A minuto por línea [Microrelatos exprés]

—Es una tragedia lo que le paso a tu gato— anuncio su hermano mayor con actuación siendo él, el causante de la tragedia del pobre gato Alfredo.

 

Alfredo, el pastelero siempre está de mal humor. ¡Con lo feliz que tú eres cuando te da para comprar bombones o lionesas!
Supones que la vida de Alfredo es como el café. Sin azúcar un trago amargo, pero demasiado dulce pierde su esencia.
Moraleja: Todo en su justa medida porque tan malo es pasarse como no llegar.

 

Llegar a verla había sido lo más maravilloso de su vida. La observaba, riendo como una tierna niña, retozar desnuda entre las aguas fluviales. No podía ni quería apartar la mirad de ella, tan perfecta y sutil como una diosa a sus ojos ―y que los dioses lo perdonasen por tal injuria―. Por Zeus, era un privilegiado... pero nadie creería jamás que había visto a una náyade. Tal vez era mejor conservar el secreto para disfrutarlo interiormente.

 

Interiormente sentía deseos de ahorcarla, partirla en pedacitos y dársela de comer a los chanchos. Le gustaría que esa sonrisa de arpía se desgarrase grotescamente y su voz aguda se transformara en quejidos de dolor que sonarían como una bella sonata en sus oídos. Pero, al menos por ahora, no podía permitirse tal privilegio.

—Sí, profesora, reescribiré el ensayo —replicó con una sonrisa que no llegaba a contagiar a sus ojos fulminantes.

 

—Fulminantes es esa gigantesca estrella—
—Esa no es una estrella—
—¿No?—
—No—
—¿Qué entonces?—
—La luna burro— le dijo Shrek al su noble pero bien burro amigo.

 

Amigo es aquel que te diga las verdades aunque te duelan, también es aquel que está contigo cuando todos los demás te han abandonado.Por esto ten más de uno, porque cuando se muera, te sentirás realmente solo.

 

Solo estas... nadie te hará compañía. Impactado, piensas seriamente en la posibilidad de extinguir la llama de tu vida.

¿Harás algo tan evidente? Qué fácil es ir por la vía fácil en lugar de arreglar tu vida.

 

Vida que se extingue con el deslizar de las arenas del tiempo, ¿qué harás con los preciosos segundos que aún te quedan?

 

Quedan cuatro capítulos más.

Ahora me pregunto qué harás para llenar las tardes de tu ociosidad.

 

¿Ociosidad? ¿Y esa palabra de dónde sale? De "ocio", claramente... ¿pero sidad? ¿De ciudad? ¿Obesidad? ¿Un habitante de OcioLandia? ¿Un ocioso mórbido?...

Y así el chico continuaba recostado a los pies de un roble, contemplando el cielo e intentando desentrañar el significado del que decían era su especialidad.

 

Especialidad en mentir.

Sin duda todo un arte, no cualquiera se cree todo lo que dices. Pero decirles que pueden ser felices sí que fue todo un reto hacérselos creer.

 

Creer que puedes lograrlo, ésa es la clave de la victoria.

 

Victoria que estás escondida en el valle de la muerte. ¿Será posible que algún día se acabe la lucha por ti?

No importa porque se desee obtenerte, nunca podrás olvidar a quienes dañaste por conseguirla.

 

Conseguirla sin importar qué, ésa era su misión, la razón de su existencia.
Aunque bien sabía que la búsqueda de la verdad quizás se acabaría antes de empezar a seguir sus huellas.

 

Huellas que ya no me dan la respuesta a lo que busco.

¿Será la perfección? ¿Felicidad? Lo cierto es que no tengo que buscar lo que me acompaña día a día.

Una insuficiente compañía.

 

Compañía era lo que buscaba en aquellas mujeres a las que frecuentaba. No amor, claro estaba, sólo deseaba que al llegar la noche si la muerte venía a reclamarlo no lo encontrara solo.

 

Solo se quedó el pichón que cantaba tan alegre esta mañana.

¿Comprenderá que un cazador le arrebató a su madre?

 

Madre transparente, madre azul por el cielo del mismo zafiro, madre mar.

 

Mar de melancolía que bañas con olas de recuerdos la playa del abandono.
Déjame navegar en soledad hasta ese lugar donde las sirenas entonan la melodía del olvido.

 

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Re-abro en una semana.