A minuto por línea [Microrelatos exprés]

Re: A minuto por línea [Microrelatos exprés]

Animada por aquella noticia repentina decidí no seguir postergando aquel viaje que había estado planeando. Las maletas estaban hechas desde hacía meses, pero me faltaba el valor para embarcarme en aquella aventura. Pero él me lo dio al decirme que pensaba acompañarme.

¿No sería divertido recorrer Disneylandia acompañada de tu hermano pequeño? Claro, que no se hizo de rogar cuando le presenté la invitación. Me daba vergüenza ir sola.

 

Re: A minuto por línea [Microrelatos exprés]

Sola... Así se sentía en ése momento, no sabía en qué lugar estaban los que se hacían llamar sus amigos cuando ella los necesitaba. ¿Dónde se habían quedado las palabras 'Seremos amigos por siempre', cuando necesitaba hacer uso de ellas?... Tal parecía que habían quedado congeladas en el instante en que fueron dichas, y lo que más dolía era la incertidumbre de no saber si siquiera en aquél momento aquellas frases habían sido sinceras, y no una mentira más...
Ya no le quedaba nada, su mundo estaba de cabeza y no había nadie que la consolara. Sus amigos la habían abandonado, sus padres habían muerto en un accidente de transito, su familia vivía en otro país, y localizarla llevaría tiempo. Además, como si fuera poco, ella estaba tendida en la cama de un hospital, cubierta de vendas y con el rostro deformado por aquél inoportuno y horrible accidente.
¡Cuán injusta podía ser la vida a veces! El destino te defrauda cuando más necesitas de él, y al momento en que la última lágrima cae, tu corazón sólo siente odio y rencor... Además de que desea venganza, y en ésos momentos, tú más que nadie quieres dársela. Sin importar los medios.

 

Re: A minuto por línea [Microrelatos exprés]

Medios para sobrevivir tenía de más, pero medios para aprovechar de disfrutar la vida eran los que le faltaban. Rodeada de lujos y con la cuenta bancaria rebosante de millones se hallaba cautiva en su cárcel de oro. Sus padres le prohibían salir más que para asistir a eventos sociales de la clase alta. Ella sentía que su juventud se iba consumiendo lentamente tras lo barrotes de aquella mansión.
Deseaba ante todo romper la rutina, anhelaba iniciar su propia aventura...

 

Re: A minuto por línea [Microrelatos exprés]

Aventura, ella quería una aventura. Y quería tenerla con él, con aquel muchacho de cabellera oscura. Ella quería pasar tiempo con él, y divertirse. Y pasarla bien.
Ella lo quería mucho, y hasta podía decir que él era algo guapo.

Porque lo que Rose quería era por fin tener una gran aventura, en el inmenso bosque. Ella quería salir de campamento con su hermano.

 

Re: A minuto por línea [Microrelatos exprés]

Hermano... Despúes de quince años como hija única le salían con que iba a tener un hermano. Y eso no era todo, sino que tenía que cederle aquella pieza en la que guardaba sus figuras de felpas y demás regalos que le hacían los chicos de su escuela.
Suspiró.
Si almenos le hubiesen dicho con anticipación que planeaban tener un bebé se hubiese preocupado desde antes en decorar aquella habitación con un aire más masculino. Nueve meses se le hacían muy cortos para adornar la nueva pieza de su hermanito como ella quería.

 

Re: A minuto por línea [Microrelatos exprés]

Quería dejar de sentir por un instante para no estar consiente de lo que en verdad estaba ocurriendo. Los sueños y ansiedades que alguna vez tuve se perdieron en ese momento. Intenté gritar pero no pude, intenté zafarme de los brazos de mis atacantes pero fue imposible, me dediqué por un par de horas a llorar, a derramar lágrimas, a gemir de dolor.

