A minuto por línea [Microrelatos exprés]

Muerto está ya el amor que sintió por ella.

—Es lo mejor—musitó para si mismo. Sentir aquél amor enfermizo por la máscara de hipocrecía que cargaba a diario no era sano.

 

Sano quería estar, mas su mente no le dejaba.
¡Gordo! ¡Gordo! Necesitaba bajar de peso.
Su madre, desesperada, lloraba; 46 kilos le parecían demasiado poco.

 

Poco valía aquél reloj. Ni le gustaba... pero cómo le hacía sufrir ver que el tiempo no dejaba de pasar. Le habían regalado una tortura, ahora se sentía esclavo de cada segundo.

 

Segundo a segundo, minuto a minuto, hora tras hora. "Carpe diem", le decían.
A veces, cansado de escuchar, "tempus fugit" era lo único que respondía.

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lol, Meelissa, eso sonó tan al reloj de Cortázar x'D

 

Respondía seguro, era una ventaja no tener el temor del "qué dirán" más era evidente, que abusaba de esa falta de sensibilidad para las emociones externas. No importaba si se sentían ofendidos por algún comentario suyo... era problema de ellos.

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¿Eso qué es? Un libro (?) un FF (?) /ignorante on xD

 

Ellos, con su mentalidad, todo tenían que estropearlo. ¡No entendían nada!
Encerrada en su habitación, seguía golpeando paredes de brazos cruzados. ¡Padres!

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Un relato que hizo sobre cómo dar cuerda a un reloj que te regalan y, además, lo que te regalan a mayores sin querer cuando te lo dan. Creo que se puede encontrar en internet... será mi próxima recomendación en el Club de lectura.

 

Padres, algunos no saben serlo ¿qué es saber ser "padres"? No hay un manual para ello... sin embargo, la siempre metiche vecina, se sentía con derecho a juzgar la capacidad.

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Ahhh xD Ya, ¿es corto? o cuanto tiene (páginas)

 

—Poco veía, sus musculos sin fuerzas, lamentaciones, lágrimas y dolores agobiantes para esa alma degraciada...—.
—¿Por qué?— interrumpe el pequeño en la puerta viendo a su padre con un libro.—¿Por qué su vida era tan desgraciada?— sus ojos denotaban tristeza ante tal relato que su padre leía.
—Estaba en desgracia por culpa de un aqueroso virus llamado: Sindrome de inmunodeficiencia —le responde su padre.—Pero no te preocupes solo es un libro— Le aclara con una sonrisa.
—Hunm, papi ¿Tú crees que mamá se va a recuperar?— pregunta inocente el pequeño. Su padre solo asintio con una sonrisa, el pequeño tan inocente se aparta de la puerta y se dirige rumbo a su alcoba con gran entusiasmo. Lagrimas empiezan a recorrer por la mejilla de su padre.
— Sí supiera que su madre está casí en la misma situación que esta mujer—Susurra sollozando al recordar que su querida esposa padece aquel sintoma.

 

"Síntoma de amor" es lo que dijo el doctor. "Una uña enterrada" fue lo que le dijo su madre. Yo le dije que era el llamado de Dios. Lo que a él en verdad le sucedía es que tenía demasiada imaginación, y al parecer el elefante de su cabeza se quería escapar de prisión.

 

Prisión, vulgarmente concebida como institución para apartar a los maleantes de las calles.
Prisión, insólitamente concebida por mí como la libertad extrema.

 

Extrema soledad vivía por su propia culpa, con grandes dificultades lograba hacer amistades. No se podría estar satisfecho a eso, pero no iba a quedarse atrás sin ser reconocido por los demás, aunque sea un pequeño esfuerzo tenía que hacer para quitarse de encima aquella timidez.

 

Timidez que le impedía acercarse, sentimiento que sabría un día sería su destrucción. Una mujer de esa edad dificilmente se deja ver... pero el cáncer no se apiada de las personas tímidas. Muerte... por un prejuicio.

 

Prejuicio y demencia hablaban con lujuria pensando que con eso lograban poner en contra a celos e iban a sojuzgar al amor con los lazos de la desesperación y el recelo.

 

Recelo que no te apartas ni un segundo de mí, sentimiento negativo que no deseo tener más no puedo evitar. Al final me quedaré sin nada por tu culpa.

 

Culpa en su corazón, brotaba como una flor al llevar a esa alma al infierno. No tenía opción la muerte era para él o para su vida, la respuesta estaba clara como el agua y aunque me gané el renco por esto, resistiré... Tengo que ganarle en este juego de combate... —¡Muere caballero negro!—.

 

Negró está ya el mantel ¡Qué gente tan sucia! No ha lavado eso en años seguramente.

La verdad era que antes que preocuparse por vanalidades, debía ver que lo más sucio en la casa era su alma corrupta.

 

—Corrupto es aquel niño que no te deja de pervertir— le dice su madre a su hija de 6 años de edad.
—¿Eh?— le responde la pequeña sin entender la palabra corrupto.
— Si es ese...—
— ¿Mi mamá es loca o muy sobre protectora?— piensa la pequeña sin entenderla y ¿Quien no lo haría?.

 

Haría todo por olvidar todo lo que me atormenta, pero no lo puedo lograr pues mi cabeza es cruel y sabe que es tan importante para mí todo eso que no lo deja ir. Quisiera olvidarme de ti, y de todo lo que representas.

 

Representas ese rayo de luz para mi vida, logras captar mi atención sin ningún problema y mis fuertes latidos se unen al mar con gran fuerza para llenar esa copa tan frágil y radiante llamada corazón.

 

Corazón que lloras cada noche en busca de su calor, un calor que sólo es efímero y ficticio. ¿Cuánto tiempo más te seguirás engañando? No eres el único que sufre, pues tu portador llora por la misma causa.