde extrajo una pequeña caja rectangular.
    Paso la mano por la tapa quitando la tierra, la caja tenia un dibujo ahora algo despintado.
    Se abrazo a la caja.

    - Madre dijiste que serviría para una emergencia. Supongo que esta es.

    Sango tras ella miraba impaciente hacia todos lados cualquier pequeño ruido por insignificante que fuera la ponían en alerta.

    - Si tienes lo que vinimos a buscar vamos.- susurro

    Su amiga asistió, se levanto sacudió su vestido y comenzó andar lentamente. Sango la seguía mirando constantemente hacia atrás casi esperando que alguien los siguiera.
    Casi estaban fuera de la mansión cuando Sango enredo su vestido y callo al suelo provocando un gran escándalo que despertó a toda la casa.

    Sé levanto rápidamente tomo la mano de su amiga y emprendieron la huida pero el paso les fue cortado por un hombre con una escopeta.

    - Quietos o disparo- Ambas quedaron petrificadas del susto.

    &&&&&&&&&&&&&&&

    Por mas que daba vueltas en la cama no podía conciliar el sueño, estaba muy preocupado por demasiadas cosas.

    No pudo permanecer mas tiempo acostado, se pregunto si Kagome dormiría tal vez podría hablar un rato con ella.
    No, seguramente debía estar muy cansada lo mejor seria dejarla tranquila.
    Mejor iría a la cocina a prepararse algo y quizás luego podría conciliar el sueño.
    Paso por la puerta de la habitación de su esposa estaba entreabierta. Estuvo tentado de entrar y verla dormir, pero luego se arrepintió y siguió su camino a la cocina.

    Sirvió un vaso de leche, hacia un poco de frío tomo los cerillos de la cocina y fue a la sala prendió la chimenea y se sentó frente al fuego a meditar

    En un momento se había quedado dormido, lo despertó un ruido como de campanillas. Se incorporo en el asiento, era el teléfono.

    - ¿Quién diablos podía ser a esa hora?

    Miro el reloj que estaba encima de la chimenea las tres de la mañana, tomo el auricular de mala gana

    - Si- escucho casi dormido la potente de voz del otro lado casi sin prestar demasiada atención hasta que las palabras cobraron sentido en su mente – ¡¿Cómo?! – grito

    Soltó bruscamente el teléfono y corrió a la habitación de Kagome quito las sabanas y lo único que encontró bajo ellas un montón de almohadas.
    Se puso encima de su ropa de dormir lo primero que encontró y corrió al auto.

    &&&&&&&&&&&&

    Sango y Kagome se encontraban en la jefatura de policía.
    Para su fortuna la persona que las había atrapado era el cuidador de la casa de su tía. Ella y su Padre estaban fuera.

    Luego de entrevistarse con un par de policías incluso Bankotsu creyeron su historia de que había sentido nostalgia por su madre y por eso fue a buscar su caja de recuerdos.
    Revisaron la caja y solo encontraron cosas sin valor y se la regresaron, las dejaron en libertad con una advertencia de abstenerse de ingresar nuevamente a la mansión Higurashi sin autorización.
    Pero aun así habían llamado a Inuyasha.

    - ¿Crees que estará muy molesto?

    - Por supuesto, conociendo a tu marido debe estar como un energúmeno.

    - Por eso le pedí a Bankotsu que no lo llamara

    - Descuida si te corre de su casa, té quedas conmigo y ya- Kagome la miro muy desanimada.

    - Eso te gustaría mucho, ¿verdad? - dijo Inuyasha apareciendo en ese momento tras ellas.

    &&&&&&&&&&&&&&

    Inuyasha dejo a Sango en su casa a regañadientes. Por el se hubiera ido sola y ojalá se la comieran los chacales, aunque pobres chacales morirían de indigestión.

    Kagome viajaba a su lado muy callada, él parecía discutir con alguien. Su rostro pasaba de furioso a divertido y luego furioso de vuelta.

    - No fue su culpa, yo quise ir a buscar algo y le pedí que me acompañara.