Y aún a pesar de todo lo que intenté, las fuerzas se me acabaron, no me quedó más alternativa que dejar que hicieran conmigo lo que les placiera. Consiente de todo, maldiciendo pero sin poder hacer algo. Hasta que el grito final escapó de mi boca una vez dado el golpe de gracia a mi cuerpo desnudo con aquella roca. Pero ni el haber muerto me libró del dolor, de la humillación.

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No puedo escribir algo sin esa temática no sé porque .______________.

 

Re: A minuto por línea [Microrelatos exprés]

—Quería saber si puedes ir a comprar un pote de helado, dulzura.

—¿Helado? —miró a su mujer, ella lo contemplaba de manera tierna, con una sonrisa dibujada en su rostro.

Él suspiró.

Eran las doce de la noche y su esposa quería helado. Tendría que salir a recorrer el pueblo para buscar algún negocio abierto.

Pero estaba acostumbrado, últimamente su esposa había comenzado a tener antojos. Pero, ¿qué podía hacer? Le quedaba hacer lo posible para contentar a su amada.

Era el precio de tener un hijo. Sólo debía rezar para que su esposa no se acostumbre a esos antojos luego del embarazo.

 

Re: A minuto por línea [Microrelatos exprés]

Humillación; título y temática de un par de cosas que viví-escribí. Todo es tan viejo, que pasaron a ser sólo cuentos de los tantos que me sé.
Yo ya no estoy ahí; y no me gustan esos cuentos.

Embarazo va, embarazo viene, y el doctor tiene cierto aire de artista con su cuchillo de nombre particular.
Lo que nadie sabe es que, acá, la verdadera artista soy yo: la creadora de excusas, que después las planta en las cabezitas de las que no quisieron ser madres.
Es casi casi como escribir cuentos.

 

Re: A minuto por línea [Microrelatos exprés]

Cuentos que de niña me contaban. Cuentos que quedaron en mi memoria. Los recuerdo perfectamente, palabra por palabra; sentimiento por sentimiento.

Aún tengo en la mente a mi padre sentado en mi cama, leyéndome esas historias que yo tanto adoraba, con voz suave y cariñosa. Siempre, todas las noches, tú nunca faltabas a nuestras reuniones nocturnas, siempre llevabas un libro nuevo; a veces más grande, a veces más viejo, a veces más pequeño, a veces más nuevo.

Oh, siempre con esa sonrisa en tu rostro, aunque tu día había sido pésimo. Esos cuentos que para algunos son sólo palabras; para mi no son sólo mi niñez, si no también tu recuerdo, padre.

 

Re: A minuto por línea [Microrelatos exprés]

Llega después de que Plangman le dio unas patadas

Soy la juez misteriosa (?) de esta pequeña actividad, me dediqué a leer todo lo que escribieron desde el post 64 si bien recuerdo x´D y de entre todas, la que pienso que trabajó mejor -sobra decir que todas estuvieron geniales- fue Lady Kyros.

Me gustó debido a que abordó diversos temas que no se "estancaban" del todo con el amor -noté que había muchas ideas con las palabras pero muchas hablaban del romance- sus cuentos tienen una buena variedad y en pequeños párrafos transmitió muchas cosas.

 

Re: A minuto por línea [Microrelatos exprés]

Gracias. :3 Aunque creo ser la persona más enamorada del mundo, trato de escribir sobre otros temas, en especial sobre ideas infantiles (tengo muchos hermanos) o problemas existenciales. :)

Ahora... ¡Extrañaba esta actividad! :3


"Padre nuestro, que estás en los cielos..."

Los ojos llorosos le impedían ver con claridad los rostros frente a él. Seguramente nadie de los allí reunidos se había percatado de su debilidad, enfrascados en mirar el suelo con tanta insistencia que parecían querer penetrarlo. Bajar la mirada era un signo de respeto al invocar a Dios, y el hombre agradeció que sus amigos lo hicieran. No deseaba que lo vieran llorar, temeroso de su cruel sino... Sabía que era su deber salvarlos, pero no dejaba de preguntarse por qué su Padre no les había dado otra opción de liberación.
El miedo de morir crucificado le carcomía el corazón.

