A partir de un beso[Kamichama Karin]

Tema en 'Fanfics Abandonados de Temática Libre de Anime' iniciado por Keilani, 9 Marzo 2013.

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    Keilani

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    Título:
    A partir de un beso[Kamichama Karin]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    3
     
    Palabras:
    494
    Prólogo: El segundo chico.

    Algunas veces ni ella misma comprendía cómo se las ingeniaba para terminar reprobando cada examen hasta el grado de verse obligada a ir a los ordinarios cada verano. ¡Dios! realmente que no podía ser tan torpe o al menos eso pensaba antes de ver el cero remarcado en cada examen.

    Aquel verano no sería la excepción. Karin Hanazono acudió, como era costumbre al enorme edificio, instalaciones pertenecientes a la Academia Sakuragaoka para completar sus exámenes ordinarios tras una semana de estudios intensivos.

    Era curioso el cambio de Tita en aquella última semana de clases en la que le entregaba sus calificaciones y se preguntaba como es que había se había vuelto menos estricta con referencia a las mismas, el solo recordar aquel momento le bastaba para revivirlo:

    —¡Otra vez reprobada! —anunció Tita desde el otro lado de la sala, pero habría jurado que era una flecha que le atacaba por el oído y que acertaba a dar justo en el lado izquierdo de su pecho donde estaba su corazón.

    —Lo siento, Tita. No volverá a ocurrir —a Karin le temblaban las piernas como si comenzara a desfallecer con la sola sentencia de su abuela, no podía evitar la misma reacción sin importar las veces que repitiera aquel momento.

    —Pues mientras esperamos a que esa mínima probabilidad ocurra, ya es hora de que cargues con parte de tus gastos. Así que desde mañana irás a trabajar a la florería de la Señora Dolores.

    El temblor disminuyo un poco. Era la primera ocasión en la que una calificación reprobatoria venía con un plus de un nuevo hobby, que le permitiría alejarse de casa, debía estar soñando.


    Aún ahora en mitad de la escuela, creía que se trataba de un sueño difícil de creer. Se preguntaba ¿cómo podría ser aquel trabajo?, ¿tendría que pagar todo el sueldo a su tía o podría quedarse una parte? Claro que ella no era la persona más indicada para preguntar en la posición en que se encontraba, ya que de alguna manera las decisiones de Tita eran una orden que no se cuestionaban, ¿cómo podía una vieja tan horrorosa como ella tener tantas amigas y ser considerada una buena persona?...

    Consumida por sus pensamientos, había perdido la dirección en la que se dirigía y sin querer había topado con una de las columnas del edificio, menos mal que nadie la había visto.

    Agudizo sus sentidos para detectar algún movimiento y fue allí que por mera casualidad dirigió su atención al aula de música donde un chico rubio rubio, de porte galante y ameno se concentraba frente a una hoja en blanco.

    Seguramente había perdido sus vacaciones realizando el examen como ella y ahora la pasaba terrible con aquel papel frente a sus ojos.

    Luego de un rato de contemplar, sintió como él joven le devolvía la mirada y llena de vergüenza corrió en sentido contrario para alejarse de aquel salón.
     
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    Keilani

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    A partir de un beso[Kamichama Karin]
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    Romance/Amor
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    3
     
    Palabras:
    683
    Capítulo 1. Comienzan las clases


    Karin encontraba poco entretenido su regreso a clases. Una parte de ella sabía que este ciclo escolar le iría mejor con un poco de esfuerzo y que no volvería a casa con otro 'cero' en su boleta.


    Por el resto de los detalles, este nuevo semestre era de los más usual. Karin podría ver a sus antiguas compañeras, cumplir con los requisitos mínimos de la escuela, asistir a su trabajo de medio tiempo y por en medio de las clases tomarse unos minutos para observar a Jin Kuga, el más guapo y encantador chico de su clase.

    —¡Estaremos en la misma clase de nuevo! —chillaban varias chicas alrededor del chico y él les devolvía una mirada entre coqueta e indiferente, que parecía no importarles.

    De cabellos oscuros, tez blanca, ojos de un rojo encendido, un cuerpo bien proporcionado y poseedor de una voz varonil y entonada que le proporcionaban puntos a su atractivo acompañando su voz con la guitarra.

    —Así parece —y mientras respondía no podía resultar más atractivo, Karin que lo amaba desde hacía tanto tiempo no podía evitar observarlo desde una esquina del aula donde ocupaba su asiento, era la primera vez que compartía la misma clase y realmente estaba contenta con solo poder observarlo a una distancia corta.

    La clase no tardo en comenzar, estaba tan concentrada mirando a Jin que a penas y se percato de lo que ocurría en el aula.

    —¿Sabías que es de mala educación mirar por tanto tiempo a las personas? —susurraron en el asiento vecino y Karin no tardo en girarse para defenderse cuando cruzo la vista con el chico de los ojos celestes que hubiese visto en vacaciones y sintió subirse a su rostro todo el color de su sangre —eso haces ahora ¿cierto? Observas al chico de cabellos oscuros.

    Podía sentir la sangre colorear su rostro solo de imaginar lo tonta que se veía al contemplar en secreto a los chicos atractivos, y encima de todo debía de ser el chico atractivo de las vacaciones ¿por qué esas cosas debían de ocurrirle a ella?

    —Y-yo… — comenzó a tartamudear.