    El joven no contesto nada solo repicaba los dedos en el volante nerviosamente, parecía que intentaba contener la ira. Pero no, no podía permitir que la culpa cayera en su amiga esto había sido idea suya y de nadie más.

    - Eran recuerdos de mi mama y...

    - Escuche perfectamente la versión de la policía, si no piensas decirme la verdad mejor guarda silencio hasta que lleguemos a casa.

    - Pero es verdad yo... eran cosas de mama.

    Inuyasha hizo otra mueca mostrando los dientes meneo la cabeza detuvo el coche a un lado del camino.

    - Quieres hablar bien, té escucho pero dime la verdad, ¿qué fuiste a buscar?

    - Yo... – resoplo lo mejor era contarle todo- eran cosas de mama pañuelos, cartas y una tarjeta que me dio en mi cumpleaños

    - Pretendes que crea que casi te dejas matar por un par de pañuelos y notas, no te creo- frunció mas el ceño

    - No, no era solo eso además- metió la mano dentro de su vestido de donde extrajo un objeto redondo algo ennegrecido y se lo entrego.

    - ¿Que es esto?- lo miro por todos lados parecía un camafeo estaba muy sucio- estas loca pusiste tu vida en peligro por un camafeo oxidado

    - Bueno no- saco un pañuelo y se lo dio para que lo limpiara

    Inuyasha lo tomo y comenzó a limpiarlo primero de mala gana noto que comenzaba a brillar en el centro paso con mayor fuerza el pañuelo hasta que pudo ver claramente un destello rojo.

    - ¿Es un rubí?- miro a su esposa extrañado ¿de donde había sacado un rubí?

    - Era de mama, me lo dio poco antes de morir me dijo que sí algún día tenia problemas me ayudaría. ¿Cuánto crees que valga?

    Lo miro bien no eras necesario saber tanto de minerales para suponer que la joya debía valer una pequeña fortuna

    El joven frunció el ceño

    - ¿Para que lo quieres? No te hace falta nada ¿o sí?, Si es por algo que te halla dicho el idiota de Hakudoshi aunque no lo creas aun tengo el dinero suficiente para mantenerte muy bien.

    - Bueno yo- la mirada ceñuda de Inuyasha la ponía algo nerviosa- escuche tu conversación con Miroku y...

    Entendió al momento, seguramente quería darle el rubí para que pagara sus deudas. Lo apretó con fuerza en su mano, debería golpearse por ser tan idiota, él había pensado que, que.....

    Miro a Kagome extendió sus brazos, la sentó sobre él y la abrazo.

    - No sé que voy a hacer contigo- apoyo su mentón en la cabeza de la chica- creo que en verdad eres una criatura de cuentos de hadas, muchas gracias.

    &&&&&&&&&&&&&&

    A la mañana siguiente Inuyasha le contó todo a Miroku y le entrego el rubí.

    - Dios mío, esto debe valer mas de lo que nosotros necesitamos, si quieres puedo empeñarlo en lugar de venderlo, cuando las cosas mejoren puedes recuperarlo.

    Inuyasha negó con la cabeza- solo quiero que lo dejes en joyero para que lo pulan Kagome tendrá muchas oportunidades para usarlo.

    - Pero entonces no entiendo, ¿dices que te lo dio para conseguir el dinero que necesitamos?

    - Si pero no puedo aceptarlo, Kagome me quiere mucho y quiso dármelo para que repare mis faltas pero no puedo permitir que pierda algo tan valioso para ella.

    - ¿Que haremos? Por que por mas que vendas hasta el ultimo de tus trajes no tendrás ni la mitad de los que necesitas.

    Inuyasha se acerco al cajón y tomo un forro de cuero con unos papeles algo amarillentos.

    - Ten, ve al banco y pide el préstamo que necesitamos

    Miroku se quedo estupefacto, tardo un par de minutos en reaccionar.

    - ¿Qué?

    - Ya oíste, ahora vete antes de que me arrepienta.

    Antes de que dijera otra palabra salió corriendo de la oficina.