 

'Corazón' eso era lo que faltaba. El solo pensarlo le hizo reír, y el reír casi lo llevó a la locura. Faltaba corazón, pero en esta era tan avanzada ¿dónde encontrar a alguien con sangre en las venas?

 

—Venas, llevan sangre a todas partes del cuerpo, como las que ven aquí...

La joven desvió la mirada en el acto del corazón de cerdo que estaban analizando. Aquello era asqueroso, unas horribles ganas de vomitar se habían apoderado de su garganta al sentir aquel olor podrido. ¿Qué tenía de interesante cortar pedazos de carne en el salón de biología?

 

Biología, la única clase que amaba. Tal vez por el hecho de que siempre le había gustado todo el asunto de la naturaleza y demás, o porque la maestra siempre daba actividades intereante y divertidas... Realmente no lo sabía, pero quería convencerse de que se trataba de algo de eso. No iba a aceptar que amaba biología sólo por un estúpido y guapo muchacho que iba a esa clase. Por supuesto que no.
Tal vez era porque casi nunca daban exámen...

 

Exámen de sangre. Las tres palabras que hacían que el suelo se abriese bajo sus pies, el color abandonara sus mejillas, el aire se escapara de sus pulmones y el ánimo se esfumase en una fracción de segundos. Pensar en tener que ir a la clínica era como ofrecerse a ser la cena de un montón de vampiros despiadados que sin ningún miramiento que clavarían los afilados dientes y le chuparían hasta la última gota de sangre.
Sí, debía admitirlo y ya no le daba vergüenza: le tenía un pavor indescriptible a las agujas.

 

Agujas que atraviesan la piel con lentitud y sin pena, tratando de encontrar su objetivo.
Colmillos que muerden y retuercen la piel en el cuello, esperando ver sangre salir.
Balas que se disparan y viajan rápidamente, hasta llegar al cuerpo que pronto quedará sin vida.

En realidad son sólo palabras, pero estas "palabras" lastiman su corazón.

 

Corazón que no late por amor es un corazón muerto; una persona que no vive para hacer felices a los demás es una existencia vacía. Un hombre que lastima a una mujer sin miramientos y con violencia incontenida, es una abominable bestia.

Así, como tú te has encargado de abandonar todo vestigio de humanidad, no tendré misericordia al matarte. Por arrebatarme todo lo que alguna vez amé, por destruir todo lo que siempre soñé, por acabar con la vida de la que fue tu mujer. Por ello, padre, te mataré.

 

—¡Mataré al que hizo esto! —exclamó la mujer furiosa.

Observó hacia todos lados buscando un responsable de aquel desorden, pero no encontró a nadie. Bajó su mirada al sentir una presencia; allí estaba, el culpable.
El pequeño peludo se relamió la boca quitando de ella restos del gran pastel de cumpleaños de Mily. Le dirigió una mirada torpe y movió la cola. Ella suspiró y se agachó a acariciar al canino; ese perro podía con ella.

Tendría que comprar otro pastel y esta vez lo colocaría lejos del perro de su hija.

 

—¡Hija mía, arrepiéntete de tus pecados! ¡Sólo así tu alma será salvada!

La joven ignoró a ese hombre de túnica negra que la increpó a la salida de la iglesia luego de estar besando a su novia. Le daba repulsión ese sujeto de mente cerrada que predicaba dosctrinas incapaces de practicar. ¿Por qué condenaban el amor? Hombres, mujeres, ¡qué más da! ¡Es amor al fin de cuentas!

 

—¡Cuentas, cuentas, cuentas y más cuentas! —suspiró José agotado.

Estaba harto de tener que pagarlas, siempre quemaba horas en aquella mesa cuadrada tratando de resolver ese lío. El hombre suspiró una vez más pero ahora más calmado.
Tal vez no tendría que lidiar con eso si su hubiese quedado un año más en casa de sus padres como le recomendaron…