    —Las chicas si que son unas tontas, —Karin se detuvo para contemplar al chico ¿acababa de llamarla tonta? —mira que quedarse viendo a semejante tipo tan engreído.

    —¡Tu eres el tonto, mocoso! ¿Quién te crees para juzgar a alguien tonto solo por mirar hacia alguna parte? Si que eres tonto ¡tonto! ¡tonto! ¡tonto!... — de pronto la luz había disminuido sin motivo, él rubio la contemplaba con la boca seria y de pronto había echado a reír a carcajadas —t..tu de qué te ríes?

    El rubio se limito a sonreír y apuntar detrás de ella. El profesor de la clase estaba molesto por la falta de atención de parte de Karin; sin embargo, al notar la conversación entre el par decidió expulsar a ambos de la clase.

    —¡Lo siento! —exclamo Karin una vez fuera del aula —no era mi intención causarte problemas, pero…

    —Tranquila, al final de cuentas me alegraste el día. Estaba un poco ansioso porque no conocía a nadie y pensé que serías una admiradora de Jin o algo así —las palabras del chico recorrieron la espalda de Karin, si bien era cierto que ella no era una fan acalorada, tampoco le era indiferente el chico, pero en su afán de no quedar mal parada termino por asentir.

    De pronto, un asalto de curiosidad vino a su mente y lo dejo salir tal como llego a su cabeza.

    —¿Tienes algún problema con Jin? —el rubio lo miro sorprendido, dejo de sonreír y dudo por un instante.

    —Eso es un asunto personal, no es de tu incumbencia.

    ¿Cómo es que alguien podía pasar de ser tan amable a un tipo tan grosero? De verdad le daban ganas de… ¡ash! Ni siquiera estaba segura que tenía, aunque tenía razón… ¿por qué confiarle esas cosas a una extraña?

    —Disculpa, no volveré a preguntar si no lo deseas.

    Ese rubio, si que era un tipo extraño, por mucho pero… había algo en él que aún le parecía relajante, pensó.
     
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    Keilani

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    Romance/Amor
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    Capítulo 2. La florería de la señora Hamilton

    Después del instituto, aún faltaba mucho para que terminará el día. Dado que en está ocasión no solo había comenzado con el Instituto, sino que que además debía de arrancar el primer día de trabajo que augurara Tita, tomó el camino largo a casa para detenerse en la florería de la señora Hamilton como le indicaran esa mañana antes de ir a la escuela.

    La señora Hamilton era una persona muy llena de vida, alegre y paciente; en cierta forma, todo lo opuesto a su Tita. Había tratado con ella semanas antes del accidente de sus padres y tal ve por ello, había accedido tan facilmente a darle un empleo sin tanta insistencia de su Tita.

    —Buenas tardes, Señora Lin —Saludó cortesmente Karin, mientras hacia una reverencia.
    —¡Karin! Muy buenas tardes, pensé que me dejarías plantada en mi vivero.
    —Por supuesto que no haría eso —respondió alarmada y considerando las consecuencias que ello podría traerle en casa.
    —Bromeaba, pequeña. Era solo una broma.

    La Señora Lin le condujo por el lugar como si fuera un tour por la florería, y mientras lo hacía Karin no podía evitar en la alegría que emanaba esa señora, completamente contrario a lo que podía decir respecto a si misma. Contemplo sus músculos firmes a causa del trabajo y los comparo con sus escuálidos brazos; luego observo su larga cabellera oscura en contraste con la suya rubia, corta y maltratada; y así sucesivamente hasta que termino mirando con tristeza el resto del paisaje.

    Al final del tour, recordaba poco de lo que le había dicho la señora Lian.

    En breve, recordaba, que sus labores en aquel lugar consistirían en remover la tierra de las macetas, proveerles de abono una vez al mes, retirar el zacate y las hojas secas, regar las flores, limpiar las hojas de las plantas verdes con naranja agria y retirar algunas plagas como lombrices. Eso último, era más delo que había imaginado, algo asqueroso, pero podría con ello.

    —¿Tienes alguna duda? —cuestionó Lin.
    —Ninguna, digo... no, señora Lin —respondió insegura.
    —Pues entonces, nada de Señora, llamamé Lin a secas
    —Esta bien —respondió Karin, sin estar muy segura de lo que podría alarmarse Tita de escucharla tutear a su jefa.

    El día transcurrió bastante tranquilo trabajando en el vívero que se encontraba en la parte trasera de la florería, o al menos eso creía hasta que al despedirse de la señora Lin se topo con el chico de los ojos de fuego, Jin.

    Sus mejillas se colorearon como la grana y su corazón palpitaba a mil por hora, no estaba segura si sus piernas podrían sostenerle cuando el cruzo la mirada con ella y estuvo a punto de saludarle, pero ahora que él había hablado primero, ya no tenía caso.

    —¿Te conozco? —la voz de Jin mostraba poco interés, como si fuera un vago recuerdo del que desearía deshacerse.
    —Va-vamos al mismo colegio --respondió y su voz se quebraba.
    —Oh, ya veo —soltó y caminó por la calle como si hubiera visto antes una hormiga.

    Karin en cambio, se había quedado de pie con las lágrimas corriendo por sus ojos y con el corazón roto, porque para el chico de sus sueños era poco menos que un insecto.
     
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    nailioli

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