    Inuyasha se acerco a la ventana y vio a Kagome colgar la ropa, suspiro finalmente había decidido “vivir en el presente”

    &&&&&&&&&&&&&&&

    El clima era perfecto para navegar, el mar estaba tranquilo al parecer no tendrían problemas.

    Desde hace varios días atrás habían terminado las reparaciones de los barcos y estaban listos para zarpar, el cargamento estaba en las bodegas y los marineros trabajando.

    No era lo propio que viajara pero Inuyasha quería hacerlo para brindarles su apoyo a los trabajadores, había trabajado con ellos todos estos días quería ir hasta el final. Miroku acepto acompañarlo, este mismo día se disponían a zarpar.

    Los familiares de los marineros mujeres y niños estaban en el puerto despidiéndolos, era un ambiente feliz y melancólico a la vez.

    Kagome también estaba allí llevaba una canasta.

    - Ten te preparare unos dulces y esto... – le entrego un paquete en forma rectangular amarrado con una cuerda blanca. Rasgo un poco el paquete para ver su contenido- es una manta, sé que en el mar hace mucho frío.

    Observo una esquina de la manta bordados cuidadosamente I. T.

    - Desearía tener algo para darte- ella negó con la cabeza conteniendo apenas las lagrimas y se abrazo a él.

    - Por favor solo vuelve con bien- Kagome se separo bruscamente y lo vio seriamente- ni se te ocurra dejarme sola.

    Sonrío ante su actitud y la abrazo nuevamente.

    Pronto todos subieron al barco y zarparon. Inuyasha veía desde la popa la figura de Kagome. En ese momento tras ella pudo observar a la pequeña que le había vendido aquel colgante de rosa.

    - ¡Eso es!- dijo en voz alta.

    - ¿Que ocurre?, ¿Se te olvido algo?- pregunto Miroku.

    - Si- afirmo- regreso en un momento

    - ¿Cómo? - pero antes de que pudiera decir algo mas el ojidorado se había quitado los zapatos, el saco y se había arrojado al agua.

    - ¡Hombre al agua!- empezó a gritar y todos corrieron para ver a Inuyasha nadando hacia el puerto.

    Kagome lo vio saltar y alarmada empezó al correr hacia él.

    - ¡Inuyasha! - grito en el momento que lo vio subir completamente empapado- ¿qué ocurrió?

    - Olvide algo importante- dijo jadeando por el esfuerzo, metió la mano en su bolsillo y extrajo una pequeña bolsita de cuero- quería darte esto desde hace varios días- saco de la bolsita el pequeño dije de rosa y se lo enseño- no es un rubí o un diamante pero un día lo será, te lo prometo.
    Antes de que la muchacha pudiera responder algo la puso alrededor de su cuello, tomo su rostro y la beso apasionadamente.

    - Te quiero Kagome, nunca lo olvides.- dijo momentos antes de arrojarse al agua y nadar de regreso al barco.


    CONTINUARA...........

    N/A: JA QUE TAL, ESTUVO LARGO EL CAPITULO NO?, PERO BUENO ASI ME GUSTAN. Espero no se hayan aburrido y perdón la demora pero estaba ayudando a estudiar a mi hermana para un examen y era bastante.
    Me han preguntado algo con respecto al lemon y debo decir que si, lo mas seguro es que si lo ponga yo les voy a avisar con anticipación cuando.

    Muchas gracias por leer y ya saben cualquier duda o corrección me la hacen saber.

    Les agradezco a todos por tomarse el trabajo de leer y comentar mi fic.

    En especial a:

    KAGOME-INU(muchas gracias por subirme los capítulos), PERRI 2006, MARITZA, NEKOO(bienvenida), YIC@. MUCHAS GRACIAS A TODAS POR SUS LINDOS COMENTARIOS.

    MUCHAS GRACIAS A TODOS POR LEER Y COMENTAR MI FIC.
    NOS VEMOS EN EL PROXIMO CAPITULO.


    DEBORA ANABEL
     
Estado del tema:
No se permiten más respuestas.

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso